El Primero de los Reyes*
o, según la versión griega de los LXX, EL TERCERO DE LOS REYES
1 Ahora bien, el rey* David se hallaba viejo,+ avanzado en días; y lo cubrían con prendas de vestir, pero no se calentaba. 2 De modo que sus siervos le dijeron: “Que busquen una muchacha, una virgen,+ para mi señor el rey, y ella tendrá que atender+ al rey, para que llegue a ser su enfermera;+ y tendrá que acostarse en tu seno,+ y mi señor el rey ciertamente se calentará”.+ 3 Y ellos* se pusieron a buscar una muchacha hermosa por todo el territorio de Israel, y por fin hallaron a Abisag,+ la sunamita,+ y entonces la trajeron al rey. 4 Y la muchacha era hermosa en extremo;+ y llegó a ser la enfermera del rey y siguió atendiéndolo, y el rey mismo no tuvo coito con ella.
5 Durante todo ese tiempo Adonías+ hijo de Haguit+ iba alzándose,+ y decía: “¡Yo mismo voy a reinar!”.+ Y procedió a mandar que le hicieran un carro con hombres de a caballo y cincuenta hombres que corrieran delante de él.+ 6 Y su padre no le hirió el amor propio en ninguna ocasión* diciendo: “¿Por qué has hecho de esta manera?”.+ Y él era también muy bien parecido de forma,+ y [su madre]* lo había dado a luz después de Absalón. 7 Y él llegó a tener tratos con Joab hijo de Zeruyá y con Abiatar+ el sacerdote, y ellos empezaron a ofrecer ayuda como seguidores de Adonías.+ 8 En cuanto a Sadoc+ el sacerdote y Benaya*+ hijo de Jehoiadá y Natán+ el profeta y Simeí+ y Reí y los hombres poderosos+ que pertenecían a David, no se envolvieron+ con Adonías.*
9 Andando el tiempo, junto a la piedra de Zohélet,* que está al lado de En-roguel,+ Adonías celebró un sacrificio+ de ovejas y reses vacunas y [animales] cebados, y procedió a invitar a todos sus hermanos los hijos del rey,+ y a todos los hombres de Judá los siervos del rey; 10 y a Natán el profeta y a Benaya y a los hombres poderosos y a Salomón su hermano no los invitó. 11 Natán+ entonces dijo a Bat-seba,+ la madre de Salomón:+ “¿No has oído que Adonías hijo de Haguit+ ha llegado a ser rey, y nuestro señor* David no sabe nada de ello? 12 Así es que ahora ven, por favor, déjame aconsejarte solemnemente.+ Y provee escape para tu propia alma y para el alma de tu hijo Salomón.+ 13 Ve y entra a donde el rey David, y tienes que decirle: ‘¿Acaso tú, mi señor el rey, no fuiste quien juró a tu esclava, diciendo: “Salomón tu hijo es el que llegará a ser rey después de mí, y él es el que se sentará sobre mi trono”?+ ¿Por qué, pues, ha llegado a ser rey Adonías?’. 14 ¡Mira! Mientras tú estés todavía hablando allí con el rey, entonces yo mismo entraré después de ti, y ciertamente confirmaré tus palabras”.+
15 Por consiguiente, Bat-seba entró a donde el rey en el cuarto interior,+ y el rey se hallaba muy viejo,+ y Abisag,+ la sunamita, estaba atendiendo al rey. 16 Entonces Bat-seba se inclinó y se postró+ ante el rey, por lo cual el rey dijo: “¿Qué tienes [que pedir]?”.+ 17 Ante esto, ella le dijo: “Señor mío,+ tú fuiste quien juró por Jehová tu Dios a tu esclava: ‘Salomón tu hijo es el que llegará a ser rey después de mí, y él es el que se sentará sobre mi trono’.+ 18 Y ahora, ¡mira!, Adonías+ mismo ha llegado a ser rey, y ahora mi señor el rey mismo no sabe nada de ello.+ 19 Así que sacrificó toros y [animales] cebados y ovejas en gran cantidad e invitó a todos los hijos del rey+ y a Abiatar+ el sacerdote y a Joab+ el jefe del ejército; pero a Salomón tu siervo no lo ha invitado.+ 20 Y tú mi señor el rey... los ojos+ de todo Israel están sobre ti, para que les informes quién va a sentarse sobre el trono de mi señor el rey después de él.+ 21 Y ciertamente sucederá que en cuanto mi señor el rey yazca con sus antepasados,+ yo misma y también mi hijo Salomón ciertamente llegaremos a ser ofensores”.
22 Y, ¡mire!, mientras todavía estaba ella hablando con el rey, Natán el profeta mismo entró.+ 23 En seguida se lo informaron al rey, diciendo: “¡Aquí está Natán el profeta!”. Después de eso, él entró delante del rey y se postró ante el rey, rostro a tierra.+ 24 Entonces dijo Natán: “Mi señor el rey, ¿dijiste tú mismo: ‘Adonías es el que llegará a ser rey después de mí, y él es el que se sentará sobre mi trono’?+ 25 Porque hoy ha bajado para sacrificar+ toros y [animales] cebados y ovejas en gran cantidad, y para invitar a todos los hijos del rey y a los jefes del ejército y a Abiatar el sacerdote;+ y allí están comiendo y bebiendo delante de él, y siguen diciendo: ‘¡Viva el rey Adonías!’.+ 26 Pero en cuanto a mí tu siervo, a mí y a Sadoc+ el sacerdote y a Benaya+ el hijo de Jehoiadá y a Salomón tu siervo, no nos ha invitado.+ 27 Si es de parte de mi señor el rey que se ha efectuado esta cosa, entonces no has hecho saber a tu siervo+ quién debe sentarse sobre el trono de mi señor el rey después de él”.
28 El rey David entonces contestó y dijo: “Llámenme a Bat-seba”.+ En seguida ella entró delante del rey y se quedó de pie ante el rey. 29 Y el rey procedió a jurar+ y decir: “Tan ciertamente como que vive Jehová,+ quien ha redimido+ mi alma+ de toda angustia,+ 30 tal como te he jurado por Jehová el Dios de Israel, diciendo: ‘¡Salomón tu hijo es el que llegará a ser rey después de mí, y él es el que se sentará sobre mi trono en lugar de mí!’, así lo haré este día”.+ 31 Entonces Bat-seba se inclinó rostro a tierra y se postró+ ante el rey y dijo: “¡Viva mi señor el rey David hasta tiempo indefinido!”.+
32 Al instante dijo el rey David: “Llámenme a Sadoc+ el sacerdote y a Natán el profeta y a Benaya+ hijo de Jehoiadá”. Por lo tanto ellos entraron delante del rey. 33 Y el rey pasó a decirles: “Tomen con ustedes a los siervos+ de su señor,* y tienen que hacer que Salomón mi hijo cabalgue sobre la mula que me pertenece,+ y conducirlo abajo a Guihón.+ 34 Y Sadoc el sacerdote y Natán el profeta tienen que ungirlo+ allí por rey sobre Israel; y ustedes tienen que tocar el cuerno+ y decir: ‘¡Viva el rey Salomón!’.+ 35 Y ustedes tienen que subir detrás de él, y él tiene que entrar y sentarse sobre mi trono; y él mismo será rey en lugar de mí, y a él lo tendré que comisionar para que llegue a ser caudillo sobre Israel y sobre Judá”. 36 En seguida Benaya hijo de Jehoiadá contestó al rey y dijo: “¡Amén!*+ Así diga* Jehová el Dios de mi señor el rey.+ 37 Tal como Jehová resultó estar con mi señor el rey,+ así resulte estar con Salomón,+ y haga él más grande su trono+ que el trono de mi señor el rey David”.
38 Y Sadoc+ el sacerdote y Natán+ el profeta y Benaya+ hijo de Jehoiadá y los keretitas+ y los peletitas+ procedieron a bajar y a hacer que Salomón cabalgara sobre la mula del rey David,+ y entonces lo llevaron a Guihón.+ 39 Sadoc el sacerdote ahora tomó de la tienda+ el cuerno de aceite+ y ungió+ a Salomón; y empezaron a tocar el cuerno, y todo el pueblo rompió a decir: “¡Viva el rey Salomón!”.+ 40 Después de aquello, todo el pueblo vino subiendo detrás de él, y la gente estaba tocando flautas+ y regocijándose con gran gozo,+ de modo que la tierra+ se partía por el ruido de ellos.
41 Y Adonías y todos los invitados que estaban con él llegaron a oírlo, cuando ellos mismos habían acabado de comer.+ Cuando Joab llegó a oír el sonido del cuerno, en seguida dijo: “¿Qué significa el ruido del pueblo en alboroto?”.+ 42 Mientras todavía estaba él hablando, pues, aquí vino Jonatán+ hijo de Abiatar el sacerdote. Entonces Adonías dijo: “Entra, porque eres un hombre valiente, y traes buenas noticias”.+ 43 Pero Jonatán respondió y dijo a Adonías: “¡No! Nuestro señor* el rey David mismo ha hecho rey a Salomón.+ 44 Así que el rey envió con él a Sadoc el sacerdote y a Natán el profeta y a Benaya hijo de Jehoiadá y a los keretitas y a los peletitas, y lo hicieron cabalgar sobre la mula del rey.+ 45 Entonces Sadoc el sacerdote y Natán el profeta lo ungieron por rey+ en Guihón; después de lo cual subieron de allá regocijándose, y el pueblo está en alboroto. Ese fue el ruido que ustedes oyeron.+ 46 Y, además, Salomón se ha sentado sobre el trono de la gobernación real.+ 47 Y otra cosa: los siervos del rey han entrado para desear el bien a nuestro señor el rey David, diciendo: ‘¡Haga tu Dios* el nombre de Salomón más espléndido que tu nombre, y haga su trono más grande que tu trono!’.+ En eso, el rey se inclinó sobre la cama.+ 48 Y, también, esto es lo que dijo el rey: ‘¡Bendito+ sea Jehová el Dios de Israel, que hoy ha dado uno que se siente sobre mi trono, y mis propios ojos lo ven!’”.+
49 Y todos los invitados que estaban con Adonías se pusieron a temblar y a levantarse y a irse cada uno por su propio camino.+ 50 Y Adonías mismo tuvo miedo a causa de Salomón. De modo que se levantó y se fue y se agarró de los cuernos del altar.+ 51 Con el tiempo se dio informe a Salomón, y se le dijo: “Mira que a Adonías mismo le ha dado miedo del rey Salomón; y mira que se ha asido de los cuernos del altar, y dice: ‘Que el rey Salomón me jure ante todo que no dará muerte a espada a su siervo’”. 52 A esto dijo Salomón: “Si llega a ser hombre valiente, no caerá ni un solo cabello+ suyo a tierra; pero si se hallara lo malo en él,+ entonces tendrá que morir”.+ 53 Por lo tanto el rey Salomón envió, y lo bajaron de sobre el altar. Entonces [Adonías] entró y se inclinó ante el rey Salomón; después de lo cual Salomón le dijo: “Vete a tu propia casa”.+
2 Y poco a poco se acercaron los días de David en que había de morir;+ y él procedió a dar órdenes a Salomón su hijo, y a decir: 2 “Yo me voy por el camino de toda la tierra,+ y tú tienes que ser fuerte+ y dar prueba de ser hombre.+ 3 Y tienes que guardar la obligación para con Jehová tu Dios, andando en sus caminos,+ guardando sus estatutos, sus mandamientos y sus decisiones judiciales+ y sus testimonios,* conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés,+ a fin de que actúes prudentemente en todo lo que hagas y adondequiera que te vuelvas; 4 a fin de que Jehová realice su palabra que habló respecto de mí,+ al decir: ‘Si tus hijos+ cuidan su camino, andando+ delante de mí en verdad*+ con todo su corazón+ y con toda su alma, no será cortado hombre tuyo de [sentarse] sobre el trono de Israel’.+
5 ”Y también tú mismo bien sabes lo que me hizo Joab hijo de Zeruyá+ en lo que hizo a dos jefes de los ejércitos de Israel, a Abner+ hijo de Ner y a Amasá+ hijo de Jéter,+ cuando los mató y colocó la sangre+ de guerra en tiempo de paz y puso la sangre de guerra sobre su cinto que estaba alrededor de sus caderas y en sus sandalias que estaban sobre sus pies. 6 Y tendrás que actuar conforme a tu sabiduría,+ y no dejar que sus canas bajen en paz+ al Seol.*+
7 ”Y para con los hijos de Barzilai+ el galaadita debes ejercer bondad amorosa,* y ellos tienen que hallarse entre los que coman a tu mesa;+ porque de esa manera se acercaron+ a mí cuando huí de delante de Absalón tu hermano.+
8 ”Y aquí está contigo Simeí+ hijo de Guerá el benjaminita de Bahurim,+ y él fue quien invocó el mal contra mí con una dolorosa invocación de mal+ el día en que yo iba a Mahanaim;+ y él fue quien bajó a mi encuentro al Jordán,+ de modo que le juré por Jehová, diciendo: ‘No te haré morir a espada’.+ 9 Y ahora no lo dejes sin castigar,+ porque eres un hombre sabio+ y bien sabes lo que debes hacerle, y tienes que hacer bajar sus canas+ con sangre al Seol”.+
10 Entonces yació David con sus antepasados+ y fue enterrado en la Ciudad de David.+ 11 Y los días que había reinado David sobre Israel fueron cuarenta años.+ En Hebrón+ había reinado siete años,+ y en Jerusalén había reinado treinta y tres años.+
12 En cuanto a Salomón, se sentó sobre el trono de David su padre;+ y gradualmente su gobernación real vino a quedar muy firmemente establecida.+
13 Con el tiempo Adonías hijo de Haguit vino a Bat-seba,+ madre de Salomón. Por lo cual ella dijo: “¿Es pacífica tu venida?”,+ a lo que él dijo: “Es pacífica”. 14 Y siguió diciendo: “Hay un asunto que tengo para ti”. De modo que ella dijo: “Habla”.+ 15 Y él continuó: “Tú misma bien sabes que la gobernación real había de llegar a ser mía, y era hacia mí hacia quien todo Israel había fijado su rostro para que yo llegara a ser rey;+ pero la gobernación real dio vuelta y llegó a ser de mi hermano, porque de parte de Jehová llegó a ser suya.+ 16 Y ahora hay una solicitud que te hago. No vuelvas [de ti] mi rostro”.+ Por lo tanto ella le dijo: “Habla”. 17 Y él pasó a decir: “Por favor, di a Salomón el rey (porque él no volverá tu rostro [de sí]) que me dé a Abisag+ la sunamita+ por esposa”. 18 A esto Bat-seba dijo: “¡Bien! Yo misma hablaré por ti al rey”.
19 De modo que Bat-seba entró a donde el rey Salomón para hablarle a favor de Adonías.+ En seguida el rey se levantó+ a su encuentro y se inclinó ante ella.+ Entonces se sentó sobre su trono e hizo poner un trono para la madre del rey, para que se sentara a su derecha.+ 20 Y ella procedió a decir: “Hay una pequeña solicitud que te hago. No vuelvas [de ti] mi rostro”. Por lo tanto el rey le dijo: “Hazla, madre mía; porque no volveré [de mí] tu rostro”. 21 Y ella pasó a decir: “Que Abisag la sunamita sea dada por esposa a Adonías tu hermano”. 22 Ante esto, el rey Salomón respondió y dijo a su madre: “¿Y por qué estás solicitando a Abisag la sunamita para Adonías? Solicita también para él la gobernación real+ (porque es mi hermano que es mayor que yo),+ aun para él y para Abiatar+ el sacerdote y para Joab+ hijo de Zeruyá”.+
23 Con eso, el rey Salomón juró por Jehová, y dijo: “Así me haga Dios, y así añada a ello,+ si no fue contra su propia alma contra quien Adonías habló esta cosa.+ 24 Y ahora, tan ciertamente como que vive Jehová,+ que me ha establecido firmemente+ y me mantiene sentado sobre el trono de David mi padre,+ y que me hizo una casa+ tal como ha hablado,+ hoy se dará muerte a Adonías”.+ 25 Inmediatamente el rey Salomón envió por medio de Benaya+ hijo de Jehoiadá; y este procedió a arrojarse sobre aquel, de modo que murió.*+
26 Y a Abiatar+ el sacerdote el rey dijo: “¡Vete a Anatot+ a tus campos! Pues mereces la muerte;*+ pero en este día no te daré muerte, porque llevaste el arca del Señor Soberano Jehová+ delante de David mi padre,+ y porque sufriste aflicción durante todo el tiempo que mi padre sufrió aflicción”.+ 27 De modo que Salomón expulsó a Abiatar para que no rindiera servicio como sacerdote de Jehová, para cumplir la palabra de Jehová que él había hablado contra la casa de Elí+ en Siló.+
28 Y el informe mismo llegó allá a Joab+ —pues Joab mismo se había inclinado a seguir a Adonías,+ aunque no se había inclinado a seguir a Absalón*+— y Joab se fue huyendo a la tienda+ de Jehová y empezó a asirse de los cuernos del altar.+ 29 Entonces le fue comunicado al rey Salomón: “Joab ha huido a la tienda de Jehová, y allí está al lado del altar”. De modo que Salomón envió a Benaya hijo de Jehoiadá, y dijo: “¡Anda, arrójate sobre él!”.+ 30 Por lo tanto Benaya fue a la tienda de Jehová y le dijo: “Esto es lo que ha dicho el rey: ‘¡Sal!’”. Pero él dijo: “¡No! Porque aquí+ es donde moriré”. Por lo cual Benaya llevó la palabra de vuelta al rey, diciendo: “Esto es lo que habló Joab, y esto es lo que me respondió”. 31 Entonces le dijo el rey: “Haz tal como ha hablado y arrójate sobre él; y tienes que enterrarlo y quitar de sobre mí y de sobre la casa de mi padre la sangre*+ inmerecidamente derramada que Joab vertió.+ 32 Y Jehová ciertamente hará volver su sangre sobre su propia cabeza,+ porque se arrojó sobre dos hombres más justos y mejores que él,+ y procedió a matarlos a espada, cuando mi padre David mismo no había sabido de ello,+ a saber, a Abner+ hijo de Ner el jefe del ejército de Israel+ y a Amasá+ hijo de Jéter el jefe del ejército de Judá.+ 33 Y la sangre de ellos tiene que volver sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de su prole hasta tiempo indefinido;+ pero para David+ y para su prole y para su casa y para su trono llegará a haber paz hasta tiempo indefinido de parte de Jehová”.+ 34 Entonces Benaya hijo de Jehoiadá procedió a subir,+ y se arrojó sobre él y le dio muerte;+ y llegó a ser enterrado en su propia casa en el desierto. 35 Ante aquello, el rey puso a Benaya+ hijo de Jehoiadá en lugar de él sobre el ejército;+ y a Sadoc el sacerdote lo puso el rey* en el lugar de Abiatar.+
36 Finalmente el rey mandó llamar a Simeí+ y le dijo: “Edifícate una casa en Jerusalén, y tienes que morar allí y no salir de allí a este lugar ni a aquel. 37 Y tiene que suceder que, en el día que salgas, y cuando de veras pases el valle torrencial de Cedrón,+ debes saber, sin equivocación, que positivamente morirás.+ La culpa de sangre por ti* vendrá ella misma a estar sobre tu propia cabeza”.+ 38 Ante esto, Simeí dijo al rey: “La palabra es buena. Tal como mi señor el rey ha hablado, así hará tu siervo”. Y Simeí siguió morando en Jerusalén muchos días.
39 Y al cabo de tres años aconteció que dos esclavos+ de Simeí se fueron huyendo a donde Akís+ hijo de Maacá el rey de Gat;+ y unas personas vinieron a referírselo a Simeí, y dijeron: “¡Mira! Tus esclavos están en Gat”. 40 Inmediatamente Simeí se levantó y aparejó su asno y se fue a Gat, a donde Akís, para buscar a sus esclavos; después de lo cual Simeí fue y trajo de Gat a sus esclavos. 41 Entonces informaron a Salomón: “Simeí ha salido de Jerusalén a Gat y ha vuelto”. 42 Por lo cual el rey envió y llamó+ a Simeí y le dijo: “¿No te juramenté por Jehová para advertirte,+ diciendo: ‘En el día que salgas y cuando de veras vayas acá y allá debes saber inequívocamente que positivamente morirás’?, y, por eso, ¿no me dijiste tú: ‘Buena es la palabra que he oído’?+ 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de Jehová+ y el mandamiento que te impuse solemnemente?”.+ 44 Y el rey siguió diciendo a Simeí: “Tú mismo ciertamente sabes todo el perjuicio que tu corazón conoce bien que le hiciste a David mi padre;+ y Jehová ciertamente hará volver sobre tu propia cabeza+ el perjuicio [ocasionado] por ti. 45 Pero el rey Salomón será bendito,+ y el trono mismo de David resultará estar firmemente establecido delante de Jehová para siempre”.*+ 46 Con eso, el rey dio orden a Benaya hijo de Jehoiadá, que entonces salió y se arrojó sobre aquel, de modo que murió.+
Y el reino fue firmemente establecido en la mano de Salomón.+
3 Y Salomón procedió a formar una alianza matrimonial+ con Faraón el rey de Egipto y a tomar la hija de Faraón+ y traerla a la Ciudad de David,+ hasta que él acabara de edificar su propia casa+ y la casa de Jehová+ y el muro de Jerusalén todo en derredor.+ 2 Solo que el pueblo sacrificaba en los lugares altos,+ porque no se había edificado una casa al nombre de Jehová hasta aquellos días.+ 3 Y Salomón continuó amando+ a Jehová, andando en los estatutos de David su padre.+ Solo que era en los lugares altos+ donde con regularidad sacrificaba y hacía humear las ofrendas.
