Octubre
Martes 1 de octubre
Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara (Sant. 1:5).
La sabiduría viene de Jehová, y él la comparte con generosidad. Una manera de hacernos sabios es aceptar la disciplina de Jehová. La sabiduría nos protege de hacer lo que está mal y nos ayuda a fortalecer nuestra amistad con él (Prov. 2:10-12). Como resultado, nos mantenemos en el amor de Dios “con vida eterna en mira” (Jud. 21). Debido a nuestra imperfección, nuestra crianza y otros factores, puede que nos cueste aceptar la disciplina o verla como algo bueno. Pero, al ver los buenos resultados que produce en nuestra vida, la valoramos más y nos damos cuenta de que es una prueba del amor de Dios. Proverbios 3:11, 12 nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”. Y añade: “Porque Jehová censura al que ama”. Nunca olvidemos que Jehová quiere lo mejor para nosotros (Heb. 12:5-11). Como Jehová nos conoce muy bien, siempre nos disciplina de la manera correcta. w18.03 5:1, 2
Miércoles 2 de octubre
Sean hospitalarios unos para con otros (1 Ped. 4:9).
El apóstol Pedro escribió las palabras citadas arriba a hermanos que procedían de lugares muy diversos. Se enfrentaban a lo que él llamó un “incendio”, es decir, la persecución. ¿Qué ayudaría a los cristianos en esos tiempos tan difíciles? (1 Ped. 1:1; 4:4, 7, 12). Fijémonos en que el apóstol les dijo que mostraran hospitalidad “unos para con otros”, es decir, a aquellos que ya conocían y con los que tenían relación. ¿Cómo les beneficiaría seguir este consejo? Los ayudaría a estar más unidos. Pensemos en nuestro propio caso. Cuando un hermano nos invitó a su casa, ¿verdad que nos quedaron bonitos recuerdos? Y, cuando nosotros invitamos a un hermano, ¿verdad que nuestra amistad se fortaleció? Ser hospitalarios nos permite conocer mejor a nuestros hermanos. En tiempos de Pedro, según empeoraban las condiciones, era cada vez más necesario que los cristianos estuvieran unidos. Lo mismo nos ocurre a nosotros en estos “últimos días” (2 Tim. 3:1). w18.03 3:1-3
Jueves 3 de octubre
Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos (Mat. 5:3).
Jesús dijo que las personas espirituales son felices. Romanos 8:6 señala por qué es mejor ser espiritual. Dice: “Porque el tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz”. Si nos centramos en las cosas espirituales, estaremos en paz con Dios y sentiremos paz interior ahora, y en el futuro podremos vivir para siempre. El mundo en que vivimos es peligroso para nuestra espiritualidad. Estamos rodeados de personas que no piensan como Dios, por lo que debemos luchar para proteger la mente. Cuando alguien deja de ser espiritual, se produce un vacío moral en su vida que el mundo llena con sus actitudes y su forma de pensar carnales. El discípulo Judas dice que algunos llegan a un punto en que “no tienen espiritualidad” (Jud. 18, 19). w18.02 3:5, 7, 8
Viernes 4 de octubre
Los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor (2 Tim. 3:13).
Muchos doctores y enfermeras tratan a pacientes que sufren enfermedades contagiosas. Lo hacen porque quieren ayudarlos. Pero, si no quieren contagiarse, deben tomar precauciones. De forma parecida, muchos siervos de Jehová vivimos y trabajamos con personas que tienen actitudes y características muy diferentes de las cualidades de Dios. Si no queremos contagiarnos, debemos tener mucho cuidado. En estos últimos días, la gente no respeta las leyes de Dios sobre lo que está bien o mal. En su segunda carta a Timoteo, el apóstol Pablo describió cómo serían las personas que están alejadas de Dios (2 Tim. 3:1-5). Y, aunque esta situación nos desagrada mucho, podríamos empezar a pensar, hablar y actuar como la gente que nos rodea (Prov. 13:20). Por eso, tenemos que protegernos para no contagiarnos de esas malas características y, al mismo tiempo, ayudar a otros a conocer a Dios. w18.01 5:1, 2
Sábado 5 de octubre
Hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos (Mat. 28:19).
