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  • Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias)
Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias)
2 Samuel

El Segundo de Samuel

o, según la versión griega de los LXX, EL SEGUNDO DE LOS REYES

1 Y después de la muerte de Saúl, y cuando David mismo hubo vuelto de derribar a los amalequitas,*+ aconteció que David continuó morando en Ziqlag+ dos días. 2 Y al tercer día aconteció que, ¡mire!, un hombre+ venía del campamento, de Saúl, con sus prendas de vestir rasgadas+ y tierra sobre la cabeza;+ y aconteció que cuando llegó a David, en seguida cayó a tierra+ y se postró.

3 Y David procedió a decirle: “¿De dónde vienes?”, ante lo cual él le dijo: “Del campamento de Israel he escapado”. 4 Y David pasó a decirle: “¿Cómo resultó el asunto? Infórmame, por favor”. A esto él dijo: “La gente ha huido de la batalla, y también muchos del pueblo han caído, de modo que han muerto,+ y hasta Saúl+ y Jonatán+ su hijo han muerto”. 5 Entonces David dijo al joven que estaba refiriéndoselo: “¿Cómo sabes de seguro que Saúl ha muerto, y también Jonatán su hijo?”.+ 6 Ante esto, el joven que estaba refiriéndoselo dijo: “Me hallé inesperadamente en el monte Guilboa,+ y allí estaba Saúl apoyándose sobre su lanza;+ y, ¡mira!, los conductores de carros* y los hombres montados lo habían alcanzado.+ 7 Cuando él se volvió y me vio, entonces me llamó, y yo dije: ‘¡Aquí estoy!’. 8 Y él pasó a decirme: ‘¿Quién eres?’, ante lo cual le dije: ‘Soy un amalequita’.+ 9 Entonces dijo: ‘Plántate sobre mí, por favor, y definitivamente hazme morir, pues se ha apoderado de mí el calambre,* porque aún está en mí toda mi alma’.+ 10 De modo que me planté sobre él y definitivamente le di muerte,+ porque sabía que él no podía vivir después de haber caído. Entonces tomé la diadema+ que estaba sobre su cabeza y el brazalete que estaba sobre su brazo, para traérselos a mi señor aquí”.

11 Ante esto, David asió sus prendas de vestir y las rasgó,+ y así hicieron también todos los hombres que estaban con él. 12 Y se pusieron a plañir y llorar+ y ayunar+ hasta el atardecer por motivo de Saúl y por motivo de Jonatán su hijo y por motivo del pueblo de Jehová* y por motivo de la casa de Israel,+ porque habían caído a espada.

13 David ahora dijo al joven que estaba informándole: “¿De dónde eres?”, a lo que él dijo: “Soy hijo de un residente forastero, un amalequita”.+ 14 Entonces le dijo David: “¿Cómo fue que no temiste+ alargar la mano para arruinar al ungido*+ de Jehová?”. 15 Con eso David llamó a uno de los jóvenes y dijo: “Acércate. Hiérelo”. Por lo tanto él lo derribó, de modo que murió.+ 16 David entonces le dijo: “Esté la culpa de sangre por ti* sobre tu propia cabeza,+ porque tu propia boca ha testificado contra ti,+ diciendo: ‘Yo mismo definitivamente di muerte al ungido de Jehová’”.+

17 Y David procedió a salmodiar esta endecha+ sobre Saúl y Jonatán su hijo,+ 18 y a decir que a los hijos de Judá+ se les debía enseñar “El arco”.+ ¡Mire! Está escrito en el libro de Jasar:*+

19 “La hermosura, oh Israel, fue muerta sobre tus lugares altos.+

¡Cómo han caído los hombres poderosos!

20 No lo informen, ustedes, en Gat;+

no lo anuncien en las calles de Asquelón,+

por temor de que las hijas de los filisteos se regocijen,

por temor de que las hijas de los incircuncisos se alborocen.+

21 Oh montañas de Guilboa,+ no haya rocío, no haya lluvia sobre ustedes, ni haya campos de contribuciones santas;*+

porque allí el escudo de poderosos fue ensuciado,*

el escudo de Saúl, de modo que no hubo ninguno ungido con aceite.+

22 De la sangre de los que fueron muertos, de la grasa de poderosos,

el arco de Jonatán no volvió atrás,+

y la espada de Saúl no volvía sin tener éxito.+

23 Saúl y Jonatán,+ los amables y los agradables durante su vida,

y en su muerte no fueron separados.+

Más veloces que las águilas eran ellos,+

más poderosos que los leones* eran.+

24 Oh hijas de Israel, lloren por motivo de Saúl,

que las vistió de escarlata con galas,

que les puso adornos de oro en su ropa.+

25 ¡Cómo han caído los poderosos en medio de la batalla!+

¡Jonatán muerto sobre tus lugares altos!+

26 Estoy angustiado por ti, hermano mío, Jonatán,

muy agradable me fuiste.+

Más maravilloso me fue tu amor que el amor procedente de mujeres.+

27 ¡Cómo han caído los poderosos+

y perecido las armas de guerra!”.

2 Y después de esto aconteció que David procedió a inquirir de Jehová,+ diciendo: “¿Subiré a una de las ciudades de Judá?”. Ante esto, Jehová le dijo: “Sube”. Y David pasó a decir: “¿Adónde subiré?”. Entonces él dijo: “A Hebrón”.+ 2 Por lo tanto David subió allá, y también sus dos esposas, Ahinoam+ la jezreelita y Abigail+ la esposa de Nabal el carmelita. 3 Y a los hombres+ que estaban con él David los hizo subir, a cada uno con su casa; y se pusieron a morar en las ciudades [del territorio] de Hebrón. 4 Entonces vinieron los hombres de Judá+ y ungieron+ allí a David por rey sobre la casa de Judá.+

Y vinieron a informar a David, diciendo: “Los hombres de Jabés-galaad fueron los que enterraron a Saúl”. 5 Por eso David envió mensajeros a los hombres de Jabés-galaad+ y les dijo: “Benditos sean ustedes de Jehová,+ porque ejercieron esta bondad amorosa*+ para con su señor,* para con Saúl, por cuanto lo enterraron.+ 6 Y ahora ejerza Jehová para con ustedes bondad amorosa+ y confiabilidad,* y yo también les haré esta bondad, porque han hecho esta cosa.+ 7 Y ahora que sus manos se fortalezcan, y muéstrense hombres valientes,+ porque su señor Saúl está muerto, y yo mismo soy aquel a quien la casa de Judá ha ungido por rey+ sobre ellos”.

8 En cuanto a Abner+ hijo de Ner, el jefe del ejército que había pertenecido a Saúl, él tomó a Is-bóset,+ hijo de Saúl, y procedió a hacerlo pasar* a Mahanaim,+ 9 y a hacerlo rey sobre Galaad+ y los asuritas* y Jezreel+ y sobre Efraín+ y Benjamín+ y sobre Israel, todo ello. 10 Cuarenta años de edad tenía Is-bóset hijo de Saúl cuando llegó a ser rey sobre Israel, y por dos años reinó. Solo los de la casa de Judá+ resultaron ser seguidores de David. 11 Y el número de los días en que David resultó ser rey en Hebrón sobre la casa de Judá llegó a ser siete años y seis meses.+

12 Con el tiempo, Abner hijo de Ner y los siervos de Is-bóset hijo de Saúl salieron de Mahanaim+ para Gabaón.+ 13 En cuanto a Joab+ hijo de Zeruyá+ y los siervos de David, ellos salieron* y más tarde se encontraron junto al estanque de Gabaón; y se quedaron sentados, estos de este lado del estanque y aquellos de aquel lado del estanque. 14 Por fin Abner dijo a Joab: “Que se levanten los jóvenes, por favor, y lleven a cabo un combate delante de nosotros”. A lo que dijo Joab: “Que se levanten”. 15 De modo que se levantaron y pasaron en número contado, doce pertenecientes a Benjamín y a Is-bóset+ hijo de Saúl, y doce de los siervos de David. 16 Y empezaron a agarrarse los unos de los otros por la cabeza, con la espada de cada uno en el costado del otro, de modo que cayeron juntos. Y llegó a llamarse aquel lugar Helqat-hazurim,* que está en Gabaón.+

17 Y el combate se hizo duro en extremo en aquel día, y Abner+ y los hombres de Israel por fin fueron derrotados delante de los siervos de David. 18 Ahora bien, se hallaban allí los tres hijos de Zeruyá:+ Joab+ y Abisai+ y Asahel;+ y Asahel era ligero de pies, como una de las gacelas+ que están en el campo abierto. 19 Y Asahel se fue corriendo tras Abner, y no se inclinó a ir a la derecha ni a la izquierda de seguir a Abner. 20 Por fin Abner miró detrás de sí y dijo: “¿Eres tú, Asahel?”, a lo que él dijo: “Yo soy”. 21 Entonces le dijo Abner: “Dirígete a tu derecha o a tu izquierda y prende a uno de los jóvenes por tuyo y toma como tuyo lo que le despojes”.+ Y Asahel no quiso desviarse de seguirlo. 22 Por lo tanto Abner volvió a decir a Asahel: “Desvíate de seguirme. ¿Por qué debo derribarte* en tierra?+ ¿Cómo podría yo entonces alzar mi rostro a Joab tu hermano?”. 23 Pero él siguió rehusando desviarse; y Abner logró herirlo en el abdomen+ con el cuento* de la lanza, de modo que la lanza le salió por la espalda; y cayó allí y murió donde estaba. Y aconteció que todos los que llegaban al lugar donde Asahel cayó y entonces murió se detenían.+

24 Y Joab y Abisai se fueron corriendo tras Abner. Al ponerse el sol ellos mismos llegaron a la colina de Amá, que está enfrente de Guíah, en el camino al desierto de Gabaón.+ 25 Y los hijos de Benjamín fueron juntándose detrás de Abner, y llegaron a ser una sola compañía, y se quedaron parados sobre la cima de una colina. 26 Y Abner empezó a gritar a Joab y decir: “¿Va a comer+ perpetuamente la espada? ¿No sabes tú realmente que lo que se desarrollará por fin es amargura?+ ¿Hasta cuándo, pues, no dirás al pueblo que se vuelva de seguir a sus hermanos?”.+ 27 Ante eso, Joab dijo: “Tan ciertamente como que vive el Dios [verdadero],*+ si no hubieras hablado,+ entonces solo por la mañana habría sido retirada la gente, cada uno de seguir a su hermano”. 28 Joab ahora tocó el cuerno,+ y toda la gente hizo alto y no continuó corriendo más tras Israel, y no volvieron más a la pelea.

29 En cuanto a Abner y sus hombres, ellos marcharon por el Arabá+ toda aquella noche y fueron cruzando el Jordán+ y marchando por toda la barranca, y por fin llegaron a Mahanaim.+ 30 En cuanto a Joab, él se volvió de seguir a Abner y empezó a juntar a toda la gente. Y de los siervos de David faltaban diecinueve hombres y Asahel. 31 Y los siervos de David, por su parte, habían derribado a aquellos de Benjamín y de los hombres de Abner.⁠.⁠. hubo trescientos sesenta hombres que murieron.+ 32 Y procedieron a llevar a Asahel+ y a enterrarlo en la sepultura de su padre,+ que está en Belén.+ Entonces Joab y sus hombres siguieron marchando toda la noche, y les amaneció en Hebrón.+

3 Y la guerra entre la casa de Saúl y la casa de David llegó a ser muy prolongada;+ y David siguió haciéndose más fuerte,+ y la casa de Saúl siguió declinando más y más.+

2 Entretanto, a David le nacieron hijos+ en Hebrón,+ y su primogénito llegó a ser Amnón,+ de Ahinoam+ la jezreelita. 3 Y su segundo fue Kileab,+ de Abigail+ la esposa de Nabal el carmelita, y el tercero fue Absalón,+ hijo de Maacá, hija de Talmai+ el rey de Guesur. 4 Y el cuarto fue Adonías,+ hijo de Haguit,+ y el quinto fue Sefatías,+ hijo de Abital. 5 Y el sexto fue Itream,+ de Eglá, esposa de David. Estos fueron los que le nacieron a David en Hebrón.

6 Y mientras la guerra seguía entre la casa de Saúl y la casa de David, aconteció que Abner+ mismo de continuo estaba fortaleciendo su posición en la casa de Saúl. 7 Ahora bien, Saúl había tenido una concubina cuyo nombre era Rizpá,+ hija de Ayá.+ Más tarde Is-bóset*+ dijo a Abner: “¿Por qué tuviste relaciones con la concubina+ de mi padre?”. 8 Y Abner se encolerizó+ mucho a causa de las palabras de Is-bóset y pasó a decir: “¿Soy yo cabeza de perro+ que pertenezca a Judá? Hoy sigo ejerciendo bondad amorosa para con la casa de Saúl tu padre, a los hermanos de él y a sus amigos personales, y no he dejado que te halles en la mano de David; y sin embargo hoy me llamas a cuentas por un error respecto a una mujer. 9 Así haga Dios a Abner y así añada a ello,+ si, tal como Jehová juró a David,+ no es como yo le haré, 10 para trasladar el reino de la casa de Saúl y para establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá desde Dan hasta Beer-seba”.+ 11 Y él no pudo decir una palabra más en respuesta a Abner, porque le tenía miedo.+

12 Por consiguiente, en el acto Abner envió mensajeros a David que dijeron: “¿A quién pertenece el país?”, y añadieron: “Celebra conmigo tu pacto, sí, y, ¡mira!, mi mano estará contigo para volver a tu lado a todo Israel”.+ 13 A lo cual él dijo: “¡Bien! Yo mismo celebraré contigo un pacto. Solo una cosa hay que te pido, diciendo: ‘No puedes verme el rostro+ a menos que primero traigas a Mical,+ hija de Saúl, cuando vengas a ver mi rostro’”. 14 Además, David envió mensajeros a Is-bóset,+ hijo de Saúl, diciendo: “Entrégame mi esposa Mical, sí, a quien comprometí conmigo por cien prepucios+ de los filisteos”. 15 De modo que Is-bóset envió y se la quitó a su esposo,* Paltiel*+ hijo de Lais. 16 Pero su esposo siguió andando con ella, llorando mientras anduvo en pos de ella hasta Bahurim.+ Entonces le dijo Abner: “¡Anda, vuélvete!”. Ante esto, se volvió.

17 Entretanto, Abner había llegado a realizar comunicación con los ancianos de Israel, y dijo: “Tanto ayer como antes de eso+ ustedes resultaron estar buscando a David por rey sobre ustedes. 18 Y ahora actúen, porque Jehová mismo dijo a David: ‘Por la mano de David+ mi siervo salvaré a mi pueblo Israel de la mano de los filisteos y de la mano de todos sus enemigos’”. 19 Entonces Abner también habló a oídos de Benjamín,+ después de lo cual Abner también fue a hablar a oídos de David en Hebrón todo lo que era bueno a los ojos de Israel y a los ojos de toda la casa de Benjamín.

20 Cuando Abner vino a David, en Hebrón, y con él veinte hombres, David procedió a hacer un banquete+ para Abner y los hombres que estaban con él. 21 Entonces Abner dijo a David: “Déjame levantarme e ir y juntar a todo Israel a mi señor el rey, para que celebren contigo un pacto, y ciertamente llegarás a ser rey sobre todo lo que tu alma desee con vehemencia”.+ Así que David envió a Abner, y él procedió a irse en paz.+

22 Y sucedió que los siervos de David, y Joab, venían de una incursión, y era abundante el despojo+ que traían consigo. En cuanto a Abner, él no estaba con David en Hebrón, porque este lo había enviado, y seguía su camino en paz. 23 Y entraron Joab+ y todo el ejército que estaba con él, y entonces se dio informe a Joab, diciendo: “Abner+ hijo de Ner+ vino al rey, y él procedió a enviarlo, y va por su camino en paz”. 24 De modo que Joab entró a donde el rey y dijo: “¿Qué has hecho?+ ¡Mira! Abner ha venido a ti. ¿Por qué lo enviaste de modo que se fue con éxito? 25 Tú conoces bien a Abner hijo de Ner,* que para embaucarte vino, y para enterarse de tu salida y de tu entrada+ y para enterarse de todo lo que estás haciendo”.+

26 Con eso, Joab salió de delante de David y envió mensajeros tras Abner, y ellos entonces lo hicieron volver+ de la cisterna de Sirá; y David mismo no supo de ello. 27 Cuando Abner volvió a Hebrón,+ Joab entonces lo condujo aparte, dentro de la puerta, para hablar con él en quietud.+ Sin embargo, allí lo hirió en el abdomen,+ de modo que él murió, a causa de la sangre de Asahel+ su hermano. 28 Cuando David lo oyó después, dijo en seguida: “Yo y mi reino, desde el punto de vista de Jehová, somos inocentes para tiempo indefinido de culpa de sangre+ por Abner hijo de Ner. 29 ¡Que vuelva remolineando sobre la cabeza+ de Joab y sobre toda la casa de su padre, y no sea cortado de la casa de Joab+ hombre que padezca flujo,+ o leproso,+ u hombre que asga el huso giratorio,+ o uno que caiga a espada, o uno que tenga necesidad de pan!”.+ 30 En cuanto a Joab y Abisai+ su hermano, ellos mataron a Abner+ por el hecho de que él había dado muerte a Asahel el hermano de ellos en Gabaón, en la batalla.+

31 Entonces David dijo a Joab y a toda la gente que estaba con él: “Rasguen sus prendas de vestir+ y átense saco+ y plañan delante de Abner”. Hasta el rey David iba andando detrás del lecho. 32 Y el entierro de Abner se efectuó en Hebrón; y el rey empezó a alzar la voz y llorar junto a la sepultura de Abner, y todo el pueblo se entregó al llanto.+ 33 Y el rey pasó a salmodiar sobre Abner y a decir:

“¿Como con la muerte de una persona insensata+ debía morir Abner?

34 Tus manos no habían sido [manos] atadas,+

y tus pies no habían sido puestos en grilletes de cobre.+

Como quien cae delante de los hijos de la injusticia+ has caído tú”.

Ante eso, todo el pueblo volvió a llorar+ por él.

35 Más tarde, toda la gente vino a dar a David pan+ para consolación mientras todavía era aquel día, pero David juró, y dijo: “¡Así me haga Dios+ y así añada a ello, si antes de ponerse el sol+ pruebo yo pan o cosa alguna!”. 36 Y todo el pueblo mismo lo notó, y fue bueno a sus ojos. Como todo lo que hacía el rey, fue bueno a los ojos de todo el pueblo.+ 37 Y toda la gente y todo Israel llegó a saber aquel día que no había provenido del rey el dar muerte a Abner hijo de Ner.+ 38 Y el rey pasó a decir a sus siervos: “¿No saben que es un príncipe y un gran personaje el que ha caído el día de hoy en Israel?+ 39 Y hoy yo soy débil, aunque ungido+ por rey, y estos hombres, los hijos de Zeruyá,+ son demasiado severos para mí.+ Pague Jehová al hacedor de lo malo conforme a su propia maldad”.+

4 Cuando el hijo+ de Saúl oyó que Abner había muerto en Hebrón,+ entonces se le debilitaron las manos,+ y todos los israelitas mismos se perturbaron. 2 Y había dos hombres, jefes de las partidas merodeadoras,+ que pertenecían al hijo de Saúl;* el nombre de uno era Baanah y el nombre del otro Recab, hijos de Rimón el beerotita, de los hijos de Benjamín; porque Beerot,+ también, solía contarse como parte de Benjamín. 3 Y los beerotitas se fueron huyendo a Guitaim,+ y llegaron a ser residentes forasteros allí hasta el día de hoy.

