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  • Examinando las Escrituras diariamente 2017
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Examinando las Escrituras diariamente 2017
es17 108-118

Noviembre

Miércoles 1 de noviembre

Expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho (Gén. 25:8).

El hecho de que Abrahán muriera “viejo y satisfecho” no quiere decir que se hubiera cansado de vivir o que no quisiera volver a la vida en el futuro. La Biblia dice que Abrahán estaba esperando “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” (Heb. 11:10). ¿Se imagina lo emocionado que estará de vivir en el Paraíso y poder reanudar su amistad con Jehová? ¡Y qué conmovido se sentirá al enterarse de que su ejemplo de fe ayudó durante miles de años a los siervos de Dios de todo el mundo! Le contarán que el sacrificio del monte Moria resultó ser una ilustración, o modelo, de algo mucho mayor (Heb. 11:19). Le dirán también que el dolor que sufrió cuando estaba a punto de matar a Isaac ayudó a millones de personas a entender cómo se sintió Jehová al sacrificar a Jesús para rescatarnos (Juan 3:16). w16.02 1:15, 16

Jueves 2 de noviembre

Oh hijo de criada rebelde, ¿no sé yo bien que estás escogiendo al hijo de Jesé para tu propia vergüenza y para vergüenza de las partes naturales de tu madre? (1 Sam. 20:30).

Debemos ser leales a Jehová aunque uno de los encargados de la congregación nos trate injustamente. Saúl, aunque había sido nombrado rey por Jehová, trató mal a su hijo. No entendía por qué era tan buen amigo de David, y en un arranque de ira lo humilló enfrente de muchas personas. Aun así, Jonatán no le faltó el respeto. Pero tampoco dejó de ser leal a Jehová ni a David, que llegaría a ser el rey de Israel (1 Sam. 20:31-41). Claro está, los encargados de la congregación se esfuerzan por ser justos con todos. Pero como son imperfectos, en alguna ocasión podrían malinterpretar nuestras acciones (1 Sam. 1:13-17). No dejemos que nada nos impida ser leales a Jehová, ni siquiera si somos víctimas de un malentendido o se nos trata injustamente. w16.02 3:14, 15

Viernes 3 de noviembre

Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento (Mat. 16:24).

Hay cristianos que no entienden bien cuál es la diferencia entre la dedicación y el bautismo. Por ejemplo, algunos jóvenes dicen que se han dedicado a Jehová, pero que todavía no están listos para bautizarse. Eso es imposible. Cuando una persona se dedica a Jehová, le promete que le servirá para siempre. Y cuando se bautiza, simplemente está haciendo pública esa promesa que ya le hizo a Jehová en privado. Joven, ¿ves lo importante que es entender bien lo que significa dedicarse a Jehová antes de bautizarse? En pocas palabras, cuando te dedicas a Jehová, es como si le dijeras: “Ahora te pertenezco a ti”. Le prometes que a partir de ese momento lo más importante será hacer lo que él quiere, más importante que cualquier otra cosa en tu vida. Seguro que siempre tratas de cumplir tu palabra, ¿verdad? ¡Con cuánta más razón debes cumplir cualquier promesa que le hagas a Jehová! (Mat. 5:33). w16.03 1:14, 15

Sábado 4 de noviembre

Por el amor crezcamos en todas las cosas (Efes. 4:15).

Pablo puso como ejemplo al cuerpo humano para explicar que la congregación debe trabajar unida bajo la dirección de la cabeza, Cristo. Dijo que las distintas partes del cuerpo trabajan en armonía gracias a las coyunturas o articulaciones que las unen (Efes. 4:16). En nuestro caso, sin importar si somos jóvenes o mayores, fuertes o débiles, ¿qué podemos hacer para que la congregación se mantenga unida? Respetar y obedecer a quienes Jesús ha nombrado para que la dirijan: los ancianos (Heb. 13:7, 17). Esto no siempre es fácil, pero podemos pedirle con confianza a Jehová que nos guíe. Su espíritu santo nos ayudará a apoyar con entusiasmo las decisiones que se tomen en la congregación. Así que, si alguna vez nos cuesta obedecer las instrucciones que recibimos, recordemos que nuestra humildad contribuirá a la unidad de la congregación y a que crezca el cariño que sentimos por nuestros hermanos. w16.03 3:8, 9

Domingo 5 de noviembre

La palabra de Dios es viva, y ejerce poder (Heb. 4:12).

