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Examinemos las Escrituras todos los días 2022
es22

Noviembre

Martes 1 de noviembre

Responder a un asunto antes de oír los hechos es tonto y humillante (Prov. 18:13).

Como no conocemos todos los detalles, podríamos pensar que Jonás era un hombre poco fiable e incluso desleal. Jehová le había dado la orden de anunciar un mensaje de condena en Nínive. Pero, en vez de obedecer, Jonás subió a un barco que iba en la dirección contraria, “lejos de Jehová” (Jon. 1:1-3). Nosotros quizás no le hubiéramos dado otra oportunidad para cumplir su misión. Pero Jehová pensó que sí la merecía (Jon. 3:1, 2). Podemos saber la clase de persona que Jonás era en realidad gracias a la oración que hizo desde el vientre del pez (Jon. 2:1, 2, 9). Esta oración, sin duda una de las muchas que hizo, nos ayuda a ver que él era más que un hombre que huyó de una asignación. Sus palabras reflejan humildad, gratitud y un intenso deseo de obedecer a Jehová. Con razón Jehová vio más allá de lo que Jonás hizo, contestó su oración y siguió usándolo como profeta. Es muy importante que los ancianos se aseguren de “oír los hechos” antes de aconsejar a alguien. w20.04 16:4-6

Miércoles 2 de noviembre

Pablo razonó con ellos usando las Escrituras, explicando y probando con referencias (Hech. 17:2, 3).

Los discípulos del siglo primero aceptaron las enseñanzas cristianas y buscaron la ayuda del espíritu santo para entender la Palabra de Dios. Investigaron para asegurarse de que tales enseñanzas se basaban en las Escrituras (Hech. 17:11, 12; Heb. 5:14). Su fe no se sostenía solo sobre sentimientos y emociones, y no le servían a Jehová únicamente porque disfrutaran de estar con otros cristianos. Más bien, basaron su fe en “el conocimiento exacto de Dios” (Col. 1:9, 10). Las verdades de la Palabra de Dios nunca cambian (Sal. 119:160). Por ejemplo, no cambian si un hermano nos ofende o comete un pecado grave. Y tampoco cambian cuando tenemos problemas. Así que debemos conocer a fondo las enseñanzas bíblicas y estar convencidos de que son ciertas. Tal como un ancla mantiene a flote un barco durante una tormenta, nuestra fe basada en las verdades bíblicas nos sostendrá en momentos difíciles. w20.07 28:6, 7

Jueves 3 de noviembre

Él nos ordenó que le predicáramos al pueblo y que diéramos un testimonio completo (Hech. 10:42).

Jesús considera que lo que hacemos por sus hermanos ungidos es como si lo hiciéramos por él (Mat. 25:34-40). La manera principal de apoyarlos es participando de lleno en la obra que él encomendó a sus seguidores: hacer discípulos (Mat. 28:19, 20). La ayuda de las “otras ovejas” es necesaria para que los hermanos de Cristo cumplan con la campaña mundial de predicación que se lleva a cabo hoy día (Juan 10:16). Si somos de las otras ovejas, cada vez que participamos en esta obra demostramos que amamos a los ungidos y también a Jesús. También nos hacemos amigos de Jehová y Jesús al usar nuestro dinero para apoyar la obra que ellos dirigen (Luc. 16:9). Por ejemplo, podemos donar fondos a la obra mundial a fin de apoyar las labores de socorro. También podemos hacer donaciones en nuestra congregación y ayudar a los hermanos que sabemos que pasan necesidad (Prov. 19:17). w20.04 17:12, 13

Viernes 4 de noviembre

No mostrará respeto por el Dios de sus padres. En cambio, le dará gloria al dios de las fortalezas (Dan. 11:37, 38).

De acuerdo con esta profecía, el rey del norte no mostró “respeto por el Dios de sus padres”. ¿De qué manera? La Unión Soviética intentó anular el poder de las organizaciones religiosas tradicionales con el objetivo de acabar por completo con las religiones. Por esa razón, ya en 1918 el gobierno soviético había dado una orden que llevó a que se enseñara el ateísmo en las escuelas. ¿Y cómo dio “gloria al dios de las fortalezas”? Gastó enormes cantidades de dinero con el fin de reforzar su ejército y produjo miles de armas nucleares para aumentar su influencia. Con el tiempo, el rey del norte y el rey del sur acumularon suficiente armamento como para aniquilar a miles de millones de personas. El rey del norte y el rey del sur han cooperado en una importante iniciativa: colocar “la cosa repugnante y devastadora”, es decir, las Naciones Unidas (Dan. 11:31). w20.05 19:16, 17

Sábado 5 de noviembre

Tu hermano estaba perdido y ha sido encontrado (Luc. 15:32).

