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Nuestro Ministerio del Reino 1996
km 11/96 pág. 3

Compartamos con otros según sus necesidades

1 Jehová se encarga de satisfacer nuestras necesidades espirituales mediante el “esclavo” fiel. (Mat. 24:45-47.) Entre las muchas provisiones que hace con ese fin figuran libros, Biblias, volúmenes encuadernados, vídeos, casetes y discos informáticos para hacer investigación bíblica. Jehová siempre suministra lo suficiente sin despilfarrar, y espera que nosotros compartamos las cosas y nos cercioremos de que todos nos beneficiamos por igual.

2 La producción de dichas provisiones conlleva un enorme desembolso. La hermandad mundial sufraga tales gastos. Esto es más cierto que nunca desde que la organización estableció el sistema de distribuir las publicaciones sin costo alguno, y empezó a depender completamente de las donaciones voluntarias para cubrir los gastos. Además, muchas sucursales obtienen estas provisiones de la Sociedad a un costo que permite a los hermanos disponer de lo que necesitan para las reuniones y el servicio del campo, aunque cuenten con muy pocos recursos materiales.

3 Cómo podemos ayudar: Podemos responder a la exhortación de Pablo de compartir con otros ‘según sus necesidades’. (Rom. 12:13.) Cuando hacemos contribuciones monetarias para la obra mundial, compartimos directamente lo que tenemos con nuestros hermanos de todo el mundo. Teniendo esto presente, algunos hermanos han decidido apartar cierta cantidad de dinero mensualmente para contribuirlo a la obra mundial, tal como lo hacen para sufragar los gastos del Salón del Reino. Reconocen que estos fondos no se utilizan únicamente para producir publicaciones, sino también para los demás aspectos de la obra. Imagínese lo mucho que se beneficiaría la hermandad mundial si más personas compartieran de esta manera con regularidad.

4 También compartimos con ellos al pedir con moderación los artículos que podemos obtener con facilidad. Solicitar únicamente lo que en realidad necesitamos, permite que los hermanos de otros lugares reciban las provisiones espirituales que también les hacen falta para permanecer firmes y dar adelanto a la predicación de las buenas nuevas donde ellos viven. (Heb. 13:16.)

5 Debemos tener esto presente sobre todo cuando solicitamos artículos en cuya producción la Sociedad invierte mucho dinero. Por ejemplo, vídeos, CD-ROM, libros grandes de consulta, volúmenes encuadernados y suscripciones a los casetes. En vez de pedir un artículo para cada miembro de la familia, ¿podrían arreglárselas todos con uno solo? Si limitamos lo que pedimos para uso personal, permitimos que otros obtengan las mismas buenas provisiones que nosotros. (Fili. 2:4.)

6 Parte del costo de las publicaciones que distribuimos en la predicación se compensa con las donaciones que nosotros ofrecemos en el Salón del Reino para la obra mundial, así como con las de las personas interesadas que las aceptan. No obstante, en el caso de las publicaciones que solicitamos para uso personal, como por ejemplo, cancioneros, Anuarios, Biblias de lujo, etc., no podemos esperar que la gente del territorio sufrague nuestros gastos. Los siervos dedicados de Jehová son la fuente principal de este apoyo monetario. Conscientes de ello, muchos publicadores calculan lo que costarían dichos artículos si se produjeran comercialmente, y contribuyen de acuerdo con esa cantidad. Por ejemplo, una Biblia de lujo con los cantos dorados puede costar 20 dólares o más; un libro de consulta, 40 dólares o más; un calendario a todo color, por lo menos 5 dólares; una enciclopedia en CD-ROM, entre 50 y 100 dólares, o hasta más; los discos compactos de música cuestan normalmente unos 20 dólares, y algunos vídeos a menudo valen mucho más. Si no se reciben suficientes contribuciones para cubrir los gastos, con el tiempo la organización encontrará limitaciones en lo que puede hacer para dar adelanto a la obra mundial.

7 Jesús dijo que a sus discípulos verdaderos se les identificaría claramente por el amor que se tendrían. (Juan 13:34, 35.) Nuestra generosidad al dar materialmente y nuestro altruismo al compartir con otros según sus necesidades, son sin lugar a dudas excelentes maneras de demostrar que somos cristianos auténticos.

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