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Examinando las Escrituras diariamente 2019
es19

Agosto

Jueves 1 de agosto

No como yo quiero, sino como tú quieres (Mat. 26:39).

Para ser buenos maestros, primero debemos dejarnos enseñar (1 Tim. 4:15, 16). De forma parecida, si Jehová lo usa a usted para disciplinar a otras personas, debe ser humilde y dejar que Jehová lo guíe. Si los demás ven que usted es humilde, lo respetarán y les será más fácil aceptar que los aconseje. Veamos el ejemplo que nos puso Jesús. Él obedeció a su Padre en todo, incluso cuando fue muy difícil. Y siempre reconoció que su sabiduría y enseñanzas venían de Dios (Juan 5:19, 30). Como era humilde y obediente, fue un maestro amable y compasivo, y las personas sinceras se sentían atraídas a él (Mat. 11:29). Sus palabras consolaban a los que estaban desanimados y se sentían débiles como una caña quebrada o la mecha de una lámpara de aceite a punto de apagarse (Mat. 12:20). Incluso cuando sus apóstoles demostraron una actitud egoísta y ambiciosa, Jesús no perdió la paciencia. Más bien, los corrigió con amor (Mar. 9:33-37; Luc. 22:24-27). w18.03 4:15, 16

Viernes 2 de agosto

Lo que corresponde a esto ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo (1 Ped. 3:21).

Pedro estaba hablando de la construcción del arca de Noé. El arca sirvió para demostrar a la vista de todo el mundo que Noé estaba dedicado a hacer la voluntad de Dios. Tenía fe e hizo lo que le mandó Jehová. Gracias a eso, él y su familia sobrevivieron al Diluvio. Cuando las personas veían el arca, sabían que Noé tenía fe en Dios. De manera parecida, cuando la gente ve a alguien bautizarse, sabe que es un discípulo cristiano y que se ha dedicado a Jehová porque tiene fe en Cristo. Al igual que Noé, los discípulos dedicados obedecen a Dios y llevan a cabo la obra que les ha dado. Jehová salvó a Noé cuando llegó el Diluvio. Del mismo modo, salvará a sus siervos bautizados fieles cuando llegue el fin de este mundo malvado (Mar. 13:10; Rev. 7:9, 10). Así que es muy importante dedicarse y bautizarse. Quien retrasa sin necesidad su bautismo pone en peligro su esperanza de vivir para siempre. w18.03 1:3, 4

Sábado 3 de agosto

La tontedad está atada al corazón del muchacho (Prov. 22:15).

Algunos padres tal vez razonen que a su hijo no se le podrá expulsar mientras no esté bautizado. Pero en realidad se están engañando. ¿Por qué? (Sant. 1:22). Es comprensible que los padres quieran que su hijo se dedique a Jehová y se bautice cuando tenga suficiente madurez. Sin embargo, sería un error razonar que Jehová no le pedirá cuentas porque no está bautizado. En realidad, su hijo es responsable ante Dios desde el momento en que sabe lo que él considera bueno y malo (Sant. 4:17). Por tanto, en lugar de aconsejarle que retrase su bautismo, los buenos padres se esfuerzan por darle el ejemplo apropiado. Procuran enseñarle desde pequeño a valorar de corazón las elevadas normas morales de Jehová (Luc. 6:40). Esa es la mejor protección para él, pues lo motivará a dejarse guiar por dichas normas (Is. 35:8). w18.03 2:12, 13

Domingo 4 de agosto

Noé andaba con el Dios verdadero (Gén. 6:9).

Noé siguió haciéndolo durante otros trescientos cincuenta años después del Diluvio (Gén. 9:28). Sin duda, es un magnífico ejemplo de fe y obediencia. Podemos imitar la fe y la obediencia de Noé defendiendo la justicia de Jehová, no siendo parte del mundo de Satanás y poniendo el Reino en primer lugar (Mat. 6:33; Juan 15:19). Claro está, debido a esto al mundo no le gustamos. Por ejemplo, como estamos resueltos a obedecer las leyes de Dios sobre el sexo y el matrimonio, los medios de comunicación nos han criticado en algunos lugares (Mal. 3:17, 18). Pero, al igual que Noé, no le tenemos miedo a la gente, sino que tenemos temor de Dios. Sabemos que solo él puede darnos vida eterna (Luc. 12:4, 5). Cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Seguiré andando con Dios cuando la gente se burle de mí o me critique? ¿Confío en que Jehová me dará las cosas necesarias incluso cuando sea difícil conseguirlas?”. Si usted imita la fe y la obediencia de Noé, puede tener la seguridad de que Jehová lo cuidará (Filip. 4:6, 7). w18.02 1:4, 8, 9, 10

Lunes 5 de agosto

El hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios (1 Cor. 2:14).