¿Quiénes pueden ayudar a buscar a los inactivos? Toda la congregación, tanto sus familiares como los ancianos, los precursores y los publicadores. ¿Tenemos un amigo o un familiar inactivo? ¿Hemos encontrado a un inactivo en la predicación pública o de casa en casa? Expliquémosle que, si desea que se le visite, con gusto les pasaremos sus datos de contacto a los ancianos de la congregación, siempre de acuerdo con las correspondientes normas de nuestro país. Un anciano llamado Thomas dice: “Primero, les pregunto a varios hermanos y hermanas si saben dónde viven ahora los inactivos. O les pregunto a los publicadores si recuerdan a algún hermano que ya no asista a las reuniones. Después, cuando visito a un hermano o una hermana inactivos, pregunto por sus hijos o parientes. Algunos inactivos llevaban a sus hijos a las reuniones, y estos tal vez llegaron a ser publicadores. A ellos también se les puede ayudar a volver a Jehová”. w20.06 26:1, 6, 7

Domingo 6 de noviembre

Me acordaré de las obras de Jah; recordaré tus maravillosos actos, los de hace mucho tiempo (Sal. 77:11).

De todos los seres vivos que hay en el planeta, solo los humanos tenemos la capacidad de extraer lecciones morales de las vivencias del pasado. Recordar y analizar esas vivencias nos ayuda a adoptar valores morales más elevados y corregir nuestra forma de pensar y actuar (1 Cor. 6:9-11; Col. 3:9, 10). De hecho, podemos entrenar nuestra conciencia para que distinga lo bueno de lo malo (Heb. 5:14). Podemos aprender a expresar amor, compasión y misericordia, así como desarrollar un sentido equilibrado de la justicia. Una manera de demostrar que agradecemos el regalo de la memoria es esforzándonos por recordar todas las veces que Jehová nos ha ayudado y consolado. Así reforzaremos nuestra confianza en que él nos volverá a ayudar en el futuro (Sal. 77:12; 78:4, 7). Otra manera de demostrar que apreciamos ese regalo es recordando todo el bien que otras personas nos hacen y agradeciéndolo. Los investigadores han comprobado que las personas agradecidas por lo general son más felices. w20.05 21:12, 13

Lunes 7 de noviembre

Teme el glorioso e impresionante nombre de Jehová tu Dios (Deut. 28:58).

Pensemos en cómo se sintió Moisés cuando estaba acurrucado en la grieta de una roca en el monte Horeb y contempló en una visión la gloria de Jehová, que había pasado delante de él. Perspicacia para comprender las Escrituras explica que esa fue “tal vez la experiencia más imponente que jamás haya tenido hombre alguno antes de la venida de Jesucristo”. Moisés oyó las siguientes palabras, seguramente de boca de un ángel: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad, que demuestra amor leal a miles, que perdona errores, ofensas y pecados” (Éx. 33:17-23; 34:5-7). Es posible que Moisés se acordara de aquella experiencia cuando usó el nombre de Jehová en el texto de hoy. Al pensar en el nombre de Dios, es bueno que meditemos en la clase de persona que él es. Debemos recordar sus cualidades, entre ellas el poder, la sabiduría, la justicia y el amor. Reflexionar en estas y otras cualidades hará que lo respetemos todavía más (Sal. 77:11-15). w20.06 24:3, 4

Martes 8 de noviembre

Mantente en lo que aprendiste y fuiste persuadido a creer (2 Tim. 3:14).