En el año 33, Jesús resucitado se les apareció a más de quinientos hombres, mujeres y tal vez incluso niños. Quizá fue entonces cuando dijo las palabras del texto de hoy (1 Cor. 15:6). Así que al parecer había cientos de seguidores suyos presentes cuando dio el mandato de hacer discípulos. Además, dijo que todo el que quería llevar su “yugo” como seguidor suyo tenía que bautizarse (Mat. 11:29, 30). Quienes quisieran agradar a Dios debían aceptar el papel de Jesús en el cumplimiento del propósito divino. Solo entonces podían bautizarse. Este sería el único bautismo que tendría la aprobación de Dios. En la Biblia, hay muchas pruebas de que los que se hacían discípulos de Cristo en el siglo primero entendían lo que significaba el bautismo y no lo retrasaban sin necesidad (Hech. 2:41; 9:18; 16:14, 15, 32, 33). w18.03 1:8
Domingo 6 de octubre
Oh Daniel, hombre muy deseable (Dan. 10:11).
Hoy vivimos en un mundo corrompido en sentido moral y espiritual por Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, un “lugar de habitación de demonios” (Rev. 18:2). Pero nosotros somos como extranjeros. Por ello, somos diferentes, y el mundo se burla de nosotros (Mar. 13:13). Por tanto, al igual que Daniel, acerquémonos a Jehová. Si confiamos en él y somos humildes y obedientes, Jehová también nos considerará valiosos (Ageo 2:7). Los padres de la actualidad pueden aprender mucho del ejemplo de los padres de Daniel. ¿Por qué? Porque Daniel llegó a amar a Jehová a pesar de la maldad que había en Judá durante su niñez, ya que sus padres le dieron una buena educación (Prov. 22:6). De hecho, el propio nombre de Daniel —que significa “Mi Juez Es Dios”— indica que sus padres amaban a Jehová. Por tanto, padres, sean pacientes al enseñarles a sus hijos acerca de Jehová. No se rindan (Efes. 6:4). Oren con ellos y por ellos. Si se esfuerzan por grabarles en el corazón la verdad de la Biblia, Jehová les dará muchas bendiciones (Sal. 37:5). w18.02 1:12, 14, 15
Lunes 7 de octubre
Todo proviene de ti, y de tu propia mano te hemos dado (1 Crón. 29:14).
Una razón por la que le damos a Jehová de lo que tenemos es porque así lo adoramos. En una visión, el apóstol Juan oyó a los siervos de Dios en el cielo decir: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas” (Rev. 4:11). Sin duda, Jehová merece toda la gloria y la honra, así que debemos darle lo mejor que tenemos. En tiempos de Israel, Jehová le mandó a esta nación mediante Moisés que celebrara tres fiestas al año. La Ley decía: “Ninguno debe presentarse delante de Jehová con las manos vacías” (Deut. 16:16). Como vemos, ofrecer algo material a Jehová en estas fiestas era parte de la adoración de los israelitas. Hoy día, dar sin esperar nada a cambio también es parte esencial de nuestra adoración. Al hacerlo, demostramos que valoramos y apoyamos la obra de la parte terrestre de la organización de Jehová. w18.01 3:4, 5
Martes 8 de octubre
Yo los refrescaré (Mat. 11:28).
Jesús añadió: “Tomen sobre sí mi yugo [...]. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mat. 11:29, 30). ¡Qué ciertas son estas palabras! A veces, estamos agotados cuando vamos a las reuniones y a predicar. Pero ¿verdad que cuando regresamos a casa nos sentimos con más fuerzas y mejor preparados para soportar los problemas? No hay duda de que el yugo de Jesús es suave, fácil de llevar. Veamos el caso de una hermana que padece síndrome de fatiga crónica, depresión y migrañas. Es comprensible que en su situación a veces le cueste ir a las reuniones. Pero, cierto día, después de esforzarse por ir a la Reunión Pública, escribió: “El discurso hablaba del desánimo. El orador presentó la información con tanta empatía y delicadeza que se me saltaron las lágrimas. Me di cuenta de que donde debo estar es en las reuniones”. Esta hermana se alegró muchísimo de haber hecho el esfuerzo de asistir. w18.01 1:6, 7
Miércoles 9 de octubre
Mis pies casi se habían desviado (Sal. 73:2).
