Octubre
Viernes 1 de octubre
Los ojos de Jehová están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él (2 Crón. 16:9).
Tenemos muchas pruebas de que Jehová protege hoy día a su pueblo. Pensemos en lo siguiente: estamos predicando y enseñando la verdad en toda la Tierra (Mat. 28:19, 20). Como resultado, ponemos al descubierto las malas obras del Diablo. Si él pudiera, está claro que detendría nuestra obra. Pero no puede. Así que no debemos tenerles pánico a los espíritus malvados. Si somos fieles a Dios, los demonios no podrán causarnos ningún daño permanente. Pero todos tenemos que combatir a los espíritus malvados y confiar en Jehová. Si lo hacemos, recibiremos muchas bendiciones. Por ejemplo, no seremos víctimas de las mentiras de Satanás. Además, nunca dejaremos de servir a Dios por miedo a los demonios. Y, por encima de todo, haremos más fuerte nuestra amistad con Jehová. El discípulo Santiago escribió: “Opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Sant. 4:7, 8). w19.04 17:15, 18
Sábado 2 de octubre
El fruto del vientre es un galardón (Sal. 127:3).
Padres, sus hijos son un regalo de Dios, “una herencia de parte de Jehová”. Es su responsabilidad cuidar este regalo. ¿Qué pueden hacer para evitar que sus hijos sean víctimas de un abuso? Primero, infórmense bien sobre el abuso de menores. Aprendan qué tipo de personas abusan de los niños y cómo los engañan. Estén al tanto de los posibles peligros (Prov. 22:3; 24:3). Recuerden que en la mayoría de los casos el abusador es alguien a quien el niño conoce y en quien confía. Segundo, mantengan abiertas las líneas de comunicación con sus hijos (Deut. 6:6, 7; Sant. 1:19). Recuerden que a menudo a los niños les resulta difícil contar lo ocurrido. Puede que tengan miedo de que no los crean. O quizás la persona que abusó de ellos los haya amenazado para que no digan nada. Si ustedes sospechan que algo va mal, háganles preguntas con cariño y escuchen con paciencia sus respuestas. Tercero, informen a sus hijos. Enséñenles qué hacer y decir si alguien trata de tocarlos de una manera inapropiada. w19.05 19:19-22
Domingo 3 de octubre
Todo el que es orgulloso de corazón es cosa detestable a Jehová (Prov. 16:5).
¿Por qué detesta Jehová a los orgullosos? Una razón es que quienes se creen muy importantes y promueven esa manera de pensar reflejan la arrogancia de Satanás. Es tan soberbio que llegó a creer que Jesús, quien ayudó a Dios a crear todas las cosas, debía arrodillarse y adorarlo (Mat. 4:8, 9; Col. 1:15, 16). La actitud de las personas orgullosas confirma por qué Dios considera absurda la sabiduría de este mundo (1 Cor. 3:19). En cambio, la Biblia nos ayuda a tener una opinión equilibrada de nosotros mismos. Dice que es bueno tener cierta medida de amor propio. Por ejemplo, Jesús dijo: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 19:19). Esto muestra que hay que atender nuestras necesidades de forma razonable. Pero la Biblia no enseña que debemos pensar que somos más importantes que los demás. Al contrario, nos aconseja que no hagamos nada “movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo”, sino que consideremos “con humildad mental que los demás son superiores” (Filip. 2:3; Rom. 12:3). w19.05 21:13-14
Lunes 4 de octubre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente (Rom. 12:2).
Recordemos los cambios que tuvimos que hacer cuando aceptamos la verdad de la Palabra de Dios y decidimos servir a Jehová. Muchos tuvimos que dejar de hacer cosas malas (1 Cor. 6:9-11). Cuánto agradecemos a Dios que nos ayudara a abandonar esas prácticas. No obstante, no debemos dormirnos jamás en los laureles. Aunque hemos dejado los pecados graves que cometíamos antes de bautizarnos, aún tenemos que esforzarnos por evitar cualquier cosa que nos impulse a volver a caer en ellos. Debemos hacer dos cosas. Primero, tenemos que dejar de amoldarnos a este mundo. Segundo, tenemos que transformarnos rehaciendo o renovando la mente. La transformación implica más que un cambio superficial de aspecto. Afecta todo lo que somos. Tenemos que renovar la mente, esto es, nuestras inclinaciones, actitudes y sentimientos más profundos. w19.06 24:4-6
Martes 5 de octubre
Tú mismo, oh Jehová, me has ayudado y me has consolado (Sal. 86:17).
