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  • Fe en Dios, un modo de vivir
  • ¡Despertad! 1977
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¡Despertad! 1977
g77 8/5 págs. 20-23

Fe en Dios, un modo de vivir

EN 1974, una organización que se interesa en investigar la opinión pública sobre diferentes asuntos informó que una encuesta que acababa de realizar indicaba que el 69 por ciento de los estadounidenses estaban “absolutamente seguros de que Dios existe.” ¿Podría decirse que esto significaba que todas estas personas tenían fe en Dios? ¡Difícilmente! ¿Por qué no? Porque fe en Dios es un modo de vivir.

Es tremenda la diferencia entre creer que Dios existe y el tener fe en Dios. Así, los ciudadanos de un país pudieran saber que existe cierto político. Pero ¿significaría eso que todos ellos confiaban en él a tal grado que votarían para que fuera su presidente? ¡De ninguna manera!

El escritor bíblico Santiago aclara este mismísimo punto al decir: “Tú tienes fe suficiente para creer que hay un solo Dios, y en esto haces bien; pero también los demonios creen eso, y tiemblan de miedo. ¿Pero no quieres reconocer, tonto, que si la fe que uno tiene no se demuestra con el bien que hace, es una fe muerta? Pues así como el cuerpo sin espíritu está muerto, también la fe está muerta si no se demuestra con el bien que uno hace.” En otras palabras, la fe en Dios es un modo de vivir, resulta en acción, o si no es una fe muerta, cual cadáver.—Sant. 2:19, 20, 26, Versión Popular.

Jesucristo aclaró este mismo punto vez tras vez. Así, concluyó su Sermón del Monte con una ilustración en la que contrastó al hombre prudente que obró en armonía con las palabras de Jesús, haciendo de ellas su modo de vivir, con el hombre insensato que estaba satisfecho con solo escuchar lo que decía Jesús sin hacer nada acerca de ello. Jesús también censuró firmemente a aquellos que ‘se acercaban a Dios con los labios pero cuyos corazones estaban muy alejados de Dios.’ También criticó severamente a los hipócritas religiosos que “dicen y no hacen.” (Mat. 7:24-27; 15:8; 23:1-4) Al comentar en esa ocasión sobre la hipocresía de ciertos individuos Jesús estaba citando del profeta Isaías, lo cual indicaba que una situación parecida existía en el día del profeta.—Isa. 29:13.

Y lo mismo es cierto de muchísimos hoy día que dicen tener fe en Dios. Es de interés que un artículo de fondo en Theology Today de abril de 1974 declaró que “los cristianos, de una manera general, no demuestran ser más amables, más tolerantes, ni más compasivos que las personas de otras religiones o que no tienen ninguna religión.” Pero ¿no deberían ser más amorosos, más compasivos, más tolerantes, puesto que el Maestro y Dechado a quien dicen seguir estableció las más elevadas normas respecto a estas cosas? Triste es decirlo, pero sucede hoy tal como sucedió hace años cuando cierto ensayista norteamericano popular se sintió impulsado a preguntar: “Todo estoico fue un estoico, pero en la cristiandad, ¿dónde está el cristiano?”

Sí, la fe en Dios que Jesucristo enseñó y practicó no es simplemente asunto de creer, sino un camino y modo de vivir. Eso explica por qué cuando se inició, hace mil novecientos años, se le conocía como “El Camino.” Por lo tanto leemos que antes que Saulo (Pablo) de Tarso se convirtiera y llegara a ser él mismo un seguidor de Jesucristo, perseguía “a cualesquiera que hallara que pertenecieran al Camino, tanto a varones como a mujeres.”—Hech. 9:2; vea también Hechos 19:9, 23; 22:4; 24:22.

