El Primero de Samuel*
o, según la versión griega de los LXX, EL PRIMERO DE LOS REYES
1 Ahora bien, había cierto hombre de Ramataim-zofim,*+ de la región montañosa de Efraín,+ y su nombre era Elqaná,+ hijo de Jeroham, hijo de Elihú,* hijo de Tohu, hijo de Zuf,+ efraimita.* 2 Y tenía dos esposas; el nombre de una era Ana, y el nombre de la otra Peniná. Y Peniná llegó a tener hijos, pero Ana no tenía hijos.+ 3 Y de año en año* aquel hombre subía desde su ciudad para postrarse+ y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos* en Siló.+ Y allí era donde los dos hijos de Elí,* Hofní y Finehás,+ eran sacerdotes para Jehová.+
4 Y llegó a haber un día en que Elqaná procedió a ofrecer sacrificio, y dio porciones a Peniná su esposa y a todos los hijos e hijas de ella;+ 5 pero a Ana dio una sola porción. Sin embargo,* era a Ana a quien él amaba,+ y, en cuanto a Jehová, él había cerrado la matriz de esta.+ 6 Y la esposa que era su rival* también la irritaba+ penosamente a fin de hacer que se sintiera desconcertada porque Jehová le había cerrado la matriz. 7 Y así hacía ella* año por año,+ siempre que ella* subía a la casa de Jehová.+ Así la irritaba, de manera que ella lloraba y no comía. 8 Y Elqaná su esposo procedió a decirle: “Ana, ¿por qué lloras, y por qué no comes, y por qué se siente mal tu corazón?+ ¿No soy yo mejor para ti que diez hijos?”.+
9 Entonces Ana se levantó, después que hubieron* comido en Siló* y después del beber,* mientras Elí el sacerdote estaba sentado sobre el asiento junto a la jamba de la puerta del templo*+ de Jehová. 10 Y ella estaba amargada de alma,+ y se puso a orar a Jehová+ y a llorar profusamente.+ 11 Y pasó a hacer un voto+ y decir: “Oh Jehová de los ejércitos, si miras sin falta la aflicción de tu esclava+ y realmente te acuerdas de mí,+ y no te olvidas de tu esclava y realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida, y no vendrá navaja sobre su cabeza”.+
12 Y sucedió que, mientras ella oraba prolongadamente+ delante de Jehová, Elí estaba observándole la boca. 13 En cuanto a Ana, ella estaba hablando en su corazón;+ solo sus labios temblaban, y no se oía su voz. Pero Elí la tomó por borracha.+ 14 De modo que le dijo Elí: “¿Hasta cuándo te portarás como una borracha?+ Aparta tu vino de ti”. 15 Por lo cual Ana contestó y dijo: “¡No, señor mío! Soy una mujer duramente oprimida de espíritu; y no he bebido vino ni licor embriagante, sino que derramo mi alma delante de Jehová.+ 16 No tomes a tu esclava por una mujer que no sirve para nada,*+ porque es por la abundancia de mi preocupación y mi irritación que he hablado hasta ahora”.+ 17 Entonces Elí contestó y dijo: “Ve en paz,+ y que el Dios de Israel conceda tu petición que le has pedido”.+ 18 A lo cual ella dijo: “Halle tu sierva favor a tus ojos”.+ Y la mujer procedió a irse por su camino y a comer,+ y su rostro no volvió a mostrar preocupación por su propia situación.+
19 Entonces se levantaron muy de mañana y se postraron delante de Jehová, después de lo cual volvieron y entraron en su casa en Ramá.+ Elqaná ahora tuvo coito+ con Ana su esposa, y Jehová empezó a acordarse de ella.+ 20 Así, a la vuelta de un año,* aconteció que Ana quedó encinta y dio a luz un hijo y procedió a llamarlo por nombre+ Samuel,* porque, dijo ella, “es a Jehová a quien lo he pedido”.+
21 Con el tiempo el hombre Elqaná subió con toda su casa a sacrificar para Jehová el sacrificio anual*+ y su ofrenda de voto.+ 22 En cuanto a Ana, ella no subió,+ porque había dicho a su esposo: “Tan pronto como el muchacho sea destetado,+ tengo que llevarlo, y tiene que presentarse delante de Jehová y morar allí hasta tiempo indefinido”.+ 23 Ante esto, Elqaná su esposo+ le dijo: “Haz lo que sea bueno a tus ojos.+ Quédate en casa hasta que lo destetes. Solo que Jehová realice su* palabra”.+ De modo que la mujer se quedó en casa y siguió amamantando a su hijo hasta que lo destetó.+
24 Por consiguiente, tan pronto como lo hubo destetado, lo subió consigo, junto con un toro de tres años* y un efá* de harina y un jarrón de vino,+ y procedió a entrar* en la casa de Jehová, en Siló.+ Y el muchacho estaba con ella.* 25 Entonces degollaron* el toro y llevaron el muchacho a Elí.+ 26 Con eso, ella dijo: “¡Dispénsame, señor mío! Por la vida de tu alma,+ señor mío, yo soy la mujer que estuvo de pie contigo en este lugar para orar a Jehová.+ 27 Respecto a este muchacho oré que Jehová me concediera mi petición+ que le pedí.+ 28 Y yo, a mi vez, lo he prestado* a Jehová.+ Todos los días que en efecto él exista,* es uno solicitado para Jehová”.*
Y él* procedió a inclinarse allí ante Jehová.+
“Mi corazón sí se alboroza en Jehová,+
mi cuerno realmente está ensalzado en Jehová.*+
Mi boca está ensanchada contra mis enemigos,
porque de veras me regocijo en la salvación procedente de ti.+
3 No hablen ustedes muy altivamente tanto,
no salga nada desenfrenado de su boca,+
5 Los saciados tienen que alquilarse por pan,+
pero los hambrientos realmente cesan [de tener hambre].+
Hasta* la estéril ha dado a luz siete,+
pero la que abundaba en hijos se ha marchitado.+
7 Jehová es Uno que empobrece+ y Uno que enriquece,+
Uno que abate, también Uno que ensalza,+
8 Uno que levanta del polvo al de condición humilde;+
del pozo de cenizas alza a un pobre,+
para hacer que se sienten con nobles; y un trono de gloria+ les da como posesión.+
Porque a Jehová pertenecen los apoyos de la tierra,+
y sobre ellos coloca la tierra productiva.*
9 Él guarda los pies de sus leales;*+
en cuanto a los inicuos, son reducidos a silencio en oscuridad,+
10 En cuanto a Jehová, los que contiendan contra él serán aterrorizados;+
contra ellos* él tronará en los cielos.+
Jehová mismo juzgará los cabos de la tierra,+
para dar fuerza a su rey,+
11 Entonces Elqaná se fue a Ramá, a su casa;* y en cuanto al muchacho, él llegó a ser ministro*+ de Jehová delante de Elí el sacerdote.
12 Ahora bien, los hijos de Elí eran hombres que no servían para nada;*+ no reconocían a Jehová.+ 13 En cuanto al debido derecho de los sacerdotes de parte* del pueblo,+ cuando cualquier hombre estaba ofreciendo un sacrificio, venía un servidor del sacerdote con el tenedor de tres puntas en la mano, justamente cuando la carne estaba hirviendo,+ 14 y lo metía de repente en la fuente o en la olla de dos asas o en la caldera o en la olla de un mango. Cualquier cosa que el tenedor sacaba, el sacerdote lo tomaba para sí.* De esa manera solían hacer en Siló a todos los israelitas que venían allí.*+ 15 También, antes que siquiera pudieran hacer humear la grasa,+ venía un servidor del sacerdote y decía al hombre que ofrecía el sacrificio: “Da carne para asarla para el sacerdote, sí, para que él reciba de ti, no carne cocida, sino cruda”.+ 16 Cuando el hombre le decía: “Que estén seguros de hacer humear la grasa primero.+ Entonces toma para ti lo que sea que tu alma desee con vehemencia”,+ él realmente decía: “No,* sino que debes darla ahora; y, si no, ¡tendré que tomarla por la fuerza!”.+ 17 Y el pecado de los servidores* llegó a ser muy grande ante Jehová;+ porque los hombres trataban la ofrenda de Jehová con falta de respeto.+
18 Y Samuel estaba ministrando+ delante de Jehová, como muchacho, y tenía ceñido un efod de lino.+ 19 También, su madre solía hacerle una vestidura pequeña sin mangas, y se la traía de año en año cuando subía con su esposo para sacrificar el sacrificio anual.+ 20 Y Elí bendijo+ a Elqaná y a su esposa y dijo: “Que Jehová te asigne prole de esta esposa en lugar de la cosa prestada, que fue prestada a Jehová”.*+ Y se fueron a su* lugar. 21 En conformidad, Jehová dirigió su atención a Ana,+ de modo que ella tuvo gravidez y dio a luz* tres hijos y dos hijas.+ Y el muchacho Samuel continuó creciendo con Jehová.+
22 Y Elí era muy viejo, y había oído+ de todo lo que sus hijos seguían haciendo+ a todo Israel, y que se acostaban con las mujeres+ que servían* a la entrada de la tienda de reunión.*+ 23 Y solía decirles:+ “¿Por qué siguen haciendo cosas como estas?+ Pues las cosas que estoy oyendo acerca de ustedes de parte de todo el pueblo son malas.*+ 24 No,+ hijos míos, porque no es bueno el informe que estoy oyendo, que el pueblo de Jehová está haciendo circular.+ 25 Si peca un hombre contra un hombre,+ Dios decidirá como árbitro por él;+ pero si es contra Jehová contra quien peca un hombre,+ ¿quién hay que pueda orar por él?”.+ Pero ellos no escuchaban la voz de su padre,+ porque a Jehová ahora le agradaba darles muerte.+ 26 Mientras tanto, el muchacho Samuel iba creciendo y haciéndose más agradable,* tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres.+
27 Y un hombre de Dios*+ procedió a venir a Elí y a decirle: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘¿No es un hecho que yo me revelé a la casa de tu antepasado mientras ellos se hallaban en Egipto como esclavos* para la casa de Faraón?+ 28 Y hubo un escogerlo* para mí de todas las tribus de Israel,+ para que hiciera trabajo de sacerdote* y subiera sobre mi altar+ para hacer ascender en espirales el humo de sacrificios,* para que llevara un efod delante de mí, para que yo diera a la casa de tu antepasado todas las ofrendas de los hijos de Israel hechas por fuego.+ 29 ¿Por qué siguen ustedes pateando mi sacrificio+ y mi ofrenda que yo he mandado [hacer en mi] morada,*+ y tú sigues honrando a tus hijos más que a mí, engordándose ustedes*+ de lo mejor de toda ofrenda de Israel mi pueblo?*+
30 ”’Por eso la expresión de Jehová el Dios de Israel es: “De veras dije yo: En cuanto a tu casa y la casa de tu antepasado, andarán delante de mí hasta tiempo indefinido”.+ Pero ahora la expresión de Jehová es: “Es inconcebible, por mi parte, porque a los que me honran+ honraré,+ y los que me desprecian serán de poca monta”.+ 31 ¡Mira! Vienen días en que ciertamente cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu antepasado, de modo que no llegue a haber viejo en tu casa.+ 32 Y realmente mirarás a un adversario [en mi] morada, en medio de todo el bien que se hace a Israel;+ y nunca llegará a haber un viejo en tu casa. 33 Y, sin embargo, hay un hombre tuyo que no cortaré de estar junto a mi altar para hacer fallar tus* ojos y causar languidez a tu* alma; pero, en su mayoría, todos los de tu casa morirán por la espada de los hombres.*+ 34 Y esta es para ti la señal que les vendrá a tus dos hijos, Hofní y Finehás:+ En un mismo día ambos morirán.+ 35 Y yo ciertamente levantaré para mí un sacerdote fiel.+ En armonía con lo que está en mi corazón y en mi alma obrará él; y ciertamente le edificaré una casa duradera,* y él ciertamente andará delante de mi ungido*+ siempre.* 36 Y tiene que suceder que cualquiera que quede+ en tu casa vendrá y se inclinará ante él por el pago de dinero y un pan redondo, y ciertamente dirá: “Agrégame, por favor, a uno de los oficios sacerdotales para comer un pedazo de pan”’”.+
3 Mientras tanto, el muchacho Samuel ministraba+ a Jehová delante de Elí, y la palabra de Jehová+ se había hecho rara en aquellos días;+ no se diseminaba visión+ alguna.
2 Ahora bien, en aquel día aconteció que Elí estaba acostado en su lugar, y los ojos habían empezado a oscurecérsele;+ no podía ver. 3 Y la lámpara de Dios* aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el templo+ de Jehová, donde estaba el arca de Dios. 4 Y Jehová procedió a llamar a Samuel.* Ante esto, él dijo: “Aquí estoy”.+ 5 Y se fue corriendo a Elí y dijo: “Aquí estoy, pues me llamaste”. Pero él dijo: “No llamé. Vuélvete a acostar”. De modo que él se fue y se acostó. 6 Y Jehová pasó a llamar aun de nuevo: “¡Samuel!”.+ Ante esto, Samuel se levantó y fue a Elí y dijo: “Aquí estoy, porque sí me llamaste”. Pero él dijo: “No llamé, hijo mío.+ Vuélvete a acostar”. 7 (En cuanto a Samuel, todavía no había llegado a conocer a Jehová, y la palabra de Jehová todavía no se le había empezado a revelar.)+ 8 De modo que Jehová volvió a llamar por tercera vez: “¡Samuel!”. Ante esto, él se levantó y fue a Elí y dijo: “Aquí estoy, porque tienes que haberme llamado”.
Y Elí empezó a discernir que era Jehová el que llamaba al muchacho. 9 En consecuencia, Elí dijo a Samuel: “Ve, acuéstate, y tiene que suceder que, si él te llama, tienes que decir: ‘Habla, Jehová, porque tu siervo está escuchando’”. Así que Samuel se fue y se acostó en su lugar.
10 Entonces vino Jehová y tomó su posición, y llamó como las otras veces: “¡Samuel, Samuel!”. A lo cual dijo Samuel: “Habla, porque tu siervo está escuchando”.+ 11 Y Jehová pasó a decir a Samuel: “¡Mira! Estoy haciendo+ algo en Israel que, si alguien lo oye, ambos oídos le retiñirán.+ 12 En aquel día llevaré a cabo para con Elí todo lo que he dicho respecto a su casa, desde el principio hasta el fin.+ 13 Y tienes que informarle* que estoy juzgando su casa+ hasta tiempo indefinido por el error del cual él ha sabido,+ porque* sus hijos están invocando el mal contra Dios,*+ y él no los ha reprendido.+ 14 Y por eso he jurado a la casa de Elí que el error de la casa de Elí no será llevado a exención de castigo por sacrificio ni por ofrenda, hasta tiempo indefinido”.+
15 Y Samuel continuó acostado hasta la mañana.* Entonces abrió las puertas de la casa de Jehová.+ Y Samuel tenía miedo de informar a Elí del aparecimiento.+ 16 Pero Elí llamó a Samuel y dijo: “¡Samuel, hijo mío!”. Ante esto, él dijo: “Aquí estoy”. 17 Y él pasó a decir: “¿Qué es la palabra que te ha hablado? Por favor, no la escondas de mí.+ Que Dios te haga así y añada así a ello+ si escondes de mí una palabra de toda la palabra que te ha hablado”. 18 De modo que Samuel le refirió todas las palabras, y no le escondió nada. Ante eso, él dijo: “Es Jehová. Lo que sea bueno a sus ojos, que lo haga”.+
19 Y Samuel continuó creciendo, y Jehová mismo resultó estar con él,+ y no hizo caer a tierra ninguna de todas sus palabras.+ 20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beer-seba,+ llegó a darse cuenta de que Samuel era persona acreditada para el puesto de profeta para Jehová.+ 21 Y Jehová procedió a aparecerse de nuevo+ en Siló, porque Jehová se reveló a Samuel en Siló por la palabra de Jehová.+
4 Y la palabra de Samuel continuó llegando* a todo Israel.*
Entonces Israel salió al encuentro de los filisteos* en batalla; y se pusieron a acampar junto a* Ebenézer,*+ y los filisteos mismos acamparon en Afeq.+ 2 Y los filisteos procedieron a disponerse en orden+ para encontrarse con Israel, y la batalla iba mal,* de modo que Israel fue derrotado delante de los filisteos,+ que fueron derribando a unos cuatro mil hombres* en línea cerrada de batalla en el campo. 3 Cuando la gente vino al campamento, los ancianos* de Israel empezaron a decir: “¿Por qué nos derrotó hoy Jehová delante de los filisteos?+ Tomémonos de Siló el arca del pacto de Jehová,+ para que esta venga en medio de nosotros y nos salve de la palma de la mano de nuestros enemigos”. 4 De modo que la gente envió a Siló y se llevaron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que está sentado sobre* los querubines.+ Y los dos hijos de Elí estaban allí con el arca del pacto del Dios [verdadero],* a saber, Hofní y Finehás.+
5 Y aconteció que, tan pronto como el arca del pacto de Jehová entró en el campamento, todos los israelitas prorrumpieron en fuerte gritería,+ de modo que la tierra estuvo en conmoción. 6 Los filisteos también llegaron a oír el sonido de la gritería y empezaron a decir: “¿Qué significa el sonido de esta fuerte gritería+ en el campamento de los hebreos?”. Por fin llegaron a saber que el arca misma de Jehová había entrado en el campamento. 7 Y a los filisteos les dio miedo, porque, dijeron: “¡Dios* ha entrado en el campamento!”.+ Así que dijeron: “¡Ay de nosotros, porque una cosa como esta nunca antes ha sucedido! 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos salvará de la mano de este majestuoso Dios? Este es el Dios que fue golpeador* de Egipto con toda suerte de matanza en el desierto.+ 9 Muéstrense animosos y pruébense hombres, oh filisteos, para que no sirvan a los hebreos tal como ellos les han servido a ustedes;+ ¡y tienen que probarse hombres y pelear!”. 10 Por consiguiente, los filisteos pelearon, e Israel fue derrotado,+ y se fueron huyendo cada uno a su tienda;*+ y la matanza llegó a ser muy grande,+ de modo que de Israel cayeron treinta mil hombres de a pie.+ 11 Y la misma arca de Dios* fue tomada,+ y Hofní y Finehás, los dos hijos de Elí, murieron.+
12 Y un hombre de Benjamín se fue corriendo de la línea de batalla, de modo que llegó a Siló aquel día con sus prendas de vestir rasgadas+ y tierra sobre la cabeza.+ 13 Cuando llegó, allí estaba Elí sentado en el asiento al lado del camino, vigilando, porque su corazón se había puesto tembloroso a causa del arca del Dios [verdadero].+ Y el hombre mismo entró para dar informe en la ciudad, y toda la ciudad empezó a gritar. 14 Y Elí llegó a oír el sonido del clamor. De modo que dijo: “¿Qué significa el sonido de esta bulla?”.+ Y el hombre mismo se apresuró para entrar y dar el informe a Elí. 15 (Ahora bien, Elí tenía noventa y ocho años de edad, y sus ojos se habían quedado fijos, de modo que no podía ver.)+ 16 Y el hombre procedió a decir a Elí: “Yo soy el que acaba de llegar de la línea de batalla,* y yo... es de la línea de batalla de donde he huido hoy”. Ante esto, él dijo: “¿Qué cosa ha pasado, hijo mío?”. 17 De modo que el portador de la nueva contestó y dijo: “Israel ha huido delante de los filisteos, y también ha ocurrido una gran derrota entre el pueblo;+ y también han muerto tus dos hijos mismos —Hofní y Finehás+— y el arca misma del Dios [verdadero] ha sido tomada”.+
18 Y aconteció que, al momento de mencionar* aquel el arca del Dios [verdadero], él empezó a caer del asiento hacia atrás, al lado de la puerta, y se le quebró la nuca, de modo que murió, porque el hombre era viejo y pesado; y él mismo había juzgado a Israel cuarenta años. 19 Y su nuera, la esposa de Finehás, estaba encinta, próxima a dar a luz, y llegó a oír el informe de que el arca del Dios [verdadero] había sido tomada y que su suegro y su esposo habían muerto. Ante eso, se inclinó y empezó a dar a luz, porque sus dolores le sobrevinieron de repente.*+ 20 Y como al tiempo de morir ella, las mujeres que estaban de pie junto a ella empezaron a hablar: “No temas, porque es un hijo el que has dado a luz”.+ Y ella no contestó ni fijó su corazón en ello. 21 Pero llamó al muchacho Icabod,*+ diciendo: “La gloria se ha ido de Israel al destierro”,+ [esto] respecto de haber sido tomada el arca del Dios [verdadero], y respecto de su suegro y de su esposo.+ 22 Así que dijo: “La gloria se ha ido de Israel al destierro,+ porque el arca del Dios [verdadero]* ha sido tomada”.+
5 En cuanto a los filisteos, ellos tomaron el arca+ del Dios [verdadero] y entonces la llevaron de Ebenézer a Asdod.+ 2 Y los filisteos procedieron a tomar el arca del Dios [verdadero] y a introducirla en la casa de Dagón y a estacionarla al lado de Dagón.+ 3 Entonces los asdoditas madrugaron al mismo día siguiente,* y allí estaba Dagón caído en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová.+ De modo que tomaron* a Dagón y lo volvieron a su lugar.+ 4 Cuando se levantaron muy de mañana precisamente al día siguiente, allí estaba Dagón caído en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová, con la cabeza de Dagón y las palmas de sus dos manos cortadas, al umbral.*+ Solamente la parte de pez* se le había dejado encima. 5 Por eso los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en la casa de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta el día de hoy.*
6 Y la mano de Jehová+ llegó a ser pesada sobre los asdoditas, y él empezó a causar pánico* y a herirlos con hemorroides,*+ es decir, a Asdod y sus territorios. 7 Y los hombres de Asdod llegaron a ver que era así, y dijeron: “No more con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano ha sido dura contra nosotros y contra Dagón nuestro dios”.*+ 8 Por lo tanto, enviaron [mensaje] y reunieron a sí a todos los señores del eje de los filisteos y dijeron: “¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel?”. Por fin dijeron: “Que dé la vuelta hacia Gat+ el arca del Dios de Israel”. De modo que llevaron el arca del Dios de Israel alrededor hasta allí.*
9 Y aconteció que, después de haberla llevado alrededor hasta allí, la mano de Jehová+ llegó a estar sobre la ciudad con muy grande confusión, y él empezó a herir a los hombres de la ciudad, desde el pequeño hasta el grande, y empezaron a salirles hemorroides.*+ 10 Por lo tanto enviaron el arca del Dios [verdadero]* a Eqrón.+ Y aconteció que tan pronto como el arca del Dios [verdadero] llegó a Eqrón, los eqronitas empezaron a gritar, diciendo: “¡Han traído el arca del Dios de Israel alrededor a mí para darnos muerte a mí y a mi pueblo!”.+ 11 En consecuencia, enviaron [mensaje] y reunieron a todos los señores del eje de los filisteos y dijeron: “Envíen el arca del Dios de Israel para que vuelva a su lugar y no nos dé muerte a mí y a mi pueblo”. Pues una confusión mortífera había ocurrido en toda la ciudad;+ la mano del Dios [verdadero] había sido muy pesada allí,+ 12 y los hombres que no murieron habían sido heridos con hemorroides.+ Y el clamor+ de la ciudad por ayuda siguió ascendiendo a los cielos.
6 Y el arca+ de Jehová resultó estar en el campo de los filisteos siete meses.* 2 Y los filisteos procedieron a llamar a los sacerdotes y a los adivinos,+ y decir: “¿Qué haremos con el arca de Jehová? Dennos a conocer con qué la hemos de enviar a su lugar”. 3 A lo cual ellos dijeron: “Si van a enviar el arca del Dios de Israel, no la envíen sin una ofrenda, porque sin falta deben devolverle una ofrenda por la culpa.+ Es entonces cuando serán sanados, y tendrá que serles manifiesto por qué la mano de él no se apartaba de ustedes”. 4 A lo que dijeron: “¿Cuál es la ofrenda por la culpa que debemos devolverle?”. Entonces ellos dijeron: “Según el número de los señores del eje+ de los filisteos, cinco hemorroides de oro y cinco jerbos* de oro, porque cada uno de ustedes* y sus señores del eje tienen el mismo azote.* 5 Y tienen que hacer imágenes de sus hemorroides e imágenes de sus jerbos+ que están arruinando la tierra, y tienen que dar gloria+ al Dios de Israel. Quizás aligere su mano de sobre ustedes y de sobre su dios y de sobre su tierra.+ 6 Además, ¿por qué deben hacer insensible su corazón de la misma manera como Egipto y Faraón hicieron insensible el corazón de ellos?+ ¿No fue tan pronto como Él los trató severamente+ cuando procedieron a enviarlos, y ellos se fueron por su camino?+ 7 Y ahora tomen y hagan un carruaje nuevo,+ y dos vacas que estén dando de mamar, sobre las cuales no haya subido yugo,+ y tienen que enganchar las vacas al carruaje, y tienen que hacer que sus crías* se vuelvan a casa de seguirlas. 8 Y tienen que tomar el arca de Jehová y colocarla sobre el carruaje, y los objetos de oro+ que tienen que devolverle como ofrenda por la culpa+ los deben poner en una caja al lado de ella. Y tienen que enviarla, y tiene que ir. 9 Y ustedes tienen que mirar: si es por el camino a su territorio que sube, a Bet-semes,+ él es quien nos ha hecho este gran mal; pero si no, tendremos que saber que no fue su mano la que nos tocó; fue un accidente+ lo que nos pasó”.
