Marzo
Martes 1 de marzo
Felices ustedes cuando la gente los odie (Luc. 6:22).
No buscamos que nos odien ni que nos conviertan en mártires. Entonces, ¿por qué podemos ser felices a pesar del odio? Veamos tres razones. Primero, porque cuando aguantamos conseguimos la aprobación de Dios (1 Ped. 4:13, 14). Segundo, porque nuestra fe se hace mejor y más fuerte (1 Ped. 1:7). Y, tercero, porque recibiremos una recompensa de valor incalculable: la vida eterna (Rom. 2:6, 7). Poco después de la resurrección de Jesús, los apóstoles sintieron la felicidad de la que él les había hablado. A pesar de que les dieron golpes y les ordenaron dejar de predicar, ellos estaban felices “porque Dios los había considerado dignos de sufrir deshonra a causa del nombre de Jesús” (Hech. 5:40-42). Amaban a su Amo más de lo que temían el odio de sus enemigos. Y demostraron ese amor predicando las buenas noticias “sin parar”. En la actualidad, muchos de nuestros hermanos continúan sirviendo fielmente pese a las dificultades. Saben que Jehová no se olvidará de sus obras ni del amor que demuestran por su nombre. w21.03 12:18, 19
Miércoles 2 de marzo
Hasta ha puesto la eternidad en el corazón de ellos (Ecl. 3:11).
Los cristianos ungidos no nacen con la esperanza celestial, sino que Jehová tiene que ponerla en sus corazones. Ellos piensan en su esperanza, la mencionan en sus oraciones y están deseando recibir su recompensa en el cielo. Y, aunque no pueden ni siquiera imaginarse cómo será su cuerpo espiritual, no ven la hora de ocupar su puesto en el Reino celestial (Filip. 3:20, 21; 1 Juan 3:2). Las otras ovejas abrigan una esperanza que les nace de manera natural a todos los seres humanos: la de vivir para siempre en la Tierra. Tienen muchísimas ganas de que llegue el día en que puedan contribuir a hacer que todo el planeta sea un paraíso y puedan construir sus propias casas, plantar sus huertos y jardines, y disfrutar de salud perfecta junto con sus familias (Is. 65:21-23). Están ansiosos por viajar por toda la Tierra, ver las montañas, los bosques y los mares, y por conocer más a fondo la fascinante creación de Jehová. Pero nada los emociona tanto como saber que su amistad con Jehová será más fuerte y cercana cada día. w21.01 3:17, 18
Jueves 3 de marzo
Quemó la casa del Dios verdadero y destruyó todas las cosas de valor (2 Crón. 36:19).
Una vez que los babilonios arrasaron con la tierra, quienes pasaban por allí solo podían decir: “Está desierta, sin hombres ni animales, y ha sido entregada en manos de los caldeos” (Jer. 32:43). Unos doscientos años después de que Joel pronunciara su profecía, Jehová hizo que Jeremías predijera algo más sobre este ataque: que los invasores buscarían con empeño a los israelitas malvados y los capturarían a todos. Jeremías 16:16, 18 dice: “Mandaré llamar a muchos pescadores —afirma Jehová—, y ellos los pescarán. Después mandaré llamar a muchos cazadores, y ellos los cazarán en todas las montañas y colinas y en las grietas de los peñascos”. Y añade: “Les daré por completo lo que se merecen por su error y su pecado”. Ni los océanos ni los bosques podrían servirles de escondite a los israelitas que no se arrepintieran. Los invasores babilonios los encontrarían. w20.04 14:12, 13
Viernes 4 de marzo
Lot seguía tardándose (Gén. 19:16).
En un momento muy importante de su vida, Lot se demoró en obedecer a Jehová. Quizás pensemos que era indiferente o incluso desobediente. Pero Jehová no se rindió. Más bien, “le tuvo compasión”, y por eso los ángeles tomaron a toda la familia de la mano y la sacaron de la ciudad (Gén. 19:15, 16). ¿Por qué le tuvo compasión Jehová? Puede que fuera por varios motivos. Quizás Lot se resistía a dejar su casa por miedo a la gente que vivía fuera de Sodoma. Pero ese no era el único peligro. Es probable que supiera de los dos reyes que cayeron en pozos de alquitrán en un valle cercano (Gén. 14:8-12). Puede que también se preocupara por su esposa y sus hijas. Además, era rico, así que debía de tener una buena casa (Gén. 13:5, 6). Claro, nada de esto justificaba que no le hubiera obedecido a Jehová al instante. Pero Dios no se concentró en el error de Lot, sino que lo consideró un “hombre justo” (2 Ped. 2:7, 8). w20.04 16:13, 14
Sábado 5 de marzo
Tienes un batallón de jóvenes, como gotas de rocío (Sal. 110:3).