Jesús dijo que la gente sabría quiénes son sus discípulos por el amor que se tienen unos a otros (Juan 13:34, 35). Pero, si queremos tener una fe fuerte, debemos hacer algo más. Nuestra fe no solo debe basarse en el amor que se demuestran los cristianos verdaderos. ¿Por qué? Pongamos que un hermano, incluso un anciano o un precursor, comete un pecado grave, o nos hiere o se vuelve apóstata y dice que no tenemos la verdad. ¿Qué haríamos en cualquiera de estos casos? ¿Tropezaríamos y dejaríamos de servir a Jehová? Esto nos enseña que, si queremos tener una fe sólida, esta debe basarse en una buena amistad con Jehová, no en lo que hacen otras personas. Nuestra fe es como una casa, que no debería estar construida solamente con materiales “suaves” como los sentimientos y las emociones, sino también con materiales “sólidos” como los hechos y los razonamientos lógicos. Debemos convencernos por nosotros mismos de que la Biblia nos enseña la verdad sobre Jehová (Rom. 12:2). w20.07 28:2, 3

Miércoles 9 de noviembre

Ayuden a los que son débiles (Hech. 20:35).

Hay muchas experiencias que indican que los ángeles nos ayudan a encontrar a los inactivos que están deseando volver a Jehová (Apoc. 14:6). Por ejemplo, Silvio, que es de Ecuador, le rogó a Jehová que lo ayudara a regresar a la congregación. Mientras todavía estaba orando, sonó el timbre de su casa. Eran dos ancianos. En esa misma visita, con gusto empezaron a darle la ayuda que necesitaba. Ayudar a regresar a Jehová a los que están débiles en sentido espiritual nos hará muy felices. Fijémonos en lo que dice Salvador, un precursor que se esfuerza mucho por ayudar a los inactivos: “A veces me cuesta contener las lágrimas de alegría. Me da mucho gusto pensar que Jehová ha rescatado del mundo de Satanás a una de sus queridas ovejas y que he tenido el honor de colaborar con él”. Si usted ha dejado de relacionarse con el pueblo de Jehová, puede estar seguro de que Dios sigue amándolo. Jehová está esperando que usted vuelva a su familia, y lo recibirá con los brazos abiertos. w20.06 26:16-18

Jueves 10 de noviembre

Verás a tu Gran Instructor (Is. 30:20).

Como Jehová es nuestro “Gran Instructor”, en su Palabra ha incluido ejemplos de los que podemos aprender lecciones (Is. 30:21). Podemos meditar en personajes bíblicos que mostraron cualidades que agradan a Dios y en lo que les pasó a otros que no las mostraron (Sal. 37:37; 1 Cor. 10:11). Pensemos en lo que le pasó al rey Saúl. Cuando era joven, era tan modesto y se sentía tan insignificante que hasta se le hizo difícil aceptar mayores responsabilidades (1 Sam. 9:21; 10:20-22). Pero, poco después de ser nombrado rey, se volvió arrogante e hizo cosas que no tenía derecho a hacer. En cierta ocasión, perdió la paciencia mientras esperaba a que llegara el profeta Samuel y ofreció un sacrificio quemado a pesar de que no estaba autorizado a hacerlo. Como resultado, Jehová le quitó su aprobación y, más tarde, el trono (1 Sam. 13:8-14). Hacemos bien en aprender la lección y no ir más allá de lo que nos corresponde. w20.08 32:10, 11

Viernes 11 de noviembre

Muestren respeto a los que los dirigen en el Señor (1 Tes. 5:12).

Es verdad que mediante Cristo Jehová le ha dado a la congregación “hombres como regalos” (Efes. 4:8). Estos incluyen a los miembros del Cuerpo Gobernante y sus ayudantes, los miembros de los Comités de Sucursal, los superintendentes de circuito, los instructores de escuelas, los ancianos de congregación y los siervos ministeriales. A todos estos hermanos se les ha nombrado por espíritu santo para que atiendan a las valiosas ovejas de Jehová y fortalezcan a la congregación (1 Ped. 5:2, 3). Además, se les nombra para que atiendan distintas responsabilidades. Tal como las manos, los pies y otras partes del cuerpo realizan funciones que benefician al cuerpo entero, los hermanos nombrados realizan funciones que benefician a toda la congregación. En vez de buscar las alabanzas de los demás, se esfuerzan por animar y fortalecer a sus hermanos (1 Tes. 2:6-8). Le damos gracias a Jehová por tener en la congregación a estos hermanos maduros que ponen los intereses de los demás por delante de los suyos. w20.08 34:5, 6

Sábado 12 de noviembre

Vayan y hagan discípulos (Mat. 28:19, 20).