4 Por consiguiente, el rey fue a Gabaón+ para ofrecer sacrificios allí, porque aquel era el gran lugar alto.+ Mil ofrendas quemadas procedió Salomón a ofrecer sobre aquel altar.+ 5 En Gabaón Jehová se apareció+ a Salomón en un sueño+ de noche; y Dios* procedió a decir: “Solicita lo que debo darte”.+ 6 A lo que dijo Salomón: “Tú mismo has ejercido gran bondad amorosa*+ para con tu siervo David mi padre conforme él anduvo delante de ti en verdad y en justicia+ y en rectitud de corazón para contigo; y continuaste guardando para con él esta gran bondad amorosa, de modo que le diste un hijo que se sentara* sobre su trono como sucede este día.+ 7 Y ahora, Jehová mi Dios, tú mismo has hecho rey a tu siervo en el lugar de David mi padre, y no soy más que un muchachito.+ No sé cómo salir ni cómo entrar.+ 8 Y tu siervo está en medio de tu pueblo que tú has escogido,+ un pueblo cuantioso que no se puede numerar ni contar por su multitud.+ 9 Y tienes que dar a tu siervo un corazón obediente* para juzgar+ a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo;+ porque ¿quién es capaz de juzgar+ a este difícil* pueblo tuyo?”.+
10 Y la cosa fue grata* a los ojos de Jehová,* porque Salomón había solicitado esta cosa.+ 11 Y Dios* pasó a decirle: “Por razón de que has solicitado esta cosa, y no has solicitado para ti muchos días ni solicitado para ti riquezas+ ni solicitado el alma* de tus enemigos, y has solicitado para ti entendimiento* para oír casos judiciales,*+ 12 ¡mira!, ciertamente haré conforme a tus palabras.+ ¡Mira! Ciertamente te daré un corazón sabio y entendido,*+ de modo que no haya resultado haber ninguno como tú antes de ti, y después de ti no se levantará ninguno como tú.+ 13 Y también lo que no has solicitado ciertamente te daré,+ tanto riquezas+ como gloria, de modo que no resultará haber habido entre los reyes ninguno como tú, todos tus días.+ 14 Y si andas en mis caminos, guardando mis disposiciones reglamentarias+ y mis mandamientos, tal como anduvo David tu padre,+ también ciertamente alargaré tus días”.+
15 Cuando Salomón despertó,+ pues, ¡fíjese!, aquello había sido un sueño. Entonces vino a Jerusalén y se paró delante del arca+ del pacto de Jehová* y ofreció sacrificios quemados y sacrificó ofrendas de comunión+ e hizo un banquete+ para todos sus siervos.+
16 En aquel tiempo, dos mujeres, prostitutas,+ lograron entrar a donde el rey y estar de pie ante él.+ 17 Entonces una mujer dijo: “Dispénsame, señor mío,+ yo y esta mujer estamos morando en una misma casa, de modo que di a luz cerca de ella en la casa. 18 Y aconteció que, al tercer día después de dar yo a luz, esta mujer también procedió a dar a luz. Y estábamos juntas. No había ningún extraño con nosotras en la casa, nadie fuera de nosotras dos en la casa. 19 Más tarde, el hijo de esta mujer murió de noche, porque ella se acostó sobre él. 20 Por lo tanto, ella se levantó en medio de la noche y tomó a mi hijo de mi lado mientras tu esclava misma estaba dormida, y lo acostó en su propio seno, y a su hijo muerto lo acostó en mi seno. 21 Cuando me levanté por la mañana para dar el pecho+ a mi hijo, pues, allí estaba muerto. De modo que lo examiné cuidadosamente por la mañana, y, ¡mira!, resultó que no era el hijo mío que yo había dado a luz”. 22 Pero la otra mujer dijo: “¡No, sino que mi hijo es el vivo, y tu hijo es el muerto!”. Durante todo este tiempo esta mujer estaba diciendo: “No, sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el vivo”. Y siguieron hablando delante del rey.+
23 Por fin el rey dijo: “Esta está diciendo: ‘¡Este es mi hijo, el vivo, y tu hijo es el muerto!’, y esa está diciendo: ‘¡No, sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el vivo!’”. 24 Y el rey pasó a decir:+ “Hombres, consíganme una espada”. De modo que trajeron la espada delante del rey. 25 Y el rey procedió a decir: “Corten al niño vivo en dos, y den una mitad a una mujer y la otra mitad a la otra”. 26 En seguida, la mujer cuyo hijo era el vivo dijo al rey (porque sus emociones internas+ estaban excitadas para con su hijo,+ de modo que dijo): “¡Dispénsame,+ señor mío! Denle a ella el niño vivo. No vayan de ninguna manera a hacerlo morir”. Entretanto, la otra mujer estaba diciendo: “Ni mío ni tuyo llegará a ser. ¡Córtenlo!”.+ 27 Ante esto, el rey respondió y dijo: “Den a aquella el niño vivo, y no deben de ninguna manera hacerlo morir. Ella es su madre”.
28 Y todo Israel llegó a oír de la decisión judicial+ que el rey había dictado; y se llenaron de temor a causa del rey,+ porque vieron que dentro de él estaba la sabiduría+ de Dios para ejecutar decisión judicial.
4 Y el rey Salomón continuó de rey sobre todo Israel.+ 2 Y estos son los príncipes*+ que tenía: Azarías* hijo de Sadoc,+ el sacerdote; 3 Elihóref y Ahíya, hijos de Sisá, secretarios;+ Jehosafat+ hijo de Ahilud, el registrador;* 4 y Benaya+ hijo de Jehoiadá estaba sobre el ejército,+ y Sadoc y Abiatar+ eran sacerdotes; 5 y Azarías hijo de Natán+ estaba sobre los comisarios, y Zabud hijo de Natán era sacerdote, el amigo+ del rey; 6 y Ahisar estaba sobre la casa, y Adoniram+ hijo de Abdá, sobre los reclutados para trabajo forzado.+
7 Y Salomón tenía doce comisarios sobre todo Israel, y ellos proveían de alimento al rey y su casa. Le tocaba a cada uno proveer el alimento un mes del año.+ 8 Y estos eran sus nombres: El hijo de Hur, en la región montañosa de Efraín;+ 9 el hijo de Déquer, en Maqaz y en Saalbim+ y Bet-semes+ y Elón-bet-hanán; 10 el hijo de Hésed, en Arubot (él tenía a Socoh y toda la tierra de Héfer);+ 11 el hijo de Abinadab, toda la serranía de Dor+ (Tafat, hija de Salomón, llegó ella misma a ser su esposa); 12 Baaná hijo de Ahilud, en Taanac+ y Meguidó+ y todo Bet-seán,+ que está al lado de Zaretán+ más abajo de Jezreel,+ desde Bet-seán hasta Abel-meholá+ hasta la región de Joqmeam;+ 13 el hijo de Guéber, en Ramot-galaad+ (él tenía las aldeas de tiendas de Jaír*+ hijo de Manasés, que están en Galaad;+ él tenía la región de Argob,+ que está en Basán:+ sesenta ciudades grandes con muro y barra de cobre); 14 Ahinadab hijo de Idó, en Mahanaim;+ 15 Ahimáaz, en Neftalí+ (él, también, tomó a Basemat, la hija de Salomón, por esposa);+ 16 Baaná hijo de Husai, en Aser+ y Bealot; 17 Jehosafat hijo de Parúah, en Isacar;+ 18 Simeí+ hijo de Elá, en Benjamín;+ 19 Guéber hijo de Urí, en la tierra de Galaad,+ la tierra de Sehón+ el rey de los amorreos,+ y de Og+ el rey de Basán,+ y había un comisario [sobre todos los demás comisarios] que había en el país.
20 Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud,+ y comían y bebían y se regocijaban.*+
21 En cuanto a Salomón, resultó ser gobernante sobre todos los reinos desde el Río*+ hasta la tierra de los filisteos y hasta el límite de Egipto. Estuvieron llevándole regalos y sirviendo a Salomón todos los días de su vida.+
22 Y el alimento de Salomón para cada día* resultó ser, con regularidad, treinta medidas de coro*+ de flor de harina y sesenta medidas de coro de harina, 23 diez reses vacunas gordas y veinte reses vacunas de pasto y cien ovejas, además de algunos ciervos+ y gacelas+ y corzos y cuclillos engordados. 24 Pues él tenía todo en sujeción al lado de acá del Río,+ desde Tifsah hasta Gaza,+ aun a todos los reyes al lado de acá del Río;+ y la paz+ misma llegó a ser suya en toda región suya, todo en derredor.* 25 Y Judá+ e Israel continuaron morando en seguridad,+ cada uno debajo de su propia vid y debajo de su propia higuera,+ desde Dan hasta Beer-seba,+ todos los días de Salomón.
26 Y Salomón llegó a tener cuarenta mil pesebres de caballos+ para sus carros+ y doce mil hombres de a caballo.
27 Y estos comisarios+ suministraban alimento al rey Salomón y a todo el que se acercaba a la mesa del rey Salomón, cada uno en su mes. No dejaban que nada faltara. 28 Y seguían llevando la cebada y la paja para los caballos y para los tiros de caballos+ adondequiera que resultara ser el lugar, cada uno conforme a su comisión.+
29 Y Dios* continuó dando a Salomón sabiduría+ y entendimiento*+ en medida sumamente grande, y una anchura de corazón,+ como la arena que está sobre la orilla del mar.+ 30 Y la sabiduría de Salomón era más vasta+ que la sabiduría de todos los orientales*+ y que toda la sabiduría de Egipto.+ 31 Y era más sabio que todo otro hombre,* más que Etán+ el ezrahíta y Hemán+ y Calcol+ y Dardá hijos de Mahol; y su fama* llegó a estar en todas las naciones todo en derredor.+ 32 Y podía hablar tres mil proverbios,+ y sus canciones+ llegaron a ser mil cinco.* 33 Y hablaba acerca de los árboles, desde el cedro que está en el Líbano+ hasta el hisopo+ que va saliendo en el muro; y hablaba acerca de las bestias+ y acerca de las criaturas voladoras+ y acerca de las cosas movientes+ y acerca de los peces.+ 34 Y de todos los pueblos seguían viniendo para oír la sabiduría de Salomón,+ aun de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.+
5 E Hiram+ el rey de Tiro+ procedió a enviar sus siervos+ a Salomón, porque había oído que él era al que habían ungido por rey en lugar de su padre; porque Hiram siempre había resultado ser amador* de David.+ 2 A su vez, Salomón envió a decir a Hiram:+ 3 “Tú mismo bien sabes que David mi padre no pudo edificar una casa al nombre de Jehová su Dios por causa del guerrear+ con que lo cercaron, hasta que Jehová los puso debajo de las plantas de sus pies. 4 Y ahora Jehová mi Dios me ha dado descanso todo en derredor.+ No hay resistidor,* y no hay nada malo que esté sucediendo.+ 5 Y, mira, estoy pensando en edificar* una casa al nombre de Jehová mi Dios,+ tal como lo prometió Jehová a David mi padre, al decir: ‘Tu hijo que yo pondré sobre tu trono en lugar de ti, él es el que edificará la casa a mi nombre’.+ 6 Y ahora manda que me corten cedros* del Líbano;+ y mis siervos mismos resultarán estar con tus siervos, y el salario de tus siervos te lo daré conforme a todo lo que digas, porque tú mismo bien sabes que no hay entre nosotros ninguno que sepa cortar árboles como los sidonios”.+
7 Y aconteció que, en cuanto Hiram+ oyó las palabras de Salomón, empezó a regocijarse en gran manera, y pasó a decir: “¡Bendito+ es Jehová hoy, puesto que ha dado a David un hijo sabio+ sobre este pueblo numeroso!”.+ 8 Por lo tanto, Hiram envió a decir a Salomón: “He oído lo que me enviaste. Por mi parte, haré todo lo que te deleite en el asunto de maderas de cedros y maderas de enebros.+ 9 Mis siervos mismos las bajarán del Líbano+ al mar; y yo, por mi parte, las pondré en armadías [para ir] por mar hasta el mismísimo lugar sobre el que me envíes aviso;+ y ciertamente haré que las desbaraten allí, y tú, por tu parte, las llevarás; y tú, por tu parte, harás mi deleite al dar el alimento para mi casa”.+
10 Por lo tanto, Hiram se hizo dador de maderas de cedros y maderas de enebros a Salomón conforme a todo su deleite. 11 Y Salomón, por su parte, dio a Hiram veinte mil medidas de coro*+ de trigo como víveres para su casa y veinte medidas de coro de aceite batido.*+ Eso fue lo que Salomón siguió dando a Hiram año por año.+ 12 Y Jehová, por su parte, dio a Salomón sabiduría, tal como le había prometido;+ y llegó a haber paz entre Hiram y Salomón, y ambos procedieron a celebrar un pacto.
13 Y el rey Salomón siguió haciendo subir a los de todo Israel reclutados para trabajo forzado; y los reclutados para trabajo forzado+ ascendieron a treinta mil hombres. 14 Y los enviaba al Líbano en turnos de diez mil al mes. Por un mes continuaban en el Líbano, por dos meses en sus hogares;+ y Adoniram+ estaba sobre los reclutados+ para trabajo forzado.+ 15 Y Salomón llegó a tener+ setenta mil hombres que llevaban cargas+ y ochenta mil cortadores+ en la montaña,+ 16 además de los comisarios+ principescos* de Salomón que estaban sobre la obra, tres mil trescientos capataces+ sobre la gente que estaba activa en la obra. 17 Por consiguiente, el rey mandó que sacaran de la cantera piedras grandes, piedras costosas,+ para colocar el fundamento+ de la casa con piedras labradas.+ 18 De modo que los edificadores de Salomón y los edificadores de Hiram y los guebalitas+ efectuaron el cortar, y siguieron preparando las maderas y las piedras para edificar la casa.
6 Y en el año cuatrocientos ochenta* después que los hijos de Israel hubieron salido de la tierra de Egipto,+ en el año cuarto,+ en el mes de Ziv,+ es decir, el segundo mes,+ después que Salomón hubo llegado a ser rey sobre Israel, aconteció que él procedió a edificar la casa a Jehová.+ 2 Y la casa que el rey Salomón edificó+ a Jehová tenía sesenta codos*+ de longitud, y veinte de anchura, y treinta codos de altura.+ 3 Y el pórtico+ enfrente del templo* de la casa tenía veinte codos de longitud, enfrente de lo ancho de la casa. Tenía diez codos de fondo, enfrente de la casa.
4 Y él pasó a hacer para la casa ventanas de marcos que se enangostaban.+ 5 Además, edificó contra el muro de la casa una estructura lateral todo en derredor, [contra] los muros de la casa todo en derredor del templo y del cuarto más recóndito,*+ e hizo cámaras laterales+ todo en derredor. 6 La cámara lateral* más baja tenía cinco codos de anchura, y la de en medio tenía seis codos de anchura, y la tercera tenía siete codos de anchura; porque había entrantes+ que él dio a la casa todo en derredor por fuera, para que no se afirmara en los muros de la casa.+
7 En cuanto a la casa, mientras estaba siendo edificada, fue edificada de piedra de cantera+ ya terminada; y en cuanto a martillos y hachas o cualesquiera instrumentos de hierro, no se oyeron en la casa+ mientras estaba siendo edificada. 8 La entrada+ a la cámara lateral más baja* se hallaba al lado derecho* de la casa, y por una escalera de caracol se subía a la de en medio, y de la de en medio a la tercera. 9 Además, él continuó edificando la casa para acabarla,+ y cubrió la casa por dentro con vigas y filas de madera de cedro.+ 10 Adicionalmente, edificó las cámaras laterales+ contra toda la casa, [de] cinco codos de altura, y estaban afirmadas en la casa por maderas+ de cedros.
11 Entretanto, la palabra de Jehová vino a Salomón,+ y dijo:+ 12 “Por lo que respecta a esta casa que estás edificando, si andas en mis estatutos+ y ejecutas mis decisiones judiciales+ y realmente guardas todos mis mandamientos, andando en ellos,+ yo también ciertamente realizaré para contigo mi palabra que hablé a David tu padre;+ 13 y verdaderamente residiré en medio de los hijos de Israel,+ y no dejaré a mi pueblo Israel”.+
14 Y Salomón continuó edificando la casa para acabarla.+ 15 Y procedió a edificar las paredes de la casa dentro de ella con tablas de cedro. Desde el suelo de la casa hasta las vigas* del techo la revistió con madera por dentro; y pasó a revestir el piso de la casa con tablas de enebro.+ 16 Además, edificó veinte codos a los lados posteriores de la casa con tablas de cedro, desde el suelo hasta las vigas [superiores], y por dentro le edificó el cuarto más recóndito,+ el Santísimo.+ 17 Y la casa resultó ser de cuarenta codos, es decir, el templo+ enfrente de ella.*+ 18 Y [la] madera de cedro en la casa, por dentro, era con entalladuras de adornos en forma de calabazas+ y guirnaldas de flores.+ Todo ello era de madera de cedro; no había piedra que se dejara ver.
19 Y el cuarto más recóndito+ en el interior de la casa lo preparó por dentro, para poner allí el arca+ del pacto+ de Jehová. 20 Y el cuarto más recóndito tenía veinte codos de longitud, y veinte codos de anchura,+ y veinte codos de altura; y él procedió a revestirlo de oro puro,+ y a revestir de madera de cedro el altar.+ 21 Y Salomón pasó a revestir+ de oro puro la casa por dentro,+ y a hacer pasar cadenas+ de oro enfrente del cuarto más recóndito,+ y a revestirlo de oro. 22 Y toda la casa la revistió de oro,+ hasta que toda la casa quedó completa; y todo el altar+ que estaba hacia el cuarto más recóndito lo revistió de oro.+
23 Además, hizo en el cuarto más recóndito dos querubines+ de madera de árbol oleífero, de diez codos de altura cada uno.+ 24 Y de cinco codos era un ala del querubín, y de cinco codos era la otra ala del querubín. Medía diez codos desde la punta de su ala hasta la punta de su ala.+ 25 Y el segundo querubín medía diez codos. Los dos querubines tenían la misma medida y la misma forma. 26 La altura de un querubín era de diez codos, y lo mismo era cierto del otro querubín. 27 Entonces puso los querubines dentro de la casa interior, de modo que extendieron las alas de los querubines.+ Así el ala del uno alcanzó hasta la pared y el ala del otro querubín alcanzaba hasta la otra pared; y sus alas estaban hacia el medio de la casa, alcanzando ala a ala.+ 28 Además, revistió de oro los querubines.+
29 Y todas las paredes de la casa en derredor las entalló con entalladuras grabadas de querubines+ y figuras de palmeras+ y grabados de flores,+ por dentro y por fuera; 30 y el piso+ de la casa lo revistió de oro, por dentro y por fuera. 31 Y la entrada del cuarto más recóndito la hizo con puertas+ de madera de árbol oleífero:+ columnas laterales, jambas de puerta [y] un quinto. 32 Y las dos puertas eran de madera de árbol oleífero, y entalló sobre ellas entalladuras de querubines y figuras de palmeras y los grabados de flores, y las revistió de oro; y procedió a batir el oro sobre los querubines y sobre las figuras de palmeras. 33 Y así mismo hizo para la entrada del templo, las jambas de puerta de madera de árbol oleífero, cuadradas. 34 Y las dos puertas eran de madera de enebro.+ Las dos hojas de una puerta giraban sobre quicios, y las dos hojas de la otra puerta giraban sobre quicios.+ 35 Y entalló querubines y figuras de palmeras y grabados de flores, y revistió con hoja de oro las representaciones.+
36 Y pasó a edificar el patio interior+ con tres filas+ de piedras labradas y una fila de vigas de madera de cedro.
37 En el cuarto año se colocó el fundamento+ de la casa de Jehová, en el mes lunar de Ziv;+ 38 y en el año undécimo, en el mes lunar de Bul,* es decir, el octavo mes, la casa quedó terminada+ en cuanto a todos sus detalles y todo su plano;+ de modo que le tomó siete años edificarla.
7 Y Salomón edificó su propia casa en trece años,+ de modo que terminó toda su propia casa.+
2 Y procedió a edificar la Casa del Bosque del Líbano+ de cien codos* su longitud y cincuenta codos su anchura y treinta codos su altura, sobre cuatro filas de columnas de madera de cedro; y había vigas+ de madera de cedro sobre las columnas. 3 Y estaba revestida de paneles de cedro+ arriba sobre las viguetas que estaban sobre las cuarenta y cinco columnas. Había quince por fila. 4 En cuanto a ventanas enmarcadas, había tres filas, y había una abertura para iluminación+ frente a una abertura para iluminación en tres capas. 5 Y todas las entradas y las jambas de puerta estaban cuadradas [con el] marco,+ y también la parte delantera de la abertura para iluminación frente a una abertura para iluminación en tres capas.
6 E hizo el Pórtico de las Columnas de cincuenta codos de longitud, y de treinta codos de anchura; y había otro pórtico enfrente de ellas, con columnas y un cobertizo enfrente de ellas.
7 En cuanto al Pórtico del Trono+ donde él había de juzgar, hizo el pórtico de juicio;+ y lo cubrieron por dentro con madera de cedro desde el suelo hasta las vigas* [superiores].+
8 En cuanto a la casa suya donde había de morar, en el otro patio,+ estaba alejada de la casa que pertenecía al Pórtico. Resultó semejante a esta en hechura. Y él procedió a edificar una casa al estilo de este Pórtico para la hija+ de Faraón, que Salomón había tomado.
9 Todas estas [construcciones] eran [de] piedras costosas+ conformes a medidas, labradas, aserradas con sierras para piedras, por dentro y por fuera, y desde el cimiento hasta lo más alto de las paredes, y por fuera hasta el gran patio.+ 10 Y las piedras costosas puestas por fundamento eran piedras grandes, piedras de diez codos, y piedras de ocho codos. 11 Y más arriba había piedras costosas conformes a medidas, labradas, y también madera de cedro. 12 En cuanto al gran patio, en derredor había tres filas+ de piedras labradas y una fila de vigas de madera de cedro; y [lo mismo] también para el patio interior+ de la casa+ de Jehová, y para el pórtico+ de la casa.
13 Y el rey Salomón procedió a mandar a traer desde Tiro a Hiram.+ 14 Este era hijo de una mujer enviudada de la tribu de Neftalí, y su padre era un hombre de Tiro,+ trabajador en [obras de] cobre;+ y estaba lleno de la sabiduría y del entendimiento+ y del conocimiento para hacer toda clase de obra en cobre. Por consiguiente, vino al rey Salomón y se puso a hacer toda su obra.
