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Examinemos las Escrituras todos los días 2025
es25

Septiembre

Lunes 1 de septiembre

La luz de un amanecer nos visitará desde lo alto (Luc. 1:78).

Dios le ha dado a Jesús el poder para acabar con todos los problemas de la humanidad. Hay problemas que nosotros jamás podríamos resolver. Pero Jesús, con sus milagros, demostró que él sí puede. Por ejemplo, tiene el poder para eliminar la raíz de todos los males de la humanidad: el pecado heredado y todo lo que eso ocasiona, como las enfermedades y la muerte (Mat. 9:1-6; Rom. 5:12, 18, 19). Sus milagros prueban que él puede sanar “todo tipo de enfermedades” y hasta resucitar a los muertos (Mat. 4:23; Juan 11:43, 44). También tiene el poder para controlar las fuertes tempestades de viento y vencer a los espíritus malvados (Mar. 4:37-39; Luc. 8:2). ¿Verdad que nos tranquiliza saber que Jehová le ha dado tanto poder a su Hijo? Podemos estar completamente seguros de que las bendiciones del Reino se harán realidad. Los milagros que hizo Jesús como humano en la Tierra fueron una pequeña muestra de lo que hará a gran escala como Rey celestial del Reino de Dios. w23.04 15:5-7

Martes 2 de septiembre

El espíritu examina todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios (1 Cor. 2:10).

Si está en una congregación grande y siente que muchas veces se queda sin comentar, tal vez haya pensado que es mejor no levantar más la mano. Pero no se rinda. No se conforme con preparar un solo comentario. Así, si no logra responder en los primeros párrafos, podrá hacerlo a lo largo del artículo. Cuando se prepare para el Estudio de La Atalaya, piense en cómo se relaciona cada párrafo con el tema del artículo. Así usted siempre tendrá algo que aportar. Otra cosa que podría hacer es prepararse para comentar en los párrafos que hablan de verdades bíblicas más profundas. Como son más difíciles de explicar, por lo general en esos párrafos hay menos manos. Pero ¿y si sigue sin comentar después de varias reuniones? Hable con el hermano que dirige el estudio y dígale qué pregunta le gustaría responder. w23.04 18:9, 10

Miércoles 3 de septiembre

José hizo lo que el ángel de Jehová le había mandado y llevó a su esposa a su casa (Mat. 1:24).

José no dudaba en seguir la guía de Jehová, y eso lo hacía un excelente esposo. En al menos tres ocasiones, Dios le dio instrucciones relacionadas con su familia. Y él las siguió inmediatamente aunque no fue fácil (Mat. 1:20; 2:13-15, 19-21). Gracias a que obedeció a Jehová, José pudo proteger a María y cuidarla. Seguro que eso hizo que María lo quisiera y respetara aún más. Ustedes, esposos, pueden ser como José y buscar consejos basados en la Biblia que los ayuden a cuidar a su familia. Cuando los ponen en práctica, aunque eso implique hacer cambios, demuestran que aman a sus esposas. Y, como resultado, su matrimonio será más fuerte. Una hermana de Vanuatu que lleva más de 20 años casada dice: “Cuando veo que mi esposo busca la guía de Jehová y la sigue, lo respeto más. Me ayuda a sentirme segura y a confiar en sus decisiones”. w23.05 23:5

Jueves 4 de septiembre

Habrá una senda allí, sí, un camino llamado Camino de la Santidad (Is. 35:8).

Los judíos que volvieran de Babilonia tendrían que llegar a ser “un pueblo santo” para su Dios (Deut. 7:6). ¿Significaba eso que estaban haciendo todo bien? No. Tendrían que hacer cambios para agradar a Jehová. Al parecer, la mayoría de los judíos que habían nacido en Babilonia se habían dejado influir por la manera de pensar y los valores morales de los babilonios. Décadas después de que el primer grupo de judíos volviera a Israel, el gobernador Nehemías se sorprendió muchísimo al ver que los hijos de esos judíos no sabían hablar hebreo (Deut. 6:6, 7; Neh. 13:23, 24). ¿Cómo aprenderían a amar y adorar a Jehová si ni siquiera entendían el idioma principal en el que estaba escrita la Palabra de Dios? (Esd. 10:3, 44). Así que esos judíos tenían que hacer grandes cambios, pero les sería mucho más fácil hacerlos al vivir en Israel, donde se estaba restaurando poco a poco la adoración pura (Neh. 8:8, 9). w23.05 22:6, 7

Viernes 5 de septiembre

Jehová sostiene a todos los que están a punto de caer y levanta a todos los que están encorvados (Sal. 145:14).