Algunos padres no motivaron a sus hijos a ponerse metas espirituales. Como consecuencia, el servicio a Dios nunca fue una prioridad en su vida (Mat. 10:24). Por esta razón, el anciano debe dedicar tiempo a hacerse amigo del hermano al que quiere capacitar para que tenga más responsabilidades. Debe decirle que la congregación lo necesita y razonar con él usando versículos de la Biblia. Ha de ayudarlo a reflexionar en lo que ha estado haciendo con su vida desde que se dedicó a Jehová (Ecl. 5:4; Is. 6:8; Mat. 6:24, 33; Luc. 9:57-62; 1 Cor. 15:58; 2 Cor. 5:15; 13:5). Podría preguntarle algo como: “¿Qué le prometiste a Jehová cuando te dedicaste a él?”. Podría intentar llegar a su corazón con estas otras preguntas: “¿Cómo crees que se sintió Jehová cuando te bautizaste?” (Prov. 27:11). “¿Cómo se habrá sentido Satanás?” (1 Ped. 5:8). Los pasajes bíblicos bien seleccionados pueden llegar a lo más hondo del corazón y motivar al hermano a cambiar. w15 15/4 2:9, 11

Lunes 6 de noviembre

Echen sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes (1 Ped. 5:7).

¿Por qué Jehová no responde enseguida todas nuestras oraciones? Recordemos que en la Biblia se compara la relación que tenemos con él a la de un niño con su padre (Sal. 103:13). El niño no puede esperar que el padre le conceda de inmediato todo lo que le pide. A veces, puede que se trate de un deseo pasajero. En otros casos, el padre decide esperar al momento más adecuado. También podría ser que el niño pidiera algo que no le conviene o que pudiera afectar a otras personas. Es más, si el padre le concediera todas sus peticiones, terminaría convirtiéndose en su esclavo. De forma parecida, puede que Jehová decida esperar antes de contestar nuestras oraciones porque entiende que eso es lo mejor para nosotros. Él tiene derecho a hacerlo, pues es nuestro Creador, nuestro Amo y nuestro Padre. Pero también es sabio y nos quiere, por eso podemos confiar en él. Por otro lado, no debemos olvidar que somos nosotros quienes servimos a Dios, no al revés (Is. 29:16; 45:9). w15 15/4 4:6, 7

Martes 7 de noviembre

Opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes (Sant. 4:7).

Nosotros estamos a punto de presenciar el fin de este mundo. Satanás quisiera que dejáramos de estar alerta justo ahora, que fuéramos “bondadosos con nosotros mismos” y tratáramos de estar lo más cómodos que fuera posible en este mundo. ¡No le demos el gusto! Jesús mandó: “Manténganse alerta”, y eso es lo que debemos hacer (Mat. 16:22, 23; 24:42). No se crea la mentira del Diablo de que el fin está lejos o que no va a llegar nunca. El Diablo quiere convencernos de que Dios no nos ama y que nuestros pecados son imperdonables. Pero si lo pensamos bien, ¿quién es realmente el que ha perdido el amor de Jehová? El Diablo. ¿Y quién es el que de verdad no merece que lo perdonen? ¡Pues el Diablo! En cambio, a nosotros nos asegura la Biblia: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre” (Heb. 6:10). Nuestro servicio no es en vano; Jehová agradece todo lo que hacemos por él (1 Cor. 15:58). ¡No caigamos en el engaño de Satanás! w15 15/5 1:16-19

Miércoles 8 de noviembre

Las vieron desde lejos y las acogieron (Heb. 11:13).

