¿Lo habíamos oído antes?
1 Claro que sí. Jehová repite muchas cosas en su Palabra para provecho de su pueblo. Jesús solía reiterar sus enseñanzas sobre diversas facetas del Reino. Sus apóstoles repasaban constantemente los asuntos espirituales con quienes estaban establecidos firmemente en la verdad (Rom. 15:15; 2 Ped. 1:12, 13; 3:1, 2).
2 En nuestros días, la organización de Jehová se encarga de que una y otra vez se repasen cuestiones importantes en las reuniones de la congregación. Algunas publicaciones se han estudiado en repetidas ocasiones. En efecto, es importante que oigamos lo que ya hemos oído anteriormente.
3 La repetición satisface una necesidad fundamental. Los recordatorios de Jehová hacen que se profundice nuestro entendimiento, amplían nuestros puntos de vista y fortalecen nuestra determinación de permanecer en el camino correcto (Sal. 119:129). Repasar las normas y los principios de Dios es como mirarse en el espejo. Nos ayuda a escudriñarnos y contrarresta la tendencia a volvernos ‘oidores olvidadizos’ (Sant. 1:22-25).
4 Si no seguimos recordándonos la verdad, nuestro corazón recibirá otras influencias. Los recordatorios divinos nos dan las fuerzas para resistir el poder corruptor del mundo de Satanás (Sal. 119:2, 3, 99, 133; Fili. 3:1). El que periódicamente se traiga a nuestra atención el cumplimiento de los propósitos de Dios nos induce a ‘mantenernos alerta’ (Mar. 13:32-37). La repetición de las verdades bíblicas nos ayuda a permanecer en el camino a la vida eterna (Sal. 119:144).
5 Cómo beneficiarnos personalmente. Debemos ‘inclinar el corazón a los recordatorios de Dios’ (Sal. 119:36). Cuando en una reunión de congregación vaya a tratarse un tema conocido, preparémonos de antemano, busquemos los textos citados y reflexionemos sobre cómo poner en práctica la información. No pasemos por alto el repaso escrito de la Escuela del Ministerio Teocrático pensando que no es necesario (Luc. 8:18). Nunca dejemos de prestar atención solo porque las verdades fundamentales se repitan con frecuencia en las reuniones (Heb. 5:11).
6 Tengamos la misma actitud que el salmista: “En el camino de tus recordatorios me he alborozado, así como por toda otra cosa valiosa” (Sal. 119:14). En efecto, hemos oído estas cosas valiosas antes, y es probable que las oigamos de nuevo. ¿Por qué? Porque Jehová sabe que lo necesitamos.