4 Ahora bien, Jonatán,+ hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado de los pies.+ Cinco años de edad tenía este cuando el informe acerca de Saúl y Jonatán vino de Jezreel;+ y su nodriza empezó a llevarlo y a huir, pero aconteció que, como ella estaba corriendo en pánico para huir, él entonces cayó y quedó cojo. Y su nombre era Mefibóset.+

5 Y los hijos de Rimón el beerotita, Recab y Baanah, procedieron a ir y venir a la casa de Is-bóset+ más o menos cuando se había hecho caluroso el día, al tiempo que él estaba durmiendo su siesta del mediodía. 6 Y he aquí que entraron hasta el centro de la casa como hombres que venían a buscar trigo, y luego lo hirieron en el abdomen;+ y Recab y Baanah+ su hermano escaparon sin ser descubiertos. 7 Cuando entraron en la casa, él estaba acostado sobre su lecho en su alcoba interior, y entonces lo hirieron de modo que lo hicieron morir,+ después de lo cual le quitaron la cabeza+ y tomaron su cabeza y anduvieron por el camino del Arabá toda la noche. 8 Por fin llegaron llevando la cabeza de Is-bóset+ a David, a Hebrón, y dijeron al rey: “Aquí está la cabeza de Is-bóset hijo de Saúl, tu enemigo+ que buscaba tu alma;+ pero Jehová da a mi señor el rey desquite+ el día de hoy contra Saúl y su prole”.

9 Sin embargo, David contestó a Recab y a Baanah su hermano, hijos de Rimón el beerotita, y les dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová+ que ha redimido+ mi alma+ de toda angustia,+ 10 cuando hubo uno que me hizo el informe,+ diciendo: ‘He aquí que Saúl está muerto’, y él mismo se hizo a sus propios ojos como portador de buenas noticias, yo, sin embargo, le eché mano y lo maté+ en Ziqlag cuando [de parte mía] era debido darle albricias de mensajero; 11 ¿con cuánta más razón cuando hombres inicuos+ mismos han matado a un hombre justo en su propia casa sobre su cama? Y ahora, ¿no debería yo requerir de manos de ustedes la sangre de él,+ y no tengo yo que eliminarlos de la tierra?”.+ 12 Con eso, David dio orden a los jóvenes, y ellos los mataron+ y les cortaron las manos y los pies, y los colgaron+ junto al estanque de Hebrón; y tomaron la cabeza de Is-bóset y entonces la enterraron en la sepultura de Abner, en Hebrón.+

5 Con el tiempo todas las tribus de Israel vinieron a David,+ en Hebrón,+ y dijeron: “¡Mira! Nosotros mismos somos hueso tuyo y carne tuya.+ 2 Tanto ayer como antes de eso,+ mientras Saúl se hallaba como rey sobre nosotros, tú mismo llegaste a ser quien hacía salir a Israel y lo hacía entrar.+ Y Jehová procedió a decirte: ‘Tú mismo pastorearás+ a mi pueblo Israel, y tú mismo llegarás a ser caudillo+ sobre Israel’”. 3 Así que todos los ancianos*+ de Israel vinieron al rey, en Hebrón, y el rey David celebró un pacto+ con ellos en Hebrón delante de Jehová; después de lo cual ellos ungieron+ a David por rey sobre Israel.*+

4 Treinta años de edad tenía David cuando llegó a ser rey. Por cuarenta años+ reinó. 5 En Hebrón reinó sobre Judá por siete años y seis meses;+ y en Jerusalén+ reinó por treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. 6 Por consiguiente, el rey y sus hombres fueron a Jerusalén contra los jebuseos+ que habitaban la tierra, y ellos empezaron a decir a David: “No entrarás tú aquí, sino que los ciegos y los cojos ciertamente te rechazarán”,+ pues ellos pensaban: “David no entrará aquí”. 7 A pesar de eso, David procedió a tomar la fortaleza de Sión,+ es decir, la Ciudad de David.+ 8 Así que David dijo en aquel día: “¡Cualquiera que hiera a los jebuseos,+ encuéntrese, por medio del túnel del agua,+ tanto con los cojos como con los ciegos, odiosos al alma de David!”. Por eso dicen: “El ciego y el cojo no entrarán en la casa”. 9 Y David se puso a morar en la fortaleza, y se le llegó a llamar la Ciudad de David; y David empezó a edificar todo en derredor, desde el Montículo*+ y hacia dentro. 10 Así David siguió haciéndose cada vez más grande,+ y Jehová el Dios de los ejércitos*+ estaba con él.+

11 E Hiram+ el rey de Tiro procedió a enviar mensajeros+ a David, y también árboles de cedro+ y trabajadores en [obras de] madera y trabajadores en [obras de] piedra para muros, y empezaron a edificar una casa para David.+ 12 Y David llegó a saber que Jehová lo había establecido firmemente como rey sobre Israel+ y que había ensalzado+ su reino por causa de su pueblo Israel.+

13 Entretanto, David siguió tomando más concubinas+ y esposas+ de Jerusalén después que vino de Hebrón; y continuaron naciéndole a David más hijos e hijas. 14 Y estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa+ y Sobab+ y Natán+ y Salomón,+ 15 e Ibhar y Elisúa+ y Néfeg+ y Jafía,+ 16 y Elisamá+ y Eliadá y Elifélet.+

17 Y los filisteos llegaron a oír que se había ungido a David por rey sobre Israel.+ Ante eso, todos los filisteos subieron para buscar a David. Cuando David lo oyó, entonces bajó al lugar de difícil acceso.+ 18 Y los filisteos, por su parte, entraron y se pusieron a andar a paso fuerte en la llanura baja de Refaím.+ 19 Y David empezó a inquirir+ de Jehová, diciendo: “¿Subo contra los filisteos? ¿Los darás en mi mano?”. Ante esto, Jehová dijo a David: “Sube, porque sin falta daré a los filisteos en tus manos”.+ 20 De modo que David vino a Baal-perazim,+ y David logró derribarlos allí. Por lo cual dijo: “Jehová ha irrumpido a través de mis enemigos+ delante de mí, como una brecha hecha por aguas”. Por eso llamó a aquel lugar por nombre Baal-perazim.*+ 21 En consecuencia, ellos dejaron allí sus ídolos,*+ y David y sus hombres se los llevaron.+

22 Más tarde los filisteos volvieron a subir,+ y anduvieron a paso fuerte en la llanura baja de Refaím.+ 23 Ante esto, David inquirió+ de Jehová, pero él dijo: “No debes subir. Da la vuelta a la zaga de ellos, y tienes que venir contra ellos enfrente de los arbustos bekja.*+ 24 Y suceda que, cuando oigas el sonido de un marchar* en las copas de los arbustos bekja, actúa en ese tiempo con decisión,+ porque en ese tiempo Jehová habrá salido delante de ti para derribar el campamento de los filisteos”.+ 25 Por lo tanto David lo hizo así, tal como le había mandado Jehová,+ y fue derribando+ a los filisteos desde Gueba*+ hasta Guézer.+

6 Y David procedió de nuevo a reunir a todos los hombres selectos de Israel,+ treinta mil. 2 Entonces David y toda la gente que estaba con él se levantaron y fueron a Baale-judá+ para hacer subir de allí el arca+ del Dios [verdadero], donde se invoca un nombre, el nombre+ de Jehová de los ejércitos,+ sentado sobre los querubines.+ 3 Sin embargo, hicieron que el arca del Dios [verdadero] viniera montada en un carruaje nuevo,+ para llevarla de la casa de Abinadab,+ que estaba en la colina; y Uzah y Ahió,+ hijos de Abinadab, iban conduciendo el carruaje nuevo.

4 De modo que lo llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina.⁠.⁠. con el arca del Dios [verdadero]; y Ahió iba andando delante del Arca. 5 Y David y toda la casa de Israel venían celebrando delante de Jehová con toda suerte de instrumentos de madera de enebro y con arpas+ y con instrumentos de cuerda+ y con panderetas+ y con sistros* y con címbalos.+ 6 Y gradualmente llegaron hasta la era de Nacón,* y Uzah+ ahora alargó [la mano] al arca del Dios [verdadero] y la agarró,+ porque las reses vacunas casi causaron un vuelco. 7 Ante aquello, la cólera de Jehová+ se encendió contra Uzah, y el Dios [verdadero] lo derribó+ allí por el acto irreverente, de modo que murió allí cerca del arca del Dios [verdadero].+ 8 Y David se encolerizó debido a que Jehová había irrumpido en una ruptura contra Uzah, y a aquel lugar se le llegó a llamar Pérez-uzah* hasta el día de hoy.+ 9 Y a David le dio miedo de Jehová+ en aquel día, y empezó a decir: “¿Cómo vendrá a mí el arca de Jehová?”.+ 10 Y David no quiso remover el arca de Jehová [y traerla] a sí, en la Ciudad de David.+ De modo que David hizo que la llevaran aparte, a la casa de Obed-edom+ el guitita.+

11 Y el arca de Jehová siguió morando en casa de Obed-edom el guitita tres meses; y Jehová siguió bendiciendo+ a Obed-edom y a toda su casa.+ 12 Por fin se hizo el informe al rey David, diciendo: “Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo suyo por razón del arca del Dios [verdadero]”. Por lo cual David procedió a ir y hacer sacar y subir el arca del Dios [verdadero] de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David, con regocijo.+ 13 Y acontecía que, cuando los portadores+ del arca de Jehová habían marchado seis pasos, él sacrificaba inmediatamente un toro y un [animal] cebado.+

14 Y David iba danzando en derredor delante de Jehová con todo su poder, y David estaba ceñido con un efod+ de lino. 15 Y David y toda la casa de Israel venían subiendo el arca+ de Jehová con gozosa gritería+ y son de cuerno.+ 16 Y sucedió que, cuando el arca de Jehová entró en la Ciudad de David, Mical+ misma, hija de Saúl, miró por la ventana y llegó a ver al rey David saltando y danzando en derredor delante de Jehová; y empezó a despreciarlo+ en su corazón.+ 17 Así que introdujeron el arca de Jehová y la colocaron en su lugar dentro de la tienda que David había asentado para ella;+ después de lo cual David ofreció sacrificios quemados+ y sacrificios de comunión+ delante de Jehová. 18 Cuando David hubo acabado de ofrecer los sacrificios quemados y los sacrificios de comunión, entonces bendijo+ al pueblo en el nombre de Jehová+ de los ejércitos. 19 Además, repartió proporcionalmente+ a todo el pueblo, a la entera muchedumbre de Israel, así a hombre como a mujer, a cada uno, una torta anular de pan y una torta de dátiles y una torta de pasas,+ después de lo cual toda la gente se fue, cada uno a su propia casa.

20 David ahora se volvió para bendecir a su propia casa,+ y Mical+ hija de Saúl vino saliendo al encuentro de David, y entonces dijo: “¡Cuán glorioso se hizo hoy el rey de Israel+ cuando se descubrió hoy a los ojos de las esclavas de sus siervos, tal como uno de los casquivanos* se descubre completamente!”.+ 21 Ante esto, David dijo a Mical: “Fue delante de Jehová, que* me escogió a mí más bien que a tu padre y toda su casa para ponerme al mando+ como caudillo sobre el pueblo de Jehová, Israel, y ciertamente celebraré delante de Jehová.+ 22 Y ciertamente haré que se me estime en poco aun a mayor grado que esto,+ y de veras me haré bajo a mis* ojos; y con las esclavas a quienes tú mencionaste, con ellas estoy resuelto a glorificarme”.+ 23 Así que, en cuanto a Mical,+ hija de Saúl, no llegó a tener hijo alguno hasta el día de su muerte.

7 Y aconteció que, cuando el rey moraba en su propia casa+ y Jehová mismo le había dado descanso de todos sus enemigos en derredor,+ 2 entonces el rey dijo a Natán+ el profeta: “Ve esto: yo moro en una casa de cedros+ mientras el arca del Dios [verdadero] mora en medio de telas de tienda”.+ 3 Ante esto, Natán dijo al rey: “Todo lo que esté en tu corazón.⁠.⁠. anda, hazlo,+ porque Jehová está contigo”.

4 Y aquella noche aconteció que la palabra+ de Jehová vino a Natán, y dijo: 5 “Ve, y tienes que decir a mi siervo David: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “¿Debes tú mismo edificarme una casa para que more en ella?+ 6 Porque yo no he morado en una casa desde el día en que hice subir de Egipto a los hijos de Israel hasta el día de hoy,+ sino que estuve andando+ de continuo en una tienda+ y en un tabernáculo.+ 7 Durante todo el tiempo que he estado andando entre todos los hijos de Israel,+ ¿hubo una palabra que hablara yo con una de las tribus* de Israel+ a las que mandé pastorear a mi pueblo Israel, diciendo: ‘¿Por qué no me han edificado ustedes una casa de cedros?’”’. 8 Y ahora esto es lo que dirás a mi siervo David: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Yo mismo te tomé del apacentadero, de seguir al rebaño,+ para que llegaras a ser caudillo+ sobre mi pueblo Israel. 9 Y resultaré estar contigo adondequiera que en efecto vayas,+ y ciertamente cortaré a todos tus enemigos de delante de ti;+ y ciertamente haré para ti un gran nombre,+ como el nombre de los grandes que hay en la tierra. 10 Y ciertamente señalaré un lugar+ para mi pueblo Israel y lo plantaré,+ y realmente residirá donde está, y ya no se le perturbará; y los hijos de la injusticia no volverán a afligirlo como lo hicieron al principio,+ 11 aun desde el día en que puse jueces+ al mando sobre mi pueblo Israel; y ciertamente te daré descanso de todos tus enemigos.+

”’”Y Jehová te ha declarado que una casa+ es lo que Jehová hará para ti. 12 Cuando se cumplan tus días,+ y tengas que yacer con tus antepasados,+ entonces yo ciertamente levantaré tu descendencia después de ti, que saldrá de tus entrañas; y realmente estableceré con firmeza su reino.+ 13 Él es el que edificará una casa para mi nombre,+ y ciertamente estableceré el trono de su reino firmemente hasta tiempo indefinido.+ 14 Yo mismo llegaré a ser su padre,+ y él mismo llegará a ser mi hijo.+ Cuando él haga mal, entonces ciertamente lo censuraré con la vara+ de hombres y con los golpes de los hijos de Adán.* 15 En cuanto a mi bondad amorosa,* no se apartará de él como se la quité a Saúl,+ a quien quité por motivo de ti. 16 Y tu casa y tu reino ciertamente serán estables hasta tiempo indefinido delante de ti; tu mismísimo trono llegará a ser un [trono] firmemente establecido hasta tiempo indefinido”’”.+

17 Conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta visión fue como Natán habló a David.+

18 Ante eso, el rey David entró y se sentó delante de Jehová y dijo: “¿Quién soy yo,+ oh Señor Soberano Jehová? ¿Y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí? 19 Como si esto aun fuera cosa pequeña a tus ojos, oh Señor Soberano Jehová, sin embargo, también hablas respecto a la casa de tu siervo hasta para un tiempo del futuro lejano; y esta es la ley dada para la humanidad,*+ oh Señor Soberano Jehová.+ 20 ¿Y qué más puede añadir David y hablarte, cuando tú mismo conoces bien a tu siervo,+ oh Señor Soberano Jehová? 21 Por amor a tu palabra+ y de acuerdo con tu propio corazón+ has hecho todas estas cosas grandes para hacer que tu siervo las conozca.+ 22 Por eso eres realmente grande,+ oh Señor Soberano Jehová; porque no hay otro como tú,+ y no hay Dios fuera de ti+ entre todos aquellos acerca de quienes hemos oído con nuestros oídos. 23 ¿Y qué nación por sí* en la tierra es como tu pueblo Israel,+ a quien Dios fue a redimírselo como pueblo+ y a asignarse un nombre+ y a hacer para ellos* cosas grandes e inspiradoras de temor+.⁠.⁠. a expulsar* debido a tu pueblo —a quien te has redimido+ de Egipto— a las naciones y sus dioses? 24 Y procediste a establecer a tu pueblo Israel+ firmemente para ti como pueblo tuyo hasta tiempo indefinido; y tú mismo, oh Jehová, has llegado a ser su Dios.+

25 ”Y ahora, Jehová Dios,* la palabra que has hablado respecto a tu siervo y respecto a su casa, realízala hasta tiempo indefinido y haz tal como has hablado.+ 26 Y llegue a ser grande tu propio nombre hasta tiempo indefinido,+ y que se diga: ‘Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel’,+ y que la mismísima casa de tu siervo David llegue a ser firmemente establecida delante de ti.+ 27 Porque tú, Jehová de los ejércitos el Dios de Israel, has hecho una revelación al oído de tu siervo, diciendo: ‘Una casa te edificaré’.+ Por eso tu siervo ha cobrado corazón* para orarte con esta oración.+ 28 Y ahora, oh Señor Soberano Jehová, tú eres el Dios [verdadero]; y en cuanto a tus palabras, resulten ser verdad,*+ ya que prometes a tu siervo este bien.+ 29 Y ahora tómalo a tu cargo y bendice+ la casa de tu siervo [para que esta] continúe hasta tiempo indefinido delante de ti;+ porque tú mismo, oh Señor Soberano Jehová, has prometido, y debido a tu bendición sea bendita la casa de tu siervo hasta tiempo indefinido”.+

8 Y después de aquello aconteció que David procedió a derribar a los filisteos+ y a sojuzgarlos,+ y David logró tomar de mano de los filisteos a Meteg-amá.

2 Y pasó a derribar a los moabitas+ y a medirlos con un cordel, haciendo que se acostaran* sobre la tierra, para medir dos cordeles para darles muerte, y un cordel completo para conservarlos vivos;+ y los moabitas llegaron a ser siervos de David+ para llevar tributo.*+

3 Y David pasó a derribar a Hadadézer*+ hijo de Rehob el rey de Zobá+ mientras este iba para poner de nuevo su control junto al río Éufrates.*+ 4 Y David logró capturar de él mil setecientos hombres de a caballo y veinte mil hombres de a pie;+ y David procedió a desjarretar+ todos los caballos de los carros,+ pero dejó que quedaran de ellos cien caballos* de carro.