La persona física se centra en sus deseos egoístas porque se deja llevar por la actitud carnal del mundo, a la que Pablo llama “el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia” (Efes. 2:2). Este espíritu motiva a la mayoría de la gente a dejarse llevar por la corriente y hacer lo mismo que los demás. Como consecuencia, hacen lo que les parece correcto y no se esfuerzan por seguir las normas de Dios. Por regla general, a la persona física le preocupa sobre todo su reputación y las metas materialistas, o defender lo que entiende que son sus derechos. La persona física practica “las obras de la carne” (Gál. 5:19-21). Esta clase de personas toman partido en las disputas ajenas, tratan de dividir a la gente, fomentan la rebeldía, se llevan unos a otros a los tribunales, no respetan la autoridad y dan mucha importancia a comer y beber. Además, no se esfuerzan por resistir las tentaciones (Prov. 7:21, 22). w18.02 3:3-5

Martes 6 de agosto

Los hombres serán amadores placeres (2 Tim. 3:2, 4).

No hay nada de malo en disfrutar de la vida de una manera equilibrada. Algunas personas creen que hay que renunciar a todos los placeres y cosas buenas de la vida. Pero eso no es lo que enseña Jehová. La Biblia le dice a todo siervo fiel de Dios: “Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen corazón” (Ecl. 9:7). Cuando 2 Timoteo 3:4 habla de los que aman los placeres, se refiere a aquellos que dejan a Dios fuera de su vida. Notemos que el versículo no dice que ellos amarían los placeres más que a Dios, pues eso significaría que lo amarían hasta cierto punto. Dice que serían “amadores de placeres más bien que amadores de Dios”. Según un experto, este versículo “no quiere decir que ellos también aman a Dios en cierta medida. Significa que no lo aman para nada”. Esta es una seria advertencia para quienes alimentan un amor exagerado por los placeres. La frase “amadores de placeres” describe muy bien a los que son “arrebatados” por “los placeres de esta vida” (Luc. 8:14). w18.01 4:14, 15

Miércoles 7 de agosto

Honra a Jehová con tus cosas valiosas (Prov. 3:9).

Jehová es un Dios generoso. Todo lo que tenemos viene de él. A él le pertenecen todo el oro, la plata y los demás recursos naturales de nuestro planeta, y da todo lo que se necesita para que exista la vida (Sal. 104:13-15; Ageo 2:8). Jehová les dio a los israelitas maná y agua durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto (Éx. 16:35; Neh. 9:20, 21). Mediante el profeta Eliseo, Jehová hizo el milagro de multiplicar una pequeña cantidad de aceite de una viuda fiel. Gracias a esto, la mujer pudo pagar todas sus deudas y todavía le sobró dinero para el sustento de ella y sus hijos (2 Rey. 4:1-7). Por otro lado, Jehová le dio el poder a Jesús para que hiciera el milagro de suministrar alimentos y hasta dinero cuando fue necesario (Mat. 15:35-38; 17:27). Jehová puede usar lo que él quiera para sustentar todo lo que ha creado en la Tierra. Aun así, invita a sus siervos a usar lo que tienen en sentido material para apoyar su organización (Éx. 36:3-7). w18.01 3:1-3

Jueves 8 de agosto

Oh Jehová, quítame el alma (1 Rey. 19:4).