Si estamos angustiados, podemos recuperar las fuerzas asistiendo a las reuniones. Cuando lo hacemos, le damos a Jehová más oportunidades de que nos ayude y nos consuele. En ellas, nos fortalece mediante su espíritu santo, su Palabra y sus siervos. Además, en las reuniones podemos dar y recibir ánimo (Rom. 1:11, 12). Una cristiana llamada Sofía dijo: “Jehová y los hermanos me ayudaron a seguir adelante. Las reuniones eran lo más importante para mí. He visto que, cuanto más predico y más hago en la congregación, más fácil me resulta hacer frente a las dificultades y las preocupaciones”. Cuando estemos desanimados, recordemos que Jehová no solo promete eliminar para siempre los sufrimientos en el futuro, sino que nos ofrece su ayuda ahora. Él nos da tanto el deseo como las fuerzas para vencer el desánimo y la desesperación (Filip. 2:13). w19.06 25:17-18
Miércoles 6 de octubre
Vayan, avisen a mis hermanos para que vayan a Galilea; allí me verán (Mat. 28:10).
De seguro, Jesús tiene instrucciones muy importantes que dar a sus discípulos, pues lo primero que hace tras resucitar es organizar esta reunión. En ella les explicó a sus discípulos qué obra fundamental deberían efectuar durante el siglo primero, la misma que realizamos hoy día. Les dijo: “Así que vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones. [...] Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandado” (Mat. 28:19, 20). Jesús quiere que todos sus seguidores prediquen. Este mandato no era solo para los once apóstoles fieles. ¿Por qué estamos tan seguros? Pues bien, los apóstoles no fueron los únicos que estuvieron en aquella montaña de Galilea cuando Jesús dio el mandato de hacer discípulos. Recordemos que el ángel les dijo a las mujeres que ellas verían a Jesús en Galilea (Mat. 28:7). Así que es probable que en aquella ocasión también estuvieran presentes mujeres fieles. w20.01 1:1-4
Jueves 7 de octubre
Porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia (Juan 15:19).
Jesús explicó por qué debemos esperar oposición. Dijo que seríamos víctimas del odio por no ser parte del mundo. La persecución no significa que hayamos perdido la bendición divina. Al contrario, indica que estamos haciendo lo correcto. Los seres humanos no pueden acabar con la adoración al Dios todopoderoso. Muchos enemigos de Jehová lo han intentado y han fracasado. Pensemos en lo que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Los gobiernos de muchos países persiguieron ferozmente al pueblo de Dios. Los nazis alemanes no fueron los únicos que proscribieron nuestra obra, sino también los gobiernos de Australia, Canadá y otros países. A pesar de ello, sucedió algo sorprendente gracias a la bendición de Jehová. En 1939, cuando estalló la guerra, había 72.475 publicadores en todo el mundo. Los informes revelan que al final del conflicto, en 1945, la cantidad de publicadores era más del doble: 156.299. w19.07 28:4-5
Viernes 8 de octubre
En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí (Juan 13:35).
Aunque ahora mismo no dirijamos un curso bíblico, podemos contribuir de otras maneras a hacer discípulos. Por ejemplo, cuando alguien nuevo viene al Salón del Reino, podemos darle la bienvenida y hacer que se sienta bien. Así lo ayudamos a convencerse de que el amor nos identifica como cristianos verdaderos. Por otro lado, las respuestas que damos en las reuniones, aunque sean breves, pueden enseñarle a expresar sus convicciones con sinceridad y respeto. También podemos salir a predicar con un publicador nuevo y ayudarlo a usar la Biblia para razonar con las personas. Al hacer esto, le enseñamos a copiar el ejemplo de Cristo (Luc. 10:25-28). Muchos cristianos tienen que atender importantes responsabilidades y por ello están muy ocupados. Aun así, sacan tiempo para dirigir cursos bíblicos, una obra que les da mucha felicidad. w19.07 29:11, 13
Sábado 9 de octubre
Olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome hacia adelante a las cosas más allá, prosigo hacia la meta (Filip. 3:13, 14).
