Septiembre
Domingo 1 de septiembre
Si alguien piensa que adora a Dios pero no mantiene bajo control su lengua, está engañando a su propio corazón, y su adoración no sirve de nada (Sant. 1:26).
Si usamos bien nuestra capacidad de hablar, los demás verán la diferencia “entre el que sirve a Dios y el que no le sirve” (Mal. 3:18). Es decir, quedará claro que nosotros servimos a Jehová. Veamos lo que le pasó a una hermana llamada Kimberly. Cuando una compañera de clase y ella hicieron un trabajo juntas, su compañera se dio cuenta de que Kimberly era diferente. No criticaba a los demás, siempre era amable y nunca decía malas palabras. Su compañera quiso saber por qué, y con el tiempo aceptó un curso de la Biblia. ¡Qué contento se pone Jehová cuando otras personas se sienten atraídas a la verdad gracias a nuestra manera de hablar! Todos queremos que nuestra forma de hablar le dé honra a Jehová. w22.04 15:5-7
Lunes 2 de septiembre
Muchas mujeres usaban sus bienes para atenderlos (Luc. 8:3).
Jesús liberó a María Magdalena de siete demonios. Ella debió sentirse muy agradecida. Por eso se hizo seguidora de Cristo y lo apoyó durante su ministerio (Luc. 8:1-3). Aunque María valoraba mucho lo que Jesús había hecho por ella personalmente, quizás no comprendía por completo el inmenso regalo que él pronto iba a ofrecer. Jesús daría su vida para que cualquiera que demostrara tener fe en él recibiera vida eterna (Juan 3:16). De todos modos, María demostró con su lealtad que estaba muy agradecida. Cuando Jesús estaba clavado al madero, ella se quedó allí cerca para darles su apoyo a Jesús y a otros que estaban presentes (Juan 19:25). Y, cuando Jesús estaba en la tumba, María y otras dos mujeres llevaron especias aromáticas para aplicárselas al cuerpo de Jesús (Mar. 16:1, 2). ¡Qué alegría tan grande se llevó María al ver a Jesús resucitado y poder conversar con él! Ese fue un honor que muy pocos discípulos tuvieron (Juan 20:11-18). w23.01 5:4
Martes 3 de septiembre
Ojalá fueras frío o caliente (Apoc. 3:15).
No podemos dormirnos en los laureles y pensar que ya no tenemos que seguir esforzándonos en nuestro servicio a Jehová. Tal vez ahora no podamos hacer lo mismo que antes, pero debemos estar “muy ocupados en la obra del Señor” y seguir despiertos y vigilantes hasta que llegue el fin (1 Cor. 15:58; Mat. 24:13; Mar. 13:33). Adoremos a Jehová con entusiasmo y de corazón. En el mensaje que Jesús les envió a los cristianos de Laodicea, destacó otro problema. Eran “tibios” o apáticos en su adoración a Jehová. De hecho, Jesús les dijo que se encontraban en un estado “desdichado, digno de lástima”. Así que tenían que avivar su entusiasmo por Jehová y su adoración (Apoc. 3:16, 17, 19). ¿Cuál es la lección para nosotros? Si ya no tenemos el entusiasmo de antes, debemos profundizar más el aprecio que sentimos por las riquezas espirituales (Apoc. 3:18). No permitamos que el deseo de llevar una vida cómoda nos distraiga. Queremos que las actividades espirituales sean siempre lo más importante en nuestra vida. w22.05 19:7, 8
Miércoles 4 de septiembre
Ante él se escribió un libro para recordar a los que temen a Jehová (Mal. 3:16).
Jehová lleva miles de años escribiendo un libro especial que contiene una lista de nombres. La lista comienza con Abel, el primer testigo fiel (Luc. 11:50, 51). A lo largo de la historia, Jehová ha añadido nombres a ese libro, y ya contiene millones. En la Biblia, ese libro recibe varios nombres: “un libro para recordar”, el “libro de la vida” y “el rollo de la vida” (Mal. 3:16; Apoc. 3:5; 17:8). Este libro especial contiene los nombres de todos los que adoran a Jehová con temor o profundo respeto, y que aman su nombre. Tienen la esperanza de recibir vida eterna, ya sea en el cielo o en la Tierra. Nuestro nombre puede estar escrito en ese libro si cultivamos una relación estrecha y personal con Jehová basada en el sacrificio de su Hijo, Jesucristo (Juan 3:16, 36). ¿Verdad que todos queremos que nuestro nombre esté escrito ahí? w22.09 39:1, 2
Jueves 5 de septiembre
El Diablo, que las estuvo engañando, fue arrojado al lago de fuego y azufre (Apoc. 20:10).