La Biblia habla de algunos siervos fieles del pasado que pensaron que no podían seguir adelante (Job 7:7). Pero no se rindieron, sino que le pidieron fuerzas a Jehová. Y él no los defraudó, pues da “poder al cansado” (Is. 40:29). Por desgracia, algunos siervos de Dios de la actualidad han pensado que lo mejor para afrontar las dificultades es “descansar un poco de la verdad”, como si las actividades cristianas fueran una carga en vez de una bendición. Por ello, dejan de leer la Biblia, de ir a las reuniones y de predicar, justo lo que Satanás desea. El Diablo sabe bien que estar muy ocupados en las actividades cristianas nos fortalece. Y él no quiere que estemos fuertes. Por eso, cuando a usted le parezca que está agotado física y emocionalmente, no se aleje de Jehová. Al contrario, acérquese a él más que nunca. Recuerde que la Biblia dice: “Él los hará firmes, él los hará fuertes” (1 Ped. 5:10; Sant. 4:8). w18.01 1:2, 3

Viernes 9 de agosto

Jehová hace bajar al Seol, y Él hace subir (1 Sam. 2:6).

El profeta Eliseo efectuó la segunda resurrección que aparece en la Biblia. En la ciudad de Sunem, vivían una importante israelita sin hijos y su esposo, que era de edad avanzada. Como ella fue muy hospitalaria con Eliseo, Dios los recompensó con un hijo. Algunos años después, el niño murió. Sin duda, ella estaba muy afligida. Con el permiso de su esposo, fue a ver al profeta, que estaba en el monte Carmelo, a unos 30 kilómetros (19 millas). Eliseo envió por delante a su servidor, Guehazí, hasta Sunem. Pero este no fue capaz de resucitarlo. Entonces llegaron la madre del niño y Eliseo (2 Rey. 4:8-31). El profeta entró en la casa y oró junto al cuerpo del niño. Entonces, Jehová le devolvió la vida. Al verlo, su madre sintió una inmensa alegría (2 Rey. 4:32-37). Sin duda, al hacer subir o levantar al hijo de la mujer de Sunem, Dios demostró que puede resucitar a los muertos. w17.12 1:7, 8

Sábado 10 de agosto

La tontedad está atada al corazón del muchacho (Prov. 22:15).

Lo opuesto a la tontedad —la sabiduría— es una prueba de madurez. Ahora bien, la madurez de una persona no depende solo de su edad, sino de que tema a Jehová y desee obedecer sus mandatos (Sal. 111:10). Los jóvenes que tienen un grado razonable de madurez espiritual no son “aventados como por olas y llevados de aquí para allá” por sus deseos o la presión de sus compañeros (Efes. 4:14). Más bien, están logrando tener “sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto” (Heb. 5:14). Demuestran que están madurando al tomar decisiones sabias (Filip. 2:12). Esta clase de sabiduría es necesaria para la salvación (Prov. 24:14). Por eso, asegúrese de que sus hijos sepan cuáles son los valores que usted tiene. Lo que dice y lo que hace debe demostrarles que está tratando de vivir según las normas de la Biblia (Rom. 2:21-23). w17.12 3:12, 13

Domingo 11 de agosto

Sigan andando en sabiduría para con los de afuera, para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno (Col. 4:5, 6).

La idea de que el hombre es capaz de resolver sus problemas puede atraer a muchos. ¿Por qué? Porque de ser cierta significaría que el ser humano no necesita a Dios y puede hacer lo que desee. Además, quizá parezca convincente porque algunos estudios indican que las guerras, la delincuencia, las enfermedades y la pobreza están disminuyendo. Un informe dice: “La humanidad está mejorando porque los seres humanos han decidido hacer del mundo un lugar mejor”. Cuando oigamos una idea que esté en contra de nuestra fe, investiguemos lo que dice la Biblia y hablemos con un hermano de experiencia. Pensemos en por qué le atrae a la gente esa idea, por qué es falsa y cómo refutarla. Todos nos protegeremos de la forma de pensar del mundo si seguimos los consejos que Pablo dio en el texto de hoy. w17.11 4:14, 17

Lunes 12 de agosto

Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres (Luc. 18:11).