10 Y los hombres procedieron a hacerlo así. De modo que tomaron dos vacas que estaban dando de mamar y las engancharon al carruaje, y a sus crías las encerraron en casa. 11 Entonces pusieron el arca de Jehová sobre el carruaje,+ y también la caja y los jerbos de oro y las imágenes de sus hemorroides.* 12 Y las vacas empezaron a ir derechas* por el camino a Bet-semes.+ Por una misma calzada fueron, mugiendo al ir,* y no se desviaron a la derecha ni a la izquierda. Mientras tanto, los señores del eje+ de los filisteos fueron andando detrás de ellas hasta el límite de Bet-semes. 13 Y la gente de Bet-semes estaba segando la cosecha de trigo+ en la llanura baja. Cuando alzaron los ojos y vieron el Arca, se entregaron al regocijo al verla. 14 Y el carruaje mismo entró en el campo de Josué el betsemita y se quedó parado allí, donde había una piedra grande. Y ellos se pusieron a partir la madera del carruaje, y ofrecieron las vacas+ como ofrenda quemada a Jehová.+
15 Y los levitas+ mismos bajaron el arca de Jehová y la caja que estaba con ella, en la cual estaban los objetos de oro, y procedieron a ponerla sobre la piedra grande. Y los hombres de Bet-semes,+ por su parte, ofrecieron ofrendas quemadas, y continuaron ofreciendo sacrificios a Jehová en aquel día.
16 Y los cinco señores del eje+ de los filisteos mismos lo vieron y procedieron a volverse a Eqrón en aquel día. 17 Ahora bien, estas son las hemorroides de oro que los filisteos devolvieron como ofrenda por la culpa a Jehová:+ por Asdod+ una, por Gaza+ una, por Asquelón+ una, por Gat+ una, por Eqrón+ una. 18 Y los jerbos de oro fueron tantos como el número de todas las ciudades de los filisteos que pertenecían a los cinco señores del eje, desde la ciudad fortificada hasta la aldea de la campiña abierta.
Y la gran piedra* sobre la cual hicieron descansar el arca de Jehová es testigo* hasta el día de hoy en el campo de Josué el betsemita. 19 Y él se puso a derribar a los hombres de Bet-semes,*+ porque habían mirado el arca de Jehová. De modo que derribó entre el pueblo a setenta hombres —cincuenta mil hombres*— y el pueblo se puso de duelo porque Jehová había derribado al pueblo con gran matanza.+ 20 Además, los hombres de Bet-semes dijeron: “¿Quién podrá estar de pie delante de Jehová, este Dios santo,+ y a quién se retirará de sobre nosotros?”.+ 21 Por fin enviaron mensajeros a los habitantes de Quiryat-jearim,+ diciendo: “Los filisteos han devuelto el arca de Jehová. Bajen. Súbanla a donde ustedes”.+
7 En conformidad, los hombres de Quiryat-jearim+ vinieron y subieron el arca de Jehová y la introdujeron en la casa de Abinadab,+ en la colina,* y a Eleazar su hijo lo santificaron para que guardara el arca de Jehová.
2 Y aconteció que los días siguieron multiplicándose desde el día en que el Arca moró en Quiryat-jearim, de modo que ascendieron a veinte años, y toda la casa de Israel empezó a lamentarse en pos de* Jehová.+ 3 Y Samuel procedió a decir a toda la casa de Israel: “Si con todo su corazón están volviéndose a Jehová,+ quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros*+ y también las imágenes de Astoret,+ y dirijan su corazón inalterablemente a Jehová y sírvanle solo a él,+ y él los librará de la mano de los filisteos”.+ 4 Ante eso, los hijos de Israel quitaron los Baales+ y las imágenes de Astoret,+ y empezaron a servir solo a Jehová.
5 Entonces dijo Samuel: “Junten a todo Israel+ en Mizpá,+ para que yo ore+ a Jehová por ustedes”. 6 De modo que se juntaron en Mizpá, y se pusieron a sacar agua y a derramarla delante de Jehová,* y guardaron un ayuno en aquel día.+ Y empezaron a decir allí: “Hemos pecado contra Jehová”.+ Y Samuel se puso a juzgar+ a los hijos de Israel en Mizpá.
7 Y los filisteos llegaron a oír que los hijos de Israel se habían juntado en Mizpá, y los señores del eje+ de los filisteos emprendieron la subida contra Israel. Cuando lo oyeron los hijos de Israel, empezaron a tener miedo a causa de los filisteos.+ 8 Así que los hijos de Israel dijeron a Samuel: “No guardes silencio, por consideración a nosotros, de clamar a Jehová nuestro Dios por socorro,+ para que nos salve de la mano de los filisteos”. 9 Entonces Samuel tomó un corderito lechal y lo ofreció como ofrenda quemada, una ofrenda entera,+ a Jehová; y Samuel empezó a clamar a Jehová por socorro a favor de Israel,+ y Jehová procedió a contestarle.+ 10 Y aconteció que, mientras Samuel estaba ofreciendo la ofrenda quemada, los filisteos mismos se acercaron para la batalla contra Israel. Y Jehová ahora hizo que tronara con gran estruendo+ aquel día contra los filisteos, para ponerlos en confusión;+ y fueron derrotados delante de Israel.+ 11 Ante eso, los hombres de Israel hicieron una salida de Mizpá y fueron persiguiendo a los filisteos y siguieron derribándolos hasta el sur de Bet-car. 12 Entonces Samuel tomó una piedra+ y la colocó entre Mizpá y Jesaná,* y empezó a llamarla por nombre Ebenézer.* Por consiguiente, dijo: “Hasta ahora nos ha ayudado Jehová”.+ 13 Así fueron sojuzgados los filisteos, y ya no volvieron a entrar en el territorio de Israel;+ y la mano de Jehová continuó estando contra los filisteos todos los días de Samuel.+ 14 Y las ciudades que los filisteos habían quitado a Israel siguieron volviendo a Israel, desde Eqrón hasta Gat, e Israel libró el territorio de estas de la mano de los filisteos.
Y llegó a haber paz entre Israel y los amorreos.+
15 Y Samuel siguió juzgando a Israel todos los días de su vida.+ 16 Y viajaba de año en año y hacía el circuito de Betel+ y Guilgal+ y Mizpá,+ y juzgaba a Israel+ en todos estos lugares. 17 Pero su regreso era a Ramá,+ porque allí era donde estaba su casa, y allí juzgaba a Israel. Y procedió a edificar allí un altar a Jehová.+
8 Y aconteció que tan pronto como Samuel hubo envejecido hizo nombramientos+ de sus hijos como jueces para Israel. 2 Ahora bien, sucedió que el nombre de su hijo primogénito fue Joel,+ y Abías+ el nombre de su segundo; ellos estuvieron juzgando en Beer-seba. 3 Y sus hijos no andaban en los caminos de él;+ antes bien, se inclinaban a seguir tras ganancia injusta,+ y aceptaban sobornos+ y pervertían el juicio.+
4 Con el tiempo todos los ancianos de Israel+ se juntaron y vinieron a Samuel, a Ramá, 5 y le dijeron: “¡Mira! Tú mismo te has hecho viejo, pero tus propios hijos no han andado en tus caminos. Ahora bien, nómbranos un rey+ que nos juzgue, sí, como todas las naciones”. 6 Pero aquella cosa fue mala a los ojos de Samuel, puesto que habían dicho: “Sí, danos un rey que nos juzgue”, y Samuel se puso a orar a Jehová.+ 7 Entonces Jehová dijo a Samuel:+ “Escucha la voz del pueblo en cuanto a todo lo que te digan;+ porque no es a ti a quien han rechazado, sino que es a mí a quien han rechazado de ser rey+ sobre ellos. 8 De acuerdo con todas sus obras que ellos han hecho desde el día en que los hice subir de Egipto+ hasta este día al seguir dejándome+ y sirviendo a otros dioses,+ así te están haciendo también a ti. 9 Y ahora escucha su voz. Solo esto, que debes advertirles solemnemente, y tienes que informarles del debido derecho del rey que reinará sobre ellos”.+
10 De modo que Samuel dijo todas las palabras de Jehová al pueblo que estaba pidiéndole un rey. 11 Y procedió a decir: “Este llegará a ser el debido derecho+ del rey que reinará sobre ustedes: A los hijos de ustedes los tomará+ y los pondrá como suyos en sus carros+ y entre sus hombres de a caballo,+ y algunos tendrán que correr delante de sus carros;+ 12 y nombrará para sí jefes* sobre millares+ y jefes sobre cincuentenas,+ y [algunos] para hacer su trabajo de arar+ y para segar sus cosechas+ y para hacer sus instrumentos de guerra+ y los instrumentos de sus carros.+ 13 Y a las hijas de ustedes las tomará como mezcladoras de ungüento y cocineras y panaderas.+ 14 Y los campos de ustedes, y sus viñas+ y sus olivares,+ los mejores, los tomará y realmente los dará a los siervos de él. 15 Y de las sementeras y de las viñas de ustedes tomará el décimo,+ y ciertamente [los] dará a los oficiales de su corte+ y a sus siervos. 16 Y a los siervos y a las siervas de ustedes, y sus mejores manadas,* y sus asnos, los tomará, y los tendrá que usar para su trabajo.+ 17 De los rebaños+ de ustedes tomará el décimo, y ustedes mismos llegarán a ser de él como siervos. 18 Y ustedes ciertamente clamarán en aquel día a causa de su rey,+ que ustedes se han escogido, pero Jehová no les contestará en aquel día”.+
19 Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar la voz de Samuel+ y dijo: “No, sino que un rey es lo que llegará a haber sobre nosotros. 20 Y tenemos que llegar a ser, nosotros también, como todas las naciones,+ y nuestro rey tiene que juzgarnos y salir delante de nosotros y pelear nuestras batallas”. 21 Y Samuel dio audiencia a todas las palabras del pueblo; entonces las habló a oídos de Jehová.+ 22 Y Jehová procedió a decir a Samuel: “Escucha su voz, y tienes que hacer que reine para ellos un rey”.+ Por consiguiente, Samuel dijo a los hombres de Israel: “Váyase cada uno a su ciudad”.
9 Ahora bien, sucedía que había un hombre de Benjamín, y su nombre era Quis,+ hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afías, un benjaminita,*+ un hombre poderoso en riquezas.+ 2 Y sucede que tenía un hijo cuyo nombre era Saúl,+ joven y bien parecido,* y no había hombre de los hijos de Israel que fuera mejor parecido que él; de los hombros arriba era más alto que todo el pueblo.+
3 Y se perdieron las asnas+ que pertenecían a Quis el padre de Saúl. De manera que Quis dijo a Saúl su hijo: “Toma contigo, por favor, uno de los servidores y levántate, ve, busca las asnas”. 4 Y él* fue pasando por la región montañosa de Efraín+ y pasando adelante por la tierra de Salisá,+ y no [las] hallaron. Y siguieron pasando por la tierra de Saalim, pero no estaban [allí]. Y él siguió pasando por la tierra de los benjaminitas, y no [las] hallaron.
5 Ellos mismos entraron en la tierra de Zuf; y Saúl, por su parte, dijo a su servidor que estaba con él: “Ven, sí, y volvámonos, para que mi padre no deje de atender a las asnas y realmente se ponga inquieto por nosotros”.+ 6 Pero él le dijo: “¡Mira, por favor! Hay un hombre de Dios*+ en esta ciudad, y es hombre a quien honran. Todo lo que dice se realiza sin falta.+ Vamos allá ahora. Tal vez nos pueda indicar nuestro camino por el cual tenemos que ir”. 7 Por lo cual Saúl dijo a su servidor: “Y si acaso vamos, ¿qué le llevaremos al hombre?,+ porque el pan mismo ha desaparecido de nuestros receptáculos, y, como regalo,+ no hay nada que llevar al hombre del Dios [verdadero]. ¿Qué hay con nosotros?”. 8 De modo que el servidor volvió a contestar a Saúl y dijo: “¡Mira! En mi mano se halla un cuarto de siclo*+ de plata, y tendré* que darlo al hombre del Dios [verdadero], y él tendrá que indicarnos nuestro camino”. 9 (En tiempos pasados en Israel el hombre hubiera hablado así al ir a buscar a Dios: “Vengan, y vamos al vidente”.+ Porque al profeta de hoy se le llamaba vidente en tiempos pasados.) 10 Entonces Saúl dijo a su servidor: “Buena es tu palabra.+ Anda, pues, vamos”. Y procedieron a irse a la ciudad donde estaba el hombre del Dios [verdadero].
11 Mientras iban subiendo por la cuesta a la ciudad, ellos mismos hallaron unas muchachas que salían a sacar agua.+ De modo que les dijeron: “¿Está el vidente+ en este lugar?”. 12 Entonces ellas les contestaron y dijeron: “Sí. ¡Mira! Está delante de ti. Apresúrate ahora, porque hoy ha venido a la ciudad, por cuanto hay un sacrificio+ hoy para el pueblo en el lugar alto.+ 13 Tan pronto como ustedes entren en la ciudad, en seguida lo hallarán antes que suba al lugar alto a comer; porque la gente no puede comer sino hasta que él llegue, porque él es el que bendice el sacrificio.+ Solo después de eso pueden comer los invitados. Y ahora suban, porque a él... ahora mismo lo hallarán”. 14 Por consiguiente, procedieron a subir a la ciudad. Cuando iban entrando en el centro de la ciudad, pues, allí estaba Samuel que salía al encuentro de ellos para subir al lugar alto.
15 En cuanto a Jehová, él había destapado el oído+ a Samuel el día antes de venir Saúl, diciendo: 16 “Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín,+ y tienes que ungirlo+ como caudillo sobre mi pueblo Israel; y él tendrá que salvar a mi pueblo de la mano de los filisteos,+ porque he visto [la aflicción de] mi pueblo,* por cuanto su clamor ha llegado a mí”.+ 17 Y Samuel mismo vio a Saúl, y Jehová, por su parte, le contestó: “Aquí está el hombre de quien te dije: ‘Este es el que mantendrá a mi pueblo dentro de límites’”.+
18 Entonces Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y dijo: “Infórmame, sí, por favor: ¿Precisamente dónde está la casa del vidente?”. 19 Y Samuel procedió a contestar a Saúl y decir: “Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, y ustedes tienen que comer conmigo hoy,+ y tendré que enviarte por la mañana, y todo lo que hay en tu corazón te lo declararé.+ 20 Respecto a las asnas que se te perdieron hace tres días,+ no fijes tu corazón+ en ellas, porque las han hallado. ¿Y a quién pertenece todo lo que es deseable de Israel?+ ¿No es a ti y a toda la casa de tu padre?”. 21 A lo cual Saúl contestó y dijo: “¿No soy yo un benjaminita de la más pequeña+ de las tribus de Israel,+ y no es mi familia la más insignificante de todas las familias de la tribu de Benjamín?+ ¿Por qué, pues, me has hablado semejante cosa?”.+
22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su servidor y los llevó al comedor y les dio un lugar a la cabeza+ de los invitados; y eran como treinta hombres. 23 Más tarde Samuel dijo al cocinero: “Da la porción que te he dado, sí, de la cual te dije: ‘Ponla aparte junto a ti’”. 24 Ante esto, el cocinero alzó de allí la pierna y lo que había sobre ella, y la puso delante de Saúl. Y él pasó a decir: “Aquí está lo que se ha reservado.* Ponlo delante de ti. Come, porque para el tiempo señalado lo han reservado para ti, para que comas con los invitados”.* De modo que Saúl comió con Samuel en aquel día. 25 Posteriormente, bajaron del lugar alto+ a la ciudad, y él continuó hablando con Saúl en la azotea.+ 26 Entonces madrugaron,* y aconteció que luego que ascendió el alba Samuel procedió a llamar a Saúl en la azotea, y decir: “Levántate, sí, para que te envíe”. De modo que Saúl se levantó, y los dos, él y Samuel, salieron afuera. 27 Mientras iban descendiendo por la orilla de la ciudad, Samuel mismo dijo a Saúl: “Di al servidor+ que pase delante de nosotros —así que él pasó adelante— y, en cuanto a ti, deténte ahora para que te deje oír la palabra de Dios”.*
10 Samuel entonces tomó el frasco+ de aceite y lo derramó sobre la cabeza [de Saúl] y besó+ a [Saúl] y dijo: “¿No es porque Jehová* te ha ungido por caudillo+ sobre su herencia?+ 2 Al irte de mí hoy ciertamente hallarás dos hombres cerca de la tumba de Raquel,+ en el territorio de Benjamín, en Zelzah, y ellos ciertamente te dirán: ‘Las asnas que has ido a buscar las han hallado, pero ahora tu padre ha dejado el asunto de las asnas+ y se ha puesto inquieto acerca de ustedes, diciendo: “¿Qué haré acerca de mi hijo?”’.+ 3 Y tienes que pasar de allí más adelante y llegar hasta el árbol grande de Tabor, y allí tienen que encontrarte tres hombres que van subiendo al Dios [verdadero], a Betel,+ uno llevando tres cabritos+ y uno llevando tres panes redondos+ y uno llevando un jarrón de vino.+ 4 Y ciertamente preguntarán acerca de tu bienestar+ y te darán dos panes, y tienes que aceptarlos de su mano. 5 Después de eso llegarás a la colina del Dios [verdadero],+ donde hay una guarnición+ de los filisteos. Y debe acontecer que, al tiempo de llegar tú allí a la ciudad, ciertamente encontrarás un grupo de profetas+ que vienen bajando del lugar alto,+ y delante de ellos un instrumento de cuerdas+ y pandereta+ y flauta+ y arpa,+ mientras ellos están hablando como profetas. 6 Y el espíritu+ de Jehová ciertamente entrará en operación sobre ti, y ciertamente hablarás como profeta+ junto con ellos y serás mudado en otro hombre. 7 Y tiene que suceder que cuando te vengan estas señales,+ haz para ti lo que tu mano halle posible,+ porque el Dios [verdadero] está contigo.+ 8 Y tienes que bajar antes que yo a Guilgal;+ y, ¡mira!, voy a descender a donde ti para ofrecer sacrificios quemados, para ofrecer sacrificios de comunión.+ Siete+ días debes quedarte esperando hasta que yo venga a ti, y ciertamente te daré a conocer lo que debes hacer”.
9 Y sucedió que tan pronto como él volvió el hombro para irse de Samuel, Dios empezó a mudarle el corazón en otro;+ y todas estas señales+ procedieron a realizarse en aquel día. 10 De modo que fueron desde allí a la colina, y sucedió que hubo un grupo de profetas que salía a su encuentro; en seguida el espíritu de Dios entró en operación sobre él,+ y él se puso a hablar como profeta+ en medio de ellos. 11 Y aconteció que, cuando todos los que lo conocían de antes lo veían, ¡mire!, era con profetas con quienes profetizaba. Por lo tanto la gente se decía uno a otro: “¿Qué es esto que le ha pasado al hijo de Quis? ¿También está Saúl entre los profetas?”.+ 12 Entonces un hombre de allí contestó y dijo: “¿Pero quién es el padre de ellos?”. Por eso ha llegado a ser un dicho proverbial:+ “¿También está Saúl entre los profetas?”.
13 Por fin acabó de hablar como profeta y llegó al lugar alto. 14 Más tarde, el hermano del padre de Saúl les dijo a él y a su servidor: “¿Adónde fueron?”. A lo cual él dijo: “A buscar las asnas,+ y seguimos andando para ver, pero no estaban [allí]. De modo que llegamos a Samuel”. 15 A esto el tío de Saúl dijo: “Infórmame, sí, por favor: ¿Qué les dijo Samuel?”. 16 A su vez, Saúl dijo a su tío: “Nos declaró inequívocamente que las asnas habían sido halladas”. Y del asunto de la gobernación real acerca del cual Samuel había hablado, no le informó.+
17 Y Samuel procedió a convocar el pueblo a Jehová en Mizpá+ 18 y a decir a los hijos de Israel: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel:+ ‘Yo fui quien hizo subir a Israel de Egipto y quien los fue librando de la mano de Egipto+ y de la mano de todos los reinos que los oprimían.+ 19 Pero ustedes... hoy ustedes han rechazado a su Dios+ que fue salvador para ustedes de todos sus males y sus angustias, y ustedes pasaron a decir: “No, sino* que un rey es lo que debes poner sobre nosotros”. Y ahora tomen su puesto delante de Jehová por sus tribus+ y por sus millares’”.*
20 Por consiguiente, Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel,+ y la tribu de Benjamín salió escogida.+ 21 Entonces hizo que se acercara la tribu de Benjamín por sus familias, y la familia de los matritas salió escogida.*+ Por fin Saúl hijo de Quis salió escogido.+ Y se pusieron a buscarlo, y no podían hallarlo. 22 Por lo tanto inquirieron+ nuevamente de Jehová: “¿Ya ha venido aquí el hombre?”. A esto Jehová dijo: “Aquí está, escondido+ entre el equipaje”. 23 De modo que fueron corriendo y lo tomaron de allí. Cuando él tomó su puesto en medio del pueblo, era más alto, de los hombros arriba, que toda la demás gente.+ 24 Entonces Samuel dijo a todo el pueblo: “¿Han visto al que Jehová ha escogido,+ que no hay ninguno como él entre todo el pueblo?”. Y todo el pueblo se puso a gritar y a decir: “¡Viva el rey!”.+
25 Tras eso, Samuel habló al pueblo acerca del derecho que correspondía a la gobernación real,+ y lo escribió en un libro y lo depositó delante de Jehová. Entonces Samuel envió a todo el pueblo, cada uno a su casa. 26 En cuanto a Saúl mismo, se fue a su casa en Guibeah,+ y los hombres valientes cuyo corazón Dios había tocado procedieron a ir con él.+ 27 En cuanto a los hombres que no servían para nada,+ ellos dijeron: “¿Cómo nos salvará este?”.+ Por consiguiente, lo despreciaron,+ y no le trajeron ningún regalo.+ Pero él continuó como uno que ha quedado mudo.*+
11 Y Nahás el ammonita+ procedió a subir y a acampar contra Jabés+ en Galaad.* Por lo cual todos los hombres de Jabés dijeron a Nahás: “Celebra un pacto con nosotros para que te sirvamos”.+ 2 Entonces les dijo Nahás el ammonita: “Con esta condición lo celebraré con ustedes, con la condición de perforar y sacarles+ todo ojo derecho, y tengo que poner eso como oprobio a todo Israel”.+ 3 A su vez, los ancianos de Jabés le dijeron: “Danos un plazo de siete días, y ciertamente enviaremos mensajeros a todo el territorio de Israel y, si no hay salvador+ de nosotros, entonces tendremos que salir a donde ti”. 4 Con el tiempo los mensajeros llegaron a Guibeah+ de Saúl y hablaron las palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo empezó a levantar la voz y llorar.+
5 Pero aquí viene Saúl del campo, detrás de la vacada, y Saúl procedió a decir: “¿Qué le pasa al pueblo, para que esté llorando?”. Y se pusieron a contarle las palabras de los hombres de Jabés. 6 Y el espíritu+ de Dios* entró en operación sobre Saúl cuando él oyó estas palabras, y se le enardeció mucho la cólera.+ 7 De modo que tomó un par de toros y los cortó en pedazos y los envió por todo el territorio de Israel+ por la mano de los mensajeros, diciendo: “¡A cualquiera de nosotros que no salga como seguidor de Saúl y de Samuel, así se le hará a su ganado vacuno!”.+ Y el pavor+ de Jehová+ empezó a caer sobre el pueblo, de modo que salieron como un solo hombre.+ 8 Entonces él tomó la cuenta+ de ellos en Bézeq, y los hijos de Israel ascendieron a trescientos mil, y los hombres de Judá a treinta mil. 9 Ahora dijeron* a los mensajeros que habían venido: “Esto es lo que dirán a los hombres de Jabés en Galaad: ‘Mañana se efectuará la salvación para ustedes, cuando caliente el sol’”.+ Con eso los mensajeros vinieron y se lo refirieron a los hombres de Jabés, y ellos se entregaron al regocijo. 10 Por consiguiente, los hombres de Jabés dijeron: “Mañana saldremos a ustedes, y tendrán que hacer con nosotros de acuerdo con todo lo que sea bueno a sus ojos”.+
11 Y al día siguiente aconteció que Saúl+ procedió a poner al pueblo en tres partidas;+ y lograron entrar en medio del campamento durante la vigilia matutina,*+ y fueron derribando a los ammonitas*+ hasta que se puso caliente el día. Cuando resultó que hubo algunos que quedaron, entonces los esparcieron, y no quedaron dos juntos de entre ellos.+ 12 Y el pueblo empezó a decir a Samuel: “¿Quién es el que decía: ‘Saúl... ¿ha de ser rey* sobre nosotros?’.+ Den acá a los hombres, para que les demos muerte”.+ 13 Sin embargo, Saúl* dijo: “Ni un solo hombre debe ser muerto en este día,+ porque hoy Jehová ha ejecutado salvación en Israel”.+
14 Más tarde Samuel dijo al pueblo: “Vengan y vamos a Guilgal+ para que constituyamos allí de nuevo la gobernación real”.+ 15 Así que todo el pueblo fue a Guilgal, y allí procedieron a hacer rey a Saúl* delante de Jehová en Guilgal. Entonces ofrecieron sacrificios de comunión allí delante de Jehová,+ y allí Saúl y todos los hombres de Israel continuaron regocijándose en gran manera.+
12 Por fin Samuel dijo a todo Israel: “Miren que he escuchado su voz respecto a todo lo que me han dicho,+ de que debiera hacer que un rey reinara sobre ustedes.+ 2 ¡Y ahora aquí está el rey andando delante de ustedes!+ En cuanto a mí, he envejecido+ y encanecido,+ y mis hijos, aquí están con ustedes,+ y yo... yo he andado delante de ustedes desde mi juventud hasta este día.+ 3 Aquí estoy. Contesten contra mí enfrente de Jehová y enfrente de su ungido:*+ ¿El toro de quién he tomado, o el asno de quién he tomado,+ o a quién he defraudado, o* a quién he aplastado, o de mano de quién he aceptado dinero con que se compra el silencio* para que cubriera mis ojos con él?*+ Y yo les haré la restitución a ustedes”.+ 4 A esto dijeron: “No nos has defraudado, ni nos has aplastado, ni has aceptado cosa alguna de la mano de siquiera uno”.+ 5 De modo que les dijo: “Jehová es testigo contra ustedes, y su ungido+ es testigo este día, de que no han hallado nada en mi mano”.+ A esto dijeron:* “Es testigo”.*
6 Y Samuel dijo además al pueblo: “Jehová [es testigo],* el que utilizó a Moisés y Aarón, y que hizo subir a los antepasados de ustedes de la tierra de Egipto.+ 7 Y ahora tomen su puesto, y ciertamente los juzgaré delante de Jehová [y les relataré]* todos los actos justos+ de Jehová que ha hecho con ustedes y con sus antepasados.