El libro de Apocalipsis habla de “un dragón grande de color de fuego” (Apoc. 12:3). Este dragón lucha contra Jesús y sus ángeles (Apoc. 12:7-9). Además, ataca al pueblo de Dios y les da poder a las bestias políticas (Apoc. 12:17; 13:4). ¿Quién es este dragón? Es “la serpiente original, al que llaman Diablo y Satanás” (Apoc. 12:9; 20:2). Él es quien controla a todos los demás enemigos de Jehová. ¿Qué le ocurrirá al dragón? Apocalipsis 20:1-3 dice que un ángel arrojará a Satanás en un abismo, y eso será como una cárcel para él. Satanás estará encerrado durante 1.000 años y no volverá “a engañar a las naciones” hasta que se termine ese periodo de tiempo. Y, por último, Satanás y sus demonios serán arrojados “al lago de fuego y azufre”. Esto significa que serán destruidos de una vez por todas. ¿Se imagina lo que será la vida sin Satanás y los demonios? ¡Será una maravilla! w22.05 20:19, 20
Viernes 6 de septiembre
Que trabaje duro haciendo con sus propias manos un buen trabajo y así tenga algo que dar a quien lo necesite (Efes. 4:28).
Jesús fue un hombre trabajador. Cuando era joven, fue carpintero (Mar. 6:3). De seguro que sus padres agradecían la ayuda que les daba para cubrir las necesidades de una familia tan numerosa. Y, como era un hombre perfecto, podía hacer trabajos perfectos, así que probablemente tenía muchos clientes. Podemos imaginarnos a Jesús disfrutando de su trabajo. Pero no dejaba que este le robara el tiempo que necesitaba para los asuntos espirituales (Juan 7:15). Y cuando ya era ministro de tiempo completo dio este consejo: “No trabajen por el alimento que se echa a perder, sino por el alimento que dura y lleva a vida eterna” (Juan 6:27). Y en el Sermón del Monte dijo: “Acumulen para ustedes tesoros en el cielo” (Mat. 6:20). La sabiduría que nos da Jehová nos ayuda a ver el empleo con equilibrio. A los cristianos se nos dice que trabajemos duro y que hagamos “un buen trabajo”. w22.05 22:9, 10
Sábado 7 de septiembre
Tu madre estará feliz (Prov. 23:25).
Eunice le puso un buen ejemplo a Timoteo. No hay duda de que él vio que las acciones de su madre eran el resultado del profundo amor que sentía por Jehová y que servirle la hacía feliz. De manera parecida, muchas madres han llegado al corazón de los miembros de su familia “sin una palabra” (1 Ped. 3:1, 2). Usted también puede lograrlo. ¿Cómo? Ponga en primer lugar su amistad con Jehová (Deut. 6:5, 6). Como la mayoría de las madres, seguro que usted renuncia a muchas cosas para atender las necesidades físicas de sus hijos. Por ejemplo, está dispuesta a sacrificar su tiempo, dinero y descanso. Pero nunca debería estar tan ocupada que descuide su amistad con Jehová. Saque tiempo para orar en privado, para su estudio personal de la Biblia y para ir a las reuniones. De esta manera, fortalecerá su amistad con Jehová y les pondrá un buen ejemplo a su familia y a otras personas. w22.04 17:1, 12, 13
Domingo 8 de septiembre
Juzga a tus siervos: declara culpable al malo y haz que sus actos recaigan sobre su propia cabeza; declara inocente al justo y recompénsalo (1 Rey. 8:32).