5 Cuando Siria* de Damasco+ vino para ayudar a Hadadézer el rey de Zobá, David entonces derribó entre los sirios a veintidós mil hombres.+ 6 Además, David puso guarniciones+ en Siria de Damasco; y los sirios llegaron a ser siervos de David para llevar tributo.+ Y Jehová continuó salvando a David dondequiera que fue.+ 7 Además, David tomó los escudos circulares+ de oro que se hallaban sobre los siervos de Hadadézer y los trajo a Jerusalén. 8 Y de Bétah* y de Berotai, ciudades de Hadadézer, el rey David tomó cobre en muy grande cantidad.+

9 Ahora bien, Toi* el rey de Hamat+ llegó a oír que David había derribado toda la fuerza militar de Hadadézer.+ 10 Por lo tanto Toi envió a Joram su hijo al rey David para preguntarle acerca de su bienestar+ y felicitarlo* por el hecho de que había peleado contra Hadadézer de tal manera que lo había derribado (pues Hadadézer había llegado a estar entrenado en guerrear contra Toi); y en su mano se hallaban objetos de plata y objetos de oro y objetos de cobre.+ 11 Estos también los santificó* el rey David a Jehová, junto con la plata y el oro que había santificado de todas las naciones que había sojuzgado:+ 12 de Siria y de Moab+ y de los hijos de Ammón y de los filisteos+ y de Amaleq+ y del despojo de Hadadézer hijo de Rehob el rey de Zobá.+ 13 Y David procedió a hacer un nombre cuando volvió de derribar a los edomitas* en el valle de la Sal+.⁠.⁠. dieciocho mil.+ 14 Y mantuvo guarniciones colocadas en Edom.+ En todo Edom colocó guarniciones, y todos los edomitas llegaron a ser siervos de David;+ y Jehová siguió salvando a David dondequiera que fue.+

15 Y David siguió reinando sobre todo Israel;+ y de continuo David ejecutaba decisión judicial y justicia+ para todo su pueblo.+ 16 Y Joab+ hijo de Zeruyá estaba sobre el ejército; y Jehosafat+ hijo de Ahilud era registrador.* 17 Y Sadoc+ hijo de Ahitub y Ahimélec+ hijo de Abiatar* eran sacerdotes, y Seraya era secretario. 18 Y Benaya*+ hijo de Jehoiadá [estaba sobre]* los keretitas+ y los peletitas.+ En cuanto a los hijos de David, llegaron a ser sacerdotes.*+

9 Y David procedió a decir: “¿Hay todavía alguno que quede de la casa de Saúl, para que yo pueda ejercerle bondad amorosa+ por causa de Jonatán?”.+ 2 Ahora bien, la casa de Saúl tenía un siervo cuyo nombre era Zibá.+ De modo que lo llamaron a David, y el rey entonces le dijo: “¿Eres tú Zibá?”, a lo cual él dijo: “Soy tu siervo”. 3 Y el rey pasó a decir: “¿No hay nadie ya de la casa de Saúl, para que yo pueda ejercerle la bondad amorosa de Dios?”.+ Ante esto, Zibá dijo al rey: “Hay todavía un hijo de Jonatán, lisiado de los pies”.+ 4 Entonces le dijo el rey: “¿Dónde está?”. De modo que Zibá dijo al rey: “¡Mira! Está en casa de Makir+ hijo de Amiel, en Lo-debar”.+

5 El rey David envió inmediatamente y lo tomó de la casa de Makir hijo de Amiel, en Lo-debar. 6 Cuando Mefibóset hijo de Jonatán hijo de Saúl entró donde estaba David, en seguida cayó sobre su rostro y se postró.+ Entonces David dijo: “¡Mefibóset!”, a lo que él dijo: “Aquí está tu siervo”. 7 Y David pasó a decirle: “No tengas miedo, porque sin falta ejerceré bondad amorosa+ para contigo por causa de Jonatán tu padre;+ y tengo que devolverte todo el campo+ de Saúl tu abuelo,* y tú mismo comerás pan a mi mesa constantemente”.+

8 Ante aquello, él se postró y dijo: “¿Qué es tu siervo, para que hayas vuelto tu rostro a un perro muerto+ como soy?”. 9 El rey ahora llamó a Zibá, el servidor de Saúl, y le dijo: “Todo lo que había llegado a pertenecer a Saúl y a toda su casa lo doy+ en efecto al nieto* de tu amo. 10 Y tienes que cultivarle el suelo, tú y tus hijos y tus siervos, y tienes que hacer la recolección, y tiene que servir de alimento* para [los que pertenecen] al nieto* de tu amo,* y tienen que comer; pero Mefibóset mismo, el nieto de tu amo, comerá pan a mi mesa constantemente”.+

Ahora bien, Zibá tenía quince hijos y veinte siervos.+ 11 Así que Zibá dijo al rey: “Conforme a todo lo que mi señor el rey manda a su siervo, así lo hará tu siervo; pero Mefibóset+ está comiendo a mi mesa* como uno de los hijos del rey”. 12 Ahora bien, Mefibóset tenía un hijo jovencito* cuyo nombre era Micá,+ y todos los que moraban en la casa de Zibá eran siervos de Mefibóset. 13 Y Mefibóset mismo estuvo morando en Jerusalén, porque comía constantemente a la mesa del rey;+ y era cojo de ambos pies.+

10 Y después de esto aconteció que murió el rey de los hijos de Ammón,+ y Hanún su hijo empezó a reinar en lugar de él.+ 2 Ante esto, David dijo: “Ejerceré bondad amorosa para con Hanún hijo de Nahás, tal como su padre ejerció bondad amorosa para conmigo”.+ Por consiguiente, David envió por medio de sus siervos+ a consolarlo en cuanto a su padre, y los siervos de David procedieron a entrar en la tierra de los hijos de Ammón. 3 Sin embargo, los príncipes de los hijos de Ammón dijeron a Hanún su señor: “¿Está David honrando a tu padre a tus ojos al haberte enviado consoladores? ¿No es a fin de explorar la ciudad* y para espiarla+ y para derribarla para lo que David te ha enviado sus siervos?”.+ 4 De modo que Hanún tomó a los siervos de David y les afeitó la mitad de la barba+ y les cortó sus prendas de vestir por la mitad, hasta las nalgas, y los envió.+ 5 Más tarde, ciertas personas informaron esto a David, y él en seguida envió a encontrarlos, porque los hombres habían llegado a sentirse muy humillados; y el rey pasó a decir: “Moren en Jericó+ hasta que les crezca abundantemente la barba. Entonces tienen que volver”.

6 Con el tiempo los hijos de Ammón vieron que se habían hecho hediondos+ a David, y los hijos de Ammón procedieron a enviar a alquilar a sirios de Bet-rehob+ y a sirios de Zobá,+ veinte mil hombres de a pie, y al rey de Maacá,+ mil hombres, y a Istob,* doce mil hombres. 7 Cuando David lo oyó, entonces envió a Joab y a todo el ejército [y] los hombres poderosos.*+ 8 Y los hijos de Ammón empezaron a salir y a disponerse en orden de batalla a la entrada de la puerta,* también los sirios de Zobá y de Rehob,+ e Istob y Maacá aparte, en el campo abierto.+

9 Cuando Joab vio que las cargas de la batalla habían llegado a estar contra él desde el frente y desde atrás, en seguida escogió algunos de todos los hombres selectos+ de Israel y los dispuso en orden para encontrarse con los sirios. 10 Y dio a la demás gente en mano de Abisai+ su hermano, para que los dispusiera en orden para encontrarse con los hijos de Ammón.+ 11 Y pasó a decir: “Si los sirios se ponen demasiado fuertes para mí, entonces tienes que servirme de salvación; pero si los hijos mismos de Ammón se ponen demasiado fuertes para ti, entonces yo tengo que venir a salvarte.+ 12 Sé fuerte, para que nos mostremos animosos+ a favor de nuestro pueblo y a favor de las ciudades de nuestro Dios;+ y en cuanto a Jehová, él hará lo que es bueno a sus propios ojos”.+

13 Entonces Joab y la gente que estaba con él avanzaron a la batalla contra los sirios, y estos se fueron huyendo de delante de él.+ 14 En cuanto a los hijos de Ammón, vieron que los sirios habían huido, y ellos se dieron a la fuga de delante de Abisai y por eso entraron en la ciudad.+ Después de aquello Joab regresó de los hijos de Ammón y vino a Jerusalén.+

15 Cuando los sirios vieron que habían sido derrotados delante de Israel, procedieron a reunirse. 16 De modo que Hadadézer+ envió y sacó a los sirios que estaban en la región del Río;+ y entonces llegaron a Helam,* con Sobac+ el jefe del ejército de Hadadézer delante de ellos.

17 Cuando se le hizo el informe a David, él inmediatamente reunió a todo Israel y cruzó el Jordán y llegó a Helam. Los sirios ahora se dispusieron en orden para encontrarse con David, y empezaron a pelear contra él.+ 18 Y los sirios se pusieron a huir+ de delante de Israel; y David logró matar de los sirios a setecientos conductores de carros+ y a cuarenta mil hombres de a caballo, y a Sobac el jefe de su ejército lo derribó de modo que este murió allí.+ 19 Cuando todos los reyes,+ los siervos de Hadadézer, vieron que habían sido derrotados delante de Israel,+ prontamente hicieron la paz con Israel y se pusieron a servirle;+ y los sirios tuvieron miedo de seguir tratando de salvar a los hijos de Ammón.+

11 Y a la vuelta del año,*+ al tiempo en que suelen salir los reyes a campaña,+ aconteció que David procedió a enviar a Joab y a sus siervos con él, y a todo Israel, para que arruinaran a los hijos de Ammón+ y sitiaran a Rabá,+ mientras David moraba en Jerusalén.

2 Y al tiempo del atardecer aconteció que David procedió a levantarse de su cama y a pasearse sobre la azotea+ de la casa del rey; y desde la azotea alcanzó a ver+ a una mujer que estaba bañándose,* y la mujer era de muy buena apariencia.+ 3 Entonces envió David y preguntó acerca de la mujer,+ y alguien dijo: “¿No es esta Bat-seba+ hija de Eliam*+ la esposa de Urías+ el hitita?”.+ 4 Después de aquello David envió mensajeros para poder tomarla.+ De modo que ella entró a donde él,+ y él se acostó con ella,+ mientras ella estaba santificándose de su inmundicia.+ Más tarde ella regresó a su casa.

5 Y la mujer quedó encinta. Por lo tanto ella envió e informó a David y dijo: “Estoy encinta”. 6 Por lo cual David envió [mensaje] a Joab, diciendo: “Envíame a Urías el hitita”. De modo que Joab envió a Urías a donde David. 7 Cuando Urías vino a él, David empezó a preguntar cómo le iba a Joab y cómo le iba a la gente y cómo iba la guerra. 8 Por fin David dijo a Urías: “Baja a tu casa y lávate los pies”.+ Por consiguiente, Urías salió de la casa del rey, y el obsequio del rey* salió tras él. 9 Sin embargo, Urías se acostó a la entrada de la casa del rey con todos los demás siervos de su señor, y no bajó a su propia casa. 10 De modo que se lo informaron a David, diciendo: “Urías no bajó a su propia casa”. Ante aquello, David dijo a Urías: “¿No es de un viaje que has entrado? ¿Por qué no has bajado a tu propia casa?”. 11 Ante esto, Urías dijo a David: “El Arca+ e Israel y Judá están morando en cabañas, y mi señor Joab y los siervos de mi señor+ están acampados sobre la faz del campo, y yo.⁠.⁠. ¿entraré en mi propia casa a comer y beber y acostarme con mi esposa?+ ¡Tan ciertamente como que vives tú y vive tu alma,+ yo no haré esta cosa!”.

12 Entonces David dijo a Urías: “Mora aquí hoy también, y mañana te enviaré”. Por eso Urías siguió morando en Jerusalén aquel día y el día siguiente. 13 Además, David lo llamó para que comiera delante de él y bebiera. De modo que lo emborrachó.+ No obstante, este salió por la tarde para acostarse en su cama con los siervos de su señor, y no bajó a su propia casa. 14 Y por la mañana aconteció que David procedió a escribir una carta+ a Joab y a enviarla por mano de Urías. 15 De modo que escribió en la carta, diciendo:+ “Pongan a Urías enfrente de los ataques más pesados de la batalla,+ y tienen que retirarse de detrás de él, y él tiene que ser derribado y morir”.+

16 Y, mientras Joab vigilaba sobre la ciudad, aconteció que mantuvo a Urías puesto en el lugar donde sabía que había hombres valientes.+ 17 Cuando los hombres de la ciudad salieron y se pusieron a pelear contra Joab, entonces cayeron algunos del pueblo, los siervos de David, y Urías el hitita también murió.+ 18 Joab entonces envió para informar a David de todos los asuntos de la guerra. 19 Y se puso a mandar al mensajero, y dijo: “Luego que acabes de hablar al rey de todos los asuntos de la guerra, 20 entonces tiene que suceder que, si sube la furia del rey y él te dice en efecto: ‘¿Por qué tuvieron ustedes que acercarse tanto a la ciudad para pelear? ¿No sabían que ellos dispararían desde encima del muro? 21 ¿Quién fue el que derribó a Abimélec+ hijo de Jerubéset?*+ ¿No fue una mujer que arrojó sobre él una piedra superior de molino+ desde encima del muro, de modo que él murió en Tebez?+ ¿Por qué tuvieron que acercarse tanto al muro?’, entonces tienes que decir: ‘Tu siervo Urías el hitita murió también’”.+

22 Así que el mensajero se fue y vino y refirió a David todo aquello acerca de lo cual Joab le había enviado. 23 Y el mensajero pasó a decir a David: “Los hombres resultaron superiores a nosotros, de modo que salieron al campo contra nosotros; pero nosotros seguimos empujándolos precisamente hasta la entrada de la puerta. 24 Y los disparadores siguieron disparando contra tus siervos desde encima del muro,+ de modo que murieron algunos de los siervos del rey; y tu siervo Urías el hitita también murió”.+ 25 Ante esto, David dijo al mensajero: “Esto es lo que dirás a Joab: ‘No parezca malo este asunto a tus ojos, porque la espada lo mismo se come+ al uno que al otro. Haz más intensa tu batalla contra la ciudad y échala abajo’.+ Y anímalo”.

26 Y la esposa de Urías llegó a oír que Urías su esposo había muerto, y se puso a plañir+ por su dueño.*+ 27 Cuando hubo pasado el período de duelo,+ David en seguida envió y la acogió en su casa, y ella llegó a ser su esposa.+ Andando el tiempo, ella le dio a luz un hijo, pero la cosa que David había hecho pareció mala+ a los ojos+ de Jehová.

12 Y Jehová procedió a enviar a Natán+ a David. Por eso él entró a donde él+ y le dijo: “Había dos hombres que se hallaban en una ciudad, el uno rico y el otro de escasos recursos. 2 El rico tenía muchísimas ovejas y ganado vacuno;+ 3 pero el hombre de escasos recursos no tenía más que una cordera, una pequeña, que había comprado.+ Y estaba conservándola viva, y ella estaba creciendo con él y con sus hijos, todos juntos. De su bocado comía y de su copa bebía, y en su seno yacía, y vino a serle como una hija. 4 Después de un tiempo le vino una visita al hombre rico, pero él evitó tomar algo de sus propias ovejas y de su propio ganado vacuno para aderezárselo al viajero que le había venido. De modo que tomó la corderita del hombre de escasos recursos y la aderezó para el hombre que le había venido”.+

5 Ante esto, la cólera de David se enardeció en gran manera contra el hombre,+ de modo que dijo a Natán: “¡Tan ciertamente como que vive Jehová,+ el hombre que hizo esto merece morir!*+ 6 Y por la cordera debe dar compensación+ con cuatro,+ como consecuencia del hecho de que ha hecho esta cosa, y porque no tuvo compasión”.+

7 Entonces Natán dijo a David: “¡Tú mismo eres el hombre! Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Yo mismo te ungí+ por rey sobre Israel, y yo mismo te libré+ de la mano de Saúl. 8 Y me hallé dispuesto a darte la casa de tu señor+ y las esposas de tu señor+ en tu seno, y a darte la casa* de Israel y de Judá.+ Y si no fuera suficiente, estaba dispuesto a añadirte cosas como estas así como otras cosas.+ 9 ¿Por qué despreciaste la palabra de Jehová, haciendo lo que es malo+ a sus ojos? A Urías el hitita lo derribaste a espada,+ y a su esposa la tomaste por esposa tuya,+ y a él lo mataste por la espada de los hijos de Ammón. 10 Y ahora una espada+ no se apartará de tu propia casa hasta tiempo indefinido,+ como consecuencia del hecho de que me despreciaste de modo que tomaste a la esposa de Urías el hitita para que llegara a ser tu esposa’. 11 Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Aquí estoy levantando contra ti calamidad procedente de tu propia casa;+ y ciertamente tomaré a tus esposas ante tus mismos ojos y las daré a tu semejante,+ y él ciertamente se acostará con tus esposas ante los ojos de este sol.+ 12 Mientras que tú mismo obraste en secreto,+ yo, por mi parte, haré esta cosa enfrente de todo Israel+ y enfrente del sol’”.+

13 David ahora dijo+ a Natán: “He pecado contra Jehová”.+ Ante lo cual Natán dijo a David: “Jehová, a su vez, efectivamente deja pasar tu pecado.+ No morirás.+ 14 A pesar de esto, por cuanto indisputablemente has tratado a Jehová con falta de respeto*+ mediante esta cosa, también el hijo mismo, que acaba de nacerte, positivamente morirá”.+

15 Entonces Natán se fue a su propia casa.

Y Jehová procedió a asestar un golpe+ al niño que la esposa de Urías le había dado a luz a David, de modo que enfermó. 16 Y David se puso a buscar al Dios [verdadero] a favor del muchachito, y emprendió David un ayuno rígido+ y entró y pasó la noche y se acostó en la tierra.+ 17 De modo que los ancianos de su casa se levantaron sobre él para levantarlo de la tierra, pero él no consintió, y no tomó pan+ en compañía con ellos. 18 Y al séptimo día aconteció que el niño gradualmente murió. Y los siervos de David tenían miedo de informarle que el niño había muerto; porque decían: “¡Mira! Mientras el niño continuaba vivo sí le hablábamos, y no escuchaba nuestra voz; por eso, ¿cómo podemos decirle: ‘Ha muerto el niño’? Entonces ciertamente hará algo malo”.

19 Cuando David llegó a ver que sus siervos estaban cuchicheando entre sí, David empezó a discernir que el niño había muerto. Así que David dijo a sus siervos: “¿Ha muerto el niño?”. A lo que dijeron: “Ha muerto”. 20 Entonces David se levantó de la tierra y se lavó y se untó+ con aceite y cambió sus mantos y fue a la casa+ de Jehová y se postró;+ después de lo cual entró en su propia casa y pidió, y al punto pusieron pan delante de él, y él empezó a comer. 21 Por lo tanto sus siervos le dijeron: “¿Qué significa esta cosa que has hecho? Por causa del niño, mientras estaba vivo, ayunaste y te quedaste llorando; y tan pronto como el niño hubo muerto te levantaste y empezaste a comer pan”. 22 A esto él dijo: “Mientras el niño estaba todavía vivo, sí ayuné+ y seguí llorando,+ porque me decía: ‘¿Quién hay que sepa si Jehová me haya de mostrar favor, y el niño ciertamente viva?’.+ 23 Ahora que ha muerto, ¿para qué estoy ayunando? ¿Puedo yo hacerlo volver de nuevo?+ Yo estoy yendo a él,+ pero, en cuanto a él, él no volverá a mí”.+

24 Y David empezó a consolar a Bat-seba su esposa.+ Además, fue a ella y se acostó con ella. Andando el tiempo ella dio a luz un hijo,+ y llegó a llamársele por nombre Salomón.*+ Y Jehová mismo sí lo amó.+ 25 De modo que él envió por medio de Natán+ el profeta y lo llamó por nombre Jedidías,* por causa de Jehová.

26 Y Joab+ continuó peleando contra Rabá+ de los hijos de Ammón y logró tomar la ciudad del reino.* 27 Por lo tanto Joab envió mensajeros a David y dijo: “He peleado contra Rabá.+ También he tomado la ciudad de las aguas. 28 Y ahora reúne a la demás gente y acampa contra la ciudad, y tómala; para que yo mismo no sea el que tome la ciudad, y no tenga que llamarse mi nombre sobre ella”.

29 Por consiguiente, David reunió a todo el pueblo y fue a Rabá y peleó contra ella y la tomó. 30 Y llegó a tomar la corona de Malcam* de sobre la cabeza de este,+ y el peso de ella era de un talento* de oro, junto con piedras preciosas; y esta llegó a estar sobre la cabeza de David. Y el despojo+ de la ciudad que él sacó fue muchísimo. 31 Y a la gente que había en ella, la sacó para ponerla a serrar piedras y a [trabajo relativo a] instrumentos agudos de hierro+ y a hachas de hierro, y los hizo servir* en la fabricación de ladrillos. Y así procedió a hacer a todas las ciudades de los hijos de Ammón. Por fin David y todo el pueblo regresaron a Jerusalén.

13 Y después de tales cosas aconteció que Absalón+ hijo de David tenía una hermana hermosa cuyo nombre era Tamar,+ y Amnón+ hijo de David se enamoró+ de ella. 2 Y esto tenía a Amnón tan angustiado que se sentía enfermo+ por causa de Tamar su hermana, porque ella era virgen, y era difícil a los ojos+ de Amnón hacerle cosa alguna.+ 3 Ahora bien, Amnón tenía un compañero cuyo nombre era Jehonadab,*+ hijo de Simeah,+ hermano de David; y Jehonadab era un hombre muy sabio. 4 Así que le dijo: “¿Por qué estás tú, el hijo del rey, tan abatido, mañana a mañana? ¿No quieres informarme?”.+ Ante esto, Amnón le dijo: “De Tamar la hermana+ de Absalón mi hermano estoy enamorado”.+ 5 Ante aquello, Jehonadab le dijo: “Acuéstate en tu cama y fíngete enfermo.+ Y tu padre ciertamente vendrá a verte, y tienes que decirle: ‘Por favor, que entre Tamar mi hermana y me dé pan como a un paciente, y tendrá que hacer el pan de la consolación ante mis ojos para que yo lo vea, y tendré que comer de su mano’”.+

6 Por consiguiente, Amnón se acostó y se fingió enfermo,+ y por lo tanto el rey entró a verlo. Entonces Amnón dijo al rey: “Por favor, que entre Tamar mi hermana y haga ante mis ojos dos tortas en forma de corazón, para que yo, como paciente, tome pan de su mano”. 7 Ante aquello, David envió [recado] a Tamar en la casa, y dijo: “Ve, por favor, a la casa de Amnón tu hermano y hazle el pan de la consolación”. 8 De modo que Tamar fue a casa de Amnón+ su hermano mientras él estaba acostado. Entonces ella tomó la pasta de harina y la amasó e hizo las tortas ante sus ojos y coció las tortas en forma de corazón.* 9 Por fin tomó la sartén honda y la vertió delante de él, pero Amnón rehusó comer, y dijo: “¡Hagan salir a todos de junto a mí!”.+ Entonces todos salieron de donde estaba él.

