A̧ʼȩttö̧ ucuo mo̧ro̧ pätecuächaʼanä, ¿jo̧mȩnö̧ cu̧ja̧ʼa̧?

1. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧, ¿tocu päʼö a̧ʼȩttö̧ ucuo mo̧ro̧ ja̧ʼa̧ttö̧? (Lucas 22:19, 20).

PARA los siervos de Jehová, la Conmemoración de la muerte de Cristo es el día más importante del año. Es la única ceremonia que Jesús mandó celebrar (lea Lucas 22:19, 20). ¡Tenemos muchas ganas de que llegue ese día tan especial! ¿Por qué? Veamos algunas razones.

2. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ rȩbȩhua̧ʼa̧nä̧, ¿tocu päʼö eseunu tta̧tä̧ra̧ʼa̧ttö̧?

² La Conmemoración nos ayuda a meditar en el valor del rescate. Nos recuerda algunas de las maneras en las que podemos demostrar que agradecemos el sacrificio de Jesús (2 Cor. 5:14, 15). También nos permite estar con nuestros hermanos y animarnos unos a otros (Rom. 1:12). Todos los años, muchos inactivos asisten a la Conmemoración, y algunos de ellos se animan a volver a Jehová debido al cariño que les demuestran los hermanos allí. Además, muchas personas quedan impresionadas por lo que ven y escuchan, y deciden empezar a estudiar la Biblia. Sin duda, todo esto hace que la Conmemoración sea una ocasión muy especial para nosotros.

3. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ Jeohua umöhuäyotö ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ ttö̧jö̧mä̧, ¿tocu jö̧nä̧ i̧jȩcuä̧cha̧ʼa̧ttö̧? (A̧ʼcua̧juä̧ʼi̧nä̧ topi).

³ También deseamos que llegue ese día porque es una oportunidad de ver la unidad que existe en el pueblo de Jehová. Por todo el mundo, los testigos de Jehová se reúnen a medida que el sol se va poniendo en cada lugar. Todos escuchamos un discurso que destaca la importancia del rescate, cantamos dos canciones, pasamos el pan y el vino, y decimos de corazón “amén” a cuatro oraciones. En cuestión de unas 24 horas, todas las congregaciones habrán hecho lo mismo. ¿Nos imaginamos lo felices que deben sentirse Jehová y Jesús al vernos honrándolos alrededor del planeta entero?

4. Pi̧yȩ huo̧jui̧cuä̧nä̧, ¿däje totäcuaʼattö?

⁴ En este artículo responderemos las siguientes preguntas: ¿cómo podemos preparar nuestro corazón para la Conmemoración?, ¿cómo podemos ayudar a otros a beneficiarse de ella? y ¿cómo podemos ayudar a los inactivos? Analizar esas ideas nos permitirá estar listos para esa ocasión tan importante.

JESÚS ʼCORUJUOÄCHINÖ PÄTECUÄCHÖ MO̧RO̧ JO̧MȨNÖ̧ TÖ̧JA̧ PÄʼÖ, ¿DÄJE JȨTÖ̧ʼA̧NÖ̧ JA̧ʼA̧TTÖ̧?

5. a) Jesús imitähuinö huȩnȩ micuähuaʼa päʼö, ¿tocu päʼö täcunä tamöcuäda päʼö ja̧ʼa̧ttö̧? (Salmo 49:​7, 8). b) Video ¿Tta̧ʼa̧nö̧ päʼö ʼcorujuoächinaʼattö Jesúsmä? päöttö, ¿däje cu̧huo̧jui̧ʼa̧ʼa̧ttö̧?

⁵ Una de las maneras más importantes de preparar nuestro corazón para la Conmemoración es meditando en el valor del sacrificio de Jesucristo. Nosotros solos jamás podríamos habernos liberado del pecado y la muerte (lea Salmo 49:7, 8; vea también el video ¿Por qué murió Jesús?).a Así que Jehová decidió que su querido Hijo diera la vida por nosotros, y los dos pagaron un precio muy alto (Rom. 6:23). Cuanto más meditemos en lo que Jehová y Jesús sacrificaron por nosotros, más valoraremos el rescate. A continuación, vamos a ver algunas de las cosas que Jehová y Jesús estuvieron dispuestos a hacer por nosotros. Pero, primero, vamos a hablar de lo que implicó el rescate.

6. Jesús imitähuinömä, ¿tocu päʼö ʼcuäopinaʼattö?

⁶ Un rescate es el precio que se paga para recomprar o recuperar algo. El primer hombre, Adán, era perfecto cuando fue creado. Pero, cuando pecó, perdió la posibilidad de vivir para siempre y también les quitó esa oportunidad a todos sus hijos. Para recomprar lo que Adán había perdido, Jesús ofreció como sacrificio su vida perfecta. Durante todo el tiempo que vivió en la Tierra, Jesús “no cometió ningún pecado ni en su boca hubo engaño” (1 Ped. 2:22). Cuando murió era perfecto, así que su vida tenía el mismo valor que la vida que había perdido Adán (1 Cor. 15:45; 1 Tim. 2:6).