Los fariseos pensaban que no tenían que mostrar misericordia, pues “consideraban como nada a los demás” (Luc. 18:9-14). Nunca seamos como los fariseos. Más bien, imitemos a Jehová y mostremos compasión (Col. 3:13). Una manera de hacerlo es asegurándonos de que a los demás les resulte fácil pedirnos perdón (Luc. 17:3, 4). Preguntémonos: “¿Les demuestro a otros que estoy dispuesto a perdonarlos las veces que sea necesario? ¿Estoy deseando hacer las paces con los que me ofenden?”. Para perdonar, tenemos que ser humildes. Los fariseos se negaban a perdonar a otras personas porque se creían mejores que ellas. Pero los cristianos debemos considerar con humildad “que los demás son superiores” a nosotros y perdonarlos con generosidad (Filip. 2:3). Podemos preguntarnos: “¿Estoy imitando a Jehová y mostrando humildad?”. En tal caso, a los demás les resultará más fácil pedirnos perdón y a nosotros nos resultará más fácil perdonarlos. Estemos siempre dispuestos a mostrar misericordia y no nos ofendamos con facilidad (Ecl. 7:8, 9). w17.11 3:6-8

Martes 13 de agosto

Es bueno celebrar con melodía a nuestro Dios (Sal. 147:1).

Puede que, al comparar nuestra voz con la de otros, nos sintamos avergonzados. Pero esto no debe impedir que cumplamos con nuestra responsabilidad de cantar para Jehová. Más bien, sostengamos en alto nuestro cancionero, levantemos la cabeza y cantemos con el corazón (Esd. 3:11). Hoy día, muchos Salones del Reino tienen pantallas donde aparece la letra de nuestras canciones. Esto nos puede ayudar a cantar con más energía. Por otro lado, es interesante que ahora el programa de la Escuela del Ministerio del Reino para ancianos incluye cantar canciones del Reino. Esto enfatiza la importancia de que los ancianos den un buen ejemplo al cantar en las reuniones. Otros hermanos no se atreven a cantar con voz fuerte porque les da vergüenza, pues creen que no tienen buena voz. Pero pensemos en lo siguiente. Cuando hablamos, “todos tropezamos muchas veces”, pero no por eso dejamos de hablar (Sant. 3:2). De forma parecida, tampoco dejaremos de cantarle a Jehová solo porque nuestra voz no sea perfecta. w17.11 1:9, 10

Miércoles 14 de agosto

Tiene que ocurrir... si ustedes sin falta escuchan la voz de Jehová su Dios (Zac. 6:15).

Cuando el profeta Zacarías terminó de ver la séptima visión, tenía mucho en que pensar. La promesa de Jehová de castigar a quienes no son honrados debió animarlo mucho. Pero en realidad todo continuaba igual. Muchos seguían comportándose con falta de honradez y haciendo cosas malas. Además, los judíos no habían terminado la reconstrucción del templo de Jehová. ¿Por qué abandonaron tan pronto la obra que Dios les había dado? ¿Regresaron a su tierra solo para acabar centrándose en tener una vida mejor? Jehová sabía lo que los judíos necesitaban. Por eso, le dio a Zacarías una última visión para asegurarles que los amaba y que agradecía todo lo que habían hecho hasta entonces. También quería que supieran que los protegería si volvían a hacer el trabajo que les había dado. Así que Jehová les hizo la promesa sobre la reconstrucción del templo que está en el texto de hoy. w17.10 4:1, 5

Jueves 15 de agosto

Dios está actuando en ustedes a fin de que haya en ustedes tanto el querer como el actuar (Filip. 2:13).

Las congregaciones se benefician mucho cuando los varones bautizados están dispuestos a aceptar mayores responsabilidades (1 Tim. 3:1). Pero es posible que algunos duden en hacerse disponibles. ¿Por qué? Quizás porque los errores del pasado les hacen pensar que no merecen ser siervos ministeriales o ancianos. O tal vez crean que no harán bien su trabajo. Si este es su caso, Jehová puede ayudarlo (Filip. 4:13). Recuerde el ejemplo de Moisés. Él tampoco se sentía capacitado para hacer lo que Dios le había mandado (Éx. 3:11). Pero Jehová lo ayudó a ser valiente y a cumplir con su responsabilidad. Por eso, si usted necesita valor, suplíquele a Jehová que lo ayude y lea la Biblia a diario. También le será útil meditar en ejemplos de siervos del pasado que fueron valientes. Además, puede pedirles con humildad a los ancianos que lo capaciten y ofrecerse para ayudar en lo que sea necesario. w17.09 5:19

Viernes 16 de agosto

La palabra de nuestro Dios durará hasta tiempo indefinido (Is. 40:8).