10 Amnón ahora dijo a Tamar: “Trae el pan de la consolación al cuarto interior, para que, como paciente, lo tome de tu mano”. Por lo tanto Tamar tomó las tortas en forma de corazón que había hecho y las llevó a Amnón su hermano dentro del cuarto interior. 11 Cuando ella se acercó a él para que comiera, él en seguida se agarró+ de ella y le dijo: “Ven, acuéstate+ conmigo, hermana mía”.+ 12 Sin embargo, ella le dijo: “¡No, hermano mío! No me humilles;+ pues no suele hacerse así en Israel.+ No hagas esta locura deshonrosa.+ 13 Y yo.⁠.⁠. ¿adónde haré ir mi oprobio? Y tú.⁠.⁠. tú llegarás a ser como uno de los insensatos en Israel. Y ahora habla, por favor, al rey; porque él no me retendrá de ti”. 14 Y él no consintió en escuchar su voz, sino que usó fuerza superior a la de ella y la humilló+ y se acostó con ella.+ 15 Y Amnón empezó a odiarla con un odio sumamente grande, porque el odio con que la odió fue mayor que el amor con que la había amado, de modo que Amnón le dijo: “¡Levántate, vete!”. 16 Ante esto, ella le dijo: “¡No, hermano mío; porque* esta maldad de enviarme es mayor que la otra que has hecho conmigo!”. Y él no consintió en escucharla.

17 Con eso, él llamó a su servidor que lo atendía y dijo: “Envía a esta persona de junto a mí, por favor, afuera, y echa el cerrojo a la puerta tras ella”. 18 (Ahora bien, ella llevaba puesto un traje talar rayado;+ porque así solían vestir las hijas del rey, las vírgenes, con vestiduras sin mangas.) De modo que su criado procedió a sacarla completamente afuera, y echó el cerrojo a la puerta tras ella. 19 Entonces Tamar se puso ceniza+ sobre la cabeza, y rasgó el traje talar rayado que llevaba puesto; y mantuvo las manos* puestas sobre la cabeza+ y se fue andando de allí, dando gritos al andar.

20 Ante esto, Absalón+ su hermano le dijo: “¿Acaso fue tu hermano Amnón+ quien estuvo contigo? Y ahora, hermana mía, calla. Es tu hermano.+ No pongas tu corazón en este asunto”. Y Tamar empezó a morar, impidiéndosele asociación [con otros], en la casa de Absalón su hermano. 21 Y el rey David mismo oyó todas estas cosas,+ y se encolerizó mucho.+ 22 Y Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; pues Absalón odiaba+ a Amnón por el hecho de que había humillado a Tamar su hermana.

23 Y resultó, después de dos años completos, que Absalón llegó a tener esquiladores+ en Baal-hazor, que está cerca de Efraín;+ y Absalón procedió a invitar a todos los hijos del rey.+ 24 Así que Absalón entró a donde el rey y dijo: “¡Ve que tu siervo tiene esquiladores! Vaya el rey, por favor, y también sus siervos, con tu siervo”. 25 Pero el rey dijo a Absalón: “¡No, hijo mío! No vayamos todos, por favor, para no ser una carga sobre ti”. Aunque siguió instándolo,+ no consintió en ir, pero lo bendijo.+ 26 Por fin dijo Absalón: “Si no [tú], que Amnón mi hermano vaya con nosotros, por favor”.+ A lo que dijo el rey: “¿Por qué debe ir él contigo?”. 27 Y Absalón empezó a instarlo,+ de modo que él envió a Amnón y a todos los hijos del rey* con él.

28 Entonces Absalón dio orden a sus servidores, y dijo: “Vean, por favor, que tan pronto como el corazón de Amnón esté de humor alegre con el vino,+ y yo ciertamente les diga: ‘¡Derriben a Amnón!’, entonces tienen que darle muerte. No tengan miedo.+ ¿No les he dado orden yo mismo a ustedes? Sean fuertes y prueben que son hombres valientes”. 29 Y los servidores de Absalón procedieron a hacer a Amnón tal como Absalón había mandado;+ y todos los otros hijos del rey empezaron a levantarse y a montar cada uno en su mulo* y a huir. 30 Y aconteció que, estando ellos en camino, llegó a David el informe mismo, que decía: “Absalón ha derribado a todos los hijos del rey, y ni siquiera uno de ellos ha quedado”. 31 Ante esto, el rey se levantó y rasgó su ropa+ y se acostó sobre la tierra,+ y todos sus siervos estaban parados junto a él con sus prendas de vestir rasgadas.*+

32 Sin embargo, Jehonadab+ hijo de Simeah,+ hermano de David, respondió y dijo: “No piense mi señor que es a todos los jóvenes, los hijos del rey, a quienes han dado muerte, porque es Amnón solo el que ha muerto,+ porque por orden de Absalón ha ocurrido como algo señalado+ desde el día en que él humilló+ a Tamar su hermana.+ 33 Y ahora no reciba en su corazón mi señor el rey la palabra que dice: ‘Todos los hijos mismos del rey han muerto’; antes bien, es Amnón solo el que ha muerto”.

34 Entretanto, Absalón se puso en fuga.+ Más tarde, el joven, el atalaya,+ alzó los ojos y vio, y, ¡mire!, había mucha gente que venía del camino detrás de él, junto a la falda de la montaña.* 35 Por lo cual Jehonadab+ dijo al rey: “¡Mira! Los hijos mismos del rey han entrado. Conforme a la palabra de tu siervo, así ha sucedido”.+ 36 Y aconteció que, en cuanto acabó de hablar, sucedió que los hijos mismos del rey entraron, y se pusieron a alzar la voz y llorar; y hasta el rey y todos sus siervos lloraron con un llanto sumamente grande. 37 En cuanto a Absalón, huyó para irse a donde Talmai+ hijo de Amihud el rey de Guesur.+ Y [David]* continuó de duelo+ por su hijo todos los días. 38 En cuanto a Absalón, huyó y logró irse a Guesur;+ y llegó a estar allí tres años.

39 Por fin [el alma de]* David el rey anheló salir* a donde Absalón; pues se había consolado respecto de Amnón, porque este estaba muerto.

14 Ahora bien, Joab+ hijo de Zeruyá+ llegó a saber que el corazón del rey estaba [vuelto] hacia Absalón.+ 2 Por consiguiente, Joab envió a Teqoa+ y tomó de allí a una mujer sabia+ y le dijo: “Ponte de duelo, por favor, y vístete, por favor, con prendas de vestir de duelo, y no te untes con aceite;+ y tienes que llegar a ser como una mujer, aquí, que ha estado de duelo muchos días por algún muerto.+ 3 Y tienes que entrar a donde el rey y hablarle una palabra como esta”. Con eso, Joab le puso las palabras en la boca.+

4 Y la mujer de Teqoa procedió a entrar a donde* el rey y a caer a tierra sobre su rostro+ y a postrarse y decir: “¡Salva,+ sí, oh rey!”. 5 Por lo cual el rey le dijo: “¿Qué te pasa?”. A lo que ella dijo: “En realidad soy una mujer enviudada,+ ya que está muerto mi esposo. 6 Y tu sierva tenía dos hijos, y los dos se pusieron a luchar el uno con el otro en el campo,+ sin haber un libertador+ que los separara.* Por fin el uno derribó al otro y le dio muerte. 7 Y sucede que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, y siguen diciendo: ‘¡Entrega al heridor de su hermano, para que le demos muerte por el alma de su hermano+ a quien mató,+ y aniquilemos aun al heredero!’. Y ciertamente extinguirán el brillo de mis brasas que ha quedado, de modo que no se asigne a mi esposo ni nombre ni resto* sobre la superficie del suelo”.+

8 Entonces el rey dijo a la mujer: “Vete a tu casa, y yo mismo daré orden respecto a ti”.+ 9 Por lo tanto, la teqoíta dijo al rey: “Sobre mí, oh mi señor el rey, esté el error, y también sobre la casa de mi padre,+ mientras el rey y su trono queden inocentes”. 10 Y el rey dijo además: “Si hay alguno que te hable, entonces tienes que traérmelo, y nunca volverá a lastimarte”. 11 Pero ella dijo: “Que el rey, por favor, se acuerde de Jehová tu Dios,+ para que el vengador de la sangre+ no esté arruinando de continuo y para que no aniquilen a mi hijo”. A esto él dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová,+ ni un solo cabello+ de tu hijo caerá a tierra”. 12 La mujer ahora dijo: “Permite que tu sierva+ hable, por favor, una palabra+ a mi señor el rey”. De modo que él dijo: “¡Habla!”.+

13 Y la mujer pasó a decir: “¿Por qué, pues, has razonado de esta forma+ contra el pueblo de Dios?+ Al hablar el rey esta palabra es como uno que es culpable,+ por cuanto el rey no hace volver a su propio desterrado.+ 14 Porque sin falta moriremos+ y seremos como aguas que están siendo derramadas sobre la tierra, que no se pueden recoger. Pero Dios no quitará un alma,+ y él ha pensado bien razones por las cuales el desterrado no debe hallarse desterrado de él. 15 Y ahora que he entrado a hablar esta palabra al rey mi señor, es porque la gente me hizo tener miedo. Así que tu sierva dijo: ‘Permítaseme hablar, por favor, al rey. Quizás obre el rey conforme a la palabra de su esclava. 16 Por cuanto el rey procedió a escuchar para librar a su esclava de la palma de la mano del hombre [que procurara] aniquilarnos a mí* y a mi hijo solitario de la herencia dada por Dios’,*+ 17 entonces dijo tu sierva: ‘Que la palabra de mi señor el rey sirva, por favor, para dar descanso’. Porque como un ángel+ del Dios [verdadero], así es mi señor el rey, para distinguir lo que es bueno y lo que es malo,+ y que Jehová tu Dios mismo resulte estar contigo”.

18 El rey ahora contestó y dijo a la mujer: “No escondas de mí, por favor, una cosa acerca de la cual te voy a preguntar”.+ A lo que dijo la mujer: “Hable mi señor el rey, por favor”. 19 Y el rey pasó a decir: “¿Está contigo la mano de Joab+ en todo esto?”.+ Entonces la mujer contestó y dijo: “Tan ciertamente como que vive tu alma,+ oh mi señor el rey, ningún hombre puede ir a la derecha ni a la izquierda de todo lo que ha hablado mi señor el rey; porque fue tu siervo Joab el que me dio orden, y él fue quien puso en la boca de tu sierva todas estas palabras.+ 20 En el interés de alterar el aspecto del asunto ha hecho tu siervo Joab esta cosa, pero mi señor es sabio como con la sabiduría del ángel+ del Dios [verdadero] para saber todo lo que hay en la tierra”.

21 Posteriormente, el rey dijo a Joab: “Pues mira, ciertamente haré* esta cosa.+ De modo que ve, haz volver al joven Absalón”.+ 22 Ante eso, Joab cayó a tierra sobre su rostro y se postró y bendijo al rey;+ y Joab pasó a decir: “Hoy tu siervo de veras sabe que he hallado favor a tus ojos,+ oh mi señor el rey, porque el rey ha obrado conforme a la palabra de su siervo”. 23 Con eso, Joab se levantó y fue a Guesur+ y trajo a Absalón a Jerusalén.+ 24 Sin embargo, el rey dijo: “Que se vuelva hacia su propia casa, pero no puede ver mi rostro”.+ De modo que Absalón se volvió hacia su propia casa, y en cuanto al rostro del rey, no lo vio.

25 Ahora bien, en comparación con Absalón no se hallaba ningún hombre tan hermoso+ en todo Israel como para ser alabado tanto. Desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza no se hallaba en él defecto alguno. 26 Y cuando se afeitaba la cabeza —y sucedía que al fin de cada año se la afeitaba; porque se le hacía tan pesada,+ se la afeitaba— él pesaba el cabello de su cabeza, doscientos siclos,* según el peso real de piedras.* 27 Y llegaron a nacerle a Absalón tres hijos+ y una hija cuyo nombre fue Tamar. Ella resultó ser una mujer de apariencia sumamente hermosa.+

28 Y Absalón continuó morando en Jerusalén por dos años completos, y no vio el rostro del rey.+ 29 De modo que Absalón envió por Joab para enviarlo al rey, y este no consintió en ir a él. Entonces volvió a enviar, por segunda vez, y no consintió en ir. 30 Por fin dijo a sus siervos: “Vean la porción de terreno de Joab al lado de la mía, y allí tiene cebada. Vayan e incéndienla con fuego”.+ Por consiguiente, los siervos de Absalón incendiaron con fuego la porción de terreno.+ 31 Ante esto, se levantó Joab y vino a Absalón, a la casa, y le dijo: “¿Por qué incendiaron con fuego tus siervos la porción de terreno que es mía?”. 32 Así que Absalón dijo a Joab: “¡Mira! Envié a ti, diciendo: ‘Ven acá y déjame enviarte al rey para que le digas: “¿Para qué he venido de Guesur?+ Mejor me sería estar allá todavía. Y ahora, déjame ver el rostro del rey y, si hay error alguno en mí,+ él entonces tiene que darme muerte”’”.

33 Posteriormente, Joab entró a donde el rey y se lo dijo. Entonces él llamó a Absalón, que ahora entró a donde el rey y se postró ante él, [cayendo]* a tierra sobre su rostro delante del rey; después de lo cual el rey besó a Absalón.+

15 Y después de tales cosas aconteció que Absalón mandó a hacerse un carro, con caballos y con cincuenta hombres que corrían delante de él.+ 2 Y Absalón se levantaba temprano+ y se paraba al lado del camino [que conducía] a la puerta.+ Y acontecía que, cuando cualquier hombre tenía una causa judicial por la cual hubiera de ir al rey a juicio,+ entonces Absalón lo llamaba y decía: “¿De qué ciudad eres tú?”, y él decía: “De una de las tribus de Israel es tu siervo”. 3 Y Absalón le decía: “Mira, tus asuntos son buenos y rectos; pero no hay nadie de parte del rey que te dé audiencia”.+ 4 Y Absalón decía además: “¡Oh, que yo fuera nombrado juez en el país,+ para que a mí viniera todo hombre que tenga una causa judicial o juicio! Entonces ciertamente le haría justicia”.+

5 También sucedía que, cuando se acercaba un hombre para inclinarse ante él, alargaba la mano y lo asía+ y lo besaba. 6 Y Absalón siguió haciendo una cosa como esta a todos los israelitas que venían al rey a juicio; y Absalón siguió robándose el corazón de los hombres de Israel.+

7 Y al cabo de cuarenta años* aconteció que Absalón procedió a decir al rey: “Déjame ir, por favor, y pagar en Hebrón+ mi voto que hice solemnemente a Jehová.+ 8 Porque tu siervo hizo un voto+ solemne cuando estaba morando en Guesur,+ en Siria, y dijo: ‘Si Jehová sin falta me trae de vuelta a Jerusalén, entonces tendré que rendir servicio a Jehová’”.+ 9 De modo que el rey le dijo: “Vete en paz”.+ Por lo cual él se levantó y fue a Hebrón.

10 Absalón ahora envió espías+ por todas las tribus de Israel para que dijeran: “En cuanto oigan el sonido del cuerno, entonces tienen que decir: ‘¡Absalón ha llegado a ser rey+ en Hebrón!’”.+ 11 Ahora bien, con Absalón habían ido doscientos hombres de Jerusalén, que habían sido llamados e iban sin tener sospecha alguna,*+ y no sabían ni una sola cosa. 12 Además, cuando ofreció los sacrificios, Absalón envió por* Ahitofel+ el guilonita,+ consejero de David,+ de su ciudad de Guiló.+ Y la conspiración+ siguió haciéndose más fuerte, y la gente continuó aumentando numéricamente+ con Absalón.

13 Con el tiempo, vino un informador a David, y dijo: “El corazón+ de los hombres de Israel ha llegado a estar tras Absalón”. 14 En seguida David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: “Levántense, y huyamos;+ ¡porque resultará que no tendremos escape a causa de Absalón! ¡Vayan apresuradamente, por temor de que él se dé prisa y realmente nos alcance y haga venir sobre nosotros lo que es malo y hiera la ciudad a filo de espada!”.+ 15 Ante esto, los siervos del rey dijeron al rey: “Conforme a todo lo que mi señor el rey elija, aquí están tus siervos”.+ 16 Así que el rey salió con toda su casa a sus pies,+ y el rey dejó a diez mujeres, concubinas,+ para que cuidaran la casa. 17 Y el rey continuó saliendo con toda la gente a sus pies; e hicieron alto en Bet-merhaq.*

18 Y todos sus siervos iban cruzando a su lado; y todos los keretitas y todos los peletitas+ y todos los guititas,+ seiscientos hombres que lo habían seguido* desde Gat,+ iban cruzando delante del rostro del rey. 19 Entonces el rey dijo a Ittai+ el guitita: “¿Por qué debes ir tú mismo también con nosotros? Vuélvete+ y mora con el rey; porque tú eres un extranjero y, además, te hallas desterrado de tu lugar. 20 Ayer fue cuando llegaste, ¿y acaso hoy te haré andar errante+ con nosotros, para ir cuando yo me vaya, adondequiera que me vaya? ¡Vuélvete y llévate a tus hermanos, [y ejerza Jehová para contigo]* bondad amorosa+ y confiabilidad!”.+ 21 Pero Ittai contestó al rey y dijo: “¡Tan ciertamente como que vive Jehová y que vive mi señor el rey,+ en el lugar donde llegue a estar mi señor el rey, sea para muerte o para vida, allí es donde tu siervo llegará a estar!”.+ 22 Ante esto, David dijo a Ittai:+ “Anda y cruza”. De modo que Ittai el guitita cruzó, y también todos sus hombres y todos los pequeñuelos que estaban con él.

23 Y toda la gente de la tierra* estaba llorando en alta voz,+ y toda la gente iba cruzando, y el rey estaba parado junto al valle torrencial de Cedrón,+ y toda la gente iba cruzando al camino abierto hacia el desierto.* 24 Y aquí también estaba Sadoc,+ y con él todos los levitas+ que llevaban+ el arca+ del pacto del Dios [verdadero]; y procedieron a asentar el arca del Dios [verdadero] junto a Abiatar*+ hasta que toda la gente terminó de cruzar desde la ciudad. 25 Pero el rey dijo a Sadoc: “Vuelve a llevar el arca+ del Dios [verdadero] a la ciudad.+ Si hallo favor a los ojos de Jehová, entonces él ciertamente me traerá de vuelta y me dejará verla y ver su lugar de habitación.+ 26 Pero si esto fuera lo que él dijera: ‘No me he deleitado en ti’, aquí estoy; haga conmigo tal como sea bueno a sus ojos”.+ 27 Y el rey siguió diciendo a Sadoc el sacerdote: “Eres vidente,+ ¿verdad? Vuelve a la ciudad en paz, sí, y también Ahimáaz tu hijo y Jonatán+ hijo de Abiatar, los dos hijos de ustedes, con ustedes. 28 Miren, estoy demorándome junto a los vados* del desierto hasta que venga palabra de ustedes para informarme”.+ 29 Por consiguiente, Sadoc y Abiatar volvieron a llevar el arca del Dios [verdadero] a Jerusalén, y continuaron* morando allí.