8 ”En cuanto Jacob* hubo entrado en Egipto*+ y los antepasados de ustedes empezaron a clamar a Jehová por socorro,+ Jehová procedió a enviar a Moisés+ y Aarón, para que sacaran a los antepasados de ustedes de Egipto y los hicieran* morar en este lugar.+ 9 Y estos fueron olvidándose de Jehová su Dios,+ de modo que él los vendió+ en mano de Sísara+ el jefe* del ejército de Hazor, y en mano de los filisteos,+ y en mano del rey de Moab,+ y ellos siguieron peleando contra ellos. 10 Y ellos empezaron a clamar a Jehová por socorro+ y a decir: ‘Hemos pecado,+ porque hemos dejado a Jehová para servir a los Baales+ y a las imágenes de Astoret;+ y ahora líbranos+ de la mano de nuestros enemigos, para que te sirvamos’. 11 Y Jehová procedió a enviar a Jerubaal+ y a Bedán* y a Jefté+ y a Samuel,*+ y a librarlos de la mano de sus enemigos todo en derredor, para que ustedes moraran en seguridad.+ 12 Cuando ustedes vieron que Nahás+ el rey de los hijos de Ammón había venido contra ustedes, siguieron diciéndome: ‘¡No, sino que un rey es lo que debe reinar sobre nosotros!’,+ en tanto que todo aquel tiempo Jehová el Dios de ustedes era su Rey.+ 13 Y ahora aquí está el rey que ustedes han escogido, a quien pidieron;+ y sucede que Jehová ha puesto sobre ustedes un rey.+ 14 Si ustedes temen a Jehová+ y realmente le sirven+ y obedecen su voz,+ y no se rebelan+ contra la orden de Jehová, tanto ustedes como el rey que tiene que reinar sobre ustedes ciertamente resultarán ser seguidores de Jehová su Dios. 15 Pero si no obedecen la voz de Jehová+ y realmente se rebelan contra la orden de Jehová,+ la mano de Jehová ciertamente resultará estar contra ustedes y sus padres.*+ 16 Ahora, también, tomen su puesto y vean esta cosa grande que Jehová está haciendo ante los ojos de ustedes. 17 ¿No es hoy la siega+ del trigo? Yo invocaré+ a Jehová para que dé truenos* y lluvia;+ entonces sepan y vean que es abundante su mal+ que han hecho a los ojos de Jehová pidiendo para ustedes un rey”.
18 A continuación Samuel clamó a Jehová,+ y Jehová procedió a dar truenos y lluvia en aquel día,+ de modo que todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel. 19 Y todo el pueblo empezó a decir a Samuel: “Ora+ a favor de tus siervos a Jehová tu Dios, puesto que no queremos morir; porque a todos nuestros pecados hemos añadido un mal al pedir para nosotros un rey”.
20 Así que Samuel dijo al pueblo: “No tengan miedo.+ Ustedes... ustedes han hecho todo este mal. Solo que no se desvíen de seguir a Jehová,+ y tienen que servir a Jehová con todo su corazón.+ 21 Y no deben desviarse para seguir las cosas irreales+ que no son de ningún provecho+ y que no libran, porque son irrealidades. 22 Porque Jehová no abandonará+ a su pueblo, por causa de su gran nombre,+ porque Jehová ha tomado a su cargo hacerlos pueblo suyo.+ 23 En cuanto a mí también, es inconcebible, por mi parte, pecar contra Jehová cesando de orar a favor de ustedes;+ y tengo que instruirles+ en el camino bueno+ y recto. 24 Solo que teman+ a Jehová, y tienen que servirle en verdad con todo su corazón;+ pues vean cuán grandes cosas ha hecho por ustedes.+ 25 Pero si descaradamente hacen lo que es malo, serán barridos,+ así ustedes como su rey”.+
13 Saúl tenía [?]* años de edad cuando empezó a reinar,+ y por dos años reinó sobre Israel. 2 Y Saúl procedió a escogerse tres mil hombres de Israel; y dos mil llegaron a estar con Saúl en Micmash+ y en la región montañosa de Betel, y mil se hallaban con Jonatán+ en Guibeah+ de Benjamín, y a los demás del pueblo los envió, cada uno a su tienda.* 3 Entonces Jonatán derribó la guarnición+ de los filisteos+ que había en Gueba;*+ y los filisteos llegaron a oírlo. En cuanto a Saúl, hizo tocar el cuerno+ por todo el país, diciendo: “¡Oigan los hebreos!”. 4 Y todo Israel mismo oyó decir: “Saúl ha derribado una guarnición de los filisteos, y ahora Israel se ha hecho hediondo+ entre los filisteos”. De modo que el pueblo fue convocado para seguir a Saúl a Guilgal.+
5 Y los filisteos, por su parte, se juntaron para pelear contra Israel, treinta* mil carros de guerra+ y seis mil hombres de a caballo y gente como los granos de arena que están a la orilla del mar por multitud;+ y fueron subiendo y empezaron a acampar en Micmash al este de Bet-aven.+ 6 Y los hombres de Israel mismos vieron que estaban en grave aprieto,+ pues el pueblo se hallaba en severa estrechez; y la gente fue escondiéndose en las cuevas+ y en los huecos y en los peñascos y en las bóvedas* y en las cisternas. 7 Hubo hebreos que hasta cruzaron el Jordán+ a la tierra de Gad+ y Galaad. Pero Saúl mismo estaba todavía en Guilgal, y todo el pueblo iba temblando al seguirlo.+ 8 Y él continuó esperando siete días hasta el tiempo señalado que Samuel [había dicho];*+ y Samuel no vino a Guilgal, y la gente iba esparciéndose de él. 9 Por fin dijo Saúl: “Acérquenme el sacrificio quemado y los sacrificios de comunión”. Con eso, se puso a ofrecer el sacrificio quemado.+
10 Y aconteció que tan pronto como hubo acabado de ofrecer el sacrificio quemado, pues, allí estaba Samuel que venía entrando. De modo que Saúl salió a su encuentro, y para bendecirlo.+ 11 Entonces dijo Samuel: “¿Qué has hecho?”.+ A esto dijo Saúl: “Vi que la gente había sido dispersada de mí,+ y tú... tú no venías dentro de los días señalados,+ y los filisteos estaban juntándose en Micmash,+ 12 de modo que me dije:*+ ‘Ahora los filisteos bajarán contra mí en Guilgal, y no he ablandado el rostro de Jehová’. De modo que me obligué+ y me puse a ofrecer el sacrificio quemado”.
13 En esto Samuel dijo a Saúl: “Has obrado tontamente.+ No has guardado el mandamiento+ de Jehová tu Dios que él te mandó,+ porque, si lo hubieras guardado, Jehová hubiera hecho firme tu reino sobre Israel hasta tiempo indefinido. 14 Y ahora tu reino no durará.+ Jehová ciertamente se hallará* un hombre agradable a su corazón;+ y Jehová lo comisionará como caudillo+ sobre su pueblo, porque tú no guardaste lo que Jehová te mandó”.+
15 Entonces Samuel se levantó y se fue subiendo de Guilgal* a Guibeah de Benjamín, y Saúl procedió a tomar la cuenta de la gente, los que todavía se hallaban con él, unos seiscientos hombres.+ 16 Y Saúl y Jonatán su hijo y la gente que todavía se hallaba con ellos estaban morando en Gueba+ de Benjamín. En cuanto a los filisteos, ellos habían acampado en Micmash.+ 17 Y la tropa de pilladores salía del campamento de los filisteos en tres partidas.+ La primera partida se dirigía por el camino de Ofrá,+ hacia la tierra de Sual, 18 y la otra partida se dirigía por el camino de Bet-horón,+ y la tercera partida se dirigía por el camino del límite que mira hacia el valle de Zeboím,* hacia el desierto.
19 Ahora bien, no se hallaba un herrero en toda la tierra de Israel, porque los filisteos habían dicho: “Para que los hebreos no hagan una espada ni una lanza”.+ 20 Y todos los israelitas bajaban a los filisteos para conseguir cada uno que le afilaran* su reja de arado o su zapapico o su hacha o su hoz.+ 21 Y el precio por afilar resultaba ser un pim* por las rejas de arado y por los zapapicos y por los instrumentos de tres dientes y por las hachas y por poner firme la aguijada.+ 22 Y en el día de batalla sucedió que no se hallaba una espada+ ni una lanza en la mano de ninguna de la gente que estaba con Saúl y Jonatán; pero pudo hallarse una que pertenecía a Saúl+ y a Jonatán su hijo.
23 Ahora bien, una avanzada+ de los filisteos salía a la garganta de Micmash.+
14 Y cierto día aconteció que Jonatán+ hijo de Saúl procedió a decir al servidor que llevaba sus armas: “Ven, sí, y crucemos a la avanzada de los filisteos que está allá al otro lado”. Pero no lo informó a su padre.+ 2 Y Saúl estaba morando en las afueras de Guibeah,+ debajo del granado que hay en Migrón; y la gente que estaba con él eran unos seiscientos hombres.+ 3 (Y Ahíya hijo de Ahitub,+ hermano de Icabod,+ hijo de Finehás,+ hijo de Elí,+ el sacerdote de Jehová en Siló,+ llevaba el efod.)+ Y la gente misma no sabía que Jonatán se había ido. 4 Ahora bien, entre los desfiladeros que Jonatán buscaba por donde cruzar contra la avanzada+ de los filisteos había un peñasco dentado* aquí por este lado y un peñasco dentado allá por aquel lado, y el nombre del uno era Bozez y el nombre del otro era Sené. 5 Un diente era una columna* situada al norte frente a Micmash,+ y el otro estaba al sur, frente a Gueba.+
6 De modo que Jonatán* dijo al servidor, su escudero: “Ven, sí, y pasemos a la avanzada de estos incircuncisos.+ Quizás Jehová obre por nosotros, porque para Jehová no hay estorbo en salvar por muchos o por pocos”.+ 7 Ante esto, le dijo su escudero: “Haz lo que esté en tu corazón. Dirígete por donde desees. Aquí estoy yo contigo, acorde con tu corazón”.+ 8 Entonces dijo Jonatán: “Aquí vamos a cruzar hacia los hombres, y vamos a exponernos a ellos. 9 Si nos dicen así: ‘¡Deténganse hasta que lleguemos donde están ustedes!’, entonces tendremos que quedarnos parados donde estemos, y no debemos subir a ellos. 10 Pero si nos dicen así: ‘¡Suban contra nosotros!’, entonces tenemos que subir, porque Jehová ciertamente los dará en nuestra mano, y esto es para nosotros la señal”.+
11 Con eso, los dos se expusieron a la avanzada de los filisteos. Y los filisteos procedieron a decir: “Aquí vienen los hebreos saliendo de los agujeros donde se han escondido”.+ 12 De modo que los hombres de la avanzada respondieron a Jonatán y a su escudero y dijeron: “¡Suban a nosotros, y les haremos saber una cosa!”.+ Al instante Jonatán dijo a su escudero: “Sube detrás de mí, porque Jehová ciertamente los dará en la mano de Israel”.+ 13 Y Jonatán siguió subiendo sobre las manos+ y los pies, y su escudero detrás de él; y empezaron a caer delante de Jonatán,+ y su escudero estaba dándoles muerte detrás de él.+ 14 Y la primera matanza con que Jonatán y su escudero los derribaron ascendió a unos veinte hombres en el espacio de como la mitad de una yugada de tierra en un campo.*
15 Entonces ocurrió un temblor+ en el campamento del campo y entre toda la gente de la avanzada; y la tropa de pilladores+ tembló, aun ellos, y la tierra empezó a estremecerse,+ y aquello se desarrolló en un temblor procedente de Dios.+ 16 Y los vigías que pertenecían a Saúl en Guibeah+ de Benjamín llegaron a verlo, y, ¡mire!, la ruidosa agitación oscilaba de acá para allá.*+
17 Y Saúl procedió a decir a la gente que estaba con él: “Tomen la cuenta, por favor, y vean quién ha salido de entre nosotros”. Cuando tomaron la cuenta, pues, ¡mire!, Jonatán y su escudero no estaban allí. 18 Saúl ahora dijo a Ahíya:+ “¡Anda, acerca el arca del Dios [verdadero]!”.+ (Porque el arca del Dios [verdadero] se hallaba en aquel día con los hijos de Israel.)*+ 19 Y aconteció que mientras Saúl estaba hablando al sacerdote,+ la ruidosa agitación que había en el campamento de los filisteos siguió, haciéndose cada vez mayor. Entonces Saúl dijo al sacerdote: “Retira la mano”. 20 Así a Saúl y a toda la gente que estaba con él se les llamó afuera.+ De modo que llegaron hasta la batalla, y allí la espada de cada uno había llegado a estar contra su semejante;+ la desbandada fue muy grande. 21 Y los hebreos que habían llegado a pertenecer a los filisteos,+ como anteriormente, y que habían subido con ellos al campamento en derredor, aun ellos también estuvieron a favor de demostrarse de parte de Israel que estaba con Saúl y Jonatán.* 22 También todos los hombres de Israel que estaban escondidos+ en la región montañosa de Efraín oyeron que los filisteos habían huido, y ellos también fueron siguiéndolos de cerca a la batalla. 23 Y Jehová procedió en aquel día a salvar+ a Israel, y la batalla misma pasó a Bet-aven.*+
24 Y los hombres mismos de Israel se hallaban en severa estrechez* en aquel día, y no obstante Saúl puso al pueblo bajo el compromiso de un juramento,*+ diciendo: “¡Maldito es el hombre que coma pan antes del atardecer y hasta que me haya vengado+ de mis enemigos!”. Y ninguno del pueblo probó pan.+
25 Y todos los del país entraron en el bosque, cuando había miel+ sobre toda la superficie del campo. 26 Cuando el pueblo entró en el bosque, pues, ¡mire!, había un goteo de miel,+ pero no hubo quien se llevara la mano a la boca, porque el pueblo tenía miedo del juramento.+ 27 En cuanto a Jonatán, él no había estado escuchando cuando su padre puso al pueblo bajo juramento,+ de modo que extendió la punta de la vara que estaba en su mano y la metió en el panal de miel y retrajo su mano a la boca, y sus ojos empezaron a brillar.+ 28 En esto, uno del pueblo respondió y dijo: “Tu padre juramentó solemnemente al pueblo, diciendo: ‘¡Maldito es el hombre que coma pan hoy!’”.+ (Y la gente empezaba a cansarse.)+ 29 Sin embargo, Jonatán dijo: “Mi padre ha acarreado extrañamiento+ al país. Vean, por favor, cómo han brillado mis ojos porque probé este poquito de miel.+ 30 ¡Cuánto más si el pueblo sólo hubiera comido+ hoy del despojo de sus enemigos que halló!+ Pues ahora la matanza sobre los filisteos no ha sido grande”.+
31 Y en aquel día siguieron derribando a los filisteos desde Micmash+ hasta Ayalón,+ y el pueblo llegó a estar muy cansado.+ 32 Y el pueblo empezó a lanzarse vorazmente al despojo+ y a tomar ovejas y ganado vacuno y becerros y a degollarlos en la tierra, y el pueblo se entregó a comer junto con la sangre.+ 33 Así que lo informaron a Saúl, diciendo: “¡Mira! El pueblo está pecando contra Jehová, comiendo junto con la sangre”.+ A lo cual él dijo: “Ustedes han obrado traidoramente. En primer lugar, ruédenme una piedra grande”. 34 Después de eso Saúl dijo: “Espárzanse entre la gente, y tienen que decirles: ‘Acérquenme, cada uno de ustedes, su toro y, cada cual, su oveja, y en este lugar tienen que degollar y comer, y no deben pecar contra Jehová comiendo junto con la sangre’”.+ En conformidad, toda la gente acercó cada uno su toro que estaba en su mano aquella noche y efectuaron la degollación allí. 35 Y Saúl procedió a edificar un altar+ a Jehová. Con este él comenzó la edificación de altares a Jehová.+
36 Más tarde Saúl dijo: “Bajemos de noche tras los filisteos y saqueémoslos hasta que raye el alba,+ y no dejemos ni uno solo entre ellos”.+ A lo cual ellos dijeron: “Cualquier cosa que sea buena a tus ojos, hazla”. Entonces dijo el sacerdote: “Acerquémonos aquí al Dios [verdadero]”.+ 37 Y Saúl se puso a inquirir de Dios: “¿Bajo tras los filisteos?+ ¿Los darás en mano de Israel?”.+ Y él no le contestó aquel día.+ 38 De modo que Saúl dijo: “Acérquense acá,+ todos los hombres clave* del pueblo,+ y averigüen y vean de qué manera ha venido a haber este pecado hoy. 39 Pues tan ciertamente como que está vivo Jehová, que es el Libertador de Israel, aunque sea en Jonatán mi hijo, sin embargo positivamente morirá”.+ Pero no hubo nadie entre todo el pueblo que le respondiera. 40 Y pasó a decir a todo Israel: “Ustedes mismos llegarán a estar de un lado, y yo y Jonatán mi hijo... nosotros ciertamente llegaremos a estar del otro lado”. Ante esto, el pueblo dijo a Saúl: “Lo que sea bueno a tus ojos, hazlo”.+
41 Y Saúl procedió a decir a Jehová: “¡Oh Dios de Israel,* de veras da Tumim!”.+ Entonces fueron tomados Jonatán y Saúl, y el pueblo mismo salió [libre].+ 42 Saúl ahora dijo: “Echen suertes+ para decidir entre yo y mi hijo Jonatán”. Y Jonatán llegó a ser tomado. 43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: “Infórmame: ¿Qué has hecho?”.+ De manera que Jonatán le informó y dijo: “De veras gusté un poco de miel con la punta de mi vara que está en mi mano.+ ¡Aquí estoy! ¡Que muera!”.
44 A lo cual dijo Saúl: “Así haga Dios y así añada a ello,+ si positivamente no mueres,+ Jonatán”. 45 Pero el pueblo dijo a Saúl: “¿Ha de morir Jonatán, que ha ejecutado esta gran salvación+ en Israel? ¡Es inconcebible!+ Tan ciertamente como que Jehová vive,+ ni siquiera un cabello+ de su cabeza caerá en tierra; porque fue con Dios con quien él trabajó este día”.+ Con eso, el pueblo redimió+ a Jonatán, y él no murió.
46 De modo que Saúl se retiró de seguir a los filisteos, y los filisteos mismos se fueron a su lugar.+
47 Y Saúl mismo tomó la gobernación real sobre Israel+ y se puso a guerrear alrededor contra todos sus enemigos, contra Moab+ y contra los hijos de Ammón+ y contra Edom+ y contra los reyes de Zobá+ y contra los filisteos;+ y adondequiera que se volvía administraba condenación.*+ 48 Y siguió actuando valientemente+ y procedió a derribar a Amaleq+ y a librar a Israel de la mano de su pillador.
49 Y los hijos de Saúl llegaron a ser Jonatán+ e Isví y Malki-súa,+ y, en cuanto a los nombres de sus dos hijas, el nombre de la que nació primero fue Merab+ y el nombre de la menor Mical.+ 50 Y el nombre de la esposa de Saúl era Ahinoam hija de Ahimáaz, y el nombre del jefe de su ejército era Abner+ hijo de Ner, tío* de Saúl. 51 Y Quis+ era el padre de Saúl, y Ner+ el padre de Abner era hijo* de Abiel.*
52 Y el guerrear continuó con intensidad contra los filisteos todos los días de Saúl.+ Cuando Saúl veía a algún hombre poderoso o a alguna persona valiente, los recogía a sí.+
15 Entonces Samuel dijo a Saúl: “Jehová me envió para ungirte+ por rey sobre su pueblo Israel, y ahora escucha la voz de las palabras de Jehová.+ 2 Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos:+ ‘Tengo que llamar a cuentas+ lo que Amaleq hizo a Israel cuando se puso contra él en el camino, al venir subiendo de Egipto.+ 3 Ahora ve, y tienes que derribar a Amaleq+ y darlo por entero a la destrucción+ con todo cuanto tiene, y no debes tenerle compasión, y tienes que darles muerte,+ tanto a hombre como a mujer, a niño como a lactante,+ a toro como a oveja, a camello como a asno’”.+ 4 Por consiguiente, Saúl convocó al pueblo y tomó la cuenta de ellos en Telaim,+ doscientos mil hombres de a pie y diez mil hombres de Judá.+
5 Y Saúl procedió a llegar hasta la ciudad de Amaleq y a emboscarse junto al valle torrencial. 6 Mientras tanto, Saúl dijo a los quenitas:+ “Anden, váyanse,+ bajen de en medio de los amalequitas, para que no te barra* con ellos. En cuanto a ti, tú ejerciste bondad amorosa* para con todos los hijos de Israel+ al tiempo que subían de Egipto”.+ De modo que los quenitas se fueron de en medio de Amaleq. 7 Después de eso Saúl se puso a derribar a Amaleq+ desde Havilá+ hasta Sur,+ que está enfrente de Egipto. 8 Y logró tomar vivo a Agag+ el rey de Amaleq, y a toda la otra gente la dio por entero a la destrucción a filo de espada.+ 9 Pero Saúl y el pueblo les tuvieron compasión a Agag y a lo mejor del rebaño y de la vacada+ y a los gordos* y a los carneros y a todo lo que era bueno, y no deseaban darlos por entero a la destrucción.+ En cuanto a todos los bienes que eran ruines y rechazados, los dieron por entero a la destrucción.
10 La palabra de Jehová ahora vino a* Samuel, diciendo: 11 “De veras me pesa+ haber hecho que Saúl reinara como rey, porque se ha vuelto+ de seguirme, y mis palabras no ha llevado a cabo”.+ Y esto le causó angustia a Samuel,*+ y él siguió clamando a Jehová toda la noche.+ 12 Entonces Samuel madrugó para ir al encuentro de Saúl por la mañana. Pero se dio informe a Samuel, diciendo: “Saúl vino a Carmelo,+ y, ¡mira!, estaba erigiéndose un monumento,+ y entonces dio la vuelta y cruzó y descendió a Guilgal”. 13 Por fin llegó Samuel a Saúl, y Saúl empezó a decirle: “Bendito+ eres tú de Jehová. He llevado a cabo la palabra de Jehová”.+ 14 Pero Samuel dijo: “Entonces, ¿qué significa este sonido del rebaño en mis oídos, y el sonido de la vacada que estoy oyendo?”.+ 15 A lo cual dijo Saúl: “De los amalequitas los han traído, porque el pueblo+ le tuvo compasión a lo mejor del rebaño y de la vacada, con el propósito de hacer sacrificios a Jehová tu Dios;+ pero lo que quedó lo hemos dado por entero a la destrucción”. 16 Ante esto, Samuel dijo a Saúl: “¡Deténte! Y yo ciertamente te informaré lo que Jehová me habló anoche”.+ De modo que él* le dijo: “¡Habla!”.