¿Qué pueden hacer los padres si su hijo empieza a cuestionar su fe después de bautizarse? Por ejemplo, un adolescente puede sentirse atraído por las cosas del mundo o empezar a preguntarse si seguir los principios bíblicos es lo mejor (Sal. 73:1-3, 12, 13). Los padres deben darse cuenta de que su reacción puede influir en si su hijo seguirá sirviendo a Jehová o no. Tienen que intentar no pelear con él, tanto si es un adolescente como si todavía es un niño. Deben asegurarse de que sepa que lo aman y desean ayudarlo. Por supuesto, el joven que se ha bautizado le ha prometido a Jehová amarlo y poner su voluntad por encima de todo lo demás (Mar. 12:30). Dios toma esta promesa muy en serio, y lo mismo deben hacer todos los que le han dedicado su vida (Ecl. 5:4, 5). w17.12 3:16, 17
Jueves 10 de octubre
Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día (Juan 11:24).
Al igual que Marta, los siervos fieles de Dios de la antigüedad sabían que habrá una resurrección en el futuro. Pensemos en lo que Dios le dijo a Abrahán que hiciera con Isaac, el heredero que por tanto tiempo había esperado. Le dijo que tomara a su hijo, a quien amaba tanto, y lo ofreciera “como ofrenda quemada” (Gén. 22:2). Imaginémonos cómo debió sentirse. Jehová le había prometido que todas las naciones se bendecirían mediante su descendencia (Gén. 13:14-16; 18:18; Rom. 4:17, 18). Además, le había dicho que la descendencia vendría “por medio de Isaac” (Gén. 21:12). Pero ¿cómo se cumplirían esas promesas si Abrahán sacrificaba a Isaac? Dios inspiró a Pablo a explicar que Abrahán creía que Dios tenía el poder de resucitar a su hijo (Heb. 11:17-19). Él no podía saber cuándo sería resucitado Isaac. Pero confiaba en que Jehová le devolvería la vida. w17.12 1:12-14
Viernes 11 de octubre
Estoy limpio de la sangre de todo hombre (Hech. 20:26).
Al igual que Pablo, debemos esforzarnos por ver la vida como la ve Jehová, quien “desea que todos alcancen el arrepentimiento” (2 Ped. 3:9). ¿Desea usted lo mismo? Si procuramos mostrar misericordia, predicaremos con más entusiasmo y sentiremos más gozo. Otra manera de demostrar que vemos la vida como la ve Jehová es tomándonos en serio las normas de seguridad. Debemos trabajar y manejar vehículos de forma segura en todo momento, lo que incluye cuando hacemos trabajos de construcción y mantenimiento, y cuando viajamos a una reunión o asamblea. La seguridad y la salud son más importantes que la producción, el dinero y los horarios. Nuestro Dios siempre hace lo que es correcto y apropiado, y nosotros queremos ser como él. Los ancianos son los primeros que deben estar pendientes de su propia seguridad y la de quienes los rodean (Prov. 22:3). Por tanto, si un anciano nos recuerda alguna medida o norma de seguridad, debemos hacerle caso (Gál. 6:1). Si vemos la vida como la ve Jehová, no tendremos “ninguna culpa de sangre” (Deut. 19:10). w17.11 3:11, 12
Sábado 12 de octubre
Que no los prive del premio nadie (Col. 2:18).
Igual que el apóstol Pablo, los cristianos ungidos de hoy tienen la maravillosa expectativa de recibir “el premio de la llamada hacia arriba” (Filip. 3:14). Desean mucho estar con Jesús en su Reino celestial y junto con él ayudar a los humanos a ser perfectos (Rev. 20:6). ¡Qué magnífica esperanza les ha dado Jehová! Las otras ovejas esperan algo diferente. Anhelan obtener el premio de la vida eterna en la Tierra, lo que las hace muy felices (2 Ped. 3:13). A fin de ayudar a sus hermanos ungidos a ser fieles y conseguir el premio, Pablo les hizo esta exhortación: “Mantengan la mente fija en las cosas de arriba” (Col. 3:2). Debían tener presente la maravillosa esperanza de recibir la herencia celestial (Col. 1:4, 5). No hay duda de que meditar en las bendiciones que Jehová ha prometido dar a sus siervos nos ayudará a no perder de vista el premio (1 Cor. 9:24). w17.11 5:1, 2
Domingo 13 de octubre
Canten a Jehová (Sal. 96:1).
