Preguntas de los lectores
Hebreos 9:16 dice que el que hace un pacto tiene que morir para que el pacto entre en vigor. Pero Dios hizo el nuevo pacto y no murió. Así que, ¿cómo podemos entender ese versículo?
En Hebreos 9:15-17 leemos: “Por eso él [Cristo] es mediador de un nuevo pacto, para que, habiendo ocurrido una muerte para la liberación de ellos por rescate de las transgresiones bajo el pacto anterior, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay un pacto, es necesario que se suministre la muerte del [humano] que hace el pacto. Porque el pacto es válido sobre víctimas muertas, puesto que no está en vigor en ningún tiempo mientras vive el [humano] que ha hecho el pacto”a.
Jehová es el verdadero Hacedor del nuevo pacto. En Jeremías 31:31-34 Dios predijo específicamente que él mismo haría el nuevo pacto con su pueblo. El apóstol Pablo cita este pasaje bíblico en Hebreos 8:8-13, lo cual muestra que Pablo comprendía que, en realidad, Dios daba origen a aquel pacto divino.
En el capítulo 9 de Hebreos, sin embargo, Pablo pasó a considerar los diversos papeles que desempeñó Jesús con relación al nuevo pacto. Cristo vino como Sumo Sacerdote de ese pacto. Desde otro punto de vista, Jesús fue el sacrificio para el nuevo pacto; solo “la sangre del Cristo” puede ‘limpiar nuestra conciencia de obras muertas’. Cristo fue también el Mediador de ese pacto, tal como Moisés había sido el mediador del pacto de la Ley. (Hebreos 9:11-15.)
Pablo mencionó que se necesitaba una muerte para validar pactos entre Dios y criaturas humanas. El pacto de la Ley es un ejemplo de esto. Moisés fue su mediador, el que efectuó aquel acuerdo entre Dios y el Israel carnal. Así Moisés desempeñó un papel importante y fue el humano que trató con los israelitas cuando ellos fueron introducidos en el pacto. De modo que se podía ver a Moisés como el humano que hizo el pacto de la Ley, cuyo originador era Jehová. Pero ¿tuvo Moisés que derramar su sangre vital para que el pacto de la Ley entrara en vigor? No. En lugar de eso se ofrecieron animales, cuya sangre tomó el lugar de la sangre de Moisés. (Hebreos 9:18-22.)
¿Qué hay del nuevo pacto entre Jehová y la nación del Israel espiritual? Jesucristo desempeñó el glorioso papel de intermediario; fue el Mediador entre Jehová y el Israel espiritual. Aunque este pacto tuvo como originador a Jehová, dependió de Jesucristo. Aparte de ser el Mediador del pacto, en la carne Jesús tuvo tratos directos con los primeros que serían introducidos en ese pacto. (Lucas 22:20, 28, 29.) Además, satisfacía los requisitos para suministrar el sacrificio que se necesitaba para validar el pacto. Este sacrificio no consistía en simples animales, sino en una vida humana perfecta. Por eso Pablo podía decir que Cristo era el humano que había hecho el nuevo pacto. Después que “Cristo entró [...] en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros”, el nuevo pacto entró en vigor. (Hebreos 9:12-14, 24.)
Al hablar de Moisés y de Jesús como humanos que hicieron pactos, Pablo no daba a entender que cada uno de ellos hubiera sido el originador de los respectivos pactos, que en realidad fueron hechos por Dios. Más bien, aquellos dos humanos estuvieron implicados íntimamente como mediadores en la realización de cada pacto respectivamente. Y en cada caso fue necesario que hubiera una muerte... animales en sustitución de Moisés, y Jesús como quien ofrecía su propia sangre vital por los que entran en el nuevo pacto.
[Nota a pie de página]
a Las dos palabras griegas que en este pasaje se usan para “del que hace el pacto” se vierten literalmente “del (que) ha hecho para sí pacto” o “del [que] hace pacto” (The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc., y The Interlinear Greek-English New Testament, por el Dr. Alfred Marshall).