15 Entonces fundió las dos columnas de cobre,+ de dieciocho codos de altura cada columna, y un cordón de doce codos medía en derredor cada una de las dos columnas.+ 16 E hizo dos capiteles para ponerlos sobre las partes superiores de las columnas, fundidos en cobre.+ Cinco codos era la altura de un capitel, y cinco codos era la altura del otro capitel. 17 Había mallas en obra de malla, adornos retorcidos en obra de cadena,+ para los capiteles que estaban sobre la parte superior de las columnas;+ siete* para un capitel, y siete para el otro capitel. 18 Y pasó a hacer las granadas* y dos filas en derredor sobre una obra de malla para cubrir los capiteles que estaban sobre la parte superior de las columnas;* y eso fue lo que hizo para el otro capitel.+ 19 Y los capiteles que estaban sobre la parte superior de las columnas en el pórtico eran de obra de lirios,+ de cuatro codos. 20 Y los capiteles estaban sobre las dos columnas, también arrimados al lado de la barriga que estaba contigua a la obra de malla; y sobre cada capitel había doscientas granadas+ en filas todo en derredor.
21 Y procedió a erigir las columnas+ que pertenecían al pórtico+ del templo. De modo que erigió la columna de la mano derecha* y la llamó por nombre Jakín,* y luego erigió la columna de la mano izquierda* y la llamó por nombre Boaz.* 22 Y sobre la parte superior de las columnas había obra de lirios. Y poco a poco quedó terminada la obra de las columnas.
23 Y procedió a hacer el mar fundido,+ de diez codos de un borde al otro borde, circular todo en derredor; y su altura era de cinco codos, y se requería una cuerda de treinta codos para rodearlo todo en derredor.+ 24 Y había adornos+ en forma de calabazas+ por debajo de su borde todo en derredor, rodeándolo, diez en cada codo, circundando el mar todo en derredor,+ con dos filas de adornos en forma de calabazas fundidas en su fundición. 25 Aquello estaba puesto sobre doce toros,*+ tres que miraban al norte, y tres que miraban al oeste,* y tres que miraban al sur,* y tres que miraban al oriente; y el mar estaba arriba sobre ellos, y las partes traseras de todos ellos se dirigían hacia el centro.+ 26 Y el grueso [del mar] era de un palmo menor;*+ y su borde era como la hechura del borde de una copa, una flor de lirio.+ Dos mil medidas de bato*+ era lo que contenía.+
27 Y pasó a hacer las diez carretillas+ de cobre, y la longitud de cada carretilla era cuatro codos, y cuatro codos su anchura, y tres codos su altura. 28 Y esta era la hechura de las carretillas: tenían paredes laterales, y las paredes laterales estaban entre los travesaños. 29 Y sobre las paredes laterales que estaban entre los travesaños había leones,+ toros+ y querubines,+ y por encima de los travesaños era lo mismo. Más arriba, y por debajo de los leones y los toros, había guirnaldas+ en obra colgante.* 30 Y cada carretilla tenía cuatro ruedas de cobre, con ejes de cobre; y sus cuatro cantoneras les servían de apoyos. Debajo de la fuente estaban los apoyos, fundidos con guirnaldas al lado opuesto de cada uno. 31 Y su boca desde adentro hasta los apoyos y hacia arriba medía [?] codos;* y su boca era redonda, la hechura de una base de codo y medio, y también sobre su boca había entalladuras. Y sus paredes laterales eran cuadradas, no redondas. 32 Y las cuatro ruedas estaban por debajo de las paredes laterales, y los apoyos de las ruedas estaban junto a la carretilla; y la altura de cada rueda era de codo y medio. 33 Y la hechura de las ruedas era como la hechura de una rueda de carro.+ Sus apoyos y sus llantas y sus rayos y sus cubos, todos eran fundidos. 34 Y había cuatro apoyos sobre los cuatro ángulos de cada carretilla; sus apoyos formaban una misma pieza con la carretilla. 35 Y encima de la carretilla había [una base]* de medio codo de altura, circular todo en derredor; y sobre la parte superior de la carretilla sus lados y sus paredes laterales formaban una misma pieza con ella. 36 Además, sobre las planchas de sus lados y sobre sus paredes laterales grabó+ querubines, leones y figuras de palmeras según el espacio libre de cada uno, y guirnaldas todo en derredor.+ 37 De este modo hizo las diez carretillas;+ todas tenían una misma fundición,+ una misma medida, una misma forma.
38 Y procedió a hacer diez fuentes+ de cobre. Cuarenta medidas de bato* era lo que cada fuente contenía. Cada fuente era de cuatro codos. Había una fuente sobre cada carretilla de las diez carretillas. 39 Entonces puso cinco carretillas al lado derecho* de la casa, y cinco al lado izquierdo* de la casa;+ y el mar mismo lo puso al lado derecho de la casa hacia el este, en dirección al sur.+
40 Y poco a poco Hiram+ hizo las fuentes+ y las palas+ y los tazones.+ Por fin Hiram acabó+ de hacer toda la obra que hizo para el rey Salomón tocante a la casa de Jehová: 41 Las dos columnas+ y los dos capiteles en forma de tazón+ que estaban sobre la parte superior de las dos columnas, y las dos obras de malla+ para cubrir los dos capiteles redondos que estaban sobre la parte superior de las columnas, 42 y las cuatrocientas granadas+ para las dos obras de malla, dos filas de granadas para cada obra de malla, para cubrir los dos capiteles en forma de tazón que estaban sobre las dos columnas;* 43 y las diez carretillas+ y las diez fuentes+ sobre las carretillas, 44 y el único mar+ y los doce toros debajo del mar;+ 45 y los recipientes y las palas y los tazones y todos estos utensilios,+ que Hiram hizo de cobre pulido para el rey Salomón para la casa de Jehová. 46 En el Distrito* del Jordán+ los fundió el rey en el molde de arcilla,* entre Sucot+ y Zaretán.+
47 Y Salomón dejó [sin pesar] todos los utensilios,+ por ser una cantidad tan extraordinariamente grande.+ No se averiguó el peso del cobre.+ 48 Y poco a poco Salomón hizo todos los utensilios pertenecientes a la casa de Jehová: el altar+ de oro y la mesa+ sobre la cual estaba el pan de la proposición,* de oro, 49 y los candelabros,+ cinco a la derecha y cinco a la izquierda delante del cuarto más recóndito, de oro puro,+ y las flores+ y las lámparas+ y las despabiladeras,+ de oro, 50 y las fuentes y los apagadores+ y los tazones+ y las copas+ y los braserillos,+ de oro puro, y las encajaduras para las puertas+ de la casa interior, es decir, el Santísimo,* y para las puertas+ de la casa del templo,+ de oro.
51 Por fin toda la obra que el rey Salomón tenía que hacer respecto a la casa de Jehová quedó completa;+ y Salomón empezó a introducir las cosas santificadas por David su padre;+ la plata y el oro y los objetos los puso en los tesoros de la casa de Jehová.+
8 En aquel tiempo Salomón+ procedió a congregar+ a los ancianos*+ de Israel, a todos los cabezas de las tribus,+ los principales* de los padres,+ de los hijos de Israel, ante el rey Salomón en Jerusalén, para subir el arca del pacto+ de Jehová desde la Ciudad de David,+ es decir, Sión.+ 2 De modo que todos los hombres de Israel se congregaron al rey Salomón en el mes lunar de Etanim, en la fiesta,+ esto es, el mes séptimo.+ 3 Por lo tanto, vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes empezaron a llevar+ el Arca.+ 4 Y vinieron subiendo el arca de Jehová y la tienda+ de reunión+ y todos los utensilios santos que había en la tienda; y los sacerdotes y los levitas+ vinieron subiéndolos.+ 5 Y el rey Salomón y con él toda la asamblea de Israel, los que guardaron su cita con él, estaban delante del Arca, sacrificando+ ovejas y reses vacunas que, por su multitud, no se podían contar ni numerar.+
6 Entonces los sacerdotes introdujeron el arca+ del pacto de Jehová en su lugar,+ en el cuarto más recóndito de la casa, el Santísimo, debajo de las alas de los querubines.+
7 Porque los querubines extendían sus alas sobre el lugar del Arca, de modo que los querubines cubrían en forma protectora desde arriba el Arca y sus varales.+ 8 Pero los varales+ resultaron largos, de modo que las puntas de los varales se podían ver desde el Santo enfrente del cuarto más recóndito, pero no se podían ver desde fuera. Y allí continúan hasta el día de hoy.+ 9 No había nada en el Arca excepto las dos tablas de piedra*+ que Moisés había depositado+ allí en Horeb, cuando Jehová había pactado*+ con los hijos de Israel mientras salían de la tierra de Egipto.+
10 Y aconteció que, cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube+ misma llenó la casa de Jehová. 11 Y los sacerdotes+ no pudieron permanecer de pie para desempeñar su ministerio+ a causa de la nube, pues la gloria+ de Jehová llenó la casa de Jehová.+ 12 En aquel tiempo Salomón dijo: “Jehová mismo dijo que él había de residir en las densas tinieblas.+ 13 He tenido éxito en edificar una casa de morada excelsa para ti,+ un lugar establecido+ donde mores hasta tiempo indefinido”.*+
14 Entonces el rey volvió su rostro y se puso a bendecir+ a toda la congregación de Israel, mientras toda la congregación* de Israel estaba de pie. 15 Y él pasó a decir: “Bendito es Jehová+ el Dios de Israel, que habló por su propia boca con David+ mi padre y por su propia mano ha dado cumplimiento,+ al haber dicho: 16 ‘Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto no he escogido+ ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa+ para que continúe allí mi nombre;+ pero escogeré a David para que llegue a estar sobre mi pueblo Israel’.+ 17 Y llegó a estar junto al corazón de David mi padre el edificar una casa al nombre de Jehová el Dios de Israel.+ 18 Pero Jehová dijo a David mi padre: ‘Por razón de que resultó estar junto a tu corazón el edificar una casa a mi nombre, hiciste bien, porque resultó estar junto a tu corazón.+ 19 Solo que tú mismo no edificarás la casa, sino que tu hijo que ha de salir de tus lomos es el que edificará la casa a mi nombre’.+ 20 Y Jehová procedió a realizar su palabra+ que había hablado, para que me levantara yo en el lugar de David mi padre y me sentara sobre el trono de Israel,+ tal como había hablado Jehová, y para que yo edificara la casa al nombre de Jehová el Dios de Israel,+ 21 y para que dispusiera allí un lugar para el Arca donde está el pacto+ de Jehová que él celebró con nuestros antepasados cuando los estaba sacando de la tierra de Egipto”.
22 Y Salomón procedió a ponerse de pie delante del altar+ de Jehová, enfrente de toda la congregación de Israel, y ahora extendió las palmas de las manos a los cielos;+ 23 y pasó a decir: “Oh Jehová el Dios de Israel,+ no hay Dios* como tú+ en los cielos arriba ni en la tierra abajo, que guardas el pacto y la bondad amorosa*+ para con tus siervos+ que están andando delante de ti con todo su corazón,+ 24 tú que has guardado para con tu siervo David mi padre lo que le prometiste, de modo que hiciste la promesa* con tu propia boca, y con tu propia mano has efectuado el cumplimiento, como en este día.+ 25 Y ahora, oh Jehová el Dios de Israel, guarda para con tu siervo David mi padre lo que le prometiste, al decir: ‘No será cortado hombre tuyo de delante de mí para que se siente sobre el trono de Israel,+ con tal que tus hijos cuiden su camino andando delante de mí así como tú has andado delante de mí’. 26 Y ahora, oh Dios de Israel,* que tu promesa*+ que has prometido a tu siervo David mi padre resulte fidedigna, por favor.
27 ”Pero ¿verdaderamente morará Dios sobre la tierra?+ ¡Mira! Los cielos,+ sí, el cielo de los cielos,+ ellos mismos no pueden contenerte;+ ¡cuánto menos, pues, esta casa+ que yo he edificado! 28 Y tienes que volverte hacia la oración+ de tu siervo y a su petición de favor,+ oh Jehová mi Dios, para escuchar el clamor rogativo y la oración con que tu siervo está orando delante de ti hoy;+ 29 para que tus ojos resulten estar abiertos+ hacia esta casa noche y día, hacia el lugar del cual dijiste: ‘Mi nombre resultará estar allí’,+ para escuchar la oración con que tu siervo ore hacia este lugar.+ 30 Y tienes que escuchar la petición de favor+ por parte de tu siervo y de tu pueblo Israel con que oren hacia este lugar; y dígnate oír tú mismo en el lugar de tu morada, en los cielos,+ y tienes que oír y perdonar.+
31 ”Cuando peque un hombre contra su semejante,+ y realmente le imponga una maldición para hacer que esté expuesto a la maldición,+ y realmente venga [a estar en] la maldición delante de tu altar en esta casa, 32 entonces dígnate oír tú mismo desde los cielos, y tienes que actuar y juzgar a tus siervos, pronunciando inicuo al inicuo, poniendo su camino sobre su propia cabeza,+ y pronunciando justo al justo,+ dándole conforme a su propia justicia.+
33 ”Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo,+ por seguir pecando contra ti,+ y verdaderamente se vuelvan a ti+ y elogien tu nombre+ y oren+ y hagan petición de favor hacia ti en esta casa,+ 34 entonces dígnate oír tú mismo desde el cielo, y tienes que perdonar el pecado de tu pueblo Israel+ y tienes que traerlos de vuelta+ al suelo que diste a sus antepasados.+
35 ”Cuando el cielo esté cerrado de modo que no ocurra lluvia,+ porque ellos hayan seguido pecando+ contra ti, y realmente oren hacia este lugar+ y elogien tu nombre, y de su pecado se vuelvan, porque hayas seguido afligiéndolos,+ 36 entonces dígnate oír tú mismo desde los cielos, y tienes que perdonar el pecado de tus siervos, sí, de tu pueblo Israel, porque les enseñas+ el buen camino en que deben andar;+ y tienes que dar lluvia+ sobre tu tierra que has dado a tu pueblo como posesión hereditaria.
37 ”En caso de que ocurra un hambre+ en el país, en caso de que ocurra una peste,+ en caso de que ocurran abrasamiento, tizón,+ langostas,+ cucarachas;+ en caso de que su enemigo los sitie en la tierra de sus puertas* —cualquier clase de plaga, cualquier clase de dolencia— 38 sea cual sea la oración,+ sea cual sea la petición de favor+ que se haga de parte de cualquier hombre [o] de todo tu pueblo Israel,+ porque ellos conocen cada cual la plaga de su propio corazón,+ y realmente extiendan las palmas de las manos a esta casa,+ 39 entonces dígnate oír tú mismo desde los cielos,+ el lugar establecido de tu morada,+ y tienes que perdonar+ y actuar+ y dar a cada uno conforme a todos sus caminos,+ porque tú conoces su corazón+ (porque solo tú mismo conoces bien el corazón de todos los hijos de la humanidad*);+ 40 a fin de que te teman+ todos los días que estén vivos sobre la superficie del suelo que diste a nuestros antepasados.+
41 ”Y también al extranjero,+ que no es parte de tu pueblo Israel y que realmente venga de una tierra distante a causa de tu nombre+ 42 (porque ciertamente oirán de tu gran nombre+ y de tu mano fuerte+ y de tu brazo extendido), y realmente venga y ore hacia esta casa,+ 43 dígnate escuchar tú mismo desde los cielos, el lugar establecido de tu morada,+ y tienes que hacer conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti;+ a fin de que todos los pueblos de la tierra lleguen a conocer tu nombre+ para que te teman lo mismo que lo hace tu pueblo Israel, y para que sepan que tu nombre mismo ha sido llamado sobre esta casa que yo he edificado.+
44 ”En caso de que tu pueblo salga a la guerra+ contra su enemigo por el camino en que los envíes,+ y verdaderamente oren+ a Jehová en la dirección de la ciudad que has escogido+ y de la casa que he edificado a tu nombre,+ 45 entonces tienes que oír desde los cielos su oración y su petición de favor, y tienes que ejecutarles juicio.+
46 ”En caso de que pequen contra ti+ (porque no hay hombre que no peque),+ y tengas que estar enojado contra ellos y abandonarlos al enemigo, y sus apresadores realmente se los lleven cautivos al país del enemigo, distante o cercano;+ 47 y verdaderamente recobren el juicio* en el país adonde hayan sido llevados cautivos,+ y realmente se vuelvan+ y te dirijan petición+ de favor en el país de sus apresadores,+ y digan: ‘Hemos pecado+ y errado,+ hemos obrado inicuamente’;+ 48 y verdaderamente se vuelvan a ti con todo su corazón+ y con toda su alma en el país de sus enemigos que se los hayan llevado cautivos, y verdaderamente te oren en la dirección de su tierra que tú diste a sus antepasados, la ciudad que has escogido y la casa que he edificado a tu nombre;+ 49 entonces tienes que oír desde los cielos, el lugar establecido de tu morada,+ su oración y su petición de favor, y tienes que ejecutarles juicio,+ 50 y tienes que perdonar+ a tu pueblo que había pecado+ contra ti, y todas sus transgresiones+ con que transgredieron contra ti;+ y tienes que hacerlos objeto de piedad+ delante de sus apresadores, y estos tienen que tenerles piedad 51 (porque ellos son tu pueblo y tu herencia,+ que sacaste de Egipto,+ de dentro del horno de hierro),+ 52 para que tus ojos resulten estar abiertos a la petición de favor de tu siervo y a la petición de favor+ de tu pueblo Israel, y los escuches en todo aquello por lo cual clamen a ti.+ 53 Porque tú mismo los separaste como herencia tuya de todos los pueblos de la tierra,+ tal como has hablado por medio de Moisés+ tu siervo cuando estabas sacando de Egipto a nuestros antepasados, oh Señor Soberano Jehová”.
54 Y aconteció que, tan pronto como Salomón acabó de orar a Jehová con toda esta oración y petición de favor, se levantó de delante del altar de Jehová, de estar hincado de rodillas+ con las palmas de las manos extendidas a los cielos;+ 55 y empezó a ponerse de pie+ y a bendecir+ a toda la congregación* de Israel con voz fuerte, diciendo: 56 “Bendito sea Jehová,+ que ha dado un lugar de descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que ha prometido.+ No ha fallado una sola palabra+ de toda su buena promesa que él ha prometido* por medio de Moisés su siervo.+ 57 Resulte estar Jehová nuestro Dios con nosotros+ tal como resultó estar con nuestros antepasados.+ No nos deje ni nos abandone,+ 58 para que incline nuestro corazón+ hacia sí mismo, para que andemos en todos sus caminos+ y guardemos sus mandamientos+ y sus disposiciones reglamentarias+ y sus decisiones judiciales,+ que impuso como mandato a nuestros antepasados. 59 Y que estas palabras mías, con que he hecho petición de favor delante de Jehová, resulten estar cerca+ de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él ejecute juicio a su siervo y juicio a su pueblo Israel, según se requiera día+ a día; 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan+ que Jehová es el Dios [verdadero].+ No hay otro.+ 61 Y el corazón de ustedes tiene que resultar completo+ para con Jehová nuestro Dios, andando en sus disposiciones reglamentarias y guardando sus mandamientos como en este día”.
62 Y el rey y todo Israel con él estaban ofreciendo un gran sacrificio delante de Jehová.+ 63 Y Salomón procedió a ofrecer los sacrificios de comunión+ que él tenía para ofrecer a Jehová, veintidós mil reses vacunas y ciento veinte mil ovejas,+ para que el rey y todos los hijos de Israel inauguraran+ la casa de Jehová. 64 En aquel día el rey tuvo que santificar el medio del patio que está delante de la casa de Jehová,+ porque allí tuvo que ofrecer el sacrificio quemado y la ofrenda de grano y los trozos grasos de los sacrificios de comunión; porque el altar de cobre+ que está delante de Jehová era demasiado pequeño para contener el sacrificio quemado y la ofrenda de grano y los trozos grasos+ de los sacrificios de comunión. 65 Y Salomón procedió en aquel tiempo a ocuparse en la fiesta,+ y todo Israel con él, una gran congregación+ desde el punto de entrada de Hamat*+ hasta el valle torrencial de Egipto,+ delante de Jehová nuestro Dios,* por siete días y otros siete días,+ catorce días. 66 Al octavo día despidió al pueblo;+ y ellos empezaron a bendecir al rey e irse a sus hogares,* regocijándose+ y sintiéndose alegres de corazón+ por todo el bien+ que Jehová había ejecutado para David su siervo y para Israel su pueblo.
9 Y aconteció que, tan pronto como Salomón hubo acabado de edificar la casa+ de Jehová y la casa del rey+ y toda cosa deseable de Salomón que él se deleitó en hacer,+ 2 entonces Jehová se apareció a Salomón por segunda vez, lo mismo que se le había aparecido en Gabaón.+ 3 Y Jehová pasó a decirle: “He oído tu oración+ y tu petición de favor con que solicitaste favor delante de mí. He santificado+ esta casa que has edificado mediante poner allí mi nombre+ hasta tiempo indefinido; y mis ojos+ y mi corazón ciertamente resultarán estar allí siempre.+ 4 Y tú, si andas+ delante de mí, tal como anduvo David+ tu padre, con integridad+ de corazón y con rectitud,+ haciendo conforme a todo lo que te he mandado,+ y guardas mis disposiciones reglamentarias+ y mis decisiones judiciales,+ 5 entonces yo verdaderamente estableceré el trono de tu reino sobre Israel hasta tiempo indefinido,* tal como prometí a David tu padre, al decir: ‘Ni un solo hombre tuyo será cortado de [sentarse] sobre el trono de Israel’.+ 6 Si ustedes mismos y sus hijos definitivamente se vuelven de seguirme+ y no guardan mis mandamientos y mis estatutos que he puesto delante de ustedes, y realmente van y sirven a otros dioses+ y se inclinan ante ellos,* 7 entonces yo ciertamente cortaré a Israel de sobre la superficie del suelo que les he dado;+ y la casa que he santificado a mi nombre la arrojaré* de delante de mí,+ e Israel verdaderamente llegará a ser un dicho proverbial+ y escarnio entre todos los pueblos. 8 Y esta casa misma llegará a ser montones de ruinas.*+ Todo el que vaya pasando junto a ella clavará la vista en ella con asombro,+ y ciertamente silbará y dirá: ‘¿Por qué razón hizo así Jehová a esta tierra y a esta casa?’.+ 9 Y tendrán que decir: ‘Por razón de que dejaron a Jehová su Dios que había sacado a sus antepasados de la tierra de Egipto,+ y procedieron a asirse de otros dioses+ y a inclinarse ante ellos y a servirles. Por eso Jehová trajo sobre ellos toda esta calamidad’”.+
10 Y al cabo de veinte años, en los cuales Salomón edificó las dos casas, la casa de Jehová+ y la casa del rey+ 11 (Hiram+ el rey de Tiro había él mismo ayudado a Salomón+ con maderas de cedros y maderas de enebros y con oro, cuanto en ello se deleitó),+ aconteció que en aquel tiempo el rey Salomón procedió a dar a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea.*+ 12 Por lo tanto, Hiram salió de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no fueron precisamente apropiadas a sus ojos.+ 13 Por lo tanto, dijo: “¿Qué clase de ciudades son estas que me has dado, hermano mío?”. Y llegaron a ser llamadas la Tierra de Cabul* hasta el día de hoy.