La triste realidad es que, aunque tengamos toda la motivación del mundo, pueden surgir obstáculos en nuestro camino. Por ejemplo, un “suceso imprevisto” podría quitarnos el tiempo que necesitamos para dedicárselo a una meta que tengamos (Ecl. 9:11). También podríamos tener un problema que nos desanime y nos robe las fuerzas (Prov. 24:10). Además, como somos imperfectos, cometemos errores que tal vez nos alejen de nuestra meta (Rom. 7:23). O quizás lo único que ocurre es que estamos cansados (Mat. 26:43). ¿Qué puede ayudarnos a seguir adelante o a superar un mal día? Recuerde que un paso atrás no es una derrota. La Biblia dice que es probable que pasemos por muchos problemas. Pero también nos dice que podemos seguir adelante y cumplir nuestra meta. Así es, cuando seguimos adelante a pesar de los problemas, le demostramos a Jehová que queremos complacerlo. ¿Se imagina la gran sonrisa de Jehová al verlo a usted luchar por alcanzar su meta? w23.05 24:14, 15

Sábado 6 de septiembre

Conviértanse en ejemplos para el rebaño (1 Ped. 5:3).

Joven, si te haces precursor, aprenderás a colaborar con personas muy distintas y a administrar bien el dinero (Filip. 4:11-13). ¿Por qué no empiezas por el precursorado auxiliar? Eso te puede ayudar a dar el salto al regular. Y esto, a su vez, puede llevarte a otras facetas del servicio de tiempo completo, como por ejemplo ser siervo de construcción o betelita. Todos los hermanos deberían esforzarse por llenar los requisitos para ser ancianos de congregación. La Biblia dice que quienes tienen la meta de servir así a sus hermanos desean “una labor muy buena” (1 Tim. 3:1). Primero hay que ser siervo ministerial. Los siervos ministeriales ayudan a los ancianos de muchas maneras prácticas. Tanto los ancianos como los siervos ministeriales sirven con humildad a sus hermanos y predican con entusiasmo. w23.12 53:14-16

Domingo 7 de septiembre

Siendo todavía un muchacho, comenzó a buscar al Dios de su antepasado David (2 Crón. 34:3).

El rey Josías empezó a buscar a Jehová cuando era adolescente. Quería conocer mejor a su Dios y hacer su voluntad. Pero para Josías ser rey no era fácil; en esa época la mayoría de la gente adoraba a dioses falsos. Así que tuvo que ser muy valiente para defender la religión verdadera. ¡Y lo hizo muy bien! No tenía ni 20 años cuando empezó a quitar del país todo lo que tenía que ver con la adoración a dioses falsos (2 Crón. 34:1, 2). Aunque seas muy joven, puedes ser como Josías. ¿Cómo? Buscando a Jehová y aprendiendo cada vez más de sus preciosas cualidades. Eso te motivará a dedicarte a él. ¿Y qué efecto tendrá la dedicación en tu vida? Luke, que se bautizó a los 14, dijo: “A partir de ahora, servir a Jehová será lo primero en mi vida y me esforzaré por hacerlo feliz” (Mar. 12:30). Recibirás muchas bendiciones si decides hacer lo mismo. w23.09 38:12, 13

Lunes 8 de septiembre

Muestren respeto a los que trabajan duro entre ustedes y los dirigen en el Señor (1 Tes. 5:12).