Como Jehová es el Juez Supremo, nosotros no tenemos que preocuparnos de decidir cómo se juzgará a los demás. Él se encargará de eso. ¡Qué alivio! (Rom. 14:10-12). Podemos estar completamente seguros de que él siempre juzgará según sus normas perfectas sobre lo que está bien y lo que está mal (Gén. 18:25). Él nunca hará nada que sea injusto. Jehová reparará por completo todo el daño que han causado el pecado y la imperfección. ¡Cuánto deseamos que llegue ese día! Él sanará para siempre todas nuestras heridas físicas y emocionales (Sal. 72:12-14; Apoc. 21:3, 4). De hecho, caerán en el olvido. Mientras llega ese día, valoremos la capacidad que Jehová nos ha dado de seguir su ejemplo perdonando a los demás. w22.06 25:18, 19
Lunes 9 de septiembre
¿El Juez de toda la tierra no hará lo que es justo? (Gén. 18:25).
Un buen juez tiene que conocer a fondo las leyes. Debe saber distinguir lo que está bien de lo que está mal. ¿Y qué otros requisitos debe cumplir? Antes de dictar sentencia, tiene que ser capaz de tomar en cuenta todos los factores importantes de un caso. En este sentido, no hay nadie tan capacitado para ser juez como Jehová. Él no es como los jueces humanos. Siempre conoce a la perfección todos los factores que influyen en los casos que se presentan ante él (Gén. 18:20, 21; Sal. 90:8). No juzga teniendo en cuenta solo lo que los seres humanos ven y oyen. Comprende muy bien cómo influyen en las acciones de una persona su ADN, su crianza, su entorno y su estado mental y emocional. Además, Jehová lee los corazones, es decir, entiende cuáles son nuestras motivaciones, intenciones y deseos. No se le escapa ni un solo detalle; todo está expuesto a sus ojos (Heb. 4:13). Así que el perdón de Jehová se basa en un conocimiento profundo de cada situación. w22.06 24:8, 9
Martes 10 de septiembre
El hombre dará todo lo que tiene por salvar su vida (Job 2:4).
Hacemos bien en fijarnos en las tácticas que usó Satanás con Job, porque las que usa hoy son parecidas. Satanás dice que nuestro amor por Jehová no es sincero y que, si nuestra vida está en peligro, le daremos la espalda a nuestro Dios. También afirma que Jehová no nos ama y que nunca valora lo que hacemos por complacerlo. A los que ponemos nuestra esperanza en él, Satanás no nos engaña porque ya conocemos sus tácticas. Debemos ver las pruebas como una oportunidad para conocernos mejor a nosotros mismos. Las dificultades le sirvieron a Job para darse cuenta de que tenía algunas deficiencias que debía corregir. Por ejemplo, vio que tenía que ser más humilde (Job 42:3). Nosotros también podemos descubrir muchas cosas sobre nuestra personalidad cuando pasamos por alguna prueba. Cuando identificamos nuestros puntos débiles, podemos hacer algo para mejorar. w22.06 27:13, 14
Miércoles 11 de septiembre
Ustedes son mis testigos —afirma Jehová—, sí, mi siervo, a quien he elegido (Is. 43:10).
Jehová nos confirma su apoyo. Por ejemplo, justo antes de decir: “Ustedes son mis testigos”, él declaró: “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo y, al atravesar los ríos, estos no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás y las llamas no te chamuscarán” (Is. 43:2). A veces, cuando predicamos, encontramos obstáculos que son como ríos y enfrentamos pruebas que son como fuego. Pero, con la ayuda de Jehová, seguimos predicando (Is. 41:13). La mayoría de la gente rechaza el mensaje. Tenemos presente que este rechazo no quiere decir que seamos malos testigos de Dios. Nos consuela y anima saber que Jehová está contento si seguimos declarando el mensaje fielmente. El apóstol Pablo dijo: “Cada persona recibirá su recompensa según su trabajo” (1 Cor. 3:8; 4:1, 2). w22.11 45:5, 6
Jueves 12 de septiembre
Mantengan una conducta ejemplar entre las naciones (1 Ped. 2:12).