El apóstol Pablo no permitió que lo distrajeran ni sus logros del pasado ni los errores que había cometido. De hecho, dijo que olvidar “las cosas que quedan atrás” era esencial a fin de estirarse para alcanzar las cosas por venir, esto es, terminar con éxito la carrera cristiana. ¿Qué pudo haberlo distraído? Primero, sus impresionantes logros en el judaísmo. Pero él consideraba esas cosas como “un montón de basura” (Filip. 3:3-8). Segundo, el sentimiento de culpa por haber perseguido a los cristianos. Pero no permitió que esto lo paralizara. Y, tercero, lo que había hecho en su servicio cristiano. Obtuvo muy buenos resultados aunque había sido encarcelado, golpeado y hasta apedreado, había sufrido naufragios y no había tenido qué comer y qué ponerse. Pero nunca pensó que ya había hecho suficiente (2 Cor. 11:23-27). Pese a todos sus logros y sufrimientos, sabía que tenía que seguir adelante. Y nosotros debemos hacer lo mismo. w19.08 31:5
Domingo 10 de octubre
Los estoy enviando como ovejas en medio de lobos (Mat. 10:16).
Muchos hermanos viven en países donde no pueden predicar ni en público ni de casa en casa, así que usan su ingenio para hacerlo de otras maneras (Mat. 10:17-20). En uno de esos países, un superintendente de circuito sugirió que cada publicador predicara en su propio “territorio”: sus parientes, vecinos, compañeros de escuela y de trabajo, y demás conocidos. En dos años, la cantidad de congregaciones de ese circuito aumentó considerablemente. Quizás nosotros podemos predicar con libertad. Aun así, aprendemos una valiosa lección de estos hermanos: busquemos siempre maneras de participar al máximo en la predicación, con la confianza de que Jehová nos dará las fuerzas que necesitamos para superar cualquier obstáculo (Filip. 2:13). En estos días históricos, asegurémonos de saber cuáles son las cosas más importantes, esforcémonos por no tener ningún defecto, no hagamos tropezar a otros y llevemos fruto justo. Entonces, nuestro amor se hará abundante y honraremos a nuestro cariñoso Padre, Jehová. w19.08 32:17-18
Lunes 11 de octubre
He visto a siervos a caballo, pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos (Ecl. 10:7).
¿Verdad que no nos agrada la compañía de quienes siempre se quieren salir con la suya y no aceptan sugerencias de nadie? En cambio, nos sentimos a gusto cuando estamos con hermanos que demuestran empatía, cariño fraternal, tierna compasión y humildad (1 Ped. 3:8). Pues bien, si así es como nosotros nos sentimos, es lógico pensar que los demás solo se sentirán a gusto con nosotros si somos humildes. La humildad también nos ayuda a enfrentar las dificultades de la vida. Es normal que haya cosas que nos parezcan injustas o incorrectas. No siempre se les da reconocimiento a las personas con talento, y en ocasiones se da más honra a quienes tienen menos aptitudes. Pero Salomón entendió que lo prudente es asumir la realidad en vez de obsesionarse con las situaciones negativas (Ecl. 6:9). Si somos humildes, nos resultará más fácil aceptar la vida como es, no como creemos que debería ser. w19.09 35:9-10
Martes 12 de octubre
Padres, sigan criando a sus hijos en la disciplina y regulación mental de Jehová (Efes. 6:4).
Quienes tienen algún tipo de autoridad, como los padres, pueden ayudar a los demás. Jehová les ha dado a los padres la responsabilidad de ser los cabezas de la familia y espera que eduquen y corrijan a sus hijos (1 Cor. 11:3). Pero su autoridad es limitada. Tienen que responder ante Jehová, a quien toda familia debe su nombre (Efes. 3:14, 15). Los padres demuestran que se someten a Dios ejerciendo su autoridad de una manera que le agrade. No usen mal la autoridad que Jehová les ha dado. Reconozcan sus errores y acepten los consejos bíblicos que se les den. Si lo hacen, su esposa y sus hijos los respetarán por su humildad. Además, al orar con ellos, ábranle el corazón a Jehová. De este modo, su familia verá cuánto dependen de él. Y, por encima de todo, centren su vida en el servicio a Dios (Deut. 6:6-9). Su buen ejemplo es uno de los regalos más valiosos que pueden hacerle a su familia. w19.09 37:8, 14, 16
Miércoles 13 de octubre
Deben recibir con gusto a Marcos si va a verlos (Col. 4:10).
