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  • ¡Manténganse despiertos al privilegio de predicar!

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  • ¡Manténganse despiertos al privilegio de predicar!
  • Nuestro Servicio del Reino 1976
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Nuestro Servicio del Reino 1976
km 7/76 págs. 1-7

¡Manténganse despiertos al privilegio de predicar!

1 ¡Qué gran privilegio es ser testigos del Gobernante Supremo del universo, llevar su nombre y participar en una obra que él ha comisionado! Este es nuestro preciado privilegio como testigos cristianos de Jehová. ¿Lo apreciamos?

2 Jesús nos mostró cómo demostrar que verdaderamente estamos despiertos a este privilegio. Dijo: “Tenemos que obrar las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.” La obra que Dios nos ha encomendado no es algo que podemos aplazar descuidadamente; este es el tiempo de efectuarla, mientras aún hay oportunidad. ¿Qué incluye esa obra? Jesús explicó: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad.” (Juan 9:4; 18:37) El que hiciera eso incluyó el aprovecharse de cada oportunidad de predicar las buenas nuevas, haciendo de ello una parte prominente de su vida. (Luc. 4:43) Él nos puso el ejemplo. ¿Está usted siguiendo su dirección? ¿Se está usted manteniendo despierto al privilegio de predicar?

3 El hecho de que es posible que uno pierda su aprecio por ese privilegio lo manifiesta claramente un estudio reciente que muestra que aproximadamente 30 por ciento de los publicadores en este país son irregulares en su servicio del campo. Eso significa que de vez en cuando —y en algunas casos, a menudo— transcurre todo un mes sin que compartan la verdad con otros. Además, ¿cuántos otros hay que participan solo por unas cuantas horas cada mes... no debido a limitaciones de salud u otras restricciones, sino porque no aprecian de veras el privilegio de predicar? Quizás razonen: “Bueno, hice algo en el servicio del campo este mes.” Pero, ¿es eso servicio de toda alma?—Luc. 10:25-28.

¿TIENE IMPORTANCIA?

4 ¿Tiene razón para preocuparse la persona que ha llegado a ser irregular en el servicio del campo? Por supuesto que la tiene, si esto no se debe a una situación inevitable, sino más bien refleja indiferencia. A los miembros de la congregación de Laodicea que se habían hecho tibios en cuanto a su servicio a Dios, “el testigo fiel y verdadero” Jesucristo dijo: “Por cuanto eres tibio . . . voy a vomitarte de mi boca.” (Rev. 3:14-16) Y el apóstol Pablo advirtió en contra de la indiferencia cuando escribió: “Deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que por medio de fe y paciencia heredan las promesas.” (Hebreos 6:11, 12) Por eso, sí tiene importancia. El que uno se haga indiferente, descuidando su privilegio de predicar, puede hacer que pierda las bendiciones por las cuales uno ha trabajado. Ciertamente ninguno de nosotros desea que eso nos suceda.

5 Pero, ¿tiene importancia para el bienestar de otros que les prediquemos o dejemos de hacerlo? Romanos 10:14 responde: “¿Cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez, pondrán fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, a su vez oirán sin alguien que predique?” El amor a Jehová y al prójimo debe hacernos desear estar entre los que están participando plenamente en la obra de predicar. Hay vidas envueltas. Después de instar a Timoteo a persistir en su servicio a Dios, Pablo le recordó: “Haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.”—1 Tim. 4:16.

LO QUE USTED PUEDE HACER

6 La regularidad en el servicio del campo depende a buen grado de un buen programa. Es excelente que cada uno de nosotros tenga un programa que sea razonable, flexible y esté en armonía con nuestras circunstancias personales. Si usted aún no tiene su propio programa de servicio, ¿por qué no hace uno ahora? Puede que usted desee hablar con uno de los ancianos y dejarle saber lo que usted está pensando, y sin duda él tendrá algunas sugerencias animadoras que ofrecerle. Tal vez usted puede hacer arreglos para trabajar de vez en cuando con otro publicador; esto puede ser mutuamente edificante. Después de poner en práctica su programa por algún tiempo, quizás usted vea maneras de mejorarlo, y es bueno hacer ajustes según lo que le resulte mejor a usted, su familia y el territorio.

7 Algo a lo cual definitivamente se le debe dar importancia al preparar un programa es al deseo de ayudar a la gente en el territorio. ¿Cuándo es más probable que los hallemos en casa y estén más dispuestos a escucharnos? Si no hay nadie en casa durante el día, ¿podría visitar hacia el fin de la tarde o temprano en la noche? Al hacer esto, es posible que hallemos que estamos llevando el mensaje a personas que muy pocas veces, o nunca, han oído las buenas nuevas. Por medio de mostrar esa clase de interés genuino en los individuos damos evidencia de que apreciamos que hay más envuelto que solo emplear tiempo si verdaderamente estamos despiertos al privilegio de predicar.

LO QUE LA CONGREGACIÓN PUEDE HACER

8 Todos nosotros en la congregación podemos ayudarnos unos a otros a probar que somos testigos fieles de Jehová. Al hacer planes para participar en el servicio del campo, ¿por qué no invita a otra persona para que le acompañe? Comparta con otros publicadores cualesquier métodos de abordar, también ideas para comenzar estudios bíblicos, con los cuales haya tenido buen éxito. Reconozca con aprecio, también, que el que usted ponga un ejemplo celoso en el servicio de Jehová, beneficia a otros, tanto dentro de su familia como fuera de ella.

9 Un buen ejemplo de parte de los ancianos es especialmente importante. En 1 Pedro 5:2, 3, se les amonesta: “Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana . . . haciéndose ejemplos del rebaño.” Por lo general si los ancianos son ejemplares en la obra de predicar, la congregación muestra igual aprecio por el privilegio de predicar. Muchos ancianos hallan que, por medio de hacer planes por adelantado para trabajar con los publicadores y los precursores en el servicio del campo, a menudo pueden suministrar la atención personal que los miembros de la congregación necesitan mientras andan juntos de una casa a la otra. En particular el superintendente del campo, debido a que se encarga de los informes del servicio del campo, puede observar fácilmente quiénes se beneficiarían de ayuda personal, y si el interés amoroso lo impulsa a pasar esta información a los conductores de estudio de libro, ellos pueden hacer arreglos para que publicadores experimentados suministren ayuda práctica. De esta manera se nos ayuda a estar alerta, y tener un punto de vista progresivo en nuestra predicación del mensaje del Reino.

10 Las provisiones de Jehová para nuestra edificación son regulares, consistentes, confiables. (Rev. 22:2) Al apreciar el magnífico privilegio de servirle, que todos nos esforcemos sinceramente por reflejar esas cualidades en nuestra propia vida. Haga de la predicación de las buenas nuevas una parte prominente de su vida, y entonces infórmelo fielmente. Al hacer esto estará dando prueba de que está despierto a su privilegio de predicar “mientras es de día.”

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