Pensemos en la congregación de Tesalónica. Cuando Pablo le escribió esta carta, llevaba menos de un año en funcionamiento. Es probable que los ancianos tuvieran poca experiencia y cometieran errores, pero había que respetarlos. A medida que se acerque la gran tribulación, es posible que tengamos que apoyarnos más que ahora en los ancianos de la congregación, pues tal vez perdamos el contacto con la central mundial y la sucursal, y no contemos con su guía. Por eso, es muy importante que ahora aprendamos a amar y respetar a los ancianos de nuestra congregación. Pase lo que pase, mantengamos el buen juicio y no nos centremos en sus defectos. Más bien, tengamos presente que Jehová está usando a Cristo para guiar a estos hombres fieles. También tenemos que mantener fuerte nuestra esperanza, que calma nuestro corazón y nos da estabilidad. Tal como el casco protegía la cabeza del soldado, la esperanza de la salvación protege nuestros pensamientos. Consideramos que lo que ofrece este mundo no sirve para nada (Filip. 3:8). w23.06 26:11, 12

Martes 9 de septiembre

La mujer insensata es escandalosa. Es una ignorante (Prov. 9:13).

Todos los que oyen la voz de “la mujer insensata” tienen que tomar una decisión: aceptar su invitación o rechazarla. Hay razones de peso para evitar la conducta sexual inmoral. Según el libro de Proverbios, “la mujer insensata” dice: “Las aguas robadas son dulces” (Prov. 9:17). ¿Qué representan las “aguas robadas”? En la Biblia se comparan las relaciones sexuales dentro del matrimonio a aguas que refrescan (Prov. 5:15-18). El hombre y la mujer que están legalmente casados pueden disfrutar de relaciones sexuales que sean apropiadas. Pero las “aguas robadas” son muy distintas. Probablemente representan las relaciones sexuales inmorales, que violan la ley de Dios. Por lo general, las personas que practican la inmoralidad sexual lo hacen a escondidas, tal como un ladrón cuando roba. Estas “aguas robadas” pueden parecerles muy dulces a quienes piensan que están manteniendo en secreto su mala conducta. Pero se engañan a sí mismos. Jehová lo ve todo, a él no lo engañan. No hay nada más amargo que perder su aprobación; no tiene nada de dulce (1 Cor. 6:9, 10). w23.06 28:7-9

Miércoles 10 de septiembre

Incluso si lo hago en contra de mi voluntad, de todos modos es la responsabilidad que se me ha encargado (1 Cor. 9:17).

¿Y si se da cuenta de que sus oraciones se han vuelto mecánicas o si no disfruta tanto como antes al predicar? No piense que ha perdido el espíritu de Jehová. Como somos imperfectos, es normal tener altibajos de vez en cuando. Si ve que está empezando a perder el entusiasmo, medite en el ejemplo del apóstol Pablo. Aunque él se esforzaba por imitar a Jesús, sabía que a veces le faltaría la motivación para hacer lo correcto. Estaba resuelto a cumplir su ministerio a pesar de cómo se sintiera en algunos momentos. De manera parecida, no deje que sus sentimientos imperfectos influyan en sus decisiones. Más bien, esté resuelto a hacer lo correcto incluso cuando no tenga el deseo de hacerlo. Con el tiempo, sus acciones influirán para bien en lo que siente (1 Cor. 9:16). w24.03 10:12, 13

Jueves 11 de septiembre

Den prueba de su amor por ellos (2 Cor. 8:24).

Podemos expresar nuestro amor por los hermanos recibiéndolos con gusto, incluyéndolos en nuestro círculo de amistades (2 Cor. 6:11-13). Muchas congregaciones están formadas por hermanos y hermanas con personalidades y antecedentes muy distintos. ¿Qué nos ayudará a amarlos más a todos? Centrarnos en sus buenas cualidades. Si hacemos el esfuerzo de ver a nuestros hermanos como Jehová los ve, demostramos que los amamos. Durante la gran tribulación, será imprescindible que amemos a nuestros hermanos. ¿Cómo nos protegerá Jehová cuando comience la gran tribulación? Pensemos en las instrucciones que Jehová le dio a su pueblo para sobrevivir al ataque que sufriría la antigua Babilonia: “Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra las puertas detrás de ti. Escóndete por un breve momento hasta que la furia haya pasado” (Is. 26:20). Es posible que nosotros también tengamos que seguir estas instrucciones durante la gran tribulación. w23.07 29:14-16

Viernes 12 de septiembre

La escena de este mundo está cambiando (1 Cor. 7:31).