Jovencito, puede que a quienes te conocen desde que eras niño les tome tiempo empezar a verte como un adulto joven. Pero ten la seguridad de que Jehová ve más allá de las apariencias. Él te conoce bien y sabe lo que puedes hacer (1 Sam. 16:7). Debes fortalecer tu relación con él. David hizo eso examinando la creación y meditando en lo que esta le enseñaba sobre Jehová (Sal. 8:3, 4; 139:14; Rom. 1:20). También debes pedirle fuerzas a Jehová. Por ejemplo, si tus compañeros de clase se burlan de ti porque eres Testigo, pídele ayuda a Jehová en oración para aguantar. Además, pon en práctica los sabios consejos que encuentras en su Palabra y en nuestras publicaciones y videos. Cada vez que veas que Jehová te ayuda con un problema, tu confianza en él se hará más fuerte. Y, cuando los demás vean que te apoyas en Jehová, te ganarás su confianza. w21.03 9:7
Domingo 6 de marzo
La oración de los que son rectos es un placer para Jehová (Prov. 15:8).
A los buenos amigos les gusta intercambiar ideas y expresarse sus sentimientos. Lo mismo ocurre con nuestra amistad con Jehová. Él nos habla mediante su Palabra, y en ella nos da a conocer sus pensamientos y sentimientos. Y nosotros nos comunicamos con él mediante la oración. Al orar, le podemos contar nuestros pensamientos y sentimientos más profundos. Él es un amigo que nos quiere, y por eso, además de escuchar las oraciones, las responde. A veces recibimos la respuesta rápidamente. Pero otras veces tenemos que seguir orando. Sea como sea, podemos estar seguros de que él nos responderá en el momento oportuno y de la mejor manera. Claro, puede que su respuesta no sea la que esperamos. Por ejemplo, en lugar de librarnos de una prueba, tal vez nos dé la sabiduría y las fuerzas necesarias para aguantarla (1 Cor. 10:13). ¿Cómo podemos mostrar gratitud por el valioso regalo de la oración? Por ejemplo, siguiendo este consejo de Dios: “Oren constantemente” (1 Tes. 5:17). w20.05 22:7, 8
Lunes 7 de marzo
El que aguante hasta el fin será salvado (Mat. 24:13).
Los corredores de larga distancia siempre miran hacia adelante a fin de no tropezar. Si caen, se levantan y siguen corriendo. No se concentran en lo que los hizo tropezar, sino en la meta y el premio que esperan ganar. En la carrera cristiana, quizás tropecemos en muchas ocasiones, sea porque digamos o hagamos algo mal, o porque algún hermano cometa un error que nos ofende. Esto no debe sorprendernos, pues todos somos imperfectos y estamos corriendo en el mismo camino estrecho que lleva a la vida. Así que es normal que a veces choquemos unos con otros y tengamos una razón para quejarnos de nuestros compañeros (Col. 3:13). Pero no nos concentremos en lo que nos hizo tropezar, sino en el premio que nos espera y sigamos corriendo. No nos quedemos en el suelo amargados y quejándonos, pues así no lograremos cruzar la meta ni ganar el premio. Lo que es más, podríamos ser un obstáculo para los que están tratando de correr en el camino estrecho que lleva a la vida. w20.04 18:1, 8, 9
Martes 8 de marzo
Este reino hará añicos y pondrá fin a todos esos reinos (Dan. 2:44).
El profeta Daniel habla de una estatua enorme que está hecha de distintos metales. Cada parte de la estatua representa un gobierno humano que ha tenido un impacto en el pueblo de Dios. Los pies de hierro y de barro simbolizan al último de estos gobiernos: la alianza de Gran Bretaña y Estados Unidos. La profecía señala que esta potencia mundial aún existirá cuando el Reino de Dios destruya a los gobiernos de la Tierra. El apóstol Juan también habla de una serie de potencias mundiales que han tenido un efecto en el pueblo de Jehová. Su profecía las representa como una bestia salvaje de siete cabezas. La séptima cabeza de la bestia es la potencia mundial de Gran Bretaña y Estados Unidos. Es un detalle importante, pues no hay más cabezas después de esta. La séptima cabeza todavía estará gobernando cuando Cristo y sus ejércitos celestiales la destruyan junto con el resto de la bestia (Apoc. 13:1, 2; 17:13, 14). w20.05 20:11, 12
Miércoles 9 de marzo
Dios es amor (1 Juan 4:8).