En la actualidad, las profecías bíblicas se están cumpliendo delante de nuestros ojos: personas “de todos los idiomas de las naciones” están aprendiendo a hablar el “idioma puro” de la verdad bíblica (Zac. 8:23; Sof. 3:9). Más de 8 millones de personas en 240 países y territorios forman parte de la organización de Jehová. ¡Y cada año se bautizan miles y miles! Pero los números no son lo más importante, sino las cualidades espirituales que estos nuevos discípulos han cultivado, lo que la Biblia llama “la nueva personalidad” (Col. 3:8-10). Muchos de ellos han dejado la inmoralidad sexual, la violencia, los prejuicios y el espíritu nacionalista. Se está cumpliendo la profecía de Isaías 2:4: “Ni aprenderán más a hacer la guerra”. Como nos esforzamos por llevar puesta la nueva personalidad, hacemos que la gente se sienta atraída a la organización de Dios y demostramos que seguimos a Jesucristo, nuestro superintendente (Juan 13:35). Y nada de esto es por casualidad; Jesús nos está ayudando. w22.07 29:7, 8
Viernes 13 de septiembre
Que mi oración sea delante de ti como incienso preparado (Sal. 141:2).
En nuestras oraciones no debemos hablarle a Jehová con excesiva familiaridad, sino con profundo respeto. Pensemos en las impresionantes visiones que tuvieron Isaías, Ezequiel, Daniel y Juan. Todas ellas describen a Jehová como un Rey imponente. Isaías vio a Jehová “sentado en un trono alto y elevado” (Is. 6:1-3). Ezequiel lo vio sentado en su carro celestial y rodeado de “un resplandor como el del arcoíris” (Ezeq. 1:26-28). Daniel vio al “Anciano de Días” vestido de blanco y sentado en un trono del que salían llamas de fuego (Dan. 7:9, 10). Y Juan vio a Jehová sentado en un trono que estaba rodeado de “un arcoíris que parecía una esmeralda” (Apoc. 4:2-4). Meditar en la incomparable gloria de Jehová nos recuerda que orarle es un increíble honor y que es muy importante hacerlo con profunda reverencia. w22.07 31:3
Sábado 14 de septiembre
Cuidado con los hombres que recurren a trampas (Efes. 4:14).
Joven, Satanás intentará que no crezcas en sentido espiritual. Una de sus armas son las dudas. Él quiere que dejes de confiar en lo que enseña la Biblia. Por ejemplo, tarde o temprano oirás a alguien hablando de la evolución, una teoría que mancha la reputación de Jehová. Puede que antes no pensaras mucho en este asunto. Pero, ahora que ya eres adolescente, quizás tus maestros te lo enseñen directamente en clase. Lo que digan tal vez suene lógico y convincente. Pero ten en cuenta que quizás nunca han examinado a fondo las pruebas de que existe un Creador. Recuerda lo que dice Proverbios 18:17: “El primero en presentar su caso parece tener la razón, hasta que viene la otra parte y lo interroga”. ¿Qué principio encontramos en estas palabras? Que no debes aceptar como un hecho todo lo que te digan en la escuela. Más bien, debes estudiar a fondo lo que dicen la Palabra de Dios y nuestras publicaciones. w22.08 32:2, 8
Domingo 15 de septiembre
Obedece cuidadosamente todo lo que está escrito en él; porque entonces te irá bien en tu camino y entonces actuarás con sabiduría (Jos. 1:8).
Queremos entender lo que leemos en la Biblia porque, si no lo hacemos, no podremos sacarle el máximo provecho. Pensemos en la conversación que tuvo Jesús con “un hombre experto en la Ley” (Luc. 10:25-29). El hombre quería saber lo que tenía que hacer para obtener la vida eterna, y para responderle Jesús lo hizo pensar en la Palabra de Dios. Le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”. El hombre dio la respuesta correcta. Citando de las Escrituras, dijo que había que amar a Dios y al prójimo (Lev. 19:18; Deut. 6:5). Pero después preguntó: “Y ¿quién es en realidad mi prójimo?”. Con estas palabras demostró que no entendía de verdad lo que había leído. Y como consecuencia no sabía cómo ponerlo en práctica correctamente. No podemos entender la Biblia sin la ayuda de Jehová. Por eso, pidámosle espíritu santo para concentrarnos en la lectura y que nos ayude a poner en práctica lo que leímos. w23.02 7:4, 5
Lunes 16 de septiembre
Sigan andando en la verdad (3 Juan 4).