Muchas de las canciones de Cantemos con gozo a Jehová están escritas como si fueran una oración a Dios. Esto nos permite expresarle nuestros sentimientos. Otras canciones nos motivan a animar a los hermanos a mostrar amor y hacer buenas obras (Heb. 10:24). Así que conviene que conozcamos bien la melodía, el ritmo y la letra de las canciones. Para lograrlo, podemos escuchar las versiones cantadas que estén disponibles en jw.org. Al practicar las canciones en casa, aprenderemos a cantarlas con confianza y con el corazón. Recordemos que cantar es una parte fundamental de nuestra adoración. Es una manera muy importante de demostrarle a Jehová nuestro amor y gratitud (Is. 12:5). Cuando cantamos con gozo y entusiasmo, animamos a otros a hacer lo mismo. Todos en la congregación, seamos jóvenes, mayores o nuevos, podemos participar en esta forma de adorar a Dios. Por eso, no dudemos en cantarle desde el corazón. ¡Cantemos con gozo a Jehová! w17.11 1:18, 19
Lunes 14 de octubre
Demuestren ser cautelosos como serpientes, y, sin embargo, inocentes como palomas (Mat. 10:16).
Gran cantidad de refugiados proceden de países donde no se puede predicar libremente. Miles escuchan “la palabra del reino” por primera vez gracias a Testigos entusiastas del país al que han huido (Mat. 13:19, 23). Muchos de los que “están cargados” encuentran alivio espiritual en las reuniones y enseguida reconocen que Dios está con nosotros (Mat. 11:28-30; 1 Cor. 14:25). Si predican a los refugiados, sean “cautelosos” y también perspicaces (Prov. 22:3). Sigan las instrucciones de la sucursal y de las autoridades. No corran riesgos ni pongan en peligro a nadie. Escuchen con paciencia las preocupaciones de los refugiados, pero no hablen de política; averigüen qué aspectos de su cultura y religión son delicados, y sean respetuosos. Por ejemplo, en algunos países hay opiniones muy fuertes sobre cómo debe vestir una mujer. Por ello, en la predicación, las hermanas se vestirán de forma que no ofendan innecesariamente a los refugiados. w17.05 1:17, 18
Martes 15 de octubre
Que su habla siempre sea con gracia (Col. 4:6).
Podemos pedirle a Jehová que nos dé su espíritu santo para hablarles a nuestros parientes no Testigos de forma apacible y bondadosa. No debemos tratar de debatir todas sus creencias falsas. Si dicen o hacen algo que nos ofende, podemos imitar a los apóstoles. Pablo escribió: “Cuando se nos injuria, bendecimos; cuando se nos persigue, lo soportamos; cuando se nos infama, suplicamos [o, respondemos con apacibilidad]” (1 Cor. 4:12, 13). Aunque hablar con apacibilidad puede ayudarnos a mantener la paz con nuestros parientes, tener una buena conducta puede ayudarnos aún más (1 Ped. 3:1, 2, 16). Si damos un buen ejemplo, podemos lograr que vean que los testigos de Jehová disfrutan de matrimonios felices, cuidan a sus hijos y viven una vida limpia y plena. Incluso si nuestros parientes nunca se hacen Testigos, podemos sentir el gozo de saber que estamos agradando a Jehová porque somos fieles. w17.10 2:13, 14
Miércoles 16 de octubre
Preséntate aprobado a Dios (2 Tim. 2:15).
