Julio
Sábado 1 de julio
La disciplina después produce en los que han sido entrenados por ella el fruto pacífico de la justicia (Heb. 12:11).
La expulsión es una medida que Jehová ha establecido por el bien de todos, incluida la persona que ha pecado. Puede que algunos digan que expulsarla fue un error, pero recuerde que esas personas seguramente evitarán mencionar detalles negativos sobre el expulsado. Lo cierto es que no tenemos todos los datos. Así que lo mejor es confiar en que los ancianos que participaron en el comité judicial hicieron todo lo posible por seguir los principios bíblicos y juzgar “para Jehová” (2 Crón. 19:6). Si usted apoya la decisión de los ancianos de expulsar a su familiar, puede que lo ayude a volver a Jehová. Elizabeth reconoce: “Fue durísimo cortar por completo la relación con nuestro hijo, que ya era adulto. Pero, cuando volvió a Jehová, admitió que merecía la expulsión. Y tiempo después dijo que había aprendido muchas lecciones valiosas”. w21.09 39:11, 12
Domingo 2 de julio
Vio a una viuda necesitada echar dos moneditas de muy poco valor (Luc. 21:2).
Pensemos en aquella viuda. Sin duda, le habría gustado darle más a Jehová. Aun así, hizo todo lo que pudo; le dio a Jehová lo mejor. Y Jesús sabía que lo que ella contribuyó tenía mucho valor para su Padre. Esto nos enseña una importante lección: que a Jehová le agrada que le demos lo mejor, que le sirvamos con todo el corazón y con toda el alma (Mat. 22:37; Col. 3:23). Le hace feliz que hagamos todo lo que podemos. Y eso incluye la cantidad de tiempo y las energías que dedicamos a adorarlo, por ejemplo, cuando predicamos y cuando vamos a las reuniones. ¿Cómo podemos aplicar lo que nos enseña el relato de la viuda? Pensemos en ciertos hermanos a los que les haría bien que les recordáramos que Jehová está contento con lo que hacen. Tal vez haya alguna hermana mayor que se sienta culpable o inútil porque ya no puede hacer tanto como antes en la predicación debido a sus achaques. w21.04 14:17, 19, 20
Lunes 3 de julio
Feliz el hombre que sigue aguantando durante la prueba, porque, cuando sea aprobado, recibirá la corona de la vida (Sant. 1:12).
Jehová sabe cuál será el mejor momento para acabar con este mundo malvado. Gracias a su paciencia, ahora hay una gran muchedumbre de millones de personas que le sirven y lo alaban. Todas ellas agradecen que Jehová haya aguantado el tiempo suficiente para que pudieran nacer, aprender a amarlo y dedicarle su vida. Cuando millones de nosotros recibamos la recompensa por haber aguantado hasta el fin, quedará claro que Jehová hizo bien al tomar la decisión de aguantar. Jehová sigue siendo el “Dios feliz” a pesar de todo el dolor y sufrimiento que ha provocado Satanás (1 Tim. 1:11). Nosotros también podemos mantener la alegría mientras seguimos esperando con paciencia a que Jehová santifique su nombre, vindique su soberanía y acabe con toda la maldad y con nuestros problemas. Estemos decididos a aguantar y a buscar consuelo en la idea de que nuestro Padre celestial también está aguantando. w21.07 27:18, 19
Martes 4 de julio
¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? (Juan 1:46).
Muchas personas rechazaron a Jesús en el siglo primero. Para ellas no era más que el hijo de un humilde carpintero. Además, era de Nazaret, una ciudad que algunos tal vez consideraban insignificante. Incluso Natanael, que llegó a hacerse discípulo de Jesús, al principio dijo: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?”. Puede que estuviera pensando en la profecía de Miqueas 5:2, donde se predijo que el Mesías nacería en Belén, no en Nazaret. El profeta Isaías predijo que los enemigos de Jesús no se interesarían “por los detalles de su generación”, es decir, de la vida del Mesías (Is. 53:8; nota). Si se hubieran tomado la molestia de comprobar los hechos, habrían sabido que Jesús nació en Belén y era descendiente del rey David (Luc. 2:4-7). Así que el lugar de nacimiento de Jesús sí encajaba con lo que decía la profecía de Miqueas 5:2. Entonces, ¿cuál era el problema? Que, como no tenían todos los datos, llegaron a conclusiones precipitadas. Tropezaron y rechazaron a Jesús. w21.05 18:4-6
Miércoles 5 de julio
Si me reprendiera alguien justo, sería como aceite sobre mi cabeza (Sal. 141:5).