Una de las razones que nos motivan a predicar es que las personas están “maltratadas y abandonadas”, y necesitan desesperadamente aprender la verdad del Reino (Mat. 9:36). Jehová desea que toda clase de personas lleguen a tener un conocimiento exacto de la verdad y se salven (1 Tim. 2:4). Algo que nos motivará a predicar es pensar en el efecto que esta obra puede tener. Salvamos la vida de las personas (Rom. 10:13-15; 1 Tim. 4:16). Por otro lado, necesitamos contar con las herramientas adecuadas y saber cómo usarlas. Jesús les dio a sus discípulos instrucciones muy claras sobre cómo pescar hombres. Les dijo qué llevar, dónde predicar y qué decir (Mat. 10:5-7; Luc. 10:1-11). Hoy, la organización de Jehová nos da el kit de enseñanza, que contiene herramientas que han demostrado ser muy útiles, y nos enseña a usarlas. Esta capacitación nos ayuda a tener la confianza y la habilidad que necesitamos para hacer bien nuestro trabajo (2 Tim. 2:15). w20.09 36:6, 7, 10

Domingo 13 de noviembre

Nada me da más alegría que oír que mis hijos siguen andando en la verdad (3 Juan 4).

¿Nos imaginamos lo feliz que se sintió el apóstol Juan cuando oyó que los cristianos a quienes ayudó a conocer la verdad seguían fieles a Jehová? Para Juan, esos cristianos leales eran como sus hijos. Puesto que tenían muchos problemas, el apóstol hizo todo lo que pudo por fortalecer su fe. Nosotros también nos sentimos felices cuando nuestros hijos, sean físicos o espirituales, le dedican su vida a Jehová y continúan sirviéndole (3 Juan 3). Alrededor del año 98, el espíritu santo de Jehová impulsó a Juan a escribir tres cartas. El objetivo de las cartas era animar a los cristianos leales a mantener la fe en Jesús y a seguir andando en la verdad. Juan estaba preocupado por la mala influencia que estaban ejerciendo los falsos maestros en las congregaciones (1 Juan 2:18, 19, 26). Estos apóstatas afirmaban conocer a Dios, pero no respetaban sus mandatos. w20.07 30:1-3

Lunes 14 de noviembre

Demuestren fe en Dios, y demuestren fe en mí también (Juan 14:1).

Como tenemos fe en el mensaje que llevamos, queremos que lo escuchen tantas personas como sea posible. Confiamos en las promesas de la Palabra de Dios (Sal. 119:42; Is. 40:8). Hemos visto cumplirse algunas de las profecías de la Biblia en nuestros días. También hemos visto cómo las personas mejoran su vida cuando empiezan a poner en práctica los consejos bíblicos. Todo esto nos convence más y más de que el mundo entero necesita oír las buenas noticias del Reino. También tenemos fe en Jehová, la fuente del mensaje que llevamos, y en Jesús, a quien ha nombrado Rey del Reino. Pase lo que pase, Jehová siempre será nuestro refugio y nuestra fuerza (Sal. 46:1-3). Además, estamos convencidos de que Jesús dirige desde el cielo la predicación con el poder y la autoridad que Jehová le ha dado (Mat. 28:18-20). Gracias a la fe, estamos cada vez más convencidos de que Jehová bendecirá nuestros esfuerzos. w20.09 37:15-17

Martes 15 de noviembre

Ha hecho algo muy bueno por mí. Ella hizo lo que pudo (Mar. 14:6, 8).

En ciertas situaciones, puede ser que algunas hermanas necesiten que alguien las defienda y las ayude (Is. 1:17). Por ejemplo, una hermana viuda o divorciada tal vez necesite que alguien la ayude con algunas de las tareas de las que solía encargarse su esposo. Una hermana de edad avanzada puede necesitar que la ayuden a hablar con los médicos. Y una precursora que colabora de otras maneras con la organización quizá necesite que alguien la defienda si la critican por no predicar tanto como otros precursores. Veamos el ejemplo de Jesús. Él no dudó en hablar por sus hermanas espirituales cuando las malinterpretaron. Por ejemplo, defendió a María cuando Marta la criticó (Luc. 10:38-42). Y también lo hizo cuando otros la reprendieron porque opinaban que había hecho algo incorrecto (Mar. 14:3-9). Jesús sabía por qué lo había hecho. Así que la elogió y hasta profetizó: “En todo el mundo, en cualquier lugar donde se prediquen las buenas noticias, también se contará lo que hizo esta mujer”. w20.09 39:15, 16

Miércoles 16 de noviembre

Pastoreen el rebaño de Dios que está a su cuidado, sirviendo de superintendentes; no lo hagan por obligación, sino de buena gana ante Dios (1 Ped. 5:2).