No nos sorprende que hoy día muchas personas hagan grandes cambios al estudiar la Palabra de Dios. Eso mismo pasó con los cristianos del siglo primero, que tenían la esperanza de ir al cielo (1 Cor. 6:9-11). El apóstol Pablo mencionó la clase de personas que no heredarán el Reino de Dios, y luego les dijo a los cristianos: “Eso era lo que algunos de ustedes eran”. Pero la Palabra de Dios y el espíritu santo los ayudaron a cambiar. Incluso después de hacerse cristianos, algunos cometieron errores graves que dañaron su amistad con Jehová. Por ejemplo, la Biblia habla de un cristiano ungido que tuvo que ser expulsado. Pero luego hizo los cambios necesarios y volvió a la congregación (1 Cor. 5:1-5; 2 Cor. 2:5-8). Nos anima ver los cambios que muchos hermanos han podido hacer con la ayuda de la Palabra de Dios. Por eso queremos usarla bien. w17.09 4:2, 3
Jueves 17 de octubre
No amemos de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad (1 Juan 3:18).
Jehová es la Fuente del amor (1 Juan 4:7). La forma más elevada de amor se basa en principios justos, y la Biblia usa la palabra griega agápe para referirse a él. Aunque este amor puede incluir sentimientos de cariño, se demuestra sobre todo con actos desinteresados por el bien de los demás. Un diccionario explica que el agápe “solo puede conocerse a base de las acciones que provoca”. Nos hace sentir gozo y le da sentido a nuestra vida. Jehová les mostró amor a los seres humanos incluso antes de crear a Adán y Eva. Por ejemplo, creó la Tierra para que fuera nuestro hogar eterno y tuviera todo lo necesario no solo para que sobrevivamos, sino para que disfrutemos al máximo de la vida. Y todo lo hizo para nuestro beneficio, no para el suyo. Además, les dio a los seres humanos la posibilidad de vivir para siempre en el Paraíso. w17.10 1:1, 2
Viernes 18 de octubre
Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo (Sant. 2:8).
Santiago añadió: “Si continúan mostrando favoritismo, están obrando un pecado” (Sant. 2:9). Si amamos al prójimo, no tendremos prejuicios contra nadie debido a su nivel de estudios, su raza o su posición social. La imparcialidad no se puede fingir, sino que tiene que formar parte de nuestra personalidad. El amor es también “sufrido y bondadoso” y “no se hincha” (1 Cor. 13:4). Así que necesitamos paciencia, bondad y humildad para seguir llevando a la gente el mensaje del Reino (Mat. 28:19). Estas cualidades también nos ayudan a llevarnos bien con todos los hermanos de la congregación. Si todos demostramos este amor, las congregaciones estarán más unidas y honrarán a Jehová. Además, otras personas se sentirán atraídas a la verdad. Por eso, la descripción que hace la Biblia de la nueva personalidad concluye con estas palabras: “Además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión” (Col. 3:14). w17.08 4:18, 19
Sábado 19 de octubre
Jehová siguió enviando avisos contra ellos vez tras vez, porque sentía compasión por su pueblo (2 Crón. 36:15).
Nosotros debemos compadecernos de quienes no conocen a Dios pero todavía pueden arrepentirse y ser sus amigos. Jehová no desea que nadie sea destruido (2 Ped. 3:9). Por eso, mientras quede tiempo, sigamos llevándoles el mensaje de advertencia a todas las personas para que puedan beneficiarse de la compasión de Dios. También podemos aprender del ejemplo de Jesús. Cuando vio que las personas que lo seguían “estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor”, ¿cómo reaccionó? “Se compadeció de ellas” y “comenzó a enseñarles muchas cosas” (Mat. 9:36; Mar. 6:34). Su actitud fue muy diferente de la de los fariseos, que no querían ayudar a la gente común (Mat. 12:9-14; 23:4; Juan 7:49). ¿Somos como Jesús y deseamos de corazón ayudar a quienes necesitan conocer a Jehová? w17.09 2:6, 9
Domingo 20 de octubre
Me pondré activo, y ¿quién puede volver mi mano atrás? (Is. 43:13).