Abrahán tenía tantas razones para confiar en Dios que era como si pudiera ver las cosas que le había prometido aunque aún no las había recibido. La fe de Abrahán le dio las fuerzas que necesitaba para obedecer a Dios. Con plena fe en sus promesas, se marchó de la ciudad de Ur. Además se negó a establecerse en las ciudades de Canaán, pues tenían los días contados ya que sus reyes no servían a Dios (Jos. 24:2). Durante el resto de su larga vida, Abrahán esperó “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” (Heb. 11:10). En otras palabras, Abrahán pudo verse a sí mismo viviendo en un lugar permanente gobernado por Jehová. Abel, Enoc, Noé, Abrahán y otros creían en la resurrección y esperaban vivir en la Tierra bajo el Reino de Dios, “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos”. Meditar en lo que Jehová les tenía reservado aumentó su fe (Heb. 11:15, 16). w15 15/5 3:8, 9

Jueves 9 de noviembre

Cristo es el poder de Dios (1 Cor. 1:24).

Jehová le dio poder a Jesucristo para que hiciera cosas extraordinarias. Los Evangelios dan detalles sobre algunos de sus milagros, pero de seguro realizó muchos más (Mat. 9:35; Luc. 9:11). Así es, Jehová manifestó su gran poder por medio de Jesús. Por eso, el apóstol Pablo dijo: “Cristo [es] el poder de Dios”. Ahora bien, ¿por qué son tan importantes para nosotros los milagros de Jesús? El apóstol Pedro dijo que Jesús realizó milagros, o “grandes maravillas” (Hech. 2:22, Dios habla hoy). Esos milagros son una muestra a escala de los que realizará por todo el planeta cuando lo gobierne. También nos ayudan a entender mejor su personalidad y la de su Padre. w15 15/6 1:1, 2

Viernes 10 de noviembre

Ella decía: “Si toco nada más que sus prendas de vestir exteriores, recobraré la salud” (Mar. 5:28).

Jesús se dio cuenta de que Jehová había curado a la mujer, así que la trató con ternura y le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud. Ve en paz, y queda sana de tu penosa enfermedad” (Mar. 5:34). ¡Qué bueno es Jesús! En su corazón hay un lugar muy especial para los enfermos. En cambio, Satanás intenta convencernos de que nadie nos quiere, que no valemos nada. Pero Jesús demostró con sus milagros que de verdad le importamos y que nuestros problemas le preocupan. Sin duda, tenemos al mejor Rey y Sumo Sacerdote que podríamos soñar: es cariñoso y sabe ponerse en el lugar de los demás. ¡Qué afortunados somos! (Heb. 4:15). Es cierto que a nosotros puede costarnos comprender los sentimientos de los que sufren una enfermedad crónica, sobre todo si nunca hemos pasado por algo así. Sin embargo, Jesús tenía una salud perfecta y eso no le impidió ponerse en el lugar de los enfermos. Hagamos lo mismo: esforcémonos por ponernos en el lugar de quienes sufren por la mala salud (1 Ped. 3:8). w15 15/6 2:11, 12

Sábado 11 de noviembre

El nombre de Dios es blasfemado entre las naciones a causa de ustedes (Rom. 2:24).

