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Examinemos las Escrituras todos los días 2022
es22

Diciembre

Jueves 1 de diciembre

El que duda es como una ola del mar impulsada por el viento y llevada de un lado a otro (Sant. 1:6).

Es posible que en ocasiones nos resulte difícil entender algo que leamos en la Palabra de Dios. O tal vez Jehová no conteste nuestras oraciones de la manera que esperábamos. Esto puede hacer que nos surjan dudas. Si las ignoramos, debilitarán nuestra fe y dañarán nuestra amistad con Jehová (Sant. 1:7, 8). Puede que hasta nos hagan perder nuestra esperanza para el futuro. El apóstol Pablo comparó nuestra esperanza a un ancla (Heb. 6:19). Esta da estabilidad al barco durante la tormenta y evita que se vaya contra las rocas. Pero solo sirve de algo si la cadena que la une al barco no se rompe. Al igual que el óxido debilita la cadena de un ancla, las dudas sin resolver debilitan nuestra fe. Cuando una persona que tiene dudas se enfrenta a oposición, puede perder la fe en que Jehová cumplirá sus promesas. Y, sin fe, no hay esperanza. ¿Quién podría ser feliz en esa situación? w21.02 8:14, 15

Viernes 2 de diciembre

Abrahán puso su fe en Jehová (Sant. 2:23).

Abrahán probablemente tenía más de 70 años cuando él y su familia se fueron de Ur (Gén. 11:31-12:4). Y por unos cien años vivió en tiendas y viajó por la tierra de Canaán. Murió a los 175 años de edad (Gén. 25:7). Sin embargo, no vio cómo Jehová cumplió la promesa de darles a sus descendientes la tierra por donde él viajó. Tampoco llegó a ver establecida la ciudad que esperaba, el Reino de Dios. Aun así, la Biblia dice que murió “satisfecho tras una larga vida” (Gén. 25:8). Aunque sufrió muchos problemas, mantuvo una fe sólida y estuvo dispuesto a esperar a que Jehová actuara. ¿Por qué pudo aguantar? Porque a lo largo de su vida contó con la protección y la amistad de Jehová (Gén. 15:1; Is. 41:8; Sant. 2:22). Igual que Abrahán, nosotros esperamos la ciudad que tiene fundamentos verdaderos (Heb. 11:10). Claro, no esperamos a que esta se construya, pues el Reino de Dios se estableció en 1914 y ya tiene el control absoluto en el cielo (Apoc. 12:7-10). Pero sí estamos esperando a que empiece a gobernar toda la Tierra. w20.08 31:11, 12

Sábado 3 de diciembre

Los pensamientos del corazón del hombre son como aguas profundas, pero el hombre discernidor sabe sacarlos (Prov. 20:5).

Para escuchar con atención a los demás, debemos ser humildes y pacientes. Vale la pena que nos esforcemos, como mínimo, por tres razones. Primero, porque es menos probable que lleguemos a conclusiones equivocadas. Segundo, porque así sabremos cómo se siente nuestro hermano y por qué hace ciertas cosas. Esto nos ayudará a tener más empatía. Y, tercero, porque tal vez así lo ayudemos a descubrir algo sobre sí mismo. A veces, una persona no comprende del todo sus propias emociones hasta que las expresa. A algunos hermanos les cuesta hablar de lo que sienten debido a su pasado, su cultura o su carácter. Puede que a ellos también les lleve algún tiempo confiar lo suficiente en nosotros como para abrirnos su corazón. Pero, si somos pacientes como Jehová, nos ganaremos su confianza, y con el tiempo nos dirán lo que sienten. Cuando lo hagan, escuchemos con atención. w20.04 16:6, 7

Domingo 4 de diciembre

Estarás pescando hombres (Luc. 5:10).