“¿Cómo conociste la verdad?”. Seguro que hemos respondido esta pregunta muchas veces. Normalmente surge cuando conocemos a otros hermanos. Nos encanta oír cómo nuestros compañeros llegaron a conocer y amar a Jehová. Y también nos gusta contarles lo que la verdad es para nosotros (Rom. 1:11). Estas conversaciones nos recuerdan lo afortunados que somos de ser testigos de Jehová. También refuerzan nuestro deseo de seguir “andando en la verdad”, es decir, de seguir viviendo para hacer feliz a Jehová y tener su bendición. Hay muchas razones por las que amamos la verdad. La más importante es que amamos a Jehová, que es la fuente de la verdad. Gracias a su Palabra, la Biblia, hemos aprendido que él es el Dios todopoderoso que hizo los cielos y la Tierra. Y, sobre todo, que es nuestro Padre celestial, que nos ama y se preocupa por nosotros (1 Ped. 5:7). w22.08 34:1, 3
Martes 17 de septiembre
Acuérdense de los pobres (Gál. 2:10).
El apóstol Pablo animó a sus hermanos a mostrar amor haciendo “buenas obras” (Heb. 10:24). No solo los ayudó con sus palabras, sino también con sus acciones. Por ejemplo, cuando los cristianos de Judea pasaron por una época de hambre, Pablo fue uno de los encargados de llevarles ayuda (Hech. 11:27-30). De hecho, aunque estaba muy ocupado predicando y enseñando, siempre buscaba maneras de ayudar a los cristianos que eran pobres. Así fortalecía la confianza de los hermanos en que Jehová los cuidaría. Hoy en día, nosotros también edificamos la fe de nuestros hermanos cuando usamos nuestro tiempo, energías y habilidades en las labores de socorro y cuando hacemos donaciones de manera regular para la obra mundial. De estas y otras maneras, ayudamos a los hermanos a confiar en que Jehová jamás los abandonará. w22.08 35:14
Miércoles 18 de septiembre
Nunca se ha hecho una profecía por voluntad del hombre, sino que los hombres hablaron de parte de Dios impulsados por espíritu santo (2 Ped. 1:21).
En la Biblia hay muchas profecías que se cumplieron, y algunas llevaban siglos escritas. La historia confirma que esas profecías se cumplieron. Esto no nos extraña, porque sabemos que el autor de esas profecías es Jehová. Pensemos en la caída de la poderosa ciudad de Babilonia. Para el siglo octavo antes de nuestra era, Jehová inspiró al profeta Isaías para que predijera que Babilonia sería conquistada. Isaías hasta dijo que el conquistador se llamaría Ciro y explicó en detalle cómo invadiría la ciudad (Is. 44:27-45:2). También profetizó que, con el tiempo, Babilonia sería destruida y quedaría totalmente deshabitada (Is. 13:19, 20). La que en un tiempo fue una ciudad muy gloriosa cayó en manos de los medos y los persas en el 539 antes de nuestra era, y ahora no es más que un montón de ruinas. w23.01 1:10
Jueves 19 de septiembre
Sigan animándose unos a otros (1 Tes. 5:11).
Jehová nos ha dado el gran honor de ser parte de la familia mundial de siervos suyos. Gracias a eso, disfrutamos de muchas bendiciones (Mar. 10:29, 30). Por todo el planeta tenemos hermanos y hermanas que como nosotros aman a Jehová y se esfuerzan por respetar sus normas. Quizás nuestro idioma, nuestra cultura y nuestra forma de vestir sean diferentes, pero sentimos amor por ellos desde el primer momento en que los conocemos. Sobre todo nos encanta alabar y adorar juntos a nuestro cariñoso Padre celestial. Y debemos estar unidos (Sal. 133:1). A veces, los hermanos nos ayudan a llevar nuestras cargas (Rom. 15:1; Gál. 6:2). También nos animan a mantenernos activos en nuestro servicio a Jehová y a estar fuertes en sentido espiritual (Heb. 10:23-25). Qué triste sería si no contáramos con el apoyo de la congregación para hacer frente a nuestros enemigos: Satanás y su mundo malvado. w22.09 37:3, 4
Viernes 20 de septiembre
El que les pone freno a sus labios actúa con prudencia (Prov. 10:19).