Preguntémonos: “¿Piensan los demás que soy una persona razonable, tolerante y que sabe ceder? ¿O tengo la fama de ser inflexible, estricto o terco? ¿Me gusta escuchar otras opiniones y ceder siempre que se puede?”. Cuanto más razonables seamos, más nos pareceremos a Jehová y a Jesús. Cuando nuestras circunstancias cambian, tenemos que ser razonables y flexibles. Puede que de la noche a la mañana nos enfrentemos a un problema grave de salud o a una crisis económica o política. Estos cambios repentinos pueden darle un vuelco a nuestra vida y causarnos dificultades que no esperábamos (Ecl. 9:11). Hasta un cambio de asignación dentro de la organización de Jehová podría ponernos a prueba. Podemos adaptarnos a las nuevas circunstancias si seguimos estas cuatro recomendaciones: 1) aceptar la realidad, 2) mirar al futuro, 3) concentrarnos en lo positivo y 4) hacer cosas por los demás. w23.07 32:7, 8

Sábado 13 de septiembre

Tú eres muy valioso (Dan. 9:23).

Cuando Daniel era joven, los babilonios lo hicieron prisionero de guerra y se lo llevaron muy lejos de su tierra y de su hogar. Pero a pesar de su juventud no pasó desapercibido. A los babilonios les llamó la atención lo que tenían “ante los ojos”: un joven “sin ningún defecto físico y de buena apariencia” que venía de una familia importante (1 Sam. 16:7). Así que decidieron capacitarlo para que formara parte de la alta sociedad de Babilonia (Dan. 1:3, 4, 6). Jehová amaba a Daniel por la clase de persona que había decidido ser. Sabemos que esto es así porque, cuando Daniel tenía unos 20 años o incluso menos, Jehová lo mencionó junto con hombres tan fieles como Noé y Job, que le habían servido durante mucho tiempo (Gén. 5:32; 6:9, 10; Job 42:16, 17; Ezeq. 14:14). Y Jehová nunca dejó de amar a Daniel, quien tuvo una vida larga y extraordinaria (Dan. 10:11, 19). w23.08 33:1, 2

Domingo 14 de septiembre

Sean plenamente capaces de comprender bien la anchura, la longitud, la altura y la profundidad (Efes. 3:18).

Si estuviera pensando en comprar una casa, seguramente querría ir a verla y examinarla. Lo mismo podemos hacer cuando leemos y estudiamos la Biblia. Si la leemos a la carrera, solo aprenderemos lo más básico, “las cosas elementales de las declaraciones sagradas de Dios” (Heb. 5:12). Es mucho mejor hacer como con la casa: examinar el “interior” para ver todos sus detalles. Para estudiar bien la Biblia, conviene ver cómo se relacionan las diferentes partes de su mensaje. No basta con saber qué creemos, también hay que saber por qué lo creemos. Para entender la Palabra de Dios a fondo, debemos estudiar las verdades bíblicas más profundas. El apóstol Pablo animó a todos los cristianos a estudiar la Palabra de Dios con empeño para que fueran “capaces de comprender bien la anchura, la longitud, la altura y la profundidad” de la verdad. Como resultado, estarían “bien arraigados y establecidos” en su fe (Efes. 3:14-19). Nosotros tenemos que hacer lo mismo. w23.10 44:1-3.

Lunes 15 de septiembre

Hermanos, tomen como ejemplo de aguantar sufrimientos y tener paciencia a los profetas que hablaron en el nombre de Jehová (Sant. 5:10).

La Biblia habla de muchas personas que fueron pacientes. ¿Por qué no se propone estudiar esos relatos? Por ejemplo, David era muy joven cuando fue ungido para ser el futuro rey de Israel, pero tuvo que esperar durante muchos años antes de poder ocupar el trono. Simeón y Ana le sirvieron fielmente a Jehová mientras esperaban al Mesías prometido (Luc. 2:25, 36-38). Al estudiar esos relatos, pregúntese: “¿Qué ayudó a esta persona a ser paciente? ¿Qué buenos resultados tuvo por demostrar esta cualidad? ¿Cómo puedo imitar su ejemplo?”. También puede aprender muchas cosas de quienes fueron impacientes (1 Sam. 13:8-14). Podría preguntarse: “¿Por qué no tuvieron paciencia? ¿Qué malos resultados obtuvieron por no demostrar esta cualidad?”. w23.08 35:15

Martes 16 de septiembre

Nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Santo de Dios (Juan 6:69).