Los peces suelen estar en las zonas donde las condiciones del agua son mejores para ellos y donde hay suficiente alimento. ¿Y tiene alguna importancia la hora a la que los pescadores salen a hacer su trabajo? Fijémonos en la conversación que tuvieron un hermano de una isla del Pacífico y un misionero. El hermano lo invitó a ir a pescar y el misionero le dijo: “Nos vemos mañana a las nueve de la mañana”. Pero el hermano le respondió: “Esto no funciona así. La hora depende de los peces, no de nosotros”. De modo parecido, los pescadores de hombres del siglo primero salían a pescar a las horas y en los lugares en los que era más probable que encontraran peces. Por ejemplo, los discípulos de Jesús predicaban en el templo, en las sinagogas, de casa en casa y en la plaza de mercado (Hech. 5:42; 17:17; 18:4). Nosotros también tenemos que conocer bien las costumbres de la gente que vive en la zona donde predicamos. Debemos ser flexibles y pescar donde y cuando es más probable que encontremos a las personas (1 Cor. 9:19-23). w20.09 36:8, 9

Lunes 5 de diciembre

Diciendo la verdad, crezcamos por amor en todas las cosas hacia aquel que es la cabeza, Cristo (Efes. 4:15).

Una forma de hacernos amigos de Jesús es apoyando las decisiones de la congregación cristiana. Nuestra amistad con Jesús, la cabeza de la congregación, se fortalece cuando colaboramos con los hermanos que están nombrados para cuidarnos con cariño (Efes. 4:16). Por ejemplo, la organización se está asegurando de que aprovechemos los Salones del Reino al máximo. Con ese fin, se han fusionado algunas congregaciones. Como resultado, se han ahorrado muchos recursos dedicados a Dios. Por otro lado, debido a estos cambios, algunos publicadores han tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias. Quizás estos hermanos fieles se hayan reunido por años en una misma congregación y se sientan muy apegados a los hermanos. Pero ahora se les ha pedido que sirvan en otra congregación. Cuánto debe alegrar a Jesús ver que estos discípulos leales colaboran con tales decisiones. w20.04 17:14

Martes 6 de diciembre

El rey del sur chocará los cuernos con él (Dan. 11:40, nota).

El rey del norte y el rey del sur siguen luchando por controlar el mundo. Por ejemplo, pensemos en lo que sucedió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética y sus aliados empezaron a dominar una gran parte de Europa. Esto obligó al rey del sur a formar una alianza militar internacional, conocida como la OTAN. Ambos reyes siguen compitiendo en una costosa carrera armamentista. Además, han luchado entre sí apoyando bandos opuestos en guerras y rebeliones en África, Asia y América Latina. En años recientes, Rusia y sus aliados han ganado mucha influencia en todo el mundo. También se han envuelto con el rey del sur en una guerra cibernética. Los dos reyes se han acusado mutuamente de utilizar programas informáticos destructivos con el objetivo de perjudicar sus economías y sistemas políticos. Y, tal como predijo Daniel, el rey del norte sigue atacando al pueblo de Dios (Dan. 11:41). w20.05 20:5, 6

Miércoles 7 de diciembre

Yo mismo buscaré a mis ovejas y las cuidaré (Ezeq. 34:11).

En tiempos del profeta Isaías, Jehová le dijo a su pueblo: “¿Puede una mujer olvidarse de su bebé [...]? Aun si estas mujeres se olvidaran, yo nunca me olvidaría de ti” (Is. 49:15). No es frecuente que Jehová se compare con una madre, pero en esta ocasión lo hizo. Se valió del vínculo que hay entre una madre y su hijo para destacar el profundo amor que siente por sus siervos. La mayoría de las madres se identifican con lo que dijo una hermana llamada Jasmín: “Cuando amamantas a tu bebé, se crea una unión muy especial que dura toda la vida”. Jehová se da cuenta cuando uno de sus hijos deja de predicar y de ir a las reuniones. Muchos de estos queridos hermanos regresan a la congregación, y los recibimos con los brazos abiertos. Jehová desea que vuelvan, y nosotros también (1 Ped. 2:25). w20.06 25:1-3

Jueves 8 de diciembre

Mantenemos la vista fija en las cosas que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2 Cor. 4:18).

¿Hay tesoros que no se ven? Sí; de hecho, los tesoros más valiosos son invisibles. En el Sermón del Monte, Jesús habló de tesoros celestiales que son muy muy superiores a los bienes materiales. Y añadió: “Donde esté tu tesoro, ahí también estará tu corazón” (Mat. 6:19-21). Nuestro corazón nos impulsará a buscar las cosas que consideramos tesoros o que valoramos muchísimo. Acumulamos “tesoros en el cielo” cuando nos hacemos un buen nombre ante Dios y conseguimos su aprobación. Tal como Jesús explicó, nada ni nadie puede destruir o robar estos tesoros. El apóstol Pablo nos anima a mantener “la vista fija en las cosas que no se ven” (2 Cor. 4:17, 18). Entre las cosas o los tesoros que no se ven están las bendiciones que recibiremos en el nuevo mundo que Dios ha prometido. ¿Mostramos gratitud por estos tesoros que no se ven? w20.05 22:1, 2

Viernes 9 de diciembre

Mis enseñanzas caerán como la lluvia (Deut. 32:2).