14 Mientras tanto, Hiram envió al rey ciento veinte talentos* de oro.+
15 Ahora bien, esta es la relación de los que fueron reclutados para trabajo forzado,+ una leva que el rey Salomón hizo para edificar la casa de Jehová+ y su propia casa y el Montículo*+ y el muro+ de Jerusalén y Hazor+ y Meguidó+ y Guézer.+ 16 (Faraón el rey de Egipto había subido él mismo y entonces tomado a Guézer y la había quemado con fuego, y a los cananeos+ que moraban en la ciudad los había matado. De modo que la dio como regalo de despedida a su hija,+ la esposa de Salomón.) 17 Y Salomón pasó a edificar a Guézer y a Bet-horón Baja,+ 18 y a Baalat+ y a Tamar* en el desierto, en el país, 19 y todas las ciudades de almacenamiento+ que llegaron a ser de Salomón, y las ciudades de los carros+ y las ciudades para los hombres de a caballo, y las cosas deseables de Salomón+ que él había deseado edificar en Jerusalén y en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. 20 En cuanto a toda la gente que quedó de los amorreos,+ los hititas,+ los perizitas,+ los heveos+ y los jebuseos,+ que no eran parte de los hijos de Israel,+ 21 los hijos de estos que habían quedado después de ellos en el país, a quienes los hijos de Israel no habían podido dar por entero a la destrucción,+ Salomón siguió haciendo leva de estos para trabajo forzado de esclavos hasta el día de hoy.+ 22 Y a ninguno de los hijos de Israel constituyó Salomón en esclavo;+ pues ellos eran los guerreros, y los siervos de él, y sus príncipes, y sus adjutores y jefes de los que conducían sus carros y de sus hombres de a caballo.+ 23 Estos eran los jefes de los comisarios que estaban sobre la obra de Salomón, quinientos cincuenta, los capataces sobre la gente que estaba activa en la obra.+
24 Sin embargo, la hija+ de Faraón misma subió de la Ciudad de David+ a su propia casa que él le había edificado. Fue entonces cuando él edificó el Montículo.+
25 Y Salomón continuó ofreciendo tres+ veces al año sacrificios quemados y sacrificios de comunión sobre el altar que había edificado a Jehová,+ y había un hacer humo de sacrificio* sobre el [altar],+ que estaba delante de Jehová; y completó la casa.+
26 Y había una flota de naves que el rey Salomón hizo en Ezión-guéber,+ que está junto a Elot,+ sobre la orilla del mar Rojo en la tierra de Edom.+ 27 E Hiram siguió enviando en la flota de naves a sus propios siervos,+ hombres de mar,* que poseían conocimiento del mar, junto con los siervos de Salomón. 28 Y procedieron a ir a Ofir+ y a tomar de allí cuatrocientos veinte talentos* de oro,+ y a traerlo al rey Salomón.
10 Ahora bien, la reina de Seba+ oía el informe acerca de Salomón respecto al nombre de Jehová.+ Por lo tanto, vino a probarlo con preguntas de las que causan perplejidad.*+ 2 Por fin llegó a Jerusalén con un séquito muy impresionante,+ camellos+ que traían aceite balsámico+ y muchísimo oro y piedras preciosas; y procedió a entrar a donde Salomón y a hablarle todo lo que se hallaba junto a su corazón.+ 3 Salomón, a su vez, fue declarándole todos los asuntos de ella.+ Resultó que no hubo asunto escondido al rey que él no le declarara.+
4 Cuando la reina de Seba llegó a ver toda la sabiduría de Salomón+ y la casa que había edificado,+ 5 y el alimento* de su mesa,+ y el sentarse de sus siervos, y la manera de servir la mesa* sus mozos, y el atavío de ellos, y las bebidas de él,+ y sus sacrificios quemados que él con regularidad ofrecía en la casa de Jehová, entonces resultó que no hubo más espíritu en ella.+ 6 De modo que dijo al rey: “Verdad ha resultado ser la palabra que oí en mi propio país acerca de tus asuntos y acerca de tu sabiduría.+ 7 Y no puse fe en las palabras hasta que yo hubiera venido para que mis propios ojos vieran; y, ¡mira!, no se me había referido ni la mitad.+ Has superado en sabiduría y prosperidad las cosas oídas a las que escuché.+ 8 ¡Felices son tus hombres!;*+ ¡felices+ son estos siervos tuyos que están de pie ante ti constantemente, escuchando tu sabiduría!+ 9 Llegue a ser bendito Jehová tu Dios,+ que se ha deleitado+ en ti al ponerte sobre el trono de Israel;+ porque Jehová ama a Israel hasta tiempo indefinido,+ de modo que te ha nombrado rey+ para que ejecutes decisión judicial+ y justicia”.+
10 Entonces dio+ al rey ciento veinte talentos de oro+ y grandísima cantidad de aceite balsámico+ y piedras preciosas. Nunca más vino semejante aceite balsámico, en cuanto a cantidad, como el que la reina de Seba dio al rey Salomón.
11 Y la flota de naves de Hiram,+ que traía oro de Ofir,+ también trajo de Ofir maderas de árboles algum*+ en muy grande cantidad, y piedras preciosas.+ 12 Y el rey procedió a hacer de las maderas de los árboles algum apoyos para la casa de Jehová+ y para la casa del rey, y también arpas+ e instrumentos de cuerda+ para los cantores. Maderas de árboles algum así no han venido ni se han visto hasta el día de hoy.
13 Y el rey Salomón mismo dio a la reina de Seba todo lo que la deleitó que ella pidió, además de lo que le dio a mano abierta,+ según la manera del rey Salomón. Después de eso, ella se volvió y se fue a su propio país, ella junto con sus siervos.+
14 Y el peso del oro+ que vino al rey Salomón en un año ascendió a seiscientos sesenta y seis talentos de oro,*+ 15 aparte de los hombres viajantes y la ganancia de los comerciantes y todos los reyes+ de los árabes+ y los gobernadores del país.
16 Y el rey Salomón pasó a hacer doscientos escudos grandes de oro aleado+ (seiscientos [siclos]* de oro procedió a poner sobre cada escudo grande),+ 17 y trescientos broqueles de oro aleado (tres minas* de oro procedió a poner sobre cada broquel*).+ Entonces el rey los puso en la Casa del Bosque del Líbano.+
18 Además, el rey hizo un gran trono+ de marfil,+ y lo revistió de oro refinado.+ 19 Había seis escalones hasta el trono, y, detrás, el trono tenía un dosel redondo, y había brazos por este lado y por aquel lado junto al lugar de sentarse, y de pie al lado de los brazos+ estaban dos leones.+ 20 Y había doce leones de pie allí sobre los seis escalones, por este lado y por aquel lado. Ningún otro reino tenía uno que estuviera hecho exactamente como este.+
21 Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y todos los vasos de la Casa del Bosque del Líbano+ eran de oro puro.+ No había nada de plata; en los días de Salomón esta se consideraba como nada absolutamente. 22 Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis+ junto con la flota de naves de Hiram. Una vez cada tres años la flota de naves de Tarsis venía y traía oro+ y plata, marfil,+ y monos y pavos reales.
23 De modo que el rey Salomón era más grande en cuanto a riquezas+ y sabiduría+ que todos los demás reyes de la tierra. 24 Y toda la gente de la tierra* venía buscando el rostro de Salomón para oír su sabiduría que Dios* había puesto en su corazón.+ 25 Y traían cada cual su regalo,+ objetos de plata+ y objetos de oro y prendas de vestir y armadura+ y aceite balsámico, caballos y mulos,+ como cosa de rutina cada año.+
26 Y Salomón siguió reuniendo más carros y corceles;* y llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil corceles,+ y los mantuvo estacionados en las ciudades de los carros y junto al rey en Jerusalén.+
27 Y el rey llegó a hacer que la plata en Jerusalén fuera como las piedras,+ e hizo que la madera de cedro fuera como los sicómoros que hay en la Sefelá,* por su gran cantidad.+
28 Y había la exportación de los caballos que Salomón tenía de Egipto, y la compañía de los mercaderes del rey tomaban ellos mismos la manada de caballos a cierto precio.+ 29 Y un carro comúnmente subía y se exportaba de Egipto por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así era para todos los reyes de los hititas+ y los reyes de Siria. Era mediante ellos* que hacían la exportación.
11 Y el rey Salomón mismo amó a muchas esposas extranjeras+ junto con la hija de Faraón,+ a moabitas,+ ammonitas,+ edomitas,+ sidonias+ [e] hititas,+ 2 de las naciones de las que Jehová había dicho a los hijos de Israel: “Ustedes no deben meterse entre ellas,+ y ellas mismas no deben meterse entre ustedes; verdaderamente inclinarán el corazón de ustedes a seguir a los dioses de ellas”.+ A ellas se adhirió+ Salomón para amarlas. 3 Y llegó a tener setecientas esposas, princesas, y trescientas concubinas; y poco a poco+ sus esposas le inclinaron el corazón. 4 Y al tiempo en que envejeció Salomón+ aconteció que sus esposas mismas habían inclinado+ el corazón de él a seguir a otros dioses;+ y su corazón no resultó completo+ para con Jehová su Dios como el corazón de David su padre. 5 Y Salomón empezó a ir tras Astoret,+ la diosa* de los sidonios, y tras Milcom,+ la cosa repugnante de los ammonitas. 6 Y Salomón empezó a hacer lo que era malo+ a los ojos de Jehová, y no siguió de lleno a Jehová como David su padre.+
7 Fue entonces cuando Salomón procedió a edificar un lugar alto+ a Kemós,+ la cosa repugnante+ de Moab, en la montaña+ que estaba enfrente+ de Jerusalén, y a Mólek, la cosa repugnante de los hijos de Ammón. 8 Y así hizo para todas sus esposas extranjeras+ que hacían humo de sacrificio y ofrecían sacrificios a sus dioses.+
9 Y Jehová llegó a estar enojado+ con Salomón, porque su corazón se había inclinado a alejarse de Jehová el Dios de Israel,+ el que se le había aparecido dos veces.+ 10 Y respecto a esta cosa le mandó que no se fuera tras otros dioses;+ pero él no había guardado lo que Jehová había mandado. 11 Jehová ahora dijo a Salomón: “Por motivo de que esto ha sucedido contigo, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te impuse como mandato, sin falta arrancaré el reino de sobre ti, y ciertamente lo daré a tu siervo.+ 12 Sin embargo, no lo haré en tus días,+ por causa de David tu padre.+ De la mano de tu hijo lo arrancaré.+ 13 Solo que no será todo el reino lo que arrancaré.+ Daré una tribu a tu hijo, por causa de David mi siervo,+ y por causa de Jerusalén que he escogido”.+
14 Y Jehová empezó a levantar un resistidor*+ a Salomón,+ a saber, a Hadad, el edomita, de la prole del rey. Este estaba en Edom.+ 15 Y cuando David derribó a Edom,*+ cuando Joab el jefe del ejército subió a enterrar a los que habían sido muertos, aconteció que él trató de derribar a todo varón de Edom.+ 16 (Porque seis meses moró allí Joab, y todo Israel, hasta que él hubo cortado [de la existencia] a todo varón de Edom.) 17 Y Hadad se fue huyendo, él y junto con él algunos edomitas de los siervos de su padre, para entrar en Egipto, mientras Hadad era un muchacho de poca edad.* 18 De modo que se levantaron de Madián+ y entraron en Parán, y tomaron consigo hombres de Parán+ y entraron en Egipto, a donde Faraón el rey de Egipto, quien entonces le dio una casa. También, pan le asignó, y tierra le dio. 19 Y Hadad continuó hallando favor+ a los ojos de Faraón, a tal grado que este le dio una esposa,+ la hermana de su propia esposa, la hermana de Tahpenés la dama. 20 Con el tiempo, la hermana de Tahpenés le dio a luz su hijo Guenubat, y Tahpenés llegó a destetarlo+ allí mismo en la casa de Faraón; y Guenubat continuó en la casa de Faraón, allí mismo entre los hijos de Faraón.
21 Y Hadad mismo oyó en Egipto que David había yacido con sus antepasados+ y que Joab el jefe del ejército había muerto.+ Por lo tanto, Hadad dijo a Faraón: “Envíame,+ para que me vaya a mi propia tierra”. 22 Pero Faraón le dijo: “¿Qué te falta estando conmigo, para que estés procurando irte a tu propia tierra?”. A lo que él dijo: “Nada; pero debes enviarme sin falta”.
23 Y Dios procedió a levantarle otro resistidor,+ a saber, a Rezón hijo de Eliadá, que había huido de Hadadézer,+ el rey de Zobá,+ su señor.* 24 Y este siguió juntando hombres a su lado y llegó a ser jefe de una partida merodeadora, cuando David los* mató.+ Por eso se fueron a Damasco+ y se pusieron a morar en ella y empezaron a reinar en Damasco. 25 Y él llegó a ser un resistidor de Israel todos los días de Salomón,+ y eso junto con el perjuicio que Hadad ocasionó; y le tenía un aborrecimiento+ a Israel mientras continuaba reinando sobre Siria.
26 Y estuvo Jeroboán+ hijo de Nebat, efraimita de Zeredá, un siervo de Salomón,+ y el nombre de su madre era Zeruá, una enviudada. Él también empezó a alzar la mano contra el rey.+ 27 Y esta es la razón por la cual alzó la mano contra el rey: Salomón mismo había edificado el Montículo.*+ Había cerrado la brecha de la Ciudad de David su padre.+ 28 Ahora bien, el hombre Jeroboán era un hombre valiente y poderoso.+ Cuando Salomón llegó a ver que el joven era un trabajador muy asiduo,+ procedió a hacerlo superintendente*+ sobre todo el servicio obligatorio+ de la casa de José.+ 29 Y en aquel tiempo en particular aconteció que Jeroboán mismo salió de Jerusalén, y Ahíya+ el silonita,+ el profeta, llegó a hallarlo en el camino, y [Ahíya]* estaba cubriéndose con una prenda de vestir nueva; y los dos se hallaban solos en el campo. 30 Ahíya ahora asió la prenda de vestir nueva que traía sobre sí y la rasgó+ en doce+ pedazos. 31 Y pasó a decir a Jeroboán:
“Toma para ti diez pedazos; porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Mira que voy a arrancar el reino de la mano de Salomón, y ciertamente te daré diez tribus.+ 32 Y una tribu+ es lo que continuará siendo suya por causa de mi siervo David+ y por causa de Jerusalén,+ la ciudad que he escogido de todas las tribus de Israel. 33 La razón por ello es que me han dejado a mí+ y han empezado a inclinarse ante Astoret,+ la diosa* de los sidonios, ante Kemós,+ el dios* de Moab, y ante Milcom,+ el dios de los hijos de Ammón; y no han andado en mis caminos haciendo lo que es recto a mis ojos, y mis estatutos y mis decisiones judiciales, como David su padre. 34 Pero no tomaré de su mano todo el reino, porque por principal* lo estableceré todos los días de su vida, por causa de David mi siervo a quien escogí,+ porque él guardó mis mandamientos y mis estatutos. 35 Y ciertamente tomaré la gobernación real de la mano de su hijo y te la daré a ti, aun diez tribus.+ 36 Y a su hijo daré una tribu, a fin de que David mi siervo continúe teniendo una lámpara siempre delante de mí en Jerusalén,+ la ciudad que yo me he escogido para poner allí mi nombre.+ 37 Y a ti te tomaré, y verdaderamente reinarás sobre todo lo que tu alma desee con vehemencia,+ y ciertamente llegarás a ser rey sobre Israel. 38 Y tiene que suceder que, si obedeces todo lo que yo te mande, y de veras andas en mis caminos y realmente haces lo que es recto a mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, así como lo hizo David mi siervo,+ entonces yo ciertamente resultaré estar contigo,+ y ciertamente te edificaré una casa duradera, tal como se la he edificado a David,+ y ciertamente te daré Israel. 39 Y humillaré a la prole de David a causa de esto,+ solo que no para siempre’”.+
40 Y Salomón empezó a buscar la manera de dar muerte a Jeroboán.+ Por eso Jeroboán se levantó y se fue huyendo+ a Egipto, a Sisaq+ el rey de Egipto, y continuó en Egipto hasta la muerte de Salomón.
41 En cuanto al resto de los asuntos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de Salomón? 42 Y los días que Salomón había reinado en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años.+ 43 Entonces yació Salomón con sus antepasados,+ y fue enterrado en la Ciudad de David+ su padre; y Rehoboam+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
12 Y Rehoboam+ procedió a ir a Siquem, porque fue a Siquem+ adonde todo Israel fue para hacerlo rey. 2 Y aconteció que tan pronto como Jeroboán+ hijo de Nebat oyó de ello, mientras todavía estaba en Egipto (porque había huido a causa del rey Salomón, a fin de morar Jeroboán en Egipto),+ 3 entonces mandaron a llamarlo. Después de aquello, Jeroboán y toda la congregación de Israel vinieron y empezaron a hablar a Rehoboam y dijeron:+ 4 “Tu padre, por su parte, hizo duro nuestro yugo, y, en cuanto a ti, ahora haz más ligero+ el duro servicio de tu padre y su yugo pesado+ que puso sobre nosotros, y te serviremos”.+
5 Ante esto, él les dijo: “Váyanse por tres días y vuelvan a mí”.+ De modo que la gente se fue. 6 Y el rey Rehoboam empezó a aconsejarse con los ancianos+ que habían continuado atendiendo a Salomón su padre mientras este continuó vivo, y dijo: “¿Cómo aconsejan ustedes que se responda a este pueblo?”.+ 7 Por consiguiente, ellos le hablaron, y dijeron: “Si hoy te hicieras siervo de este pueblo y realmente les sirvieras,+ entonces tendrás que contestarles y hablarles con buenas palabras;+ y ellos de seguro llegarán a ser tus siervos siempre”.+
8 Sin embargo, él dejó el consejo de los ancianos con que le habían aconsejado, y empezó a aconsejarse con los jóvenes que se habían criado con él,+ que eran los que lo atendían.+ 9 Y pasó a decirles: “¿Qué ofrecen ustedes como consejo+ para que respondamos a esta gente que me ha hablado, diciendo: ‘Haz más ligero el yugo que tu padre puso sobre nosotros’?”.+ 10 A su vez, los jóvenes que se habían criado con él le hablaron, y dijeron: “Esto es lo que debes decir+ a esta gente que te ha hablado y ha dicho: ‘Tu padre, por su parte, hizo pesado nuestro yugo, pero, en cuanto a ti, hazlo más ligero sobre nosotros’; esto es lo que debes hablarles: ‘Mi meñique mismo ciertamente será más grueso que las caderas de mi padre.+ 11 Y ahora bien, mi padre, por su parte, cargó sobre ustedes un yugo pesado; pero yo, por mi parte, añadiré al yugo de ustedes.+ Mi padre, por su parte, los castigó con látigos, pero yo, por mi parte, los castigaré con azotes [de puntas agudas]’”.*+
12 Y Jeroboán y todo el pueblo procedieron a venir a Rehoboam al tercer día, tal como el rey había hablado, al decir: “Vuelvan a mí al tercer día”.+ 13 Y el rey empezó a contestar con dureza+ a la gente, y a dejar el consejo de los ancianos que lo habían aconsejado.+ 14 Y pasó a hablarles conforme al consejo de los jóvenes,+ y dijo: “Mi padre, por su parte, hizo pesado el yugo de ustedes, pero yo, por mi parte, añadiré a su yugo. Mi padre, por su parte, los castigó con látigos, pero yo, por mi parte, los castigaré con azotes [de puntas agudas]”.+ 15 Y el rey no escuchó al pueblo,+ porque el que los asuntos tomaran otro giro fue a instancia de Jehová,+ a fin de que él realmente realizara su palabra+ que Jehová había hablado por medio de Ahíya,+ el silonita, a Jeroboán hijo de Nebat.
16 Cuando todo Israel llegó a ver que el rey no les había escuchado, entonces el pueblo respondió al rey y dijo: “¿Qué parte nos corresponde a nosotros en David?+ Y no hay herencia en el hijo de Jesé. A tus dioses,*+ oh Israel. ¡Ahora mira por tu propia casa, oh David!”.+ Con eso, Israel empezó a irse a sus tiendas. 17 En cuanto a los hijos de Israel que moraban en las ciudades de Judá, Rehoboam continuó reinando sobre ellos.+
18 Posteriormente, el rey Rehoboam envió a Adoram,+ que estaba sobre los reclutados para trabajo forzado,+ pero todo Israel lo lapidó,+ de modo que murió. Y el rey Rehoboam mismo se las arregló para subir al carro y huir a Jerusalén. 19 Y los israelitas siguieron su sublevación+ contra la casa de David hasta el día de hoy.+
20 Y aconteció que en cuanto todo Israel oyó que Jeroboán había vuelto, en seguida enviaron a llamarlo a la asamblea* y lo hicieron rey sobre todo Israel.+ Nadie se hizo seguidor de la casa de David excepto la tribu de Judá sola.+
21 Cuando Rehoboam llegó a Jerusalén,+ inmediatamente congregó a toda la casa de Judá y a la tribu de Benjamín,+ ciento ochenta mil hombres selectos, físicamente capacitados para la guerra,* para pelear contra la casa de Israel, a fin de traer la gobernación real de vuelta a Rehoboam hijo de Salomón. 22 Entonces la palabra del Dios [verdadero]* llegó a Semaya+ el hombre del Dios [verdadero],+ y dijo: 23 “Di a Rehoboam hijo de Salomón el rey de Judá, y a toda la casa de Judá y a Benjamín y a los demás del pueblo: 24 ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “No deben subir y pelear contra sus hermanos, los hijos de Israel.+ Vuelva cada cual a su casa, porque es a instancia mía como esta cosa se ha efectuado”’”.+ Así que ellos obedecieron la palabra de Jehová,+ y se volvieron a casa, conforme a la palabra de Jehová.+
25 Y Jeroboán procedió a edificar a Siquem+ en la región montañosa de Efraín y a morar en ella. Entonces salió de allí y edificó a Penuel.+ 26 Y Jeroboán empezó a decir en su corazón:+ “Ahora el reino se volverá a la casa de David.+ 27 Si este pueblo continúa subiendo a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén,+ entonces el corazón de este pueblo de seguro se volverá a su señor,* Rehoboam el rey de Judá; y ciertamente me matarán+ y se volverán a Rehoboam el rey de Judá”. 28 Por lo tanto, el rey tomó consejo+ e hizo dos becerros de oro+ y dijo al pueblo:* “Es demasiado para ustedes el que suban a Jerusalén. Aquí está tu Dios,*+ oh Israel, que te hizo subir de la tierra de Egipto”.+ 29 Entonces colocó uno en Betel,+ y el otro lo puso en Dan.+ 30 Y esta cosa llegó a ser causa de pecado,+ y el pueblo empezó a ir delante de uno [de ellos] hasta Dan.