Es un gran privilegio conocer el nombre de Dios y pertenecer al pueblo que lleva ese nombre (Is. 43:10; Hech. 15:14). La primera petición que hacemos en el padrenuestro es: “Santificado sea tu nombre” (Mat. 6:9). Si le pedimos eso, lógicamente también debemos pedirle que nos ayude a no hacer o decir nada que pueda manchar su santo nombre. No quisiéramos ser como algunos cristianos del siglo primero que predicaban una cosa y hacían otra, como indica el texto de hoy. Para que su nombre sea completamente santificado y quede libre de toda acusación, Jehová tiene que eliminar a todos los que lo rechazan como Rey (Ezeq. 38:22, 23). En el Paraíso, la humanidad recuperará poco a poco la perfección. Llegará el día en el que todos —seres humanos y ángeles— traten con respeto el santo nombre de Dios. Entonces, nuestro querido Padre celestial será “todas las cosas para con todos” (1 Cor. 15:28). w15 15/6 4:7, 10

Domingo 12 de noviembre

Los cielos son mi trono, y la tierra es el escabel de mis pies (Is. 66:1).

La imagen del escabel, o banquillo, también se usa en las Escrituras Hebreas para hablar del antiguo templo de Israel (1 Crón. 28:2; Sal. 132:7). Ese templo era el centro de la religión verdadera. Por eso era tan hermoso a los ojos de Jehová, porque se usaba para darle gloria desde la Tierra (Is. 60:13). Sin embargo, hoy en día el centro de la religión verdadera no es un templo construido por el hombre, sino un templo espiritual. Ese templo le da más gloria a Jehová que cualquier construcción literal. ¿Y qué es? Es el sistema que Dios ha creado para que podamos reconciliarnos con él y servirle, sistema que funciona gracias al sacrificio de Jesús. ¿Cuándo comenzó a funcionar? En el año 29, cuando Jesús se bautizó y fue elegido para ser el Sumo Sacerdote de ese gran templo espiritual (Heb. 9:11, 12). w15 15/7 1:1-3

Lunes 13 de noviembre

Verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria (Luc. 21:27).

Jesús recompensará a los que hayan sido leales y castigará a los que no hayan obedecido a Jehová (Mat. 24:46, 47, 50, 51; 25:19, 28-30). Según Mateo, Jesús acabó su profecía sobre la señal de los últimos días con la parábola de las ovejas y las cabras. Dijo: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda” (Mat. 25:31-33). ¿Qué les pasará después a las ovejas y a las cabras? La parábola termina así: “Estos [las cabras] partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna” (Mat. 25:46). w15 15/7 2:11, 12

Martes 14 de noviembre

¡Miren! ¡Qué bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad! (Sal. 133:1).

No es malo sentir apego por la cultura, el idioma y la comida del país en el que nacimos. Sin embargo, tenemos que luchar contra la mentalidad de “lo mío es lo mejor”. En la creación de Jehová hay una gran variedad, lo cual nos causa placer (Sal. 104:24; Rev. 4:11). ¿Por qué insistir en que nuestra manera de hacer las cosas es la mejor? Dios quiere que personas de toda clase tengan conocimiento exacto de la verdad y vivan para siempre (Juan 3:16; 1 Tim. 2:3, 4). Tener una actitud abierta y escuchar las ideas de los demás hace nuestra vida más interesante y nos permite estar unidos. Debido a que amamos a Jehová y apoyamos su Reino, tampoco nos mezclamos en los conflictos de este mundo. Lo que es más, sentimos un rechazo absoluto hacia el orgullo y el espíritu competitivo de la sociedad actual. Agradecemos mucho que Jehová nos haya enseñado a amar la paz. w15 15/7 3:17, 18

Miércoles 15 de noviembre

Dios se interesa por ustedes (1 Ped. 5:7).

Hay muchas maneras en las que usted puede demostrarle a Jehová cuánto lo quiere. Una de ellas es predicando con entusiasmo las buenas nuevas del Reino, lo que también es una muestra de amor al prójimo (Mat. 24:14; 28:19, 20). Otra manera es aguantando fielmente a pesar de las dificultades (Sal. 84:11; Sant. 1:2-5). Quizás los problemas sean graves, pero puede estar seguro de que Dios conoce sus sufrimientos y le dará fuerzas, pues usted es muy valioso para él (Sal. 56:8). Le demostramos a Dios que lo queremos dedicando tiempo a meditar en su creación y en las demás cosas maravillosas que ha hecho por nosotros. También estudiando con empeño su Palabra, orando y reflexionando en el sacrificio de Jesús, gracias al cual nuestros pecados pueden ser borrados (1 Juan 2:1, 2). Estas son tan solo algunas maneras de demostrarle a Jehová que lo queremos tal como él nos quiere a nosotros. w15 15/8 1:6, 17, 18

Jueves 16 de noviembre

Es mejor ser paciente (Ecl. 7:8).