Dios inspiró la escritura de la Biblia, pero eso no quiere decir que también haya inspirado la traducción de la Septuaginta, la Biblia de Wyclef, la King James Version (Versión del Rey Jacobo) o alguna otra versión. Sin embargo, la historia de cómo se produjeron estas y otras traducciones prueba que, tal como prometió Jehová, su Palabra ha sobrevivido. Esto fortalece nuestra fe en que también se cumplirán todas las demás promesas de Jehová (Jos. 23:14). Cuando vemos cómo ha protegido Dios su Palabra, se fortalecen nuestra fe y nuestro amor por él. Pensemos en lo siguiente: ¿por qué nos dio Jehová su Palabra y nos garantizó que sobreviviría? Porque nos ama y quiere enseñarnos para nuestro beneficio (Is. 48:17, 18). De modo que es natural que respondamos amándolo y obedeciendo sus mandamientos (1 Juan 4:19; 5:3). w17.09 3:13, 14

Sábado 17 de agosto

Honra a tu padre y a tu madre (Efes. 6:2).

Si nuestro cónyuge no le sirve a Jehová, enseñar a los hijos a obedecer este mandato puede ser muy difícil. Por eso, demos un buen ejemplo honrando a nuestro cónyuge. Centrémonos en sus virtudes y expresemos aprecio por las cosas buenas que hace. No lo critiquemos delante de nuestros hijos. Más bien, debemos explicarles que cada persona debe escoger si le servirá a Dios o no. La buena conducta de los hijos puede motivar a nuestro cónyuge a querer conocer a Jehová. Algunos hombres tal vez le prohíban a su esposa Testigo que les enseñe la Biblia a sus hijos o que los lleve a las reuniones. Pero, incluso en esta situación, ella hace todo lo posible para enseñarles la verdad bíblica a sus hijos (Hech. 16:1; 2 Tim. 3:14, 15). Aunque ella respetará esta decisión, lo que sí puede hacer es hablarles de su fe siempre que tenga oportunidad. Así les enseñará sobre Jehová y sus normas (Hech. 4:19, 20). w17.10 2:9, 10

Domingo 18 de agosto

Háganse imitadores de Dios, como hijos amados (Efes. 5:1).

Jehová es compasivo. Nosotros estamos hechos a su imagen. Por eso es natural que nos interesemos por los demás. Incluso los que no conocen al Dios verdadero suelen mostrar compasión a otros (Gén. 1:27). En la Biblia, encontramos muchos casos de personas que fueron compasivas. Por ejemplo, recordamos a las dos mujeres que discutieron ante Salomón sobre cuál de ellas era la madre de un bebé. Cuando el rey ordenó cortarlo por la mitad, la verdadera madre se sintió tan angustiada que estuvo dispuesta a dejar que la otra mujer se lo quedara para que no lo mataran (1 Rey. 3:23-27). También recordamos a la hija del faraón. Cuando encontró a Moisés en el río, se dio cuenta de que era un bebé hebreo y de que no debía salvarlo. Pero “tuvo compasión de él” y decidió criarlo como si fuera su hijo (Éx. 2:5, 6). w17.09 2:2, 3

Lunes 19 de agosto

Jehová es paciente para con ustedes (2 Ped. 3:9).

Jehová quiere que todos sus siervos seamos humildes. Si lo somos, recibiremos muchas recompensas (Prov. 22:4). Por ejemplo, contribuiremos a la unidad y la paz de la congregación. Además, Jehová nos dará su bondad inmerecida. El apóstol Pedro dijo: “Todos ustedes cíñanse con humildad mental los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes” (1 Ped. 5:5). Hoy día, hay quienes consideran que las personas apacibles o calmadas y pacientes son débiles. Pero no es así. Estas hermosas cualidades vienen de Jehová, la persona más poderosa del universo. Él es el mejor ejemplo de apacibilidad y paciencia. Esto lo vemos en cómo respondió mediante sus ángeles a las preguntas que le hicieron Abrahán y Lot (Gén. 18:22-33; 19:18-21). Y también lo vemos en lo paciente que fue con la desobediente nación de Israel durante más de mil quinientos años (Ezeq. 33:11). w17.08 4:13, 14

Martes 20 de agosto

La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones (Filip. 4:7).