En la Biblia encontramos ejemplos de personas que aceptaron los consejos, y Dios los bendijo por ello. Veamos el caso de Job. Aunque él quería agradar a Dios, no era perfecto. Cuando estuvo bajo mucha presión, dijo cosas que no estaban bien. Y por eso recibió consejos directos de Elihú y de Jehová. ¿Cuál fue la reacción de Job? Dijo: “Hablé sin entendimiento”. Y añadió: “Retiro lo dicho y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:3-6, 12-17). Fue humilde y aceptó los consejos de Elihú aunque era un hombre mucho más joven que él (Job 32:6, 7). La humildad también nos ayuda a nosotros a seguir los consejos, incluso cuando pensamos que no los necesitamos o cuando la persona que nos aconseja es más joven que nosotros. ¿Quién no necesita seguir cultivando el fruto del espíritu y seguir mejorando como maestro? w22.02 7:8, 12
Jueves 6 de julio
De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros (Juan 13:35).
Todos debemos contribuir a que haya paz y amor en la congregación. Así nadie se sentirá totalmente solo. Lo que hagamos y digamos puede marcar la diferencia. ¿Qué podemos hacer para que los que están solos en la verdad se sientan parte de la congregación? Tomemos la iniciativa y ofrezcamos nuestra amistad. Podemos empezar recibiendo con cariño a los que son nuevos en la congregación (Rom. 15:7). Pero debemos ir más allá de un saludo amigable. Queremos hacer buenos amigos con el paso del tiempo. Para ello, seamos amables y mostremos interés sincero en los nuevos. Tratemos de entender los problemas que tienen sin entrometernos en su vida. Puesto que a algunos quizás se les haga difícil decir cómo se sienten, tengamos cuidado de no hacer que se sientan obligados a hablar. Más bien, hagamos preguntas prudentes con cariño y escuchemos con paciencia. Por ejemplo, podemos preguntarles cómo llegaron a conocer a Jehová. w21.06 23:13, 14
Viernes 7 de julio
Escucharán mi voz. Formarán un solo rebaño con un solo pastor (Juan 10:16).
¡Cuánto agradecemos el privilegio de ser “un solo rebaño” que sirve unido a Jehová “con un solo pastor”! El libro Organizados para hacer la voluntad de Jehová, página 165, afirma: “Nuestra obligación es contribuir a conservar esa unidad”. Y añade: “Nos llevaremos siempre bien con nuestros hermanos si aprendemos a verlos como los ve Jehová”. Él nos ve a todos como sus “pequeños” y nos considera muy valiosos. Y así es como debemos ver a nuestros hermanos. Él ve y valora todo lo que hacemos por ayudarlos y cuidarlos (Mat. 10:42). Amamos a nuestros compañeros cristianos. Por eso, estamos “decididos a no poner ningún estorbo ni obstáculo delante de un hermano” (Rom. 14:13). Pensamos que nuestros hermanos son superiores a nosotros y queremos perdonarlos de corazón. No permitamos que las acciones de los demás nos hagan tropezar. Más bien, “sigamos buscando las cosas que fomentan la paz y las cosas que nos edifican unos a otros” (Rom. 14:19). w21.06 25:16, 17
Sábado 8 de julio
Dios lo hace crecer (1 Cor. 3:7).
Si estudiamos con cuidado y ponemos en práctica los consejos que recibimos mediante la Palabra de Dios y su organización, poco a poco adoptaremos la personalidad de Cristo y conoceremos mejor a Dios. En una parábola, Jesús comparó el mensaje del Reino que predicamos a una semillita que crece poco a poco en el interior de las personas de buen corazón. Dijo: “Las semillas brotan y las plantas se hacen grandes, aunque él [el sembrador] no sabe exactamente cómo. Por sí sola, la tierra va dando fruto: primero el tallo, luego la espiga y por último el grano maduro en la espiga” (Mar. 4:27, 28). Jesús quiso decir que la persona que acepta el mensaje del Reino crece en sentido espiritual igual que una planta: poquito a poco. Por ejemplo, esto lo podemos ver cuando nuestros estudiantes de la Biblia se van acercando a Jehová y empezamos a notar los cambios que hacen en su vida (Efes. 4:22-24). Pero debemos recordar que es Jehová quien hace crecer esa semillita. w21.08 31:4, 5
Domingo 9 de julio
Es mejor disfrutar de lo que ven los ojos que andar de acá para allá persiguiendo deseos (Ecl. 6:9).