Mientras José estaba preso en Egipto, no se imaginaba que llegaría a ser la segunda persona más poderosa del país. Tampoco pensaba que Jehová lo usaría para evitar que su familia muriera de hambre (Gén. 40:15, nota; 41:39-43; 50:20). Sin duda, Jehová hizo mucho más de lo que José esperaba. ¿Esperaba Sara que a su edad Jehová le permitiera dar a luz un hijo? Sin duda, el nacimiento de Isaac fue mucho más de lo que Sara podía imaginarse (Gén. 21:1-3, 6, 7). Claro, no esperamos que Jehová haga un milagro y elimine todos nuestros problemas antes de que llegue el nuevo mundo. Y tampoco le exigimos que haga que pasen cosas espectaculares en nuestra vida. Pero sabemos que Dios ayudó a sus siervos del pasado de maneras impresionantes. Y él no ha cambiado (Is. 43:10-12). Estamos seguros de que puede hacer lo que sea necesario a fin de darnos poder para cumplir su voluntad (2 Cor. 4:7-9). Sí, Jehová puede ayudarnos a enfrentar las situaciones más difíciles si somos fieles siempre. w17.08 2:13, 14
Lunes 21 de octubre
Haz rodar sobre Jehová mismo tus obras, y tus planes serán firmemente establecidos (Prov. 16:3).
Cuando estás en el servicio de tiempo completo, pasas tiempo con otros siervos de tiempo completo. Esto te ayudará a ser un cristiano maduro. Muchos han descubierto que servir a Jehová plenamente durante la juventud los ha ayudado cuando se han casado. A menudo, los que son precursores antes de casarse pueden seguir siéndolo junto con su cónyuge (Rom. 16:3, 4). Nuestros planes reflejan lo que tenemos en el corazón. El Salmo 20:4 dice de Jehová: “Que te dé conforme a tu corazón, y todo tu consejo te lo cumpla”. Así que piensa en lo que quieres hacer con tu vida, en lo que Dios está haciendo ahora y en lo que puedes hacer en su servicio. Luego, planea hacer lo que le agrada a Jehová. Servir a Jehová plenamente te hará muy feliz, pues usarás tu vida para honrarlo. Así es, “deléitate exquisitamente en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón” (Sal. 37:4). w17.07 4:15-18
Martes 22 de octubre
Alaben a Jah, porque es agradable... la alabanza es propia (Sal. 147:1).
Por lo general, todos alabamos a las personas que hacen algo bien o tienen una buena cualidad cristiana. Claro, Jehová es quien merece nuestras mayores alabanzas. Las merece por el inmenso poder que vemos en su creación y por el gran amor que nos demostró al enviar a su Hijo a morir por la humanidad. El escritor del Salmo 147 deseaba de corazón alabar a Jehová. Además, animó a otras personas a alabarlo con él (Sal. 147:7, 12). No sabemos quién escribió este salmo, pero al parecer vivió cuando Jehová sacó a los israelitas de Babilonia y los llevó de regreso a Jerusalén (Sal. 147:2). Sin duda, este escritor alabó a Jehová por hacer que su pueblo lo adorara de nuevo en su propia tierra. ¿Y qué razones tenemos nosotros para decir “alaben a Jah”? (Sal. 104:35, nota; 147:1). w17.07 3:1-3
Miércoles 23 de octubre
Háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos (Luc. 16:9).
Jesús sabía que a la mayoría de sus discípulos se les haría difícil ganarse la vida en este mundo injusto. ¿Por qué dijo Jesús que las riquezas eran “injustas”? La Biblia no lo explica, pero sí deja claro que no formaba parte del propósito de Dios el que nos dedicáramos a hacer negocios. ¿Por qué decimos esto? Porque en el jardín de Edén Jehová les dio a Adán y Eva más de lo que necesitaban (Gén. 2:15, 16). Además, cuando Dios derramó su espíritu santo sobre los ungidos del siglo primero, “ni siquiera uno de ellos decía que fuera suya propia cosa alguna de las que poseía; más bien, todas las cosas las tenían en común” (Hech. 4:32). El profeta Isaías dijo que llegaría un día en el que todas las personas disfrutarían de lo que produce la Tierra (Is. 25:6-9; 65:21, 22). Mientras tanto, los discípulos de Jesús necesitarían “sabiduría práctica” para ganarse la vida con las “riquezas injustas” de este mundo y, al mismo tiempo, esforzarse por agradar a Dios (Luc. 16:8). w17.07 1:4-6
Jueves 24 de octubre
Todo lo que tiene está en tu mano (Job 1:12).