A Marcos le gustaba servir a los demás. Por ejemplo, en diversas ocasiones acompañó a los apóstoles Pablo y Pedro mientras estos atendían sus obligaciones. En esos casos, él compraba la comida, buscaba alojamiento o hacía cosas similares (Hech. 13:2-5; 1 Ped. 5:13). Pablo dijo que era uno de sus “colaboradores a favor del Reino de Dios” y “un socorro fortalecedor” para él (Col. 4:11, nota). Marcos y Pablo llegaron a tener una estrecha amistad. ¿Por qué lo decimos? Cuando el apóstol estuvo preso por última vez en Roma, hacia el año 65, escribió su segunda carta a Timoteo. En ella, le pidió a Timoteo que fuera a Roma y que llevara con él a Marcos (2 Tim. 4:11). No cabe duda de que valoraba el fiel servicio que había prestado Marcos, y por eso pidió que estuviera con él en aquellos momentos decisivos. Marcos lo ayudó de diversas formas, quizás llevándole alimentos o artículos para la escritura. El apoyo y el ánimo que Pablo recibió seguramente lo ayudaron a aguantar en los días previos a su ejecución. w20.01 2:12-13
Jueves 14 de octubre
Vengan a mí (Mat. 11:28).
Hemos escogido una vida de sacrificio y duro trabajo. Y Jesús nos avisó de que se nos perseguiría. Pero podemos confiar en que Jehová nos dé las fuerzas necesarias para afrontar cualquier dificultad. Cuanto más aguantemos, más fuertes nos haremos (Sant. 1:2-4). También podemos esperar que Jehová nos dé lo que necesitamos, que Jesús nos pastoree y que nuestros hermanos nos animen (Mat. 6:31-33; Juan 10:14; 1 Tes. 5:11). La mujer a la que Jesús curó el “flujo de sangre” se sintió aliviada aquel mismo día (Luc. 8:43-48). Pero solo si seguía a Cristo con lealtad tendría un alivio permanente. ¿Qué habrá hecho? Si decidió ponerse debajo del yugo de Jesús, recibió una maravillosa recompensa: servir con él en los cielos. Cualquier sacrificio que haya tenido que hacer es insignificante comparado con semejante galardón. Sea cual sea nuestra esperanza —vivir para siempre en el cielo o en la Tierra—, podemos sentirnos felices de haber aceptado la invitación de Jesús: “Vengan a mí”. w19.09 38:21-22
Viernes 15 de octubre
Con sabiduría se edifica una casa y con discernimiento se hace firme (Prov. 24:3).
En una ocasión, los hombres de David necesitaron ayuda y le pidieron un poco de comida a un israelita rico llamado Nabal. Se sintieron con la libertad de hacerlo porque habían protegido sus rebaños en el desierto. Pero Nabal era egoísta y no quiso darles nada. Esto enfureció a David, quien se propuso matar a Nabal y a todos los hombres de su casa (1 Sam. 25:3-13, 22). Entonces, intervino la bella esposa de Nabal, Abigaíl. Esta mujer sensata demostró gran valentía, pues fue al encuentro de David, cayó a sus pies y le pidió que no se tomara la justicia por su mano y se hiciera culpable de sangre. Le aconsejó con tacto que dejara el asunto en manos de Jehová. Sus palabras humildes y acciones prudentes conmovieron a David y le hicieron ver que Jehová la había enviado (1 Sam. 25:23-28, 32-34). Abigaíl había cultivado cualidades que la hacían útil a Jehová. De manera parecida, Jehová puede valerse de las cristianas que demuestran tacto y discernimiento para fortalecer a su familia y a la congregación (Tito 2:3-5). w19.10 42:10
Sábado 16 de octubre
Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren ser cómplices de sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas (Apoc. 18:4).
Todos los cristianos verdaderos debemos alejarnos por completo de Babilonia la Grande. Es posible que quienes reciben clases de la Biblia hayan pertenecido a una religión falsa antes de conocer la verdad. Tal vez asistían a sus servicios religiosos, participaban en sus actividades o le daban dinero. Antes de que se les apruebe para ser publicadores no bautizados, deben romper con todo lo que los una a la religión falsa. Tienen que presentar una carta de renuncia o cortar de cualquier otro modo su relación con su anterior iglesia o con cualquier otra organización que forme parte de Babilonia la Grande. Los cristianos verdaderos debemos asegurarnos de que nuestro empleo no tiene nada que ver con Babilonia la Grande (2 Cor. 6:14-17). ¿Por qué adoptamos una postura tan firme? Porque no deseamos ser cómplices de las obras y los pecados de las organizaciones religiosas que están contaminadas para Dios (Is. 52:11). w19.10 40:16-17
Domingo 17 de octubre
Jehová es misericordioso y compasivo. No estará continuamente señalando nuestras faltas ni estará resentido para siempre (Sal. 103:8, 9).