Si queremos sentir alegría, debemos hacer lo que dice el texto de hoy. La persona que disfruta “de lo que ven los ojos” está satisfecha con lo que tiene, como por ejemplo sus circunstancias actuales. Pero la persona que anda “de acá para allá persiguiendo deseos” siempre está deseando lo que no puede tener. ¿Qué aprendemos de esto? Que, si queremos sentirnos felices, debemos concentrarnos en lo que tenemos y no en lo que está fuera de nuestro alcance. A todos nos gusta por naturaleza afrontar nuevos retos. Entonces, ¿es posible estar contentos con lo que ya tenemos? Sí, es posible. De hecho, podemos llegar a disfrutar de lo que tenemos. ¿Cómo? Para saberlo, analicemos la parábola de los talentos que relató Jesús y que se encuentra en Mateo 25:14-30, y centrémonos en lo que podemos hacer para tener alegría e incluso aumentarla en nuestras circunstancias. w21.08 33:5, 6
Lunes 10 de julio
Vivo en el lugar alto y santo, pero también con los aplastados y los de espíritu humilde (Is. 57:15).
Jehová se preocupa mucho por “los aplastados”. Todos nosotros, no solo los ancianos, podemos animar a nuestros queridos hermanos que se sienten así. Una manera de hacerlo es interesándonos de corazón en ellos. Jehová quiere que les demostremos cuánto ama a sus ovejas (Prov. 19:17). Otra manera de ayudarlos es siendo humildes y modestos. No atraemos la atención hacia nosotros mismos porque no queremos despertar envidias. Preferimos usar nuestras habilidades y nuestro conocimiento para animarnos unos a otros (1 Ped. 4:10, 11). Podemos aprender mucho sobre cómo tratar a los demás fijándonos en cómo trató Jesús a sus discípulos. Aunque fue el hombre más importante de la historia, era “apacible y humilde de corazón” (Mat. 11:28-30). Cuando enseñaba, utilizaba un lenguaje sencillo y ejemplos atrayentes que llegaban al corazón de la gente humilde (Luc. 10:21). w21.07 29:11, 12
Martes 11 de julio
Pregúntales a tus mayores, y ellos te informarán (Deut. 32:7).
Tomemos la iniciativa y hablemos con los hermanos mayores. Es cierto que tal vez ya no vean como antes, caminen más despacio y su voz esté más apagada. Pero siguen siendo jóvenes de corazón y se han hecho “un buen nombre” ante Jehová (Ecl. 7:1, nota). Recordemos por qué Jehová los valora y sigamos dándoles honra. Seamos como Eliseo, que en el último día que pasó con Elías insistió en quedarse junto a él. Le dijo tres veces: “No voy a dejarte” (2 Rey. 2:2, 4, 6). Mostremos a los hermanos mayores que de verdad nos interesamos por ellos haciéndoles preguntas con prudencia (Prov. 1:5; 20:5). Por ejemplo, podríamos preguntarles: “Cuando era joven, ¿qué lo convenció de que había encontrado la verdad?”, “¿Qué vivencias lo han acercado más a Jehová?”, “¿Qué lo ha ayudado a seguir sirviendo feliz a Jehová?” (1 Tim. 6:6-8). Luego, escuchemos lo que nos cuenten. w21.09 35:14, 15
Miércoles 12 de julio
Dios es el que, tal como a él le agrada, los llena de energías dándoles tanto el deseo como las fuerzas para actuar (Filip. 2:13).