Esta frase suena sencilla, pero tiene un significado muy profundo: Dios, que es la fuente de la vida, también es la fuente del amor. Jehová nos ama, y su amor nos hace sentir seguros, felices y satisfechos. Para los cristianos, mostrar amor no es algo que se pueda elegir; es un mandato (Mat. 22:37-40). Cuanto más conocemos a Jehová, más sencillo nos puede resultar obedecer el primer mandamiento, pues Jehová es perfecto y siempre nos trata con cariño y nos demuestra que se interesa por nosotros. Ahora bien, quizás nos cueste un poquito más obedecer el segundo. ¿Por qué? Porque los hermanos —que también son nuestro prójimo— son imperfectos y a veces pueden hacer o decir cosas poco amables o que nos hieran. Teniendo eso presente, Jehová hizo que algunos escritores de la Biblia hablaran sobre cómo y por qué mostrarnos amor unos a otros. Uno de ellos fue el apóstol Juan (1 Juan 3:11, 12). w21.01 2:1, 2
Jueves 10 de marzo
Que Satanás no se aproveche de nosotros (2 Cor. 2:11).
Sea que llevemos poco o mucho tiempo sirviendo a Jehová, debemos preguntarnos: “¿Estoy luchando contra los intentos de Satanás de dividir mi corazón?”. Por ejemplo, ¿qué hacemos si vemos en la televisión o en Internet una imagen o película que pudiera despertar en nosotros deseos inmorales? Sería fácil justificarnos pensando que, estrictamente hablando, no es pornografía. Pero ¿podría estar Satanás valiéndose de ello para dividirnos el corazón? Esto puede compararse a la cuña que alguien usa para partir un trozo de madera. Tal vez empiece introduciendo el delgado filo de la cuña en la madera. Y, a medida que la va hundiendo, la madera va partiéndose. Las imágenes provocativas pueden ser como el delgado filo de la cuña. Al principio quizás parezcan algo pequeño e inofensivo, pero rápidamente pueden dividir nuestro corazón y llevarnos a cometer pecados que quebranten nuestra integridad. Por tal razón, no permitamos que nada inapropiado entre en nuestro corazón. Asegurémonos de que siempre esté unido y tema el nombre de Jehová. w20.06 24:14, 15
Viernes 11 de marzo
Debemos soportar las debilidades de los que no son fuertes (Rom. 15:1).
Una vez que regresan, los inactivos necesitan que sigamos ayudándolos y animándolos. Puede que sientan un intenso dolor emocional, como el hijo perdido de la parábola de Jesús (Luc. 15:17-24). Y, como vienen del mundo de Satanás, seguramente estarán débiles en sentido espiritual. Por ello, tenemos que ayudarlos a renovar su fe en Jehová. En la parábola de la oveja perdida, Jesús dice que el pastor la carga sobre sus hombros y la lleva de vuelta al rebaño. El pastor ya ha dedicado tiempo y energías a buscarla. Pero sabe que deberá ayudarla a volver porque ella no tendrá fuerzas para hacerlo sola (Luc. 15:4, 5). Quizás tengamos que dedicar tiempo y energías a ayudar a volver a estar fuertes en sentido espiritual a algunos inactivos. Para ello contamos con el espíritu de Jehová, su Palabra y las publicaciones que nos provee su organización. Así que, si los ancianos nos piden que ayudemos a un inactivo, aceptemos con gusto. w20.06 26:14, 15
Sábado 12 de marzo
De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros (Juan 13:35).
