7E Las expresiones “El Antiguo Testamento” y “El Nuevo Testamento”
2Co 3:14.—Gr.: ἐπὶ τῇ ἀναγνώσει τῆς παλαιᾶς διαθήκης
(e·pí tei a·na·gnó·sei tes pa·lai·ás di·a·thé·kes);
lat.: in lectione veteris testamenti
1904 |
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Versión Reina-Valera. |
1963 |
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Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas, Brooklyn. |
Hoy es una práctica común llamar “El Antiguo Testamento” o “El Viejo Testamento” a las Escrituras escritas en hebreo y arameo. Esto se basa en la lectura de 2Co 3:14 en la Vulgata latina, varias versiones basadas en esta, y la Versión Reina-Valera (ediciones de 1904 y 1934). Las Escrituras Griegas Cristianas por lo general reciben el nombre de “El Nuevo Testamento”. Debe notarse que en 2Co 3:14 la palabra di·a·thé·kes significa “pacto”, como en los otros 32 lugares donde aparece en el texto griego. (Véase Ap. 7D.)
Sobre el significado de la palabra latina testamentum (genitivo: testamenti), Edwin Hatch, en su obra Essays in Biblical Greek, Oxford, 1889, p. 48, declara que “porque no se tenía conocimiento de la filología del latín posterior y vulgar, anteriormente se supuso que ‘testamentum’, como se vierte la palabra [di·a·thé·ke] en las versiones latinas primitivas así como en la Vulgata, significaba ‘testamento’, mientras que en realidad significaba también —si no exclusivamente— ‘pacto’”. De igual manera, en A Bible Commentary for English Readers by Various Writers, publicado por Charles Ellicott, Nueva York, tomo VIII, p. 309, W. F. Moulton escribió que “en la antigua traducción latina de las Escrituras, testamentum llegó a ser la versión común de la palabra [di·a·thé·ke]. Sin embargo, puesto que esta versión muy a menudo se encuentra donde es imposible pensar en un significado como testamento (por ejemplo, en Sl lxxxiii, 5, donde nadie supone que el salmista dice que los enemigos de Dios ‘han arreglado un testamento contra Él’), está claro que el testamentum latino se usó con un significado extendido, en respuesta a la amplia aplicación de la palabra griega”. (Véanse Sl 25:10 y Sl 83:5, nn.)
En vista de lo ya indicado, la lectura “viejo testamento” en ciertas ediciones de la Versión Reina-Valera (así como “antiguo testamento” en otras versiones) en 2Co 3:14 es errónea. Hay traducciones modernas que presentan la lectura correcta, “antiguo pacto” o “viejo pacto”, en ese lugar. Aquí el apóstol Pablo no se está refiriendo a las Escrituras Hebreas y Arameas en su totalidad. Tampoco quiere decir él que los escritos cristianos inspirados constituyen un “nuevo testamento (pacto)”. El apóstol habla del antiguo o viejo pacto de la Ley, que fue registrado por Moisés en el Pentateuco y que compone sólo una parte de las Escrituras que existían antes del cristianismo. Por esta razón dice en el versículo siguiente 2Co 3:15: “cuando se lee a Moisés”.
Por lo tanto, no hay base válida para llamar “El Antiguo Testamento” o “El Viejo Testamento” a las Escrituras Hebreas y Arameas, ni para llamar “El Nuevo Testamento” a las Escrituras Griegas Cristianas. Jesucristo mismo se refirió a la colección de los escritos sagrados con la expresión “las Escrituras”. (Mt 21:42; Mr 14:49; Jn 5:39.) El apóstol Pablo llamó a esta colección “las santas Escrituras”, “las Escrituras” y “los santos escritos”. (Ro 1:2; 15:4; 2Ti 3:15.) En armonía con la expresión inspirada de Ro 1:2, la Traducción del Nuevo Mundo contiene en su título la frase “las Santas Escrituras”.