Un buen pastor sabía que las ovejas podían perderse. Así que, si esto sucedía, no las trataba con dureza. Pensemos en lo que hizo Jehová cuando algunos de sus siervos no hicieron por un tiempo lo que él esperaba de ellos. El profeta Jonás huyó para no cumplir su asignación. Pero Jehová no se apresuró a darlo por perdido. Como haría un buen pastor, lo rescató y le dio las fuerzas que necesitaba para realizar su comisión (Jon. 2:7; 3:1, 2). Luego, se valió de una calabaza vinatera para enseñarle que la vida de cada persona es importante (Jon. 4:10, 11). ¿Qué lección aprendemos? Que los ancianos no deben apresurarse a dar por perdidos a los inactivos. Más bien, deben esforzarse por entender por qué se alejaron del rebaño. Y, cuando estas ovejas regresan a Jehová, deben seguir tratándolas con amor e interés. w20.06 25:10-12

Jueves 17 de noviembre

Recibirán un poco de ayuda (Dan. 11:34).

Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, los siervos de Dios en aquella extensa región recibieron “un poco de ayuda”, pues disfrutaron de un periodo de libertad. Como resultado, se les hizo posible predicar libremente, y en poco tiempo llegó a haber cientos de miles de publicadores en los países del antiguo bloque comunista. Pero, poco a poco, Rusia y sus aliados se convirtieron en el rey del norte. Para que un gobierno asuma el papel de rey del norte o de rey del sur debe hacer tres cosas: primero, influir de forma directa en el pueblo de Dios; segundo, mostrar con sus acciones que es enemigo de Jehová y de sus siervos, y, tercero, luchar contra el rey rival. Rusia y sus aliados han tenido un impacto directo en el pueblo de Dios al prohibir la predicación y perseguir a cientos de miles de hermanos. Sus actos demuestran que odian a Jehová y a su pueblo. Y han luchado contra el rey del sur, que es la potencia mundial formada por Gran Bretaña y Estados Unidos. w20.05 20:3, 4

Viernes 18 de noviembre

Presta constante atención a tu enseñanza (1 Tim. 4:16).

En vista de que la obra de hacer discípulos tiene mucho que ver con nuestra enseñanza, queremos que esta sea de la mejor calidad posible. Todas las semanas, les enseñamos a millones de personas las verdades de la Biblia. A todos nos encanta enseñar sobre la Palabra de Dios. Así que tal vez sintamos la tentación de hablar de ella sin parar. Ahora bien, al dirigir el Estudio de La Atalaya, el Estudio bíblico de la congregación o al dar clases bíblicas, no debemos hablar más de la cuenta. Dejemos que sea la Biblia la que enseñe. Para ello, el maestro tiene que controlarse y no intentar explicar todo lo que sabe sobre cierto tema o versículo (Juan 16:12). Compare lo que usted sabe ahora de la Biblia con lo que sabía cuando se bautizó. Lo más probable es que solo conociera las enseñanzas básicas (Heb. 6:1). Si le tomó años tener el conocimiento que tiene ahora, no intente enseñarle a su estudiante todas las cosas de golpe. w20.10 42:2-4

Sábado 19 de noviembre

Este es el carpintero, el hijo de María (Mar. 6:3).

Jehová escogió unos padres excelentes para Jesús (Mat. 1:18-23; Luc. 1:26-38). Las sinceras palabras de María que leemos en la Biblia demuestran lo mucho que amaba a Jehová y su Palabra (Luc. 1:46-55). Y la manera como reaccionó José a la guía de Jehová muestra que lo amaba y deseaba agradarlo (Mat. 1:24). Fijémonos en que Jehová no escogió unos padres ricos para Jesús. El sacrificio que ofrecieron José y María después del nacimiento de Jesús indica que eran pobres (Luc. 2:24). Debían de llevar una vida sencilla, sobre todo porque llegaron a tener como mínimo siete hijos (Mat. 13:55, 56). Jehová protegió a su Hijo de algunos peligros, pero permitió que pasara por algunas situaciones difíciles (Mat. 2:13-15). Por ejemplo, hubo familiares de Jesús que al principio no creían que él fuera el Mesías (Mar. 3:21; Juan 7:5). También es probable que tuviera que enfrentarse a la muerte de su padre adoptivo, José. w20.10 44:4-6

Domingo 20 de noviembre

Nunca te dejaré y jamás te abandonaré (Heb. 13:5).