Lo que Moisés les enseñó a los israelitas tuvo un efecto refrescante y fortalecedor en ellos, como una suave lluvia sobre la vegetación. ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestra manera de enseñar tenga el mismo efecto en los demás? Cuando prediquemos de casa en casa o en lugares públicos, usemos la Biblia para enseñarles a las personas el nombre de Dios. Podemos utilizar herramientas que honran a Jehová, como nuestras valiosas publicaciones, excelentes videos y nuestro sitio web. Sea que estemos en el trabajo, en la escuela o de viaje, busquemos oportunidades para hablar de nuestro querido Dios y de su personalidad. Hablemos de su maravilloso propósito para nosotros y para la Tierra. Cuando las personas escuchen estas cosas, puede que se den cuenta por primera vez de lo mucho que Jehová nos ama. Siempre que enseñamos la verdad sobre nuestro cariñoso Padre, contribuimos a que se santifique su nombre y desmentimos algunas de las calumnias que se han enseñado sobre él. Nada tiene un efecto tan refrescante en las personas como el mensaje bíblico que les llevamos (Is. 65:13, 14). w20.06 24:8, 9

Sábado 10 de diciembre

Vuelvan a mí, y yo volveré a ustedes (Mal. 3:7).

¿Qué cualidades debemos mostrar si queremos ayudar a quienes desean regresar a Jehová? Veamos qué lecciones nos enseña la parábola del hijo perdido (Luc. 15:17-24). El hijo acaba recobrando el juicio y decide volver a su casa. El padre corre a su encuentro y lo abraza con cariño para asegurarle que lo sigue queriendo. El joven tiene muchos remordimientos y piensa que ya no merece ser llamado su hijo. Al padre lo conmueve ver que su hijo le abre su corazón y está arrepentido. Así que organiza un banquete y manda que le den ropa de la mejor calidad. De este modo, le demuestra que lo recibe como a un amado miembro de la familia. Jehová es como el padre de esta parábola. Ama a nuestros hermanos inactivos y desea que vuelvan a él. Si lo imitamos, podemos ayudarlos a regresar. Para ello debemos tener paciencia, empatía y amor. w20.06 26:8, 9

Domingo 11 de diciembre

Si permanecen en mis enseñanzas, realmente son mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres (Juan 8:31, 32).

Jesús dijo que algunos aceptarían la verdad “con alegría”, pero que su fe se marchitaría cuando llegaran los problemas (Mat. 13:3-6, 20, 21). Quizás no comprendan que por seguir a Jesús tendrán dificultades y pruebas (Mat. 16:24). O quizás piensen que la vida del cristiano es solo un camino de rosas lleno de bendiciones. Pero, en este mundo imperfecto, es inevitable tener problemas. Las circunstancias pueden cambiar y quitarnos parte de la alegría durante algún tiempo (Sal. 6:6; Ecl. 9:11). La mayor parte de los siervos de Jehová demuestran que están convencidos de que tienen la verdad. ¿Cómo lo sabemos? Porque su fe no se tambalea cuando un hermano los hiere o hace algo que no es propio de un cristiano (Sal. 119:165). Con cada prueba que afrontan, su fe se hace más fuerte, no más débil (Sant. 1:2-4). Todos debemos tener una fe como esa. w20.07 28:1, 4, 5

Lunes 12 de diciembre

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios (Sant. 1:5).

Antes de empezar a leer la Biblia, pidámosle ayuda a Jehová para sacarle provecho a lo que leemos. Por ejemplo, si estamos buscando consejos para solucionar un problema, pidámosle que nos ayude a encontrar en su Palabra principios que nos guíen (Filip. 4:6, 7). La capacidad de ver con la imaginación es un maravilloso regalo de Jehová. Para darle vida a un relato bíblico, imaginemos la escena y tratemos de vernos a nosotros mismos en el lugar del personaje principal. Intentemos ver las cosas que él vio y sentir las emociones que debió sentir. Luego meditemos, es decir, pensemos detenidamente en lo que leemos y en lo que esto nos puede enseñar. Nos ayuda a conectar ideas y a comprender mejor el tema. Leer la Biblia sin meditar es como mirar las piezas de un rompecabezas esparcidas en una mesa pero sin unirlas. Meditar nos ayuda a ver el cuadro completo. w21.03 11:3-5

Martes 13 de diciembre

Le estoy agradecido a Dios y siempre me acuerdo de ti en los ruegos que hago día y noche (2 Tim. 1:3).