30 Y David iba subiendo por la cuesta de los Olivos,+ llorando al subir, con la cabeza cubierta;+ y andaba descalzo, y toda la gente que estaba con él se cubrió cada uno la cabeza, y subían, llorando al subir.+ 31 Y a David se hizo el informe, y se dijo: “Ahitofel mismo está entre los que están conspirando+ con Absalón”.+ A lo que dijo David:+ “¡Vuelve, por favor, en tontedad el consejo de Ahitofel,+ oh Jehová!”.+

32 Y aconteció que, cuando David mismo llegó a la cumbre donde la gente* solía inclinarse ante Dios, aquí [venía] a su encuentro Husai+ el arkita,+ con su traje talar rasgado y tierra sobre la cabeza.+ 33 Sin embargo, David le dijo: “Si tú realmente cruzaras conmigo, entonces ciertamente llegarías a ser una carga sobre mí.+ 34 Pero si vuelves a la ciudad y realmente dices a Absalón: ‘Soy siervo tuyo, oh rey. Antes demostraba ser siervo de tu padre, aun yo en aquel tiempo, pero ahora yo mismo soy siervo tuyo’,+ entonces me tendrás que frustrar+ el consejo de Ahitofel. 35 ¿No están allí contigo Sadoc y Abiatar los sacerdotes?+ Y tiene que suceder que toda cosa que oigas de la casa del rey se la debes informar a Sadoc y a Abiatar los sacerdotes.+ 36 ¡Mira! Allí están con ellos sus dos hijos: Ahimáaz,+ que pertenece a Sadoc, y Jonatán,+ que pertenece a Abiatar; y mediante ellos ustedes tienen que enviarme todo lo que oigan”. 37 Por lo tanto, Husai, compañero de David,+ entró en la ciudad. En cuanto a Absalón,+ procedió a entrar en Jerusalén.

16 Cuando David mismo hubo cruzado un poco más allá de la cumbre,+ allí estaba Zibá+ el servidor de Mefibóset+ que había salido a su encuentro con un par de asnos+ aparejados, y sobre ellos doscientos panes+ y cien tortas de pasas+ y cien cargas de fruta de verano+ y un jarrón de vino.+ 2 Entonces el rey dijo a Zibá: “¿Qué significan estas cosas de parte tuya?”.+ A lo que dijo Zibá: “Los asnos son para que cabalgue la casa del rey, y el pan y la carga de fruta de verano son para que coman los jóvenes,+ y el vino para que beba el que se canse+ en el desierto”.+ 3 El rey ahora dijo: “¿Y dónde está el hijo de tu amo?”.*+ Ante esto, Zibá dijo al rey: “Allá está morando en Jerusalén; porque dijo: ‘Hoy la casa de Israel me devolverá el regir real de mi padre’”.+ 4 El rey entonces dijo a Zibá: “¡Mira! Tuyo es todo lo que pertenece a Mefibóset”.+ Por lo cual dijo Zibá: “De veras me inclino.+ Halle yo favor a tus ojos, mi señor el rey”.

5 Y el rey David llegó hasta Bahurim,+ y, ¡mire!, de allí venía saliendo un hombre de la familia de la casa de Saúl, y su nombre era Simeí,+ hijo de Guerá, saliendo e invocando el mal al salir.+ 6 Y se puso a tirar piedras a David y a todos los siervos del rey David; y toda la gente y todos los hombres poderosos estaban a su derecha y a su izquierda. 7 Y esto era lo que decía Simeí al invocar el mal: “¡Sal, sal, oh hombre culpable de sangre*+ y hombre que no sirve para nada!*+ 8 Jehová ha hecho volver sobre ti toda la culpa de sangre por la casa de Saúl en lugar de quien has reinado; y Jehová da la gobernación real en mano de Absalón tu hijo. ¡Y aquí estás tú en tu calamidad, porque eres un hombre culpable de sangre!”.+

9 Por fin Abisai hijo de Zeruyá+ dijo al rey: “¿Por qué debe este perro muerto+ invocar el mal contra mi señor el rey?+ Déjame pasar, por favor, y quitarle la cabeza”.+ 10 Pero el rey dijo: “¿Qué tengo yo que ver con ustedes,*+ hijos de Zeruyá?+ Así, pues, que invoque él el mal,+ porque Jehová mismo le ha dicho:+ ‘¡Invoca el mal contra David!’. Por lo tanto, ¿quién* debe decir: ‘¿Por qué hiciste así?’”.+ 11 Y David dijo además a Abisai y a todos sus siervos: “Miren que mi propio hijo, que ha salido de mis mismas entrañas, anda buscando mi alma;+ ¡y cuánto más ahora un benjaminita!+ ¡Déjenlo para que invoque el mal, porque así se lo ha dicho Jehová! 12 Quizás vea Jehová+ con su ojo,* y Jehová realmente me restaure el bien en vez de su invocación de mal este día”.+ 13 Con eso David y sus hombres siguieron adelante por el camino, mientras Simeí andaba por el lado de la montaña, en senda paralela a la de él para poder invocar el mal;+ y siguió tirando piedras mientras [seguía] en senda paralela a la de él, y tiró mucho polvo.+

14 Por fin el rey y toda la gente que estaba con él llegaron cansados. De modo que se refrescaron allí.+

15 En cuanto a Absalón y toda la gente, los hombres de Israel, entraron en Jerusalén;+ y Ahitofel+ estaba con él. 16 Y aconteció que, tan pronto como Husai+ el arkita,+ compañero de David,+ entró a donde Absalón, Husai procedió a decir a Absalón: “¡Viva el rey!+ ¡Viva el rey!”. 17 Ante esto, Absalón dijo a Husai: “¿Es esta tu bondad amorosa para con tu compañero? ¿Por qué no fuiste con tu compañero?”.+ 18 De modo que Husai dijo a Absalón: “No; sino del que Jehová ha escogido y también esta gente y todos los hombres de Israel, de él llegaré a ser yo,* y con él moraré. 19 Y por segunda vez [tengo que decir]: ¿A quién serviré yo mismo? ¿No es delante de su hijo? Tal como serví delante de tu padre, así resultaré ser* delante de ti”.+

20 Más tarde Absalón dijo a Ahitofel: “Ustedes, den consejo de parte suya.+ ¿Qué haremos?”. 21 Entonces Ahitofel dijo a Absalón: “Ten relaciones con las concubinas de tu padre,+ que él dejó para que cuidaran la casa.+ Y todo Israel ciertamente oirá que te has hecho hediondo+ a tu padre,+ y las manos+ de todos los que están contigo ciertamente se pondrán fuertes”. 22 Por lo tanto, le asentaron una tienda a Absalón sobre el techo,+ y Absalón empezó a tener relaciones con las concubinas de su padre+ ante los ojos de todo Israel.+

23 Y el consejo de Ahitofel, con que aconsejaba en aquellos días, era tal como cuando un hombre* inquiría de la palabra del Dios [verdadero].* Así les era todo el consejo+ de Ahitofel,+ tanto a David como a Absalón.

17 Y Ahitofel procedió a decir a Absalón: “Permíteme escoger, por favor, doce mil hombres, y levantarme y correr tras David esta noche.+ 2 Y vendré sobre él cuando se halle fatigado y débil de ambas manos,+ y ciertamente lo pondré tembloroso; y toda la gente que está con él tendrá que huir, y ciertamente derribaré al rey solo.+ 3 Y déjame traerte a toda la gente de vuelta. Equivale a la vuelta de todos el hombre que tú estás buscando; [y] todo el pueblo mismo llegará a estar en paz”.* 4 Y la palabra era muy apropiada a los ojos de Absalón+ y a los ojos de todos los ancianos de Israel.

5 Sin embargo, Absalón dijo: “Llamen, por favor, a Husai+ el arkita también, y oigamos lo que está en su boca, aun la de él”. 6 De modo que Husai entró a donde Absalón. Entonces Absalón le dijo: “Conforme a esta palabra es como habló Ahitofel. ¿Obraremos conforme a su palabra? Si no, habla tú mismo”. 7 Por lo cual Husai dijo a Absalón: “¡No es bueno el consejo con que ha aconsejado Ahitofel en este caso!”.+

8 Y Husai dijo además: “Tú mismo conoces bien a tu padre y a sus hombres, que son poderosos,+ y están amargados de alma,+ como una osa que ha perdido sus cachorros en el campo;+ y tu padre es un guerrero,+ y no pasará la noche con la gente. 9 ¡Mira! Ahora está escondido+ en uno de los huecos o en uno de los otros lugares; y ciertamente sucederá que, tan pronto como él caiga sobre ellos al comienzo, el que lo oiga entonces de seguro oirá y dirá: ‘¡Ha habido una derrota entre la gente que está siguiendo a Absalón!’. 10 Y aun el hombre valiente, cuyo corazón es como el corazón del león,*+ de seguro se hará blando en debilidad;+ porque todo Israel se da cuenta de que tu padre es un hombre poderoso+ y así, también, lo son los hombres valientes que están con él.+ 11 Yo mismo sí digo como consejo: Que todo Israel se reúna sin falta a ti, desde Dan hasta Beer-seba,+ como las partículas de arena que están junto al mar por multitud,+ y tu misma persona* entre en la pelea.*+ 12 Y tenemos que venir contra él en uno de los lugares donde de seguro se hallará,+ y nosotros mismos estaremos sobre él tal como cae el rocío+ sobre el suelo; y ciertamente no quedará ni siquiera uno entre él y todos los hombres que están con él. 13 Y si es dentro de alguna ciudad a donde él se retira, entonces todo Israel tiene que llevar sogas a aquella ciudad, y ciertamente la arrastraremos hasta el valle torrencial, hasta que no se halle allí ni una piedrecita”.+

14 Entonces Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: “¡El consejo de Husai el arkita es mejor+ que el consejo de Ahitofel!”. Y Jehová mismo había dado orden+ para que se frustrara el consejo+ de Ahitofel, aunque bueno,+ a fin de traer Jehová calamidad+ sobre Absalón.

15 Más tarde Husai dijo a Sadoc+ y Abiatar los sacerdotes: “De esta manera y de aquella fue como Ahitofel aconsejó a Absalón y a los ancianos de Israel; y de esta manera y de aquella fue como yo mismo aconsejé. 16 Y ahora envíen rápidamente e informen a David,+ diciendo: ‘No te alojes en las llanuras áridas del desierto esta noche, sino que tú también debes cruzar sin falta,+ por temor de que el rey y toda la gente que está con él sean tragados’”.*+

17 Puesto que Jonatán+ y Ahimáaz+ se hallaban parados en En-roguel,+ una sierva se fue y les dio informe. De modo que ellos mismos se fueron, puesto que tenían que informarlo al rey David; porque no podían dejarse ver entrando en la ciudad. 18 Sin embargo, un joven llegó a verlos y lo informó a Absalón. Así que los dos se fueron rápidamente y llegaron a la casa de un hombre de Bahurim,+ que en su patio tenía un pozo; y a este bajaron. 19 Después, la mujer tomó un lienzo encubridor y lo extendió sobre la faz del pozo y le amontonó encima grano resquebrajado;+ y no llegó a saberse nada de ello. 20 Los siervos de Absalón entonces llegaron a la mujer en su casa y dijeron: “¿Dónde están Ahimáaz y Jonatán?”. Ante esto, la mujer les dijo: “Pasaron de aquí a las aguas”.+ Entonces siguieron buscando, y no los hallaron,+ y por eso regresaron a Jerusalén.

21 Y después que se fueron, aconteció que entonces ellos salieron del pozo y siguieron adelante e informaron al rey David, y dijeron a David: “Levántense y pasen las aguas rápidamente; porque de esta manera ha aconsejado Ahitofel+ contra ustedes”. 22 David se levantó inmediatamente, y también toda la gente que estaba con él, y siguieron cruzando el Jordán hasta que rayó el alba,+ hasta que no faltaba ni uno que no hubiera pasado el Jordán.

23 En cuanto a Ahitofel, vio que no se había obrado conforme a su consejo,+ y procedió a aparejar un asno y a levantarse e irse a casa, a su propia ciudad.+ Entonces dio órdenes a su casa+ y se estranguló,*+ y así murió.+ De modo que fue enterrado+ en la sepultura de sus antepasados.

24 En cuanto a David, vino a Mahanaim,+ y Absalón mismo cruzó el Jordán, él y todos los hombres de Israel con él. 25 Y a Amasá+ fue a quien Absalón puso en el lugar de Joab+ sobre el ejército; y Amasá era hijo de un hombre cuyo nombre era Itrá+ el israelita,* que tuvo relaciones con Abigail+ hija de Nahás,* hermana de Zeruyá, madre de Joab. 26 E Israel y Absalón se pusieron a acampar en la tierra de Galaad.+

27 Y aconteció que, tan pronto como David vino a Mahanaim, Sobí hijo de Nahás, de Rabá+ de los hijos de Ammón,+ y Makir+ hijo de Amiel,+ de Lo-debar, y Barzilai+ el galaadita, de Roguelim,+ 28 [trajeron]* camas y fuentes y vasijas de alfarero, y trigo y cebada y harina+ y grano tostado+ y habas+ y lentejas+ y grano reseco; 29 y miel+ y mantequilla+ y ovejas y requesones de vacada presentaron para David y para la gente que estaba con él, para que comieran,+ porque dijeron: “La gente está hambrienta y cansada y sedienta en el desierto”.+

18 Y David procedió a contar la gente que estaba con él y a colocar sobre ellos jefes de millares y jefes de centenas.+ 2 Además, David envió un tercio+ de la gente bajo la mano de Joab+ y un tercio bajo la mano de Abisai+ hijo de Zeruyá, hermano de Joab,+ y un tercio bajo la mano de Ittai+ el guitita. Entonces el rey dijo a la gente: “Yo mismo también sin falta saldré con ustedes”. 3 Pero la gente dijo: “No debes salir,+ porque si de manera alguna huyéramos, no pondrían el corazón en nosotros;+ y si la mitad de nosotros muriéramos, no pondrían el corazón en nosotros, porque tú vales tanto como diez mil de nosotros;+ y ahora sería mejor, si nos quieres rendir servicio, dar ayuda+ desde la ciudad”. 4 De modo que el rey les dijo: “Lo que parezca bueno a sus ojos haré”.+ Y el rey se quedó parado al lado de la puerta,+ y toda la gente misma salió por cientos y por miles.+ 5 Y el rey pasó a ordenar a Joab y Abisai e Ittai, diciendo: “Traten con suavidad,+ por mi causa, al joven Absalón”. Y toda la gente misma oyó cuando el rey dio órdenes a todos los jefes acerca del asunto de Absalón.

6 Y la gente continuó saliendo al campo para encontrarse con Israel; y se libró la batalla en el bosque de Efraín.*+ 7 Por fin la gente de Israel+ fue derrotada+ allí delante de los siervos de David, y la matanza allí resultó grande en aquel día: de veinte mil hombres. 8 Y la batalla allí llegó a extenderse sobre toda la tierra que estaba a la vista. Además, el bosque hizo más, en cuanto a comerse a la gente, que lo que hizo la espada en comérsela aquel día.

9 Por fin Absalón se encontró delante de los siervos de David. Y Absalón iba cabalgando sobre un mulo, y el mulo llegó a meterse debajo del ramaje de un gran árbol macizo, de modo que [a Absalón] se le quedó firmemente prendida la cabeza en el árbol grande, y él fue alzado entre los cielos y la tierra,+ puesto que el mulo mismo que estaba debajo de él siguió adelante. 10 Entonces cierto hombre lo vio e informó a Joab+ y dijo: “¡Mira! He visto a Absalón colgando de un árbol grande”. 11 Por lo cual Joab dijo al hombre que estaba refiriéndoselo: “¡Y qué cosa que lo viste!, y, ¿por qué no lo derribaste en tierra allí? Entonces yo hubiera tenido la obligación de darte diez piezas de plata y un cinto”.+ 12 Pero el hombre dijo a Joab: “Y aunque estuviera yo pesando sobre las palmas de mis manos mil piezas de plata, no alargaría mi mano contra el hijo del rey; porque a nuestros oídos* el rey les dio órdenes a ti y Abisai e Ittai, diciendo: ‘Cuiden, quienquiera [que sea], del joven, de Absalón’.+ 13 De otro modo yo hubiera obrado traidoramente contra su alma y todo el asunto mismo no quedaría escondido del rey,+ y tú mismo tomarías una posición allá al lado”. 14 A lo cual dijo Joab: “¡No me detenga yo así delante de ti!”. Con eso, tomó tres dardos* en la palma de la mano y procedió a clavarlos+ en el corazón de Absalón mientras este todavía estaba vivo en el corazón+ del árbol grande. 15 Entonces diez servidores que llevaban las armas de Joab fueron alrededor e hirieron a Absalón, para darle muerte.+ 16 Ahora Joab tocó el cuerno,+ para que la gente se volviera de correr tras Israel; porque Joab había retenido a la gente. 17 Por fin tomaron a Absalón y lo arrojaron en el bosque en un hueco grande y alzaron sobre él un montón de piedras muy grande.+ En cuanto a todo Israel, cada cual huyó a su hogar.*

18 Ahora bien, Absalón mismo, mientras estaba vivo, había tomado y procedido a alzarse una columna,+ que está en la llanura baja del Rey,+ porque decía: “No tengo hijo para que se conserve en recuerdo mi nombre”.+ De modo que llamó la columna por su propio nombre,+ y se le sigue llamando el Monumento de Absalón hasta el día de hoy.

19 Ahora bien, en cuanto a Ahimáaz+ hijo de Sadoc, él dijo: “Déjame correr, por favor, y dar las noticias al rey, porque Jehová lo ha juzgado [para librarlo] de la mano de sus enemigos”.+ 20 Pero Joab le dijo: “No eres hombre de noticias este día, y tendrás que dar las noticias otro día; pero este día no debes dar las noticias, por la razón misma de que* el propio hijo del rey ha muerto”.+ 21 Entonces Joab dijo al cusita:+ “Anda, informa al rey lo que has visto”. Con eso, el cusita se inclinó ante Joab y echó a correr. 22 Ahimáaz hijo de Sadoc ahora volvió a decir a Joab: “Ahora deja que suceda lo que suceda, deja que yo mismo también, por favor, corra detrás del cusita”. Sin embargo, Joab dijo: “¿Por qué tienes que correr tú mismo, hijo mío, cuando no hay noticias que se hallen para ti?”. 23 [A pesar de aquello, él dijo:]* “Ahora deja que suceda lo que suceda, déjame correr”. De modo que le dijo: “¡Corre!”. Y Ahimáaz echó a correr por el camino del Distrito,*+ y con el tiempo pasó y dejó atrás al cusita.

24 Ahora bien, David estaba sentado entre las dos puertas.+ Entretanto, el atalaya+ se fue al techo de la puerta junto al muro. Por fin alzó los ojos y vio y, ¡mire!, había un hombre que corría solo. 25 Así que el atalaya gritó e informó al rey, a lo que dijo el rey: “Si está solo, hay noticias en su boca”. Y seguía viniendo, acercándose constantemente. 26 El atalaya ahora vio a otro hombre que corría. El atalaya por lo tanto gritó al portero y dijo: “¡Mira! ¡Otro hombre que corre solo!”, a lo que dijo el rey: “Este también es portador de noticias”. 27 Y el atalaya pasó a decir: “Estoy viendo que el estilo de correr del primero es como el estilo de correr+ de Ahimáaz+ hijo de Sadoc”, a lo que dijo el rey: “Este es un hombre bueno,+ y con buenas noticias+ debe venir”. 28 Por fin Ahimáaz gritó y dijo al rey: “¡Bien va!”.* Con eso se inclinó ante el rey rostro a tierra. Y siguió diciendo: “¡Bendito+ sea Jehová tu Dios, que ha entregado+ a los hombres que alzaron la mano contra mi señor el rey!”.

29 Sin embargo, el rey dijo: “¿Le va bien al joven Absalón?”. A esto Ahimáaz dijo: “Vi la gran conmoción cuando Joab envió al siervo del rey y a tu siervo, y no supe qué era”.+ 30 De modo que el rey dijo: “Ponte a un lado, toma tu posición aquí”. En seguida él se puso a un lado y quedó de pie quieto.

