Apoye plenamente el programa de la Reunión Pública de la congregación
1 Hace algunos años, un joven encontró un impreso que anunciaba las reuniones de la congregación de su localidad. Estaba buscando la verdad, así que decidió asistir a la Reunión Pública el siguiente domingo y llegó al salón con mucha anticipación. Un publicador le dio una calurosa bienvenida y en el transcurso de la conversación le ofreció un estudio bíblico. Y aunque al principio no aceptó, le impresionó tanto el discurso público bien preparado que escuchó, que cambió de opinión y al terminar la reunión aceptó el estudio. Este joven progresó rápidamente y al cabo de unos meses se bautizó. De esta experiencia aprendemos por lo menos tres lecciones valiosas.
2 Primera: la Reunión Pública se había anunciado. ¿Utiliza los impresos que anuncian el programa de las reuniones de su congregación? Puesto que el presidente da a conocer el tema del discurso de la semana siguiente, piense en las personas de su territorio a quienes pudiera interesarles el tema, sea que acostumbren leer las publicaciones o no. Hay personas a quienes no les gusta leer o que lo hacen con dificultad, pero que con gusto escucharían un discurso sobre un tema bíblico.
3 Segunda: el nuevo recibió una calurosa bienvenida. Si se esfuerza por llegar al salón tan temprano como sea posible, podrá saludar a los hermanos y a los interesados. (Heb. 10:24.) Si alguien asiste por primera vez, quizá no sepa qué esperar. Explíquele cómo se dirigirá la reunión y que estas comienzan con cántico y oración. Si le parece propio, invítelo a sentarse junto a usted para que pueda compartir con él su Biblia y su libro de cánticos. Dígale que se sienta con libertad de hacerle cualquier pregunta una vez que haya concluido la reunión.
4 Tercera: el discurso había sido bien preparado. Los que tienen el privilegio de pronunciar discursos públicos pasan largas horas preparando la información y ensayando para poder animar al auditorio a superarse en el amor y las buenas obras. Hoy día, todos nos vemos presionados, y las verdades alentadoras de la Palabra de Dios son precisamente lo que necesitamos para aguantar. No obstante, aunque un discurso sea muy informativo, le sacaremos poco provecho si no prestamos cuidadosa atención a lo que se dice. ¿Le cuesta a veces concentrarse en el discurso? Tomar apuntes, como con frecuencia hacemos en las asambleas, le puede ser muy útil. Busque todos los textos que se leen y explican.
5 La Sociedad ha suministrado discursos que versan sobre una gran variedad de temas. El cuerpo de ancianos, por medio del superintendente presidente o un hermano asignado por él, coordina el programa de la Reunión Pública de la congregación. Se escogen temas preparados por la Sociedad que satisfagan las necesidades actuales de la misma. No se pierda nunca esta información valiosa, y apoye plenamente la Reunión Pública semanal de la congregación.