El apóstol Pablo podría haberse centrado en el pasado y haber pensado que, si hubiera tomado otras decisiones, tal vez no lo habrían arrestado. Podría haber estado resentido con los hombres de la provincia de Asia que lo habían abandonado y haberse vuelto desconfiado con sus demás amigos. Pero no hizo nada de eso. Aun sabiendo que pronto moriría, no perdió de vista que lo más importante era darle gloria a Jehová. Además, siguió buscando maneras de animar a otros y orando a Jehová con confianza. No se obsesionó con la idea de que algunos lo habían abandonado, sino que expresó su profunda gratitud por el cariño y la ayuda de sus amigos leales. También siguió estudiando la Palabra de Dios (2 Tim. 3:16, 17; 4:13). Y, lo que es más importante, estaba totalmente convencido de que Jehová y Jesús lo amaban. w21.03 11:17, 18

Miércoles 14 de diciembre

Así como se arranca la mala hierba y se quema en el fuego, así pasará en la conclusión del sistema (Mat. 13:40).

En algún momento del siglo segundo de nuestra era, la verdadera congregación de Dios cayó en manos de cristianos falsos, que habían adoptado enseñanzas paganas y ocultaban la verdad de la Palabra de Dios. A partir de entonces, y hasta finales del siglo diecinueve, no hubo un grupo organizado de siervos de Dios en la Tierra. El cristianismo falso creció como la mala hierba y ocultó la identidad de los cristianos verdaderos (Mat. 13:36-43). ¿Por qué es importante recordar esto? Porque muestra que lo que dice el capítulo 11 de Daniel sobre el rey del norte y el rey del sur no puede referirse a gobernantes o gobiernos que existieron entre el siglo segundo y finales del siglo diecinueve. Durante ese tiempo no existió un grupo organizado de siervos de Dios a los que pudieran atacar. Sin embargo, era de esperar que el rey del norte y el rey del sur reaparecieran a finales del siglo diecinueve. w20.05 19:5

Jueves 15 de diciembre

Una nación ha invadido mi país (Joel 1:6).

Joel predice que una plaga de langostas devastará la tierra de Israel y devorará todo a su paso (Joel 1:4). Durante años, entendíamos que esta profecía se refiere al pueblo de Jehová, que predica como si fuera un imparable enjambre de langostas. Pensábamos que esta obra tiene efectos devastadores en el “país”, es decir, en la gente que está bajo el control de los líderes religiosos. Pero, al fijarnos en el contexto, vemos que debemos cambiar nuestra manera de explicar esta profecía. Fijémonos en lo que Jehová promete en Joel 2:20: “Al que viene del norte [o sea, la plaga de langostas] lo llevaré muy lejos de ustedes”. Si las langostas representaran a los testigos de Jehová, que predican y hacen discípulos tal y como mandó Jesús, ¿por qué iba a llevárselos lejos Jehová? (Ezeq. 33:7-9; Mat. 28:19, 20). Sin duda, Dios no se lleva lejos a sus siervos fieles, sino a alguien o algo que está en contra de ellos. w20.04 14:3-5

Viernes 16 de diciembre

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios (Sant. 1:5).

¿Cómo deberíamos reaccionar si nos parece que Jehová no contesta nuestras oraciones en el momento? Santiago dice que sigamos orando “constantemente a Dios”. Jehová no se va a molestar ni enojar con nosotros porque le pidamos una y otra vez sabiduría para aguantar las pruebas. Al contrario, nuestro Padre celestial nos la dará generosamente (Sal. 25:12, 13). Él está al tanto de nuestras pruebas, se compadece de nosotros y quiere ayudarnos. ¿Verdad que eso nos hace felices? Ahora bien, ¿cómo nos da sabiduría Jehová? Por medio de su Palabra (Prov. 2:6). Para conseguirla, tenemos que estudiar la Biblia y las publicaciones basadas en ella. Sin embargo, no basta con acumular conocimiento. Tenemos que seguir los consejos de Jehová en nuestra vida. Santiago dijo: “Pongan en práctica la palabra y no se limiten a oírla” (Sant. 1:22). Cuando aplicamos los consejos de Dios, nos convertimos en personas más pacíficas, razonables y misericordiosas (Sant. 3:17). Estas cualidades nos ayudan a hacer frente a cualquier prueba sin perder la alegría. w21.02 8:10, 11

Sábado 17 de diciembre

Cada miembro contribuye a que el cuerpo crezca (Efes. 4:16).