Todos debemos mostrar el amor que distingue a los cristianos verdaderos. Pero también necesitamos “conocimiento exacto y pleno discernimiento” (Filip. 1:9). De lo contrario, podrían influir en nosotros “vientos de todo tipo de enseñanzas” y “hombres que recurren a trampas y engañan”, como los apóstatas (Efes. 4:14). En el siglo primero, cuando muchos discípulos abandonaron a Jesús, el apóstol Pedro dijo con total seguridad que Jesús tenía “palabras de vida eterna” (Juan 6:67, 68). Aunque en aquel momento Pedro no entendía todos los detalles sobre aquellas palabras, se mantuvo leal porque había discernido la verdad sobre Cristo. Si nosotros también nos convencemos todavía más de que la Biblia enseña la verdad, nuestra fe se mantendrá sólida ante las pruebas y ayudaremos a otros a tener una fe fuerte (2 Juan 1, 2). w20.07 28:2, 18
Domingo 13 de marzo
Hijitos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad (1 Juan 3:18).
Podemos ayudar a los hermanos a seguir en la verdad siendo compasivos (1 Juan 3:10, 11, 16, 17). Debemos amarnos unos a otros en las buenas y en las malas. Por ejemplo, ¿conocemos a algún hermano que ha perdido a un ser querido y necesita consuelo o algún tipo de ayuda? ¿Nos hemos enterado de que debido a un desastre natural los hermanos necesitan ayuda para reconstruir sus Salones del Reino o sus hogares? El verdadero amor y compasión por nuestros hermanos lo demostraremos sobre todo con actos, no solo con palabras. Cuando nos mostramos amor unos a otros, imitamos a nuestro cariñoso Padre celestial (1 Juan 4:7, 8). Una forma importante de mostrar amor es perdonando a los demás. Por ejemplo, si alguien nos hiere, el amor nos llevará a perdonarlo y olvidar lo que hizo (Col. 3:13). w20.07 30:14, 15
Lunes 14 de marzo
Va a haber una resurrección tanto de justos como de injustos (Hech. 24:15).
¿Le daremos clases por separado a cada persona que resucite, de manera parecida a como hacemos los cursos bíblicos hoy día? ¿Se les asignará a congregaciones y se les capacitará para que les enseñen a los que resuciten después de ellos? Habrá que esperar para averiguarlo. Lo que sí sabemos es que para el final del Reinado de Mil Años de Cristo “la tierra de seguro estará llena del conocimiento de Jehová” (Is. 11:9). ¡Qué mil años tan ocupados y tan emocionantes! Durante los mil años, todos los siervos de Jehová tendrán que hacer cambios para agradarlo. Por eso, serán comprensivos al ayudar a los resucitados para que luchen contra la tendencia al pecado y vivan como Jehová quiere (1 Ped. 3:8). Sin duda, cuando estas personas vean que el pueblo de Dios es humilde y al igual que ellas sigue esforzándose por hacer cambios y agradarlo, se sentirán impulsadas a adorarlo también (Filip. 2:12). w20.08 33:6, 7
Martes 15 de marzo
Que cada uno examine sus propias acciones sin compararse con otra persona (Gál. 6:4).
Si seguimos el consejo del apóstol Pablo y examinamos nuestras propias acciones, puede que empecemos a ver que tenemos talentos que otros no tienen. Por ejemplo, quizás un anciano no sea muy buen maestro cuando está en la plataforma, pero sí en la obra de hacer discípulos. O puede que no sea tan organizado como otros ancianos de su congregación, pero que se le conozca por ser un pastor amoroso a quien los hermanos acuden para pedirle consejos de la Biblia. O tal vez tenga la reputación de ser hospitalario (Heb. 13:2, 16). Cuando tengamos claro cuáles son nuestros puntos fuertes, veremos que tenemos razones para alegrarnos por lo que aportamos a la congregación. Y, además, será menos probable que envidiemos a los hermanos que tienen talentos distintos a los nuestros. Sin importar el lugar que ocupemos en la congregación, todos debemos ponernos la meta de mejorar en nuestro servicio y ser mejores maestros. w20.08 35:16-18
Miércoles 16 de marzo
Vi una gran muchedumbre que ningún hombre podía contar (Apoc. 7:9).