7. Jesús pi̧jä̧ rȩjȩnä̧ ö̧jo̧mȩnä̧ ji̧yȩcu̧nä̧ ʼcuäopinö jähuä jiʼähui.

⁷ Mientras estuvo en la Tierra, Jesús obedeció en todo a su Padre celestial a pesar de que enfrentó muchas pruebas. De niño, tuvo que aceptar la autoridad de sus padres humanos imperfectos aunque él era perfecto (Luc. 2:51). De adolescente, quizás tuvo que resistir la presión de otros que querían que desobedeciera a sus padres o que dejara de serle fiel a Jehová. Y, de adulto, tuvo que enfrentarse a Satanás, que lo tentó e incluso puso a prueba su lealtad a Jehová de manera directa (Mat. 4:1-11). Satanás estaba decidido a hacer que Jesús pecara para que no pudiera pagar el rescate.

8. Jesús, ¿däje koro ʼcuäopomenä ami ʼquiächiʼa päʼö ji̧na̧ʼa̧ttö̧?

⁸ Durante su ministerio, Jesús aguantó otras pruebas. Por ejemplo, sus enemigos lo persiguieron y amenazaron con matarlo (Luc. 4:28, 29; 13:31). Tuvo que lidiar con las imperfecciones de sus discípulos (Mar. 9:33, 34). En el juicio en el que lo condenaron a muerte, lo torturaron y se burlaron de él. Después lo ejecutaron como si fuera un delincuente y sufrió muchísimo (Heb. 12:1-3). Y, cuando estaba a punto de morir, Jehová le retiró su protección, así que tuvo que aguantar la parte final de la prueba por sí solo (Mat. 27:46).b

9. Jesús iyähuinönä tamöcuädomenä, ¿tocu jö̧nä̧ pätiʼaʼattö? (1 Pedro 1:8).

⁹ Está claro que Jesús pagó un precio muy alto para rescatarnos. Cuando pensamos en todos los sacrificios que Jesús estuvo dispuesto a hacer por nosotros, se nos llena el corazón de amor por él (lea 1 Pedro 1:8).

10. Jeohuamä i̧tti̧rö̧, ¿däje ʼcuäopaʼanä jaroinaʼattö ppädatö päʼömä?

¹⁰ ¿Qué estuvo dispuesto a sacrificar Jehová para que Jesús pudiera pagar el rescate? Como sabemos, no hay una relación más estrecha que la que Jehová tiene con su Hijo (Prov. 8:30). Así que pensemos en cómo debió sentirse Jehová al ver a Jesús pasando por tantas pruebas aquí en la Tierra. Seguro que le dolió muchísimo ver que maltrataban, despreciaban y hacían sufrir tanto a su Hijo.

11. Jeohua i̧tti̧rö̧ cuäʼö tticuaʼanä tocu päiʼinaʼattö päʼö huȩnȩtö̧ jiʼähui.

¹¹ Los que han perdido a un hijo saben el dolor tan indescriptible que se siente al pasar por esa experiencia. Aunque tenemos mucha fe en la resurrección, eso no borra el dolor que sentimos cuando muere alguien a quien amamos. Este ejemplo nos ayuda a entender cómo debió sentirse Jehová aquel día del año 33, cuando vio a su querido Hijo sufrir y morir (Mat. 3:17).c

12. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ rȩbȩhua̧ʼa̧nä̧, ¿däje jȩtö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧?

¹² ¿Por qué no aprovecha el tiempo que falta hasta la Conmemoración para estudiar más sobre el rescate en su estudio personal o en la adoración en familia? Use la Guía de estudio para los testigos de Jehová u otras publicaciones para descubrir más detalles sobre este tema.d Además, siga la lectura bíblica para la Conmemoración que aparece en la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos. Y no se olvide de ver la adoración matutina especial para el día de la Conmemoración. Si preparamos nuestro corazón para esta ocasión, podremos ayudar a otros a beneficiarse de ella (Esd. 7:10).

KOROTÖRÖʼINÄ PPÄTÄDÄTUCUA

13. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ korotörö ppäda päʼömä, ¿däje jȩta̧ päʼö ja̧ʼa̧ttö̧?

¹³ ¿Cómo podemos ayudar a otros a beneficiarse de la Conmemoración? Para empezar, hay que invitarlos. Además de distribuir invitaciones en la predicación, tal vez podamos hacer una lista de las personas a las que nos gustaría invitar, como por ejemplo nuestros familiares, compañeros de trabajo, compañeros de escuela y otros conocidos. Si se nos acaban las invitaciones en papel, podemos enviar un enlace a la versión digital. ¡Quién sabe cuántos decidan asistir! (Ecl. 11:6).