¿Nos hemos sentido alguna vez completamente solos, sin nadie que nos ayude a afrontar un problema? No somos los únicos. Incluso algunos siervos fieles de Jehová del pasado se sintieron así (1 Rey. 19:14). En esos momentos, recordemos esta promesa de Jehová: “Nunca te dejaré y jamás te abandonaré”. Así que podemos decir llenos de confianza: “Jehová es mi ayudante. No tendré miedo” (Heb. 13:5, 6). El apóstol Pablo les escribió estas palabras a los cristianos que vivían en Judea alrededor del año 61. Lo que él dijo refleja los mismos sentimientos que las palabras de Salmo 118:5-7. Igual que el escritor de ese salmo, Pablo sabía de primera mano que Jehová estaba ahí para ayudarlo. Por ejemplo, más de dos años antes de escribir la carta a los Hebreos, el apóstol hizo un peligroso viaje en barco en medio de una tempestad violenta (Hech. 27:4, 15, 20). Tanto en aquel viaje como en años anteriores, Jehová ayudó a Pablo de diferentes maneras. w20.11 46:1, 2

Lunes 21 de noviembre

No digas: “¿Por qué los tiempos pasados eran mejores que los de ahora?” (Ecl. 7:10).

¿Por qué no es de sabios pensar constantemente que nuestra vida era mejor antes? Porque la nostalgia puede hacer que nos acordemos solo de lo bueno. Pensemos en los israelitas de la antigüedad: tan pronto como salieron de Egipto se olvidaron de lo dura que había sido su vida y solo se acordaron de los ricos alimentos que disfrutaban allí. Decían: “¡Cuánto echamos de menos el pescado que comíamos gratis en Egipto, y los pepinos, las sandías, los puerros, las cebollas y los ajos!” (Núm. 11:5). Pero ¿era cierto que lo que comían no les costaba nada? No. En realidad, pagaban un alto precio, pues en Egipto estaban sometidos a una cruel esclavitud (Éx. 1:13, 14; 3:6-9). Pero en poco tiempo olvidaron sus problemas y empezaron a añorar el pasado. En vez de concentrarse en todo lo que Jehová acababa de hacer por ellos, decidieron centrar toda su atención en los viejos tiempos. Esto le disgustó muchísimo a Jehová (Núm. 11:10). w20.11 48:5, 6

Martes 22 de noviembre

Jehová está cerca de los que tienen el corazón destrozado; salva a los que están hundidos en el desánimo (Sal. 34:18).

Es natural que a veces nos sintamos desanimados al pensar que tenemos “una vida corta y llena de problemas” (Job 14:1). Muchos siervos de Jehová del pasado se sintieron así. De hecho, algunos quisieron morir (1 Rey. 19:2-4; Job 3:1-3, 11; 7:15, 16). Pero el Dios en el que confiaban, Jehová, siempre los animó y los fortaleció. Además, hizo que sus historias quedaran escritas en la Biblia para consolarnos y enseñarnos (Rom. 15:4). Pensemos en José, el hijo de Jacob. De la noche a la mañana, pasó de ser el hijo amado de su padre a ser un simple esclavo de un hombre que no adoraba a Jehová (Gén. 37:3, 4, 21-28; 39:1). Luego, la esposa de Potifar lo acusó falsamente de tratar de violarla. Sin comprobar si era cierto o no, Potifar mandó a José a prisión, donde lo encadenaron (Gén. 39:14-20; Sal. 105:17, 18). Sin duda, José tenía motivos para estar desanimado. w20.12 51:1-4

Miércoles 23 de noviembre

Que tu nombre sea santificado (Mat. 6:9).