En el libro de Job, uno de los más antiguos de la Biblia, leemos que Satanás afirmó que Job rechazaría a Dios si sufría mucho. Le pidió a Jehová que él mismo le causara daño a Job. Dios no lo hizo, aunque le permitió que probara a su siervo. Job perdió en poco tiempo a sus siervos, sus medios de subsistencia y a sus diez queridos hijos. Satanás logró que pareciera que Dios era el culpable de sus sufrimientos (Job 1:13-19). Luego le causó a Job una enfermedad dolorosa y repugnante (Job 2:7). Para empeorar las cosas, su esposa y tres hombres que decían ser sus amigos lo desanimaron (Job 2:9; 3:11; 16:2). ¿Tenía razón Satanás? No, estaba totalmente equivocado, pues Job no le dio la espalda a Dios (Job 27:5). w17.06 3:9, 10
Viernes 25 de octubre
Si alguno no provee para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe (1 Tim. 5:8).
Pescar no era el pasatiempo de Pedro; era su forma de ganarse la vida. Los cabezas de familia saben que la Biblia les manda cubrir las necesidades materiales de los suyos. Para lograrlo, tienen que trabajar mucho. Pero, además, el empleo suele ser un motivo de ansiedad en estos últimos días. Como la competencia para conservar uno de los pocos empleos disponibles es muy intensa, mucha gente se siente obligada a trabajar más horas, a veces por menos dinero. Además, se presiona constantemente a los empleados para que aumenten la producción. Eso tiene graves consecuencias físicas, mentales y emocionales. Quienes no están dispuestos a hacer esos sacrificios por su empresa se arriesgan a perder el trabajo. La lealtad principal del cristiano es hacia Jehová, no hacia su patrono (Luc. 10:27). El trabajo es tan solo un medio para conseguir un fin: cubrir nuestras necesidades básicas y apoyar la predicación. Pero, si no tenemos cuidado, podría estorbar el servicio que le damos a Dios. w17.05 4:5-7
Sábado 26 de octubre
Escucha a tu padre, que causó tu nacimiento, y no desprecies a tu madre simplemente porque ha envejecido (Prov. 23:22).
A veces, hermanos que llevan poco tiempo en la congregación le piden ayuda a alguien con más experiencia para enseñarles la verdad a sus hijos. Si un padre nos dice que estudiemos la Biblia con su hijo, debemos recordar que no estamos asumiendo su papel (Efes. 6:1-4). Incluso es posible que se nos pida que estudiemos con el hijo de alguien que no está interesado en la verdad. En estos casos, hay que tener presente que dar ayuda espiritual no nos convierte en su padre o madre. También es sensato estudiar en la casa de los niños cuando estén los padres o un cristiano maduro, o en un lugar público apropiado. De esta manera, no se dará lugar a malas interpretaciones. Se espera que con el tiempo los padres se encarguen de educar espiritualmente a sus hijos, tal como Jehová les manda. w17.06 1:15, 16
Domingo 27 de octubre
Si yo no entiendo al que está hablando, el que está hablando será extranjero para mí (1 Cor. 14:11).
Si un hijo no se identifica con la cultura de sus padres, es posible que no quiera aprender ni su idioma ni su fe. Los padres cristianos anteponen el bienestar espiritual de sus hijos a las preferencias personales (1 Cor. 10:24). Un hermano llamado Samuel relata: “Mi esposa y yo nos fijamos en qué idioma se desarrollaban mejor espiritualmente nuestros hijos y le pedimos a Jehová sabiduría. Cuando vimos que no sacaban mucho provecho de las reuniones en nuestro idioma, decidimos cambiar de congregación. Íbamos juntos a las reuniones y solíamos predicar con ellos. Además, invitábamos a los hermanos a comer y a ir de excursión. Todo esto contribuyó a que nuestros hijos conocieran mejor a los hermanos y vieran a Jehová no solo como su Dios, sino como su Padre y Amigo. Nos parecía que eso era mucho más importante que el que dominaran nuestro idioma”. w17.05 2:11-13
Lunes 28 de octubre
Bendigan a Jehová (Juec. 5:2).
