Aprendamos de los publicadores con más experiencia
Los publicadores con más experiencia en la predicación son muy valiosos. Algunos llevan muchos años sirviendo a Jehová. Otros quizás se han hecho expertos en la predicación recientemente. Todos se han dado cuenta de que Jesucristo está dirigiendo la congregación en estos últimos días y dando un impulso a la obra de predicación y enseñanza (Mat. 28:19, 20). Como han pasado muchos años predicando, han adquirido “el poder que es más allá de lo normal”, y eso les ayuda a enfrentarse a las pruebas (2 Cor. 4:7). A ellos les encanta enseñar a otros lo que han aprendido y nosotros podemos aprovecharnos de su vasta experiencia (Sal. 71:18). ¿Cómo podemos hacerlo?
Mientras predicamos. Para ser mejores predicadores, los nuevos necesitan que los que tienen más experiencia les enseñen. Se puede aprender mucho observando cómo predican los publicadores expertos. Ellos le pueden mostrar a los menos experimentados (1) cómo preparan y ensayan una presentación, (2) cómo predican informalmente, (3) cómo ofrecen literatura, (4) cómo cultivan el interés, y (5) cómo comienzan un estudio bíblico. Los publicadores de menos experiencia valoran tener a alguien amable y bondadoso que les escuche y ayude si es necesario. (Ecl. 4:9, 10) ¿Qué beneficios ha obtenido usted de predicar con publicadores con más experiencia?
¿Por qué no invita a alguno de ellos a predicar con usted? Si el publicador está enfermo, podría llevar de vez en cuando a uno de sus estudiantes de la Biblia a su casa para celebrar las clases allí. Tras la sesión de estudio, pregunte al publicador de experiencia cuál es su impresión y pídale que le dé algunos consejos.
Pase tiempo con ellos. Esfuércese por conocer a estos publicadores. Invite a uno de ellos a la adoración en familia y entrevístelo. Averigüe cómo aprendió la verdad, cómo lo ha bendecido Jehová, cómo ha cambiado la congregación desde que se hizo Testigo y qué buenas experiencias ha tenido sirviendo a Dios. Si el publicador está enfermo, usted tal vez pueda ir a su casa para celebrar allí la Noche de Adoración en Familia.
No exija demasiado de ellos y sea comprensivo. Al igual que nosotros, quienes llevan predicando muchos años tienen diferentes habilidades (Rom. 12:6-8). Puesto que algunos ya son mayores, quizás no puedan dedicarnos mucho tiempo. Con todo, podemos aprender de su experiencia y servicio fiel a Jehová.