17 Y Samuel pasó a decir: “¿No fue cuando eras pequeño a tus propios ojos+ cuando fuiste cabeza de las tribus de Israel, y Jehová procedió a ungirte+ por rey sobre Israel? 18 Más tarde Jehová te envió en una misión y dijo: ‘Ve, y tienes que dar por entero a la destrucción a los pecadores,+ los amalequitas,* y tienes que pelear contra ellos hasta que los hayas exterminado’.+ 19 ¿A qué se debe, pues, que no obedeciste la voz de Jehová, sino que fuiste lanzándote vorazmente al despojo+ y haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová?”.+
20 Sin embargo, Saúl dijo a Samuel: “Pero he obedecido+ la voz de Jehová, por cuanto fui a la misión a que me había enviado Jehová y traje a Agag+ el rey de Amaleq, pero a Amaleq lo he dado por entero a la destrucción.+ 21 Y el pueblo+ se puso a tomar del despojo ovejas y ganado vacuno, lo más selecto de ellos como algo dado por entero a la destrucción, para sacrificarlo+ a Jehová tu Dios en Guilgal”.+
22 A su vez Samuel dijo: “¿Se deleita tanto Jehová en ofrendas quemadas+ y sacrificios como en que se obedezca la voz de Jehová? ¡Mira! El obedecer+ es mejor que un sacrificio,+ el prestar atención que la grasa+ de carneros; 23 porque la rebeldía+ es lo mismo que el pecado de adivinación,+ y el adelantarse presuntuosamente* lo mismo que [usar] poder mágico y terafim.*+ Puesto que tú has rechazado la palabra de Jehová,+ él,* en conformidad con ello, te rechaza de ser rey”.*+
24 Entonces Saúl dijo a Samuel: “He pecado;+ pues he traspasado la orden de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo+ y por eso obedecí su voz. 25 Y ahora, por favor, perdona+ mi pecado y vuelve conmigo para que me postre+ ante* Jehová”. 26 Pero Samuel dijo a Saúl: “No volveré contigo, porque has rechazado la palabra de Jehová, y Jehová te rechaza para que no continúes como rey sobre Israel”.+ 27 Al volverse Samuel para irse, él se agarró al instante de la falda de su vestidura sin mangas, pero esta se rasgó.+ 28 En seguida le dijo Samuel: “Jehová ha arrancado+ hoy de ti el regir real de Israel, y ciertamente se lo dará a un semejante tuyo que sea mejor que tú.+ 29 Y, además, la Excelencia* de Israel+ no resultará falso,+ y no sentirá pesar, pues Él no es hombre terrestre* para que sienta pesar”.+
30 Ante esto, él* dijo: “He pecado. Ahora hónrame,+ por favor, enfrente de los ancianos de mi pueblo y enfrente de Israel, y vuelve conmigo, y ciertamente me postraré ante Jehová tu Dios”.+ 31 De modo que Samuel volvió tras Saúl, y Saúl procedió a postrarse ante Jehová. 32 Tras aquello, Samuel dijo: “Acérquenme a Agag el rey de Amaleq”. Entonces Agag fue a él de mala gana,* y Agag empezó a decirse:* “Verdaderamente la amarga experiencia de la muerte se ha ido”. 33 Sin embargo, Samuel dijo: “Tal como tu espada+ ha privado de hijos a mujeres, de igual manera tu madre+ será privada en gran manera de hijos entre las mujeres”.+ Con eso, Samuel se puso a tajar en pedazos a Agag delante de Jehová en Guilgal.+
34 Samuel ahora procedió a irse a Ramá, y Saúl, por su parte, subió a su propia casa en Guibeah+ de Saúl. 35 Y Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el día de su muerte, porque Samuel se había puesto de duelo+ por Saúl. En cuanto a Jehová, le pesó haber hecho a Saúl rey sobre Israel.+
16 Con el tiempo Jehová dijo a Samuel: “¿Hasta cuándo estarás de duelo por Saúl,+ en tanto que yo, por otra parte, lo he rechazado para que no reine sobre Israel?+ Llena tu cuerno de aceite+ y anda. Te enviaré a Jesé+ el betlemita, porque entre sus hijos me he provisto un rey”.+ 2 Pero Samuel dijo: “¿Cómo puedo ir? Tan pronto como Saúl lo oiga, ciertamente me matará”.+ Y Jehová pasó a decir: “Debes llevar contigo* una ternera de la vacada, y tienes que decir: ‘Para ofrecer sacrificio a Jehová es para lo que he venido’.+ 3 Y tienes que llamar a Jesé al sacrificio; y yo, por mi parte, te daré a conocer lo que debes hacer,+ y tienes que ungirme+ al que yo te designe”.
4 Y Samuel procedió a hacer lo que Jehová había hablado. Cuando llegó a Belén,+ los ancianos de la ciudad se pusieron a temblar+ al encontrarlo, así que dijeron: “¿Significa paz tu venida?”.+ 5 A esto él dijo: “Significa paz. Para ofrecer sacrificio a Jehová es para lo que he venido. Santifíquense,+ y tienen que venir conmigo al sacrificio”. Entonces santificó a Jesé y a sus hijos, después de lo cual los llamó al sacrificio. 6 Y aconteció que, al entrar ellos y al alcanzar él a ver a Eliab,+ en seguida dijo: “De seguro su ungido* está delante de Jehová”. 7 Pero Jehová dijo a Samuel: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura,+ porque lo he rechazado. Porque no de la manera como el hombre ve [es como Dios ve],*+ porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos;*+ pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón”.*+ 8 Entonces Jesé llamó a Abinadab+ y lo hizo pasar delante de Samuel, pero él dijo: “Tampoco a este ha escogido Jehová”. 9 En seguida Jesé hizo pasar a Samah,+ pero él dijo: “Tampoco a este ha escogido Jehová”. 10 Así que Jesé hizo que siete de sus hijos pasaran ante Samuel; aun así, Samuel dijo a Jesé: “Jehová no ha escogido a estos”.
11 Por fin Samuel dijo a Jesé: “¿Son estos todos los muchachos?”. A lo que él dijo: “El más joven ha sido omitido hasta ahora,+ y, ¡mira!, está apacentando las ovejas”.+ Por lo cual Samuel dijo a Jesé: “Manda a traerlo, porque no nos sentaremos para la comida hasta que él venga acá”. 12 Por consiguiente, él envió y lo hizo venir. Ahora bien, era rubicundo,+ un joven de* hermosos ojos y gallarda apariencia. Entonces dijo Jehová: “¡Levántate, úngelo, porque este es!”.+ 13 Por lo tanto Samuel tomó el cuerno de aceite+ y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu de Jehová empezó a entrar en operación sobre David desde aquel día en adelante.+ Más tarde, Samuel se levantó y procedió a irse a Ramá.+
14 Y el mismísimo espíritu de Jehová se apartó+ de Saúl, y un espíritu malo+ de parte de Jehová lo aterrorizaba. 15 Y los siervos de Saúl empezaron a decirle: “Mira que el espíritu malo de Dios* te está aterrorizando. 16 Que nuestro señor, por favor, ordene a tus siervos delante de ti para que busquen a un hombre diestro+ que toque el arpa.+ Y tiene que suceder que, cuando llegue a estar sobre ti el espíritu malo de Dios, él tendrá que tocar con la mano, y ciertamente te irá bien”. 17 De modo que Saúl dijo a sus siervos: “Provéanme, por favor, un hombre que toque bien, y tienen que traérmelo”.+
18 Y uno de los servidores procedió a contestar y decir: “¡Mira! He visto que un hijo de Jesé el betlemita es diestro en tocar,+ y es un hombre valiente y poderoso+ y hombre de guerra+ y persona que habla con inteligencia+ y hombre bien formado,+ y Jehová está con él”.+ 19 Entonces envió Saúl mensajeros a Jesé y dijo: “Envíame a David tu hijo, que está con el rebaño”.+ 20 De modo que Jesé tomó un asno, pan y un odre+ de vino y un cabrito de las cabras y los envió a Saúl por mano de David su hijo.+ 21 Así David vino a donde Saúl y lo atendió;*+ y él llegó a amarlo mucho, y vino a ser su escudero.+ 22 En consecuencia, Saúl envió a decir a Jesé: “Deja que David, por favor, me siga atendiendo, porque ha hallado favor a mis ojos”. 23 Y sucedió que, cuando el espíritu de Dios llegaba a estar sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con la mano; y Saúl conseguía alivio y le iba bien, y el espíritu malo se apartaba de sobre él.+
17 Y los filisteos+ se pusieron a juntar sus campamentos para la guerra. Cuando se hubieron juntado en Socoh,+ que pertenece a Judá, entonces se pusieron a acampar entre Socoh y Azeqá,+ en Efes-damim.+ 2 En cuanto a Saúl y los hombres de Israel, ellos se juntaron y se pusieron a acampar en la llanura baja de Elah,+ y fueron poniéndose en orden de batalla para su encuentro con los filisteos. 3 Y los filisteos estaban de pie sobre la montaña de este lado, y los israelitas estaban de pie sobre la montaña de aquel lado, con el valle entre ellos.
4 Y empezó a salir de los campamentos de los filisteos un campeón, por nombre Goliat,+ de Gat,+ de una altura de seis codos y un palmo.*+ 5 Y había sobre su cabeza un yelmo de cobre, y llevaba puesta una cota de malla, de escamas superpuestas, y el peso de la cota de malla+ era de cinco mil siclos* de cobre. 6 Y había grebas de cobre más arriba de sus pies y una jabalina+ de cobre entre sus hombros. 7 Y el asta de madera de su lanza era como el enjulio de los obreros del telar,+ y la hoja de su lanza era de seiscientos siclos* de hierro; y el que llevaba el escudo grande venía marchando delante de él. 8 Entonces se detuvo y se puso a gritar a las líneas de batalla de Israel+ y a decirles: “¿Para qué salen a ponerse en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo y ustedes siervos+ que pertenecen a Saúl? Escójanse un hombre, y que baje él a mí. 9 Si él puede pelear conmigo y de veras me derriba, entonces tendremos que hacernos siervos de ustedes. Pero si yo mismo puedo más que él y de veras lo derribo, entonces ustedes tienen que hacerse siervos nuestros, y tendrán que servirnos”.+ 10 Y el filisteo siguió diciendo: “Yo mismo de veras desafío+ a las líneas de batalla de Israel este día. ¡Denme un hombre y peleémonos!”.+
11 Cuando Saúl+ y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, entonces se aterrorizaron y tuvieron muchísimo miedo.+
12* Ahora bien, David era hijo de aquel efrateo+ de Belén de Judá cuyo nombre era Jesé. Y este tenía ocho hijos.+ Y en los días de Saúl el hombre era ya viejo entre los hombres.* 13 Y los tres hijos mayores de Jesé procedieron a irse. Fueron tras Saúl a la guerra,+ y los nombres de sus tres hijos que fueron a la guerra eran Eliab+ el primogénito, y su segundo hijo Abinadab+ y el tercero Samah.+ 14 Y David era el más joven,+ y los tres mayores mismos se fueron tras Saúl.
15 Y David iba y volvía de Saúl para cuidar las ovejas+ de su padre en Belén. 16 Y el filisteo siguió presentándose temprano por la mañana y al atardecer y tomando su posición por cuarenta días.
17 Entonces Jesé dijo a David su hijo: “Lleva, por favor, a tus hermanos este efá* de grano tostado+ y estos diez panes, y cárgaselos pronto al campamento, a tus hermanos. 18 Y estas diez porciones de leche* se las debes llevar al jefe del millar;+ también, debes mirar por tus propios hermanos respecto de su bienestar,+ y una prenda debes tomar de ellos”. 19 Entretanto, Saúl y ellos y todos los demás hombres de Israel estaban en la llanura baja de Elah,+ peleando contra los filisteos.+
20 Por consiguiente, David se levantó muy de mañana y dejó las ovejas a cargo del guarda y, cargándose, se fue tal como le había mandado Jesé.+ Cuando llegó al cercado del campamento,+ las fuerzas militares estaban saliendo a la línea de batalla,+ y alzaron un grito para la batalla. 21 E Israel y los filisteos empezaron a disponerse en línea de batalla para hacer frente a la línea de batalla. 22 En seguida David dejó el bagaje+ de sobre sí al cuidado del guarda del bagaje+ y se fue corriendo a la línea de batalla. Cuando llegó, empezó a preguntar por el bienestar de sus hermanos.+
23 Mientras estaba hablando con ellos, pues, he aquí que el campeón, cuyo nombre era Goliat,+ el filisteo de Gat,+ venía subiendo de las líneas de batalla de los filisteos, y empezó a hablar las mismas palabras que antes,+ y David pudo oír. 24 En cuanto a todos los hombres de Israel, al ver al hombre, pues, se fueron huyendo a causa de él, y tenían muchísimo miedo.+ 25 Y los hombres de Israel empezaron a decir: “¿Han visto a este hombre que está subiendo? Pues es para desafiar con escarnio+ a Israel para lo que está subiendo. Y tiene que suceder que, al hombre que lo derribe, el rey lo enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su propia hija,+ y a la casa de su padre la libertará en Israel”.+
26 Y David empezó a decir a los hombres que estaban de pie cerca de él: “¿Qué se le hará al hombre que derribe a ese filisteo+ allá y realmente aparte el oprobio de sobre Israel?+ ¿Pues quién es este filisteo incircunciso+ para que tenga que desafiar con escarnio+ a las líneas de batalla del Dios vivo?”.*+ 27 Entonces la gente le dijo las mismas palabras que antes, diciendo: “Así se le hará al hombre que lo derribe”. 28 Y Eliab+ su hermano mayor llegó a oír cuando él hablaba con los hombres, y la cólera de Eliab se enardeció contra David,+ de modo que dijo: “¿Para qué has bajado? ¿Y a cargo de quién dejaste aquellas pocas ovejas allá atrás en el desierto?+ Yo mismo conozco bien tu presuntuosidad y la maldad de tu corazón,+ porque has bajado con el propósito de ver la batalla”.+ 29 A esto David dijo: “¿Qué he hecho yo ahora? ¿No era solo una palabra?”.+ 30 Con eso se volvió de su lado hacia algún otro y se puso a decir la misma palabra que antes,+ y, a su vez, la gente le dio la misma respuesta que anteriormente.+
31 Así que las palabras que David habló llegaron a ser oídas, y fueron refiriéndolas delante de Saúl. De modo que él lo mandó traer.* 32 Y David procedió a decir a Saúl: “No se desplome en él el corazón de hombre alguno.*+ Tu siervo mismo irá y realmente peleará con este filisteo”.+ 33 Pero Saúl dijo a David: “Tú no puedes ir contra este filisteo para pelear con él,+ porque solo eres un muchacho,+ y él es un hombre de guerra desde su mocedad”. 34 Y David pasó a decir a Saúl: “Tu siervo llegó a ser pastor de su padre entre el rebaño, y vino un león,*+ y también un oso, y [cada uno] se llevó una oveja del hato. 35 Y yo salí tras él y lo derribé+ y de su boca hice el rescate. Cuando empezó a levantarse contra mí, lo agarré de la barba y lo derribé y le di muerte. 36 Tanto al león como al oso tu siervo los derribó; y este filisteo+ incircunciso tiene que llegar a ser como uno de ellos, porque ha desafiado con escarnio+ a las líneas de batalla+ del Dios vivo”.*+ 37 Entonces añadió David:* “Jehová, que me libró de la garra* del león y de la garra del oso, él es quien me librará de la mano de este filisteo”.+ Ante esto, Saúl dijo a David: “Ve, y que Jehová mismo resulte estar contigo”.+
38 Saúl ahora se puso a vestir a David con las prendas de vestir suyas, y le puso un yelmo de cobre sobre la cabeza, después de lo cual lo vistió con una cota de malla. 39 Entonces David se ciñó la espada de aquel sobre sus prendas de vestir y trató de andar, [pero no pudo,] porque no las había ensayado sobre sí.* Por fin David dijo a Saúl: “No puedo ir en estas cosas, porque no las he ensayado sobre mí”. De modo que David se las quitó de encima.+ 40 Y procedió a tomar su cayado en la mano y a escogerse las cinco piedras más lisas del valle torrencial y a ponerlas en su bolsa de pastor que le servía de receptáculo, y llevaba en la mano su honda.+ Y empezó a acercarse al filisteo.
41 Y el filisteo empezó a venir, acercándose cada vez más a David, y el hombre que llevaba el escudo grande estaba delante de él. 42 Ahora bien, cuando el filisteo miró y vio a David, empezó a despreciarlo,+ porque resultaba que era un muchacho,+ y rubicundo,+ de hermosa apariencia.+ 43 De modo que el filisteo dijo a David: “¿Soy yo un perro,+ para que vengas a mí con cayados?”. Con eso, el filisteo invocó el mal contra David por sus dioses.*+ 44 Y el filisteo dijo además a David: “Nada más ven a mí, y ciertamente daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo”.+
45 A su vez, David dijo al filisteo: “Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina,+ pero yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos,+ el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado con escarnio.+ 46 Este día Jehová te entregará en mi mano,+ y yo ciertamente te derribaré y te quitaré la cabeza; y ciertamente daré los cadáveres del campamento de los filisteos* este día a las aves de los cielos y a las bestias salvajes de la tierra;+ y personas de toda la tierra* sabrán que existe un Dios que pertenece a Israel.*+ 47 Y toda esta congregación sabrá que ni con espada ni con lanza salva Jehová,+ porque a Jehová pertenece la batalla,+ y él tiene que darlos a ustedes en nuestra mano”.+
48 Y sucedió que el filisteo se levantó y siguió viniendo y acercándose al encuentro de David, y David empezó a apresurarse y a correr hacia la línea de batalla, al encuentro del filisteo.+ 49 Entonces David metió la mano en su bolsa y tomó de allí una piedra y la tiró con la honda, de modo que le dio+ al filisteo en la frente, y la piedra se le hundió en la frente,* y él fue cayendo sobre su rostro a tierra.+ 50 Así que David, con una honda y una piedra, resultó más fuerte que el filisteo, y derribó al filisteo y le dio muerte; y no había espada en la mano de David.+ 51 Y David continuó corriendo y logró plantarse sobre el filisteo. Entonces le tomó la espada+ y la sacó de su vaina y definitivamente le dio muerte cuando con ella le cortó la cabeza.+ Y los filisteos llegaron a ver que había muerto su poderoso, y echaron a huir.+
52 Ante esto, los hombres de Israel y de Judá se levantaron y prorrumpieron en gritos y fueron persiguiendo+ a los filisteos hasta [el] valle*+ y hasta las puertas de Eqrón,+ y los mortalmente heridos de los filisteos siguieron cayendo por el camino desde Saaraim,*+ tanto hasta Gat como hasta Eqrón. 53 Después los hijos de Israel volvieron de perseguir acaloradamente a los filisteos, y se pusieron a saquear+ sus campamentos.
54 Entonces David tomó la cabeza+ del filisteo y la trajo a Jerusalén, y puso las armas de él en su tienda.+
55* Ahora bien, al momento que Saúl vio a David salir al encuentro del filisteo, dijo a Abner+ el jefe del ejército: “¿De quién+ es hijo el muchacho,+ Abner?”. A lo que dijo Abner: “¡Por la vida de tu alma, oh rey, no lo sé en absoluto!”. 56 Así que dijo el rey: “Pregunta de quién es hijo el mozo”. 57 Por consiguiente, luego que David volvió de derribar al filisteo, Abner procedió a tomarlo y a traerlo delante de Saúl, con la cabeza+ del filisteo en la mano. 58 Saúl ahora le dijo: “¿De quién eres hijo, muchacho?”, a lo que dijo David: “El hijo de tu siervo Jesé+ el betlemita”.+
18 Y aconteció que, tan pronto como él hubo acabado de hablar a Saúl, la misma alma de Jonatán*+ se ligó+ con el alma de David, y Jonatán empezó a amarlo como a su propia alma.+ 2 Entonces Saúl lo tomó en aquel día, y no le permitió volver a la casa de su padre.+ 3 Y Jonatán y David procedieron a celebrar un pacto,+ porque él lo amaba como a su propia alma.+ 4 Además, Jonatán se despojó de su vestidura sin mangas que llevaba puesta y se la dio a David, y también sus prendas de vestir, y aun su espada y su arco y su cinto. 5 Y David empezó a salir. Adondequiera que lo enviaba Saúl, él actuaba prudentemente,+ de modo que Saúl lo colocó sobre los hombres de guerra;+ y esto pareció bueno a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.
6 Y aconteció que, al entrar ellos, cuando David volvió de derribar a los filisteos,* las mujeres empezaron a salir de todas las ciudades de Israel con canto+ y danzas al encuentro de Saúl el rey, con panderetas,+ con regocijo+ y con laúdes. 7 Y las mujeres que estaban participando en la celebración siguieron respondiendo y diciendo:
“Saúl ha derribado sus miles,
y David sus decenas de miles”.+
8 Y Saúl empezó a encolerizarse en gran manera,+ y este dicho fue malo desde su punto de vista,* de modo que dijo: “¡A David han dado decenas de miles, pero a mí me han dado los miles, y lo único que falta ya es darle la gobernación real!”.+ 9 Y Saúl estuvo mirando a David de continuo con sospecha desde aquel día en adelante.+
10 Y al día siguiente+ aconteció que el espíritu malo de Dios entró en operación sobre Saúl,+ de modo que él se portó como profeta+ dentro de la casa, mientras David estaba tocando música con la mano,+ como en días anteriores; y la lanza estaba en la mano de Saúl.+ 11 Y Saúl procedió a arrojar la lanza+ y decir: “¡Ciertamente clavaré a David aun a la pared!”,+ pero David se desvió de delante de él, dos veces.+ 12 Y a Saúl le dio miedo+ de David, porque Jehová resultaba estar con él,+ pero se había apartado de Saúl.+ 13 Por consiguiente, Saúl lo alejó de su compañía+ y lo nombró para sí jefe de mil; y con regularidad él salía y entraba delante del pueblo.+ 14 Y David estaba actuando prudentemente+ de continuo en todos sus caminos, y Jehová estaba con él.+ 15 Y Saúl siguió viendo que estaba actuando muy prudentemente,+ de modo que le temía. 16 Y todo Israel y Judá amaban a David, porque salía y entraba delante de ellos.
17 Por fin Saúl dijo a David: “Aquí está mi hija mayor Merab.+ Ella es la que te daré por esposa.+ Solo muéstrame que eres persona valiente y pelea las guerras* de Jehová”.+ Pero en cuanto a Saúl, él decía para sí: “No llegue a estar mi mano sobre él, sino que llegue a estar sobre él la mano de los filisteos”.+ 18 Ante esto, David dijo a Saúl: “¿Quién soy yo y quiénes son mis parientes, la familia de mi padre, en Israel, para que yo llegue a ser yerno del rey?”.+ 19 Sin embargo, aconteció que cuando era el tiempo en que Merab, la hija de Saúl, había de ser dada a David, ella misma ya había sido dada por esposa a Adriel+ el meholatita.+
20 Ahora bien, Mical,+ hija de Saúl, estaba enamorada de David, y se lo informaron a Saúl, y el asunto fue de su agrado.* 21 Así que Saúl dijo: “Se la daré para que ella le sirva de lazo,+ y para que la mano de los filisteos llegue a estar sobre él”. En conformidad, Saúl dijo a David: “Por [una de] las dos mujeres* formarás una alianza matrimonial conmigo hoy”. 22 Además, Saúl mandó a sus siervos: “Hablen a David en secreto, y digan: ‘¡Mira! El rey se ha deleitado en ti, y todos sus siervos mismos se han enamorado de ti. Así es que ahora forma una alianza matrimonial con el rey’”. 23 Y los siervos de Saúl se pusieron a hablar estas palabras a oídos de David, pero David dijo: “¿Es cosa fácil a los ojos de ustedes formar una alianza matrimonial con el rey, cuando yo soy un hombre de escasos recursos+ y estimado en poco?”.+ 24 Entonces los siervos de Saúl se lo informaron, y dijeron: “Con palabras como estas habló David”.