Algo que puede poner a prueba nuestro autocontrol son las redes sociales. Si no tenemos cuidado, podríamos revelar sin querer información confidencial a muchísimas personas. Y una vez que enviamos esa información no podemos controlar cómo se usará ni deshacer el daño que pueda causar. El autocontrol también nos ayuda a guardar silencio cuando nuestros enemigos tratan de engañarnos para que les contemos cosas que pueden poner en peligro a nuestros hermanos. Esto podría ocurrir si la policía nos interroga en un país donde nuestra obra está prohibida o restringida. En esta y otras situaciones nos puede ayudar poner en práctica este principio: “Mantendré mi boca tapada con un bozal” (Sal. 39:1). Debemos ser confiables con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestros hermanos y con cualquier otra persona. Y para esto es imprescindible que tengamos autocontrol. w22.09 38:16
Sábado 21 de septiembre
Feliz el hombre que disfruta con la ley de Jehová; día y noche lee su ley y medita en ella (Sal. 1:1, 2).
Para ser felices de verdad, debemos alimentarnos en sentido espiritual. Necesitamos hacerlo. Por esa razón, Jesús dijo: “No solo de pan debe vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová” (Mat. 4:4). Por lo tanto, no dejemos que pase un solo día sin alimentarnos de la valiosa Palabra de Dios, la Biblia. Como Jehová nos ama, en ella nos dice qué podemos hacer para alcanzar la felicidad. Por ejemplo, nos enseña para qué nos dio la vida, cómo podemos ser sus amigos y qué debemos hacer para que nos perdone los pecados. También nos habla del precioso futuro que nos promete (Jer. 29:11). Conocer estas verdades mediante el estudio de la Biblia nos llena el corazón de felicidad. Por eso, si nos sentimos agobiados por los problemas, dediquemos más tiempo a leer la Palabra de Jehová y meditar en ella. w22.10 41:4-6
Domingo 22 de septiembre
Lleguen a ser adultos en su entendimiento (1 Cor. 14:20).
Con razón, la Biblia nos anima a no seguir siendo inexpertos. Obtenemos sabiduría poniendo en práctica los principios bíblicos en nuestra vida. Poco a poco vamos viendo con nuestros propios ojos que esos principios nos ayudan a tomar buenas decisiones y a evitar problemas. Es bueno que nos hagamos un autoexamen para ver cuánto hemos progresado. Por ejemplo, si usted lleva tiempo estudiando la Biblia y asistiendo a las reuniones pero aún no se ha dedicado a Jehová ni se ha bautizado, puede preguntarse por qué no lo ha hecho. O, si ya está bautizado, ¿cuánto ha progresado en la labor de predicar y enseñar las buenas noticias? ¿Muestran sus decisiones que se deja guiar por los principios bíblicos? ¿Trata a los demás como Jesús lo habría hecho? Si vemos que podemos mejorar, prestemos atención a los recordatorios de Jehová, que “hacen sabio al inexperto” (Sal. 19:7). w22.10 43:8
Lunes 23 de septiembre
Iban adonde el espíritu los impulsaba a ir (Ezeq. 1:20).
Ezequiel vio cuánto poder tiene el espíritu santo de Dios. En una visión vio cómo ese espíritu actuaba en poderosos seres espirituales y en las enormes ruedas de un carro celestial (Ezeq. 1:21). Él mismo nos cuenta su reacción: “Cuando lo vi, caí rostro a tierra”. Estaba tan impresionado que cayó al suelo (Ezeq. 1:28). Probablemente, cada vez que se ponía a pensar en esa impactante visión, se convencía más de que podría cumplir su ministerio con la ayuda del espíritu de Dios. Jehová le ordenó a Ezequiel: “Hijo del hombre, ponte de pie para que hable contigo”. Esa orden y el espíritu de Dios le dieron la fortaleza que necesitaba para levantarse (Ezeq. 2:1, 2). Posteriormente y a lo largo de su ministerio, “la mano de Jehová” —es decir, su espíritu santo— lo guio (Ezeq. 3:22; 8:1; 33:22; 37:1; 40:1). w22.11 45:7, 8
Martes 24 de septiembre
Oirás con tus propios oídos estas palabras detrás de ti (Is. 30:21).