31 Y él se puso a hacer una casa de lugares altos+ y a hacer sacerdotes de la gente en general, que, casualmente, no eran de los hijos de Leví.+ 32 Y Jeroboán hizo además una fiesta en el mes octavo, en el día quince del mes, como la fiesta que había en Judá,+ a fin de hacer ofrendas sobre el altar que había hecho en Betel, para hacer sacrificios a los becerros que él había hecho; y puso a servir en Betel+ a los sacerdotes de los lugares altos que había hecho. 33 Y empezó a hacer ofrendas sobre el altar que había hecho en Betel, el día quince del mes octavo, en el mes que él había inventado por sí mismo;*+ y procedió a hacer una fiesta para los hijos de Israel y a hacer ofrendas sobre el altar para hacer humo de sacrificio.+
13 Y sucedió que hubo un hombre+ de Dios* que por la palabra+ de Jehová había salido de Judá hasta Betel, mientras Jeroboán estaba de pie junto al altar+ para hacer humo de sacrificio.+ 2 Entonces este gritó contra el altar, por la palabra de Jehová, y dijo: “Oh altar, altar, esto es lo que ha dicho Jehová: ‘¡Mira! ¡Un hijo que le nace a la casa de David, cuyo nombre es Josías!+ Y ciertamente sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que están haciendo humo de sacrificio sobre ti, y huesos de hombres quemará* sobre ti’”.+ 3 Y dio un portento+ presagioso en aquel día, diciendo: “Este es el portento presagioso del cual Jehová ha hablado: ¡Mira! El altar se parte, y las cenizas grasosas que están sobre él ciertamente se verterán”.
4 Y aconteció que, tan pronto como el rey oyó la palabra del hombre del Dios [verdadero]* que había gritado contra el altar en Betel, en seguida alargó Jeroboán su mano de sobre el altar, y dijo: “¡Préndanlo!”.+ Al instante la mano que había alargado contra él quedó seca, y no pudo retirarla a sí.+ 5 Y el altar mismo se partió de modo que las cenizas grasosas se vertieron del altar, conforme al portento presagioso que el hombre del Dios [verdadero] había dado por la palabra de Jehová.+
6 El rey ahora contestó y dijo al hombre del Dios [verdadero]: “Ablanda, por favor, el rostro de Jehová tu Dios y ora a favor de mí para que se me restaure la mano”.+ Por lo cual el hombre del Dios [verdadero] ablandó+ el rostro de Jehová, de modo que la mano del rey le fue restaurada, y llegó a estar como al principio.+ 7 Y el rey pasó a decir al hombre del Dios [verdadero]: “Ven conmigo a casa, sí, y toma sustento,+ y déjame darte un regalo”.+ 8 Pero el hombre del Dios [verdadero] dijo al rey: “Aunque me dieras la mitad de tu casa+ no iría contigo+ ni comería pan ni bebería agua en este lugar. 9 Porque así me mandó él por la palabra de Jehová, diciendo: ‘No debes comer pan+ ni beber agua, y no debes regresar por el camino que fuiste’”. 10 Y empezó a irse por otro camino, y no regresó por el camino por el cual había venido a Betel.
11 Y cierto viejo profeta+ moraba en Betel, y sus hijos* ahora entraron y le contaron toda la obra que el hombre del Dios [verdadero] había hecho aquel día en Betel [y] las palabras que había hablado al rey, y siguieron contándolas a su padre. 12 Entonces les habló su padre: “¿Por qué camino, pues, se fue?”. De modo que sus hijos le mostraron el camino por el cual se había ido el hombre del Dios [verdadero] que había salido de Judá. 13 Él ahora dijo a sus hijos: “Aparéjenme el asno”. Por lo tanto, le aparejaron el asno,+ y él se fue cabalgando sobre él.
14 Y se fue siguiendo al hombre del Dios [verdadero] y por fin lo halló sentado debajo del árbol grande.+ Entonces le dijo: “¿Eres tú el hombre del Dios [verdadero] que ha salido de Judá?”,+ a lo cual él dijo: “Yo soy”. 15 Y pasó a decirle: “Ven conmigo a casa y come pan”. 16 Pero él dijo: “No puedo volver contigo ni entrar contigo, y no puedo comer pan ni beber agua contigo en este lugar.+ 17 Porque se me ha hablado mediante la palabra de Jehová:+ ‘No debes comer pan ni beber agua allí. No debes regresar por el camino por el cual fuiste’”.+ 18 Ante esto, él le dijo: “Yo también soy profeta como tú, y un ángel+ mismo me habló por la palabra de Jehová, diciendo: ‘Hazlo volver contigo a tu casa para que coma pan y beba agua’”. (Lo engañó.)+ 19 De modo que regresó con él para comer pan en su casa y beber agua.+
20 Y mientras estaban sentados a la mesa aconteció que la palabra+ de Jehová vino al profeta que lo había traído de vuelta; 21 y él empezó a clamar al hombre del Dios [verdadero] que había salido de Judá, y dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘En virtud de que te rebelaste+ contra la orden de Jehová y no guardaste el mandamiento con el cual te mandó Jehová tu Dios,+ 22 sino que volviste para comer pan y beber agua en el lugar acerca del cual él te habló: “No comas pan ni bebas agua”, tu cuerpo muerto no entrará en la sepultura de tus antepasados’”.+
23 Y después que él hubo comido pan y después que hubo bebido aconteció que él en seguida le aparejó el asno, es decir, para el profeta a quien había traído de vuelta. 24 Y este procedió a irse. Más tarde un león+ lo halló en el camino y le dio muerte,+ y su cuerpo muerto quedó arrojado en el camino. Y el asno estaba parado a su lado, y el león estaba parado al lado del cuerpo muerto. 25 Y he aquí que unos hombres venían pasando, de modo que llegaron a ver el cuerpo muerto arrojado en el camino, y el león parado al lado del cuerpo muerto. Entonces entraron y hablaron de ello en la ciudad en la cual moraba el viejo profeta.
26 Cuando oyó esto el profeta que lo había traído de vuelta del camino, en seguida dijo: “Es el hombre del Dios [verdadero] que se rebeló contra la orden de Jehová;+ y por eso Jehová lo dio al león, para que lo quebrantara y le diera muerte, conforme a la palabra de Jehová que él le habló”.+ 27 Y pasó a hablar a sus hijos, y dijo: “Aparéjenme el asno”. En seguida se lo aparejaron.+ 28 Entonces se puso en marcha y halló el cuerpo muerto de aquél arrojado en el camino, con el asno y el león parados al lado del cuerpo muerto. El león no se había comido el cuerpo muerto, ni había quebrantado al asno.+ 29 Y el profeta procedió a alzar el cuerpo muerto del hombre del Dios [verdadero] y a depositarlo sobre el asno y a traerlo de vuelta. Así entró en la ciudad del viejo profeta para plañir y enterrarlo. 30 Por consiguiente, depositó el cuerpo muerto en la propia sepultura suya; y siguieron plañendo por él:+ “¡Qué lástima, hermano mío!”. 31 Y aconteció, después de haberlo enterrado, que pasó a decir a sus hijos: “Cuando yo muera tienen que enterrarme en la sepultura en que está enterrado el hombre del Dios [verdadero]. Al lado de sus huesos depositen mis propios huesos.*+ 32 Porque sin falta se realizará+ la palabra que él clamó, por la palabra de Jehová, contra el altar+ que está en Betel y contra todas las casas de los lugares altos+ que están en las ciudades de Samaria”.+
33 Después de este asunto Jeroboán no se volvió de su mal camino, sino que de nuevo se puso a hacer sacerdotes de lugares altos de la gente en general.+ En cuanto a cualquiera que se deleitara en ello, le llenaba la mano de poder*+ [y decía]: “Y llegue a ser él [uno de los] sacerdotes* de lugares altos”. 34 Y en este asunto llegó a haber causa de pecado por parte de la casa de Jeroboán+ y ocasión para raerla y aniquilarla de sobre la superficie del suelo.+
14 En aquel tiempo enfermó Abías hijo de Jeroboán.+ 2 Por eso Jeroboán dijo a su esposa: “Levántate, por favor, y tienes que disfrazarte+ para que no sepan que eres la esposa de Jeroboán, y tienes que ir a Siló. ¡Mira! Allí es donde está Ahíya+ el profeta. Él es el que habló respecto de mí acerca de llegar a ser rey* sobre este pueblo.+ 3 Y tienes que llevar en tu mano diez panes+ y tortas rociadas y un frasco+ de miel, y tienes que entrar a donde él.+ Él ciertamente te informará lo que le va a suceder al muchacho”.+
4 Y la esposa de Jeroboán procedió a hacerlo así. Por lo tanto se levantó y fue a Siló,+ y vino a la casa de Ahíya. Ahora bien, Ahíya* mismo no podía ver, porque sus ojos habían quedado fijos a causa de su edad.+
5 Y Jehová mismo había dicho a Ahíya: “Aquí viene la esposa de Jeroboán a solicitar una palabra de ti respecto a su hijo; porque está enfermo. De esta manera y de aquella es como debes hablarle. Y sucederá* que luego que llegue, estará arreglándose para que no se la reconozca”.+
6 Y aconteció que, en cuanto Ahíya oyó el sonido de los pies de ella al meterse ella por la entrada, empezó a decir: “Entra, esposa de Jeroboán.+ ¿Por qué estás arreglándote para que no se te reconozca mientras que a mí se me envía a ti con un mensaje severo? 7 Ve, di a Jeroboán: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: “Por cuanto te levanté de en medio de tu pueblo, para constituirte caudillo sobre mi pueblo Israel,+ 8 y pasé a arrancar+ el reino de la casa de David y dártelo a ti, y tú no has llegado a ser como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y que anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solo lo que era recto a mis ojos,+ 9 sino que te pusiste a actuar peor que todos los que resultaron ser antes de ti, y fuiste y te hiciste otro dios*+ e imágenes fundidas+ para ofenderme,+ y es a mí a quien has echado detrás de tu espalda;+ 10 por esa razón, ¡mira!, voy a traer calamidad sobre la casa de Jeroboán, y ciertamente cortaré de Jeroboán a cualquiera que orina contra una pared,*+ un imposibilitado e inútil en Israel;*+ y realmente barreré de modo completo detrás de la casa de Jeroboán,+ así como uno remueve el estiércol hasta acabar con él.+ 11 Al que de Jeroboán muera en la ciudad, los perros se lo comerán;+ y al que muera en el campo, las aves de los cielos se lo comerán,+ porque Jehová mismo lo ha hablado”’.
12 ”Y tú misma, levántate, vete a tu casa. Cuando entren tus pies en la ciudad, el niño ciertamente morirá. 13 Y todo Israel verdaderamente lo plañirá+ y lo enterrará, porque este es el único de Jeroboán que entrará en sepultura; a causa de que algo bueno para con Jehová el Dios de Israel se ha hallado en él, en la casa de Jeroboán.+ 14 Y Jehová ciertamente levantará para sí un rey+ sobre Israel que cortará la casa de Jeroboán el día citado, ¿y qué si ahora mismo?+ 15 Y Jehová verdaderamente derribará a Israel, tal como se agita la caña en el agua;+ y ciertamente desarraigará+ a Israel de este buen suelo+ que dio a sus antepasados, y verdaderamente los esparcirá+ más allá del Río,*+ por razón de que hicieron sus postes sagrados,+ ofendiendo+ así a Jehová. 16 Y entregará a Israel+ por causa de los pecados de Jeroboán con que pecó y con que hizo pecar a Israel”.+
17 Ante eso, la esposa de Jeroboán se levantó y se puso en marcha y llegó a Tirzá.+ Al llegar ella al umbral de la casa, el muchacho mismo murió. 18 Lo enterraron, pues, y todo Israel se puso a plañir por él, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de su siervo Ahíya el profeta.
19 Y el resto de los asuntos de Jeroboán, cómo guerreó+ y cómo reinó, allí están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel. 20 Y los días que reinó Jeroboán fueron veintidós años, después de lo cual yació con sus antepasados;+ y Nadab+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
21 En cuanto a Rehoboam,+ hijo de Salomón, había llegado a ser rey en Judá. Cuarenta y un años de edad tenía Rehoboam cuando empezó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, la ciudad+ que Jehová había escogido de todas las tribus+ de Israel para poner allí su nombre.+ Y el nombre de su madre era Naamá la ammonita.+ 22 Y Judá siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová,+ de modo que lo incitaron+ a celos más que todo lo que habían hecho sus antepasados mediante sus pecados con que habían pecado.+ 23 Y ellos también siguieron edificándose lugares altos+ y columnas sagradas+ y postes sagrados+ sobre toda colina alta+ y debajo de todo árbol frondoso.+ 24 Y hasta el prostituto de templo* se hallaba en el país.+ Actuaron conforme a todas las cosas detestables de las naciones que Jehová había expulsado de delante de los hijos de Israel.+
25 Y en el año quinto del rey Rehoboam aconteció que Sisaq+ el rey de Egipto subió contra Jerusalén. 26 Y logró tomar los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey;+ y todo lo tomó.+ Y pasó a tomar todos los escudos de oro que Salomón había hecho.+ 27 Por lo tanto, el rey Rehoboam hizo en lugar de ellos escudos de cobre, y los encomendó al control de los jefes de los corredores,+ los guardas de la entrada de la casa del rey.+ 28 Y sucedía que siempre que el rey venía a la casa de Jehová, los corredores los llevaban, y los devolvían a la cámara de la guardia de los corredores.+
29 Y el resto de los asuntos de Rehoboam y todo cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los tiempos de los reyes de Judá? 30 Y hubo guerra misma entre Rehoboam y Jeroboán siempre.+ 31 Por fin Rehoboam yació con sus antepasados, y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David.+ Y el nombre de su madre fue Naamá la ammonita.+ Y Abiyam*+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
15 Y en el año dieciocho del rey Jeroboán+ hijo de Nebat,+ Abiyam llegó a ser rey sobre Judá.+ 2 Tres años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre era Maacá+ la nieta* de Abisalom.*+ 3 Y él siguió andando en todos los pecados de su padre que este había cometido antes de él; y su corazón no resultó completo+ para con Jehová su Dios, como el corazón de David su antepasado.+ 4 Porque, a causa de David,+ Jehová su Dios le dio una lámpara+ en Jerusalén, levantando a su hijo después de él y manteniendo en existencia a Jerusalén,*+ 5 porque David hizo lo que era recto a los ojos de Jehová, y no se desvió de nada que Él le hubo mandado todos los días de su vida,+ excepto en el asunto de Urías el hitita.+ 6 Y hubo guerra misma entre Rehoboam* y Jeroboán todos los días de su vida.+
7 En cuanto al resto de los asuntos de Abiyam y todo cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Judá? También hubo guerra entre Abiyam y Jeroboán.+ 8 Por fin Abiyam yació con sus antepasados, y lo enterraron en la Ciudad de David;+ y Asá+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
9 En el año veinte de Jeroboán el rey de Israel, Asá reinó como rey de Judá. 10 Y cuarenta y un años reinó en Jerusalén; y el nombre de su abuela* era Maacá+ la nieta de Abisalom.+ 11 Y Asá procedió a hacer lo que era recto a los ojos de Jehová, como David su antepasado.+ 12 Por lo tanto, hizo pasar del país a los prostitutos de templo+ y quitó todos los ídolos estercolizos+ que sus antepasados habían hecho.+ 13 En cuanto a Maacá+ misma, su abuela, pasó a removerla de [ser] dama,+ porque ella había hecho un ídolo horrible al poste sagrado; después de lo cual Asá cortó el ídolo horrible+ de ella y lo quemó+ en el valle torrencial de Cedrón.+ 14 Y los lugares altos+ no los quitó.+ No obstante, el corazón mismo de Asá resultó completo para con Jehová todos sus días.+ 15 Y empezó a introducir en la casa de Jehová las cosas santificadas por su padre y las cosas santificadas por él mismo, plata y oro y objetos.+
16 Y hubo guerra misma entre Asá y Baasá+ el rey de Israel todos los días de ellos. 17 Por lo tanto, Baasá el rey de Israel subió contra Judá y se puso a edificar a Ramá,+ para no permitir que nadie saliera ni entrara donde Asá el rey de Judá.+ 18 Ante eso, Asá tomó toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey y los puso en la mano de sus siervos; y ahora el rey Asá los envió a Ben-hadad+ hijo de Tabrimón hijo de Hezión, el rey de Siria,+ que estaba morando en Damasco,+ y dijo: 19 “Hay un pacto entre yo y tú, entre mi padre y tu padre. Mira que te he enviado un presente+ de plata y oro. Anda, rompe en efecto tu pacto con Baasá el rey de Israel, para que se retire de mí”.+ 20 Por consiguiente, Ben-hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de las fuerzas militares que eran suyas contra las ciudades de Israel, y fue derribando a Ijón+ y Dan+ y Abel-bet-maacá+ y todo Kinéret, hasta toda la tierra de Neftalí.+ 21 Y aconteció que, tan pronto como Baasá tuvo noticia de ello, inmediatamente dejó de edificar a Ramá+ y continuó morando en Tirzá.+ 22 Y el rey Asá, por su parte, mandó llamar a todo Judá+ —no quedó nadie exento— y procedieron a llevarse las piedras de Ramá y las maderas de ella, con las cuales Baasá había estado edificando; y el rey Asá se puso a edificar con ellas a Gueba+ en Benjamín, y a Mizpá.+
23 En cuanto al resto de todos los asuntos de Asá, y todo su poderío y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Judá? Solo que al tiempo en que envejeció+ enfermó de los pies.+ 24 Por fin Asá yació con sus antepasados,+ y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David su antepasado;+ y Jehosafat+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
25 En cuanto a Nadab+ hijo de Jeroboán, llegó a ser rey sobre Israel en el segundo año de Asá el rey de Judá; y continuó reinando sobre Israel dos años. 26 Y siguió haciendo lo que era malo+ a los ojos de Jehová y fue andando en el camino de su padre+ y en su pecado con que hizo pecar a Israel.+ 27 Y Baasá+ hijo de Ahíya de la casa de Isacar empezó a conspirar contra él; y Baasá logró derribarlo en Guibetón,+ que pertenecía a los filisteos, mientras Nadab y todo Israel estaban sitiando a Guibetón. 28 Así que Baasá le dio muerte en el tercer año de Asá el rey de Judá, y empezó a reinar en lugar de él.+ 29 Y aconteció que, luego que llegó a ser rey, derribó a toda la casa de Jeroboán. No dejó que quedara ninguno de Jeroboán que respirara,* hasta que los hubo aniquilado, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de su siervo Ahíya el silonita,+ 30 a causa de los pecados de Jeroboán con que pecó+ y con que hizo pecar a Israel [y] por lo ofensivo de él con que ofendió a Jehová el Dios de Israel.+ 31 En cuanto al resto de los asuntos de Nadab y todo cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel? 32 Y hubo guerra misma entre Asá y Baasá el rey de Israel todos los días de estos.+
33 En el tercer año de Asá el rey de Judá, Baasá hijo de Ahíya llegó a ser rey sobre todo Israel en Tirzá por veinticuatro años.+ 34 Y siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová,+ y fue andando en el camino de Jeroboán+ y en su pecado con que hizo pecar a Israel.+
16 Ahora vino la palabra de Jehová a Jehú+ hijo de Hananí+ contra Baasá, y dijo: 2 “Por cuanto te levanté del polvo+ para constituirte caudillo sobre mi pueblo Israel,+ pero te fuiste andando en el camino de Jeroboán+ y así hiciste pecar a mi pueblo Israel, ofendiéndome con los pecados de ellos,+ 3 aquí voy a barrer de modo completo tras Baasá y tras su casa, y ciertamente constituiré su casa como la casa de Jeroboán hijo de Nebat.+ 4 A cualquiera de Baasá que muera en la ciudad, los perros se lo comerán; y a cualquiera suyo que muera en el campo, las aves de los cielos se lo comerán”.+
5 En cuanto al resto de los asuntos de Baasá y lo que hizo, y su poderío, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel? 6 Por fin Baasá yació con sus antepasados, y fue enterrado en Tirzá;+ y Elah su hijo empezó a reinar en lugar de él. 7 Y también por medio de Jehú hijo de Hananí el profeta, la palabra misma de Jehová había venido contra Baasá y contra su casa,+ tanto por toda la maldad que él cometió a los ojos de Jehová ofendiéndolo+ con la obra de sus manos,+ para que ella llegara a ser como la casa de Jeroboán, como porque lo* derribó.+
8 En el año veintiséis de Asá el rey de Judá, Elah hijo de Baasá llegó a ser rey sobre Israel en Tirzá, por dos años. 9 Y su siervo Zimrí,+ el jefe de la mitad de los carros, empezó a conspirar contra él, mientras este estaba en Tirzá bebiendo+ hasta emborracharse en casa de Arzá, que estaba sobre la casa+ en Tirzá. 10 Y Zimrí procedió a entrar y a derribarlo+ y darle muerte en el año veintisiete de Asá el rey de Judá, y empezó a reinar en lugar de él. 11 Y aconteció que, cuando empezó a reinar, en cuanto se sentó sobre su trono, derribó a toda la casa de Baasá. No dejó que quedara ninguno de los suyos que orinara contra una pared,*+ ni sus vengadores de sangre*+ ni sus amigos. 12 Así Zimrí aniquiló a toda la casa de Baasá,+ conforme a la palabra de Jehová+ que él había hablado contra Baasá mediante Jehú el profeta,+ 13 a causa de todos los pecados de Baasá y los pecados de Elah+ su hijo con que pecaron y con que hicieron pecar a Israel, ofendiendo a Jehová el Dios de Israel con sus vanos ídolos.*+ 14 En cuanto al resto de los asuntos de Elah y todo cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
15 En el año veintisiete de Asá el rey de Judá, Zimrí llegó a ser rey por siete días+ en Tirzá, mientras el pueblo estaba acampado contra Guibetón,+ que pertenecía a los filisteos. 16 Con el tiempo, el pueblo que estaba acampado oyó decir: “Zimrí ha conspirado y también ha derribado al rey”. Por lo tanto, todo Israel hizo que el jefe del ejército, Omrí,+ fuera rey sobre Israel en aquel día en el campamento. 17 Omrí y con él todo Israel ahora fueron subiendo de Guibetón y empezaron a poner sitio+ a Tirzá. 18 Y aconteció que, en cuanto Zimrí vio que la ciudad había sido tomada, entonces entró en la torre de habitación de la casa del rey y quemó con fuego sobre sí la casa del rey, de modo que murió,+ 19 por los pecados suyos con que había pecado haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová+ al andar en el camino de Jeroboán y en su pecado que él cometió, haciendo pecar a Israel.+ 20 En cuanto al resto de los asuntos de Zimrí y su conspiración con que conspiró, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
21 Entonces fue cuando el pueblo de Israel empezó a dividirse en dos partes.+ Había [los de] una parte del pueblo que se hicieron seguidores de Tibní hijo de Guinat, para hacerlo rey, y [los de] la otra parte, seguidores de Omrí. 22 Por fin la gente que estaba siguiendo a Omrí venció a la gente que estaba siguiendo a Tibní hijo de Guinat; de manera que Tibní murió, y Omrí empezó a reinar.