Jeremías escribió el libro que lleva su nombre y probablemente también los libros de 1 y 2 Reyes. Sin duda, gracias a esta asignación vio lo misericordioso que es Jehová con los seres humanos imperfectos. Por ejemplo, supo que, cuando el rey Acab se arrepintió de sus malas acciones, Jehová dijo que no sería testigo de la aniquilación de toda su familia (1 Rey. 21:27-29). También se enteró de que, aunque Manasés ofendió a Jehová mucho más que Acab, Jehová lo perdonó cuando se arrepintió (2 Rey. 21:16, 17; 2 Crón. 33:10-13). Estos relatos debieron ayudar a Jeremías a imitar la paciencia y la misericordia de Dios. Pensemos en lo que hizo Jeremías cuando su amigo Baruc se distrajo por un tiempo de su labor. En vez de darlo por perdido, Jeremías lo ayudó transmitiéndole el mensaje franco pero cariñoso de Jehová (Jer. 45:1-5). w19.11 44:14-15
Lunes 18 de octubre
Dios no es injusto y no se olvida de las obras de ustedes ni del amor que demostraron por su nombre (Heb. 6:10).
En el libro de Levítico, aprendemos que los israelitas podían ofrecer un sacrificio de paz como “una muestra de agradecimiento” (Lev. 7:11-13, 16-18). No presentaban esta ofrenda porque tuvieran que hacerlo, sino porque deseaban hacerlo. Los sacrificios de paz eran voluntarios y una muestra de amor a Dios. Nuestro servicio a Jehová es como esos sacrificios, pues le demostramos de manera voluntaria lo que sentimos hacia él. Le damos lo mejor, y lo hacemos porque lo amamos con todo el corazón. Él debe sentirse muy contento al ver a millones de personas servirle porque sienten un profundo amor por él y por sus normas. Jehová ve y valora no solo lo que hacemos, sino por qué lo hacemos. Por ejemplo, si la edad avanzada no nos permite hacer todo lo que nos gustaría, podemos tener la seguridad de que Jehová no se centra en nuestras limitaciones. Tal vez pensemos que tenemos poco que ofrecerle, pero él ve el profundo amor que nos motiva a hacer todo lo que podemos. Le complace aceptar lo mejor que le podemos dar. w19.11 47:9, 11-12
Martes 19 de octubre
Vengan conmigo; vamos a un lugar retirado para que descansen un poco (Mar. 6:31).
Es importante ser equilibrados respecto al trabajo. El rey Salomón escribió por inspiración que “hay un tiempo determinado [...] para cada actividad”, y mencionó entre otras cosas plantar, construir, llorar, reír y bailar (Ecl. 3:1-8). Está claro que trabajar y descansar son dos aspectos fundamentales de la vida. Jesús veía los dos con equilibrio. En una ocasión, los apóstoles regresaron de una gira de predicación. Estaban tan ocupados que “no tenían tiempo ni para comer”. Jesús les dijo las palabras que leemos en el texto de hoy (Mar. 6:30-34). Ni él ni sus discípulos descansaban siempre todo lo que deseaban. Pero Jesús sabía que todos ellos necesitaban descansar. A veces, hace falta descansar un poco o cambiar de actividad. Lo demuestra un mandato que Jehová dio a los israelitas en la Ley de Moisés: tenían que guardar el sábado semanal. Nosotros no estamos bajo la Ley mosaica, pero podemos sacar provecho de estudiar lo que decía sobre el sábado. w19.12 49:6-7
Miércoles 20 de octubre
Nunca se angustien (Mat. 6:31).