En el nuevo mundo habrá veces en las que tendremos que ser pacientes. Imaginemos esta situación: nos enteramos de que algunas familias están contentísimas porque ya han resucitado sus seres queridos. En cambio, nosotros todavía estamos esperando a que resuciten los nuestros. ¿Qué haremos? ¿Nos alegraremos por esas familias? (Rom. 12:15). Si ahora aprendemos a ser pacientes y esperamos a que Jehová cumpla sus promesas, en el futuro nos costará menos hacerlo. También necesitamos ser pacientes cada vez que hay cambios en nuestra forma de entender la Biblia. ¿Cómo reaccionamos cuando hay algo que no comprendemos bien? Si dedicamos tiempo a estudiar la nueva información y nos esforzamos por aceptar esos cambios, será más fácil ser pacientes y aceptar las instrucciones que Jehová vaya revelando en el nuevo mundo (Prov. 4:18; Juan 16:12). w15 15/8 3:9, 10

Viernes 17 de noviembre

Alcancemos la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo (Efes. 4:13).

El apóstol Pablo les recordó a sus hermanos de Éfeso la necesidad de fortalecer su espiritualidad. Les dijo que tenían que seguir esforzándose hasta que lograran “alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento exacto del Hijo de Dios, a un hombre hecho, a la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo” (Efes. 4:13). Cuando Pablo les escribió a los hermanos de Éfeso, la congregación de aquella ciudad ya no era nueva, por lo que muchos de sus miembros eran cristianos maduros. No obstante, a algunos todavía les hacía falta progresar. En nuestros días, la situación es similar: muchos de nuestros hermanos llevan años y años sirviendo a Jehová y han alcanzado la madurez. Otros todavía están esforzándose por ser cristianos maduros, como los miles de hermanos que se han bautizado en años recientes. ¿Usted en qué grupo se encuentra? (Col. 2:6, 7). w15 15/9 1:2, 3

Sábado 18 de noviembre

El entrenamiento corporal es provechoso para poco (1 Tim. 4:8).

Muchas personas están de acuerdo en que el ejercicio es bueno para nuestra salud física y mental. Pero ¿qué hay si nos gusta practicar deporte en grupo? ¿Hay algún principio que debamos tener en cuenta? Sí. Proverbios 13:20 dice: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”. Como vemos, es importante buscar la guía de la Biblia para decidir qué haremos en nuestro tiempo libre y con quién lo haremos. También piense en los momentos que elige para divertirse. ¿Deja el entretenimiento para el tiempo que le queda libre de las reuniones, la predicación y el estudio? ¿O hace lo contrario y les dedica a las actividades espirituales solo el tiempo que le sobra? ¿Qué es más importante para usted? Jesús dijo: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas” (Mat. 6:33). ¿Lo impulsa su conciencia a seguir este mandato de Jesús? w15 15/9 2:13, 15

Domingo 19 de noviembre

¿Por qué estás enardecido de cólera, y por qué se te ha decaído el semblante? Si te diriges a hacer lo bueno, ¿no habrá ensalzamiento? ¿Lograrás el dominio sobre el pecado? (Gén. 4:6, 7).