El apóstol Pedro era leal. No permitió que nada le hiciera tirar la toalla definitivamente. Por ejemplo, demostró su lealtad cuando Jesús dijo algo que sus discípulos no entendieron (Juan 6:68). Sin siquiera esperar a que Jesús aclarara el asunto, muchos lo abandonaron. Pero Pedro no. Él dijo delante de todos que solo Jesús tenía “palabras de vida eterna”. Jesús ya sabía que Pedro y los demás apóstoles lo abandonarían. Aun así, expresó su confianza en que Pedro se recuperaría y se mantendría fiel (Luc. 22:31, 32). Jesús comprendía que “el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mar. 14:38). Por eso, incluso cuando Pedro negó conocerlo, Jesús no dio por perdido al apóstol. Después de resucitar, se le apareció a Pedro, al parecer a solas (Mar. 16:7; Luc. 24:34; 1 Cor. 15:5). Seguro que esto ayudó mucho al apóstol a superar el desánimo. w23.09 40:9, 10

Miércoles 17 de septiembre

Felices aquellos a quienes se les han perdonado las cosas malas que hicieron y a quienes se les han cubierto los pecados (Rom. 4:7).

Dios cubre o perdona por completo los pecados de las personas que ponen su fe en él; ya no los toma en cuenta (Sal. 32:1, 2). Jehová ve a esas personas como justas y libres de culpa debido a su fe. Aunque Abrahán, David y otros siervos fieles de Dios fueron declarados justos, seguían siendo imperfectos y pecadores. Pero debido a su fe Dios los consideró libres de culpa, sobre todo en comparación con las personas que no lo adoraban (Efes. 2:12). En su Carta a los Romanos, Pablo deja claro que para ser amigos de Jehová es imprescindible tener fe. Así fue en el caso de Abrahán y David, y lo mismo puede decirse de nosotros. w23.12 50:6, 7

Jueves 18 de septiembre

Ofrezcamos siempre a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de nuestros labios, que declaran públicamente su nombre (Heb. 13:15).

Todos los cristianos tenemos el honor de ofrecerle sacrificios a Jehová. ¿Cómo podemos hacerlo? Usando nuestro tiempo, energías y recursos para apoyar el Reino. Si le damos a Jehová lo mejor de nosotros, demostraremos que apreciamos el honor de adorarlo. El apóstol Pablo menciona varios aspectos de nuestra adoración que nunca debemos descuidar (Heb. 10:22-25). Por ejemplo, habla de la importancia de orarle a Jehová, de hablarles a otros de nuestra esperanza, de reunirnos con nuestros hermanos y de animarnos unos a otros, “sobre todo al ver que el día [de Jehová] se acerca”. En los últimos capítulos de Apocalipsis, el ángel de Jehová dice: “¡Adora a Dios!”. Lo dice dos veces para destacar que es algo muy importante (Apoc. 19:10; 22:9). Jamás olvidemos las cosas profundas que hemos aprendido sobre el gran templo espiritual de Jehová ni el valioso honor que tenemos de adorar a nuestro gran Dios. w23.10 45:17, 18

Viernes 19 de septiembre

Sigamos amándonos unos a otros (1 Juan 4:7).

Todos queremos obedecer el mandato: “Sigamos amándonos unos a otros”. Pero no debemos olvidar la advertencia que dio Jesús: “Se enfriará el amor de la mayoría” (Mat. 24:12). Con estas palabras, Jesús no estaba queriendo decir que muchos de sus discípulos dejarían de amarse. Aun así, debemos tener cuidado de que no se nos contagie la falta de amor de este mundo. Teniendo eso presente, veamos la respuesta a la siguiente pregunta: ¿hay alguna manera de saber si el amor que sentimos por nuestros hermanos es fuerte? Una manera de saberlo es viendo cómo reaccionamos ante las situaciones que surgen en la vida (2 Cor. 8:8). Una de esas situaciones la mencionó el apóstol Pedro: “Ante todo, sientan amor intenso unos por otros, porque el amor cubre una multitud de pecados” (1 Ped. 4:8). Así que nuestro amor se pone a prueba cuando nuestros hermanos cometen errores o nos hacen daño. w23.11 47:12, 13

Sábado 20 de septiembre

Que se amen unos a otros (Juan 13:34).