Jehová nos ha dado su palabra de que cuidará a sus siervos leales, así que se siente en la obligación de cumplir esa promesa (Sal. 31:1-3). Además, sabe lo mal que nos sentiríamos si no se preocupara por quienes forman parte de su familia. Promete sostenernos material y espiritualmente, y nada se lo impedirá (Mat. 6:30-33; 24:45). Cuando recordamos por qué cumple Jehová sus promesas, nos sentimos seguros al atravesar problemas económicos. Pensemos en los cristianos del siglo primero. Cuando se levantó una gran persecución contra la congregación de Jerusalén, “todos, menos los apóstoles, fueron esparcidos” (Hech. 8:1). Como consecuencia, debieron sufrir dificultades económicas. Probablemente perdieron sus hogares, los trabajos y los negocios. Pero Jehová no los abandonó, y ellos no perdieron la felicidad (Hech. 8:4; Heb. 13:5, 6; Sant. 1:2, 3). Dios sostuvo a aquellos cristianos fieles, y lo mismo hará con nosotros (Sal. 37:18, 19). w20.01 3:14-15
Jueves 21 de octubre
Jehová se fija en el humilde (Sal. 138:6).
Cuando David defendió a las ovejas de su padre de un león y un oso, reconoció que pudo matar a esos animales salvajes gracias a la ayuda divina. Cuando venció al gigante Goliat, vio con claridad que Jehová lo guiaba (1 Sam. 17:37). Y también se dio cuenta de la intervención de Jehová cuando logró escapar del celoso rey Saúl (Sal. 18, encabezamiento). Una persona orgullosa se habría atribuido el mérito por todo eso. Pero David era humilde, y por eso pudo ver la mano de Jehová en su vida. ¿Qué nos enseña su ejemplo? Que, además de pedirle a Jehová que nos ayude, debemos intentar ver cómo y cuándo lo hace. Si somos humildes y reconocemos nuestras limitaciones, nos resultará muy evidente que Jehová nos da lo que nos falta. Y, cada vez que percibamos su ayuda, nuestra amistad con él se hará más fuerte. w19.12 51:18-19
Viernes 22 de octubre
Jehová corrige a quienes ama, como hace un padre con un hijo querido (Prov. 3:12).
Los siervos de Dios tenemos muchas razones para creer que él nos valora. Nos ha atraído a él y se ha fijado en cómo respondimos al mensaje de las buenas noticias (Juan 6:44). Cuando comenzamos a acercarnos a Jehová, él se acercó a nosotros (Sant. 4:8). Además, dedica tiempo y esfuerzo a educarnos. Sabe cómo somos ahora y qué podemos llegar a ser. Y nos muestra su amor disciplinándonos. ¿No prueba todo esto que somos importantes para Dios? El rey David sabía que Jehová lo amaba y lo ayudaba. Y ese convencimiento lo ayudó a soportar con la actitud apropiada el que algunos lo consideraran inútil (2 Sam. 16:5-7). Cuando nos sentimos hundidos y nos enfrentamos a dificultades, Jehová puede ayudarnos a ver las cosas de manera distinta y a superar cualquier obstáculo (Sal. 18:27-29). Si contamos con el apoyo de Dios, nada puede impedirnos servirle con felicidad (Rom. 8:31). w20.01 3:7-8
Sábado 23 de octubre
Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandado (Mat. 28:20).
Al dirigir cursos bíblicos, empecemos cada clase con oración. Por regla general, ¿cuándo es mejor empezar a hacer oración al iniciar y terminar las clases de la Biblia? Lo antes posible, normalmente en las semanas siguientes a haber establecido el curso. Debemos ayudar al estudiante a darse cuenta de que solo podemos comprender la Palabra de Dios con la ayuda del espíritu santo. Algunos maestros de la Biblia plantean el tema de la oración leyendo Santiago 1:5, que dice: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios”. Después, le preguntan al estudiante: “¿Cómo podemos pedir sabiduría a Dios?”. Es probable que él mismo responda que mediante la oración. Enseñemos al estudiante a orar. Asegurémosle que Jehová desea escuchar sus oraciones sinceras. Expliquémosle que podemos abrirle nuestro corazón para contarle cómo nos sentimos y hablarle de cosas que quizás no hablaríamos con nadie más. Al fin y al cabo, Jehová ya conoce nuestros pensamientos más recónditos (Sal. 139:2-4). w20.01 1:3, 11-12
Domingo 24 de octubre
No depende del deseo de una persona ni de sus esfuerzos, sino de Dios (Rom. 9:16).