Cuando Jehová vio que Caín estaba a punto de tomar una mala decisión, le dijo las palabras del texto de hoy. Jehová le dio ese consejo justo en el momento preciso. Lamentablemente, Caín no supo aprovecharlo y tuvo que sufrir las consecuencias (Gén. 4:11-13). Jehová también aconsejó a Baruc, el secretario de Jeremías. Debido a su mala actitud, este siervo de Dios se sentía cansado y desanimado. Pero Jehová lo ayudó a entender por qué estaba en esa situación y le aconsejó que cambiara de actitud. A diferencia de Caín, Baruc aceptó la guía, y eso le salvó la vida (Jer. 45:2-5). El apóstol Pablo escribió que Jehová “disciplina a quien ama; de hecho, azota a todo aquel a quien recibe como hijo” (Heb. 12:6). Dios nos corrige cuando lo necesitamos y en ocasiones nos enseña para que seamos mejores personas. w15 15/9 4:12, 13

Lunes 20 de noviembre

Tus siervos han venido con respecto al nombre de Jehová tu Dios, porque hemos oído de su fama y de todo lo que hizo (Jos. 9:9).

Los gabaonitas fueron sabios y entendieron que el Dios verdadero estaba de parte de Israel. Rahab también reconoció el poder de Dios. Ella sabía cómo había sacado Jehová a Israel de Egipto, de modo que cuando fueron a su hogar dos espías israelitas, les dijo: “De veras sé que Jehová ciertamente les dará el país”. Además, aunque entendía que era peligroso, los ayudó y confió en que Dios podía salvarla a ella y a su familia (Jos. 2:9-13; 4:23, 24). Estos ejemplos bíblicos y muchos otros nos ayudan a entender lo que significa ver a Dios, o ver la mano de Dios. El cristiano que conoce a Jehová, que sabe cómo es él, puede ver su poder y su ayuda con “los ojos [del] corazón” (Efes. 1:18). Obviamente, queremos ser como los siervos de Dios del pasado que vieron con claridad la mano de Jehová. w15 15/10 1:6, 7, 9

Martes 21 de noviembre

Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro (Juan 11:5).

Marta fue una de las mujeres con las que Jesús hizo amistad. Otra de ellas fue la hermana de Marta. Y, por supuesto, Jesús sentía cariño por su propia madre (Juan 19:25-27). ¿Qué clase de mujer era Marta? Jesús le tenía cariño a Marta no solo porque era hospitalaria y trabajadora, sino porque era una mujer espiritual. Ella creía todo lo que Jesús decía y estaba convencida de que era el Mesías (Juan 11:21-27). Claro, como todo ser humano, tenía sus defectos. En una ocasión en la que Jesús había ido a comer a su casa, Marta se atrevió a pedirle que corrigiera una situación que le parecía injusta. “Señor —le dijo—, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender las cosas? Dile, por lo tanto, que me ayude” (Luc. 10:38-42). w15 15/10 3:1, 2

Miércoles 22 de noviembre

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes (Sant. 4:8).

Aprovechar toda oportunidad para pensar en las cosas de Dios también nos ayudará a mantener vivo nuestro entusiasmo por la verdad. Ese entusiasmo contagiará a los demás hermanos de la congregación y a quienes nos escuchen en el ministerio. Y si meditamos en el regalo más grande que hemos recibido, el sacrificio de Jesús, valoraremos aún más nuestra amistad con el Creador (Rom. 3:24). Mark, un hermano de Sudáfrica que pasó tres años en la cárcel por negarse a participar en actividades políticas, explicó que meditar es como hacer un viaje. Mientras más viaja uno, más cosas nuevas y emocionantes descubre. Lo mismo sucede con la meditación. Mientras más medita uno, más cosas aprende acerca de Jehová. Luego, Mark agregó: “En ocasiones me siento un poco desanimado o me preocupa el futuro. Cuando me pasa eso, tomo la Biblia, la leo y medito en algún versículo; de inmediato me empiezo a sentir mejor”. w15 15/10 4:15

Jueves 23 de noviembre

Hazme entender, para que observe tu ley, y para que la guarde con todo el corazón (Sal. 119:34).