25 Por lo cual Saúl dijo: “Esto es lo que dirán a David: ‘El rey no se deleita en dinero matrimonial,+ sino en cien prepucios+ de los filisteos, para vengarse+ de los enemigos del rey’”. Pero en cuanto a Saúl, él había tramado hacer caer a David por la mano de los filisteos. 26 De modo que sus siervos informaron estas palabras a David, y el asunto fue del agrado de David,* para formar una alianza matrimonial+ con el rey, y los días no habían expirado aún. 27 Así que David se levantó, y él y sus hombres fueron y derribaron+ a doscientos* hombres entre los filisteos, y David vino trayendo sus prepucios+ y dándolos en pleno número al rey, para formar una alianza matrimonial con el rey. A su vez, Saúl le dio a Mical su hija por esposa.+ 28 Y Saúl llegó a ver y saber que Jehová estaba con David.+ En cuanto a Mical, hija de Saúl, ella lo amaba.*+ 29 Y Saúl volvió a sentir aún más miedo a causa de David, y Saúl llegó a ser enemigo de David siempre.+
30 Y los príncipes+ de los filisteos salían, y sucedía que, cuantas veces salían, David actuaba más prudentemente+ que todos los siervos de Saúl; y su nombre llegó a ser muy precioso.+
19 Por fin Saúl habló a Jonatán* su hijo, y a todos sus siervos, de dar muerte a David.+ 2 En cuanto a Jonatán, hijo de Saúl, él se deleitaba mucho en David.+ Así que Jonatán informó a David, y dijo: “Saúl mi padre está procurando que se te dé muerte. Y ahora manténte alerta, por favor, por la mañana, y tienes que morar en secreto y quedarte escondido.+ 3 Y yo, por mi parte, saldré y ciertamente estaré de pie al lado de mi padre en el campo donde estés tú, y yo mismo le hablaré a mi padre por ti, y ciertamente veré lo que suceda, y con certeza te informaré”.+
4 En conformidad, Jonatán habló bien+ acerca de David a Saúl su padre, y le dijo: “No peque+ el rey contra su siervo David, pues él no ha pecado para contigo, y sus obras han sido muy buenas para contigo.+ 5 Y procedió a poner su alma en la palma de su mano+ y a derribar al filisteo,+ de modo que Jehová ejecutó una gran salvación*+ para todo Israel. Tú lo viste, y te entregaste al regocijo. ¿Por qué, pues, debes pecar contra sangre inocente, haciendo que se dé muerte+ a David sin causa?”.+ 6 Entonces Saúl obedeció la voz de Jonatán, y Saúl juró: “Tan ciertamente como que Jehová vive,+ no se le dará muerte”. 7 Después Jonatán llamó a David, y Jonatán le refirió todas estas palabras. Entonces Jonatán trajo a David ante Saúl, y él continuó delante de él lo mismo que antes.+
8 Con el tiempo volvió a estallar la guerra, y David fue saliendo y peleando contra los filisteos y derribándolos con gran matanza,+ y ellos se pusieron a huir de delante de él.+
9 Y el espíritu malo+ de Jehová* vino a estar sobre Saúl cuando este estaba sentado en su casa con su lanza en la mano, mientras David estaba tocando música con la mano. 10 Por consiguiente, Saúl procuró clavar a David a la pared+ con la lanza, pero él se escabulló+ de delante de Saúl, de modo que él dio con la lanza en la pared. Y David mismo huyó para poder escapar durante aquella noche.+ 11 Más tarde Saúl envió mensajeros+ a la casa de David para vigilarla y para que se le diera muerte por la mañana;+ pero Mical su esposa informó a David, y dijo: “Si no dejas que tu alma escape esta noche, mañana serás hombre muerto”. 12 Al instante Mical hizo que David descendiera por la ventana, para que se fuera y huyera y escapara.+ 13 Entonces Mical tomó la imagen de terafim+ y la colocó sobre el lecho, y puso una red* de pelo de cabra en el lugar de su cabeza, después de lo cual la cubrió con una prenda de vestir.
14 Saúl ahora envió mensajeros para prender a David, pero ella dijo: “Está enfermo”.+ 15 De modo que Saúl envió los mensajeros para que vieran a David, y dijo: “Súbanmelo en su lecho para que se le dé muerte”.+ 16 Cuando los mensajeros entraron, pues, allí estaba la imagen de terafim en el lecho, y una red de pelo de cabra en el lugar de su cabeza. 17 Ante esto, Saúl dijo a Mical: “¿Por qué me embaucaste+ así, de modo que enviaste a mi enemigo+ para que escapara?”. A su vez, Mical dijo a Saúl: “Él mismo me dijo: ‘¡Envíame! ¿Por qué debo darte muerte?’”.*
18 En cuanto a David, huyó y logró escapar,+ y pudo llegar a Samuel en Ramá.+ Y procedió a referirle todo lo que le había hecho Saúl. Entonces él y Samuel se fueron, y se pusieron a morar en Nayot.+ 19 Con el tiempo llegó el informe a Saúl, diciendo: “¡Mira! David está en Nayot de Ramá”. 20 En seguida Saúl envió mensajeros para prender a David. Cuando llegaron a ver a los de edad madura* de los profetas profetizando, y a Samuel de pie en su posición sobre ellos, el espíritu+ de Dios vino a estar sobre los mensajeros de Saúl, y empezaron a portarse como profetas,+ ellos también.
21 Cuando refirieron esto a Saúl, este inmediatamente envió otros mensajeros, y estos empezaron a portarse como profetas, ellos también. De modo que Saúl volvió a enviar mensajeros, el tercer grupo, y empezaron a portarse como profetas, ellos también. 22 Por fin él también fue a Ramá. Cuando llegó hasta la gran cisterna que hay en Secú,* se puso a inquirir y decir: “¿Dónde están Samuel y David?”. A esto, dijeron: “Allí en Nayot+ de Ramá”. 23 Y él siguió adelante desde allí hasta Nayot de Ramá, y el espíritu+ de Dios vino a estar sobre él, sí, sobre él, y él siguió andando y continuó portándose como profeta hasta que entró en Nayot de Ramá. 24 Y también procedió a despojarse de sus prendas de vestir y a portarse, él también, como profeta delante de Samuel, y quedó caído desnudo* todo aquel día y toda aquella noche.+ Por eso llegaron a decir: “¿También está Saúl entre los profetas?”.+
20 Y David se fue huyendo+ de Nayot de Ramá. Sin embargo, vino y dijo enfrente de Jonatán: “¿Qué he hecho?+ ¿Cuál es mi error, y qué pecado he cometido delante de tu padre, pues anda buscando mi alma?”. 2 Ante esto, él le dijo: “¡Es inconcebible!+ No morirás. ¡Mira! Mi padre no hará cosa grande ni cosa pequeña sin que lo revele a mi oído;*+ ¿y por qué razón ha de ocultarme mi padre este asunto?+ Esto no sucede”. 3 Pero David juró+ además y dijo: “Tu padre de seguro tiene que saber que he hallado favor a tus ojos,+ y por lo tanto diría: ‘Que no sepa esto Jonatán, por temor de que se sienta herido’. ¡Pero, de hecho, tan ciertamente como que Jehová vive,+ y vive tu alma,+ solo hay como un paso entre yo y la muerte!”.+
4 Y Jonatán pasó a decir a David: “Cualquier cosa que diga* tu alma, la haré por ti”. 5 Ante esto, David dijo a Jonatán: “¡Mira! Mañana es luna nueva,+ y yo mismo debería, sin falta, estar sentado a comer con el rey; y tú tienes que enviarme, y yo tengo que ocultarme+ en el campo hasta la tarde del tercer día.* 6 Si tu padre me echa de menos de manera alguna, entonces tienes que decir: ‘David solícitamente me pidió licencia para correr a Belén,+ su ciudad, porque hay un sacrificio anual allí para toda la familia’.+ 7 Si dice así: ‘¡Está bien!’, eso significa paz para tu siervo. Pero si de manera alguna se encoleriza, sabe que lo que es malo ha sido resuelto por él.+ 8 Y tienes que usar de bondad amorosa* para con tu siervo,+ porque es en un pacto+ de Jehová en lo que has introducido a tu siervo contigo. Pero si hay error en mí,+ dame la muerte tú mismo, pues ¿por qué debe ser a tu padre a quien me hayas de llevar?”.
9 A lo cual dijo Jonatán: “¡Eso es inconcebible respecto a ti! Pero si de manera alguna llego a saber que ha sido resuelto por mi padre que te venga maldad, ¿no te lo informaré?”.+ 10 Entonces David dijo a Jonatán: “¿Quién me informará si lo que te contesta tu padre es duro?”. 11 A su vez, Jonatán dijo a David: “Ven, pues, y salgamos al campo”. De modo que ambos salieron al campo. 12 Y Jonatán pasó a decir a David: “Jehová el Dios de Israel+ [sea testigo]*+ de que sondearé a mi padre como a esta hora mañana, o el tercer día, y si está bien dispuesto para con David,* ¿acaso no enviaré yo entonces a ti y ciertamente lo revelaré a tu oído?* 13 Así haga Jehová a Jonatán y así añada a ello,+ si, en caso de parecerle bien a mi padre hacer el mal contra ti, yo realmente no lo revelo a tu oído y te envío, y tú ciertamente no te vas en paz. Y que Jehová resulte estar contigo,+ tal como resultó estar con mi padre.+ 14 ¿Y acaso tú, si todavía estoy vivo,+ sí, acaso tú no ejercerás la bondad amorosa de Jehová para conmigo, para que yo no muera?+ 15 Y no* cortarás tu propia bondad amorosa de estar con mi casa hasta tiempo indefinido.+ Tampoco, cuando Jehová corte a los enemigos de David, a cada uno de sobre la superficie del suelo, 16 será cortado [el nombre de] Jonatán de la casa de David.*+ Y Jehová tiene que requerirlo de la mano de los enemigos de David”. 17 De modo que Jonatán volvió a jurarle a David* a causa del amor que le tenía; porque como amaba a su propia alma lo amaba a él.+
18 Y Jonatán pasó a decirle: “Mañana es luna nueva,+ y ciertamente se te echará de menos, porque tu asiento estará vacío. 19 Y ciertamente al tercer día se te echará de menos muchísimo; y tendrás que venir al lugar donde te ocultaste+ en el día de trabajo, y tendrás que quedarte cerca de esta piedra aquí.* 20 Y en cuanto a mí, yo dispararé tres flechas* a un lado de ella, para enviarlas a donde yo quiera, a un blanco. 21 Y, ¡mira!, enviaré al servidor, [diciendo:] ‘Ve, halla las flechas’. Si dijera específicamente al servidor: ‘¡Mira! Las flechas están a este lado de ti, tómalas’,* entonces ven, porque significa paz para ti y nada ocurre, tan ciertamente como que Jehová vive.+ 22 Pero si dijera al mozo así: ‘¡Mira! Las flechas están más allá de ti’, vete, porque Jehová te ha enviado. 23 Y en cuanto a la palabra que hemos hablado,+ yo y tú, pues, esté Jehová entre yo y tú hasta tiempo indefinido”.+
24 Y David procedió a ocultarse en el campo.+ Y llegó a ser la luna nueva, y el rey tomó su asiento en la comida* para comer.+ 25 Y el rey estaba sentado en su asiento como en otras ocasiones, en el asiento junto a la pared; y Jonatán estaba frente a él,* y Abner+ estaba sentado al lado de Saúl, pero el lugar de David estaba vacío. 26 Y Saúl no dijo nada en aquel día, porque se decía: “Algo ha pasado de modo que no está limpio,+ pues no se ha limpiado”.* 27 Y aconteció el día después de la luna nueva, al día segundo, que el lugar de David continuó vacío. Ante esto, Saúl dijo a Jonatán su hijo: “¿Por qué no ha venido a la comida el hijo de Jesé+ ni ayer ni hoy?”. 28 De modo que Jonatán contestó a Saúl: “David solícitamente me pidió licencia [para ir] a Belén.+ 29 Y pasó a decir: ‘Envíame, por favor, porque tenemos un sacrificio familiar en la ciudad, y fue mi propio hermano quien me ordenó. Por eso, pues, si he hallado favor a tus ojos, permite que me escabulla, por favor, para que vea a mis hermanos’. Por eso no ha venido a la mesa del rey”. 30 Entonces la cólera+ de Saúl se enardeció contra Jonatán, y le dijo: “Oh hijo de criada rebelde,+ ¿no sé yo bien que estás escogiendo* al hijo de Jesé para tu propia vergüenza y para vergüenza de las partes naturales de tu madre?+ 31 Pues por el total de los días que el hijo de Jesé esté vivo sobre el suelo, tú y tu gobernación real no estarán firmemente establecidos.+ Así es que ahora manda a traérmelo, porque va con destino a la muerte”.*+
32 Sin embargo, Jonatán respondió a Saúl su padre y le dijo: “¿Por qué debe dársele muerte?+ ¿Qué ha hecho?”.+ 33 Ante eso, Saúl se puso a arrojar la lanza contra él para herirlo;+ y Jonatán llegó a saber que había sido resuelto por su padre dar muerte a David.+ 34 Al instante Jonatán se levantó de la mesa en el ardor de la cólera,+ y no comió pan el segundo día después de la luna nueva, pues se sentía herido por lo de David,+ porque su mismo padre lo había humillado.+
35 Y por la mañana aconteció que Jonatán procedió a salir al campo del lugar señalado de David,+ y un servidor joven estaba con él. 36 Y él procedió a decir a su servidor: “Corre, por favor, halla las flechas que estoy disparando”.+ El servidor corrió, y él mismo disparó la saeta para hacerla pasar más allá de él. 37 Cuando el servidor llegó hasta el lugar de la saeta que Jonatán había disparado, Jonatán se puso a gritar tras el servidor y a decir: “¿No está la flecha más allá de ti?”.+ 38 Y Jonatán siguió gritando tras el servidor: “¡Date prisa! ¡Obra rápidamente! ¡No te detengas!”. Y el servidor de Jonatán se puso a recoger las flechas y entonces vino a su amo.* 39 En cuanto al servidor, no supo nada; solo Jonatán y David mismos sabían del asunto. 40 Después de eso Jonatán dio sus armas al servidor que le pertenecía y le dijo: “Vete, llévalas a la ciudad”.
41 El servidor se fue. En cuanto a David, se levantó de cerca de allí hacia el sur. Entonces cayó a tierra sobre su rostro+ y se inclinó tres veces; y empezaron a besarse+ y a llorar el uno por el otro, hasta que David fue el que más lo había hecho.+ 42 Y Jonatán pasó a decir a David: “Vete en paz,+ ya que hemos jurado,+ los dos, en el nombre de Jehová, diciendo: ‘Resulte Jehová mismo estar entre yo y tú y entre mi prole y tu prole hasta tiempo indefinido’”.*+
Por consiguiente, David* se levantó y se puso en marcha, y Jonatán mismo entró en la ciudad.
21 Más tarde David llegó a Nob,+ a Ahimélec el sacerdote; y Ahimélec+ se puso a temblar al encontrarse con David, y entonces le dijo: “¿Por qué estás solo, y nadie está contigo?”.+ 2 Ante esto, David dijo a Ahimélec el sacerdote: “El rey mismo me dio órdenes en cuanto a un asunto,+ y pasó a decirme: ‘Que nadie sepa nada del asunto respecto al cual te envío y respecto al cual te he dado órdenes’. Y he hecho una cita con los jóvenes* para tal y tal lugar. 3 Y ahora, si tienes cinco panes a tu disposición, sólo dalos en mi mano, o* lo que sea que se pueda hallar”.+ 4 Pero el sacerdote respondió a David y dijo: “No hay pan común bajo mi mano, pero hay pan santo;+ con tal que los jóvenes al menos se hayan guardado de mujeres”.+ 5 De modo que David contestó al sacerdote y le dijo: “Pero se ha mantenido a las mujeres apartadas de nosotros, lo mismo que antes cuando yo salía,*+ y los organismos* de los jóvenes continúan santos, aunque la misión misma es común. ¿Y cuánto más hoy, cuando uno se hace santo en [su] organismo?”. 6 Ante esto, el sacerdote le dio lo que era santo,+ porque no se hallaba allí pan alguno aparte del pan de la proposición* que había sido quitado de delante de Jehová+ para poner allí pan fresco* en el día de ser quitado.
7 Ahora bien, uno de los siervos de Saúl estaba allí aquel día, detenido+ delante de Jehová, y su nombre era Doeg+ el edomita,+ el mayoral de los pastores* que pertenecían a Saúl.+
8 Y David dijo además a Ahimélec: “¿Y no hay nada aquí a tu disposición, una lanza o una espada? Pues ni mi propia espada ni mis armas tomé yo en la mano, porque el asunto del rey resultó ser urgente”. 9 A esto dijo el sacerdote: “La espada de Goliat+ el filisteo, a quien tú derribaste en la llanura baja de Elah+... aquí está, envuelta en un manto, detrás del efod.+ Si es lo que quieres tomar para ti mismo, tómala, porque no hay otra aquí salvo esta”. Y David pasó a decir: “Ninguna hay como ella. Dámela”.
10 Entonces David se levantó y continuó huyendo+ aquel día a causa de Saúl, y por fin llegó a donde Akís el rey de Gat.+ 11 Y los siervos de Akís empezaron a decirle: “¿No es éste David el rey+ del país? ¿No fue a este a quien siguieron respondiendo con* danzas,+ diciendo:
‘Saúl ha derribado sus miles,
12 Y David empezó a tomar estas palabras en su corazón, y le dio muchísimo miedo+ a causa de Akís el rey de Gat. 13 De modo que disfrazó+ su cordura ante los ojos de ellos+ y empezó a hacerse el loco en mano de ellos, e hizo de continuo signos de cruz* en las hojas de la puerta,* y dejó correr la saliva por la barba. 14 Por fin Akís dijo a sus siervos: “Aquí ven ustedes a un hombre que está portándose como un loco. ¿Por qué deben traérmelo? 15 ¿Me hacen falta personas que se hayan vuelto locas, para que hayan traído a este para que se porte como un loco junto a mí? ¿Debe entrar este en mi casa?”.
22 De modo que David procedió a irse de allí+ y a escapar+ a la cueva+ de Adulam;+ y sus hermanos y toda la casa de su padre llegaron a oírlo y se pusieron a bajar allí a donde él. 2 Y todos los hombres que estaban en situación de angustia+ y todos los hombres que tenían un acreedor+ y todos los hombres amargados de alma+ empezaron a juntarse a él,+ y él vino a ser jefe* sobre ellos;+ y llegaron a estar con él unos cuatrocientos hombres.
3 Más tarde David fue de allí a Mizpé de Moab y dijo al rey de Moab:+ “Por favor, deja que mi padre y mi madre+ moren con ustedes* hasta que yo sepa lo que me va a hacer Dios”. 4 Por consiguiente, les fijó su residencia delante del rey de Moab, y continuaron morando con él todos los días que David se halló en el lugar inaccesible.*+
5 Con el tiempo Gad+ el profeta dijo a David: “No debes seguir morando en el lugar inaccesible. Vete, y tienes que entrar tú mismo en la tierra de Judá”.+ Por lo tanto David se fue y entró en el bosque de Héret.
6 Y Saúl llegó a oír que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos, mientras Saúl estaba sentado en Guibeah debajo del tamarisco,+ en el lugar alto,* con su lanza+ en la mano, y todos sus siervos apostados alrededor de él. 7 Entonces dijo Saúl a sus siervos apostados alrededor de él: “Escuchen, por favor, benjaminitas. ¿Les dará también a ustedes el hijo de Jesé+ campos y viñas?+ ¿Los nombrará a todos ustedes jefes de millares+ y jefes de centenas? 8 Porque han conspirado, todos ustedes, contra mí; y no hay nadie que lo revele a mi oído+ cuando mi mismo hijo celebra* [un pacto]+ con el hijo de Jesé, y no hay ninguno de ustedes que se compadezca de mí* y revele a mi oído que mi propio hijo ha levantado a mi propio siervo contra mí como uno que espera en emboscada,* como sucede este día”.
9 Ante esto, Doeg+ el edomita, por hallarse apostado sobre* los siervos de Saúl, contestó y dijo: “Vi al hijo de Jesé venir a Nob, a donde Ahimélec+ hijo de Ahitub.+ 10 Y él procedió a inquirir+ de Jehová* por él; y le dio provisiones,+ y le dio la espada+ de Goliat el filisteo”. 11 En seguida el rey mandó a llamar a Ahimélec hijo de Ahitub el sacerdote, y a toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob.+ De modo que todos vinieron al rey.
12 Saúl ahora dijo: “¡Escucha, por favor, hijo de Ahitub!”, a lo que él dijo: “Aquí estoy, señor mío”. 13 Y Saúl pasó a decirle: “¿Por qué han conspirado contra mí,+ tú y el hijo de Jesé, mediante darle tú pan y una espada, y haber un inquirir* de Dios por él, para que se levantara contra mí como uno que espera en emboscada, como sucede este día?”.+ 14 Ante esto, Ahimélec contestó al rey y dijo: “¿Y quién entre todos tus siervos es como David,+ fiel,+ y el yerno+ del rey y un jefe sobre tu guardia de corps y honrado en tu casa?+ 15 ¿Es hoy cuando he comenzado a inquirir+ de Dios por él? ¡Ni se piense de parte mía! No imponga el rey cosa alguna contra su siervo [y] contra toda la casa de mi padre, porque en todo esto tu siervo no supo cosa pequeña ni grande”.+
16 Pero el rey dijo: “Positivamente morirás,+ Ahimélec, tú con toda la casa de tu padre”.+ 17 Con eso, el rey dijo a los corredores+ apostados alrededor de él: “¡Vuélvanse y den muerte a los sacerdotes de Jehová, porque también la mano de ellos está con David, y porque sabían que era fugitivo y no lo revelaron a mi oído!”.+ Y los siervos del rey no quisieron alargar la mano para acometer a los sacerdotes de Jehová.+ 18 Por fin el rey dijo a Doeg:+ “¡Vuélvete tú y acomete a los sacerdotes!”. Al instante Doeg el edomita+ se volvió, y él mismo acometió a los sacerdotes, y dio muerte+ en aquel día a ochenta y cinco hombres que llevaban efod+ de lino.* 19 Hasta a Nob,+ la ciudad de los sacerdotes, él la hirió a filo de espada, así a hombre como a mujer, a niño como a lactante, y a toro y asno y oveja, a filo de espada.
20 Sin embargo, un hijo de Ahimélec hijo de Ahitub, cuyo nombre era Abiatar,+ logró escapar, y fue huyendo para seguir a David. 21 Entonces Abiatar refirió esto a David: “Saúl ha matado a los sacerdotes de Jehová”. 22 Ante esto, David dijo a Abiatar: “Bien sabía yo aquel día,+ porque allí estaba Doeg el edomita, que sin falta él lo informaría a Saúl.+ Yo personalmente le he hecho mal a* toda alma de la casa de tu padre. 23 Mora, pues, conmigo. No tengas miedo, porque quien busca mi alma busca tu alma, porque tú eres uno que necesita protección conmigo”.+
23 Con el tiempo vinieron a informar a David, y dijeron: “Mira que los filisteos están guerreando contra Queilá,+ y están saqueando las eras”.+ 2 Y David procedió a inquirir+ de Jehová, diciendo: “¿Iré, y tengo que derribar a estos filisteos?”. A su vez Jehová dijo a David: “Ve, y tienes que derribar a los filisteos y salvar a Queilá”. 3 Ante esto, los hombres de David le dijeron: “¡Mira! Tenemos miedo al estar aquí en Judá,+ ¡y cuánto más en caso de que fuéramos a Queilá contra las líneas de batalla de los filisteos!”.+ 4 Así que David volvió a inquirir de Jehová.+ Jehová ahora le contestó y dijo: “Levántate, desciende a Queilá, porque voy a dar a los filisteos en tu mano”.+ 5 Por consiguiente, David fue con sus hombres a Queilá y peleó contra los filisteos, y se fue llevando su ganado, pero a ellos los derribó con una gran matanza; y David llegó a ser el salvador de los habitantes de Queilá.+
6 Ahora bien, aconteció que cuando Abiatar+ hijo de Ahimélec huyó a donde David, a Queilá, había un efod+ que bajó* en su mano. 7 Con el tiempo se hizo este informe a Saúl: “David ha venido a Queilá”.+ Y Saúl empezó a decir: “Dios lo ha vendido* en mi mano,+ pues se ha encerrado entrando en una ciudad con puertas y barra”. 8 De modo que Saúl convocó a todo el pueblo para guerra, para bajar a Queilá, para sitiar a David y sus hombres. 9 Y David llegó a saber que Saúl estaba urdiendo la maldad+ contra él. Por lo tanto dijo a Abiatar el sacerdote: “Anda, acerca el efod”.+ 10 Y David pasó a decir: “Oh Jehová el Dios de Israel,+ tu siervo ha oído definitivamente que Saúl está procurando venir a Queilá para arruinar la ciudad por mi causa.+ 11 ¿Me entregarán los terratenientes* de Queilá en su mano? ¿Descenderá Saúl, tal como ha oído tu siervo? Oh Jehová el Dios de Israel, informa a tu siervo, por favor”. A esto Jehová dijo: “Descenderá”.+ 12 Y David pasó a decir: “¿Me entregarán los terratenientes de Queilá a mí y a mis hombres en mano de Saúl?”. A su vez Jehová dijo: “Harán la entrega”.+
13 En seguida David se levantó con sus hombres, unos seiscientos* hombres,+ y salieron de Queilá y continuaron andando por dondequiera que podían andar. Y a Saúl se le hizo el informe de que David había escapado de Queilá, así que desistió de salir. 14 Y David se puso a morar en el desierto, en lugares de difícil acceso, y siguió morando en la región montañosa, en el desierto de Zif.+ Y Saúl siguió buscándolo siempre,+ y Dios* no lo dio en su mano.+ 15 Y David continuó en temor* porque Saúl había salido a buscar su alma mientras David estaba en el desierto de Zif, en Hores.*+
16 Jonatán hijo de Saúl ahora se levantó y fue a David, a Hores, para fortalecerle+ la mano respecto a Dios.+ 17 Y pasó a decirle: “No tengas miedo;+ porque no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú mismo serás rey+ sobre Israel, y yo mismo llegaré a ser segundo a ti; y Saúl mi padre también tiene conocimiento de que así es en efecto”.+ 18 Entonces los dos celebraron un pacto+ delante de Jehová; y David siguió morando en Hores, y Jonatán mismo se fue a su propio hogar.