Es más probable que un estudiante de la Biblia progrese y se bautice cuando la congregación pone su granito de arena. Todos los publicadores pueden contribuir a que la congregación crezca. Una precursora explica: “Hay un refrán que dice que se necesita un pueblo para criar a un niño. Creo que pasa algo parecido con la labor de hacer discípulos: por lo general, se necesita que toda la congregación ayude para que alguien acepte la verdad”. En la crianza de un niño se implican sus familiares, amigos y maestros, pues todos lo animan y le enseñan lecciones importantes. De manera parecida, los publicadores pueden ayudar a un estudiante a llegar al bautismo ofreciéndole consejos, animándolo y dándole un buen ejemplo (Prov. 15:22). Si dirigimos un curso bíblico, ¿por qué deberíamos aceptar la ayuda que otros publicadores puedan ofrecerle al estudiante? Porque muchos pueden contribuir a su progreso espiritual. w21.03 10:1-3

Domingo 18 de diciembre

Si decimos “No tenemos pecado”, nos estamos engañando a nosotros mismos (1 Juan 1:8).

Todos los cristianos, seamos jóvenes o mayores, debemos luchar contra la tentación de llevar una doble vida. El apóstol Juan se refirió a esto cuando señaló que no podemos andar en la verdad y al mismo tiempo vivir una vida inmoral (1 Juan 1:6). Si queremos contar con la aprobación de Dios ahora y en el futuro, debemos comportarnos como si todo el mundo viera lo que hacemos. En realidad, no existen los pecados secretos, pues Jehová lo ve todo (Heb. 4:13). También debemos rechazar la actitud del mundo hacia el pecado. En los días de Juan, los apóstatas opinaban que una persona podía pecar a sabiendas y aun así seguir siendo amiga de Dios. Hoy muchos piensan igual. Afirman creer en Dios, pero no aceptan lo que él dice sobre el pecado, especialmente en temas de sexo. Lo que Jehová llama pecado, la gente lo llama preferencia personal o estilo de vida alternativo. w20.07 30:7, 8

Lunes 19 de diciembre

Amemos con hechos y de verdad (1 Juan 3:18).

¿Defendemos a nuestras hermanas espirituales cuando lo necesitan? Supongamos que varios hermanos se fijan en que una cristiana que tiene un esposo no Testigo muchas veces llega tarde a las reuniones y se va en cuanto terminan. Además, casi nunca lleva a sus hijos. Así que empiezan a criticarla y a preguntarse por qué no se pone más firme con su esposo. Pero la realidad es que está haciendo todo lo que puede. Ella no tiene un control completo sobre su horario y tampoco tiene la última palabra a la hora de tomar decisiones sobre sus hijos. Si la felicitamos por lo que está haciendo y les hablamos a otros de ello, puede que les pongamos punto final a las críticas. Los ancianos saben que Jehová se fija en cómo se trata a las hermanas (Sant. 1:27). Por eso, al igual que Jesús, son razonables y no crean reglas cuando lo mejor sería hacer una excepción (Mat. 15:22-28). Cuando buscan maneras de ayudarlas, hacen que se sientan bien atendidas. w20.09 39:17-19

Martes 20 de diciembre

Dios le ha anunciado al rey Nabucodonosor lo que va a suceder (Dan. 2:28).

