Padres... adiestren a sus hijos en el servicio del campo
1 ¡Qué vital es cuidar y atender adecuadamente a la familia de uno! Pablo escribió a Timoteo lo siguiente: “Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe”. (1 Tim. 5:8.) En lo que toca a lo espiritual, una de las responsabilidades principales de los padres cristianos, en sentido espiritual, es estudiar con sus hijos e instruirlos. (Deu. 6:6, 7; Efe. 6:4; 1 Tim. 4:15, 16.) El instruir a la familia resultará en más ministros capacitados para esparcir las buenas nuevas del Reino. (2 Tim. 2:1, 2.)
2 Los padres deben fijar tiempo regularmente para trabajar con sus hijos en el servicio del campo. Esto no siempre es fácil. Pero todos podemos concordar en que el pasar tiempo con regularidad en el ministerio del campo produce muchas ricas bendiciones. El que sus hijos le acompañen los ayudará a reconocer la importancia del servicio del campo. A medida que participen más plenamente en la obra y mejoren sus aptitudes y experimenten las bendiciones de Jehová en su actividad, el gozo de ellos aumentará. (Sal. 71:17.)
3 ¿Qué puede hacer usted para ayudar a sus hijos a que aprecien el ministerio del campo y disfruten de él? Muéstreles cómo pueden participar en este. Prepárense juntos para el servicio del campo. Los jóvenes aprecian la atención amorosa que se les da; así se les ayuda a adelantar mediante adiestramiento progresivo. Dependiendo de la edad que tengan, pueden aprender a estar atentos en las puertas o a entregar una invitación o un tratado a los amos de casa. Según vayan progresando, enséñeles a participar en leer un texto bíblico. Muchos jovencitos disfrutan de testificar con las revistas. Se puede aprender fácilmente una presentación sencilla de las revistas. Los padres pueden ayudar a sus hijos a encontrar buenos puntos sobre los cuales hablar en las últimas revistas y hacer presentaciones eficaces. La instrucción y el adiestramiento constantes y progresivos de parte de los padres producen resultados positivos. (Efe. 4:13, 14.)
EL VALOR DEL EJEMPLO
4 Los niños imitan lo que ven. La Biblia dice: “El que es bueno deja una herencia a los hijos de los hijos”. (Pro. 13:22.) Por lo tanto, es necesario que los padres hagan lo sumo posible por dar el ejemplo correcto. Su actitud para con el servicio afectará en gran manera a sus hijos. ¿Le muestra a su hijo mediante su conversación y participación regular en la predicación cuánto aprecia usted el ministerio del campo? ¿Indican su conversación y actitud que usted considera el servicio de precursor como una meta que tanto los jóvenes como los mayores pueden esforzarse por alcanzar? (Deu. 5:29.)
5 Muchos jovencitos que todavía no se han bautizado están participando en el servicio del campo. Nos alegra que nos acompañen. (Mat. 19:13-15.) Puede que sean demasiado jóvenes para entender plenamente lo que significa la dedicación. Pero el tiempo sigue marchando. Por eso los padres deben ayudar a sus hijos a reconocer que es necesario progresar y, al debido tiempo, dar los pasos de la dedicación y el bautismo. ¿Están sus hijos respondiendo a la disciplina y la regulación mental de Jehová? ¿Están aplicando lo que aprenden en el hogar y en la congregación? Es nuestra esperanza que nuestros publicadores jóvenes continúen progresando y aumentando en su amor por Jehová y en su deseo de servirle.