El profeta Isaías presenta a Jehová como un instructor que va caminando detrás de sus estudiantes atento a sus pasos y que los va guiando para que sepan por dónde deben ir. ¿Cómo oímos la voz de Dios detrás de nosotros hoy en día? Leyendo la Biblia. En ella se escribieron hace muchos años las palabras inspiradas de Dios. Así que cuando la leemos es como si oyéramos la voz de Jehová hablándonos desde atrás, desde atrás en el tiempo (Is. 51:4). ¿Qué tenemos que hacer para aprovechar al máximo la guía de Jehová? Isaías menciona dos cosas. Primero dice “Este es el camino”, y segundo, “Anda en él”. Así que no basta con conocer “el camino”, también debemos andar en él. Gracias a la Palabra de Jehová y a las explicaciones que nos da su organización, aprendemos lo que Jehová espera de nosotros y cómo poner en práctica lo que él nos enseña. Debemos hacer estas dos cosas para aguantar con alegría en nuestro servicio a Jehová. Solo así tendremos la certeza de que él nos bendecirá. w22.11 46:10, 11
Miércoles 25 de septiembre
Cuando me vaya entrarán entre ustedes lobos feroces (Hech. 20:29).
Poco después de que la mayoría de los apóstoles de Jesús murieran, los cristianos falsos empezaron a infiltrarse en la congregación (Mat. 13:24-27, 37-39). Decían “cosas retorcidas para arrastrar a los discípulos y llevárselos detrás de ellos” (Hech. 20:30). Una de las “cosas retorcidas” que empezaron a enseñar con el tiempo fue que Jesús no ofreció su cuerpo “una sola vez para cargar con los pecados de muchas personas”. Contrario a lo que dice la Biblia, enseñaban que el sacrificio de Cristo debe ofrecerse una y otra vez (Heb. 9:27, 28). Hoy en día, muchas personas de buen corazón creen esta enseñanza falsa. Van a la iglesia todas las semanas, o incluso todos los días, para celebrar lo que se conoce como el sacrificio de la misa. Por otro lado, hay religiones que recuerdan con menos frecuencia la muerte de Jesús, pero la mayoría de sus miembros no entienden con claridad lo que esta significa. w23.01 4:5
Jueves 26 de septiembre
No se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con los demás (Heb. 13:16).
Durante el Reinado de Mil Años, Jesús resucitará a quienes han muerto y ayudará a todos los seres humanos obedientes a alcanzar la perfección. Las personas que Jehová considere justas “heredarán la tierra y vivirán en ella para siempre” (Sal. 37:10, 11, 29). Y “el último enemigo, la muerte, será destruido” (1 Cor. 15:26). ¡Qué alegría! Nuestra esperanza de vivir para siempre está bien fundamentada en la Palabra de Dios. Esta esperanza nos ayuda a mantenernos leales en estos últimos días, que son tan complicados. Pero, si queremos agradar a Jehová, debemos mantenernos leales a él y a Jesús no solo para salvar nuestra vida, sino sobre todo porque los amamos de corazón (2 Cor. 5:14, 15). Ese amor es lo que nos impulsa a seguir su ejemplo y a hablar de nuestra esperanza (Rom. 10:13-15). Mientras más nos esforcemos por vencer el egoísmo y ser generosos, más deseará Jehová ser nuestro amigo para siempre. w22.12 49:15, 16
Viernes 27 de septiembre
Todos los que desean vivir con devoción a Dios en unión con Cristo Jesús también serán perseguidos (2 Tim. 3:12).