31 Y aquí venía entrando el cusita,+ y el cusita empezó a decir: “Acepte noticias mi señor el rey, porque Jehová te ha juzgado hoy [para librarte] de la mano de todos los que se levantaron contra ti”.+ 32 Pero el rey dijo al cusita: “¿Le va bien al joven Absalón?”. A esto el cusita dijo: “Que los enemigos de mi señor el rey y todos los que se levantaron contra ti para mal lleguen a ser como el joven”.*+

33 Entonces el rey se perturbó y subió a la cámara del techo+ sobre el paso de entrada y se puso a llorar; y esto decía al andar: “¡Hijo mío, Absalón, hijo mío, hijo mío,+ Absalón! ¡Oh, que yo pudiera haber muerto, yo mismo, en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!”.+

19 Más tarde, se informó a Joab: “¡Mira! El rey está llorando, y hace duelo por Absalón”.+ 2 Así que la salvación de aquel día vino a ser ocasión de duelo de parte de toda la gente, porque la gente oyó decir aquel día: “El rey se ha sentido herido por su hijo”. 3 Y la gente empezó a irse a hurtadillas aquel día para entrar en la ciudad,+ tal como suele irse a hurtadillas la gente cuando se siente avergonzada por haber huido en la batalla. 4 Y el rey mismo se cubrió el rostro, y el rey siguió clamando en alta voz: “¡Hijo mío, Absalón! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!”.+

5 Por fin Joab entró a donde el rey en la casa y dijo: “Tú has avergonzado hoy el rostro de todos tus siervos, los que proveyeron escape para tu alma hoy+ y para el alma de tus hijos+ y tus hijas+ y para el alma de tus esposas+ y para el alma de tus concubinas,+ 6 amando a los que te odian y odiando a los que te aman; porque hoy has dado informe de que jefes y siervos nada te son a ti, pues bien sé yo hoy que si solo estuviera vivo Absalón y todos nosotros hoy estuviéramos muertos, pues, en tal caso ello sería recto a tus ojos. 7 Y ahora levántate, sal fuera y habla directamente al corazón+ de tus siervos, porque, por Jehová, de veras juro que, en caso de que no salgas, no se alojará ni un hombre contigo esta noche;+ y esto ciertamente te será peor que todo el perjuicio que te ha sobrevenido desde tu juventud hasta ahora”. 8 Por lo tanto, el rey se levantó y se sentó en la puerta,+ y a toda la gente se hizo el informe, diciendo: “Allí está el rey sentado en la puerta”. Y toda la gente empezó a venir delante del rey.

En cuanto a Israel, había huido cada cual a su hogar.*+ 9 Y toda la gente se hallaba envuelta en disputa en todas las tribus de Israel, pues decían: “Fue el rey quien nos libró de la palma de la mano de nuestros enemigos,+ y él fue quien nos proveyó escape de la palma de la mano de los filisteos; y ahora ha salido del país huyendo de Absalón.+ 10 En cuanto a Absalón, a quien ungimos sobre nosotros,+ ha muerto en la batalla.+ Ahora pues, ¿por qué no están haciendo algo para traer de vuelta al rey?”.+

11 En cuanto al rey David, envió a decir a Sadoc+ y a Abiatar+ los sacerdotes: “Hablen a los ancianos de Judá,+ y digan: ‘¿Por qué deben ustedes llegar a ser los últimos en traer de vuelta al rey a su casa, cuando la palabra de todo Israel mismo ha llegado al rey en su casa? 12 Hermanos míos son ustedes; mi hueso y mi carne son.+ ¿Por qué, pues, deben ustedes llegar a ser los últimos en traer de vuelta al rey?’. 13 Y a Amasá ustedes deben decir:+ ‘¿No eres tú mi hueso y mi carne? Hágame así Dios y añada así a ello+ si tú no llegas a ser jefe del ejército delante de mí siempre en lugar de Joab’”.+

14 Y él procedió a inclinar el corazón de todos los hombres de Judá como un solo hombre,+ de modo que enviaron a decir al rey: “Vuelve, tú y todos tus siervos”.

15 Y el rey empezó a volver y logró venir hasta el Jordán. En cuanto a Judá, vino hasta Guilgal+ para ir al encuentro del rey, para conducir al rey a través del Jordán. 16 Entonces Simeí+ hijo de Guerá+ el benjaminita, que era de Bahurim,+ se dio prisa y bajó con los hombres de Judá al encuentro del rey David. 17 Y había con él mil hombres de Benjamín. (Y también Zibá+ el servidor de la casa de Saúl, y con él estaban sus quince hijos+ y veinte siervos de él, y tuvieron éxito en llegar* al Jordán antes que el rey. 18 Y él* cruzó el vado+ para conducir la casa del rey a través y para hacer lo que fuera bueno a sus ojos.) En cuanto a Simeí hijo de Guerá, él cayó delante del rey cuando este estaba a punto de cruzar el Jordán.+ 19 Entonces dijo al rey: “No vaya mi señor a atribuirme error, y no te acuerdes del mal que tu siervo hizo+ el día en que mi señor el rey salió* de Jerusalén, de modo que lo ponga el rey en su corazón.+ 20 Porque tu siervo bien sabe que yo soy el que pecó; y por eso aquí he venido hoy el primero de toda la casa de José+ para bajar al encuentro de mi señor el rey”.

21 Al instante Abisai+ hijo de Zeruyá+ contestó y dijo: “¿En pago de esto no debe darse muerte a Simeí, puesto que invocó el mal contra el ungido* de Jehová?”.+ 22 Pero David dijo: “¿Qué tengo yo que ver con ustedes,*+ hijos de Zeruyá, para que lleguen a ser hoy un resistidor*+ para mí? ¿Se dará muerte hoy a persona alguna en Israel?+ ¿Pues acaso no sé yo bien que hoy soy rey sobre Israel?”. 23 Entonces el rey dijo a Simeí: “No morirás”. Y el rey pasó a jurárselo.+

24 En cuanto a Mefibóset+ nieto de Saúl,* bajó al encuentro del rey; y no había atendido a sus pies+ ni había atendido a su bigote+ ni había lavado sus prendas de vestir desde el día en que el rey se fue hasta el día en que vino en paz. 25 Y aconteció que, cuando vino a Jerusalén al encuentro del rey, entonces el rey le dijo: “¿Por qué no fuiste conmigo, Mefibóset?”. 26 A lo que él dijo: “Señor mío el rey, fue mi siervo+ que me embaucó. Porque tu siervo había dicho: ‘Déjame aparejarme el asna para cabalgar sobre ella e ir con* el rey’, porque tu siervo es cojo.+ 27 De modo que él calumnió+ a tu siervo ante mi señor el rey. Pero mi señor el rey es como un ángel+ del Dios [verdadero], y así es que haz lo que sea bueno a tus ojos. 28 Porque toda la casa de mi padre no hubiera llegado a ser otra cosa sino condenada a muerte* ante mi señor el rey, y, no obstante, colocaste a tu siervo entre los que comen a tu mesa.+ Entonces, ¿qué tengo todavía como justa pretensión siquiera para clamar+ más al rey?”.

29 Sin embargo, el rey le dijo: “¿Por qué sigues aún hablando tus palabras? Digo en efecto: Tú y Zibá deben compartir el campo”.+ 30 Ante esto, Mefibóset dijo al rey: “Que tome aun todo,+ ya que mi señor el rey ha venido en paz a su casa”.

31 Y Barzilai+ el galaadita mismo bajó de Roguelim para pasar hasta el Jordán con el rey, para escoltarlo hasta el Jordán. 32 Y Barzilai era muy viejo, pues tenía ochenta años de edad;+ y él mismo proveyó al rey de alimento mientras estuvo morando en Mahanaim,+ porque el hombre era personaje muy grande.+ 33 Así que el rey dijo a Barzilai: “Cruza tú mismo conmigo, y ciertamente te proveeré de alimento conmigo en Jerusalén”.+ 34 Pero Barzilai dijo al rey: “¿Como qué son los días de los años de mi vida, para que yo suba con el rey a Jerusalén? 35 Tengo ochenta años de edad hoy.+ ¿Pudiera yo discernir entre lo bueno y lo malo, o pudiera tu siervo gustar lo que comiera o lo que bebiera,+ o pudiera escuchar+ ya la voz de cantores y cantoras?+ ¿Por qué, pues, debe hacerse tu siervo una carga+ ya a mi señor el rey? 36 Porque solo por corta distancia tu siervo pudo acompañar al rey hasta el Jordán, ¿y por qué debe pagarme el rey con este galardón?+ 37 Deja que tu siervo se vuelva, por favor, y déjame morir+ en mi ciudad, cerca de la sepultura de mi padre y mi madre.+ Pero aquí está tu siervo Kimham.+ Que él cruce con mi señor el rey; y hazle lo que sea bueno a tus ojos”.

38 En conformidad, el rey dijo: “Conmigo cruzará Kimham, y yo mismo le haré lo que sea bueno a tus ojos; y todo lo que escojas [imponer] sobre mí te lo haré”. 39 Toda la gente entonces empezó a cruzar el Jordán, y el rey mismo cruzó; pero el rey besó+ a Barzilai y lo bendijo,+ después de lo cual él se volvió a su lugar. 40 Cuando el rey pasó al otro lado a Guilgal,+ Kimham mismo cruzó con él, y también toda la gente de Judá, y también la mitad de la gente de Israel, para acompañar al rey en el cruce.

41 Y, ¡mire!, todos los hombres de Israel venían al rey, y procedieron a decir al rey: “¿Por qué+ te hurtaron nuestros hermanos, los hombres de Judá, para hacer ellos que el rey y su casa y todos los hombres de David con él pasaran el Jordán?”.+ 42 Ante esto, todos los hombres de Judá contestaron a los hombres de Israel: “Porque el rey es pariente cercano nuestro;*+ ¿y por qué se han encolerizado ustedes por esta cosa? ¿Acaso hemos comido a expensas del rey, o se nos ha llevado algún regalo?”.

43 Sin embargo, los hombres de Israel contestaron a los hombres de Judá y dijeron: “Nosotros* tenemos diez partes en el rey,+ de modo que aun en David nosotros somos más que ustedes.* ¿Por qué, pues, nos* han tratado con desprecio, y a qué se debe que nuestro* asunto no vino a ser primero+ para que nosotros trajéramos de vuelta a nuestro rey?”. Pero la palabra de los hombres de Judá fue más severa que la palabra de los hombres de Israel.

20 Ahora bien, sucedió que se hallaba allí un hombre que no servía para nada,*+ cuyo nombre era Seba,+ hijo de Bicrí, un benjaminita; y él procedió a tocar el cuerno+ y a decir: “Nosotros no tenemos parte que nos corresponda en David, y no tenemos herencia en el hijo de Jesé.+ ¡Cada uno a sus dioses,*+ oh Israel!”. 2 Ante eso, todos los hombres de Israel empezaron a subir de en pos de David para seguir a Seba hijo de Bicrí;+ pero en cuanto a los hombres de Judá, se adhirieron a su rey desde el Jordán hasta Jerusalén.+

3 Por fin David llegó a su casa en Jerusalén.+ Entonces el rey tomó a las diez mujeres,+ las concubinas que había dejado para cuidar la casa, y las puso en una casa de encierro, pero siguió proveyéndoles alimento. Y no tuvo relaciones con ellas,+ sino que ellas continuaron muy encerradas hasta el día en que murieron, en viudez con un [esposo] vivo.*

4 El rey ahora dijo a Amasá:+ “Convócame a los hombres de Judá dentro de tres días, y tú mismo está de pie aquí”. 5 De modo que Amasá se fue para convocar a Judá; pero tardó más en venir que el tiempo establecido que él le había señalado. 6 Entonces David dijo a Abisai:+ “Ahora Seba+ hijo de Bicrí nos será peor que Absalón.+ Toma tú mismo a los siervos+ de tu señor y corre tras él, para que realmente no halle para sí ciudades fortificadas y escape ante nuestros ojos”.* 7 Por consiguiente, los hombres de Joab+ y los keretitas+ y los peletitas+ y todos los hombres poderosos salieron en pos de él; y se fueron saliendo de Jerusalén para correr tras de Seba hijo de Bicrí. 8 Estaban cerca de la gran piedra que hay en Gabaón,+ y Amasá+ mismo vino a su encuentro. Ahora bien, Joab estaba ceñido, vestido con una prenda de vestir; y tenía ceñida sobre sí una espada pegada a su cadera, en su vaina. Y él mismo avanzó, y así que esta* se cayó.

9 Y Joab procedió a decir a Amasá: “¿Te va bien, hermano mío?”.+ Entonces la mano derecha de Joab asió la barba de Amasá para besarlo.+ 10 En cuanto a Amasá, no se mantuvo alerta respecto a la espada que estaba en la mano de Joab; de modo que este le hirió+ con ella en el abdomen, y sus intestinos se vertieron a tierra, y no tuvo que hacérselo otra vez. De modo que murió. Y Joab y Abisai su hermano, por su parte, corrieron tras de Seba hijo de Bicrí.

11 Y cierto individuo de los jóvenes de Joab se paró junto a él y siguió diciendo: “¡Quienquiera que se haya deleitado en Joab y quienquiera que pertenezca a David,+ siga a Joab!”. 12 Mientras tanto, Amasá estaba revolcándose en la sangre+ en medio de la calzada. Cuando el hombre vio que toda la gente se paraba, entonces trasladó a Amasá de la calzada al campo. Por fin echó sobre él una prenda de vestir, puesto que vio que todo el que llegaba hasta él se paraba.+ 13 Luego que lo hubo removido de la calzada, cada hombre pasó adelante, siguiendo a Joab para correr tras de Seba+ hijo de Bicrí.

14 Y [Seba] fue pasando por todas las tribus de Israel hasta Abel de Bet-maacá.+ En cuanto a todos los bicritas,* estos entonces se congregaron y entraron también después de él.

15 Y procedieron a llegar y a sitiarlo en Abel de Bet-maacá y a alzar contra la ciudad un cerco de sitiar,+ puesto que estaba situada dentro de un baluarte. Y toda la gente que estaba con Joab estaba socavando el muro, para echarlo abajo. 16 Y una mujer sabia+ se puso a gritar desde la ciudad: “¡Escuchen, escuchen! Digan, por favor, a Joab: ‘Acércate hasta acá, y déjame hablarte’”. 17 De modo que él se le acercó, y la mujer entonces dijo: “¿Eres tú Joab?”, a lo cual él dijo: “Yo soy”. Ante esto, ella le dijo: “Escucha las palabras de tu esclava”.+ A su vez, él dijo: “Estoy escuchando”. 18 Y ella siguió diciendo: “Sin excepción solían hablar en tiempos pasados, diciendo: ‘Que solo inquieran en Abel, y así ciertamente acabarán con el asunto’. 19 Yo represento a los pacíficos+ y fieles+ de Israel. Tú estás procurando dar muerte a una ciudad+ y a una madre en Israel. ¿Por qué debes tragarte+ la herencia+ de Jehová?”. 20 A lo cual Joab contestó y dijo: “Es absolutamente inconcebible de parte mía que yo trague y que yo arruine. 21 No es así el asunto, sino que un hombre de la región montañosa de Efraín,+ cuyo nombre es Seba+ hijo de Bicrí, ha alzado su mano contra el rey David.+ Entréguenlo a él solo,+ y yo ciertamente me retiraré de la ciudad”.+ Entonces la mujer dijo a Joab: “¡Mira! ¡Su cabeza+ te [será] arrojada por encima del muro!”.

22 En seguida la mujer fue en su sabiduría+ a todo el pueblo, y procedieron a cortarle la cabeza a Seba hijo de Bicrí y a arrojársela a Joab. Por lo tanto él tocó el cuerno,+ y así se esparcieron de la ciudad, cada uno a su hogar;* y Joab mismo regresó a Jerusalén, al rey.

23 Y Joab estaba sobre todo el ejército+ de Israel; y Benaya+ hijo de Jehoiadá+ estaba sobre los keretitas*+ y sobre los peletitas.+ 24 Y Adoram+ estaba sobre los reclutados para trabajo forzado; y Jehosafat+ hijo de Ahilud era el registrador.* 25 Y Sevá+ era secretario,+ y Sadoc+ y Abiatar+ eran sacerdotes. 26 E Irá el jairita también llegó a ser sacerdote*+ de David.

21 Ahora bien, llegó a haber un hambre+ en los días de David, por tres años, año tras año; y David procedió a consultar el rostro de Jehová. Entonces Jehová dijo: “Sobre Saúl y sobre su casa hay culpa de sangre,* porque dio muerte a los gabaonitas”.+ 2 De modo que el rey llamó a los gabaonitas+ y les habló. (A propósito, los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos;+ y los hijos de Israel mismos les habían jurado,+ pero Saúl procuró derribarlos+ por sentirse celoso+ por los hijos de Israel y Judá.) 3 Y David pasó a decir a los gabaonitas: “¿Qué les haré a ustedes, y con qué haré expiación,*+ para que ciertamente bendigan la herencia+ de Jehová?”. 4 Así que los gabaonitas le dijeron: “No es asunto de plata u oro+ para nosotros* respecto a Saúl y su casa, tampoco es de nosotros dar muerte a hombre alguno en Israel”. A lo que él dijo: “Cualquier cosa que estén diciendo ustedes, se lo haré”. 5 Por lo cual dijeron al rey: “El hombre que nos exterminó+ y que tramó+ aniquilarnos para que no subsistiéramos en parte alguna del territorio de Israel.⁠.⁠., 6 que se nos den siete hombres de sus hijos;+ y tendremos que exponérselos*+ a Jehová en Guibeah+ de Saúl, el escogido* de Jehová”.+ En conformidad, el rey dijo: “Yo mismo los daré”.

7 Sin embargo, el rey le tuvo compasión a Mefibóset+ hijo de Jonatán hijo de Saúl por causa del juramento+ de Jehová que había entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl. 8 En consecuencia, el rey tomó a Armoní y Mefibóset, los dos hijos de Rizpá+ hija de Ayá que ella había dado a Saúl, y a los cinco hijos de Mical*+ hija de Saúl que ella había dado a Adriel+ hijo de Barzilai el meholatita. 9 Entonces los dio en la mano de los gabaonitas, y ellos procedieron a exponerlos en la montaña delante de Jehová,+ de modo que los siete cayeron juntos; y ellos mismos fueron muertos en los primeros días de la siega, al comienzo de la siega de la cebada.+ 10 Sin embargo, Rizpá hija de Ayá+ tomó tela de saco+ y la extendió para sí sobre la roca desde el comienzo de la siega hasta que el agua llovió a cántaros sobre ellos desde los cielos;+ y no permitió que las aves+ de los cielos se posaran sobre ellos de día ni las fieras+ del campo de noche.

11 Por fin se informó+ a David lo que había hecho Rizpá hija de Ayá, concubina de Saúl. 12 Así que David fue y tomó los huesos de Saúl+ y los huesos de Jonatán su hijo de los terratenientes de Jabés-galaad,+ quienes los habían hurtado de la plaza pública de Bet-san,+ donde los habían colgado+ los filisteos el día en que los filisteos derribaron a Saúl en Guilboa.+ 13 Y procedió a subir de allí los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo; además, recogieron los huesos de los que estaban expuestos.+ 14 Entonces enterraron los huesos de Saúl y de Jonatán su hijo* en la tierra de Benjamín, en Zelá,*+ en la sepultura de Quis+ su padre, para hacer todo lo que el rey había mandado. De modo que Dios se dejó rogar a favor de la tierra después de esto.+

15 Y los filisteos+ llegaron a tener guerra otra vez con Israel. Por lo tanto David bajó, y sus siervos con él, y pelearon contra los filisteos; y se cansó David. 16 E Isbí-benob, que se contaba entre los nacidos de los refaím,*+ el peso de cuya lanza+ era trescientos siclos* de cobre, y que estaba ceñido con una espada nueva,* llegó a pensar en derribar a David. 17 En seguida Abisai+ hijo de Zeruyá vino en socorro+ de él y derribó al filisteo y le dio muerte. En aquel tiempo los hombres de David le juraron, diciendo: “¡Ya no debes salir con nosotros a la batalla,+ para que no extingas+ la lámpara+ de Israel!”.