Jesús dijo que una de las peticiones más importantes que debemos incluir en nuestras oraciones a Dios es la del texto de hoy. ¿Qué significan esas palabras? Santificar algo es hacer que sea santo, limpio o puro. Pero puede que alguien se pregunte: “¿Es que el nombre de Jehová no es santo, limpio y puro? ¿Por qué hay que santificarlo?”. Para resolver esa duda, tenemos que pensar en todo lo que un nombre incluye. Un nombre no es solo una palabra que se escribe en un papel o se pronuncia en voz alta. La Biblia dice: “Es preferible un buen nombre a grandes riquezas” (Prov. 22:1, nota; Ecl. 7:1). ¿Por qué es tan valioso? Porque también incluye lo que los demás opinan sobre la persona que lleva ese nombre, es decir, su reputación. Así que lo más importante no es la manera en que un nombre se escribe o incluso se pronuncia, sino lo que la gente piensa cuando lo ve o lo oye. Cuando la gente dice mentiras sobre Jehová, está atacando su reputación o, lo que es lo mismo, está intentando manchar su nombre. w20.06 23:5-7

Jueves 24 de noviembre

Estoy muy inquieto, y te pregunto, oh, Jehová: ¿hasta cuándo será esto así? (Sal. 6:3).

Cuando estamos bajo mucha presión, tal vez sintamos que la ansiedad nos aplasta. Por ejemplo, tal vez nos preocupe no ganar suficiente dinero para cubrir nuestras necesidades, o enfermarnos y no poder trabajar o hasta perder nuestro empleo. También puede que nos preocupe no ser leales cuando se nos tiente para desobedecer a Dios. Y además tal vez nos preocupe cómo reaccionaremos cuando Satanás haga que la gente que él controla ataque al pueblo de Dios. Quizás nos preguntemos: “¿Está mal que me preocupe por estas cosas?”. Jesús les dijo a sus discípulos: “Dejen de angustiarse” (Mat. 6:25). ¿Acaso quiso decir que no deberíamos sentir ni la más mínima ansiedad? Claro que no. Al fin y al cabo, algunos siervos leales de Jehová del pasado sufrieron ansiedad y no por ello perdieron la aprobación de Jehová (1 Rey. 19:4). En realidad, Jesús nos estaba tranquilizando. No quería que los problemas de la vida nos agobiaran tanto que afectaran nuestro servicio a Dios. w21.01 1:4, 5

Viernes 25 de noviembre

La cabeza de la mujer es el hombre (1 Cor. 11:3).

El esposo es responsable ante Jehová y Jesús por cómo trata a su familia (1 Ped. 3:7). Jehová es cabeza de su familia universal, así que tiene autoridad para dictar normas de conducta para sus hijos y hacer que las cumplan (Is. 33:22). Jesús es cabeza de la congregación cristiana, y también tiene derecho a dictar normas y hacer que se cumplan (Gál. 6:2; Col. 1:18-20). Al igual que Jehová y Jesús, el cabeza de familia cristiano tiene autoridad para tomar decisiones que afectan a su familia (Rom. 7:2; Efes. 6:4). Sin embargo, su autoridad tiene límites. Por ejemplo, sus normas deben basarse en los principios bíblicos (Prov. 3:5, 6). Además, el cabeza de una familia no tiene autoridad para dictar normas para quienes no son parte de su familia (Rom. 14:4). Y, cuando sus hijos crecen y se independizan, continúan respetándolo, pero ya no están bajo su autoridad (Mat. 19:5). w21.02 5:3-5

Sábado 26 de noviembre

Mantenga a los suyos (1 Tim. 5:8).

Por supuesto, una manera importante en la que un cabeza demuestra que ama a su familia es cubriendo sus necesidades materiales. Pero nunca debe olvidar que lo más importante es que atienda sus necesidades espirituales (Mat. 5:3). Mientras estaba en el madero, Jesús quiso asegurarse de que María estuviera bien cuidada. Por eso, a pesar de su intenso sufrimiento, le pidió al apóstol Juan que se encargara de atenderla (Juan 19:26, 27). Los cabezas de familia también pueden tener varias responsabilidades importantes. Deben ser buenos trabajadores para que su conducta hable bien de Jehová (Efes. 6:5, 6; Tito 2:9, 10). Y es posible que tengan responsabilidades en la congregación, como pastorear a los hermanos y ser buenos ejemplos en la predicación. Pero también es su responsabilidad estudiar la Biblia regularmente con su esposa y sus hijos. Sus familias agradecerán de corazón todo lo que ellos hagan por atenderlas en sentido físico, emocional y espiritual (Efes. 5:28, 29; 6:4). w21.01 5:15, 17

Domingo 27 de noviembre

Una esposa competente supervisa las actividades de su casa (Prov. 31:27).