19 Más tarde los hombres de Zif*+ subieron a donde Saúl estaba, a Guibeah,+ y dijeron: “¿No está ocultándose David+ cerca de nosotros en los lugares de difícil acceso, en Hores,+ en la colina de Hakilá,+ que está al lado derecho de Jesimón?*+ 20 Y ahora, en armonía con todo el deseo vehemente de tu alma,+ oh rey, de bajar, baja, y nuestra parte será entregarlo en la mano del rey”.+ 21 A lo cual dijo Saúl: “Benditos son ustedes de Jehová,+ porque me han tenido compasión. 22 Anden, por favor, perseveren un poco más y averigüen y vean el lugar de él donde llega a estar su pie —quienquiera que lo haya visto allí— porque se me ha dicho que él mismo es de veras astuto.+ 23 Y vean y averigüen todos los escondites donde se esconde; y tienen que volver a mí con la prueba,* y yo ciertamente iré con ustedes; y tiene que suceder que, si está en el país, entonces yo ciertamente lo buscaré detenidamente entre todos los millares*+ de Judá”.
24 Así que se levantaron y se fueron a Zif+ delante de Saúl, mientras David y sus hombres estaban en el desierto de Maón,+ en el Arabá,*+ al sur* de Jesimón. 25 Más tarde Saúl vino con sus hombres para buscarlo.+ Cuando informaron esto a David, él bajó en seguida al peñasco+ y continuó morando* en el desierto de Maón. Cuando Saúl llegó a oírlo, se internó corriendo+ tras David en el desierto de Maón. 26 Por fin Saúl llegó a este lado de la montaña, y David y sus hombres estaban en aquel lado de la montaña. De modo que David se daba prisa para irse+ a causa de Saúl; entretanto, Saúl y sus hombres venían rodeando a David y sus hombres para agarrarlos.+ 27 Pero hubo un mensajero que vino a Saúl, y dijo: “¡Apresúrate, sí, y ve, porque los filisteos han hecho una incursión en el país!”. 28 Ante aquello, Saúl se volvió de correr tras David+ y fue a encontrarse con los filisteos. Por eso han llamado a aquel lugar el Peñasco de las Divisiones.*
29 *Entonces David procedió a subir de allí y se puso a morar en los lugares de difícil acceso de En-guedí.+
24 Y en cuanto Saúl volvió de seguir a los filisteos+ aconteció que le vinieron con un informe, y dijeron: “¡Mira! David está en el desierto de En-guedí”.+
2 Y Saúl procedió a tomar tres mil hombres escogidos+ de todo Israel e ir en busca de David+ y sus hombres sobre las rocas peladas de las cabras monteses.+ 3 Por fin llegó a los apriscos de piedra para ovejas al lado del camino, donde había una cueva. De modo que Saúl entró para hacer del cuerpo,*+ mientras David y sus hombres se hallaban en las partes más al fondo de la cueva,+ sentados. 4 Y los hombres de David empezaron a decirle: “Aquí está el día en que Jehová de veras te dice: ‘¡Mira! Estoy dando a tu enemigo en tu mano,+ y tienes que hacerle tal como parezca bien a tus ojos’”.+ De modo que David se levantó y cortó calladamente la falda de la vestidura sin mangas que pertenecía a Saúl. 5 Pero después aconteció que el corazón de David siguió hiriéndolo+ por motivo de haber cortado la falda [de la vestidura sin mangas]* que pertenecía a Saúl. 6 Por eso dijo a sus hombres: “Es inconcebible, de parte mía, desde el punto de vista de Jehová, que yo haga esta cosa a mi señor, el ungido*+ de Jehová, alargando la mano contra él, pues es el ungido de Jehová”.+ 7 Por consiguiente, David dispersó a sus hombres con estas palabras, y no les permitió levantarse contra Saúl.+ En cuanto a Saúl, él se levantó de la cueva y prosiguió su camino.
8 Así que David se levantó después y salió de la cueva y gritó tras Saúl, diciendo: “¡Mi señor+ el rey!”. Ante esto, Saúl miró detrás de sí, y David procedió a inclinarse rostro a tierra+ y a postrarse. 9 Y David pasó a decir a Saúl: “¿Por qué escuchas las palabras del hombre,+ que dice: ‘¡Mira! David anda buscando hacerte daño’? 10 Aquí este día han visto tus ojos cómo Jehová te dio hoy en mi mano en la cueva; y alguien dijo que te matara,+ pero yo te tuve lástima y dije: ‘No alargaré la mano contra mi señor, porque es el ungido+ de Jehová’. 11 Y, padre mío,+ ve, sí, ve la falda de tu vestidura sin mangas en mi mano, porque cuando corté la falda de tu vestidura sin mangas no te maté. Sabe y ve que no hay en mi mano ni maldad+ ni sublevación, y yo no he pecado contra ti, mientras que tú estás acechando mi alma para quitármela.+ 12 Juzgue Jehová entre yo y tú;+ y Jehová tiene que vengarme+ de ti, pero mi propia mano no vendrá a estar sobre ti.+ 13 Tal como dice el proverbio de los antiguos: ‘De los inicuos procederá iniquidad’,+ pero mi propia mano no vendrá a estar sobre ti. 14 ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿Tras quién estás corriendo? ¿Tras un perro muerto?+ ¿Tras una sola pulga?+ 15 Y Jehová tiene que llegar a ser juez, y tiene que juzgar entre yo y tú, y él verá y él conducirá la causa judicial+ para mí y me juzgará [para librarme] de tu mano”.
16 Y aconteció que, al momento que David acabó de hablar estas palabras a Saúl, Saúl procedió a decir: “¿Es esta tu voz, hijo mío David?”.+ Y Saúl empezó a alzar su propia voz y llorar.+ 17 Y pasó a decir a David: “Tú eres más justo que yo,+ porque tú eres el que me has hecho el bien,+ y yo soy el que te he hecho el mal. 18 Y tú... tú has informado hoy el bien que has hecho tocante a mí, puesto que Jehová me entregó en tu mano+ y no me mataste. 19 Ahora bien, en caso de que un hombre halle a su enemigo, ¿lo enviará por un buen camino?+ De modo que Jehová mismo te recompensará con bien,+ debido a que este día tú me lo has hecho a mí. 20 Y ahora, ¡mira!, bien sé yo que tú, sin falta, reinarás,+ y que en tu mano el reino de Israel ciertamente perdurará. 21 Así es que ahora júrame por Jehová+ que no cortarás a mi descendencia después de mí y que no aniquilarás mi nombre de la casa de mi padre”.+ 22 Por consiguiente, David le juró a Saúl, después de lo cual Saúl se fue a su casa.+ En cuanto a David y sus hombres, ellos subieron al lugar de difícil acceso.+
25 Con el tiempo murió Samuel;+ y todo Israel procedió a juntarse y a plañirlo+ y a enterrarlo en su casa,* en Ramá.+ Entonces David se levantó y bajó al desierto de Parán.*+
2 Ahora bien, había un hombre en Maón,+ y su trabajo estaba en Carmelo.*+ Y el hombre era [un personaje] muy grande, y tenía tres mil ovejas y mil cabras; y llegó a estar [ocupado] en esquilar+ sus ovejas en Carmelo. 3 Y el nombre del hombre era Nabal,+ y el nombre de su esposa era Abigail.+ Y la esposa era buena en cuanto a discreción+ y hermosa en cuanto a forma, pero el esposo era áspero y malo en sus prácticas;+ y era calebita.+ 4 Y David llegó a oír en el desierto que Nabal estaba esquilando+ sus ovejas. 5 De modo que David envió diez jóvenes, y David dijo a los jóvenes: “Suban a Carmelo, y tienen que llegar a donde Nabal y preguntar en mi nombre por su bienestar.+ 6 Y esto es lo que tienen que decir a mi hermano:* ‘Que tú estés bien+ y que también tu casa esté bien y cuanto tienes esté bien. 7 Y ahora he oído que tienes esquiladores. Ahora bien, los pastores que te pertenecen se hallaban ellos mismos con nosotros.+ No los molestamos,+ y no resultó faltarles nada de lo suyo todos los días que se hallaron en Carmelo. 8 Pregunta a tus propios jóvenes, y te informarán, para que hallen mis* jóvenes favor a tus ojos, porque fue en buen día que vinimos. Simplemente da, por favor, lo que halle tu mano a tus siervos y a tu hijo David’”.+
9 En conformidad, llegaron los jóvenes de David y hablaron a Nabal conforme a todas estas palabras en el nombre de David, y entonces esperaron. 10 Ante esto, Nabal contestó a los siervos de David y dijo: “¿Quién es David,+ y quién es el hijo de Jesé? Hoy día los siervos que se escapan, cada cual de delante de su amo,* han llegado a ser muchos.+ 11 ¿Y acaso tengo yo que tomar mi pan+ y mi agua* y mi carne degollada que yo he descuartizado para mis esquiladores y dar esto a hombres de quienes ni siquiera sé de dónde son?”.+
12 Ante esto, los jóvenes de David dieron la vuelta en su camino y regresaron y llegaron y se lo informaron conforme a todas estas palabras. 13 Al instante David dijo a sus hombres: “¡Cíñase cada uno su espada!”.+ De modo que se ciñeron cada cual su espada, y David también se ciñó su propia espada; y empezaron a subir tras David, como cuatrocientos hombres, mientras doscientos se quedaron junto al bagaje.+
14 Entretanto, uno de los jóvenes informó a Abigail, la esposa de Nabal, diciendo: “¡Mira! David envió mensajeros desde el desierto a desear el bien a nuestro amo,* pero él les gritó reprensiones.+ 15 Y los hombres fueron muy buenos con nosotros, y no nos molestaron, y no echamos de menos ni una sola cosa todos los días que anduvimos con ellos mientras nos hallábamos en el campo.+ 16 Un muro+ fue lo que resultaron ser en derredor nuestro, tanto de noche como de día, todos los días que nos hallamos con ellos, pastoreando el rebaño. 17 Y ahora sabe y ve lo que vas a hacer, porque se ha resuelto calamidad+ contra nuestro amo y contra toda su casa, puesto que es un sujeto que tan completamente no sirve para nada*+ que no se le puede hablar”.
18 En seguida Abigail+ se apresuró y tomó doscientos panes y dos jarrones de vino+ y cinco ovejas aderezadas+ y cinco medidas de sea* de grano tostado+ y cien tortas de pasas+ y doscientas tortas de higos comprimidos,+ y los puso sobre los asnos. 19 Entonces dijo a sus mozos: “Pasen delante de mí.+ ¡Miren! Yo voy tras ustedes”. Pero no informó nada a su esposo Nabal.
20 Y sucedió que mientras ella iba cabalgando en el asno+ y bajando secretamente por la montaña, pues, allí estaban David y sus hombres que venían bajando a su encuentro. De modo que ella se encontró con ellos. 21 En cuanto a David, él había dicho: “Fue del todo para sufrir una desilusión para lo que guardé todo lo que pertenece a este sujeto en el desierto, y no resultó faltarle ni una sola cosa de todo lo que le pertenece,+ y, no obstante, él me paga mal en cambio por bien.+ 22 Así haga Dios a los enemigos de David* y así añada a ello+ si dejo permanecer hasta la mañana+ a uno solo de todos los suyos que orinan contra la pared”.*+
23 Cuando Abigail alcanzó a ver a David, en seguida se apresuró y se bajó del asno y cayó sobre su rostro delante de David y se inclinó+ a tierra. 24 Entonces cayó a sus pies+ y dijo: “Sobre mí misma, oh señor mío, esté el error;+ y, por favor, deja que tu esclava hable a tus oídos,+ y escucha las palabras de tu esclava. 25 Por favor, no fije mi señor su corazón en este hombre Nabal, que no sirve para nada,+ porque, como es su nombre, así es él. Nabal* es su nombre, y la insensatez* está con él.+ En cuanto a mí, tu esclava, no vi a los jóvenes de mi señor que habías enviado. 26 Y ahora, señor mío, tan ciertamente como que Jehová vive+ y vive tu alma,+ Jehová te ha retenido+ de entrar en culpa de sangre*+ y de hacer que tu propia mano venga en tu salvación.*+ Y ahora, que tus enemigos y los que procuran el perjuicio de mi señor lleguen a ser como Nabal.+ 27 Y ahora tocante a este regalo de bendición+ que tu sierva ha traído a mi señor, hay que darlo a los jóvenes que van andando en los pasos+ de mi señor. 28 Perdona, por favor, la transgresión de tu esclava,+ porque Jehová sin falta le hará a mi señor una casa duradera,*+ porque las guerras de Jehová son lo que mi señor está peleando;+ y en cuanto a maldad, no se hallará en ti durante todos tus días.*+ 29 Cuando se levante un hombre para ir en seguimiento de ti y para buscar tu alma, el alma de mi señor ciertamente resultará estar envuelta en la bolsa de la vida+ con Jehová tu Dios;+ pero, en cuanto al alma de tus enemigos, la lanzará como de dentro del hueco de la honda.+ 30 Y tiene que suceder que, porque Jehová hará a mi señor el bien para contigo conforme a todo lo que ha hablado, él ciertamente te comisionará como caudillo sobre Israel.+ 31 Y no llegue a ser esto para ti causa de trastabillar* ni un tropiezo al corazón de mi señor, tanto por el derramamiento de sangre sin causa+ como por hacer que [la mano misma de] mi señor* venga en su salvación.+ Y Jehová ciertamente le hará bien a mi señor, y tienes que acordarte+ de tu esclava”.
32 Ante esto, David dijo a Abigail: “¡Bendito sea Jehová el Dios de Israel,+ que te ha enviado este día a mi encuentro! 33 Y bendita sea tu sensatez,+ y bendita seas tú que me has restringido este día de entrar en culpa de sangre+ y de hacer que mi propia mano venga en mi salvación.+ 34 Y, por otra parte, tan ciertamente como que vive Jehová el Dios de Israel, que me ha retenido de hacerte perjuicio,+ si no te hubieras apresurado para venir a mi encuentro,+ ciertamente no le habría quedado a Nabal hasta la luz de la mañana nadie que orina contra la pared”.*+ 35 Con eso David aceptó de mano de ella lo que le había traído, y le dijo: “Sube en paz+ a tu casa. Ve que he escuchado tu voz para tener consideración+ a tu persona”.
36 Más tarde Abigail entró donde Nabal, y allí estaba él teniendo en su casa un banquete como el banquete del rey;+ y el corazón de Nabal se sentía bien dentro de él, y él estaba borracho+ a más no poder; y ella no le informó cosa alguna, ni pequeña ni grande, hasta la luz de la mañana. 37 Y por la mañana, cuando el vino había salido de Nabal, aconteció que su esposa se puso a referirle estas cosas. Y el corazón+ de él llegó a estar muerto dentro de él, y él mismo quedó como una piedra. 38 Después de eso pasaron unos diez días, y entonces Jehová hirió+ a Nabal, de modo que murió.
39 Y David llegó a oír que Nabal había muerto, y por lo tanto dijo: “¡Bendito sea Jehová, que ha conducido la causa judicial+ de mi oprobio+ [para librarme] de la mano de Nabal y ha retenido del mal a su siervo,+ y la maldad de Nabal Jehová se la ha vuelto sobre su propia cabeza!”.+ Y David procedió a enviar y a proponer a Abigail tomarla por esposa suya.+ 40 De modo que los siervos de David llegaron a Abigail en Carmelo y le hablaron, diciendo: “David mismo nos ha enviado a ti para tomarte por esposa de él”. 41 En el acto ella se levantó y se inclinó rostro a tierra+ y dijo: “Aquí está tu esclava como sierva para lavar los pies+ de los siervos de mi señor”.+ 42 Entonces Abigail+ se dio prisa y se levantó y se fue cabalgando+ en el asno, mientras cinco criadas suyas andaban detrás de ella;* y fue acompañando* a los mensajeros de David y entonces llegó a ser su esposa.
43 David también había tomado a Ahinoam+ de Jezreel;+ y las mujeres llegaron a ser, sí, las dos, esposas suyas.+
44 En cuanto a Saúl, él había dado su hija Mical,+ la esposa de David, a Paltí+ hijo de Lais, que era de Galim.+
26 Con el tiempo los hombres de Zif*+ vinieron a Saúl, en Guibeah,+ y dijeron: “¿No está ocultándose* David en la colina de Hakilá,+ frente a Jesimón?”.*+ 2 Y Saúl procedió a levantarse+ y a bajar al desierto de Zif, y con él tres mil hombres,+ los escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif. 3 Y Saúl se puso a acampar en la colina de Hakilá, que está frente a Jesimón, junto al camino, mientras David moraba en el desierto. Y él llegó a ver que Saúl se había internado en pos de él en el desierto. 4 Por lo tanto David envió espías+ para saber que Saúl en realidad había venido. 5 Más tarde David se levantó y fue al lugar donde había acampado Saúl, y David llegó a ver el lugar donde se había acostado Saúl, y también Abner+ hijo de Ner el jefe de su ejército; y Saúl yacía en la parte cercada del campamento,+ con la gente acampada todo en derredor de él. 6 Entonces David respondió y dijo a Ahimélec el hitita+ y a Abisai+ hijo de Zeruyá,+ el hermano de Joab: “¿Quién descenderá conmigo a Saúl dentro del campamento?”. A esto dijo Abisai: “Yo mismo descenderé contigo”.+ 7 Y David logró llegar con Abisai a la gente, de noche; y, ¡mire!, Saúl yacía dormido en la parte cercada del campamento, con su lanza hincada en la tierra junto a su cabeza, y Abner y la gente estaban acostados todo en derredor de él.
8 Abisai ahora dijo a David: “Dios* ha entregado hoy a tu enemigo en tu mano.+ Y ahora, por favor, déjame clavarlo a tierra con la lanza una sola vez, y no se lo haré dos veces”. 9 Sin embargo, David dijo a Abisai: “No lo arruines, pues, ¿quién ha alargado la mano contra el ungido* de Jehová+ y ha quedado inocente?”.+ 10 Y David siguió diciendo: “Tan ciertamente como que Jehová vive,+ Jehová mismo le asestará un golpe;+ o vendrá su día+ y tendrá que morir, o a la batalla+ bajará, y ciertamente será barrido.+ 11 ¡Es inconcebible,+ por mi parte, desde el punto de vista de Jehová,+ alargar la mano+ contra el ungido de Jehová!+ Por eso toma ahora, por favor, la lanza que está junto a su cabeza, y la jarra del agua, y vámonos”. 12 Por consiguiente, David tomó la lanza y la jarra del agua del lugar junto a la cabeza de Saúl, y entonces procedieron a irse; y no hubo quien viera,+ ni nadie que se diera cuenta, ni nadie que despertara, pues todos estaban dormidos, porque era un sueño profundo+ procedente de Jehová el que había caído sobre ellos. 13 Entonces David pasó al otro lado y se paró sobre la cima de la montaña a cierta distancia, y era vasto el espacio entre ellos.
14 Y David empezó a gritar a la gente y a Abner hijo de Ner, y dijo: “¿No respondes, Abner?”. Y Abner+ empezó a responder y decir: “¿Quién eres tú que le has gritado al rey?”. 15 Y David pasó a decir a Abner: “¿No eres tú un hombre? ¿Y quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no vigilaste a tu señor* el rey? Porque uno de la gente vino para arruinar al rey, tu señor.+ 16 Esta cosa que has hecho no es buena. Tan ciertamente como que vive Jehová,+ ustedes merecen morir,*+ porque no han vigilado+ sobre su señor, sobre el ungido de Jehová.+ Y ahora ve dónde están la lanza del rey y la jarra del agua+ que estaban junto a su cabeza”.
17 Y Saúl empezó a reconocer la voz de David y a decir: “¿Es esta tu voz, hijo mío David?”.+ A esto dijo David: “Es mi voz, mi señor el rey”. 18 Y añadió: “¿Por qué esto de correr mi señor tras su siervo?;+ pues, ¿qué he hecho yo, y qué mal hay en mi mano?+ 19 Y ahora que mi señor el rey escuche, por favor, las palabras de su siervo: Si es Jehová quien te ha incitado contra mí, huela él una ofrenda de grano.+ Pero si son los hijos del hombre,*+ malditos son delante de Jehová,+ porque me han expulsado hoy para que no me sienta unido a la herencia de Jehová,+ diciendo: ‘¡Anda, sirve a otros dioses!’.+ 20 Y ahora no dejes que mi sangre caiga a tierra delante del rostro de Jehová;+ porque el rey de Israel ha salido a buscar una sola pulga,*+ tal como se corre tras una perdiz sobre las montañas”.+
21 A su vez, Saúl dijo: “He pecado.+ Vuelve, hijo mío David, porque ya no te haré perjuicio, visto el hecho de que mi alma ha sido preciosa+ a tus ojos este día. ¡Mira! He obrado tontamente y estoy muy equivocado”. 22 Entonces respondió David y dijo: “Aquí está la lanza del rey, y que pase acá uno de los jóvenes y la consiga. 23 Y Jehová es quien pagará a cada cual su propia justicia+ y su propia fidelidad, ya que Jehová te dio hoy en mi mano, y yo no quise alargar la mano contra el ungido de Jehová.+ 24 Y, ¡mira!, tal como tu alma fue grande este día a mis ojos, así sea grande mi alma a los ojos de Jehová,+ para que me libre de toda angustia”.+ 25 Ante esto, Saúl dijo a David: “Bendito seas, hijo mío David. No solo sin falta trabajarás, sino que también sin falta saldrás ganador”.+ Y David procedió a irse por su camino; y en cuanto a Saúl, se volvió a su lugar.+
27 Sin embargo, David dijo en su corazón: “Ahora bien, algún día seré barrido por la mano de Saúl. No hay nada mejor para mí que escapar+ sin falta a la tierra de los filisteos;+ y Saúl tendrá que perder la esperanza respecto a mí en cuanto a buscarme por más tiempo en todo el territorio de Israel,+ y ciertamente escaparé de su mano”. 2 De modo que David se levantó, y él y seiscientos hombres+ que estaban con él pasaron a donde Akís+ hijo de Maoc, el rey de Gat. 3 Y David continuó morando con Akís en Gat, él y sus hombres, cada uno con su casa,+ David y sus dos esposas, Ahinoam+ la jezreelita y Abigail,+ la esposa de Nabal, la carmelita. 4 Con el tiempo se hizo el informe a Saúl de que David había huido a Gat, de modo que ya no volvió a buscarlo.+
5 Entonces David dijo a Akís: “Ahora bien, si he hallado favor a tus ojos, que me den un lugar en una de las ciudades de la región rural, para que more allí; pues, ¿por qué ha de morar tu siervo en la ciudad real contigo?”. 6 En conformidad, Akís le dio Ziqlag+ aquel día. Por eso Ziqlag ha venido a pertenecer a los reyes de Judá hasta el día de hoy.
7 Y el número de los días que David moró en la región rural de los filisteos ascendió a un año y cuatro meses.+ 8 Y David procedió a subir con sus hombres a fin de hacer incursiones contra los guesuritas+ y los guirzitas y los amalequitas;+ porque ellos habitaban la tierra que [se extendía] desde Telam*+ hasta Sur+ y hasta la tierra de Egipto. 9 Y David hirió la tierra, pero no conservó vivo ni a hombre ni a mujer;+ y tomó rebaños y vacadas y asnos y camellos y prendas de vestir, después de lo cual se volvió y vino a donde Akís. 10 Entonces dijo Akís: “¿Dónde hicieron ustedes incursión hoy?”. A lo que dijo David:+ “Sobre el sur de Judá+ y sobre el sur de los jerahmeelitas+ y sobre el sur de los quenitas”.+ 11 En cuanto a hombre y mujer, David no estaba conservando vivo a ninguno para traerlos a Gat, pues decía: “Para que no nos delaten, y digan: ‘Así hizo David’”.+ (Y así ha sido su proceder todos los días de haber morado él en la región rural de los filisteos.) 12 Por consiguiente, Akís creyó+ a David, y decía para sí: “Indisputablemente él se ha hecho un hedor entre su pueblo Israel;+ y tendrá que llegar a ser mi siervo hasta tiempo indefinido”.