18 Y después de esto aconteció que surgió guerra de nuevo con los filisteos en Gob.* Entonces fue cuando Sibecai+ el husatita+ derribó a Saf, que se contaba entre los nacidos de los refaím.+

19 Y otra vez surgió guerra con los filisteos en Gob, y Elhanán+ hijo de Jaaré-oreguim el betlemita logró derribar a Goliat* el guitita,* el asta de cuya lanza era como el enjulio de los obreros del telar.+

20 Y aun de nuevo surgió guerra en Gat,+ cuando sucedió que hubo un hombre de tamaño extraordinario, con seis dedos en cada una de las manos y seis dedos en cada uno de los pies, veinticuatro en número; y él también les había nacido a los refaím.+ 21 Y siguió desafiando con escarnio+ a Israel. Por fin Jonatán+ hijo de Simeí*+ hermano de David lo derribó.

22 Estos cuatro les habían nacido a los refaím en Gat;+ y llegaron a caer por mano de David y por mano de sus siervos.+

22 Y David procedió a hablar a Jehová las palabras de esta canción+ el día en que Jehová lo hubo librado de la palma de la mano de todos sus enemigos+ y de la palma de la mano de Saúl;+ 2 y pasó a decir:

“Jehová es mi peñasco+ y mi plaza fuerte+ y el Proveedor de escape para mí.+

 3 Mi Dios es mi roca.+ En él me refugiaré,

mi escudo+ y mi cuerno+ de salvación, mi altura segura,+

y mi lugar adonde huir,+ mi Salvador;+ de violencia me salvas.+

 4 A Aquel que ha de ser alabado,+ a Jehová, invocaré,

y de mis enemigos seré salvado.+

 5 Porque olas mortíferas que rompían me rodearon;+

hubo avenidas impetuosas de [hombres] que no servían para nada que siguieron aterrorizándome.+

 6 Las sogas mismas del Seol* me cercaron;+

los lazos de la muerte se presentaron delante de mí.+

 7 En mi angustia seguí invocando a Jehová,+

y a mi Dios seguí clamando.+

Entonces desde su templo oyó mi voz,+

con mi clamor por ayuda en sus oídos.+

 8 Y la tierra empezó a sacudirse de aquí para allá, y a mecerse;+

los fundamentos mismos de los cielos se agitaron,+

y siguieron sacudiéndose de aquí para allá, porque él se había encolerizado.+

 9 Humo subió en sus narices, y de su boca fuego mismo siguió devorando;+

carbones mismos flamearon desde él.+

10 Y procedió a doblar los cielos hacia abajo, y a descender;+

y había densas tinieblas debajo de sus pies.+

11 Y vino cabalgando sobre un querubín,+ y vino volando;

y fue visible* sobre las alas de un espíritu.*+

12 Entonces puso una oscuridad en torno suyo como cabañas,+

aguas oscuras,* espesas nubes.+

13 Del resplandor enfrente de él, ardientes brasas de fuego flamearon.+

14 Desde el cielo Jehová empezó a tronar,+

y el Altísimo mismo empezó a dar su voz.+

15 Y siguió enviando flechas, para esparcirlos;+

relámpagos, para ponerlos en confusión.+

16 Y los cauces del mar se hicieron visibles,+

los fundamentos de la tierra productiva*+ quedaron al descubierto,

a la reprensión de Jehová, de la ráfaga del aliento* de sus narices.+

17 Estaba enviando desde lo alto, estaba tomándome,+

estaba sacándome de grandes aguas.+

18 Estaba librándome de mi fuerte enemigo,+

de los que me odiaban; porque eran más fuertes que yo.+

19 Siguieron presentándose delante de mí en el día de mi desastre,+

pero Jehová se hizo mi apoyo.+

20 Y procedió a sacarme a un lugar espacioso;+

estaba librándome, porque se había deleitado en mí.+

21 Jehová me recompensa conforme a mi justicia;+

conforme a la limpieza de mis manos me lo paga.+

22 Porque he guardado los caminos de Jehová,+

y no me he apartado inicuamente de mi Dios.+

23 Pues todas sus decisiones judiciales+ están enfrente de mí;

y en cuanto a sus estatutos, no me desviaré de ellos.*+

24 Y resultaré exento de falta+ para con él,

y ciertamente me guardaré de error de parte mía.+

25 Y que me lo pague Jehová conforme a mi justicia,+

conforme a mi limpieza enfrente de sus ojos.+

26 Con alguien leal tú actuarás en lealtad;+

con el poderoso, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta;+

27 con el que se mantiene limpio te mostrarás limpio,+

y con el torcido tú actuarás como simple.+

28 Y a la gente humilde la salvarás;+

pero tus ojos están contra los altivos, [para] rebajar[los].*+

29 Pues tú eres mi lámpara, oh Jehová,+

y es Jehová quien hace brillar mi oscuridad.+

30 Pues por ti puedo correr contra una partida merodeadora;+

por mi Dios puedo trepar un muro.+

31 En cuanto al Dios [verdadero], perfecto es su camino;+

el dicho de Jehová es refinado.+

Escudo es a todos los que se refugian en él.+

32 Porque ¿quién es un Dios* fuera de Jehová,+

y quién es una roca fuera de nuestro Dios?*+

33 El Dios [verdadero] es mi fortísima fortaleza,*+

y él hará que mi camino sea perfecto,+

34 haciendo* mis pies como los de las ciervas;+

y sobre lugares que me son altos me mantiene en pie.+

35 Está adiestrando mis manos para la guerra;+

y mis brazos han doblado un arco de cobre.+

36 Y tú me darás tu escudo de salvación,+

y tu humildad es lo que me hace grande.+

37 Harás que haya lugar bastante grande para mis pasos debajo de mí;+

y mis tobillos ciertamente no vacilarán.+

38 Ciertamente seguiré tras de mis enemigos, para aniquilarlos,

y no volveré hasta que queden exterminados.+

39 Y los exterminaré y los haré pedazos,+ para que no se levanten;+

y caerán debajo de mis pies.+

40 Y tú me ceñirás con energía vital para la batalla;+

harás que los que se levanten contra mí se desplomen debajo de mí.+

41 Y en cuanto a mis enemigos, ciertamente me darás [su] cerviz;+

a los que me odian intensamente.⁠.⁠. a ellos también reduciré a silencio.+

42 Claman por ayuda, pero no hay salvador;+

a Jehová, pero realmente no les contesta.+

43 Y los machacaré hasta que queden finos como el polvo de la tierra;

como el fango de las calles los pulverizaré;+

los batiré hasta dejarlos llanos.

44 Y tú me proveerás escape de la actitud criticona de mi pueblo.+

Me resguardarás para que sea cabeza de naciones;+

un pueblo que no he conocido.⁠.⁠. me servirá.+

45 Extranjeros mismos vendrán a mí encogidos de temor;+

oídos serán obedientes para oírme.+

46 Extranjeros* mismos se desvanecerán,

y saldrán temblando de sus baluartes.+

47 Jehová vive;+ y bendita sea mi Roca;+

y ensalzado sea el Dios de la roca de mi salvación.+

48 El Dios [verdadero] es el Dador de actos de venganza a favor de mí,+

y Aquel que está haciendo bajar a los pueblos para que estén debajo de mí,+

49 y Aquel que me está sacando de entre mis enemigos.+

Y por encima de los que se levanten contra mí me alzarás;+

del hombre de hechos violentos me librarás.+

50 Por eso te daré gracias, oh Jehová, entre las naciones;+

y tocaré melodía a tu nombre:+

51 Aquel que está haciendo grandes actos de salvación para su rey+

y ejerciendo bondad amorosa* a su ungido,*+

a David y a su descendencia* para tiempo indefinido”.+

23 Y estas son las últimas palabras de David:+

“La expresión de David hijo de Jesé,+

y la expresión del hombre físicamente capacitado* que fue levantado en alto,+

el ungido+ del Dios de Jacob,

y el agradable de las melodías*+ de Israel.*

 2 El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí,+

y su palabra* estuvo sobre mi lengua.+

 3 El Dios de Israel dijo,

me habló la Roca de Israel:+

‘Cuando el que gobierna sobre la humanidad es justo,+

gobernando en el temor de Dios,+

 4 entonces es como la luz de la mañana, cuando brilla el sol,+

una mañana sin nubes.

Del resplandor, de la lluvia, hay hierba procedente de la tierra’.+

 5 Pues, ¿no es mi casa semejante a eso con Dios?*+

Porque es un pacto de duración indefinida*+ el que me ha asignado,

muy bien ordenado en todo y hecho seguro.+

Porque es toda mi salvación+ y todo mi deleite,

¿acaso no es por eso por lo que él lo hará crecer?+

 6 Pero a personas que no sirven para nada+ se les hace huir,+ como zarzas,+ todas ellas;

porque no es por la mano que deben ser tomadas.

 7 Cuando las toca un hombre

debe estar plenamente armado de hierro y del asta de lanza,

y con fuego serán quemadas por completo”.*+

8 Estos son los nombres de los hombres poderosos+ que pertenecían a David: Joseb-basébet+ tahkemonita, el cabeza de los tres.* Estuvo blandiendo su lanza* sobre ochocientos que fueron muertos de una sola vez. 9 Después de él Eleazar+ hijo de Dodó+ hijo de Ahohí figuraba entre los tres hombres poderosos [que estaban] con David cuando desafiaron con escarnio a los filisteos. Ellos* se habían reunido allí para la batalla, y así que los hombres de Israel se retiraron.+ 10 Él fue quien se levantó y siguió derribando a los filisteos hasta que se le cansó la mano, y su mano se quedó adherida a la espada,+ de modo que Jehová ejecutó una gran salvación en aquel día;+ y en cuanto a la gente, volvió detrás de él solo para despojar [a los derribados].+

11 Y después de él fue Samah hijo de Agué el hararita.+ Y los filisteos procedieron a reunirse en Lehí, donde sucedió que había entonces una porción del campo llena de lentejas;+ y el pueblo mismo huyó a causa de los filisteos. 12 Pero él se plantó en medio de la porción [del campo] y la libró y siguió derribando a los filisteos, de modo que Jehová ejecutó una gran salvación.+

13 Y tres de los treinta cabezas+ procedieron a descender y venir al tiempo de [la] siega,* a David en la cueva de Adulam;+ y una aldea de tiendas de los filisteos estaba acampada en la llanura baja de los refaím.*+ 14 Y David entonces estaba en el lugar de difícil acceso;+ y una avanzada+ de los filisteos estaba entonces en Belén. 15 Después de un rato David expresó su deseo vehemente y dijo: “¡Ay, que pudiera yo beber del agua de la cisterna de Belén que está a la puerta!”.+ 16 Ante esto, los tres hombres poderosos se abrieron paso por fuerza en el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna de Belén que está a la puerta, y vinieron llevándola y trayéndosela a David;+ y él no consintió en beberla, sino que se la derramó+ a Jehová. 17 Y pasó a decir: “¡Es inconcebible de parte mía,+ oh Jehová, que yo haga esto! ¿[Beberé yo]* la sangre+ de los hombres que fueron a riesgo de sus almas?”. Y no consintió en beberla.

Estas son las cosas que hicieron los tres hombres poderosos.

18 En cuanto a Abisai+ hermano de Joab hijo de Zeruyá,+ él era el cabeza de los treinta,* y estuvo blandiendo su lanza sobre trescientos que fueron muertos, y tenía una reputación como la de los tres.+ 19 Aunque era distinguido hasta más que los demás de los treinta,* y vino a ser su jefe, no llegó al nivel de los tres [primeros].+

20 En cuanto a Benaya*+ hijo de Jehoiadá+ hijo de un hombre valiente, que hizo muchas hazañas en Qabzeel,+ él mismo derribó a los dos hijos de Ariel de Moab; y él mismo descendió y derribó a un león*+ dentro de una cisterna en un día de nieve.+ 21 Y él fue quien derribó al egipcio que era de tamaño extraordinario.*+ Aunque había una lanza en la mano del egipcio, no obstante procedió a bajar a él con una vara, y arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza.+ 22 Estas cosas hizo Benaya+ hijo de Jehoiadá; y tenía una reputación como la de los tres hombres poderosos.+ 23 Aunque era distinguido hasta más que los treinta, no llegó al nivel de los tres; pero David lo nombró a su propia guardia de corps.+

24 Asahel+ hermano de Joab figuraba entre los treinta; Elhanán+ hijo de Dodó de Belén, 25 Samah+ el harodita, Eliqá el harodita, 26 Hélez+ el paltita, Irá+ hijo de Iqués+ el teqoíta, 27 Abí-ézer+ el anatotita,+ Mebunai el husatita,+ 28 Zalmón el ahohíta,+ Maharai+ el netofatita, 29 Héleb+ hijo de Baanah el netofatita, Ittai+ hijo de Ribai, de Guibeah de los hijos de Benjamín, 30 Benaya+ piratonita, Hidai, de los valles torrenciales de Gaas,+ 31 Abí-albón el arbatita, Azmávet+ el bar-humita, 32 Eliahbá el saalbonita, los hijos de Jasén, Jonatán,+ 33 Samah el hararita, Ahiam+ hijo de Sarar el hararita, 34 Elifélet hijo de Ahasbai hijo del maacatita, Eliam hijo de Ahitofel+ el guilonita, 35 Hezró+ el carmelita, Paarai el arbita, 36 Igal hijo de Natán+ de Zobá, Baní el gadita, 37 Zéleq+ el ammonita, Naharai el beerotita, escuderos de Joab hijo de Zeruyá, 38 Irá el itrita,+ Gareb+ el itrita, 39 Urías+ el hitita.⁠.⁠. treinta y siete en conjunto.

24 Y la cólera de Jehová volvió+ a ponerse ardiente contra Israel, cuando uno* incitó a David* contra ellos, diciendo: “Anda, toma la cuenta+ de Israel y Judá”. 2 De modo que el rey dijo a Joab+ el jefe* de las fuerzas militares que estaba con él:* “Muévete, por favor, por todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beer-seba,+ e inscriban ustedes al pueblo,+ y ciertamente sabré el número de la gente”.+ 3 Pero Joab dijo al rey: “Que aun añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces más de lo que son mientras lo estén viendo los mismos ojos de mi señor el rey. Pero en cuanto a mi señor el rey, ¿por qué se ha deleitado en esta cosa?”.+

4 Por fin la palabra del rey prevaleció+ sobre Joab y los jefes de las fuerzas militares. De modo que Joab y los jefes de las fuerzas militares salieron de delante del rey para inscribir+ al pueblo, Israel. 5 Entonces cruzaron el Jordán y se pusieron a acampar en Aroer,+ a la derecha de la ciudad* que está en medio del valle torrencial, hacia los gaditas,+ y a Jazer.+ 6 Después siguieron adelante a Galaad+ y a la tierra de Tahtim-hodsí* y continuaron hasta Dan-jaán y fueron alrededor a Sidón.+ 7 Entonces llegaron al fuerte de Tiro+ y a todas las ciudades de los heveos+ y de los cananeos, y llegaron al punto de terminación en el Négueb+ de Judá, en Beer-seba.+ 8 Así fueron moviéndose por todo el país, y llegaron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días. 9 Joab entonces dio al rey el número de la inscripción+ del pueblo; e Israel ascendió a ochocientos mil hombres valientes que sacaban espada, y los hombres de Judá eran quinientos mil hombres.+

10 Y el corazón de David empezó a darle golpes+ después de haber contado así al pueblo. Por consiguiente, David dijo a Jehová: “He pecado+ muchísimo en lo que he hecho. Y ahora, Jehová, deja pasar el error de tu siervo,+ por favor; porque he obrado muy tontamente”.+ 11 Cuando David procedió a levantarse por la mañana, la palabra misma de Jehová vino a Gad+ el profeta, el hombre de visiones+ de David, diciendo: 12 “Ve,* y tienes que decir a David: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Tres cosas te estoy imponiendo.+ Escógete una de ellas para que te la haga”’”.+ 13 Por consiguiente, Gad entró a donde David y le informó y le dijo:+ “¿Deben venirte siete* años de hambre en tu país,+ o tres meses de huir tú delante de tus adversarios,+ con ellos persiguiéndote, o debe haber tres días de peste* en tu país?+ Ahora sabe y ve lo que responderé a Aquel que me envió”. 14 De modo que David dijo a Gad: “Me es muy angustioso. Caigamos, por favor, en la mano de Jehová,+ porque son muchas sus misericordias;+ pero en mano de hombre* no se me deje caer”.*+

15 Entonces Jehová dio una peste+ en Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado, de modo que del pueblo, desde Dan hasta Beer-seba,+ setenta mil personas murieron.+ 16 Y el ángel+ mantuvo alargada la mano hacia Jerusalén para arruinarla; y Jehová empezó a sentir pesar+ respecto a la calamidad, y por eso dijo al ángel que estaba causando ruina entre el pueblo: “¡Basta! Ahora deja caer tu mano”. Y el ángel mismo de Jehová se hallaba cerca de la era de Arauna+ el jebuseo.+

17 Y David procedió a decir a Jehová, cuando vio al ángel que estaba derribando al pueblo, sí, procedió a decir: “Mira que yo soy el que he pecado y yo soy el que he hecho mal; pero estas ovejas+.⁠.⁠. ¿qué han hecho ellas? Venga tu mano, por favor, sobre mí+ y sobre la casa de mi padre”.

18 Más tarde Gad entró a donde David en aquel día y le dijo: “Sube, erige para Jehová un altar en la era de Arauna el jebuseo”.+ 19 Y David empezó a subir conforme a la palabra de Gad, conforme a lo que había mandado Jehová.+ 20 Cuando Arauna miró hacia abajo y vio al rey y a sus siervos que venían pasando en dirección a él, Arauna salió en seguida y se inclinó+ ante el rey rostro a tierra.+ 21 Entonces dijo Arauna: “¿Por qué ha venido mi señor el rey a su siervo?”. A lo cual dijo David: “Para comprarte+ la era a fin de edificar un altar a Jehová, para que se detenga el azote+ de sobre el pueblo”. 22 Pero Arauna dijo a David: “Tómela+ mi señor el rey y ofrezca lo que sea bueno a sus ojos. Ve ahí el ganado vacuno para la ofrenda quemada y el trillo y los aparejos del ganado vacuno para leña.+ 23 Todo esto Arauna, oh rey,* lo da en efecto al rey”. Y Arauna dijo además al rey: “Que Jehová tu Dios se muestre complacido en ti”.+

24 Sin embargo, el rey dijo a Arauna: “No, sino que sin falta te la compraré por precio;+ y no ofreceré a Jehová mi Dios sacrificios quemados sin costo”.+ Por consiguiente, David compró+ la era y el ganado vacuno por cincuenta siclos de plata.* 25 Y David procedió a edificar allí un altar+ a Jehová y a ofrecer sacrificios quemados y sacrificios de comunión, y Jehová empezó a dejarse rogar+ a favor de la tierra, de modo que se detuvo el azote de sobre Israel.

“Los amalequitas”, Sy y cinco mss heb.; MLXXVg: “Amaleq”.

O: “los carros”.

“Mareo”, Sy; en M el significado no se conoce con certeza.

“Jehová”, MSyVg; LXX: “Judá”.

“El ungido de.” Heb.: meschí·aj; gr.: kjri·stón; sir.: lam·schi·jeh; lat.: chrí·stum.

Lit.: “Tus sangres”.

O: “del [Que Es] Recto”.

“Campos de primicias”, LXXVg.

O: “rechazado con asco”.

“Que los leones.” Heb.: me·’ara·yóhth, leones africanos.

O: “este amor leal”.

“Su señor.” Heb.: ’adho·neh·kjém, pl. para denotar excelencia. Véase Gé 39:2, n.

O: “verdad”.

“Sacarlo del campamento”, LXX.

“Guesuritas”, SyVg; T: “aseritas”.

“Salieron de Hebrón”, LXX.

Que significa: “Campo de Cuchillos de Pedernal”; o, por una enmienda: “Campo de Lados”. Compárese con Jos 5:2, n.

“Seguirme no sea que hiera”, LXX.

O: “la parte trasera”, posiblemente hiriendo con un movimiento hacia atrás de la lanza.