Si solo les mostramos amor a algunos hermanos de la congregación, no estamos obedeciendo lo que dijo Jesús sobre el amor. Claro, puede que tengamos una amistad más estrecha con algunos de nuestros hermanos, tal como le pasó a Jesús con algunos de sus discípulos (Juan 13:23; 20:2). Pero el apóstol Pedro nos recuerda que debemos demostrarles a todos nuestros hermanos “cariño fraternal”, es decir, un cariño como el que existe entre los miembros de la familia (1 Ped. 2:17). Él dio este consejo: “Ámense unos a otros intensamente desde el corazón” (1 Ped. 1:22). En este contexto, amar “intensamente” transmite la idea de expandir nuestro amor para llegar a quienes, de manera natural, no amaríamos. Por ejemplo, ¿cuál sería la reacción más humana si un hermano nos hace daño o nos ofende? Probablemente no sea mostrarle amor, sino pagarle con la misma moneda. Pero esa reacción no complacería a Jehová, tal como Jesús le enseñó a Pedro (Juan 18:10, 11). El apóstol escribió: “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario, devuelvan una bendición” (1 Ped. 3:9). Si usted ama intensamente, será amable y considerado. w23.09 41:9-11

Domingo 21 de septiembre

Las mujeres deben ser moderadas en sus hábitos y fieles en todas las cosas (1 Tim. 3:11).

¿Verdad que es asombroso lo rápido que un niño crece y se convierte en un adulto? Es algo que parece suceder de manera automática. Sin embargo, el crecimiento espiritual no es automático (1 Cor. 13:11; Heb. 6:1). Para llegar a ser cristianos maduros, necesitamos cultivar una amistad estrecha con Jehová. También necesitamos que su espíritu santo nos ayude a desarrollar buenas cualidades, a aprender habilidades prácticas y a prepararnos para responsabilidades futuras (Prov. 1:5). Jehová hizo a los seres humanos; él creó al hombre y a la mujer (Gén. 1:27). Como es obvio, los hombres y las mujeres son diferentes en sentido físico, pero también lo son en otros sentidos. Por ejemplo, Jehová les asignó funciones diferentes a los hombres y a las mujeres, y para cumplirlas cada uno necesita cualidades y habilidades distintas (Gén. 2:18). w23.12 52:1, 2

Lunes 22 de septiembre

Hagan discípulos de gente de todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo (Mat. 28:19).

¿Quería Jesús que otros usaran el nombre de su Padre? Por supuesto. Es posible que algunos líderes religiosos de la época creyeran que el nombre de Dios era tan sagrado que no debía pronunciarse. Pero Jesús no permitió que aquella tradición —que no tenía apoyo en las Escrituras— le impidiera honrar el nombre de su Padre. Pensemos en la ocasión en que curó a un hombre endemoniado en la región de los gerasenos. La gente se asustó tanto que le suplicó a Jesús que se marchara de allí (Mar. 5:16, 17). Pero él quería que todos conocieran el nombre de Jehová. Por eso, antes de marcharse, le dijo al hombre que les contara a las personas lo que Jehová —y no el propio Jesús— había hecho por él (Mar. 5:19). Nuestro Rey, Jesús, quiere que nosotros hagamos lo mismo, que le enseñemos el nombre de Jehová a todo el mundo (Mat. 24:14; 28:20). Cuando lo hacemos, lo alegramos. w24.02 6:10

Martes 23 de septiembre

Has perseverado por causa de mi nombre (Apoc. 2:3).