Si un adolescente entiende las razones por las que sus padres toman alguna decisión o establecen ciertas reglas, le será más fácil obedecer. Por eso, padres, si es posible, expliquen a sus hijos sus razones. Barry, que tiene cuatro hijos, nos cuenta su experiencia: “Los adolescentes confían más en sus padres cuando se dan cuenta de que son razonables y de que no toman decisiones por capricho”. Recuerden que sus hijos ya no son niños; necesitan saber el porqué de las cosas. Están madurando y desarrollando su “facultad de raciocinio”, es decir, la capacidad de razonar (Rom. 12:1). Barry continúa: “Tienen que aprender a decidir sin dejarse llevar por las emociones”. Por lo tanto, sean humildes y expliquen por qué toman sus decisiones. Así, sus hijos se sentirán respetados y aprenderán a tomar las suyas. w15 15/11 2:11

Viernes 24 de noviembre

Obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe (Gál. 6:10).

Hoy día somos millones los siervos de Jehová que estamos dando a conocer su nombre y su propósito por toda la Tierra. ¿Qué relación debería haber entre nosotros? (Rom. 12:10). El apóstol Pedro dijo que nuestra “obediencia a la verdad” debe producir “cariño fraternal” entre nosotros. Y luego añadió: “Ante todo, tengan amor intenso unos para con otros” (1 Ped. 1:22; 4:8). El gran amor que sentimos por nuestros hermanos nos ha permitido formar una organización única en el planeta. Y, como amamos y obedecemos a nuestro Dios, contamos con la fuerza más poderosa del universo: su espíritu santo. Gracias a todo eso podemos decir que somos una familia internacional que vive en paz y armonía (1 Juan 4:20, 21). w15 15/11 4:8, 9

Sábado 25 de noviembre

Diez hombres de todos los lenguajes de las naciones dirán: “Ciertamente iremos con ustedes” (Zac. 8:23).

Jehová no nos obliga a aprender otro idioma para conocerlo y saber de sus promesas (Rev. 7:9, 10). ¿Se ha oscurecido el mensaje de Dios por el hecho de que existan tantos idiomas y haya ligeras variaciones en las traducciones? No. Veamos un ejemplo. Es cierto que en los evangelios solo aparecen unas pocas palabras de Jesús en el idioma en el que las pronunció originalmente (Mat. 27:46; Mar. 5:41; 7:34; 14:36). Pero Dios se encargó de que el mensaje de Jesús se tradujera al griego y, con el tiempo, a otros idiomas. Más tarde, tanto judíos como cristianos copiaron una y otra vez los manuscritos de la Biblia, lo que permitió que se conservaran y se tradujeran a muchos más idiomas. Unos cuatrocientos años después de Cristo, Juan Crisóstomo afirmó que los evangelios ya se habían traducido a los idiomas de Siria, Egipto, India, Persia, Etiopía y muchos otros lugares. w15 15/12 1:10, 11

Domingo 26 de noviembre

Una palabra a su tiempo apropiado, ¡oh, cuán buena es! (Prov. 15:23).

El discernimiento nos ayudará a elegir el mejor momento para hablar. De otro modo, lo que digamos no ayudará a quienes nos rodean, aunque sea justo lo que necesiten. Por ejemplo, en marzo de 2011, un tsunami arrasó una gran región en el este de Japón y mató a más de quince mil personas. Aunque los testigos de Jehová de la zona sufrieron igual que sus vecinos, usaron toda oportunidad para consolarlos con la Biblia. Ahora bien, la mayoría de las personas de la región son budistas y no conocen la Biblia, así que nuestros hermanos comprendieron que ese no era el mejor momento para hablarles sobre la esperanza de la resurrección. Se concentraron en darles apoyo emocional con sus palabras y les explicaron con la Biblia por qué le pasan cosas malas a la gente buena. w15 15/12 3:7

Lunes 27 de noviembre

Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos (Prov. 14:15).