Dios nos dará su paz si le oramos. Pero notemos que Pablo dijo que la paz de Dios “supera a todo pensamiento”. ¿Qué significa esto? Algunas versiones traducen esta expresión como “sobrepasa todo lo imaginable” y “supera todo lo que podemos pensar”. Así que Pablo estaba diciendo que “la paz de Dios” es más maravillosa de lo que somos capaces de imaginar. ¿Qué lección aprendemos? Que, aunque a veces no veamos la salida a nuestros problemas, Jehová sí la ve. Y él puede hacer cosas que nos sorprendan (2 Ped. 2:9). ¿Qué podemos hacer para conservar “la paz de Dios” cuando enfrentamos problemas? Cuidar nuestra amistad con Jehová. Esta amistad solo es posible “mediante Cristo Jesús”, quien sacrificó su vida para rescatarnos del pecado. El rescate es otra de las cosas impresionantes que Jehová ha hecho. Él usa el rescate para perdonarnos los pecados, y eso nos permite tener una buena conciencia y ser sus amigos (Juan 14:6; Sant. 4:8; 1 Ped. 3:21). w17.08 2:7, 15

Miércoles 21 de agosto

El corazón se da cuenta de la amargura del alma de uno, y en su regocijo no se entremete ningún extraño (Prov. 14:10).

A veces, solo quien sufre entiende bien el dolor que siente, y puede que no le resulte fácil explicarlo. Y aun si la persona expresa lo que siente, puede que los demás no logren entender lo que trata de decir. Por todo esto, puede que nos cueste saber qué decirles a quienes están destrozados por el dolor. En muchas ocasiones, lo más útil que podemos hacer es seguir este consejo: “Lloren con los que lloran” (Rom. 12:15). Si nos cuesta decir algo en persona, quizás nos resulte más fácil expresarlo con una tarjeta, un correo electrónico, un mensaje de texto o una carta. Podemos citar un versículo consolador, contar algo bonito sobre el fallecido o hablar de algo que recordamos con cariño. También es muy útil orar por los que sufren y hacer oraciones con ellos. w17.07 2:13-16

Jueves 22 de agosto

Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre (Mat. 19:6).

Para algunas parejas, la vida de casados puede ser más difícil de lo que esperaban, y hay quienes hasta se sienten defraudados. Podrían pensar en la relación de Dios con Israel. Él se comparó a sí mismo a un esposo (Is. 54:5; 62:4). Este fue un “matrimonio” muy difícil. Sin embargo, Jehová no se dio por vencido fácilmente. Una y otra vez perdonó a los israelitas y fue leal al pacto que había hecho con ellos (Sal. 106:43-45). ¿Verdad que el amor leal de Jehová nos atrae a él? Los cristianos casados que aman a Jehová tratan de imitarlo. No intentan romper un matrimonio difícil sin tener base bíblica. Entienden que Jehová los unió y que desea que sigan juntos. Según las Santas Escrituras, la inmoralidad sexual es el único motivo por el que una persona puede divorciarse y volverse a casar (Mat. 19:5, 9). Al hacer todo lo posible para que su matrimonio funcione, apoyan la soberanía de Jehová. w17.06 4:17, 18

Viernes 23 de agosto

Tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios (Gén. 3:5).

Satanás ha puesto en duda que Jehová tenga el derecho a gobernar. Afirma que su gobernación es corrupta, que no quiere lo mejor para nosotros y que la gente sería mucho más feliz si se gobernara a sí misma (Gén. 3:1-4). También ha dado a entender que todos rechazarán su gobernación si se les presiona lo suficiente (Job 2:4, 5). Jehová está dejando pasar tiempo para que esta verdad quede bien clara: rechazar la gobernación de Dios tiene consecuencias terribles. Es evidente que Jehová sabe que las afirmaciones de Satanás son falsas. Entonces, ¿por qué ha decidido no resolver esta cuestión, sino darle tiempo para que pruebe si son ciertas o no? La respuesta tiene que ver tanto con los ángeles como con los seres humanos (Sal. 83:18). Al fin y al cabo, muchos han rechazado la gobernación de Jehová, igual que hizo la primera pareja humana. Esto podría hacer pensar a algunos que tal vez el Diablo tenía razón. w17.06 3:3, 4

Sábado 24 de agosto

Vayan y hagan discípulos (Mat. 28:19).