Joseph Rutherford presentó el histórico discurso titulado “La grande muchedumbre” en 1935 en una asamblea en la ciudad de Washington (Estados Unidos). En su discurso, el hermano Rutherford explicó quiénes formarían la “grande muchedumbre” (Versión Moderna) o “gran muchedumbre” de la que se habla en Apocalipsis 7:9. Hasta ese momento, se pensaba que este era un grupo de seres humanos que irían al cielo pero eran de segunda categoría por ser menos leales. El hermano Rutherford usó la Biblia para aclarar que quienes forman la gran muchedumbre no son escogidos para vivir en el cielo, sino que son aquellos de las otras ovejas de Cristo que sobrevivirán a “la gran tribulación” y vivirán para siempre en la Tierra (Apoc. 7:14). Jesús prometió: “Tengo otras ovejas, que no son de este redil; a esas también las tengo que traer, y ellas escucharán mi voz. Formarán un solo rebaño con un solo pastor” (Juan 10:16). Este grupo lo forman testigos de Jehová leales que tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra hecha un paraíso (Mat. 25:31-33, 46). w21.01 3:1, 2
Jueves 17 de marzo
Toda la gente los odiará por causa de mi nombre. Pero el que aguante hasta el fin será salvado (Mat. 10:22).
Los cristianos debemos ser disciplinados si queremos aguantar hasta terminar nuestra obra de predicar (Mat. 28:19, 20). Los seres humanos no somos disciplinados por naturaleza. Al contrario, tendemos a seguir la ley del mínimo esfuerzo. Para ser disciplinado se necesita autocontrol. Así pues, si queremos ser capaces de hacer las cosas que nos resulta difícil hacer, necesitamos ayuda. Y Jehová nos da esa ayuda mediante su espíritu santo (Gál. 5:22, 23). El apóstol Pablo era una persona disciplinada, pero admitió que tenía que “golpear” su cuerpo para hacer lo correcto (1 Cor. 9:25-27). Mandó a los cristianos que fueran disciplinados y que hicieran “todo de forma digna y ordenada” (1 Cor. 14:40). Esto es lo que se necesita para mantener un buen programa de actividades espirituales que incluya la participación regular en la predicación (Hech. 2:46). w20.09 36:15-17
Viernes 18 de marzo
Se tienen que predicar las buenas noticias en todas las naciones (Mar. 13:10).
Hoy día, podemos predicar con libertad en muchos lugares. Si vivimos en un país donde hay libertad religiosa, preguntémonos: “¿La estoy aprovechando bien?”. En estos últimos días, la organización de Jehová está inmersa en la mayor campaña de predicación y enseñanza de todos los tiempos. ¡Qué emocionante, y cuántas oportunidades de trabajar más tenemos los siervos de Jehová! Si vivimos en un periodo de paz, ¿cómo podemos aprovecharlo? (2 Tim. 4:2). Analicemos nuestras circunstancias. Pensemos en si nosotros o un miembro de nuestra familia pudiera hacer más en la predicación o incluso ser precursor. No es momento de acumular dinero y cosas materiales, que a fin de cuentas se perderán en la gran tribulación (Prov. 11:4; Mat. 6:31-33; 1 Juan 2:15-17). Muchos publicadores han aprendido otro idioma para predicar y enseñar a otras personas. Para apoyarlos, la organización de Jehová produce información bíblica en más de mil idiomas. w20.09 38:9-11
Sábado 19 de marzo
Sigue peleando la noble batalla (1 Tim. 1:18).
Un buen soldado es leal. Lucha con todas sus fuerzas por proteger a alguien que ama o algo que valora. Pablo animó a Timoteo a cultivar devoción a Dios, esto es, un sentimiento de amor y lealtad hacia él (1 Tim. 4:7). Cuanto más profundos sean estos sentimientos, más fuerte será nuestro deseo de tener bien agarrada la verdad (1 Tim. 4:8-10; 6:6). Un buen soldado también tiene que ser disciplinado si quiere cumplir con su deber. Timoteo cumplió con su deber como soldado de Cristo porque siguió el consejo inspirado de Pablo de huir de los deseos incorrectos, de cultivar cualidades cristianas y de relacionarse con sus hermanos (2 Tim. 2:22). Para ello tenía que ser disciplinado. Y nosotros también debemos serlo si queremos ganar la lucha contra nuestros malos deseos (Rom. 7:21-25). Además, debemos ser disciplinados si queremos seguir quitándonos la vieja personalidad y poniéndonos la nueva (Efes. 4:22, 24). Y, cuando estamos cansados al final de un día largo, quizás tengamos que obligarnos para ir a la reunión (Heb. 10:24, 25). w20.09 40:9-11
Domingo 20 de marzo
Estoy decidido a obedecer tus normas todo el tiempo, hasta el final (Sal. 119:112).