23 En el año treinta y uno de Asá el rey de Judá, Omrí llegó a ser rey* sobre Israel por doce años. En Tirzá reinó seis años. 24 Y procedió a comprar a Sémer la montaña de Samaria* por dos talentos* de plata, y se puso a edificar [en] la montaña y a llamar el nombre de la ciudad que edificó por el nombre de Sémer el amo* de la montaña: Samaria.+ 25 Y Omrí siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová, y llegó a hacer peor que todos los que fueron antes de él.+ 26 Y fue andando en todo el camino de Jeroboán hijo de Nebat+ y en su pecado con que hizo pecar a Israel, ofendiendo a Jehová el Dios de Israel con sus vanos ídolos.+ 27 En cuanto al resto de los asuntos de Omrí, lo que hizo, y su poderío con que actuó, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel? 28 Por fin Omrí yació con sus antepasados, y fue enterrado en Samaria; y Acab+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
29 Y en cuanto a Acab hijo de Omrí, él llegó a ser rey sobre Israel el año treinta y ocho de Asá el rey de Judá; y Acab hijo de Omrí continuó reinando sobre Israel en Samaria+ veintidós años. 30 Y Acab hijo de Omrí procedió a hacer peor a los ojos de Jehová que todos los que fueron antes de él.+ 31 Y aconteció que, [como si fuera] la cosa más insignificante+ el que anduviera en los pecados de Jeroboán+ hijo de Nebat, ahora tomó por esposa+ a Jezabel+ hija de Etbaal el rey de los sidonios,+ y se puso a ir y servir a Baal*+ e inclinarse ante él. 32 Además, erigió un altar a Baal en la casa+ de Baal que edificó en Samaria. 33 Y Acab pasó a hacer el poste sagrado;*+ y Acab llegó a hacer más para ofender+ a Jehová el Dios de Israel que todos los reyes de Israel que hubo antes de él.
34 En sus días Hiel el betelita edificó a Jericó. Pagando con la pérdida de Abiram, su primogénito, colocó el fundamento de ella, y pagando con la pérdida de Segub, el menor de los suyos, puso sus puertas, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Josué* hijo de Nun.+
17 Y Elías*+ el tisbita, de los habitantes* de Galaad,+ procedió a decir a Acab: “¡Tan ciertamente como que vive Jehová+ el Dios de Israel, delante de quien en efecto estoy de pie,*+ no habrá durante estos años ni rocío ni lluvia,+ excepto por orden de mi palabra!”.+
2 Ahora le vino la palabra+ de Jehová, diciendo: 3 “Vete de aquí, y tienes que dirigirte hacia el este y ocultarte+ junto al valle torrencial de Kerit, que está al este del Jordán. 4 Y tiene que suceder que debes beber del valle torrencial,+ y ciertamente daré orden a los cuervos+ para que te suministren alimento allí”.+ 5 Él se fue inmediatamente e hizo conforme a la palabra de Jehová,+ así es que se fue y se puso a morar junto al valle torrencial de Kerit, que está al este del* Jordán. 6 Y los cuervos mismos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne al atardecer, y siguió bebiendo+ del valle torrencial. 7 Pero al cabo de algunos días aconteció que el valle torrencial se secó,+ porque no había ocurrido aguacero sobre la tierra.
8 La palabra de Jehová ahora le vino, diciendo:+ 9 “Levántate, ve a Sarepta,+ que pertenece a Sidón, y tienes que morar allí. ¡Mira! Ciertamente daré orden allí a una mujer, una viuda, para que te suministre alimento”. 10 Por lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta, y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber”.+ 11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un pedacito de pan+ en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios,+ no tengo torta redonda,*+ sino un puñado+ de harina en el jarro grande y un poco de aceite+ en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos* pedazos de leña, y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo, y tendremos que comerlo y morir”.+
13 Entonces le dijo Elías: “No tengas miedo.+ Entra, haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda,+ y tienes que traérmela acá fuera, y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. 14 Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina mismo no se agotará, y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del suelo’”.+ 15 Por lo tanto, ella se fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días.+ 16 El jarro grande de harina mismo no se agotó, y el jarro pequeño de aceite mismo no falló,+ conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías.
17 Y después de estas cosas aconteció que el hijo de la mujer, el ama de la casa, enfermó, y su enfermedad llegó a ser tan grave que no quedó aliento en él.+ 18 Ante esto, ella dijo a Elías: “¿Qué tengo yo que ver contigo,*+ oh hombre del Dios [verdadero]? Has venido a mí para que se recuerde mi error+ y para dar muerte a mi hijo”. 19 Pero él le dijo:* “Dame tu hijo”. Entonces lo tomó del seno de ella y lo llevó arriba a la cámara en el techo,+ donde él moraba, y lo acostó sobre su propio lecho.+ 20 Y empezó a clamar a Jehová y a decir: “Oh Jehová mi Dios,+ ¿también sobre la viuda con quien estoy residiendo como forastero tienes que traer perjuicio, dando muerte a su hijo?”. 21 Y procedió a estirarse sobre el niño+ tres veces y a clamar a Jehová y a decir: “Oh Jehová mi Dios, por favor, haz que el alma+ de este niño vuelva dentro de él”. 22 Finalmente Jehová escuchó la voz de Elías,+ de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir.+ 23 Elías ahora tomó al niño y lo bajó desde la cámara en el techo hasta dentro de la casa, y se lo dio a su madre; y entonces dijo Elías: “Mira, tu hijo está vivo”.+ 24 Ante esto, la mujer dijo a Elías: “Ahora, de veras, sí sé que eres un hombre de Dios,+ y que la palabra de Jehová en tu boca es verdadera”.*+
18 Y [después de] muchos días+ aconteció que la propia palabra de Jehová vino a Elías al tercer año, diciendo: “Ve, muéstrate a Acab, porque estoy resuelto a dar lluvia* sobre la superficie del suelo”.+ 2 Por lo tanto, Elías fue a mostrarse a Acab, mientras el hambre era grave+ en Samaria.
3 Entretanto, Acab llamó a Abdías,* que estaba sobre la casa.+ (Ahora bien, Abdías mismo había resultado ser uno que temía+ en gran manera a Jehová. 4 Por eso aconteció que, cuando Jezabel+ cortó [de la existencia] a los profetas de Jehová,+ Abdías procedió a tomar a cien profetas y mantenerlos escondidos por cincuentenas en una cueva, y les suministró pan y agua.)+ 5 Y Acab pasó a decir a Abdías: “Ve por la tierra a todos los manantiales de agua y a todos los valles torrenciales. Tal vez hallemos hierba verde,+ para que conservemos vivos los caballos y mulos y no nos sean cortadas [más] de las bestias”.+ 6 De modo que dividieron entre sí la tierra por la cual pasar. Acab mismo se fue solo por un camino, y Abdías mismo se fue solo por otro camino.+
7 Al continuar Abdías por el camino, pues, allí estaba Elías para encontrarse con él.+ En seguida [Abdías] lo reconoció y cayó sobre su rostro+ y dijo: “¿Eres tú, mi señor+ Elías?”. 8 Ante esto, él le dijo: “Soy yo. Ve, di a tu señor:+ ‘Aquí está Elías’”. 9 Pero él dijo: “¿Qué pecado+ he cometido yo para que pongas a tu siervo en la mano de Acab para que me dé muerte? 10 Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios,+ no hay nación o reino adonde no haya enviado mi señor a buscarte. Después que habían dicho: ‘No está [aquí]’, hacía que el reino y la nación juraran que no te podían hallar.+ 11 Y ahora estás diciendo: ‘Ve, di a tu señor: “Aquí está Elías”’. 12 Y de seguro sucederá que, cuando yo mismo me vaya de ti, entonces el espíritu+ mismo de Jehová te llevará a donde yo no sepa; y yo habré ido a informárselo a Acab, y él no te hallará, y de seguro me matará,+ por cuanto tu siervo mismo ha temido a Jehová desde su juventud.+ 13 ¿No le han referido a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas de Jehová, cómo mantuve escondidos a algunos de los profetas de Jehová, a cien hombres por cincuentenas en una cueva,+ y seguí suministrándoles pan y agua?+ 14 Y ahora estás diciendo: ‘Ve, di a tu señor: “Aquí está Elías”’. Y él de seguro me matará”.+ 15 Sin embargo, Elías dijo: “Tan ciertamente como que vive+ Jehová de los ejércitos,+ delante de quien en verdad estoy de pie,* hoy me mostraré a él”.
16 Por consiguiente, Abdías se fue a encontrarse con Acab, y se lo informó; y por eso Acab fue a encontrarse con Elías.
17 Y aconteció que, en cuanto Acab vio a Elías, Acab le dijo inmediatamente: “¿Eres tú, el acarreador de extrañamiento a Israel?”.+
18 A lo que dijo él: “Yo no he acarreado extrañamiento+ a Israel, sino tú y la casa de tu padre,+ porque ustedes han abandonado los mandamientos de Jehová,+ y tú te pusiste a seguir a los Baales.+ 19 Y ahora envía, júntame a todo Israel en el monte Carmelo,+ y también a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal+ y a los cuatrocientos profetas del poste sagrado,+ que están comiendo a la mesa de Jezabel”.+ 20 Y Acab procedió a enviar [mensajeros] entre todos los hijos de Israel y a juntar a los profetas+ en el monte Carmelo.
21 Entonces Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes?*+ Si Jehová es el Dios [verdadero],* vayan siguiéndolo;+ pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él”. Y el pueblo no dijo una palabra en respuesta a él. 22 Y Elías pasó a decir al pueblo: “Yo mismo he quedado como profeta de Jehová,+ yo solo, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta hombres. 23 Ahora que nos den dos toros jóvenes, y que escojan ellos para sí un toro joven y lo corten en pedazos y lo pongan sobre la leña, pero no deben ponerle fuego. Y yo mismo aderezaré el otro toro joven, y tendré que ponerlo sobre la leña, pero no le pondré fuego. 24 Y ustedes tienen que invocar el nombre de su dios,*+ y yo, por mi parte, invocaré el nombre de Jehová; y tiene que suceder que el Dios [verdadero]* que responda por medio de fuego+ es el Dios [verdadero]”.*+ A esto todo el pueblo respondió y dijo: “La cosa está bien”.
25 Elías ahora dijo a los profetas de Baal:* “Escójanse un toro joven y aderécenlo primero, porque ustedes son la mayoría; e invoquen el nombre de su dios, pero no deben ponerle fuego”. 26 Por consiguiente, ellos tomaron el toro joven que les dio. Entonces lo aderezaron, y siguieron invocando el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: “¡Oh Baal, respóndenos!”. Pero no hubo voz,+ y no hubo quien respondiera.+ Y siguieron cojeando en derredor del altar que habían hecho. 27 Y al mediodía aconteció que Elías empezó a mofarse+ de ellos y a decir: “Llamen a voz en cuello,* porque él es un dios;+ porque debe estar preocupado con un asunto, y tiene excremento+ y tiene que ir al excusado.+ ¡O quizás esté dormido y deba despertarse!”.+ 28 Y se pusieron a clamar a voz en cuello y a cortarse+ según su costumbre con dagas y con lancetas, hasta que hicieron chorrear la sangre sobre sí. 29 Y aconteció que, tan pronto como pasó el mediodía y continuaron portándose como profetas+ hasta la [hora de] ascender la ofrenda de grano, no hubo voz, y no hubo quien respondiera, y no se prestó ninguna atención.+
30 Por fin Elías dijo a todo el pueblo: “Acérquense a mí”. De modo que todo el pueblo se acercó a él. Entonces procedió a componer el altar de Jehová que estaba demolido.+ 31 Así que Elías tomó doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien la palabra de Jehová había venido+ diciendo: “Israel es lo que llegará a ser tu nombre”.+ 32 Y se puso a edificar con las piedras un altar+ en el nombre de Jehová+ y a hacer una zanja, de más o menos la extensión que se siembra con dos medidas de sea* de semilla, todo en derredor del altar. 33 Después puso en orden los pedazos de leña+ y cortó en trozos el toro joven y lo colocó sobre los pedazos de leña. Ahora dijo: “Llenen cuatro jarrones de agua y derrámenla sobre la ofrenda quemada y sobre los pedazos de leña”. 34 En seguida dijo: “Háganlo otra vez”. De modo que lo hicieron otra vez. Pero él dijo: “Háganlo la tercera vez”. De modo que lo hicieron la tercera vez. 35 Así el agua iba todo en derredor del altar, y él llenó también de agua la zanja.
36 Y al tiempo+ que asciende la ofrenda de grano aconteció que Elías el profeta empezó a acercarse y a decir: “Oh Jehová, el Dios de Abrahán,+ Isaac+ e Israel,+ conózcase hoy que tú eres Dios en Israel+ y yo soy tu siervo y que por medio de tu palabra+ he hecho todas estas cosas. 37 Respóndeme, oh Jehová, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Jehová,+ eres el Dios [verdadero]* y tú mismo has vuelto atrás el corazón de ellos”.+
38 Ante eso, el fuego+ de Jehová vino cayendo, y se puso a comer la ofrenda quemada+ y los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja.+ 39 Cuando todo el pueblo lo vio, inmediatamente cayeron sobre sus rostros+ y dijeron: “¡Jehová es el Dios [verdadero]! ¡Jehová es el Dios [verdadero]!”. 40 Entonces Elías les dijo: “¡Prendan a los profetas de Baal! ¡No permitan que escape ni uno solo de ellos!”. En seguida los prendieron, y Elías entonces los llevó abajo al valle torrencial de Cisón,+ y allí los degolló.+
41 Elías ahora dijo a Acab: “Sube, come y bebe;+ porque hay el sonido de la ruidosa agitación de un aguacero”.+ 42 Y Acab procedió a subir a comer y beber. En cuanto a Elías, subió a la cima del Carmelo y empezó a agazaparse a tierra+ y a mantener su rostro puesto entre las rodillas.+ 43 Entonces dijo a su servidor: “Sube, por favor. Mira en dirección al mar”. Él subió, pues, y miró, y entonces dijo: “No hay nada absolutamente”. Y él pasó a decir: “Vuelve”, siete veces.+ 44 Y a la séptima vez aconteció que llegó a decir: “¡Mira! Hay una nubecilla como la palma de la mano de un hombre, que viene ascendiendo del mar”.+ Ahora él dijo: “Sube, di a Acab: ‘¡Engancha [el carro]!+ ¡Y baja para que no te detenga el aguacero!’”. 45 Y mientras tanto aconteció que los cielos mismos se oscurecieron con nubes y viento,*+ y empezó a haber un gran aguacero.+ Y Acab siguió adelante montado [en su carro], y se encaminó a Jezreel.+ 46 Y la misma mano de Jehová resultó estar sobre Elías,+ de modo que él se ciñó las caderas+ y se fue corriendo delante de Acab todo el camino hasta Jezreel.+
19 Entonces Acab+ refirió a Jezabel+ todo lo que Elías había hecho y todo acerca de cómo había matado a todos los profetas a espada.+ 2 Ante eso, Jezabel envió un mensajero a Elías, para decirle: “¡Así hagan los dioses,*+ y así añadan a ello,+ si mañana a esta hora no hago tu alma como el alma de cada uno de ellos!”. 3 Y a él le dio miedo.* Por lo tanto, se levantó y empezó a irse por su alma,*+ y llegó a Beer-seba,+ que pertenece a Judá.+ Entonces dejó allá atrás a su servidor. 4 Y él mismo entró en el desierto camino de un día, y por fin llegó y se sentó debajo de cierta retama.+ Y se puso a pedir que muriera su alma, y a decir: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma,+ porque no soy mejor que mis antepasados”.
5 Por fin se acostó y se quedó dormido debajo de la retama.+ Pero, ¡mire!, ahora estaba tocándolo+ un ángel.+ Entonces este le dijo: “Levántate, come”. 6 Cuando él miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda+ sobre piedras calentadas, y una jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo cual volvió a acostarse. 7 Más tarde el ángel+ de Jehová volvió por segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado para ti”.+ 8 Por lo tanto él se levantó y comió y bebió, y siguió yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días+ y cuarenta noches hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb.+
9 Allí por fin entró en una cueva,+ para pasar la noche allí; y, ¡mire!, hubo la palabra de Jehová para él, y pasó a decirle: “¿Qué negocio tienes aquí, Elías?”.+ 10 A lo que él dijo: “He estado absolutamente celoso+ por Jehová el Dios de los ejércitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto,+ tus altares los han demolido,+ y a tus profetas los han matado a espada,+ de modo que solo quedo yo;+ y empiezan a buscar mi alma para quitármela”.+ 11 Pero aquella dijo: “Sal fuera, y tienes que estar de pie en la montaña delante de Jehová”.+ Y, ¡mire!, Jehová iba pasando,+ y un viento grande y fuerte estaba desgarrando montañas y quebrando peñascos delante de Jehová.+ (Jehová no estaba en el viento.) Y después del viento hubo un temblor.+ (Jehová no estaba en el temblor.) 12 Y después del temblor hubo un fuego.+ (Jehová no estaba en el fuego.) Y después del fuego hubo una voz calmada y baja.*+ 13 Y aconteció que tan pronto como Elías la oyó, inmediatamente se envolvió el rostro con su prenda de vestir oficial+ y salió fuera y se puso de pie a la entrada de la cueva; y, ¡mire!, hubo una voz para él, y procedió a decirle: “¿Qué negocio tienes aquí, Elías?”.+ 14 A lo que dijo él: “He estado absolutamente celoso por Jehová el Dios de los ejércitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto,+ tus altares los han demolido, y a tus profetas los han matado a espada, de modo que solo quedo yo; y empiezan a buscar mi alma para quitármela”.+
15 Jehová ahora le dijo: “Anda, vuélvete por tu camino al desierto de Damasco;+ y tienes que entrar y ungir+ a Hazael+ por rey sobre Siria. 16 Y a Jehú+ nieto* de Nimsí+ lo debes ungir por rey sobre Israel; y a Eliseo*+ hijo de Safat de Abel-meholá+ lo debes ungir por profeta en lugar de ti.+ 17 Y tiene que suceder que, al que escape de la espada de Hazael,+ Jehú le dará muerte;+ y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo le dará muerte.+ 18 Y he dejado que siete mil permanezcan en Israel,+ todas las rodillas que no se han doblado a Baal,+ y toda boca que no lo ha besado”.+
19 Por lo tanto, él se fue de allí y halló a Eliseo hijo de Safat mientras estaba arando+ con doce yuntas delante de él, y él con la duodécima. Elías, pues, cruzó a donde él y echó sobre él su prenda de vestir oficial.+ 20 Por lo cual él dejó los toros y se fue corriendo tras Elías y dijo: “Déjame, por favor, besar a mi padre y a mi madre.+ Entonces ciertamente iré siguiéndote”. Ante esto, él le dijo: “Anda, vuélvete; pues, ¿qué te he hecho yo?”. 21 Así que se volvió de seguirlo y entonces tomó una yunta de toros y los sacrificó,+ y con los aparejos+ de los toros coció su carne y luego la dio a la gente, y ellos procedieron a comer. Después de aquello se levantó y se puso a seguir a Elías y empezó a ministrarle.+
20 *En cuanto a Ben-hadad+ el rey de Siria, este juntó todas sus fuerzas militares y también treinta y dos reyes con él,+ y caballos+ y carros,+ y procedió a subir y a poner sitio+ a Samaria+ y a pelear contra ella. 2 Entonces envió mensajeros+ a Acab el rey de Israel en la ciudad. Y pasó a decirle: “Esto es lo que ha dicho Ben-hadad: 3 ‘Tu plata y tu oro son míos, y tus esposas y tus hijos, los mejor parecidos, son míos’”.+ 4 A lo cual el rey de Israel respondió y dijo: “Conforme a tu palabra, mi señor el rey, tuyo soy con todo lo que me pertenece”.+
5 Más tarde los mensajeros volvieron y dijeron: “Esto es lo que ha dicho Ben-hadad: ‘Yo envié a ti, diciendo: “Tu plata y tu oro y tus esposas y tus hijos me los darás. 6 Pero mañana como a esta hora enviaré a ti mis siervos, y tendrán que registrar cuidadosamente tu casa y las casas de tus siervos; y tendrá que suceder que cuanto sea deseable+ a tus ojos lo pondrán ellos en su mano, y tendrán que llevárselo”’”.