El profeta Daniel siempre buscó con humildad la guía de Jehová. Por ejemplo, cuando Dios lo usó para interpretar el sueño de Nabucodonosor, Daniel no se atribuyó ningún mérito, sino que fue modesto y le dio toda la honra a Jehová (Dan. 2:26-28). De esto aprendemos que, si presentamos discursos que gustan a los hermanos o si tenemos éxito en el ministerio, debemos darle todo el mérito a Jehová. Seamos modestos y reconozcamos que no podríamos hacer nada de eso sin su ayuda (Filip. 4:13). De este modo también seguimos el excelente ejemplo de Jesús. Él siempre se apoyó en Jehová (Juan 5:19, 30). Nunca trató de arrebatarle autoridad a su Padre celestial. Filipenses 2:6 dice que Jesús “no pensó en quitarle el lugar a Dios y hacerse igual a él”. Comprendía hasta dónde llegaba su autoridad, respetaba la de su Padre y se sometía a ella. w20.08 32:12, 13

Miércoles 21 de diciembre

Corran de tal modo que ganen (1 Cor. 9:24).

Algunos de los que corren en el camino que lleva a la vida sufren problemas personales que otros no pueden ver y quizás no entiendan. Si nuestras circunstancias nos limitan y nos sentimos incomprendidos, el relato de Mefibóset puede darnos fuerzas (2 Sam. 4:4). Además de sufrir una incapacidad física grave, tuvo que aguantar que el rey David lo juzgara mal y lo tratara injustamente. Pero Mefibóset no se volvió negativo. Más bien, valoraba lo bueno que tenía. Agradecía la bondad que David le había mostrado en el pasado (2 Sam. 9:6-10). Así que, cuando este lo juzgó mal, Mefibóset vio el cuadro completo. No permitió que el error de David lo amargara ni culpó a Jehová por lo que David hizo. Se centró en apoyar al rey que Dios había nombrado (2 Sam. 16:1-4; 19:24-30). Jehová dejó registrado en su Palabra el excelente ejemplo de Mefibóset para nuestro beneficio (Rom. 15:4). w20.04 18:3, 18, 19

Jueves 22 de diciembre

Somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9).

Puede que en nuestra congregación haya misioneros, precursores especiales o precursores regulares, hermanos que se dedican a predicar y hacer discípulos a tiempo completo. Aunque por lo general tienen poco en sentido material, Jehová les ha regalado una vida llena de bendiciones (Mar. 10:29, 30). ¿Verdad que nos sentimos agradecidos de tener a estos queridos hermanos en la congregación? Entonces, ¿son los hermanos nombrados y los siervos de tiempo completo los únicos que tienen un lugar en la congregación? Por supuesto que no. Cada publicador es importante para Jehová y para la congregación (Rom. 10:15; 1 Cor. 3:6-8). Esto es así porque uno de los objetivos más importantes de la congregación es hacer discípulos de Cristo (Mat. 28:19, 20; 1 Tim. 2:4). Todos los publicadores de la congregación, bautizados o no, se esfuerzan por que esta obra sea lo más importante en su vida (Mat. 24:14). w20.08 34:7, 8

Viernes 23 de diciembre

Estaré con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema (Mat. 28:20).

Como muestran las palabras del texto de hoy, Jesús estará a nuestro lado cuando pasemos por momentos difíciles. ¿Por qué nos fortalecen tanto sus palabras? Porque todos pasamos por épocas que se nos hacen cuesta arriba. Por ejemplo, cuando muere un ser querido, puede que el dolor que sentimos dure varios años y no simplemente unos días. Otros tienen que hacer frente día a día a los achaques de la vejez. Y hay quienes tienen días muy malos debido a la depresión. A pesar de todo, tenemos las fuerzas para seguir adelante porque sabemos que Jesús está con nosotros “todos los días”, hasta los días más oscuros de nuestra vida (Mat. 11:28-30). La Palabra de Dios nos asegura que Jehová se vale de los ángeles para ayudarnos (Heb. 1:7, 14). Por ejemplo, los ángeles nos apoyan y nos guían cuando predicamos las buenas noticias del Reino a personas de “toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Mat. 24:13, 14; Apoc. 14:6). w20.11 46:6, 7

Sábado 24 de diciembre

Los pensamientos del corazón del hombre son como aguas profundas, pero el hombre discernidor sabe sacarlos (Prov. 20:5).

