Apreciando el don de la obra del Reino
1 El trabajo ciertamente es un don. No un don de valor discutible, sino uno que ha demostrado ser de verdadero valor. Es cosa bien sabida que una cantidad razonable de trabajo físico produce una amplia variedad de beneficios tanto a la mente como al cuerpo. Puesto que esto es cierto del trabajo ordinario, cuánto más cierto debe serlo de la obra del Reino, la cual produce resultados que pueden durar para siempre. Este es un don de sobrepujante excelencia.
2 Sí, ¡qué privilegio es estar dedicados al Soberano del universo y tener la asignación de participar en la obra final de predicar las buenas nuevas y hacer discípulos! (Mat. 24:14; 28:19, 20) Esta obra merece que participemos en ella de toda alma. (Col. 3:23) Por medio de esta obra acumulamos tesoros en el cielo para nosotros mismos, ¿y qué otra obra pudiera resultar en mayor bien para otras personas?—Hech. 20:35.
3 Durante el mes de octubre trabajaremos presentando la oferta de la suscripción a ¡Despertad! Debe ser nuestro deseo el ayudar a tantas personas como nos sea posible a tener la oportunidad de familiarizarse con el valor de ¡Despertad! El poder trabajar con los números especiales durante octubre será particularmente valioso para cultivar el interés.
4 Cuando uno coloca una suscripción o hasta una sola revista, ¿qué pudiera lograr ésta? Una hermana misionera en Sierra Leona, en el África occidental, escribe lo siguiente: “Un sábado mientras participaba en la obra con las revistas me encontré con un caballero retirado que aceptó las revistas de buen gusto.” El párrafo final de su carta dice: “Él ha progresado hasta el punto en que ahora asiste a todas las reuniones. Su próximo paso será el ministerio del campo, pues recientemente expresó su deseo de ser bautizado en la asamblea de distrito en diciembre.” El llevar las revistas a tantos hogares como nos sea posible es una meta digna. El mensaje bíblico que éstas contienen es un medio a través del cual el espíritu santo de Jehová puede trabajar.
5 ¿Participa usted en la obra de dejar las revistas en las calles? Una precursora de los Países Bajos dijo: “Al ofrecer las revistas en la estación con regularidad vemos a la misma gente viajar al lugar de su trabajo. No es extraordinario el encontrar algunas de estas personas en la obra de puerta en puerta. Una señora me dijo que me reconocía debido a que me paraba en la estación. Fue muy amigable y tomó dos revistas. El próximo lunes mientras estaba parada con las revistas ella me abordó, pidiéndome que la volviera a visitar el domingo por la mañana, debido a que su hija quería saber más acerca de la Biblia . . . La hija está haciendo buen progreso.” Ella fue uno de los miles de delegados que estuvieron presentes en la asamblea de distrito.
6 Pero sea que nuestros esfuerzos produzcan esos resultados o no, estamos gozosos y contentos con nuestra obra. Apreciamos el principio que se encuentra en Eclesiastés 11:6: “Por la mañana siembra tu semilla y hasta el atardecer no dejes descansar tu mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, ya sea aquí o allí, o si ambos a la par serán buenos.” Como siervos fieles de Jehová apreciamos profundamente el don de la obra del Reino que él nos ha dado.
Prediquen las buenas nuevas en toda la creación bajo el cielo.