Se necesita paciencia para llevar a un estudiante a la dedicación y al bautismo. Pero tarde o temprano tenemos que averiguar si desea servir a Jehová o no. ¿Se ve que se esfuerza por obedecer los mandatos de Jesús? ¿O solo estudia porque le parece interesante aprender sobre la Biblia? Analicemos cada cierto tiempo qué progresos está haciendo el estudiante. Por ejemplo, ¿expresa lo que siente por Jehová? ¿Le ora? (Sal. 116:1, 2). ¿Le gusta leer la Biblia? (Sal. 119:97). ¿Va a las reuniones con regularidad? (Sal. 22:22). ¿Ha hecho los cambios que sean necesarios en su vida? ¿Ha empezado a hablar con su familia y amigos de lo que está aprendiendo? (Sal. 9:1). Y, por encima de todo, ¿quiere ser testigo de Jehová? (Sal. 40:8). Si no está avanzando en ninguno de estos campos, tratemos de averiguar con prudencia el motivo y luego hablemos de ello de manera bondadosa pero franca. w20.10 42:14, 15
Lunes 21 de marzo
El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada (Juan 8:29).
El Padre celestial de Jesús siempre toma buenas decisiones, y sus padres humanos también las tomaron. Pero, al ir creciendo, Jesús tuvo que tomar sus propias decisiones (Gál. 6:5). Igual que nosotros, tenía libertad de elección. Podía haber decidido hacer lo que él quería, pero escogió mantener una buena amistad con Jehová. Cuando Jesús comprendió cuál era su cometido en el propósito de Jehová, decidió aceptarlo (Juan 6:38). Sabía que muchas personas lo odiarían, y de seguro que aquella no era una perspectiva muy agradable para él. Pero decidió obedecer a Jehová. Cuando se bautizó, en el año 29, centró su vida en hacer la voluntad de su Padre (Heb. 10:5-7). Esa fue siempre su determinación, incluso cuando agonizaba en el madero de tormento (Juan 19:30). w20.10 44:12, 15
Martes 22 de marzo
Nunca te dejaré y jamás te abandonaré (Heb. 13:5).
¿Sabemos de algún hermano de la congregación que esté sufriendo debido a una enfermedad, un problema o la muerte de un ser querido? Si nos enteramos de que alguien lo está pasando mal, podemos pedirle a Jehová que nos ayude a decirle unas palabras amables o a hacer algo por él. Eso puede darle justo el ánimo que necesita (1 Ped. 4:10). Sabemos que Jehová está ahí para ayudarnos. Para ello, puede valerse de Jesús y de los ángeles. También, si está de acuerdo con su propósito, Jehová puede ayudarnos por medio de quienes tienen cierta autoridad. Y, como muchos sabemos por propia experiencia, Jehová utiliza su espíritu santo para hacer que sus siervos sientan el deseo de ayudar a sus hermanos. Así que, como el apóstol Pablo, podemos decir llenos de confianza: “Jehová es mi ayudante. No tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Heb. 13:6). w20.11 46:19, 20
Miércoles 23 de marzo
Su fuerza dependerá de que mantengan la calma y demuestren confianza (Is. 30:15).
Los apóstoles tenían pruebas claras de que Jehová estaba con ellos, pues les había dado poder para hacer milagros (Hech. 5:12-16; 6:8). Aunque este no sea nuestro caso hoy en día, Jehová mediante su Palabra nos asegura con cariño que nos dará su aprobación y su espíritu si sufrimos por causa de la justicia (1 Ped. 3:14; 4:14). Así que, en vez de estar dándole vueltas a cómo reaccionaremos en el futuro si se nos persigue, es mejor que nos centremos en lo que podemos hacer ahora para confiar cada vez más en que Jehová puede ayudarnos y salvarnos. Debemos recordar la promesa de Jesús: “Les daré unas palabras y una sabiduría que todos sus adversarios juntos no podrán rebatir ni contradecir”. Además, tenemos esta garantía: “Con su aguante salvarán su vida” (Luc. 21:12-19). Y no olvidemos que, cuando un siervo suyo muere fiel, Jehová recuerda hasta el más mínimo detalle sobre él y lo resucitará. w21.01 1:12
Jueves 24 de marzo
Tengo esperanza en Dios de que va a haber una resurrección tanto de justos como de injustos (Hech. 24:15).