Cuando nos esforzamos al máximo por obedecer el mandato de predicar y hacer discípulos, demostramos nuestro amor a Dios (1 Juan 5:3). Pensemos en esto: el amor a Jehová ya nos ha impulsado a ir de casa en casa. ¿Fue fácil obedecer ese mandato? Quizás no. Seguro que nos sentíamos nerviosos la primera vez que llamamos a una puerta. Pero lo hicimos porque sabíamos que eso es lo que Jesús quiere que hagamos. Y puede que ahora ya no nos cueste tanto predicar, pero ¿qué hay de dirigir un curso bíblico? Puede que solo de pensarlo nos asustemos. Pero, si le pedimos a Jehová que nos ayude a controlar los nervios y nos dé valor para ofrecer un curso bíblico, él puede ayudarnos a fortalecer nuestro deseo de hacer discípulos. w21.07 26:7
Jueves 13 de julio
Se les impone la obligación de ser marcados en la mano derecha o en la frente (Apoc. 13:16).
En la antigüedad, a los esclavos se les ponía una marca que identificaba quién era su amo. De manera parecida, en nuestros días se esperará que todas las personas tengan una marca simbólica en la mano o en la frente. En otras palabras, se esperará que todo el mundo demuestre por sus acciones y sus pensamientos que pertenece y apoya a los gobiernos políticos. Y nosotros, ¿qué haremos? ¿Aceptaremos esta marca simbólica y les daremos nuestra lealtad a los gobiernos políticos? Quienes se nieguen a recibir la marca enfrentarán dificultades y peligros. El libro de Apocalipsis dice que nadie podrá “comprar o vender excepto la persona que tenga la marca” (Apoc. 13:17). Pero los siervos de Dios saben lo que él les hará a los que tengan la marca (Apoc. 14:9, 10). Por eso, en vez de llevar esa marca, será como si escribieran en su mano: “Propiedad de Jehová” (Is. 44:5). Ahora es el momento de asegurarnos de que nuestra lealtad a Jehová es firme. Si lo es, él estará feliz de decir que le pertenecemos. w21.09 37:15, 16
Viernes 14 de julio
Así como el hierro afila el hierro, un hombre hace mejor a su amigo (Prov. 27:17).
Para cumplir nuestro ministerio, podemos aprovechar la ayuda de los demás. El apóstol Pablo le enseñó a Timoteo sus métodos de predicación y enseñanza, y lo animó a usar esos métodos para ayudar a otros (1 Cor. 4:17). Igual que Timoteo, podemos aprender mucho de la experiencia de los hermanos de la congregación. Además, pidamos ayuda a Jehová. Cada vez que vayamos a predicar, hagamos una oración para que Jehová nos guíe. Sin la ayuda de su poderoso espíritu santo, no podríamos hacer nada (Sal. 127:1; Luc. 11:13). Cuando le pidamos ayuda a Jehová, seamos específicos. Por ejemplo, pidámosle que nos ayude a encontrar a cualquier persona que tenga la actitud correcta y quiera escuchar. También saquemos tiempo para el estudio personal. La Palabra de Dios dice: “Comprueben por ustedes mismos cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios” (Rom. 12:2). Cuanto más convencidos estamos de la verdad acerca de Dios, con más seguridad hablamos de ella en el ministerio. w21.05 20:14-16
Sábado 15 de julio
Su trabajo relacionado con el Señor no es en vano (1 Cor. 15:58).
¿Y si le damos clases de la Biblia a alguien, pero no progresa a pesar de nuestros esfuerzos y nuestras oraciones, y al final tenemos que suspender el curso? O ¿qué hay si nunca hemos llevado a nadie al bautismo? ¿Deberíamos sentirnos culpables y quizás pensar que Jehová no está bendiciendo nuestra labor? Pensemos en cómo mide Jehová el éxito de nuestro ministerio. Jehová se fija en nuestros esfuerzos y en nuestro aguante. Para él, nuestro ministerio es un éxito si lo llevamos a cabo con diligencia y amor, sin importar la reacción de las personas. Pablo escribió: “Dios no es injusto y no se olvida de las obras de ustedes ni del amor que demostraron por su nombre al haber servido a los santos y al continuar sirviéndoles” (Heb. 6:10). Jehová no olvida nuestros esfuerzos y nuestro amor, incluso si esos esfuerzos no nos han dado buenos resultados. Entonces, podemos aplicarnos las palabras de Pablo en el texto de hoy. w21.10 43:4-6
Domingo 16 de julio
Todos aquellos que el Padre me entrega vendrán a mí, y al que venga a mí yo jamás lo rechazaré (Juan 6:37).