Queremos que el estudiante comprenda que lo que está aprendiendo viene de la Palabra de Dios (1 Tes. 2:13). Para lograrlo, animémoslo a que se exprese sobre lo que está estudiando. En vez de ser siempre nosotros quienes expliquemos los textos, pidámosle que explique algunos. Ayudémoslo a ver cómo puede él aplicarse personalmente lo que dice la Biblia. Hagámosle preguntas para guiarlo y para ayudarle a expresar lo que piensa y lo que siente sobre los versículos que lee (Luc. 10:25-28). Por ejemplo, preguntémosle: “¿Puede usted ver alguna cualidad de Jehová en este pasaje?”, “¿Cómo puede beneficiarle esta verdad bíblica?”, “¿Cómo le hace sentir lo que acaba de aprender?”. Lo más importante no es si aprende muchas cosas, sino si las ama y las pone en práctica. Dejemos que sea la Biblia la que enseñe. Para mejorar como maestros, tenemos que ser humildes. w20.10 42:5, 6

Domingo 25 de diciembre

Siembra tu semilla por la mañana, y que no descansen tus manos hasta el atardecer (Ecl. 11:6).

Podemos estar seguros de que la obra de predicar el Reino terminará en el momento debido. Pensemos en lo que ocurrió en los días de Noé. Jehová demostró que siempre actúa en el momento perfecto. Con unos ciento veinte años de antelación, decidió cuándo empezaría el Diluvio. Décadas más tarde, le mandó a Noé que construyera el arca. Durante unos cuarenta o cincuenta años, Noé trabajó sin descanso. Aunque las personas no lo escucharon, siguió advirtiéndoles hasta que Jehová dijo que era hora de entrar en el arca. Entonces, en el momento perfecto, “Jehová cerró la puerta” (Gén. 6:3; 7:1, 2, 16). Pronto, Jehová le pondrá fin a la predicación, “cerrará la puerta” del sistema de Satanás y traerá un nuevo mundo de justicia. Mientras llega ese momento, sigamos el ejemplo de Noé, Habacuc y otros siervos fieles de Dios que no han dejado que sus manos descansen. Estemos centrados, seamos pacientes y tengamos una fe fuerte en Jehová y sus promesas. w20.09 37:18, 19

Lunes 26 de diciembre

Háganlo todo de forma digna y ordenada (1 Cor. 14:40).

Si no estuviera claro quién tiene la autoridad, reinaría el caos y nadie sería feliz. Por ejemplo, nadie sabría quién tiene la última palabra en la toma de decisiones ni quién debe tomar la iniciativa en llevarlas a cabo. Si el principio de autoridad establecido por Dios es algo tan bueno, ¿por qué tantas mujeres se sienten oprimidas? Porque muchos hombres pasan por alto los principios de Jehová para la familia y prefieren seguir costumbres y tradiciones locales. También puede ser que traten mal a sus esposas para satisfacer algún deseo egoísta. Por ejemplo, puede que un hombre domine a su esposa para sentirse más importante o demostrar que es “un hombre de verdad”. Tal vez piense que, aunque no puede obligar a su esposa a que lo ame, sí puede hacer que le tema. Hay quienes utilizan ese temor para controlar a sus esposas. Está claro que esa forma de pensar y actuar les roba a las mujeres la dignidad y el respeto que merecen. Y, además, está totalmente en contra de lo que Jehová quiere (Efes. 5:25, 28). w21.02 5:6, 7

Martes 27 de diciembre

Echen todas sus inquietudes sobre él, porque él se preocupa por ustedes (1 Ped. 5:7).

Se sentirá muy aliviado si le ora con intensidad a Jehová cuando lo abrumen los problemas. En respuesta a sus oraciones, recibirá “la paz de Dios, que está más allá de lo que ningún ser humano puede entender” (Filip. 4:6, 7). Jehová usa su poderoso espíritu santo para calmar nuestras inquietudes (Gál. 5:22). Cuando le ore a Jehová, ábrale su corazón de par en par. Sea específico: cuéntele cuál es el problema y cómo lo hace sentir. Si tiene solución, pídale sabiduría para encontrarla y fuerzas para ponerla en práctica. Si no hay nada que pueda hacer para solucionar el problema, pídale a Jehová que lo ayude a no preocuparse más de la cuenta. Si sus oraciones son específicas, con el tiempo verá más claramente cómo las respondió Jehová. Si la respuesta no es inmediata, no se canse. Jehová quiere que, además de específicas, sus oraciones sean constantes (Luc. 11:8-10). w21.01 1:6, 7

Miércoles 28 de diciembre

Jesús les dijo: “No todos pueden cumplir con estas palabras, solo los que tienen el don” (Mat. 19:11).