14. Ya̧tȩrö̧ jueönä tä̧tȩpo̧mȩnä̧ adiu ppädaʼa päʼö huȩnȩtö̧ jiʼähui.

¹⁴ Nunca subestimemos lo que se puede lograr con una invitación. Un día, una hermana se llevó una sorpresa cuando su esposo, que no es Testigo, le dijo que iba a ir con ella a la Conmemoración. ¿Por qué se sorprendió tanto? Porque ella le había pedido muchas veces que asistiera, pero nunca lo había hecho. ¿Por qué cambió de idea? Él le explicó que un anciano al que conocía le había dado una invitación personalmente. El esposo fue ese año y muchos más.

15. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ ya̧tȩrö̧ tä̧tȩpo̧mȩnä̧, ¿däje tamöcuäda päʼö ja̧ʼa̧ttö̧?

¹⁵ Recordemos que, cuando invitamos a alguien a la Conmemoración, puede que tenga algunas preguntas, sobre todo si nunca ha asistido a nuestras reuniones. Por eso es bueno que pensemos en las dudas que pueda tener y cómo le responderíamos (Col. 4:6). Por ejemplo, quizás se pregunte: “¿Qué se hace allí? ¿Cuánto dura la reunión? ¿Cómo hay que ir vestido? ¿Hay que pagar algo para entrar? ¿Se hacen colectas de dinero?”. Así que podríamos preguntarle a nuestro invitado si tiene alguna duda y explicarle lo que quiera saber. También podemos usar los videos Recordemos la muerte de Jesús y ¿Cómo son nuestras reuniones? Además, la lección 28 del libro Disfrute de la vida contiene algunas ideas que podemos comentar con la persona.

16. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ ichömä, ¿däje koroʼinä jäecuʼa̧nö̧ a̧ʼcua̧ra̧ʼa̧ttö̧?

¹⁶ Después de asistir a la Conmemoración, es posible que a la persona le surjan más dudas. Tal vez se pregunte por qué nadie (o casi nadie) participó del pan y del vino. Puede que también se pregunte cada cuánto celebramos la Conmemoración. Y quizás quiera saber si en todas nuestras reuniones se hace lo mismo. Aunque en el discurso de la Conmemoración se habla de muchas de esas cosas, es posible que la persona necesite una explicación más detallada. Para responder a algunas de sus preguntas podemos usar el artículo de jw.org “¿Por qué los testigos de Jehová celebran la Cena del Señor de forma diferente a otras religiones?”. Queremos hacer todo lo que esté en nuestras manos antes, durante y después de la Conmemoración para ayudar a los que tienen “la actitud correcta” a beneficiarse de esta ocasión especial (Hech. 13:48).

JEOHUA ADITÄHUÄ CÄʼÄDIʼINÄTÖRÖ PPÄTÄDÄTUCUA

17. Oicuä ttö̧ja̧mä̧, ¿tta̧ʼa̧nö̧ ppättädöʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧ Jeohua aditähuä cäʼädiʼinätörö? (Ezequiel 34:12, 16).

¹⁷ ¿Cómo pueden los ancianos ayudar a los inactivos durante la temporada de la Conmemoración? Mostrándoles interés y cariño (lea Ezequiel 34:12, 16). Ancianos, antes de la Conmemoración, pónganse en contacto con tantos como sea posible. Díganles que se preocupan por ellos y que quieren hacer todo lo que esté en sus manos para ayudarlos. Invítenlos a la Conmemoración y, si asisten, recíbanlos con amor. Después de la Conmemoración, sigan en contacto con esos queridos hermanos y denles la ayuda espiritual que necesiten para volver a Jehová (1 Ped. 2:25).

18. Oʼca toiʼönä, ¿tta̧ʼa̧nö̧ ppätädöʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧ Jeohua aditähuä cäʼädiʼinätörö? (Romanos 12:10).

¹⁸ Todos los hermanos de la congregación podemos ayudar a los inactivos que asisten a la Conmemoración. ¿De qué manera? Tratándolos con amor, bondad y respeto (lea Romanos 12:10). Recordemos que a esas queridas ovejas de Jehová quizás les haya resultado difícil volver a una reunión. Puede que les preocupara cómo los recibirían los hermanos.e Por eso, no les hagamos preguntas que los incomoden ni digamos nada que los pueda hacer sentir mal (1 Tes. 5:11). Siguen siendo nuestros queridos hermanos y nos alegramos de volver a adorar a Jehová con ellos (Sal. 119:176; Hech. 20:35).

19. Jesús ʼcorujuoächinö pätecuächö mo̧ro̧ tamöcuädomenä, ¿tta̧ʼa̧nö̧ ppädaʼattö?

¹⁹ En vista de todo lo que hemos analizado, no nos sorprende que Jesús nos mandara conmemorar su muerte todos los años. Hacerlo nos beneficia de muchas maneras, tanto a nosotros como a otras personas (Is. 48:17, 18). Nos ayuda a amar más a Jehová y a Jesús. Nos da la oportunidad de demostrar lo agradecidos que estamos por lo que han hecho por nosotros. Nos une más a nuestros hermanos y nos permite ayudar a otras personas a saber lo que tienen que hacer para disfrutar de las bendiciones que el rescate hace posibles. Por lo tanto, esforcémonos por estar listos para la Conmemoración, el día más importante del año.