Jesús trató a sus discípulos con bondad y amor. Sabía que tenían capacidades y circunstancias diferentes, así que no todos podrían asumir las mismas responsabilidades ni hacer lo mismo en el ministerio. Pero Jesús valoraba los esfuerzos de corazón que hacía cada uno. Podemos ver claramente su actitud comprensiva en la parábola de los talentos. En ese relato, habló de un amo que le confió trabajo a cada esclavo “según su capacidad”. Es cierto que, de los dos esclavos que cumplieron con su tarea, hubo uno que ganó más que el otro. Pero el amo los felicitó a los dos con estas mismas palabras: “¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel!” (Mat. 25:14-23). Jesús también nos trata a nosotros con bondad y amor. Sabe que tenemos capacidades y circunstancias diferentes, y se alegra cuando cada uno hace todo lo que puede. Hacemos bien en seguir su ejemplo al tratar a los demás. w21.07 29:12-14
Lunes 17 de julio
No le pondré la mano encima a mi señor (1 Sam. 24:10).
El rey David no siempre mostró misericordia. Por ejemplo, cuando Nabal —que era un hombre rudo por naturaleza— lo insultó y se negó a darles alimento a David y a sus hombres, David se enfureció y dijo que mataría a Nabal y a todos los hombres de su casa. Gracias a que la esposa de Nabal, Abigaíl, actuó con rapidez, bondad y paciencia, David no se hizo culpable de derramar sangre (1 Sam. 25:9-22, 32-35). Notemos que, cuando David se dejó llevar por la furia, dijo que Nabal y todos sus hombres merecían morir. Y después no dudó en condenar a muerte al hombre del ejemplo de Natán. En este último caso, puede que nos preguntemos por qué un hombre que normalmente era tan bueno fue tan severo en su juicio. Pero pensemos en cuál era la situación de David. En aquel momento cargaba con una conciencia culpable. La tendencia a juzgar a los demás con dureza es una señal de mala salud espiritual. w21.10 41:17, 18, 20
Martes 18 de julio
Tienen que ser santos porque yo soy santo (1 Ped. 1:16).
Las palabras del texto de hoy nos enseñan que sí podemos imitar a Jehová, el ejemplo supremo de santidad. Debemos ser santos en nuestra conducta, aunque parezca imposible debido a nuestra imperfección. El mismo apóstol Pedro se equivocó varias veces, pero su ejemplo nos demuestra que podemos ser santos. Cuando piensan en alguien santo, muchos se imaginan a un personaje religioso de aspecto melancólico y triste, como los que se representan en algunas obras de arte. Pero nada más lejos de la realidad. La Biblia dice que Jehová, que es santo, es el “Dios feliz” (1 Tim. 1:11). También dice que el pueblo que lo adora es feliz (Sal. 144:15). Jesús condenó a los que llevaban túnicas largas y hacían lo que es correcto para que otros los vieran (Mat. 6:1; Mar. 12:38). Los cristianos sabemos qué es la santidad por lo que la Biblia nos dice. Y sabemos que nuestro cariñoso Dios nunca nos diría que hiciéramos algo imposible de obedecer. w21.12 48:1, 3
Miércoles 19 de julio
Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón (Mar. 12:30).
De todos los regalos que Dios nos ha hecho con cariño, uno de los más grandes es la capacidad de adorarlo. Cuando obedecemos sus mandamientos, le demostramos que lo amamos (1 Juan 5:3). Uno de esos mandatos es el que Jesús nos dio de hacer discípulos y bautizarlos (Mat. 28:19). Jesús también nos mandó que nos amemos unos a otros (Juan 13:35). Jehová aceptará en su familia mundial de adoradores a quienes le obedecen (Sal. 15:1, 2). El amor es la cualidad más importante de Jehová (1 Juan 4:8). Él nos amó incluso antes de que lo conociéramos (1 Juan 4:9, 10). Cuando amamos a los demás, estamos siguiendo su ejemplo (Efes. 5:1). Una de las mejores formas como podemos mostrar amor a las personas es ayudándolas a conocer a Jehová mientras todavía haya tiempo (Mat. 9:36-38). De este modo, les damos la oportunidad de llegar a ser parte de la familia de Dios en el futuro. w21.08 30:13, 14
Jueves 20 de julio
Nadie tiene amor más grande (Juan 15:13).