Por desgracia, en este mundo lleno de codicia hay individuos que se aprovechan de los enfermos para hacer dinero. También hay personas y compañías que promueven productos caros a fin de obtener más ganancias. Claro, a una persona que busca desesperadamente una cura, esas promesas le suenan muy atractivas. La alarma del prudente se dispara sobre todo si quien le hace la recomendación no tiene credenciales o la preparación debida. Se pregunta: “Me están diciendo que estas vitaminas —o esta dieta, o estas plantas— han ayudado a muchos, pero ¿será verdad? Tal vez han ayudado a otros, pero ¿me van a hacer bien a mí? ¿Debería investigar más? ¿Debería preguntarle a alguien que realmente sepa del tema?” (Deut. 17:6). w15 15/12 4:14, 15

Martes 28 de noviembre

El amor que el Cristo tiene nos obliga (2 Cor. 5:14).

El cristiano que comprende el gran acto de amor de Jesús no puede menos que sentirse igual que Pablo. Y es que cuando logramos entender lo que Jehová ha hecho por nosotros, nuestro corazón se llena de amor y nos nace el deseo de vivir para Jesús. ¿Cómo lo demostramos? Quienes aman a Jehová siguen el ejemplo y los pasos de Cristo con mucho cuidado y atención (1 Ped. 2:21; 1 Juan 2:6). Otra manera de demostrarles a los dos que los queremos es obedeciéndolos. Jesús dijo: “El que tiene mis mandamientos y los observa, ese es el que me ama. A su vez, el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré” (Juan 14:21; 1 Juan 5:3). Por eso, pregúntese: “¿Hasta qué punto estoy siguiendo los pasos de Jesús? ¿Hay algo en lo que pueda mejorar?”. Este examen es muy necesario, pues la sociedad en la que vivimos nos presiona cada día más para que hagamos las cosas a su manera (Rom. 12:2). w16.01 2:7-9

Miércoles 29 de noviembre

Seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es (1 Juan 3:2).

¿Le gusta predicar más que a la mayoría de los hermanos? ¿Es un excelente estudiante de la Biblia y le encanta aprender “hasta las cosas profundas de Dios”? (1 Cor. 2:10). ¿Le parece que Jehová ha bendecido su ministerio de manera especial? ¿Siente un fuego interior que lo impulsa a servirle con todo su ser? ¿Le tiene tanto cariño a la gente que desea ayudarla de toda manera posible a conocer a Dios? ¿Puede demostrar que Jehová ha intervenido directamente en su vida? Si su respuesta a estas preguntas es “sí”, ¿significa que ha sido ungido por Dios? No. ¿Cómo lo sabemos? Porque no solo a los ungidos les pasan estas cosas. El espíritu santo puede actuar con la misma fuerza en todos los cristianos, sea que vayan a vivir en el cielo o en la Tierra. En realidad, si usted tiene dudas, no es ungido. w16.01 3:14, 15

Jueves 30 de noviembre

Estuve alegre delante de él todo el tiempo (Prov. 8:30).

Jesús trabajó muy contento al lado de Dios, feliz por sus logros y por sentir el cariño de su Padre. ¿Qué se puede decir de nosotros? Jesús dijo que dar y recibir nos hace felices (Hech. 20:35). Por ejemplo, cuando conocimos la verdad nos sentimos muy contentos. Y compartirla ahora con la gente también nos alegra. Muchas personas desean conocer a Dios y comienzan a estudiar. Poco a poco van entendiendo y valorando lo que aprenden. Su forma de pensar y de vivir cambia. ¿Verdad que eso nos hace felices? Está claro que la predicación es muy importante, pues le da a la gente la oportunidad de reconciliarse con Dios y vivir para siempre (2 Cor. 5:20). ¿Acaso existe otro trabajo que produzca más satisfacciones? w16.01 5:6, 7

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