Jehová es quien decide cuándo llama a sus ungidos (Rom. 8:28-30). Él empezó a escoger a los ungidos después de la resurrección de Jesús. Por lo visto, en el siglo primero, todos los cristianos verdaderos eran ungidos. Pero, en los siglos posteriores, la mayoría de los que afirmaban ser cristianos en realidad no lo eran. Aun así, durante ese tiempo, Jehová ungió a los pocos cristianos verdaderos que había. Ellos eran como el trigo que Jesús dijo que crecería entre la mala hierba (Mat. 13:24-30). Durante los últimos días, Jehová ha seguido escogiendo a quienes formarán parte de los 144.000. Así que, si Dios llama a algunos ungidos justo antes del fin, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar su decisión? (Rom. 9:11). No queremos reaccionar como los trabajadores de los que habló Jesús en una parábola, que le cuestionaron al dueño de la viña lo que había hecho con quienes habían empezado a trabajar en la última hora (Mat. 20:8-15). w20.01 5:14
Lunes 25 de octubre
Mis siervos gritarán de alegría (Is. 65:14).
Jehová desea que los miembros de su familia seamos felices. Aunque pasemos por dificultades, tenemos muchos motivos para sentirnos felices ahora. Por ejemplo, no nos cabe ninguna duda de que nuestro Padre celestial nos ama profundamente. Tenemos un conocimiento exacto de su Palabra, la Biblia (Jer. 15:16). Y somos parte de una familia excepcional de personas que aman a Jehová, que aman sus normas morales y que se aman las unas a las otras (Sal. 106:4, 5). También podemos ser felices porque estamos seguros de que la vida será aún mejor en el futuro. Sabemos que pronto Jehová acabará con los malvados y que gracias a su Reino la Tierra será un Paraíso. Además, tenemos la preciosa esperanza de que los que han muerto volverán a vivir y se reunirán con sus seres amados (Juan 5:28, 29). ¿Verdad que será maravilloso? Y lo más importante es que tenemos la certeza de que pronto todo el mundo en el cielo y en la Tierra le dará a nuestro cariñoso Padre la honra, la alabanza y la devoción que se merece. w20.02 7:15-16
Martes 26 de octubre
He pecado contra ti, sobre todo contra ti (Sal. 51:4).
Si cometemos un pecado grave, no tratemos de ocultarlo. Dirijámonos a Jehová y contémosle lo que hemos hecho. Entonces, empezaremos a sentir que se nos quita algo de la carga de una conciencia culpable. Pero, si deseamos recuperar nuestra amistad con Jehová, debemos hacer algo más. Debemos aceptar la disciplina. Cuando Jehová envió al profeta Natán para poner al descubierto el pecado del rey David con Bat-Seba, este no trató de justificarse ni de quitarle importancia. Reconoció de inmediato que había pecado no solo contra el marido de Bat-Seba, sino sobre todo contra Dios. Aceptó la disciplina de Jehová, y este lo perdonó (2 Sam. 12:10-14). Si hemos cometido un pecado grave, tenemos que hablar con aquellos a los que Dios ha nombrado para pastorearnos (Sant. 5:14, 15). Y debemos rechazar el impulso de justificarnos. Cuanto más rápido aceptemos la corrección y hagamos los cambios necesarios, más rápido recuperaremos la paz y la felicidad. w20.02 9:17-18
Miércoles 27 de octubre
Diez hombres se agarrarán con firmeza de la túnica de un judío y dirán: “Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes” (Zac. 8:23).
Los “10 hombres” representan a los que tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra. Ellos saben que es Jehová quien ha elegido a los ungidos, a los que representa el “judío”, y consideran un honor servir a Dios a su lado. Aunque hoy día no se sepa el nombre de todos los ungidos que quedan en la Tierra, los que esperan vivir en la Tierra pueden “ir” con ellos. ¿En qué sentido? La respuesta está en el texto de hoy. Fijémonos en que la Biblia dice que los “10 hombres” se agarrarían con firmeza “de la túnica de un judío” y dirían: “Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes”. Este versículo menciona a un solo judío. Pero los diez hombres se dirigen a él en plural, diciendo “ustedes”. Esto indica que ese “judío” no es una sola persona, sino que representa al grupo entero de ungidos. Los que no son ungidos sirven a Jehová con los que sí lo son. Sin embargo, no los ven como sus líderes, pues saben que su único Líder es Jesús (Mat. 23:10). w20.01 5:1-2
Jueves 28 de octubre
De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros (Juan 13:35).