¡Qué maravilla ser parte de la organización de Jehová! Aunque en estos últimos días la vida va de mal en peor, gracias a Jehová contamos con una familia espiritual unida (Sal. 133:1). La guía que Dios nos da nos ayuda a tener familias felices (Efes. 5:33-6:1). Y él también nos da la sabiduría que necesitamos para luchar contra los sentimientos negativos y ser felices. Aun así, para no rendirnos en nuestro servicio a Jehová, a veces hay que hacer grandes esfuerzos. ¿Por qué? Porque las cosas que hacen y dicen otros nos pueden ofender. También podríamos desanimarnos cuando cometemos errores, sobre todo si cometemos los mismos una y otra vez. Debemos seguir sirviendo a Jehová 1) cuando un hermano nos ofende, 2) cuando nuestro esposo o esposa nos decepciona y 3) cuando nos sentimos decepcionados con nosotros mismos. w24.03 11:1, 2

Miércoles 24 de septiembre

Sin importar cuánto hayamos progresado, sigamos andando correctamente por ese mismo camino (Filip. 3:16).

De vez en cuando, oirá experiencias de hermanos que decidieron hacer más por Jehová. Quizás fueron a la Escuela para Evangelizadores del Reino o se mudaron a un lugar donde se necesitaba ayuda para predicar. ¿Tiene usted las circunstancias para hacer lo mismo? ¡Pues adelante! Los siervos de Jehová siempre buscan formas de ampliar su ministerio (Hech. 16:9). Pero ¿y si por el momento usted no puede hacerlo? No piense que vale menos que los que sí pueden. Lo más importante en la carrera cristiana es el aguante (Mat. 10:22). No olvide que Jehová se siente muy feliz si usted le da lo mejor en función de sus circunstancias y habilidades. De esa manera podrá seguir constantemente a Jesús después de bautizarse (Sal. 26:1). w24.03 10:11

Jueves 25 de septiembre

Con bondad nos perdonó todas nuestras ofensas (Col. 2:13).

Nuestro Padre celestial promete perdonarnos si nos arrepentimos (Sal. 86:5). Por eso, si lamentamos de corazón nuestros pecados, no tenemos razones para dudar de que cumple su palabra: seguro que nos ha perdonado. Recordemos que él no es exigente, sino razonable, y que nunca nos pide más de lo que podemos dar. Si lo que hacemos por él es lo mejor que podemos, sea grande o pequeño, lo valora muchísimo. Pensemos también en personajes bíblicos que sirvieron a Jehová con toda el alma. Por ejemplo, el apóstol Pablo trabajó incansablemente durante años recorriendo miles de kilómetros y fundando muchas congregaciones. Pero llegó un momento en el que sus circunstancias cambiaron y ya no pudo predicar tanto como antes. ¿Dejó de estar Jehová contento con él? Por supuesto que no. Pablo siguió haciendo lo que podía, y Jehová siguió bendiciéndolo (Hech. 28:30, 31). De manera parecida, no siempre podremos darle a Jehová lo mismo, pero lo que cuenta para él es por qué lo hacemos. w24.03 13:7, 9

Viernes 26 de septiembre

Temprano por la mañana, Jesús se fue a un lugar solitario y allí se puso a orar (Mar. 1:35).

Jesús les dio un buen ejemplo a sus discípulos. Durante su ministerio oró con frecuencia. Tuvo que sacar tiempo para orar porque por lo general estaba muy ocupado y rodeado de gente (Mar. 6:31, 45, 46). Solía madrugar para estar a solas y hablar con su Padre. En al menos una ocasión oró toda la noche antes de tomar una decisión importante (Luc. 6:12, 13). Y, la noche antes de morir, Jesús le oró vez tras vez a Jehová, pues sabía que tenía por delante la parte más difícil de su ministerio en la Tierra (Mat. 26:39, 42, 44). El ejemplo de Jesús nos enseña que, por muy ocupados que estemos, debemos sacar tiempo para orarle a Jehová. Como Jesús, quizás tengamos que programar momentos para orar: tal vez podríamos levantarnos un poco más temprano en la mañana o quedarnos hasta más tarde en la noche. Así le demostramos a Jehová cuánto valoramos este regalo tan especial. w23.05 20:4, 5

Sábado 27 de septiembre

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones mediante el espíritu santo que hemos recibido (Rom. 5:5).