Jesús amaba tanto a Jehová que se sintió impulsado a hacer sacrificios por él y por nosotros (Juan 14:31). Y demostró su gran amor por la gente por la manera como vivió mientras estuvo en la Tierra. Siempre fue cariñoso y compasivo, incluso con algunos que se oponían a él. Demostró este amor de forma especial al hablarle a la gente acerca del Reino de Dios (Luc. 4:43, 44). También probó lo mucho que amaba a Dios y a las personas al estar dispuesto a sufrir y morir a manos de pecadores. Así nos dio a todos la oportunidad de vivir para siempre. Si nos dedicamos a Jehová y nos bautizamos, fue porque amamos a nuestro Padre celestial. Así que, como Jesús, deberíamos mostrar ese amor al tratar a la gente. El apóstol Juan escribió: “El que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (1 Juan 4:20). w22.03 11:8, 9
Viernes 21 de julio
Tengan muchísimo cuidado de no comportarse como tontos, sino como sabios, aprovechando el tiempo de la mejor manera (Efes. 5:15, 16).
Aunque nos gusta pasar tiempo con Jehová, no siempre es fácil hacerlo. Llevamos vidas tan ocupadas que quizás nos cueste encontrar tiempo para las actividades espirituales. El trabajo, la familia y otras responsabilidades pueden dejarnos con un horario tan apretado que nos parezca que no tenemos tiempo para orar, estudiar o meditar. Pero hay un peligro más sutil con el que debemos tener cuidado. Hay actividades que, aunque no sean malas, pueden dejarnos sin tiempo para acercarnos más a Jehová. Por ejemplo, a todos nos hace bien bajar el ritmo de vez en cuando y divertirnos un poco. Pero, si no somos equilibrados, podemos llegar a un punto en el que casi no nos quede tiempo para las cosas espirituales. Es importante que mantengamos el entretenimiento en su debido lugar (Prov. 25:27; 1 Tim. 4:8). w22.01 5:2, 3
Sábado 22 de julio
Vean al extranjero que vive con ustedes como un natural del país y ámenlo como se aman a ustedes mismos (Lev. 19:34).
Cuando Jehová les mandó a los israelitas que amaran al prójimo, no se refería a que amaran solo a personas de su misma raza o nacionalidad. También les dijo que amaran a los extranjeros que vivían con ellos. Así lo dice con claridad Levítico 19:33, 34. Debían ver al extranjero “como un natural del país” y amarlo como se amaban a sí mismos. Por ejemplo, tenían que permitir que los residentes extranjeros y los pobres recogieran las sobras de las cosechas (Lev. 19:9, 10). Los cristianos también debemos aplicar hoy día el principio de amar a los extranjeros (Luc. 10:30-37). ¿Cómo? En el mundo hay millones de inmigrantes, y puede que algunos vivan cerca de nosotros. Es importante que tratemos a estos hombres, mujeres y niños con dignidad y respeto. w21.12 49:16
Domingo 23 de julio
A los que buscan a Jehová no les faltará nada bueno (Sal. 34:10).
Cuanto más busquemos la guía de Jehová ahora, más confianza tendremos en que nos ayudará en el futuro. Por ejemplo, hay que tener fe y confianza en Jehová para pedirle a nuestro patrono que nos dé tiempo libre para ir a una asamblea o para pedirle que nos haga cambios en el horario para poder ir a todas las reuniones y predicar más. Imaginemos que rechaza nuestra petición y perdemos el trabajo. ¿Tenemos fe en que Jehová nunca nos dejará y jamás nos abandonará, y en que siempre nos dará las cosas necesarias? (Heb. 13:5). Muchos hermanos que están en el servicio de tiempo completo pueden contar cómo Jehová los ayudó cuando más lo necesitaban. Jehová es fiel. Con Dios de nuestro lado, no debemos sentir temor por lo que pase en el futuro. Si lo ponemos a él en primer lugar en nuestra vida, nunca nos abandonará. w22.01 1:16, 17
Lunes 24 de julio
Ustedes no juzgan para ningún hombre, sino para Jehová (2 Crón. 19:6).