En nuestras congregaciones, no solo hay matrimonios y familias con hijos, sino también muchos hermanos y hermanas que no están casados. ¿Cómo deberíamos ver a estos hermanos solteros? Repasemos lo que Jesús opinaba de la soltería. Cuando estuvo en la Tierra, permaneció sin casarse y dedicó todo su tiempo y atención a su ministerio. Nunca enseñó que fuera obligatorio para los cristianos casarse o permanecer solteros. Pero sí dijo que algunos cristianos decidirían no casarse (Mat. 19:12). Él respetaba a quienes no estaban casados y no pensaba que fueran inferiores o que les faltara algo en su vida. Igual que Jesús, el apóstol Pablo fue un ministro de Dios soltero. Nunca enseñó que estuviera mal casarse. Sabía que esto era una cuestión personal. w20.08 35:7, 8

Jueves 29 de diciembre

Dios es amor (1 Juan 4:16).

El apóstol Juan vivió una vida larga y emocionante. Se enfrentó a todo tipo de situaciones difíciles que podrían haber debilitado su fe. Pero siempre hizo todo lo posible por obedecer los mandamientos de Jesús, entre ellos el de amar a sus hermanos. Por eso, Juan estaba convencido de que Jehová y Jesús lo amaban y de que le darían las fuerzas para superar cualquier obstáculo (Juan 14:15-17; 15:10). Ni Satanás ni su mundo pudieron hacer nada para impedir que Juan les demostrara con palabras y con acciones a sus hermanos el amor que sentía por ellos. Al igual que Juan, vivimos en un mundo dominado por Satanás, que está lleno de odio (1 Juan 3:1, 10). Él quiere que dejemos de amar a nuestros hermanos, pero no podrá conseguirlo a menos que se lo permitamos. Por tanto, estemos decididos a amar a nuestros hermanos, a expresarlo con palabras y a demostrarlo con acciones. Entonces sentiremos la inmensa alegría de formar parte de la familia de Jehová y tendremos una vida realmente feliz (1 Juan 4:7). w21.01 2:18, 19

Viernes 30 de diciembre

Dios da aguante (Rom. 15:5).

La vida en este mundo controlado por Satanás puede ser dura, y a veces no sabremos qué hacer (2 Tim. 3:1). Pero no tenemos por qué inquietarnos o tener miedo. Jehová sabe por lo que estamos pasando. Cuando necesitamos ayuda, promete sostenernos con su poderosa mano derecha (Is. 41:10, 13). Estamos seguros de que Jehová nos ayudará, y la Biblia nos dará las fuerzas para superar cualquier dificultad. Los videos, las obras teatrales en audio y los artículos de la sección “Ejemplos de fe” les dan vida a los relatos bíblicos. Antes de ver, escuchar o leer esta información, pidámosle a Jehová que nos ayude a encontrar lecciones prácticas para nuestra vida. Imaginémonos en el lugar del personaje principal. Meditemos en lo que hizo y en cómo ayudó Jehová a este siervo fiel a hacer frente a sus problemas. A continuación, apliquemos lo que hemos aprendido a nuestra situación. Por último, démosle gracias a Jehová por la ayuda que ya nos ha dado y demostremos nuestra gratitud buscando oportunidades de animar y apoyar a otros. w21.03 11:22, 23

Sábado 31 de diciembre

Los hijos son una herencia de Jehová (Sal. 127:3).

Si usted y su cónyuge quieren tener hijos, pregúntense: “¿Somos la clase de personas humildes y espirituales a las que Jehová escogería para confiarles el cuidado de un recién nacido?” (Sal. 127:4). Por otro lado, si ya es padre o madre, pregúntese: “¿Les enseño a mis hijos la importancia de trabajar duro?” (Ecl. 3:12, 13). “¿Hago todo lo posible por protegerlos de los peligros físicos y morales?” (Prov. 22:3). Por supuesto, no puede protegerlos de todos los problemas. Pero sí puede ir preparándolos con cariño para afrontarlos. ¿Cómo? Enseñándoles a buscar la guía de la Biblia (Prov. 2:1-6). Por ejemplo, si un familiar decide dejar la verdad, muéstreles a sus hijos con la Palabra de Dios por qué es tan importante ser leales a Jehová (Sal. 31:23). O, si muere un ser querido, enséñeles textos bíblicos que los ayuden a sobrellevar el dolor y a tener paz (2 Cor. 1:3, 4; 2 Tim. 3:16). w20.10 44:7

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