Un diccionario bíblico dice que la palabra “derramado” del texto de hoy transmite la idea de un río que viene sobre nosotros. ¡Qué imagen tan impactante para describir cuánto ama Jehová a los ungidos! Los ungidos saben que “son amados por Dios” (Jud. 1). Todos ellos se sienten identificados con lo que dijo el apóstol Juan: “¡Miren qué amor tan grande nos tiene el Padre que se nos llama hijos de Dios!” (1 Juan 3:1). ¿Ama Jehová solo a los ungidos? No, él ha demostrado que ama a todos sus siervos. ¿Cuál es la prueba más grande que tenemos de que Jehová nos ama? El rescate. Ese acto demuestra que nos ama más que nadie (Juan 3:16; Rom. 5:8). w24.01 4:9, 10

Domingo 28 de septiembre

El día en que suplique ayuda, mis enemigos retrocederán. Tengo plena confianza en esto: Dios está de mi parte (Sal. 56:9).

El texto de hoy nos revela una cosa que hizo David para vencer sus miedos en una situación de vida o muerte: meditó en lo que Jehová haría por él en el futuro. Sabía que Dios lo rescataría en el momento debido. A fin de cuentas, Jehová había prometido que David sería el siguiente rey de Israel (1 Sam. 16:1, 13). David también sabía que, si Jehová lo había prometido, podía darlo por hecho. ¿Qué nos ha prometido Dios a nosotros? Por supuesto, no nos ha prometido que ahora viviremos una vida sin problemas. Pero, sea lo que sea que tengamos que pasar en este sistema, Jehová ha prometido que en el nuevo mundo eliminará todos los problemas (Is. 25:7-9). No hay duda de que tiene poder suficiente para resucitar a los muertos, para curarnos y para eliminar a todos nuestros enemigos (1 Juan 4:4). w24.01 1:12, 13

Lunes 29 de septiembre

Feliz aquel al que se le perdona la ofensa, al que se le cubre su pecado (Sal. 32:1).

Piense en por qué se dedicó y se bautizó. Dio esos pasos porque deseaba ponerse de parte de Jehová. Recuerde lo que lo ayudó a convencerse de que esta es la verdad. Llegó a conocer a Jehová, a verlo como su Padre celestial y a respetarlo y amarlo. Su fe creció y lo motivó a arrepentirse de sus pecados. Dejó de hacer las cosas que Jehová odia y comenzó a hacer lo que a él le gusta. Sintió un gran alivio al ver que Dios lo perdonaba (Sal. 32:2). Se propuso ir a las reuniones y hablar con otros de las maravillosas enseñanzas que iba aprendiendo. Ahora que es un cristiano dedicado y bautizado, está andando por el camino que lleva a la vida y está decidido a no abandonarlo (Mat. 7:13, 14). Manténgase firme e inamovible, y esté siempre decidido a amar a Jehová y obedecer sus normas. w23.07 31:14, 19

Martes 30 de septiembre

Dios es fiel y no dejará que sean tentados más allá de lo que puedan soportar, sino que, cuando venga la tentación, también les dará la salida para que puedan aguantarla (1 Cor. 10:13).

Meditar en que hemos prometido hacer la voluntad de Jehová nos dará fuerzas para resistir cualquier tentación. Por ejemplo, ¿vamos a coquetear con alguien que está casado? ¡Por supuesto que no! Al dedicarnos a Jehová, ya le cerramos la puerta a esa opción. Como desde el principio no permitimos que los malos deseos echen raíces en nuestro corazón, no tendremos que pasar el mal trago de luchar para arrancarlos después. Nos alejaremos por completo del “sendero de los malvados” (Prov. 4:14, 15). El ejemplo de Jesús puede ayudarnos. Tal como él estaba decidido a agradar a su Padre, nosotros también rechazaremos de inmediato y con firmeza todo lo que sabemos que le desagrada al Dios al que estamos dedicados (Mat. 4:10; Juan 8:29). En realidad, los problemas y las tentaciones nos permiten demostrar que estamos decididos a seguir constantemente a Jesús. Y sabemos que Jehová nos ayudará a lograrlo. w24.03 10:8-10

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