28 Y por aquellos días aconteció que los filisteos empezaron a juntar sus campamentos para el ejército con el fin de hacer guerra contra Israel.+ De modo que Akís dijo a David: “Sin duda sabrás que es conmigo con quien debes salir al campamento, tú y tus hombres”.+ 2 Ante esto, David dijo a Akís: “Por eso tú mismo* sabes lo que tu siervo ha de hacer”. Por consiguiente, Akís dijo a David: “Por eso te nombraré guarda de mi cabeza para siempre”.+
3 Ahora bien, Samuel mismo había muerto, y todo Israel había procedido a plañirlo y a enterrarlo en Ramá, su propia ciudad.+ En cuanto a Saúl, él había quitado del país a los médium espiritistas* y a los pronosticadores profesionales de acontecimientos.+
4 Posteriormente, los filisteos se juntaron y vinieron y asentaron campamento en Sunem.+ De modo que Saúl juntó a todo Israel, y asentaron campamento en Guilboa.+ 5 Cuando Saúl llegó a ver el campamento de los filisteos, le dio miedo, y su corazón empezó a temblar muchísimo.+ 6 Aunque Saúl inquiría de Jehová,+ Jehová nunca le contestaba,+ ni por sueños+ ni por el Urim+ ni por los profetas.+ 7 Por fin Saúl dijo a sus siervos: “Búsquenme una mujer que sea perita en mediación espiritista,+ y ciertamente iré a ella y la consultaré”. Entonces le dijeron sus siervos: “¡Mira! En En-dor+ hay una mujer que es perita en mediación espiritista”.
8 Así que Saúl se disfrazó+ y se vistió con otras prendas de vestir y se fue, él y dos hombres con él; y llegaron a la mujer de noche.+ Ahora dijo él: “Usa adivinación+ para mí, por favor, por mediación espiritista, y haz subir para mí al que yo te diga”. 9 Sin embargo, la mujer le dijo: “Mira que tú mismo sabes bien lo que Saúl hizo, cómo cortó del país a los médium espiritistas y a los pronosticadores profesionales de acontecimientos.+ ¿Por qué, pues, estás obrando como un entrampador contra mi alma para hacer que se me dé muerte?”.+ 10 Inmediatamente Saúl le juró por Jehová, y dijo: “¡Tan ciertamente como que vive Jehová,+ culpa por error no te sobrevendrá en este asunto!”. 11 Ante esto, la mujer dijo: “¿A quién hago subir para ti?”. A esto él dijo: “Haz subir a Samuel para mí”.+ 12 Cuando la mujer vio a “Samuel”+ se puso a gritar a voz en cuello;* y la mujer pasó a decir a Saúl: “¿Por qué me embaucaste, cuando tú mismo eres Saúl?”. 13 Pero el rey le dijo: “No tengas miedo, pero ¿qué viste?”. Y la mujer pasó a decir a Saúl: “A un dios*+ vi que subía de la tierra”. 14 En seguida él le dijo: “¿Qué forma tiene?”, a lo que ella dijo: “Es un viejo* que sube, y está cubierto con una vestidura sin mangas”.+ Ante eso, Saúl reconoció que era “Samuel”,+ y procedió a inclinarse rostro a tierra, y a postrarse.
15 Y “Samuel” empezó a decir a Saúl: “¿Por qué me has perturbado y has hecho que me hagan subir?”.+ A lo que dijo Saúl: “Estoy en grave aprieto,+ puesto que los filisteos están peleando contra mí, y Dios* mismo se ha apartado+ de mí y no me ha contestado más, ni por medio de los profetas ni por sueños;+ de modo que te llamo para que me hagas saber lo que he de hacer”.+
16 Y “Samuel” pasó a decir: “¿Por qué, pues, inquieres de mí, cuando Jehová mismo se ha apartado de ti+ y resulta ser tu adversario?*+ 17 Y Jehová hará para sí* tal como habló por medio de mí, y Jehová arrancará de tu mano el reino+ y lo dará a tu semejante, David.+ 18 Como no obedeciste la voz de Jehová,+ y no ejecutaste su ardiente cólera contra Amaleq,+ por eso esta es la cosa que Jehová ciertamente te hará en el día actual. 19 Y Jehová también dará a Israel juntamente contigo en la mano de los filisteos,+ y mañana tú+ y tus hijos+ estarán conmigo.* Hasta el campamento de Israel dará Jehová en la mano de los filisteos”.+
20 Ante esto, Saúl cayó prontamente a tierra, cuan largo era, y tuvo muchísimo miedo a causa de las palabras de “Samuel”. Además, sucedía que no había poder en él, porque no había comido alimento en todo el día ni en toda la noche. 21 La mujer ahora vino a Saúl y vio que había sido perturbado en gran manera. De modo que le dijo: “Mira que tu sierva ha obedecido tu voz, y procedí a poner mi alma en la palma de mi mano+ y a obedecer las palabras que me hablaste. 22 Y ahora, por favor, tú, a tu vez, obedece la voz de tu sierva; y permíteme poner delante de ti un pedazo de pan, y come, para que llegue a haber poder en ti, por cuanto seguirás tu camino”. 23 Pero él rehusó, y dijo: “No voy a comer”. Sin embargo, sus siervos y también la mujer siguieron instándolo. Por fin obedeció su voz y se levantó de la tierra y se sentó en el lecho. 24 Ahora bien, la mujer tenía en casa un becerro engordado.+ De modo que prontamente lo sacrificó*+ y tomó harina y la amasó y coció de ella unas tortas no fermentadas. 25 Entonces se las sirvió a Saúl y sus siervos, y ellos comieron. Después de aquello se levantaron y se fueron durante aquella noche.+
29 Y los filisteos+ procedieron a juntar todos sus campamentos en Afeq, mientras los israelitas estaban acampados junto al manantial que había en Jezreel.+ 2 Y los señores del eje+ de los filisteos iban pasando por centenares y por millares, y David y sus hombres iban pasando después con Akís.+ 3 Y los príncipes de los filisteos empezaron a decir: “¿Qué significan estos hebreos?”.+ Ante esto, Akís dijo a los príncipes de los filisteos: “¿No es éste David el siervo de Saúl el rey de Israel, que ha estado aquí conmigo durante un año o dos,*+ y no he hallado+ en él ni una sola cosa desde el día en que se pasó [a mí] hasta el día de hoy?”. 4 Y los príncipes de los filisteos se indignaron con él; y los príncipes de los filisteos pasaron a decirle: “Haz volver al hombre,+ y que se vuelva a su lugar donde lo asignaste; y no lo dejes bajar con nosotros a la batalla, para que no se haga un resistidor*+ de nosotros en la batalla. ¿Y con qué ha de ponerse esta persona en una posición de favor para con su señor?* ¿No será con las cabezas de aquellos hombres [nuestros]? 5 ¿No es éste David, a quien seguían respondiendo en las danzas, diciendo: ‘Saúl ha derribado sus miles, y David sus decenas de miles’?”.+
6 Por consiguiente, Akís+ llamó a David y le dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová,+ tú eres recto, y tu salir y tu entrar+ conmigo en el campamento ha sido bueno a mis ojos;+ pues no he hallado mal en ti desde el día que viniste a mí hasta este día.+ Pero a los ojos de los señores del eje+ no eres bueno. 7 Y ahora, regresa y ve en paz, para que no hagas nada malo a los ojos de los señores del eje de los filisteos”. 8 Sin embargo, David dijo a Akís: “Pues, ¿qué he hecho yo,+ y qué has hallado en tu siervo desde el día en que vine a estar delante de ti hasta este día,+ para que no pueda yo ir y realmente pelear contra los enemigos de mi señor el rey?”. 9 Ante esto, Akís contestó y dijo a David: “Bien sé yo que has sido bueno a mis propios ojos, como un ángel de Dios.+ Solo que los príncipes de los filisteos son los que han dicho: ‘No suba él con nosotros a la batalla’. 10 Y ahora, levántate muy de mañana con los siervos de tu señor que vinieron contigo; y ustedes tienen que levantarse muy de mañana cuando haya esclarecido para ustedes. Entonces váyanse”.+
11 En conformidad, David madrugó, él y sus hombres, para irse por la mañana+ y regresar a la tierra de los filisteos; y los filisteos mismos subieron a Jezreel.+
30 Y mientras David y sus hombres iban llegando a Ziqlag+ al tercer día, aconteció que los amalequitas+ hicieron una incursión en el sur y en Ziqlag; y procedieron a herir a Ziqlag y a quemarla con fuego, 2 y a llevarse cautivas a las mujeres+ [y a todos los] que* había en ella, desde el más pequeño hasta el más grande. No dieron muerte a nadie,* sino que fueron conduciéndolos y siguieron su camino. 3 Cuando David llegó con sus hombres a la ciudad, pues, allí estaba quemada con fuego, y, en cuanto a las esposas y los hijos y las hijas de ellos, habían sido llevados cautivos. 4 Y David y la gente que estaba con él empezaron a alzar la voz y llorar,+ hasta que no hubo en ellos poder para llorar [más]. 5 Y las dos esposas de David habían sido llevadas cautivas, Ahinoam+ la jezreelita y Abigail+ la esposa de Nabal el carmelita. 6 Y aquello se le hizo muy angustioso a David,+ porque la gente dijo que lo apedrearan;+ pues el alma de toda la gente se había amargado,+ cada uno a causa de sus hijos y sus hijas. De modo que David recurrió a fortalecerse mediante Jehová su Dios.+
7 Por eso David dijo a Abiatar+ el sacerdote, hijo de Ahimélec: “Por favor, acércame el efod,+ sí”. Y vino Abiatar acercando el efod a David. 8 Y David empezó a inquirir de Jehová,+ diciendo: “¿Voy en seguimiento de esta partida merodeadora? ¿Los alcanzaré?”. A lo cual le dijo:+ “Ve en seguimiento, porque sin falta los alcanzarás, y sin falta efectuarás una liberación”.+
9 Prestamente se puso en marcha David, él y los seiscientos hombres+ que estaban con él, y siguieron adelante hasta el valle torrencial de Besor, y los hombres que habían de ser dejados atrás se detuvieron. 10 Y David continuó el seguimiento,+ él y cuatrocientos hombres, pero doscientos hombres que estaban demasiado cansados para pasar el valle torrencial de Besor+ se detuvieron.
11 Y entonces hallaron en el campo a un hombre, un egipcio.+ De modo que lo llevaron a David y le dieron pan para que comiera y le dieron agua de beber. 12 Además, le dieron una tajada de una torta de higos comprimidos y dos tortas de pasas.+ Entonces él comió, y le volvió el espíritu;+ pues no había comido pan ni bebido agua por tres días y tres noches. 13 David ahora le dijo: “¿A quién perteneces, y de dónde eres?”, a lo cual él dijo: “Soy un servidor egipcio, esclavo de un amalequita, pero mi amo me dejó porque enfermé hace tres días.+ 14 Nosotros fuimos los que hicimos una incursión en el sur de los keretitas+ y sobre lo que pertenece a Judá y sobre el sur de Caleb;+ y a Ziqlag la quemamos con fuego”. 15 Ante esto, David le dijo: “¿Me llevas abajo a esta partida merodeadora?”. A esto él dijo: “Júrame,+ sí, por Dios,* que no me darás muerte, y que no me entregarás en mano de mi amo,+ y te llevaré abajo a esta partida merodeadora”.*
16 En conformidad, lo llevó abajo,+ y allí estaban desparramados en desorden sobre la superficie de toda la tierra, comiendo y bebiendo y teniendo un banquete+ con motivo de todo el gran despojo que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá.+ 17 Y David estuvo derribándolos desde la oscuridad matutina hasta el atardecer, para darlos por entero a la destrucción;* y no escapó de ellos hombre alguno+ salvo cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y se pusieron en fuga. 18 Y David logró librar todo lo que los amalequitas habían tomado,+ y a sus dos esposas David las libró. 19 Y no hubo cosa alguna de lo suyo que les faltara, de lo más pequeño a lo más grande, ni de hijos e hijas, ni del despojo, ni siquiera de lo que habían tomado para sí.+ Todo lo recobró David. 20 Así que David tomó todos los rebaños y las vacadas, los cuales condujeron delante de aquel [otro] ganado. Entonces dijeron: “Este es el despojo de David”.+
21 Por fin David llegó a los doscientos hombres+ que habían estado demasiado cansados para ir con David,* y a quienes habían* hecho quedarse junto al valle torrencial de Besor; y ellos salieron al encuentro de David y al encuentro de la gente que estaba con él. Cuando David se acercó a la gente, empezó a preguntarles cómo estaban. 22 Sin embargo, todo hombre malo y que no servía para nada+ de entre los hombres que habían ido con David respondió y siguió diciendo: “Por razón de que no fueron con nosotros,* ciertamente no les daremos nada del despojo que libramos, salvo a cada uno su esposa y sus hijos, y que los conduzcan y se vayan”. 23 Pero David dijo: “No deben hacer así, hermanos míos, con lo que Jehová nos ha dado,+ ya que él nos resguardó+ y dio en nuestra mano la partida merodeadora que vino contra nosotros.+ 24 ¿Y quién los escuchará a ustedes tocante a este dicho?* Porque como la parte que corresponde al que bajó a la batalla, aun así será la parte que corresponda al que se quedó junto al bagaje.+ Todos participarán juntos”.+ 25 Y desde aquel día en adelante aconteció que él lo mantuvo establecido como disposición reglamentaria y decisión judicial+ para Israel hasta el día de hoy.
26 Cuando David llegó a Ziqlag, procedió a enviar parte del despojo a los ancianos de Judá, sus amigos,+ diciendo: “Aquí está un regalo+ de bendición para ustedes del despojo de los enemigos de Jehová”. 27 A los que estaban en Betel,+ y a los de Ramot+ del sur, y a los de Jatir,+ 28 y a los de Aroer, y a los de Sifmot, y a los de Estemoa,+ 29 y a los de Racal, y a los de las ciudades de los jerahmeelitas,+ y a los de las ciudades de los quenitas,+ 30 y a los de Hormá,+ y a los de Borasán,+ y a los de Atac, 31 y a los de Hebrón,+ y a todos los lugares por donde David había andado, él y sus hombres.
31 Ahora bien, los filisteos estaban peleando contra Israel,+ y los hombres de Israel se pusieron en fuga de delante de los filisteos, y siguieron cayendo muertos+ en el monte Guilboa.+ 2 Y los filisteos continuaron siguiendo de cerca a Saúl y sus hijos; y los filisteos por fin derribaron a Jonatán+ y a Abinadab+ y a Malki-súa,+ hijos de Saúl. 3 Y el pelear se hizo reñido contra Saúl, y los disparadores, los saeteros, por fin lo hallaron, y fue gravemente herido por los disparadores.*+ 4 Entonces Saúl dijo a su escudero: “Desenvaina tu espada+ y atraviésame con ella, para que no vengan estos incircuncisos+ y ciertamente me atraviesen y me traten abusivamente”. Y su escudero no quiso,+ porque tenía mucho miedo. De modo que Saúl tomó la espada y cayó sobre ella.+ 5 Cuando su escudero vio que Saúl había muerto,+ entonces él también cayó sobre su propia espada, y murió con él.+ 6 Así Saúl y sus tres hijos y su escudero, aun todos sus hombres, llegaron a morir juntos en aquel día.+ 7 Cuando los hombres de Israel que estaban en la región de la llanura baja y que estaban en la región del Jordán vieron que los hombres de Israel habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, entonces ellos empezaron a dejar las ciudades y huir,+ después de lo cual los filisteos procedieron a entrar y a morar en ellas.+
8 Y al día siguiente aconteció que, cuando los filisteos vinieron para despojar a los que habían sido muertos,+ llegaron a hallar a Saúl y sus tres hijos caídos sobre el monte Guilboa.+ 9 Y procedieron a cortarle la cabeza+ y a despojarlo de su armadura y a enviar a la tierra de los filisteos todo en derredor para dar informe+ a las casas de sus ídolos+ y al pueblo. 10 Al fin pusieron la armadura+ de él en la casa de las imágenes de Astoret,+ y su cadáver lo fijaron en el muro de Bet-san.+ 11 Y tocante a él, los habitantes de Jabés-galaad+ llegaron a oír lo que los filisteos habían hecho a Saúl. 12 En seguida todos los hombres valientes se levantaron y caminaron toda la noche, y quitaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos del muro de Bet-san, y llegaron* a Jabés y los quemaron allí.+ 13 Entonces tomaron sus huesos+ y los enterraron+ bajo el tamarisco+ de Jabés, y se dieron al ayuno por siete días.+
Que significa: “Nombre de Dios”, es decir, invocar el nombre de Dios. Heb.: Schemu·’él; Vgc(lat.): Sá·mu·el.
“De Ramataim-zofim.” O: “de Ramá, zufeo”. LXX: “de Armataim-zifa”; Vg: “de Ramataim-sofim”. Véanse el v. 19 y 1Cr 6:26, 35.
Por haberse establecido en el territorio de Efraín, pero Elqaná en realidad era levita. Véase 1Cr 6:19, 22-28.
Lit.: “de días en días”. Compárese con Éx 13:10; Jue 11:40; Jue 21:19.
“A Jehová de los ejércitos.” Heb.: la·Yhwáh tseva·’óhth; la primera vez que aparece esta expresión en M.
“Los dos hijos de Elí”, MSyVg; LXX: “Elí y sus dos hijos”.
“Sin embargo”, LXX; Vg: “lamentable, porque”.
O: “compañera”.
“Ella”, probablemente; Sy: “Peniná”; M: “él”.
“Ella”, MLXXSy; Vg: “ellos”.
Aquí el pronombre sobrentendido es “ellos”. “Ellos”, LXX; M: “ella”. Este pronombre fem. se refiere al grupo del cual se había separado Ana.
“En Siló.” Heb.: veSchi·lóh; posiblemente, por una enmienda: “en el salón”, es decir, el salón donde se comía, o el comedor.
“Y después del beber.” En heb. el verbo aquí está en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal. LXX: “y ella tomó su puesto delante de Jehová”.
“Templo de.” Heb.: heh·kjál; gr.: na·óu; lat.: tém·pli. La primera vez que aparece esta palabra heb. Véanse 2Re 20:18 y Mt 23:16, nn.
Lit.: “como una hija de belial (inutilidad)”.
Lit.: “de los días”. Compárese con Éx 34:22, que se refiere a la fiesta de la recolección.
Véase la n del título.
Lit.: “el sacrificio de los días”. Compárese con v. 3, n: “Año”.
“Su”, MVg; Sy: “tu”.
“Un toro de tres años”, LXXSy; MVg: “tres toros”.
Unos 22 L (20 qt. á.).
“Entrar”, LXX; MSyVg: “introducirlo en”.
Por una enmienda; M: “Y el muchacho [era] un muchacho”. Heb.: wehan·ná·‛ar ná·‛ar; LXX: “Y el muchacho estaba con ellos”; Vg: “El muchacho todavía era un infante”.
Aquí el pronombre sobrentendido es “ellos”. “Ellos [...] llevaron”, MSyVg; LXX: “Ana la madre del muchacho llevó”.
Lit.: “he dejado que [uno] lo pida”, es decir, lo tome prestado para Jehová. El mismo verbo se usa en 2Re 4:3; 2Re 6:5, en el sentido de tomar prestado.
“En efecto él exista”, M; TLXXSy: “él esté vivo”.
O: “uno tomado prestado para (uno prestado a) Jehová”.
“Él”, es decir, Elqaná. Véase 2:11.
“En Jehová”, MVg; LXX y 27 mss heb.: “en mi Dios”.
“Como nuestro Dios.” Heb.: kE’·lo·héh·nu; gr.: The·ós; lat.: Dé·us.
“Dios de.” Heb.: ’El; gr.: The·ós; lat.: Dé·us.
“Por él”, MmargenVg y muchos mss heb.
Lit.: “El arco de hombres poderosos está”.
O: “que están por tropezar”.
Lit.: “cesan. Hasta”. Por una leve enmienda de M: “cesan de servir (obrar como esclavos)”.
“Y Uno que conserva la vida.” O: “y un Revivificador”. Heb.: u·mejai·yéh; lat.: vi·ví·fi·cat.
El sepulcro común de la humanidad. Gr.: hái·dou; sir.: la·schiul; lat.: in·fér·num. Véase Ap. 4B.
“La tierra productiva”, MSy; lat.: ór·bem, “el círculo”, es decir, de la tierra.
O: “sus hombres de amor leal”.
“Hombre.” Heb.: ’isch; gr.: a·nér; lat.: vir.
“Ellos”, SyVg; M: “él”, es decir, cada miembro de la clase que contienda contra él.
“Su ungido (mesías).” Heb.: meschi·jóh; gr.: kjri·stóu; sir.: dam·schi·jeh; lat.: chrí·sti.
“Entonces [...] casa”, MVg; LXXB: “Y ella lo dejó allí delante de Jehová y se fue a Armataim”.
O: “servidor”. Heb.: mescha·réth; gr.: lei·tour·gón, “siervo público”; lat.: mi·ní·ster.
Lit.: “hijos de belial (inutilidad)”.
“De parte de”, TLXXSy y unos cuantos mss heb.; M: “con”. Véase Dt 18:3.
“Para sí”, LXXSyVg; M: “en (con) él”.
“Allí”, MSy; LXX: “para ofrecer sacrificios a Jehová”.
“No”, MmargenLXX y 20 mss heb.; M: “a él”; SyVg: “a él. No”.
O: “jóvenes”.
O: “que Jehová pidió (tomó prestada)”, por omitir la preposición heb. para “a”; M tiene los puntos vocálicos para que diga: “que él pidió (tomó prestada) para Jehová”.
“Su (de ellos)”, Sy y 12 mss heb.; M: “su (de él)”.
“De modo que ella aún dio a luz”, LXX.
“Que servían.” Heb.: hats·tso·ve’óhth. Este es un verbo que se empleaba con referencia al servicio militar, y su uso indica que estas mujeres rendían servicio organizado en compañías.
“Y que [...] tienda de reunión”, M; LXX omite estas palabras.
M añade: “aun estas [palabras]”, pero parece que esta frase es una repetición.
O: “y haciéndose mejor”.
“Un hombre de Dios.” Heb.: ’isch-’Elo·hím.
“Como esclavos”, LXX; MSyVg omiten esta frase.
“Hubo un escoger[lo].” En heb. estas palabras son un solo verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.
“Para mí [...], para que hiciera trabajo de sacerdote”, LXX; MSyVg: “para mí [...] como sacerdote”.
O: “para hacer humear incienso”.
“[Hacer en mi] morada.” M usa aquí “morada” en sentido absoluto, sin calificativos.
“Ustedes”, M; T: “ellos”.
“Mi pueblo.” Posiblemente, por una enmienda: “a plena vista de mí”, para concordar con LXX.
“Tus”, MSyVg; LXX: “sus (de él)”.
“Tu”, MSyVg; LXX: “su (de él)”. Probablemente LXX se refiere a Abiatar, descendiente de Elí.
“Morirán por la espada de los hombres”, LXX; MSy: “morirán como hombres”.
O: “fiel; firmemente establecida”.
“Mi ungido.” Heb.: meschi·jí; gr.: kjri·stóu; sir.: meschi·jai; lat.: chrí·sto.
Lit.: “todos los días”.
“La lámpara de Dios”, es decir, el candelabro. Véase Le 24:2, 3.
“Procedió a llamar a Samuel”, MSyVg; LXX: “llamó: ‘¡Samuel, Samuel!’”. Véase el v. 10.
“Y tienes que informarle”, en armonía con el v. 15; MLXXSyVg: “Y yo he informado”.
Según MSy; por una leve enmienda: “por la razón de que él ha sabido que”; LXX: “por las injusticias de sus hijos, porque”.
Originalmente: “Dios”, pero enmendado por los soferim para que dijera: “para sí mismos”. Una de las Dieciocho Enmiendas. Gr.: The·ón, “Dios”. Véase Ap. 2B.
LXX añade: “y se levantó temprano por la mañana”.
O léase: “ocurriendo”.
Muchos mss heb. dejan aquí un espacio en blanco, posiblemente para indicar una omisión, que en LXX se cubriría con esta añadidura: “Y en aquellos días ocurrió que los forasteros (filisteos) empezaron a reunirse contra Israel para la batalla”.
O: “salió contra los filisteos”, M; LXX: “salió a encontrarlos”.
O: “sobre”.
“Ebenézer.” Lit.: “la Ayuda Pétrea”. Heb.: ha·’É·ven (“la Piedra”) ha·‛É·zer (“la Ayuda”); gr.: A·be·né·zer; Vg: “la Piedra de Ayuda”. Compárese con 7:12, n: “Ebenézer”.
“La batalla siguió inclinándose”, LXX, es decir, desfavorablemente para Israel.
“Que fueron derribando a unos cuatro mil hombres”, M; LXXSyVg: “y (unos) cuatro mil hombres fueron derribados”.
O léase: “hombres mayores”.
O: “entre”. M omite esta palabra.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím; SyVg: “Jehová”; Vgc: “Dios”. Véase Ap. 1F.
“Dios.” Heb.: ’Elo·hím, pl. para denotar majestad, con el verbo en sing. “ha entrado”; LXX: “Estos dioses”; lat.: Dé·us.
O: “¿estos dioses majestuosos? Estos son los dioses que fueron los golpeadores”. En M estas palabras están en pl. y quizás denoten majestad hasta por parte de los paganos filisteos. Véase 5:7, n.
“Tienda”, LXXSyVg; M: “tiendas”.
“Dios.” Heb.: ’Elo·hím; gr.: The·óu; lat.: Dé·i; Sy: “Jehová”.