¿Y si han expulsado a alguien que es muy allegado a nosotros? Entonces podría ponerse a prueba nuestra confianza en los ancianos. Quizás nos preocupe que no tuvieran en cuenta todos los factores o que no juzgaran el asunto a la manera de Jehová. ¿Qué nos ayudará a ver la decisión de los ancianos con la actitud correcta? Debemos recordar que la expulsión es una medida que Jehová ha establecido por el bien de la congregación y del pecador. Si se permitiera que alguien que no se ha arrepentido siguiera en la congregación, esta persona sería una mala influencia (Gál. 5:9). Además, es posible que no se dé cuenta de la gravedad de su pecado y de que tiene que cambiar su manera de pensar y actuar para recuperar su amistad con Jehová (Ecl. 8:11). Podemos estar seguros de que los ancianos se toman muy en serio su responsabilidad de decidir si alguien debe ser expulsado o no. w22.02 6:13, 14
Martes 25 de julio
No romperá la caña que está quebrada ni apagará la mecha que apenas arde (Mat. 12:20).
Es especialmente importante mostrar paciencia y cariño cuando alguien rechaza al principio un consejo basado en la Biblia o tarda en ponerlo en práctica. Los ancianos no deberían molestarse si ocurre eso. Así que pueden pedirle a Jehová en sus oraciones personales que ayude a la persona a ver por qué necesita el consejo y a ponerlo en práctica. Puede que ella necesite tiempo para pensar en lo que se le dijo. Si los ancianos son pacientes y cariñosos, la persona se centrará en el consejo y no en cómo se le dio. Por supuesto, el consejo siempre debe estar basado en la Palabra de Dios. No olvidemos nuestro objetivo: dar consejos que tengan un buen efecto y que alegren el corazón (Prov. 27:9). w22.02 8:17, 19
Miércoles 26 de julio
Las expectativas que tardan en cumplirse enferman el corazón (Prov. 13:12).
Si le pedimos a Jehová que nos dé fuerzas para enfrentarnos a un problema o una debilidad, tal vez sintamos que está tardando en contestarnos más de lo que esperábamos. ¿Por qué no responde Jehová todas nuestras oraciones al instante? Las considera una prueba de la fe que tenemos (Heb. 11:6). Además, tiene mucho interés en ver si de verdad estamos decididos a vivir en armonía con lo que le pedimos y a hacer su voluntad (1 Juan 3:22). Por eso, si estamos intentando superar una mala costumbre o una debilidad, tal vez tengamos que ser pacientes y actuar de acuerdo con nuestras oraciones. Jesús dio a entender que Dios tal vez no respondería algunas de nuestras oraciones de inmediato al decir: “Sigan pidiendo y se les dará, sigan buscando y encontrarán, sigan tocando a la puerta y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe, y todo el que busca encuentra, y a todo el que toca a la puerta se le abrirá” (Mat. 7:7, 8). w21.08 31:1, 9, 10
Jueves 27 de julio
¡Cuánto amo tu ley! Reflexiono en ella todo el día (Sal. 119:97).
Tenemos que seguir estudiando la Palabra de Dios para fortalecer nuestra fe en el Creador (Jos. 1:8). Fijémonos en sus profecías y en su armonía interna. Esto fortalecerá nuestra fe en que un Creador sabio y cariñoso nos hizo, y en que inspiró la Biblia (2 Tim. 3:14; 2 Ped. 1:21). Cuando estudiemos la Palabra de Dios, fijémonos en lo prácticos que son sus consejos. Por ejemplo, la Biblia advirtió hace mucho tiempo que amar el dinero nos perjudica y causa “muchos dolores” (1 Tim. 6:9, 10; Prov. 28:20; Mat. 6:24). Queda claro que la advertencia de la Biblia de no amar el dinero es muy oportuna. ¿Nos vienen a la mente otros principios bíblicos que nos hayan ayudado? Cuanto más valoremos los consejos de la Biblia, más confiaremos en la sabiduría eterna que nos ofrece nuestro cariñoso Creador (Sant. 1:5). Como resultado, seremos más felices (Is. 48:17, 18). w21.08 32:12, 13
Viernes 28 de julio
Porque Dios no es injusto y no se olvida de las obras de ustedes ni del amor que demostraron por su nombre (Heb. 6:10).