La obra de hacer discípulos te enseña muchas cosas. Por ejemplo, aprenderás a tener buenos hábitos de trabajo, a comunicarte bien, a tener confianza en ti mismo y a tratar a las personas con tacto (Prov. 21:5; 2 Tim. 2:24, nota). Pero esta obra también te hace feliz porque te ayuda a conocer mejor lo que dice la Biblia sobre lo que crees. Además, aprendes a colaborar estrechamente con Jehová (1 Cor. 3:9). ¿Y si vives en un lugar donde casi nadie escucha el mensaje de las buenas nuevas? Aun así, la obra de hacer discípulos puede hacerte feliz. ¿Por qué? Porque todos los miembros de la congregación colaboramos para encontrar a las personas de buen corazón. Aunque solo un hermano encuentre a alguien que acepte la verdad, todos participamos en la búsqueda y todos nos alegramos. Por ejemplo, un hermano llamado Brandon pasó nueve años sirviendo de precursor en una zona donde pocas personas escuchaban el mensaje del Reino. Dice: “Es cierto que no he logrado ayudar a nadie a bautizarse, pero otros hermanos sí. Estoy contento de haber decidido participar a tiempo completo en la obra de hacer discípulos” (Ecl. 11:6). w17.07 4:7, 9, 10

Domingo 25 de agosto

Su rostro no volvió a mostrar preocupación (1 Sam. 1:18).

Ana no podía tener hijos, mientras que Peniná, la otra esposa de Elqaná, sí los tenía (1 Sam. 1:4-7). Año tras año, Ana tenía que aguantar las burlas de Peniná, y esto la angustiaba mucho. ¿Qué la consoló? La Biblia dice que “oraba prolongadamente delante de Jehová” para contarle su problema (1 Sam. 1:12). Confiaba en que Jehová le daría un hijo o la consolaría de alguna otra forma. Nosotros seguiremos sufriendo pruebas mientras seamos imperfectos y vivamos en un mundo controlado por Satanás (1 Juan 5:19). Pero sabemos que podemos contar con “el Dios de todo consuelo” (2 Cor. 1:3). Él puede ayudarnos cuando pasamos por dificultades si, igual que Ana, le oramos de todo corazón. Como ella, tenemos que hacer más que solo contarle nuestros problemas; debemos decirle exactamente cómo nos sentimos y suplicarle intensamente, desde el corazón, que nos ayude (Filip. 4:6, 7). w17.06 1:10, 11

Lunes 26 de agosto

Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos? (Juan 21:15).

Jesús, ya resucitado, sabe que sus discípulos no han pescado nada. Mientras pescan les dice que hallarán peces si echan la red al lado derecho de la barca. Ellos obedecen, y se les hace muy difícil sacar la red “a causa de la multitud de peces” (Juan 21:1-6). Después de servirles el desayuno, Jesús se dirige a Pedro y le dice las palabras del texto de hoy. ¿A qué se refiere? A Pedro le gusta mucho pescar, así que parece que le pregunta qué es lo que ama de verdad: el negocio de la pesca o a Jesús y sus enseñanzas. Su respuesta es: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño” (Juan 21:15). Pedro demostró que hablaba en serio. De ahí en adelante, se entregó a la obra de hacer discípulos y fue una columna de la congregación del primer siglo. Así mostró el cariño que sentía por Cristo. w17.05 4:1, 2

Martes 27 de agosto

Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre? (Heb. 13:6).

Confiar totalmente en que Dios lo cuidaría con amor ayudó a Pablo hacer frente a los problemas. No permitió que las circunstancias negativas lo hundieran. ¿De qué modo obtuvo las fuerzas? No dejó de apoyarse en “el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación” (2 Cor. 1:3, 4). La base para que seamos buenos amigos de Dios es comunicarnos con él mediante la oración (Sal. 86:3, 1 Tes. 5:17; Rom. 12:12). Si dedicamos suficiente tiempo a contarle nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos a nuestro Padre celestial, nos acercaremos más a él, el “Oidor de la oración” (Sal. 65:2). Además, cuando nos damos cuenta de que nos contesta, crece nuestro amor a él. Llegamos a ver con más claridad que “Jehová está cerca de todos los que lo invocan” (Sal. 145:18). Confiar en que Dios nos cuidará con amor nos ayudará a superar cualquier prueba de fe. w17.05 3:9, 10

Miércoles 28 de agosto

Jehová ve lo que es el corazón (1 Sam. 16:7).