La persecución nos puede quitar muchas cosas que normalmente nos ayudan a sentir paz. Quizás nos angustiemos pensando en qué va a pasar más adelante. Es normal que nos sintamos así. Pero hay que tener cuidado para que la persecución no nos haga perder la fe, tal como Jesús les advirtió a sus discípulos (Juan 16:1, 2). Es cierto que él nos dijo que seríamos perseguidos, pero también nos aseguró que podemos ser leales (Juan 15:20; 16:33). Cuando nuestra obra está prohibida o muy restringida, puede que la sucursal o los ancianos nos den instrucciones para protegernos, para que continuemos recibiendo alimento espiritual y para que sigamos predicando dentro de lo posible. En ese caso, seamos obedientes (Sant. 3:17). Y jamás les demos información sobre nuestros hermanos a quienes no tienen derecho a saberla (Ecl. 3:7). w22.12 51:14-16
Sábado 28 de septiembre
Demuestren esa misma diligencia (Heb. 6:11).
Tal como prometió, Jesús sigue guiando hoy a sus discípulos en la predicación del mensaje del Reino por toda la Tierra. Mediante la organización de Jehová, Jesús nos capacita para predicar las buenas noticias y nos da las herramientas necesarias para hacerlo (Mat. 28:18-20). Lo que nos toca hacer a nosotros es predicar y enseñar con diligencia y mantenernos vigilantes mientras esperamos a que Jehová acabe con este sistema. Lograremos aferrarnos a nuestra esperanza “hasta el final” si seguimos el consejo de Hebreos 6:11, 12. Jehová ya tiene decidido cuándo acabará con el mundo de Satanás. Cuando llegue ese día, él cumplirá sin falta las profecías que hallamos en la Biblia. Y, aunque a veces nos parezca que el fin de este sistema tarda en llegar, el día de Jehová “no llegará tarde” (Hab. 2:3). Por lo tanto, estamos decididos a hacer lo que dice Miqueas 7:7: “Siempre estaré pendiente de Jehová. Esperaré pacientemente al Dios de mi salvación”. w23.02 8:15, 16
Domingo 29 de septiembre
Nadie puede compararse contigo (Sal. 40:5).
El objetivo de un montañista es llegar a la cima. Pero a lo largo del camino hay muchos lugares donde puede detenerse y disfrutar de las vistas. De manera parecida, debemos pararnos a pensar con frecuencia en cómo Jehová nos está ayudando para que afrontemos con éxito una prueba. Al final del día, preguntémonos: “¿Qué bendiciones de Jehová he recibido hoy? Aunque la prueba sigue ahí, ¿qué está haciendo él para ayudarme a aguantar?”. Tratemos de encontrar todos los días al menos una bendición de Jehová. Claro, quizás le pidamos que le ponga fin a la prueba por la que estamos pasando (Filip. 4:6). Pero no perdamos de vista las bendiciones que tenemos ahora. Al fin y al cabo, Jehová promete darnos fuerzas y ayudarnos a aguantar. Así que agradezcamos siempre el apoyo que nos da. Si lo hacemos, veremos que Jehová nos está ayudando para que nos vaya bien incluso durante las pruebas (Gén. 41:51, 52). w23.01 3:17, 18
Lunes 30 de septiembre
Estén muy pendientes de la presencia del día de Jehová (2 Ped. 3:12).
Preguntémonos: “¿Se ve en mi vida que realmente comprendo que el fin de este sistema está muy cerca? ¿Reflejan mis decisiones sobre la educación y el trabajo que servir a Jehová es lo más importante para mí? ¿Tengo fe en que él cuidará de mi familia y de mí?”. Jehová se siente muy feliz cuando ve que nos esforzamos por vivir de acuerdo con su voluntad (Mat. 6:25-27, 33; Filip. 4:12, 13). Debemos examinar constantemente nuestra forma de pensar y poner manos a la obra para hacer cualquier cambio que sea necesario. Pablo les dio este consejo a los cristianos de Corinto: “Sigan examinándose para saber si están firmes en la fe. Sigan comprobando lo que ustedes mismos son” (2 Cor. 13:5). Así que necesitamos seguir renovando nuestra mente leyendo la Palabra de Dios, aprendiendo a pensar como él piensa y luego corrigiendo lo que sea necesario para complacerlo (1 Cor. 2:14-16). w23.01 2:5, 6