Jesús dijo que la gente sabría quiénes eran sus verdaderos discípulos si estos demostraban el mismo amor que él les había mostrado. Sus palabras se cumplieron en el siglo primero y también se cumplen hoy día. Así que es muy importante que nos demostremos amor unos a otros incluso cuando sea difícil hacerlo. Preguntémonos: “¿Qué puedo aprender de los hermanos que han seguido mostrando amor incluso ante algunos obstáculos?”. Como somos imperfectos, a veces nos cuesta amarnos intensamente unos a otros. Aun así, debemos esforzarnos por imitar el ejemplo de Cristo. Jesús nos enseñó que es importante hacer las paces con un hermano que tiene algo contra nosotros (Mat. 5:23, 24). Destacó que debemos llevarnos bien con los demás si queremos agradar a Dios. A Jehová le alegra ver que hacemos todo lo posible por estar en paz con los hermanos. No aceptará nuestro servicio si guardamos resentimiento y nos negamos hasta a tratar de hacer las paces (1 Juan 4:20). w20.03 13:1-4
Viernes 29 de octubre
Notamos la expresión inspirada de la verdad y la expresión inspirada del error (1 Juan 4:6).
Satanás, “el padre de la mentira”, ha engañado a la gente desde el principio de la historia humana (Juan 8:44). Entre sus mentiras están las enseñanzas falsas sobre los muertos y la vida después de la muerte. Tales enseñanzas son la raíz de muchas costumbres y supersticiones populares. ¿Por qué logra Satanás que tanta gente crea sus mentiras? Porque sabe cómo nos sentimos los seres humanos ante la muerte y lo aprovecha para engañarnos. Como fuimos hechos para vivir para siempre, no queremos morir (Ecl. 3:11). Para nosotros, la muerte es un enemigo (1 Cor. 15:26). Por mucho que lo ha intentado, Satanás no ha logrado esconder la verdad sobre la muerte. De hecho, nunca antes ha habido tantas personas que sepan y proclamen lo que la Biblia enseña sobre la muerte y la esperanza que hay para los muertos (Ecl. 9:5, 10; Hech. 24:15). Estas verdades nos consuelan y nos liberan de dudas y temores innecesarios. w19.04 16:1, 5-6
Sábado 30 de octubre
Sigan llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo (Gál. 6:2).
Jehová ama a quienes le sirven. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Además, ama la justicia (Sal. 33:5). Así que estamos seguros de dos cosas. Primero, que le duele que sus siervos sufran injusticias. Y, segundo, que se encargará de hacer justicia. La Ley que Dios le dio a la nación de Israel se basaba en el amor y fomentaba la justicia para todos, incluso para los desfavorecidos (Deut. 10:18). Esta Ley revela el profundo interés que Jehová siente por quienes lo adoran. La Ley de Moisés terminó en el año 33, cuando se formó la congregación cristiana. ¿Significa eso que los cristianos no contarían con una ley basada en el amor y que fomentara la justicia? Por supuesto que no. Los cristianos tenían una nueva ley, “la ley del Cristo”. Jesús no puso por escrito un código legal para sus discípulos, pero sí les dio instrucciones, mandatos y principios que debían seguir. “La ley del Cristo” incluye todo lo que Jesús enseñó. w19.05 18:1-3
Domingo 31 de octubre
El Dios de todo consuelo nos consuela en toda nuestra tribulación (2 Cor. 1:3, 4).
Los seres humanos nacemos con la necesidad de recibir consuelo y la extraordinaria capacidad de darlo. Por ejemplo, cuando un niño se cae y se raspa las rodillas mientras juega, corre llorando a buscar a su papá o su mamá. Ellos no pueden curarlo, pero sí consolarlo. Le preguntan qué pasó, le secan las lágrimas, lo abrazan y le hablan con cariño, y quizás le limpian y le vendan la herida. Enseguida, el niño deja de llorar y hasta puede que se vaya a jugar de nuevo. Con el tiempo, la herida habrá sanado. Sin embargo, hay niños que sufren heridas mucho más graves. Algunos son víctimas de abusos sexuales, ya sea una sola vez o durante años. En cualquier caso, las cicatrices emocionales pueden ser profundas. A algunos abusadores se les descubre y castiga, mientras que otros parece que logran evadir la justicia. Pero, aunque el culpable reciba castigo de inmediato, la víctima sigue sufriendo incluso cuando es adulta. w19.05 20:1-2