Incluso antes que el apóstol Pablo, el patriarca Job dijo que estaba seguro de que Dios se acordaría de él y le devolvería la vida (Job 14:7-10, 12-15). “La resurrección de los muertos” es uno de “los fundamentos” o “enseñanzas básicas” del cristianismo (Heb. 6:1, 2). Pablo la analizó a fondo en el capítulo 15 de 1 Corintios. Su explicación de seguro animó mucho a los cristianos del siglo primero, y también puede fortalecernos a nosotros sin importar por cuántos años hayamos abrigado esta esperanza. La resurrección de Jesucristo es la clave de nuestra esperanza de que nuestros seres queridos pueden resucitar. Era parte de “las buenas noticias” que Pablo les anunció a los corintios (1 Cor. 15:1, 2). De hecho, les dijo que, si no creían que Cristo fue resucitado, su fe sería inútil (1 Cor. 15:17). w20.12 49:2-4
Viernes 25 de marzo
Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho, y salió afuera y lloró amargamente (Mat. 26:75).
¿Qué ayudó al apóstol Pedro a recuperarse? Recordó que Jesús le había dicho que había rogado para que su fe no decayera. Jehová contestó aquella sentida oración. Más tarde, Jesús se le apareció, muy probablemente para animarlo (Luc. 22:32; 24:33, 34; 1 Cor. 15:5). En otra ocasión, Jesús se les apareció a los apóstoles después de que hubieran estado toda la noche pescando sin capturar nada. Allí, Jesús le dio a Pedro la oportunidad de confirmarle su amor y le demostró a su querido amigo que lo había perdonado dándole más trabajo (Juan 21:15-17). La manera en que Jesús trató a Pedro demuestra que era muy compasivo, igual que su Padre. Así que, cuando cometamos un error, no pensemos que Jehová nunca nos perdonará. No olvidemos que Satanás quiere que pensemos eso. Más bien, tratemos de vernos a nosotros mismos y a quienes nos ofenden con el mismo amor y compasión con que nos ve nuestro Padre celestial (Sal. 103:13, 14). w20.12 51:17-19
Sábado 26 de marzo
Mantendré mi confianza (Sal. 27:3).
Podemos sacar lecciones de los malos ejemplos de quienes no mantuvieron la calma ni confiaron en Jehová. Estudiar esos ejemplos nos ayudará a no tropezar con la misma piedra que ellos. Por ejemplo, al principio de su reinado, el rey Asá buscaba a Jehová cuando tenía problemas. Pero con el tiempo dejó de acudir a su Dios por ayuda y prefirió hacer las cosas a su manera (2 Crón. 16:1-3, 12). A simple vista, la idea de Asá de pedirles ayuda a los sirios para luchar contra Israel podría parecer buena. Pero a la larga no funcionó. Jehová le dijo mediante un profeta: “Por confiar en el rey de Siria y no confiar en Jehová tu Dios, el ejército del rey de Siria se te ha escapado de las manos” (2 Crón. 16:7). Nosotros también debemos tener cuidado de no confiar tanto en nuestra manera de hacer las cosas que no busquemos la ayuda de Jehová en su Palabra. En ocasiones, se nos presentarán situaciones en las que tenemos que tomar decisiones rápidas. Aun así, nos irá bien si mantenemos la calma y confiamos en Jehová. w21.01 1:13-15
Domingo 27 de marzo
Ya no pasarán hambre (Apoc. 7:16).
En este momento, algunos siervos de Jehová están sufriendo hambre debido a los problemas económicos o las devastadoras consecuencias de los disturbios y la guerra. Otros están presos por sus creencias. Sin embargo, a quienes componen la gran muchedumbre los emociona saber que, cuando sobrevivan a la destrucción de este sistema malvado, siempre tendrán abundante alimento físico y espiritual. Cuando Jehová destruya el malvado mundo de Satanás, se asegurará de proteger a la gran muchedumbre de su furia, que es como un “calor abrasador”. Después de la gran tribulación, Jesús guiará a los sobrevivientes a “aguas de vida” eterna (Apoc. 7:17). Imagínese la esperanza maravillosa que tiene la gran muchedumbre: de los miles de millones de personas que han vivido, pueden ser los únicos que nunca mueran (Juan 11:26). Qué agradecidas les están las otras ovejas a Jehová y a Jesús por su maravillosa esperanza. w21.01 3:11, 12
Lunes 28 de marzo
El Señor es fiel y él los fortalecerá y los protegerá del Maligno (2 Tes. 3:3).