“Línea de batalla”, M; Vg: “batalla”; LXX: “campamento”.
O: “traer a la memoria”.
Lit.: “sus dolores dieron la vuelta”.
Que significa: “¿Dónde Está la Gloria?”.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím; LXX: “Jehová”. Véase Ap. 1F.
LXX añade: “y entraron en la casa de Dagón y miraron”.
“Tomaron”, MSyVg; LXX: “levantaron”.
O: “podio”.
Lit.: “Solamente Dagón”, pues parece que el ídolo de Dagón era mitad hombre y mitad pez.
LXX añade: “porque los que pasan (saltan) por encima pasan (saltan) por encima”. Compárese con Sof 1:9.
O: “empezó a desolar[los]”.
O: “con diviesos en plaga”. Heb.: ba‛·fo·lím. Puesto que esta palabra heb. se relaciona con el ano humano, los masoretas, en despliegue de modestia, pusieron a la palabra los puntos vocálicos de tejo·rím, “tumores”. También pusieron esta palabra en el margen, para que se leyera en lugar de la otra.
“Nuestro dios.” Heb.: ’elo·héh·nu, pl. para denotar majestad, aplicado a Dagón; gr.: the·ón; lat.: dé·um. Compárese con Jue 16:23, n.
“Hasta Gat”, LXX.
“Desde el pequeño hasta el grande, y sus rectos salientes empezaron a pudrirse. Y la gente de Gat entró en consulta y se hicieron asientos de pieles”, Vgc.
“El Dios [verdadero].” Heb.: ha·’Elo·hím, donde el artículo definido ha, “el”, precede al título ’Elo·hím para distinguirlo del dios falso Dagón. Véase Ap. 1F.
LXX añade: “y su país se infestó de ratones”.
“Jerbos.” Roedores semejantes a ratones, con largas patas traseras para saltar.
“Cada uno de ustedes”, T y ocho mss heb.; LXXSy: “ustedes”.
Lit.: “tienen un solo azote”.
Lit.: “sus hijos”.
“Hemorroides”, 18 mss heb., para concordar con el v. 5; M: “tumores”.
Lit.: “empezaron a estar derechas”.
“Mugiendo al ir.” En heb. estos son dos verbos en el infinitivo absoluto, indefinidos en cuanto tiempo, e impersonales.
“La gran piedra”, TLXX y tres mss heb.; SyVg: “Abel el Grande”, para concordar con M, que dice: ’A·vél, “Abel”, en vez de ’é·ven, “piedra”.
“Testigo”, o: “aún (todavía)”, al poner puntos vocálicos diferentes; M: “tan lejos como”.
“Y él se puso a derribar a los hombres de Bet-semes”, M(Sy)Vg; LXX: “Y los hijos de Jeconías no estaban complacidos con los hombres de Bet-semes”; o: “Entre los hombres de Bet-semes los hijos de Jeconías no [la] recibieron gustosamente”.
“Setenta hombres —cincuenta mil hombres—.” En M la frase “cincuenta mil hombres” no está relacionada con “setenta hombres” por la conjunción waw, “y”, como sucede con las referencias a cifras en otros lugares, como en Nú 1:21-46. Esto pudiera indicar que “cincuenta mil hombres” es una interpolación. Sy: “Y Jehová derribó entre el pueblo a cinco mil setenta hombres”; el texto árabe concuerda. TJ: “Y él derribó a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, y a cincuenta mil entre la congregación”; LXX: “Y él derribó a setenta hombres entre ellos, y a cincuenta mil de los hombres”; Josefo (Antigüedades judías, Libro VI, capítulo 1, párr. 4) menciona que solo 70 hombres fueron muertos, y omite toda referencia a 50.000.
“En la colina”, MLXX; Vg: “en Guibeah”.
O: “Israel siguió apegándose a”.
Lit.: “los dioses del (país) extranjero”.
LXX añade: “sobre la tierra”.
“Jesaná.” Sy: “Bet Jasán”. (Véase 2Cr 13:19.) Lit.: “el Diente”. Heb.: hasch·Schén.
Compárese con Éx 18:21, nn.
“Manadas”, LXX; MSyVg: “jóvenes”.
Lit.: “un hijo de un hombre un jaminita”.
O: “bueno”.
“Él”, MSy; LXXVg: “ellos”.
“Un hombre de Dios.” Heb.: ’isch-’Elo·hím.
Véase Ap. 8A.
Aquí el pronombre sobrentendido es “yo”. “Yo”, M; LXX: “tú”.
“La aflicción de mi pueblo”, TLXX; MSyVg: “mi pueblo”.
“Lo que se ha reservado”, por una leve enmienda; M: “lo que ha sobrado”.
“Para ti, para que comas con los invitados”, por una enmienda. Lit.: “para ti... diciendo: ‘Al pueblo he invitado’”. M presenta lectura oscura.
“Y él continuó hablando con Saúl en la azotea. (26) Entonces madrugaron”, M; LXX: “y ellos prepararon un lecho para Saúl en la azotea, (26) y él durmió”; Vgc: “y él habló con Saúl en la azotea; y Saúl se estiró en la azotea y durmió. (26) Y cuando se hubieron levantado por la mañana”.
“La palabra de Dios.” Heb.: devár ’Elo·hím. Compárese con Jue 3:20.
Aquí el escriba heb. puede haber hecho una omisión (causada por homoyoteleutón). LXX dice: “¿No te ha ungido Jehová por caudillo sobre su pueblo, sobre Israel? Y gobernarás sobre el pueblo de Jehová, y los salvarás de la mano de sus enemigos en derredor. Y esta será la señal para ti de que Jehová”; Vgc es similar.
“Decir: ‘No, sino’”, LXXSyVg y 35 mss heb.; M: “decirle: ‘Pero’”.
O: “subdivisiones tribuales”.
LXX añade: “Y acercan la familia de los matritas, hombre por hombre”.
“Pero él continuó como uno que ha quedado mudo”, M; por una enmienda de acuerdo con LXX: “Y sucedió aproximadamente un mes más tarde”. LXX empieza el capítulo 11 con esas palabras.
O: “Jabés-galaad”.
“Espíritu de Dios.” Heb.: ru·aj-’Elo·hím; TLXXVg y dos mss heb.: “espíritu de Jehová”.
Aquí el pronombre sobrentendido es “ellos”. “Ellos”, MVg; LXXSy: “él”.
Véase Éx 14:24, n.
“Ammón”, MVg; TLXXSy y tres mss heb.: “los hijos de Ammón”.
“Saúl... ¿ha de ser rey?”, MVgc; LXXSy: “Saúl... él no debe ser rey”.
“Saúl”, MSyVg; LXXB y otros mss gr.: “Samuel”.
“Y allí Samuel ungió a Saúl para ser rey”, LXX.
“Su ungido.” Heb.: meschi·jóh; gr.: kjri·stóu; sir.: meschi·jeh; lat.: chrí·sto. Véase 11:15, n.
“O”, TLXXSy y muchos mss heb.
O: “un rescate”. Heb.: kjó·fer; gr.: e·xí·la·sma.
“¿He aceptado dinero con que se compra el silencio para que cubriera mis ojos con él?”, M; LXX: “¿he aceptado una expiación, hasta una sandalia? Respondan contra mí”.
Aquí el pronombre sobrentendido es “ellos”. “Ellos”, TLXXSyItVg y 18 mss heb.; M: “él”.
Lit.: “ellos dijeron (él dijo): ‘Testigo’”, MLXXSyVg.
“Jehová es testigo”, LXX; Sy: “Solo Jehová es Dios”; MVg: “Jehová”.
“Y les relataré”, LXX; M omite esta frase.
“Jacob”, MSyVg; LXX: “Jacob y sus hijos”.
LXX añade: “y Egipto los humilló”.
“De Egipto y los hicieran”, M; LXXVg: “de Egipto y él los hizo”.
O: “príncipe”. Heb.: sar.
“Bedán”, MVg; LXXSy: “Barac”.
“Samuel”, MLXXVg; LXXLSy: “Sansón”.
“Y sus padres”, MVg; Sy: “como estuvo contra sus antepasados”; LXX: “y contra su rey”.
O: “voces; sonidos”.
El número falta en M.
“Tienda”, LXX; MVg: “tiendas”; Sy: “casa”.
“Gueba”, MSy. Véase Jue 20:10, n: “Guibeah”.
“Treinta”, MLXXVg; LXXLSy: “tres”.
O: “cavidades subterráneas”.
“Había dicho”, TLXX y cuatro mss heb.; M omite esta frase.
O: “pensé”.
LXXIt añaden: “y el resto del pueblo subió detrás de Saúl para encontrarse con los guerreros. Partieron de Guilgal”.
Que significa: “Hienas”.
“Forjaran”, LXX. Compárese con Gé 4:22.
Peso antiguo de aproximadamente dos terceras partes de un siclo.
Lit.: “diente del peñasco”.
“Una columna”, M; LXX omite esta frase.
Lit.: “Jehonatán”.
“Una yugada de tierra en un campo.” Lit.: “una yunta de un campo”, es decir, la medida de tierra que una yunta de toros puede arar en un día.
“Y, ¡mire!, el campamento estaba en conmoción desde un extremo hasta el otro”, LXX.
“A Ahíya: ‘¡Acerca el efod!’. (Porque él llevaba el efod en aquel día delante de Israel.)”, LXX.
“Y los esclavos que anteriormente estaban con los filisteos, subiendo al campamento, dieron la vuelta y estuvieron a favor de estar con los israelitas que se hallaban con Saúl y Jonatán”, LXX.
“Y la batalla pasó a Bet-aven. Y todo el pueblo que estaba con Saúl era de unos diez mil hombres. Y la batalla fue extendida a toda ciudad de la región montañosa de Efraín”, LXX.
“Se hallaban en severa estrechez”, M; algunos mss heb.: “se acercaron”.
“Y no obstante Saúl [...] juramento”, por una leve enmienda; M: “y Saúl obró voluntariosamente con el pueblo”; LXX: “Y Saúl cometió por ignorancia un gran pecado de error en aquel día y puso al pueblo bajo una maldición (diciendo: ‘Maldito es el hombre que coma pan antes de atardecer’)”.
Lit.: “las torres de las esquinas”, que alude a hombres vitales o importantes, jefes.
LXX añade: “¿por qué no contestaste a tu siervo hoy? Si en mí o en Jonatán mi hijo está la injusticia, oh Jehová, el Dios de Israel, da manifestaciones claras [Urim]. Y si así dijeras: En tu pueblo Israel”; ItVgc hacen una añadidura similar. Véase Éx 28:30, n: “Tumim”.
O: “era victorioso”, de acuerdo con LXXVg; M: “trataba como inicuos (condenados)”.
Según 1Cr 8:33, Ner era el abuelo de Saúl, y por lo tanto Abner, siendo hermano de Quis (v. 51), era tío de Saúl.
“Hijo”, MSyVg; LXX: “el hijo de Jamín, el hijo (de Abiel)”.
O: “Y Quis, el padre de Saúl, y Ner, el padre de Abner, eran hijos de Abiel”, por una leve enmienda. Véanse 9:1; Antigüedades judías, por Josefo, Libro VI, capítulo 6, párr. 6.
“Te barra”, por una leve enmienda; M: “te junte (recoja)”.
O: “amor leal”.
“Gordos”, T; M: “animales de la segunda camada”, por lo tanto, considerados más valiosos.
O léase: “ocurrió a; llegó a ser para”.
“Esto le causó angustia a Samuel”, por una leve enmienda; M: “Samuel se encolerizó”.
“Él”, Mmargen; M: “ellos”.
Lit.: “Amaleq”.
“El adelantar[se] presuntuosamente.” En heb. estas palabras son un verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.
“Terafim”, MLXX; Vg: “idolatría”.
“Él”, MSy; LXX: “Jehová”.
“De ser rey”, MVg; LXX: “de ser rey sobre Israel”.
O: “para que adore a”.
O: “Eminencia”, MSy; Vg: “Triunfador”.
O léase: “hombre”. Heb.: ’a·dhám; gr.: án·thro·pos; lat.: hó·mo; Sy: “hijo del hombre”.
“Él”, MVg; LXXSy: “Saúl”.
O: “en grilletes”. O: “alegremente”. LXX: “temblando”.
O: “empezó a pensar”.
Lit.: “en tu mano”.
“Su ungido.” Heb.: meschi·jóh; gr.: kjri·stós; sir.: meschi·jeh; lat.: chrí·stus.
“Es como Dios ve”, LXX; M omite esta frase.
Lit.: “ve en cuanto a los ojos”.
Lit.: “ve en cuanto al corazón”.
“Un joven de”, por una enmienda de M, עִם (ʽim, “junto con”) a עֶלֶם (ʽeʹlem, “mozo”). Compárese con 17:56; 20:22.
“De Dios”, MVg; LXX: “de Jehová”.
Lit.: “permaneció delante de él”, es decir, para atenderlo.
Unos 2,9 m (9 pies 5,75 pul.).
Unos 57 kg (125 lb. a.).
Unos 6,84 kg (15 lb. a.).
LXXB omite los vv. 12-31.
“Había envejecido y estaba avanzado en años”, Sy; LXXL: “era viejo, de muchísimos años”; Vg: “era viejo y de gran edad entre los hombres”.
Unos 22 L (20 qt. á.).
“Leche”, M; Vg: “queso”.
“Dios vivo.” Heb.: ’Elo·hím, seguido por el adjetivo jai·yím, “vivo”, ambos están en pl. para denotar majestad y excelencia. En LXXASyVg, “vivo” está en sing. Véase Dt 5:26, n.
LXXB omite los vv. 12-31.
“Hombre alguno”, MSy; LXX: “mi señor”.
Lit.: “el león”. Heb.: ha·’arí, el león africano.
Véase v. 26, n.
“Entonces añadió David”, MSyVg; LXX omite esta frase.
O: “mano”.
“Y se fatigó caminando de un lado para otro una y dos veces”, LXX.
O: “su dios”. Compárese con 5:7, n.
Según MSyVg; LXX: “tus miembros y los miembros [de los cadáveres] del campamento de los filisteos”.
“Personas de toda la tierra.” Lit.: “toda la tierra”, pero esta frase está acompañada por un verbo en pl. Compárese con Gé 41:57, n.
“Un Dios que pertenece a Israel.” Heb.: ’Elo·hím leYis·ra·’él; TLXXSyVg y 15 mss heb.: “un Dios en Israel”.
“Se le hundió en la frente”, MSyVg; LXX: “atravesó el casco mismo y penetró en su frente”.
“Valle.” Heb.: ghai’; LXX: “Gat”.
O: “el camino de las Dos Puertas”.
LXXB omite desde el v. 55 hasta “filisteos” inclusive en 18:6a.
Lit.: “de Jehonatán”. Véase 19:1, n.
Lit.: “el filisteo”, pero en sentido colectivo. LXXB omite la porción desde 17:55 hasta aquí.
Lit.: “malo a sus ojos”.
O: “batallas”.
Lit.: “fue correcto a sus ojos”.
“Por una de las dos mujeres”, T; M: “Por dos”, es decir, una segunda vez.
Lit.: “fue correcto a los ojos de David”.
“Doscientos”, MSyVg; LXX: “cien”.
“Con David, y todo Israel lo amaba”, LXX.
“Jonatán.” Heb.: Yoh·na·thán. En todas las otras referencias al hijo de Saúl, desde 18:1 hasta el final de 2Sa, M dice: Yehoh·na·thán, también traducido “Jonatán”.
Sy añade: “por su mano”.
“De Jehová”, MSyVg; LXX: “de Dios”.
O: “colcha”.
O: “Envíame, para que yo no te dé muerte”.
Posiblemente: “compañía; partida”. LXX: “ecclesía”; Sy: “asamblea”; Vg: “división en cuña”.
“El pozo de la era que está en Sefí [la altura pelada]”, LXX.
O: “vestido con muy poca ropa”.
Lit.: “y no destapar mi oído”.
“Diga”, MSyVg; TLXX: “desee”.
Lit.: “el tercero”, M; LXX omite esta frase.
O: “amor leal”.
“Sea testigo”, o: “da testimonio”, Sy; LXX: “conozca”; M omite esta frase.
O: “si ello es bueno para con David”.
Lit.: “destaparé tu oído”.
“Para conmigo. Y si yo de hecho muriera, (15) tú no”, LXXVg.
“Será cortado el nombre de Jonatán de la casa de David”, LXX; M: “Y Jonatán procedió a contratar (hacer un pacto) con la casa de David [, diciendo]”.
“Volvió a jurarle a David”, LXXVg; MSy: “hizo que David jurara de nuevo”.
“Cerca de ese montículo de tierra”, por una enmienda de M para concordar con LXX; Vg: “cerca de la piedra, el nombre de la cual es Ézel”.
Posiblemente: “el tercer día dispararé flechas”.
Lit.: “tómala”.
“Comida (pan)”, MSy; LXX: “mesa”.
De acuerdo con LXX. Lit.: “pero Jonatán se levantó”.
“No se ha limpiado”, LXX; M: “no está limpio”.
“Tú eres socio de”, LXX.
Lit.: “porque él es hijo de la muerte”.
“Su amo.” Heb.: ’adho·náv, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia. Véase Gé 39:2, n.
MLXX terminan aquí el capítulo 20.
“David”, LXXVgc; M: “él”.
“Jóvenes”, es decir, de su séquito.
“Si hay cinco panes bajo tu mano, da en mi mano”, LXX; MSy: “¿qué hay bajo tu mano? Solo da cinco panes en mi mano, o”.
Es decir, en una expedición militar.
O: “vasos”.
O: “pan de la Presencia”, M; Vg: “pan de la presentación”.
Lit.: “caliente”, es decir, acabado de hornear.
“El más poderoso de los corredores”, por una leve enmienda de M.
Lit.: “en las”.
O: “sus miríadas”.
“Y siguió tamborileando”, LXX.
O: “ciudad”, representada por la puerta. LXX: “ciudad”.
Lit.: “como príncipe”. Heb.: lesár. Véase Gé 40:2, n.
Lit.: “salgan [para estar] con ustedes”.
O: “la fortaleza”. Sy: “Mizpá”.
“En el lugar alto.” O: “en Ramá”. Heb.: ba·ra·máh; LXXB,L: “en Bamá”.
Lit.: “corta”. Véase Gé 15:18, n.
“Que se compadezca de mí”; o: “que me tenga lástima”.
“Uno que espera en emboscada”, MVg; LXX: “enemigo”.
O: “al lado de”.
“Jehová”, MVg; LXXSy: “Dios”.
“Haber un inquirir.” En heb. estas palabras son un solo verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.
“De lino”, MSyVg; LXX omite esta frase.
Lit.: “Yo me he vuelto contra”, M; SyVg: “Yo soy culpable respecto a”; LXX: “Yo soy responsable por”.
“Había un efod que bajó”, M; T: “él bajó el efod”.
“Vendido”, TLXX; M: “apartado (rechazado)”; Vg y, por la alteración de la primera letra de esta palabra en M: “entregado”.
“Los terratenientes de.” Heb.: va·‛aléh; Vg: “hombres”.
“Seiscientos”, MSyVg; LXX: “cuatrocientos”.
“Dios”, MSyVg; LXX: “Jehová”.
“Continuó en temor”, por una diferencia de puntos vocálicos del verbo heb.; M: “llegó a ver [que]”.
Que significa: “Lugar Arbolado”.
O: “los zifeos”.
O: “del desierto”.
O: “con certeza; de seguro”.
O: “las subdivisiones tribuales”.
La parte del valle de la grieta que se extiende hacia el sur del golfo de Aqaba en el mar Rojo.
Lit.: “al lado de la derecha”, es decir, cuando uno mira al este.
“El peñasco y continuó morando”, MSyVg; LXX: “el peñasco que está”.
O: “han llamado a aquel lugar Sela-hammajleqot”, refiriéndose a los lugares lisos o resbaladizos.
MLXXVg empiezan aquí el capítulo 24.
Lit.: “entró para cubrir sus pies”.
“Falda de la vestidura sin mangas”, TLXXSyVg y ocho mss heb.; M: “falda”.
“A mi señor, el ungido de.” Heb.: la’·dho·ní lim·schí·aj; gr.: toi ky·rí·oi mou toi kjri·stói; sir.: lemari lam·schi·jeh; lat.: dó·mi·no mé·o chrí·sto.
“En su casa”, MLXXVg; Sy: “en su lugar de entierro”.
“Parán”, MSyVg; LXX: “Maón”.
Una ciudad en la región montañosa de Judá, a 12 km (7,5 mi.) al sur de Hebrón; no es lo mismo que el mte. Carmelo. Véase Jos 15:20, 54, 55.
Por una leve enmienda de M; heb.: le·jái, “al viviente”.
Lit.: “los”.
“Su amo.” Heb.: ’adho·náv. Véase 20:38, n.
“Agua”, MSyVg; LXX: “vino”.
Lit.: “para bendecir a nuestro amo”.
“Un sujeto que [...] no sirve para nada.” Lit.: “un hijo de belial (inutilidad)”.
Un sea equivalía a 7,33 L (6,66 qt. á.).
“Haga a David”, LXX. Compárese con 2Sa 12:14, n.
“Orinan contra la pared.” Modismo heb. que alude a los varones.
Que significa: “Insensato”. Heb.: Na·vál.
“Y la insensatez.” Heb.: u·neva·láh.
Lit.: “con sangres”.
“Hacer que [...] venga en [...] salvación.” En heb. estas palabras son un solo verbo en el infinitivo absoluto, indefinido en cuanto a tiempo, e impersonal.
O: “una casa fiel (firmemente establecida)”.
Lit.: “en ti desde tus días”, es decir, todos los días que has vivido desde tu nacimiento.
“Trastabillar.” Con esto se denota remordimientos de conciencia.
“La mano de mi señor”, LXX; M: “mi señor”.
Véase v. 22, n: “Pared”.
Lit.: “al pie de ella”.
O: “siguiendo”.
O: “los zifeos”.
“Ocultándose cerca de nosotros”, LXX.
O: “al desierto”.
“Dios”, MVg; Sy: “Tu Dios”; LXX: “Jehová”.
“Contra el ungido de.” Heb.: bim·schí·aj; gr.: kjri·stón; sir.: meschi·jeh; lat.: chrí·stum.
“Tu señor.” Heb.: ’adho·néi·kja, pl. para denotar excelencia. Véase 20:38, n.
Lit.: “ustedes hombres son los hijos de la muerte”.
Lit.: “hijos del hombre”. Heb.: benéh ha·’a·dhám.
“Buscar una sola pulga”, MSyVg; LXX: “buscar mi alma”.
“Desde Tela(m)”, LXX12 mss; heb.: me·‘oh·lám, “desde hace mucho [tiempo]”. Compárese con 15:4; Jos 15:24.
“Tú mismo”, MSy; LXXVg: “ahora”.
“Médium espiritistas.” Agentes humanos usados como instrumento de un demonio de adivinación. LXX: “ventrílocuos”; lat.: má·gos, “astrólogos”. Véase Hch 16:16.
Lit.: “con una gran voz”.
“Un dios.” Heb.: ’elo·hím, pl., probablemente para denotar excelencia y con referencia a una sola persona, aunque en heb. el verbo “subía” está en pl., pues la mujer vio subir solo la figura de un viejo. Véase 5:7, n.
“Viejo”, MSyVg; LXXItLegionensis(margen): “hombre erguido”.
“Y Dios.” Heb.: wE’·lo·hím, pl. para denotar excelencia, con el verbo “se ha apartado” en sing.
“Tu adversario”, MVg; LXXSy: “con tu semejante (prójimo)”.
“Para sí”, M; LXXVg y cinco mss heb.: “para ti”.
Según MSyVg; LXX: “mañana tú y tus hijos contigo caerán”.
“Sacrificó”, MLXX.
“Días, este segundo año”, LXX; M: “estos días o estos años”; Vg: “muchos días o años”.
“Un resistidor.” Heb.: lesa·tán; lat.: ad·ver·sá·ri·us.
“Su señor.” Heb.: ’adho·náv. Véase 20:38, n.
“Las mujeres y todas las cosas que”, LXX; M: “las mujeres que”.
“Nadie”, o: “[ningún] hombre”, MVg; LXX: “[ningún] hombre o mujer”.
“Por Dios.” Heb.: vE’·lo·hím; gr.: The·óu; lat.: Dé·um.
LXXL añade: “Y él se lo juró”.
“Para darlos por entero a la destrucción”, por una enmienda; M: “de su día siguiente”.
O: “tras David”.
Aquí el pronombre sobrentendido es “ellos”. “Ellos”, M; LXXSyVg: “él”.
“Con nosotros”, LXXSyVg y seis mss heb.; M: “conmigo”.
“¿Este dicho?”, MSyVg; LXX: “¿este dicho? Porque ellos no son menos que ustedes”.
“Y fue gravemente herido por los disparadores”, para concordar con LXX. Lit.: “y estuvo en mucha angustia debido a los disparadores”.
“Y llegaron”, MVg; LXXSy: “y los llevaron”. Compárese con 1Cr 10:12.