Si usted se está haciendo mayor, puede estar seguro de que Jehová recuerda las obras que ha hecho en el pasado. Ha apoyado la predicación con entusiasmo, ha soportado pruebas —algunas muy dolorosas—, ha defendido las justas normas de la Biblia, ha atendido responsabilidades importantes y ha capacitado a otros. Se ha esforzado al máximo por mantenerse al paso con la organización de Jehová, que va a toda velocidad. Además, ha apoyado y animado a quienes están en el servicio de tiempo completo. Jehová lo ama muchísimo por su lealtad, y él promete que “no abandonará a sus leales” (Sal. 37:28). También le asegura: “Aun cuando te llenes de canas, yo te seguiré sosteniendo” (Is. 46:4). Así que no piense que por su edad ya no es importante en la organización de Jehová. ¡Sí que lo es! w21.09 35:4
Sábado 29 de julio
Jehová les ha mostrado misericordia a los que le temen (Sal. 103:13).
Una razón por la que Jehová muestra misericordia es por su sabiduría incomparable. La Biblia dice que “la sabiduría de arriba” está “llena de misericordia y buenos frutos” (Sant. 3:17). Tal como un padre amoroso, Jehová sabe que su misericordia beneficia a sus hijos (Is. 49:15). Esta les da esperanza aunque sean imperfectos. Por su infinita sabiduría, les muestra misericordia siempre que encuentra una razón para hacerlo. Pero ejerce esta cualidad en perfecto equilibrio. Como es tan sabio, nunca se va al otro extremo y se vuelve permisivo. Ahora bien, supongamos que un siervo de Dios decide a propósito llevar una vida de pecado. Entonces, ¿qué habría que hacer? Por inspiración, el apóstol Pablo escribió: “Dejen de relacionarse [...] con esa persona” (1 Cor. 5:11). A los pecadores que no se arrepienten se les expulsa de la congregación. Es necesario hacerlo para proteger a los hermanos fieles y para reflejar la santidad de Jehová. w21.10 41:7, 8
Domingo 30 de julio
Dios ama al que da con alegría (2 Cor. 9:7).
Adoramos a Jehová cuando apoyamos la obra del Reino con nuestras donaciones. Los israelitas no debían presentarse delante de Jehová con las manos vacías (Deut. 16:16). Debían llevar una ofrenda de acuerdo con sus posibilidades. Así demostraban agradecimiento por todos los beneficios espirituales que recibían. ¿Y cómo podemos expresar nosotros nuestro amor por Jehová y nuestra gratitud por las bendiciones espirituales que recibimos? Una manera es dando donaciones en nuestra congregación y para la obra mundial según lo permitan nuestras circunstancias. El apóstol Pablo lo explicó de esta manera: “Si hay buena disposición, lo que la persona da agrada mucho, cuando da en función de lo que tiene y no de lo que no tiene” (2 Cor. 8:4, 12). Jehová valora las donaciones que damos de corazón, no importa lo pequeñas que sean (Mar. 12:42-44). w22.03 13:13
Lunes 31 de julio
Consuelen a los deprimidos, apoyen a los débiles y sean pacientes con todos (1 Tes. 5:14).
Los ancianos no pueden eliminar todos los problemas que afrontamos. Pero Jehová quiere que hagan todo lo posible por animar y cuidar a sus ovejas. Teniendo en cuenta que están tan ocupados, ¿de dónde pueden sacar el tiempo para ayudar a los hermanos? El ejemplo de Pablo es muy útil. Él siempre buscaba la manera de elogiar a los hermanos y fortalecerlos. Los ancianos hacen bien en imitar su ejemplo de amor y cariño al tratar a los hermanos (1 Tes. 2:7). Pablo les confirmó a sus hermanos que tanto él como Jehová los amaban (2 Cor. 2:4; Efes. 2:4, 5). Los trataba como amigos y pasaba tiempo con ellos. Les demostraba que confiaba en ellos hablándoles con franqueza de sus propios temores y debilidades (2 Cor. 7:5; 1 Tim. 1:15). Con todo, no se centró en los problemas que él tenía, sino en ayudar a los hermanos. w22.03 14:9, 10