¿Cómo reaccionaremos si los ancianos toman una decisión que no entendemos o con la que tal vez no estamos de acuerdo? Tal situación puede poner a prueba nuestra fe en Jehová y en cómo ha organizado a su pueblo. Veamos de qué dos maneras nos protegerá la humildad. En primer lugar, la humildad nos hará admitir que no sabemos todos los detalles. No importa lo bien que conozcamos la situación, solo Jehová puede ver lo que hay en el corazón de la persona. Ser conscientes de esta verdad innegable nos ayudará a reconocer con humildad nuestras limitaciones y a cambiar nuestra opinión sobre el asunto. En segundo lugar, la humildad hará que seamos sumisos y esperemos con paciencia a que Jehová corrija las injusticias que se hayan podido cometer. El sabio Salomón escribió: “De ninguna manera le resultará bien al inicuo, ni prolongará sus días” (Ecl. 8:12, 13). Actuar con humildad es lo mejor para la salud espiritual de todos los implicados (1 Ped. 5:5). w17.04 4:10, 11

Jueves 29 de agosto

Porque de hecho fui secuestrado de la tierra de los hebreos; y tampoco aquí he hecho cosa alguna para que me metieran en el hoyo carcelario (Gén. 40:15).

Es evidente que José sufrió una injusticia. Además, dejó claro que no era culpable del delito por el que se le había encarcelado. Por eso, le encargó al copero que hablara de él a Faraón. ¿Por qué le pidió algo así? José le dijo: “Tienes que sacarme de esta casa” (Gén. 40:14). ¿Reflejan estas palabras que José aceptaba de forma pasiva su situación? En absoluto. Sabía muy bien que había sido víctima de muchas injusticias. Le explicó con claridad al copero lo que le había ocurrido, porque tal vez iba a estar en posición de ayudarlo. Sin embargo, observemos que no hay nada en la Biblia que indique que José le contara a alguien, ni siquiera a Faraón, que sus hermanos lo habían secuestrado. De hecho, cuando estos llegaron a Egipto y se reconciliaron con José, Faraón les dio la bienvenida y los invitó a establecerse en el país y disfrutar de lo mejor de esa tierra (Gén. 45:16-20). w17.04 3:12, 13

Viernes 30 de agosto

¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos! (Rom. 11:33).

Una razón por la que Jehová tiene el derecho a ser el Soberano es que posee el conocimiento y la sabiduría que se necesitan para cuidar de toda la creación. Pensemos, por ejemplo, en el poder que le dio a su Hijo para sanar enfermedades que ningún doctor podía curar (Mat. 4:23, 24; Mar. 5:25-29). Lo que Jesús hizo no fue un milagro para Dios, que sabe cómo funciona el cuerpo y puede curarlo. También tiene el conocimiento necesario para resucitar a los muertos y prevenir los desastres naturales. El mundo controlado por Satanás sigue buscando maneras de acabar con los conflictos nacionales e internacionales. Jehová es el único con la sabiduría para traer paz mundial (Is. 2:3, 4; 54:13). Mientras más descubrimos sobre el conocimiento y la sabiduría de Dios, más se parecen nuestros sentimientos a los del apóstol Pablo registrados en el texto de hoy. w17.06 4:6, 7

Sábado 31 de agosto

Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre (Mar. 10:9).

En el mundo muchas personas no toman en serio el matrimonio. Cuando empieza a haber tensiones en su relación, sencillamente se rinden y abandonan a su cónyuge. Pero los cristianos no deben actuar así (1 Cor. 7:27). Romper los votos matrimoniales equivale a mentirle a Dios, y Dios odia a los mentirosos (Lev. 19:12; Prov. 6:16-19). Jehová también odia el divorcio que implique una traición (Mal. 2:13-16). Jesús enseñó que solo hay una base bíblica para romper los votos matrimoniales: que uno de los cónyuges cometa adulterio y el cónyuge inocente decida no perdonarlo (Mat. 19:9; Heb. 13:4). La Biblia también es clara sobre el tema de la separación (1 Cor. 7:10, 11). Aunque no establece los motivos para que un matrimonio se separe, algunos cristianos casados han considerado que ciertas situaciones pueden justificar la separación, como que un esposo violento o apóstata ponga en peligro muy grave su vida o su espiritualidad. w17.04 1:14-16

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