La Palabra de Dios describe a la esposa competente como una mujer que puede supervisar su casa, comprar y vender tierras, y hacer negocios (Prov. 31:15, 16, 18). No es una esclava, que no tiene derecho a dar su opinión. Más bien, su esposo confía en ella y toma en cuenta sus ideas (Prov. 31:11, 26). Cuando un hombre respeta a su esposa de esta manera, es un placer para ella estar bajo su autoridad. A pesar de todo lo que Jesús ha logrado, no siente que respetar la autoridad de Jehová lo rebaje (1 Cor. 15:28; Filip. 2:5, 6). Del mismo modo, la esposa competente que sigue el ejemplo de Jesús no siente que respetar la autoridad de su esposo la rebaje. Apoya a su esposo porque lo ama, pero sobre todo porque ama y respeta a Jehová. Sin embargo, la esposa cristiana no apoyará a su esposo si este le pide que haga algo que va en contra de las leyes o principios de la Biblia. w21.02 6:14, 15, 19

Lunes 28 de noviembre

Las dificultades producen aguante (Rom. 5:3).

El amor a Dios siempre ha ayudado a los siervos de Jehová a aguantar la persecución. Por ejemplo, cuando el poderoso tribunal supremo judío ordenó a los apóstoles que dejaran de predicar, el amor a Dios los impulsó a “obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres” (Hech. 5:29; 1 Juan 5:3). Ese mismo amor inquebrantable a Dios también ayuda a permanecer fieles a aquellos hermanos nuestros que están siendo perseguidos por gobiernos poderosos y crueles. Cuando el mundo nos odia, no nos sentimos desanimados, sino felices (Hech. 5:41; Rom. 5:4, 5). Puede que una de las pruebas más difíciles de aguantar sea la oposición familiar. Cuando se dan cuenta de que queremos conocer a Jehová, algunos parientes tal vez crean que nos han engañado o incluso que nos hemos vuelto locos (compare con Marcos 3:21). Quizás hasta se vuelvan agresivos con nosotros. Pero nada de esto debe sorprendernos, pues Jesús dijo que “los enemigos de cada uno serán los de su propia casa” (Mat. 10:36). w21.03 12:6, 7

Martes 29 de noviembre

Todos deben ser rápidos para escuchar, pero lentos para hablar (Sant. 1:19).

Cuando acompañemos a un publicador a un curso bíblico, escuchemos con atención tanto al maestro como al estudiante. Solo así estaremos listos para ayudar si es necesario. Claro, debemos ser prudentes para no hablar demasiado, interrumpir la explicación del maestro o desviarnos del tema. Pero de manera breve podemos usar un comentario, un ejemplo o una pregunta para dejar claro el punto que se está analizando. A veces quizás nos parezca que no podemos aportar mucho al estudio. Pero, si felicitamos a la persona y nos interesamos en ella, la ayudaremos a progresar. Si lo vemos apropiado, podríamos contarle brevemente cómo aprendimos la verdad, cómo superamos una dificultad o cómo hemos visto la mano de Jehová en nuestra vida (Sal. 78:4, 7). Puede ser que esto sea justo lo que el estudiante necesita oír. Quizás fortalezca su fe o lo anime a dar pasos que lo lleven al bautismo. w21.03 10:9, 10

Miércoles 30 de noviembre

Hagan discípulos de gente de todas las naciones (Mat. 28:19).

¿Quién debe llevarse el mérito cuando nos va bien en el ministerio? Pablo contestó esta pregunta cuando escribió las siguientes palabras sobre la congregación de Corinto: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer, así que ni el que planta ni el que riega son algo, sino Dios, que lo hace crecer” (1 Cor. 3:6, 7). Siempre que tengamos éxito en el ministerio, debemos darle todo el mérito a Jehová, tal como hizo Pablo. ¿Cómo podemos mostrar que agradecemos el honor de colaborar con Dios, Cristo y los ángeles? (2 Cor. 6:1). Buscando oportunidades para hablar de las buenas noticias con tantas personas como sea posible. No solo debemos plantar las semillas de la verdad, sino también regarlas. Cuando a una persona le interesa el mensaje, queremos hacer todo lo posible por cultivar su interés para comenzar un curso bíblico. Cuando un estudiante está progresando para convertirse en un discípulo, nos alegra ver cómo Jehová va influyendo en su mente y corazón. w20.05 22:14, 16-18

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