Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos
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13-19 DE ENERO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 135-137
“Nuestro Señor es más grande que todos los demás dioses”
it-2 675 párrs. 4, 5
Poder, Obras poderosas
El control que Dios tiene sobre las fuerzas naturales lo distingue. Sería razonable esperar que, para probar que es el Dios verdadero, Jehová demostrara su control sobre las fuerzas creadas, haciéndolo de tal manera que su nombre estuviese relacionado inequívocamente con ello. (Sl 135:5, 6.) Como el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas siguen sus órbitas regulares; las condiciones atmosféricas terrestres (que causan el viento, la lluvia y otros efectos) obedecen las leyes que las gobiernan, como las langostas salen en enjambres y los pájaros migran, todas estas funciones normales y otras muchas no bastarían para santificar el nombre de Dios frente a la oposición y la adoración falsa.
Sin embargo, Jehová Dios podía hacer que la creación natural y los elementos dieran testimonio de su Divinidad, valiéndose de ellos para cumplir propósitos específicos que trascendieran de sus funciones ordinarias, y a menudo en un tiempo señalado específicamente. Incluso cuando no se trataba de acontecimientos extraordinarios en sí mismos, como en el caso de una sequía, una tormenta o condiciones climatológicas similares, dichos fenómenos naturales adquirían una carácter especial por cuanto ocurrían en cumplimiento de una profecía dada por Jehová. (Compárese con 1Re 17:1; 18:1, 2, 41-45.) Pero en la mayoría de los casos, los acontecimientos en sí eran extraordinarios, bien por su magnitud o intensidad (Éx 9:24), o debido a que ocurrían de una manera completamente insólita o en un tiempo que no era normal. (Éx 34:10; 1Sa 12:16-18.)
27 DE ENERO A 2 DE FEBRERO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 140-143
¿Qué hará después de orar?
w15 15/3 32 ¶2
Casarse “solo en el Señor”: ¿Sigue siendo posible?
Habrá ocasiones en las que tal vez te sientas como David cuando dijo: “Apresúrate, respóndeme, oh Jehová. Mi espíritu se ha acabado. No ocultes de mí tu rostro” (Sal. 143:5-7, 10). En esos momentos, no te rindas. Sé paciente y espera hasta que Jehová te haga ver cómo debes actuar. Lee su Palabra y medita en ella. De ese modo entenderás mejor lo que él espera de ti y verás cómo cuidó a sus siervos en el pasado. Eso te ayudará a seguir confiando en Jehová y a no desobedecerle.
3-9 DE FEBRERO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 144-146
“¡Feliz el pueblo que tiene por Dios a Jehová!”
w18.04 32 párrs. 3, 4
Preguntas de los lectores
2. Encaja bien con el resto del Salmo 144. Al usar en el versículo 12 la palabra then (“entonces”), se entiende que las cosas buenas mencionadas en los versículos 12 a 14 las disfrutan los justos, quienes en el versículo 11 le piden a Dios que los salve de los malvados. Este cambio también se refleja en el versículo 15. Ahora, las dos veces que aparece la palabra “feliz” se complementan y tienen el mismo tono positivo. Así que, en los dos casos, el pueblo que es feliz es el mismo: “el pueblo cuyo Dios es Jehová”. Recordemos, además, que el texto hebreo original no tenía comillas ni ningún otro signo de puntuación. Por eso, para determinar el sentido correcto del texto, los traductores deben tomar en cuenta el estilo poético del hebreo, el contexto y los pasajes bíblicos relacionados.
3. Concuerda con otros pasajes bíblicos que hablan de las bendiciones que Dios les dará a sus siervos fieles. Debido al cambio en la traducción del término ascher, el Salmo 144 ahora refleja la sólida confianza de David en que, después de que Dios liberara a la nación de Israel de sus enemigos, la bendeciría con felicidad y prosperidad (Lev. 26:9, 10; Deut. 7:13; Sal. 128:1-6). Por ejemplo, Deuteronomio 28:4 dice: “Benditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu suelo y el fruto de tu bestia doméstica, la cría de tu vacada y el hijuelo de tu rebaño”. En efecto, durante el reinado de Salomón, el hijo de David, la nación disfrutó de paz y prosperidad como nunca antes. Lo que es más, algunos aspectos de ese reinado prefiguran el gobierno del Mesías (1 Rey. 4:20, 21; Sal. 72:1-20).
17-23 DE FEBRERO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 1
Joven, ¿a quién escucharás?
w05 15/2 19, 20 párrs. 11, 12
Protejamos nuestra identidad cristiana
11 Procuremos agradar a Dios, y no al hombre. Es natural que la pertenencia a un grupo defina en parte nuestra identidad. Todos necesitamos amigos, y nos agrada sentirnos aceptados. Durante la adolescencia —y también en otras etapas de la vida—, la presión de los compañeros puede ser intensa, lo que produce un fuerte deseo de imitar o agradar a los demás. Pero hay que tener en cuenta que los compañeros no siempre desean lo mejor para nosotros. A veces simplemente quieren tener a alguien con quien realizar sus fechorías (Proverbios 1:11-19). Cuando un cristiano sucumbe ante la presión de hacer algo malo, suele ocultar su identidad (Salmo 26:4). “No traten de imitar el modo de vivir de este mundo”, aconsejó el apóstol Pablo (Romanos 12:2, La Escritura Santa). Jehová nos suministra la fortaleza que precisamos para combatir tal presión (Hebreos 13:6).
12 Cuando la presión exterior amenaza con arruinar nuestro sentido de la identidad cristiana, conviene recordar que nuestra lealtad a Jehová es mucho más importante que la opinión pública o las tendencias populares. Las palabras de Éxodo 23:2 nos sirven de pauta: “No debes seguir tras la muchedumbre para fines malos”. En la ocasión en que la mayoría de los israelitas dudaron de la capacidad de Jehová para cumplir sus promesas, Caleb se negó rotundamente a apoyarlos. Estaba convencido de que las promesas de Dios eran fidedignas, postura que le reportó abundantes bendiciones (Números 13:30; Josué 14:6-11). ¿Estamos también dispuestos a resistir la presión de la mayoría y proteger nuestra relación con Dios?