La última noche de su vida en la Tierra, Jesús pensó en las dificultades que tendrían que afrontar sus discípulos. Como los amaba, le pidió a su Padre que los protegiera del Maligno (Juan 17:14, 15). Sabía que, cuando regresara al cielo, Satanás seguiría luchando contra cualquiera que quisiera servir a Jehová. Estaba claro que el pueblo de Jehová necesitaría protección. Ahora más que nunca, necesitamos la protección de Jehová. Satanás ha sido expulsado del cielo y está “lleno de furia” (Apoc. 12:12). Ha logrado convencer a algunas personas de que cuando nos persiguen le están “prestando un servicio sagrado a Dios” (Juan 16:2). Otros, que no creen en Dios, nos persiguen porque no nos dejamos moldear por este mundo. En cualquier caso, no tenemos miedo. ¿Por qué? La respuesta está en el texto de hoy. w21.03 13:1, 3
Martes 29 de marzo
Nada podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor (Rom. 8:39).
Todo lo que Jehová hace lo hace por amor. Con cariño, satisface todas nuestras necesidades. Por amor, dio a su Hijo para rescatarnos, y Jesús nos ama tanto que estuvo dispuesto a dar su vida por nosotros (Juan 3:16; 15:13). Nada puede apagar el amor que ellos dos sienten por quienes les son leales (Juan 13:1; Rom. 8:35). De manera similar, todo lo que un cabeza de familia haga debe hacerlo por amor. ¿Por qué es eso tan importante? El apóstol Juan dice: “El que no ama a su hermano [o a su familia], a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (1 Juan 4:11, 20). Por eso, un hombre que ama a su familia y que quiere imitar a Jehová y a Jesús se asegurará de satisfacer las necesidades espirituales, emocionales y materiales de su familia (1 Tim. 5:8). Educará y corregirá a sus hijos. También seguirá aprendiendo a tomar decisiones que honren a Jehová y que beneficien a su familia. w21.02 5:12, 13
Miércoles 30 de marzo
Arroja tu carga sobre Jehová, y él te sostendrá (Sal. 55:22).
Nuestro amoroso Padre celestial sabe que las vivencias del pasado nos pueden hacer tener pensamientos negativos sobre nosotros mismos. Y él también ve nuestras buenas cualidades, aunque a veces nosotros no seamos capaces de verlas (1 Juan 3:19, 20). Si alguien se está esforzando mucho por superar un vicio muy arraigado y tiene una recaída, puede sentirse muy desanimado. Claro, si cometemos un pecado, es normal que nos sintamos culpables (2 Cor. 7:10). Pero no debemos irnos al extremo de condenarnos y pensar: “Soy un auténtico desastre; Jehová nunca me va a perdonar”. Esta idea es errónea y puede hacer que abandonemos a Jehová. Mejor “arreglemos las cosas” con Jehová orándole para pedir que nos perdone (Is. 1:18). Él verá que estamos arrepentidos de corazón y nos perdonará. Por otro lado, hablemos con los ancianos, y ellos nos ayudarán con paciencia a recuperarnos espiritualmente (Sant. 5:14, 15). w20.12 52:5, 6
Jueves 31 de marzo
Trata a las mujeres de más edad como a madres y a las más jóvenes como a hermanas (1 Tim. 5:2).
Jesús respetaba a las mujeres. No era como los fariseos, que despreciaban a las mujeres, ni siquiera hablaban con ellas en público y mucho menos comentaban con ellas las Escrituras. Al contrario, Jesús habló de temas espirituales profundos tanto con mujeres como con hombres (Luc. 10:38, 39, 42). También permitió que muchas mujeres lo acompañaran mientras iba predicando (Luc. 8:1-3). Y les dio a algunas de ellas el honor de decirles a los apóstoles que él había resucitado (Juan 20:16-18). El apóstol Pablo le mandó a Timoteo que respetara a las mujeres. Reconoció que fueron su madre y su abuela quienes le enseñaron a Timoteo “los santos escritos” (2 Tim. 1:5; 3:14, 15). Además, en su carta a los romanos, Pablo envió saludos a varias hermanas y las mencionó por nombre. Se daba cuenta de todo lo que hacían aquellas cristianas y expresó cuánto valoraba su labor (Rom. 16:1-4, 6, 12; Filip. 4:3). w21.02 7:5, 6