7 Ante eso, el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país+ y dijo: “Fíjense, por favor, y vean que lo que este anda buscando es calamidad;+ porque envió a mí por mis esposas y mis hijos y mi plata y mi oro, y no los retuve de él”. 8 Entonces todos los ancianos y todo el pueblo le dijeron: “No obedezcas, y no debes consentir”. 9 Por lo tanto, él dijo a los mensajeros de Ben-hadad: “Digan a mi señor el rey: ‘Todo lo que enviaste [a decir] a tu siervo al principio, lo haré; pero esta cosa no la puedo hacer’”. Con esto los mensajeros se fueron y le llevaron de vuelta la palabra.
10 Ben-hadad ahora le envió a decir: “¡Así háganme los dioses,+ y así añadan a ello,+ si el polvo de Samaria haya de bastar para [dar] puñados a toda la gente que me sigue!”.*+ 11 A su vez, el rey de Israel contestó y dijo: “Háblenle: ‘El que se ciñe,+ no se jacte como el que se desabrocha’”.+ 12 Y aconteció que luego que él oyó esta palabra, mientras él mismo y los reyes estaban bebiendo+ en las cabañas, inmediatamente dijo a sus siervos: “¡Dispónganse!”. Y empezaron a disponerse contra la ciudad.
13 Y, ¡mire!, cierto profeta se acercó a Acab el rey de Israel+ y entonces dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová:*+ ‘¿Has visto a toda esta gran muchedumbre? Aquí voy a darla en tu mano hoy, y ciertamente sabrás que yo soy Jehová’”.*+ 14 Entonces dijo Acab: “¿Por medio de quién?”, a lo que dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová:* ‘Por medio de los jóvenes de los príncipes de los distritos jurisdiccionales’”. Finalmente dijo: “¿Quién iniciará la acción de batalla?”, a lo que él dijo: “¡Tú!”.
15 Y él procedió a tomar la cuenta de los jóvenes de los príncipes de los distritos jurisdiccionales, y llegaron a ser doscientos treinta y dos;+ y después de ellos tomó la cuenta de toda la gente, todos los hijos de Israel, siete mil. 16 Y empezaron a salir al mediodía, mientras Ben-hadad estaba bebiendo hasta emborracharse+ en las cabañas, él junto con los reyes, los treinta y dos reyes que estaban ayudándole. 17 Cuando los jóvenes+ de los príncipes de los distritos jurisdiccionales salieron los primeros, Ben-hadad en seguida envió [a ver]; y vinieron a informarle, diciendo: “Hay hombres que han salido de Samaria”. 18 A lo que él dijo: “Sea que para paz hayan salido, deben prenderlos vivos; o sea que para combate hayan salido, vivos es como deben prenderlos”.+ 19 Y estos fueron los que salieron de la ciudad, los jóvenes de los príncipes de los distritos jurisdiccionales y las fuerzas militares que estaban detrás de ellos. 20 Y se pusieron a derribar cada uno a su hombre; y los sirios+ emprendieron fuga,+ e Israel fue persiguiéndolos, pero Ben-hadad el rey de Siria logró escapar sobre un caballo junto con los hombres de a caballo. 21 Pero el rey de Israel salió y siguió derribando los caballos y los carros,+ y derribó a los sirios con una gran matanza.
22 Más tarde el profeta+ se acercó al rey de Israel y le dijo: “Ve, fortalécete+ y nota y ve lo que vas a hacer;+ porque a la vuelta del año* el rey de Siria va a subir contra ti”.+
23 En cuanto a los siervos del rey de Siria, ellos le dijeron: “El Dios de ellos es un Dios de montañas.*+ Por eso resultaron más fuertes que nosotros. Por lo contrario, pues, peleemos contra ellos en la tierra llana, [y ve] si no resultamos más fuertes que ellos. 24 Y haz esta cosa: Remueve a los reyes+ cada uno de su lugar, y pon gobernadores en vez de ellos.+ 25 En cuanto a ti, debes numerarte una fuerza militar igual a la fuerza militar que cayó de tu lado, con caballo por caballo y carro por carro; y peleemos contra ellos en la tierra llana, [y ve] si no resultamos más fuertes que ellos”.+ Por consiguiente, él escuchó la voz de ellos e hizo precisamente así.
26 Y a la vuelta del año aconteció que Ben-hadad procedió a reunir con fines militares a los sirios+ y a subir a Afeq+ para combate contra Israel. 27 En cuanto a los hijos de Israel, se hallaban reunidos con fines militares y provistos,+ y empezaron a salir a su encuentro; y los hijos de Israel se pusieron a acampar enfrente de ellos como dos rebañuelos de cabras, mientras los sirios, por su parte, llenaban la tierra.+ 28 Entonces se acercó el hombre del Dios [verdadero]+ y dijo al rey de Israel, sí, pasó a decir: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Por razón de que los sirios han dicho: “Jehová es un Dios* de montañas, y no es un Dios de llanuras bajas”, tendré que dar toda esta gran muchedumbre en tu mano,+ y ustedes ciertamente sabrán que yo soy Jehová’”.+
29 Y continuaron acampados por siete días, estos enfrente de aquellos.+ Y al séptimo día aconteció que empezó la acción de batalla; y los hijos de Israel fueron derribando a los sirios, a cien mil hombres de a pie en un día. 30 Y los que quedaron fueron huyendo a Afeq,+ a la ciudad; y el muro vino cayendo sobre veintisiete mil hombres que quedaban.+ En cuanto a Ben-hadad, huyó,+ y por fin entró en la ciudad, dentro de la cámara más recóndita.+
31 Así que sus siervos le dijeron: “Ve esto: nosotros hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes de bondad amorosa.+ Por favor, déjanos llevar sacos+ sobre nuestros lomos+ y sogas sobre nuestras cabezas, y déjanos salir al rey de Israel. Tal vez conserve viva tu alma”.+ 32 Por lo tanto, se ciñeron de sacos los lomos, con sogas sobre las cabezas, y vinieron al rey de Israel y dijeron: “Tu siervo Ben-hadad ha dicho: ‘Por favor, deja vivir mi alma’”. A lo que dijo él: “¿Todavía está vivo? Es mi hermano”. 33 De modo que los hombres+ mismos lo tomaron como agüero y prestamente lo tomaron como decisión espontánea de parte de él, y pasaron a decir: “Ben-hadad es tu hermano”. Por lo cual él dijo: “Anden, tráiganlo”. Entonces Ben-hadad salió a donde él; y él en seguida lo hizo subir en el carro.+
34 [Ben-hadad] ahora le dijo: “Las ciudades+ que mi padre le tomó a tu padre, las devolveré; y calles te asignarás a ti mismo en Damasco, lo mismo que mi padre asignó en Samaria”.
“Y en cuanto a mí, en un pacto+ te enviaré.”
Con esto él celebró un pacto con él y lo envió.
35 Y cierto hombre de los hijos de los profetas*+ dijo a su amigo por la palabra+ de Jehová: “Hiéreme, por favor”. Pero el hombre rehusó herirlo. 36 Por lo tanto, le dijo: “Por razón de que no escuchaste la voz de Jehová, mira, te vas de mí, y un león ciertamente te derribará”. Tras eso, se fue de junto a él, y el león+ logró hallarlo y derribarlo.+
37 Y él, al proseguir, halló a otro hombre, y dijo: “Hiéreme, por favor”. De modo que el hombre le dio un golpe, golpeando y causando herida.*
38 Entonces el profeta se fue y se quedó parado junto al camino [esperando] al rey, y se mantuvo disfrazado+ con una venda sobre los ojos. 39 Y aconteció que, al ir pasando el rey, gritó al rey y procedió a decir:+ “Tu siervo mismo salió y entró en lo más reñido del combate; y, ¡mira!, un hombre salía de la fila, y vino trayéndome un hombre y entonces dijo: ‘Guarda a este hombre. Si de manera alguna llegara a faltar, entonces tu alma+ tendrá que tomar el lugar de su alma,+ o, si no, pesarás en pago un talento* de plata’.+ 40 Y aconteció que, estando activo tu siervo aquí y allí, pues, aquel mismo se había ido”. Ante esto, el rey de Israel le dijo: “Tal es tu propio juicio. Tú mismo lo has decidido”.+ 41 En esto él se quitó apresuradamente la venda de sobre los ojos, y el rey de Israel llegó a reconocerlo, que era de los profetas.+ 42 Él ahora le dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Por razón de que has dejado salir de tu mano al hombre que me ha sido dado por entero para destrucción,*+ tu alma tendrá que tomar el lugar de su alma,+ y tu pueblo el lugar de su pueblo’”.+ 43 Ante esto, el rey de Israel procedió a irse a su casa, sombrío y decaído,+ y llegó a Samaria.+
21 Y aconteció, después de estas cosas, que había una viña que pertenecía a Nabot el jezreelita, la cual estaba en Jezreel,+ al lado del palacio de Acab el rey de Samaria. 2 Así que Acab habló a Nabot y dijo: “Dame+ tu viña,+ sí, para que me sirva de huerta+ de legumbres,+ porque está cerca de mi casa; y déjame darte en lugar de ella una viña mejor que ella. [O] si es bueno a tus ojos,+ ciertamente te daré dinero por precio de esta”. 3 Pero Nabot dijo a Acab: “Es inconcebible+ por mi parte, desde el punto de vista de Jehová,+ que yo te dé la posesión hereditaria de mis antepasados”.+ 4 En consecuencia, Acab entró en su casa, sombrío y decaído debido a la palabra que le había hablado Nabot el jezreelita, cuando dijo: “No te daré la posesión hereditaria de mis antepasados”. Entonces se acostó sobre su lecho y mantuvo su rostro vuelto,+ y no comió pan.
5 Por fin entró a donde él Jezabel+ su esposa y le habló: “¿Por qué está triste+ tu espíritu y no estás comiendo pan?”. 6 Ante esto, él le habló: “Porque procedí a hablar a Nabot el jezreelita y decirle: ‘Dame tu viña, sí, por dinero. O, si prefieres, déjame darte otra viña en lugar de ella’. Pero él dijo: ‘No te daré mi viña’”.+ 7 Entonces le dijo Jezabel su esposa: “¿Eres tú el que ejerce ahora la gobernación real sobre Israel?+ Levántate, come pan y alégrese tu corazón. Yo misma te daré la viña de Nabot el jezreelita”.+ 8 Por lo tanto, ella escribió cartas+ en nombre de Acab y las selló con el sello+ de él, y envió las cartas a los ancianos+ y a los nobles que había en la ciudad de él, que moraban con Nabot. 9 Pero escribió en las cartas, diciendo:+ “Proclamen un ayuno, y hagan que Nabot se siente a la cabeza del pueblo. 10 Y hagan que se sienten enfrente de él dos hombres,+ individuos que no sirvan para nada,*+ y que testifiquen contra él,+ y digan: ‘¡Has maldecido* a Dios y al rey!’.+ Y sáquenlo fuera y apedréenlo para que muera”.+
11 De modo que los hombres de su ciudad, los ancianos y los nobles que moraban en su ciudad, hicieron tal como Jezabel les había enviado [palabra], tal como estaba escrito en las cartas que ella les había enviado.+ 12 Proclamaron un ayuno+ e hicieron que Nabot se sentara a la cabeza del pueblo. 13 Entonces dos de los hombres, individuos que no servían para nada, entraron y se sentaron enfrente de él; y los hombres que no servían para nada empezaron a testificar contra él, es decir, contra Nabot, enfrente del pueblo, diciendo: “¡Nabot ha maldecido* a Dios y al rey!”.+ Tras eso lo sacaron a las afueras de la ciudad y lo apedrearon con piedras, de manera que murió.+ 14 Entonces enviaron a decir a Jezabel: “Nabot ha sido apedreado de modo que está muerto”.+
15 Y aconteció que, en cuanto Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado de manera que había muerto, Jezabel dijo inmediatamente a Acab: “Levántate, toma posesión de la viña de Nabot el jezreelita,+ que él rehusó darte por dinero; porque Nabot ya no está vivo, sino muerto”. 16 Y aconteció que, en cuanto oyó Acab que Nabot estaba muerto, al punto se levantó Acab para bajar a la viña de Nabot el jezreelita, para tomar posesión de ella.+
17 Y la palabra de Jehová+ vino a Elías+ el tisbita, y dijo: 18 “Levántate, baja al encuentro de Acab el rey de Israel, que está en Samaria.+ Allí está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión de ella. 19 Y tienes que hablarle, y decir: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “¿Has asesinado,+ y también tomado posesión?”’.+ Y tienes que hablarle, y decir: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “En el lugar+ donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, aun la tuya”’”.+
20 Y Acab procedió a decir a Elías: “¿Me has hallado, oh enemigo mío?”,+ a lo que dijo él: “Te he hallado. ‘Por razón de que te has vendido para hacer lo que es malo a los ojos de Jehová,+ 21 aquí voy a traer calamidad sobre ti;+ y ciertamente barreré de modo completo tras de ti+ y cortaré de Acab a cualquiera que orina contra una pared*+ y al imposibilitado e inútil* en Israel. 22 Y ciertamente constituiré tu casa como la casa de Jeroboán+ hijo de Nebat y como la casa de Baasá+ hijo de Ahíya, por la ofensa con que has ofendido y luego hecho pecar a Israel’.+ 23 Y también respecto a Jezabel ha hablado Jehová, diciendo: ‘Los perros mismos se comerán a Jezabel en la porción de terreno de Jezreel.+ 24 A cualquiera de Acab que muera en la ciudad, los perros se lo comerán; y a cualquiera que muera en el campo, las aves de los cielos se lo comerán.+ 25 Sin excepción, nadie ha resultado como Acab,+ que se vendió para hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, a quien incitó+ Jezabel+ su esposa. 26 Y fue actuando muy detestablemente al ir tras los ídolos estercolizos,+ igual a todo lo que habían hecho los amorreos, a quienes Jehová expulsó de delante de los hijos de Israel’”.+
27 Y aconteció que luego que Acab oyó estas palabras, procedió a rasgar sus prendas de vestir y a ponerse saco+ sobre la carne; y emprendió un ayuno y siguió acostándose en saco y andando desalentadamente.+ 28 Y vino la palabra de Jehová a Elías el tisbita, y dijo: 29 “¿Has visto cómo se ha humillado Acab a causa de mí?+ Por razón de que se ha humillado a causa de mí, no traeré la calamidad en sus propios días.+ En los días de su hijo traeré la calamidad sobre su casa”.+
22 Y por tres años continuaron morando sin [que hubiera] guerra entre Siria e Israel. 2 Y al tercer año aconteció que Jehosafat*+ el rey de Judá procedió a bajar adonde el rey de Israel. 3 Entonces el rey de Israel dijo a sus siervos: “¿Realmente saben ustedes que Ramot-galaad+ nos pertenece? No obstante, titubeamos en cuanto a tomarla de la mano del rey de Siria”. 4 Y pasó a decir a Jehosafat: “¿Quieres ir conmigo al combate en Ramot-galaad?”.+ Ante esto, Jehosafat dijo al rey de Israel: “Yo soy lo mismo que tú. Mi pueblo es lo mismo que tu pueblo.+ Mis caballos son lo mismo que tus caballos”.
5 Sin embargo, Jehosafat pasó a decir al rey de Israel: “Inquiere,+ por favor, en primer lugar por la palabra de Jehová”. 6 De modo que el rey de Israel juntó a los profetas,+ como cuatrocientos hombres, y les dijo: “¿Voy contra Ramot-galaad en guerra, o me guardo de hacerlo?”. Y ellos empezaron a decir: “Sube,+ y Jehová* [la] dará en la mano del rey”.
7 Pero Jehosafat dijo: “¿No hay aquí un profeta de Jehová todavía? Entonces inquiramos por medio de él”.+ 8 Ante eso, el rey de Israel dijo a Jehosafat: “Todavía hay un hombre por medio de quien inquirir de Jehová;+ pero yo mismo ciertamente lo odio,+ porque no profetiza cosas buenas respecto a mí, sino malas+... Micaya* hijo de Imlá”. Sin embargo, Jehosafat dijo: “No diga el rey semejante cosa”.+
9 Por consiguiente, el rey de Israel llamó a cierto oficial de la corte+ y dijo: “Trae pronto, sí, a Micaya hijo de Imlá”.+ 10 Ahora bien, el rey de Israel y Jehosafat el rey de Judá estaban sentados cada cual en su trono, en vestidos de vestir,+ en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas estaban actuando como profetas delante de ellos.+ 11 Entonces Sedequías hijo de Kenaaná se hizo unos cuernos de hierro y dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová:+ ‘Con estos empujarás a los sirios hasta exterminarlos’”.+ 12 Y todos los demás profetas estaban profetizando de la misma manera, diciendo: “Sube a Ramot-galaad y logra éxito; y Jehová ciertamente [la] dará en la mano del rey”.+
13 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaya le habló, diciendo: “¡Mira esto! Las palabras de los profetas son a una* de bien para el rey. Deja que tu palabra, por favor, llegue a ser como la palabra de uno de ellos, y tienes que hablar el bien”.+ 14 Pero Micaya dijo: “Tan ciertamente como que Jehová vive,+ lo que Jehová me diga, eso es lo que hablaré”.+ 15 Entonces entró a donde el rey, y el rey procedió a decirle: “Micaya, ¿vamos a Ramot-galaad en guerra, o nos guardamos de hacerlo?”. Al instante le dijo: “Sube y logra éxito; y Jehová ciertamente la dará en la mano del rey”.+ 16 Ante esto, el rey le dijo: “¿Cuántas veces van que te pongo bajo juramento de que no me hables nada sino la verdad en el nombre de Jehová?”.+ 17 Por lo tanto él dijo: “Ciertamente veo a todos los israelitas esparcidos+ por las montañas, como ovejas que no tienen pastor.+ Y Jehová pasó a decir: ‘Estos no tienen amos.* Que se vuelvan cada uno a su casa en paz’”.+
18 Entonces el rey de Israel dijo a Jehosafat: “¿No te dije: ‘Él no profetizará acerca de mí cosas buenas, sino malas’?”.+
19 Y él pasó a decir: “Por lo tanto, oye la palabra de Jehová:+ Ciertamente veo a Jehová sentado sobre su trono,+ y a todo el ejército de los cielos de pie junto a él, a su derecha y a su izquierda.+ 20 Y Jehová procedió a decir: ‘¿Quién engañará a Acab, para que suba y caiga en Ramot-galaad?’. Y este empezó a decir así, mientras que aquel decía asá.+ 21 Finalmente salió un espíritu+ y se paró delante de Jehová y dijo: ‘Yo mismo lo engañaré’. Ante esto, Jehová le dijo: ‘¿De qué manera?’.+ 22 A esto él dijo: ‘Saldré, y ciertamente llegaré a ser un espíritu engañoso en la boca de todos sus profetas’.+ De modo que él dijo: ‘Lo engañarás, y, lo que es más, saldrás ganador.+ Sal y hazlo así’.+ 23 Y ahora sucede que Jehová ha puesto un espíritu engañoso en la boca de todos estos profetas tuyos;+ pero Jehová mismo ha hablado calamidad tocante a ti”.+
24 Sedequías hijo de Kenaaná ahora se acercó y dio un golpe a Micaya en la mejilla,+ y dijo: “¿Por qué [camino], precisamente, pasó el espíritu de Jehová desde mí para hablar contigo?”.+ 25 A lo que dijo Micaya: “¡Mira! Vas a ver [por qué camino] en el día que entres en la cámara más recóndita+ para esconderte”.+ 26 Entonces el rey de Israel dijo: “Toma a Micaya y devuélvelo a Amón el jefe de la ciudad y a Joás el hijo del rey.+ 27 Y tienes que decir: ‘Esto es lo que ha dicho el rey:+ “Pongan a este individuo en la casa de detención+ y aliméntenlo con una ración reducida de pan+ y una ración reducida de agua hasta que yo venga en paz”’”.+ 28 Ante eso, Micaya dijo: “Si vuelves de manera alguna en paz, Jehová no ha hablado conmigo”.*+ Y añadió: “Oigan, gentes todas”.+
29 Y el rey de Israel y Jehosafat el rey de Judá procedieron a subir a Ramot-galaad.+ 30 El rey de Israel ahora dijo a Jehosafat: “Habrá [para mí] un disfrazar[me] y entrar* en la batalla,+ pero tú, por tu parte, ponte tus prendas de vestir”.+ Por consiguiente, el rey de Israel se disfrazó+ y entró en la batalla.+ 31 En cuanto al rey de Siria, él había dado orden a los treinta y dos jefes+ de los carros que eran de él, y había dicho: “No deben pelear ni con pequeño ni con grande, sino con el rey de Israel solamente”.+ 32 Y aconteció que, tan pronto como los jefes de los carros vieron a Jehosafat, ellos, por su parte, se dijeron: “De seguro es el rey de Israel”.+ De manera que se desviaron contra él para pelear; y Jehosafat se puso a clamar por socorro.+ 33 Y aconteció que, en cuanto los jefes de los carros vieron que no era el rey de Israel, inmediatamente se volvieron de seguirlo.+
34 Y hubo un hombre que dobló el arco en su inocencia, pero logró darle al rey de Israel entre los accesorios y la cota de malla, de modo que él dijo al conductor de su carro:+ “Da vuelta a tu mano, y sácame del campamento, porque me han herido gravemente”. 35 Y la batalla siguió subiendo en intensidad aquel día, y al rey mismo lo tuvieron que mantener en posición erguida en el carro, de cara a los sirios, y gradualmente murió+ al atardecer; y la sangre de la herida siguió derramándose en el interior del carro de guerra.+ 36 Y como a la puesta del sol empezó a pasar por el campamento el grito retumbante* que decía: “¡Cada uno a su ciudad, y cada uno a su tierra!”.+ 37 Así murió el rey. Cuando fue llevado* a Samaria, entonces enterraron al rey en Samaria.+ 38 Y empezaron a lavar el carro de guerra junto al estanque de Samaria, y los perros se pusieron a lamer su sangre+ (y las prostitutas mismas se bañaban allí), conforme a la palabra de Jehová que él había hablado.+
39 En cuanto al resto de los asuntos de Acab y todo lo que hizo y la casa de marfil+ que edificó y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Israel? 40 Por fin yació Acab con sus antepasados;+ y Ocozías*+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
41 En cuanto a Jehosafat+ hijo de Asá, había llegado a ser rey sobre Judá en el año cuarto de Acab el rey de Israel. 42 Jehosafat tenía treinta y cinco años de edad cuando empezó a reinar, y por veinticinco años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre era Azubá hija de Silhí. 43 Y siguió andando en todo el camino de Asá su padre. No se desvió de él, pues hizo lo que era recto a los ojos de Jehová.+ Solo que los lugares altos mismos no desaparecieron.* El pueblo todavía estaba sacrificando y haciendo humo de sacrificio en los lugares altos.+ 44 Y Jehosafat mantuvo relaciones pacíficas con el rey de Israel.+ 45 En cuanto al resto de los asuntos de Jehosafat, y el poderío con que actuó y cómo guerreó, ¿no están escritos en el libro+ de los asuntos de los días de los reyes de Judá? 46 Y eliminó del país+ a los restantes de los prostitutos+ de templo que habían quedado en los días de Asá su padre.