“El Dios [verdadero].” Véase Ap. 1F.

“Is-bóset”, LXXBagsterSyVg; M: “él”.

“Su esposo”, LXXSyVg; M: “un hombre”.

“Paltí”, en 1Sa 25:44.

“¿Lo enviaste para que se fuera en paz? (25) O, ¿no conoces realmente la maldad de Abner hijo de Ner?”, LXX.

“Pertenecían a Is-bóset hijo de Saúl”, LXXBagster.

O léase: “hombres mayores”.

“Sobre Israel”, MSyVg; LXX: “sobre Israel en conjunto”.

Lit.: “el Relleno”. Heb.: ham·mil·lóh’. Posiblemente una estructura parecida a una ciudadela.

“Y Jehová el Dios de los ejércitos.” Heb.: wa·Yhwáh ’Elo·héh tseva·’óhth; la primera vez que aparece esta expresión. Véase 1Re 19:10, 14.

Que significa: “Amo de Rompimientos a Través”.

“Ídolos”, MSyVg; LXX y 1Cr 14:12: “dioses”.

“Arbustos bekja.” Heb.: bekja·’ím, pl.; LXX: “lugar de llanto”.

“El marchar”, en 1Cr 14:15.

“Desde Gueba.” Heb.: mig·Gué·va‛; gr.: Ga·ba·ón; en 1Cr 14:16: “Gabaón”.

O: “matracas musicales”.

“Kidón”, en 1Cr 13:9.

Que significa: “Ruptura Contra Uzah”.

“Casquivanos”, M; LXX: “bailadores”.

“Fue delante de Jehová, que”, M; LXX: “Delante de Jehová bailaré. Bendito sea Jehová, que”.

“Mis”, MSyVg; LXX: “tus”.

“Tribus”, MSyVg; en 1Cr 17:6: “Jueces”.

Lit.: “de un hombre terrestre”. Heb.: ’a·dhám; LXXSyVg: “de los hombres”.

O: “amor leal”.

“Humanidad.” Heb.: ha·’a·dhám; LXX: “el hombre”; lat.: Á·dam.

Lit.: “una nación”, MSy; LXX: “otra nación”.

“Para ellos”, cuatro mss heb. (compárese con SyVg); M: “para ustedes”.

“A expulsar”, de acuerdo con LXX y 1Cr 17:21; M: “para tu tierra”; Vg: “sobre la tierra”.

“Jehová Dios.” Heb.: Yehwáh ’Elo·hím; la primera vez que aparece esta expresión desde Éx 9:30.

Lit.: “ha hallado su corazón”.

O: “verdaderas”. Heb.: ’eméth.

“Haciendo que se acostaran.” En heb. estas palabras son un solo verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.

O: “regalos”.

“Hadadézer”, Al, Ca, Leningrado B 19A, muchos otros mss heb. y 1Cr 18:10; LXXSyVgc y unos 55 mss heb.: “Hadarézer”.

“Éufrates.” Solo los puntos vocálicos aparecen en M, pero el nombre aparece en MmargenLXXSyVg y en unos 45 mss heb. Es qeré, pero no ketib (leído, pero no escrito). Compárese con Jue 20:13, n.

Posiblemente: “tiros”.

“Siria”, LXXVg; M: “Aram”; Sy: “Edom”.

“Bétah”, MVg; Sy: “Tébah”; en 1Cr 18:8: “Tibhat”. Compárese con “Tébah” en Gé 22:24.

“Toi”, M; LXXVg: “Thou”; 1Cr 18:9, 10: “Tou”.

O: “bendecirlo”.

O: “declaró sagrados”.

“Los edomitas”, LXXSy, seis mss heb. y 1Cr 18:12; MVg: “Siria (Aram); los sirios”.

Lit.: “recordativo”.

“Y Ahimélec hijo de Abiatar”, MLXXVg; Sy: “y Abiatar hijo de Ahimélec”.

“Y Benaya.” Heb.: u·Vena·yá·hu.

“Estaba sobre”, TSyVg y 1Cr 18:17; M: “y”, o: “estaba con”; LXX: “[era] consejero, y”.

“Sacerdotes”, MVg; LXX: “jefes de la corte”; Sy: “jefes”; en 1Cr 18:17: “primeros en cuanto a posición, al lado del rey”.

O: “padre”.

O: “hijo”.

Lit.: “pan”.

“Para la casa”, LXXL.

“Tu amo.” Heb.: ’adho·nei·kja, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.

“Mi mesa”, MVgc; LXX: “la mesa de David”; Sy: “mesa del rey”.

Lit.: “un hijo pequeño”.

“Ciudad”, MLXXSyVg; en 1Cr 19:3: “país”.

O: “los hombres de Tob”.

Lit.: “todo el ejército.⁠.⁠. los hombres poderosos”. Véanse 16:6; 20:7; 23:8.

“Puerta”, MLXXSyVg; en 1Cr 19:9: “ciudad”.

“Entonces llegaron a Helam”, MLXXSy; Vg: “condujo allí el ejército de ellos”.

O: “Y en la siguiente primavera”.

O: “y alcanzó a ver a una mujer que estaba bañándose en una azotea”.

“Amiel”, en 1Cr 3:5.

O: “la porción del rey”, es decir, la porción enviada por el anfitrión al huésped que recibe honra. Compárese con Gé 43:34.

“Jerubéset”, MVg; LXX: “Jerubaal”; en Jue 6:32; Jue 7:1; Jue 9:1, 16, 24, 28: “Jerubaal”.

“Su dueño.” Heb.: ba‛·láh. Véanse Gé 20:3; Dt 24:1, 4.

Lit.: “¡es un hijo de la muerte!”.

“Casa”, MLXXVg; Sy: “hijas”.

“Tratado a Jehová con falta de respeto”, era la lectura original. El texto fue enmendado (corregido) para que dijera: “tratado a los enemigos de Jehová con falta de respeto”. Véase Ap. 2B.

Lit.: “y uno procedió a llamar su nombre Salomón”, M; MmargenTSy y unos cuantos mss heb.: “y ella procedió a llamar su nombre Salomón”. “Salomón” significa: “Pacífico”. Compárese con 1Cr 22:9, nn.

Que significa: “Amado de Jah”.

Probablemente: “la ciudad de las aguas”, como en el v. 27.

Posiblemente: “Milcom”, ídolo de un dios de los ammonitas. LXX: “Melcol su rey”; Vg: “su rey”.

Unos 34,2 kg (1.101 oz. t.).

“Los hizo servir”, por la corrección de una letra; M: “los hizo pasar [a través]”.

Lit.: “Jonadab”. En otros lugares de M se le llama “Jehonadab”.

Probablemente semejantes a rosquillas, fritas en mucha grasa más bien que horneadas.

“No, hermano mío; porque”, LXXLIt.

“Manos”, LXXVg; M: “mano”.

LXX termina el v. así: “Y Absalón hizo un banquete como el banquete del rey”.

“Su mulo.” Heb.: pir·dóh; la primera vez que aparece esta palabra.

“Y todos sus siervos que estaban parados alrededor de él rasgaron sus prendas de vestir exteriores”, LXXVg.

LXX añade: “Y el vigía se acercó y le anunció al rey y dijo: ‘He visto a hombres del camino a Horonaim por la ladera de la montaña’”.

Insertado para identificar el sujeto del verbo; SyVg: “David”; LXX: “el rey David”; M: “él”.

“El alma de”, se insertó a fin de concordar con el verbo heb. para “anheló”, que es fem., mientras que “David el rey” es masc.; LXX: “el espíritu del rey”.

Lit.: “falló [con anhelo] en salir”.

“Entrar a donde”, LXXSyVg y muchos mss heb.; M: “decir al”.

Lit.: “entre ellos”.

O: “sobreviviente”.

“Que procurara aniquilarnos a mí”, LXX; M omite: “que procurara”.

“Dios”, MLXXSyVg; TLXXL: “Jehová”.

“Pues mira, has hecho”, muchos mss heb.

Unos 2,3 kg (5 lb. a.).

“Peso real de piedras.” Puede haber sido un peso estándar mantenido en el palacio real, o un siclo “real” que difiriera del siclo común. Compárese con Éx 30:13, n: “Santo”.

“Cayendo”, de acuerdo con LXX: “y cayó”; M omite este verbo.

“Cuarenta años”, MLXXVgc; LXXLSyVg: “cuatro años”. Quizás 40 años desde el ungimiento de David. Compárese con 1Sa 16:13.

O: “iban en su inocencia”.

“Envió por”, M; LXX: “envió y llamó a”.

Que significa: “La Casa Lejana”.

Lit.: “habían venido a sus pies”, es decir, los pies de Ittai, mencionado en el v. 19.

“Y ejerza Jehová para contigo”, de acuerdo con LXX; M omite estas palabras.

Lit.: “Y toda la tierra”.

Posiblemente: “el rey estaba parado junto al valle torrencial de Cedrón, y toda la gente iba cruzando delante de él por el camino del olivo en el desierto”, LXXLucian.

“Junto a Abiatar”, por una enmienda; M: “y Abiatar procedió a subir”.

“Junto a los vados”, M;  MmargenLXXSy(sing.)Vg: “en las llanuras desérticas”.

“Y continuaron”, MSyVg; LXX: “y ella continuó”.

O: “uno; él”.

“Tu amo.” Heb.: ’adho·néi·kja, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.

Lit.: “hombre de las sangres”. Heb.: ’isch had·da·mím, pl.

O: “y hombre de inutilidad”. Lit.: “y hombre del belial”. Heb.: we’ísch hab·beli·yá·‛al.

Lit.: “¿Qué [hay] para mí y para ustedes?”. Modismo heb.; pregunta de repulsa que indica objeción a la acción propuesta por Abisai. Véase Ap. 7B.

Según Mmargen; M: “En caso de que él invoque el mal y en caso de que Jehová le haya dicho: ‘¡Invoca el mal contra David!’, ¿quién, entonces [.⁠.⁠.]?”.

“Con su ojo.” Una de las Dieciocho Enmiendas. Aquí los soferim hicieron que el texto dijera “mi error”, es decir, el error cometido contra mí. LXXSyVg: “mi aflicción”. Véase Ap. 2B.

O: “resultaré ser yo”. Compárese con Éx 3:14.

Véase v. 18, n.

“Un hombre”, 30 mss heb.; en M solo aparece el punto vocálico. Es qeré, pero no ketib (leído, pero no escrito). Véase Jue 20:13, n.

“De la palabra del Dios [verdadero].” Heb.: bidh·vár ha·’Elo·hím. El artículo definido ha, “el”, que precede al título ’Elo·hím, es para comunicar énfasis. Esta es la primera vez que aparece la expresión. Véase Ap. 1F.

Posiblemente: “Y déjame traerte a toda la gente de vuelta tal como la novia regresa a su esposo. Es solo el alma de un hombre lo que estás buscando, y todo el pueblo mismo llegará a estar en paz”. LXX concuerda.

“El león.” Heb.: ha·’ar·yéh, el león africano.

Lit.: “y tu mismo rostro”.

O: “en batalla”. LXXSyVg: “en medio de ellos”.

O: “por temor de que le sea comunicado al rey y a toda la gente que está con él”.

O: “se ahorcó”, LXX, como en Mt 27:5.

“Israelita”, MLXXSy; LXXA y 1Cr 2:17: “ismaelita”.

“Nahás”, MLXXSyVg; LXXL y 1Cr 2:12-16: “Jesé”.

“Trajeron”, LXX.

“Efraín”, MLXXVg; LXXL: “Mahanaim”.

Lit.: “orejas”.

O: “armas”. Lit.: “varas”.

Lit.: “tienda”.

“Por la razón misma de que.” Heb.: ki-‛a·lé. M tiene puntos vocálicos para indicar la lectura ki-‛al-kén, como en algunos mss heb. Es qeré, pero no ketib (leído, pero no escrito). Compárese con Jue 20:13, n.

“A pesar de aquello, él dijo”, LXXSyVg.

O: “de la Cuenca”. Véase Gé 13:10, n: “Distrito”.

“¡Bien va!” Heb.: scha·lóhm, “¡Paz!”. Compárese con los vv. 29, 32.

MLXX terminan aquí el capítulo 18.

Lit.: “tiendas”.

O: “se apresuraron a bajar”.

Posiblemente: “ellos”.

“[Él] salió.” Heb.: ya·tsá’. Aparecen tres puntos sobre esta palabra para indicar que ya·tsá’·tha, “[tú] saliste”, debe sustituirse de acuerdo con otra recensión del texto heb. y en armonía con la expresión precedente, tiz·kór, “[tú] te acuerdes”. Véase Ap. 2A.

“El ungido de.” Heb.: meschí·aj; gr.: kjri·stón; sir.: lam·schi·jeh; lat.: chrí·sto.

Lit.: “¿Qué [hay] para mí y para ustedes?”. Modismo heb.; pregunta de repulsa que indica objeción a la acción propuesta por Abisai. Véase Ap. 7B.

“Un resistidor.” Heb.: lesa·tán; sir.: sa·ta·na’; lat.: Sá·tan.

“El hijo del hijo de Saúl”, LXXB; Sy: “el hijo de Jonatán hijo de Saúl”; MVg: “el hijo de Saúl”.

“Con”, MLXXSyVg; unos 60 mss heb.: “a”.

Lit.: “otra cosa sino hombres de muerte”.

Lit.: “mío”, en sentido colectivo.

Lit.: “Yo”, en sentido colectivo.

“Yo tengo diez partes en el rey, y soy el primogénito más bien que ustedes, y por eso en David estoy sobre ustedes”, LXX.

Lit.: “me”.

Lit.: “mi”.

O: “un sinvergüenza”. Lit.: “un hombre de belial (inutilidad)”.

“A sus dioses.” Lit.: “a sus tiendas”. Heb.: le’o·ha·láv. Una de las Dieciocho Enmiendas de los Soferim, pues se afirma que el texto heb. original decía: le’·lo·háv (de ’elo·hím, “dioses” o “Dios”). Véase Ap. 2B.

Lit.: “[en] viudez de condición de vida”, M; LXX: “viudas vivientes”; Vg: “viviendo en viudez”.

Lit.: “y arrebate nuestro ojo”.

“Esta”, es decir, la espada.

Por una leve enmienda; M: “beritas”.

Lit.: “tiendas”.

“Keretitas”, Mmargen y muchos mss heb.; M: “guardia de corps carios”.

O: “recordativo”.

Véase 8:18, n: “Sacerdotes”.

Lit.: “las sangres”. Heb.: had·da·mím.

O: “reparación”.

Lit.: “mí”, M, en sentido colectivo; Mmargen: “nosotros”.

“Exponérselos”, M, es decir, con los brazos y las piernas quebrados; LXX: “colgar al sol”; Sy: “sacrificar”.

“El escogido”, M; LXX: “los escogidos”; Vg: “el una vez escogido”. Probablemente debe leerse: “en la montaña”. Compárese con el v. 9.

“Merab”, LXXL y dos mss heb.; Sy: “Nadab”. Los tárgumes dicen: “los cinco hijos de Merab (que Mical, hija de Saúl, crió) que ella dio a luz”. Compárese con 6:23.

LXX añade: “y de los colgados al sol”.

O: “Zelah”.

Lit.: “los Rafah”. Heb.: ha·Ra·fáh. Aquí se toma el nombre del padre para representar a la entera raza de gigantes.

Unos 3,42 kg (7,5 lb. a.).

“Una espada nueva”, Vg; gr: ko·rý·nen, “un garrote”, a menudo con regatón de hierro para pelear.

“Guézer”, en 1Cr 20:4.

“Hijo de Jaaré-oreguim el betlemita logró derribar a Goliat”, M; en 1Cr 20:5: “hijo de Jaír logró derribar a Lahmí hermano de Goliat”.

O: “Goliat de Gat”.

“Simeá”, en 1Cr 20:7; en 1Sa 16:9: “Samah”.

“Seol.” Heb.: sche’óhl; sir.: da·schiul; Vgc(lat.): in·fér·ni; gr.: tha·ná·tou, “muerte”. Véase Ap. 4B.

Posiblemente: “vino a vuelo rápido”, por una leve corrección de M, y como en Sl 18:10 y muchos mss heb.

O: “alas de viento”.

“Oscuras”, por una enmienda; según KB3: “de zaranda”.

“Tierra productiva.” Heb.: te·vél; gr.: oi·kou·mé·nes, “tierra habitada”, la misma palabra que aparece en Mt 24:14; lat.: ór·bis, “círculo [terrestre]”.

“Aliento de.” Heb.: rú·aj; gr.: pnéu·ma·tos.

Lit.: “ella”.

Lit.: “pero tus ojos bajarás contra los altivos”.

“¿Quién es un Dios?”, M(heb.: mi-’Él)Vg; LXX: “¿quién es un Fuerte?”.

“Nuestro Dios.” Heb.: ’Elo·héh·nu; gr.: The·óu; lat.: Dé·um.

De acuerdo con Sl 18:32, este texto pudiera corregirse de modo que dijera: “El Dios [verdadero] me ciñe apretadamente con energía vital”.

O: “colocando”.

Lit.: “Hijos de un (país) extranjero”.

O: “amor leal”.

“A su ungido.” Heb.: lim·schi·jóh; gr.: kjri·stói; sir.: lam·schi·jeh; lat.: chrí·sto.

O: “prole; posteridad; simiente”.

“El hombre físicamente capacitado.” Heb.: hag·gué·ver.

“Melodías de.” Heb.: zemi·róhth, es decir, canciones con acompañamiento musical.

O: “y el agradable cantor de Israel”.

“Y su palabra.” Heb.: u·mil·la·thóh (de mil·láh), una palabra que se usaba solo en poesía, como en Sl 19:4; Sl 139:4; Pr 23:9 y 34 veces en Job.

“Dios.” Heb.: ’El; lat.: Dé·um; LXX: “el Fuerte”.

O: “un pacto de tiempo indefinido”.

M añade: “en la morada”, pero esta expresión parece haber sido insertada inadvertidamente debido a la expresión heb. similar, basch·schéveth, del siguiente renglón.

“Tres”, LXXL.

“Estuvo blandiendo su lanza”, por una corrección de M en armonía con 1Cr 11:11; M: “Era Adino el eznita”.

“Con David en Pas-damim, donde los filisteos”, en 1Cr 11:13.

“Al tiempo de [la] siega”, M; LXXL y 1Cr 11:15: “a la roca”.

“Refaím.” Heb.: Refa·’ím; gr.: Rha·fa·ím; SyVg: “los gigantes”.

“¿Beberé yo?”, LXX; esta frase falta en M por aposiópesis (silencio repentino).

“Treinta”, Sy y dos mss heb.; MLXXVg: “tres”.

“Treinta”, de acuerdo con el v. 18; MLXXVg: “tres”.

Lit.: “Benaiahu”.

Lit.: “el león”. Heb.: ha·’aríh, el león africano.

“De tamaño extraordinario”, de acuerdo con 1Cr 11:23; MLXX: “de apariencia”.

O: “él”. Véase 1Cr 21:1.

O: “cuando David fue incitado”.

“Jefe de.” Heb.: sar; LXX: “gobernante”; Vg: “príncipe”.

“A Joab y a los jefes de las fuerzas militares que estaban con él”, LXXL. Véanse el v. 4 y 1Cr 21:2.

“Se pusieron a acampar en Aroer, a la derecha de la ciudad”, M; LXXL: “empezaron en Aroer y en la ciudad”; Vg: “llegaron a Aroer, a la derecha de la ciudad”.

“Tierra de Tahtim-hodsí”, M; LXXL: “tierra de los hititas hacia Qadés”.

Lit.: “Habrá un ir”. En heb. estas palabras son un solo verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.

“Siete”, MSyVg; LXX y 1Cr 21:12: “tres”.

O: “peste (bubónica)”. Lat.: pe·sti·lén·ti·a; LXX: “muerte (peste mortífera)”.

“Hombre.” Heb.: ’a·dhám.

LXX añade: “Y David hizo su elección de la peste mortífera. (15) Y eran los días de la siega del trigo”.

O: “Todo esto Arauna como rey”.

Para calcular el valor, véase Ap. 8A.

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