Pronto la Tierra estará habitada solo por los que quieren que su gobernante sea Jehová y nadie más. ¿Verdad que deseamos mucho que venga ya ese día? Igual que Débora y Barac, clamamos: “Perezcan todos tus enemigos, oh Jehová, y sean los que te aman como cuando el sol sale en su poderío” (Juec. 5:31). Este deseo se cumplirá cuando Jehová destruya el malvado mundo de Satanás. Cuando comience la batalla de Armagedón, no hará falta que ningún hombre se ofrezca para aplastar al enemigo. Será el momento de quedarnos quietos y ver la salvación de Jehová (2 Crón. 20:17). Mientras tanto, hay muchas oportunidades para apoyar la voluntad de Dios con valor y entusiasmo. Débora y Barac comenzaron su canción de victoria alabando al Altísimo, no a hombres. Dijeron: “Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, bendigan a Jehová” (Juec. 5:1, 2). Deseamos que también hoy nuestra disposición a servir a Dios beneficie a otros y los impulse a alabar siempre a Jehová. w17.04 5:17, 18
Martes 29 de octubre
Tampoco aquí he hecho cosa alguna para que me metieran en el hoyo carcelario (Gén. 40:15).
Aunque José no olvidó lo que había sufrido durante las pruebas que experimentó por trece años, tampoco se amargó (Gén. 45:5-8). Y, lo que es más importante, no permitió que las imperfecciones y los errores de los demás lo alejaran de Jehová. Su lealtad le dio la oportunidad de ver cómo corregía Dios las injusticias y cómo los bendecía a él y a su familia. De igual modo, debemos atesorar y proteger nuestra amistad con Jehová. Nunca dejemos que las imperfecciones de nuestros hermanos nos alejen del Dios al que amamos y adoramos (Rom. 8:38, 39). Más bien, si un hermano nos trata injustamente, hagamos lo mismo que hizo José y acerquémonos todavía más a Jehová, esforzándonos por ver las cosas como él las ve. Una vez que hayamos hecho todo lo posible para arreglar la situación siguiendo los principios de la Biblia, tenemos que dejar el asunto en manos de Dios y confiar en que él lo corregirá de la forma y en el momento que considere oportunos. w17.04 3:12, 15, 16
Miércoles 30 de octubre
Si realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida (1 Sam. 1:11).
Ana cumplió con todo lo que le había dicho a Dios. Ni siquiera pensó en faltar a su promesa. Lo llevó a Siló, al tabernáculo, y lo presentó ante el sumo sacerdote Elí, al que dijo: “Respecto a este muchacho oré que Jehová me concediera mi petición que le pedí. Y yo, a mi vez, lo he prestado a Jehová. Todos los días que en efecto él exista, es uno solicitado para Jehová” (1 Sam. 1:24-28). Allí, “el muchacho Samuel continuó creciendo con Jehová” (1 Sam. 2:21). ¿Qué significó esto para Ana? Ella quería mucho a su hijo, pero no lo vería crecer todos los días. Pensemos en cuánto desearía tenerlo en sus brazos, jugar con él y cuidarlo, en definitiva, vivir esos momentos entrañables que atesora una madre que ve a su hijo crecer. Aun así, Ana no se arrepintió de cumplir su palabra. Se alegró mucho de hacer la voluntad de Jehová (1 Sam. 2:1, 2; Sal. 61:1, 5, 8). w17.04 1:7, 8
Jueves 31 de octubre
Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar (2 Tim. 3:1).
Después de profetizar que nuestros tiempos serían “críticos, difíciles de manejar”, el apóstol Pablo escribió por inspiración: “Los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor” (2 Tim. 3:2-5, 13). ¿Verdad que hemos visto cumplirse esta profecía? Muchos hemos sido víctimas directas de gente mala, quizás de personas violentas que han tratado de intimidarnos, de fanáticos llenos de odio o de criminales salvajes. Algunos actúan abiertamente, mientras que otros se esconden detrás de una máscara de rectitud. Y, aunque nunca hayamos sufrido directamente por culpa de ellos, nos han hecho daño de alguna forma. Nos asquea enterarnos de sus terribles actos. Nos horroriza su crueldad con los niños, los ancianos y otras personas indefensas. La actitud de estas personas no es propia de seres humanos; es, más bien, propia de bestias salvajes o incluso de demonios (Sant. 3:15). Felizmente, la Palabra de Dios contrarresta estas malas noticias con buenas. w17.04 2:4