47 En cuanto a rey, no había ninguno en Edom;+ un comisario era rey.+
48 Jehosafat, por su parte, hizo naves de Tarsis+ para que fueran a Ofir por oro; pero no fueron, porque las naves fueron destrozadas en Ezión-guéber.+ 49 Fue entonces cuando Ocozías hijo de Acab dijo a Jehosafat: “Deja que mis siervos vayan con tus siervos en las naves”, pero Jehosafat no consintió.+
50 Por fin yació Jehosafat con sus antepasados+ y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David+ su antepasado; y Jehoram+ su hijo empezó a reinar en lugar de él.
51 En cuanto a Ocozías+ hijo de Acab, él llegó a ser rey sobre Israel en Samaria en el año diecisiete de Jehosafat el rey de Judá, y continuó reinando sobre Israel por dos años. 52 Y siguió haciendo lo que era malo+ a los ojos de Jehová, y fue andando en el camino de su padre+ y en el camino de su madre+ y en el camino de Jeroboán+ hijo de Nebat, que había hecho pecar a Israel.+ 53 Y continuó sirviendo a Baal+ e inclinándose ante él, y siguió ofendiendo+ a Jehová el Dios de Israel conforme a todo lo que había hecho su padre.
“El Primero de los Reyes.” Heb.: Mela·kjím I, pl.; gr.: Ba·si·léi·on III; Vgc(lat.): Lí·ber Ré·gum Tér·ti·us.
Lit.: “Ahora bien, el rey”. Heb.: weham·mé·lekj, sing.
No se refiere a los “siervos” del v. 2, sino a los que fueron enviados en la búsqueda.
O: “en toda su vida”. Lit.: “desde sus días (años)”.
Lit.: “ella”.
“Y Benaya.” Heb.: u·Vena·yá·hu.
“Adonías.” Heb.: ’Adho·ni·yá·hu.
O: “la Piedra Deslizadiza”.
“Y nuestro señor.” Heb.: wa·’adho·néh·nu, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia. Véase Gé 39:2, n.
Véase v. 11, n.
O: “¡Así sea!”. Heb.: ’a·mén.
“Diga”, MVg; Sy y dos mss heb.: “haga”.
Véase v. 11, n.
“Tu Dios”, M; MmargenLXXVg: “Dios”; Sy: “Jehová tu Dios”.
O: “recordatorios; exhortaciones”.
O: “fidelidad”.
“Seol.” Heb.: sche’ól; gr.: hái·dou; sir.: la·schiul; lat.: ín·fe·ros. Véase Ap. 4B.
O: “amor leal”.
“Sobre él, y Adonías murió en aquel día”, LXX.
Lit.: “[eres] un hombre de muerte”.
“Absalón”, MLXXBVg; LXXSyVgc: “Salomón”.
Lit.: “sangres”, que denota casos de derramamiento de sangre.
“Puso el rey”, M; LXX: “el rey puso como sumo sacerdote”.
Lit.: “Tu sangre”. Heb.: dom·kjá.
O: “delante de Jehová hasta tiempo indefinido”.
“Dios”, MSy; TLXX: “Jehová”.
O: “amor leal”.
Lit.: “un hijo sentado”.
Lit.: “un corazón que oiga”.
O: “numeroso”. Lit.: “pesado”.
O: “buena”.
Uno de los 134 cambios de YHWH a ’Adho·nái que hicieron los escribas. Véase Ap. 1B.
“Dios”, MVg; LXXSyVgc: “Jehová”.
O: “la vida”. Heb.: né·fesch; gr.: psy·kjás, pl.; Vgc(lat.): á·ni·mas, pl.
O: “discernimiento”.
O: “para obedecer juicio”.
O: “discernidor”.
Véase v. 10, n: “Jehová”.
“Los príncipes.” Heb.: has·sa·rím; lat.: prín·ci·pes.
Heb.: ‛Azar·yá·hu.
O: “recordativo”.
O: “él tenía Havot-jaír”.
M termina aquí el capítulo 4.
Es decir, el Éufrates.
Lit.: “el pan de Salomón para un día”.
Un coro equivalía a 220 L (200 qt. á.). Véase Eze 45:14.
“Y la paz misma llegó a ser suya a petición de todos sus siervos todo en derredor”, muchos mss y ediciones heb.
“Dios”, MSyVg; TLXXSyHexapla: “Jehová”.
O: “discernimiento”.
Lit.: “todos los hijos del Este”.
O: “toda la humanidad”. Lit.: “el hombre terrestre”. Heb.: ha·’a·dhám.
Lit.: “nombre”.
“Mil cinco”, MSyVg; LXXVg12 mss: “cinco mil”.
O: “amigo”. Lat.: a·mí·cus.
“Resistidor.” Heb.: sa·tán; sir.: sa·ta·na’, “el resistidor”; lat.: Sá·tan.
Lit.: “estoy diciendo [para mí] que edifique”.
O: “abetos”. Gr.: xý·la, “árboles”.
Véase 4:22, n: “Coro”.
Es decir, aceite especialmente fino y costoso, que se obtiene al machacar o batir aceitunas en un mortero; a veces se pisan las aceitunas.
Lit.: “príncipes de los comisarios”.
“Año cuatrocientos ochenta”, MSyVg; LXX: “año cuatrocientos cuarenta”.
Véase Ap. 8A.
“Templo de.” Heb.: heh·kjál; gr.: na·óu; lat.: tém·plum. Compárese con 2Re 20:18, n. Véase Mt 23:16, n.
O: “y hasta la última cámara”. Heb.: welad·devír; gr.: da·bír; Sy: “casa de la cubierta del propiciatorio”, es decir, el Santísimo; lat.: o·rá·cu·li, “el oráculo”, basado en la teoría incorrecta de que el sustantivo heb. devír se derivaba del verbo da·vár, “hablar”. Compárese con el copto ta·bir, “el más recóndito”; también el árabe dub(u)r, “atrás”.
“Cámara lateral”, LXX; M: “estructura lateral”.
“Más baja”, TLXX; MSyVg: “de en medio”.
“Derecho”, es decir, sur, cuando uno mira al este.
“Vigas”, por una leve corrección; M: “muros”.
“El templo enfrente de las puertas del oráculo (cuarto más recóndito)”, Vg.
Véase Ap. 8B.
Véase Ap. 8A.
“Vigas”, por una leve corrección; Sy: “techo”; Vg: “parte superior”; M: “suelo”.
“Siete”, M; LXX: “una red”.
“Granadas”, dos mss heb.; M: “columnas”.
“Columnas”, Sy y 50 mss heb.; M: “granadas”.
O: “del sur”, es decir, derecha, cuando uno mira al este.
Que significa: “Él Establecerá Firmemente”.
O: “del norte”, es decir, izquierda, cuando uno mira al este.
Posiblemente significa: “Con Fuerza”, y ha de leerse después del nombre de la otra columna: “Jakín”.
O: “cabezas de ganado”.
Lit.: “hacia el mar”, es decir, el Mediterráneo. Heb.: yám·mah.
Lit.: “hacia el Négueb”. Heb.: négh·bah, “hacia el sur”.
Unos 7,4 cm (2,9 pul.).
Unos 44.000 L (11.620 gal.). Probablemente el nivel normal para su funcionamiento. Compárese con 2Cr 4:5, n: “Bato”.
Posiblemente: “obra perforada”.
La cantidad de codos falta en M.
“Una base”, frase insertada porque aparentemente falta en M.
Unos 880 L (230 gal.).
O: “al sur”, es decir, al lado derecho, cuando uno mira al este.
O: “al norte”, es decir, al lado izquierdo, cuando uno mira al este.
“Sobre las dos columnas”, LXX; SyVg: “sobre las partes superiores de las columnas”; M: “enfrente de las columnas”.
Véase Gé 13:10, n: “Distrito”.
O: “en la fundición del suelo”. Posiblemente: “en el vado de Adamá”, por una leve corrección.
O: “el pan de la Presencia”. Lit.: “el pan del rostro”. Heb.: lé·jem hap·pa·ním; Vg: “los panes de la presentación”.
O: “es decir, el Santo de Santos”. Heb.: leQó·dhesch haq·Qodha·schím.
O léase: “hombres mayores”.
O: “nasis”.
LXX añade: “tablas del pacto”.
Lit.: “había cortado [un pacto]”.
“Hasta tiempo indefinido.” Lit.: “tiempos indefinidos”. Heb.: ‛oh·la·mím, pl.
“Congregación de.” Heb.: qehál; LXXVg: “ecclesía”.
“Dios.” Heb.: ’Elo·hím; gr.: The·ós.
O: “el amor leal”.
Lit.: “hablaste”.
“Oh Dios de Israel”, M; TmssLXXSyVgc y 35 mss heb.: “oh Jehová el Dios de Israel”.
Lit.: “palabras”. Mmargen: “palabra”.
O: “ciudades”, representadas por las “puertas”, por una figura retórica, sinécdoque.
O: “el género humano”. Heb.: ha·’a·dhám; LXXVg: “hombres”.
Lit.: “y verdaderamente causen un regreso a su corazón”.
“Congregación de.” Heb.: qehál; gr.: ek·kle·sí·an; lat.: ec·clé·si·ae.
Lit.: “su buena palabra que ha hablado”.
Véase Jos 13:5, n: “Hamat”.
“Delante de Jehová nuestro Dios en la casa que él edificó, comiendo y bebiendo y regocijándonos delante de Jehová nuestro Dios”, LXX.
Lit.: “tiendas”.
O: “sobre Israel para siempre”.
O: “y los adoran”.
“Arrojaré”, TLXXVg y 2Cr 7:20; M: “despediré”.
“Llegará a ser montones de ruinas”, por una corrección menor para concordar con SyIt; M: “llegará a ser muy prominente (sobresaliente; conspicua)”.
O: “el circuito”. Heb.: hag·Ga·líl; gr.: Ga·li·lái·ai; lat.: Ga·li·lé·ae. “Galilea” designó posteriormente la provincia romana al norte de Samaria.
O: “la Tierra Que Es Como Nada”; quizás: “la Tierra Engrillada”.
Véase Ap. 8A.
“El Montículo.” Lit.: “el relleno [de tierra]”. Heb.: ham·mil·lóh’. Posiblemente una estructura parecida a ciudadela.
“Tadmor”, MmargenSy (véase 2Cr 8:4); Vg: “Palmira”.
“Había un hacer humo de sacrificio.” En heb. estas palabras son un solo verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.
Lit.: “hombres de naves”.
Véase Ap. 8A.
O: “con enigmas”.
O: “los platos”.
Lit.: “el estar de pie”.
“Hombres”, MVg; LXXSyIt: “esposas”.
Heb.: ’al·mug·guím. Compárese con 2Cr 2:8, n: “Algum”.
Unos $256.643.000, calculado el oro a $350 (E.U.A.) la oz. t.
“Seiscientos siclos”, Vg; M: “seiscientos”; Sy: “seiscientas minas”. Véase Ap. 8A.
Véase Ap. 8A.
“Sobre [...] broquel.” Heb.: ‛al·ham·ma·ghén, un escudo más pequeño que el tsin·náh, “escudo grande”, mencionado en el v. 16.
Lit.: “Y toda la tierra”, pero con el participio heb. para “buscando” en pl. LXXSy: “Y todos los reyes de la tierra”.
“Dios”, M(heb.: ’Elo·hím)Vg; LXX: “Jehová”.
O: “jinetes”.
O: “la tierra baja”.
“Era mediante ellos”, M; LXX: “Era por mar”.
“Diosa de.” Heb.: ’elo·héh, pl. de ’elóh·ah, para denotar excelencia. Masc., pero aquí se aplica a una deidad fem.
“Un resistidor.” Heb. y gr.: sa·tán; sir.: sa·ta·na’, “el resistidor”; Vg: “adversario”.
“Cuando David derribó a Edom”, por una leve enmienda para concordar con LXXSy; M: “cuando sucedió que David estuvo con Edom”.
Lit.: “pequeño”.
“Su señor.” Heb.: ’adho·náv, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.
“Los”, M; por una corrección de M: “Siria”.
“El Montículo.” Heb.: ham·mil·lóh’. Véase 9:15, n.
“Procedió a hacerlo superintendente.” Heb.: wai·yaf·qédh ’o·thóh.
“Ahíya”, LXXSy; MVg: “él”.
Véase v. 5, n.
“El dios de.” Heb.: ’elo·héh, pl. de ’elóh·ah, se aplica a una deidad pagana. Compárese con Jue 16:23, n.
O: “nasi”.
“Azotes [de puntas agudas].” La palabra heb. significa también “escorpiones”, como en Dt 8:15.
“A tus dioses.” Lit.: “A tus tiendas”. Heb.: le’o·ha·léi·kja. Una de las Dieciocho Enmiendas de los Soferim. Se alega que el texto heb. original usó una forma de ’elo·hím (“dioses”; o: “Dios”), pero por la transposición de la l y la h, la segunda y la tercera consonantes de la palabra, los soferim judíos hicieron que M dijera: “tiendas”. Véanse 2Sa 20:1, n: “Dioses”; 2Cr 10:16, n; Ap. 2B.
“Asamblea.” Gr.: sy·na·go·guén.
“Físicamente capacitados para la guerra.” Lit.: “que hacían guerra”.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím; LXXSyVg: “Jehová”.
“Su señor.” Heb.: ’adho·neh·hém, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.
“Al pueblo”, LXXIt; Sy: “a todo Israel”; MVg: “a ellos”.
Lit.: “tus dioses”. Heb.: ’elo·héi·kja, seguido por el verbo correspondiente a “hizo” en pl. Compárese con Éx 32:1, 4, nn: “Dios”.
“Por sí mismo.” Mmargen: “en su corazón”.
“Un hombre de Dios.” Heb.: ’isch ’Elo·hím, sin el artículo definido ha. Compárese con v. 4, n.
Aquí el pronombre sobrentendido es “él”. “Él”, LXXSyVg; M: “ellos”.
“El hombre del Dios [verdadero].” Heb.: ’isch-ha·’Elo·hím.
“Hijos”, LXXSyItVgc; MVg: “hijo”.
“Deposítenme de modo que mis huesos sean salvos junto con sus huesos”, LXX.
O: “lo instalaba”.
“[Uno de los] sacerdotes”, M; LXXSyItVg: “un sacerdote”.
“Acerca de llegar a ser rey”, LXXASyVg; M: “como rey”.
“Ahora bien, Ahíya.” Heb.: wa·’Aji·yá·hu.
O: “Y que suceda”.
Lit.: “otros dioses”. Heb.: ’elo·hím ’aje·rím. Compárese con 12:28, n: “Dios”.
“Que orina contra una pared.” Modismo heb. que alude a los varones.
Lit.: “uno restringido y uno dejado ir (abandonado) en Israel”. Véase Dt 32:36, n: “Inútil”.
Es decir, el Éufrates.
“Prostituto de templo.” Heb.: qa·dhésch; lat.: ef·fe·mi·ná·ti, “hombres afeminados”.
“Abiyam”, MVg; unos 12 mss heb. y la ed. Bomberg de la Biblia Hebrea (1524–1525 E.C.), por Jacob ben Hayim: “Abías”.
Lit.: “hija”. Heb.: bath. Véase 2Cr 13:1, 2.
“Absalón”, en 2Cr 11:20, 21.
Lit.: “haciendo que Jerusalén permanezca”. Compárese con Éx 9:16.
“Rehoboam”, MVg; 12 mss heb.: “Abiyam (Abías)”; Sy: “Abías hijo de Rehoboam”.
Lit.: “de su madre”. Heb.: ’im·móh.
Lit.: “todo aliento”, MLXX.
“Lo”, es decir, a Nadab hijo de Jeroboán. Véase 15:25-29.
“Orinara contra una pared.” Modismo heb. que alude a los varones.
O: “sus goeles”, M; SyVg: “sus parientes”.
Lit.: “sus vanidades”.
“Llegó a ser rey”, es decir, llegó a ser el único gobernante al morir su rival, Tibní.
Que significa: “Perteneciente al Clan de Sémer”. Heb.: Scho·meróhn.
Véase Ap. 8A.
O: “señor de”. Heb.: ’adho·néh, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.
Lit.: “el Baal”. Heb.: hab·Bá·‛al.
O: “el aserá”. Heb.: ha·’Asche·ráh.
“Josué.” Heb.: Yehoh·schú·a‛, “Jehosúa”; LXX: “Jesús”.
Que significa: “Mi Dios Es Jehová”. Heb.: ’E·li·yá·hu; LXX: “Eliú”; Vg: “Elias”.
“De los habitantes”, MSyVg; LXX y por una leve corrección de M: “de Tisbé”.
O: “a quien en efecto atiendo”.
Lit.: “enfrente del”.
O: “no tengo despensa a la cual acudir”.
Lit.: “dos”.
Lit.: “¿Qué [hay] para mí y para ti?”. Modismo heb.; pregunta de repulsa. Véase Ap. 7B.
“Pero Elías dijo a la mujer”, LXX.
Lit.: “verdad”. Heb.: ’eméth.
O: “y déjame dar lluvia”.
Que significa: “Siervo de Jehová”. Heb.: ‛O·vadh·yá·hu.
O: “a quien de verdad atiendo”.
O: “dos muletas”, KB, p. 663.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím, con el artículo definido ha, “el”, que precede al título ’Elo·hím. Esto se hace para dar énfasis, en contraste con el dios falso Baal. Véase Ap. 1F.
“Su dios.” Heb.: ’elo·heh·kjém, pl. de ’elóh·ah, refiriéndose al dios falso Baal.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím, seguido por la cláusula relativa “que responda por medio de fuego”.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím, absoluto, en el predicado. Véase Ap. 1F.
Lit.: “el Baal”. Heb.: hab·Bá‛·al.
Lit.: “Llamen con una gran voz”.
Un sea equivalía a 7,33 L (6,66 qt. á.).
Lit.: “Jehová, el Dios [verdadero]”. Heb.: Yehwáh ha·’Elo·hím; gr.: Ký·ri·os ho The·ós; lat.: Dó·mi·nus Dé·us.
“Y viento.” Heb.: werú·aj; gr.: pnéu·ma·ti; lat.: vén·tus. Compárese con Gé 1:2, n: “Activa”; Gé 8:1, n.
“Los dioses.” Heb.: ’elo·hím, acompañado por el verbo “hagan” en pl.; gr.: ho the·ós, “el dios”; lat.: dí·i, “dioses”.
“Le dio miedo”, LXXSyVg y muchos mss heb.; M: “llegó a ver”.
“Su alma (vida).” Heb.: naf·schóh; gr.: psy·kjén.
“Voz, y Jehová estaba allí”, LXX.
Lit.: “hijo”.
Que significa: “Dios Es Salvación”. Heb.: ’Eli·schá‛; gr.: He·li·sai·é; lat.: He·li·sé·um.
LXX transpone los capítulos 20 y 21; por lo tanto, en LXX el capítulo 21 empieza aquí.
Lit.: “¡que están a mis pies!”.
“Jehová.” Heb.: Yehwáh; AqBurkitt usa el Tetragrámaton en los caracteres heb. antiguos (); gr.: Ký·ri·os. Véase Ap. 1C, sec. 7.
Véase Ap. 1C, sec. 7.
Véase Ap. 1C, sec. 7.
“A la vuelta del año”, es decir, la primavera siguiente. Véase 2Cr 36:10.
O: “Los dioses de ellos son dioses de montañas”. Véase v. 28, n.
“Un Dios de.” Heb.: ’Elo·héh, pl. de ’Elóh·ah, para denotar excelencia o majestad.
“De los hijos de los profetas.” Heb.: mib·benéh han·nevi·’ím; la primera vez que aparece esta expresión.
“Golpeando y causando herida.” En heb. estos son verbos en el infinitivo absoluto, indefinidos en cuanto a tiempo, e impersonales.
Véase Ap. 8A.
Lit.: “el hombre de mi cosa dada por entero”.
“Individuos que no sirvan para nada.” Lit.: “hijos de belial (inutilidad)”. Heb.: beneh-veli·yá·‛al.
“Maldecido” era la lectura original. El texto fue enmendado para que dijera: “bendecido”. Véase Ap. 2B.
Véase v. 10, n: “Maldecido”.
“Que orina contra una pared.” Modismo heb. que alude a los varones.
Lit.: “y uno restringido y uno dejado ir (abandonado)”. Véase Dt 32:36, n: “Inútil”.
Que significa: “Jehová Es Juez”. Heb.: Yehoh·scha·fát.
Uno de los 134 cambios de YHWH a ’Adho·nái que hicieron los escribas. Véase Ap. 1B.
Que significa: “¿Quién Es Como Jehová?”. Heb.: Mi·kjá·yehu.
Lit.: “una boca”.
O: “señor”. Heb.: ’adho·ním, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.
O: “hablado por mí”. Compárese con Nú 12:8a.
“Habrá [...] un disfrazar[me] y entrar.” En heb. estos son verbos en el infinitivo absoluto, indefinidos en cuanto a tiempo, e impersonales. TLXXSy: “Me cubriré completamente y entraré”; Vg: “Toma armadura y entra”.
O: “Y [...] el heraldo”, de acuerdo con LXX.
“Fue llevado”, Vg; MSy: “él vino”; LXX: “ellos vinieron”.
Que significa: “Jehová Ha Asido”. Heb.: ’Ajaz·yá·hu.
“No desaparecieron”, M; LXXSyVg: “no quitó”.