Conocimiento, un requisito principal

Con buena razón se ha dicho: “La fe es confiar en la palabra de Dios.” Pero, ¿cómo puede uno confiar en la palabra de Dios si no sabe mucho, o no sabe nada, acerca de lo que Dios ha dicho en su Palabra? Es como escribió el apóstol Pablo: “¿Cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez, pondrán fe en aquel de quien no han oído?” (Rom. 10:14) Por eso los testigos cristianos de Jehová no dependen de oradores religiosos dotados de poder persuasivo para convertir a la gente. De ninguna manera. Más bien, primero van de casa en casa buscando a los que ‘suspiran y gimen’ debido a la iniquidad que ven en el mundo y que están “conscientes de su necesidad espiritual.”—Eze. 9:4; Mat. 5:3.

A estas personas dispuestas a aprender, los Testigos les enseñan lo que la Palabra de Dios, la Biblia, dice acerca de las cualidades y atributos de Dios, sus hazañas y lo que él quiere de sus criaturas terrestres. Así los Testigos cumplen el mandato de Jesús: “Vayan y hagan discípulos . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” Dicho observar significa un modo de vivir.—Mat. 28:19, 20.

Comenzando de la manera correcta

Como resultado de ese conocimiento y fe en Dios estos aprendices están preparados para pagar lo que les cueste para hacer de su fe en Dios un modo de vivir. Como ilustración de lo que les cuesta a algunas personas hacerlo, note las siguientes expresiones de personas que se bautizaron en las Asambleas “Victoria Divina” en Argentina a principios de 1974. Tenemos al Sr. C. H., que relató: “Cuatro meses antes que había de emprender el servicio militar llegué a un conocimiento exacto de la verdad bíblica. Esto puso ante mí una decisión importante. Me decidí por Jehová. Aunque he recibido una sentencia de tres años de prisión en el Campo de Mayo, me siento muy feliz hoy al bautizarme como testigo de Jehová.”

Y el Sr. A. L. dijo acerca de sí mismo: “Yo era un comediante de televisión bien conocido. Aprendí la verdad de que Jehová tiene una organización limpia. Debido a la clase de trabajo que hacía me vi obligado a tomar una decisión seria. Después de orar mucho, Jehová me dio la fuerza para tomar la decisión correcta. De modo que empecé a cancelar todo contrato que exigía que desempeñara un papel en funciones inmorales, las que no estuvieran en armonía con principios bíblicos. El hacerlo me costó gran parte de mi popularidad en la TV así como mucho de mis ingresos. Pero tuve gusto en hacerlo por el privilegio de servir a Jehová Dios.”

La Sra. L. M. tuvo éxito en enfrentarse a una prueba de otra clase relacionada con su modo de vivir. Según lo relató ella: “Al principio cuando empecé a estudiar la Biblia con los testigos cristianos de Jehová, mi esposo no se opuso. Pero al ir progresando el estudio bíblico, él se tornó en un verdadero opositor. La primera vez que tuve una asignación en la Escuela Teocrática vino al Salón del Reino y me dijo: ‘Tendrás que escoger entre los testigos de Jehová y yo.’ Le dije que me decidía en favor de Jehová Dios. Después de quince años de casados, mi esposo consiguió una separación legal y actualmente estamos separados. No obstante, me regocijo de estar aquí en esta asamblea y de bautizarme para ser testigo de Jehová.” Se pudieran dar muchísimos más ejemplos para mostrar que la fe en Dios no solo tiene que ver con creer que él existe sino con vivir una vida que esté en armonía con la Palabra explícita de Dios.

Continuando en el Camino

Después que uno comienza en lo correcto, tiene que continuar en el camino correcto y hacerlo por motivos correctos. El cristiano tiene que ‘pagar de vuelta a César las cosas de César,’ por medio de obedecer las leyes del país, incluso las que tienen que ver con el pago de impuestos. (Mat. 22:21) No solo lo hace por temor al castigo, sino también debido a la conciencia. Como aconseja el apóstol Pablo: “Hay por lo tanto razón apremiante para que ustedes estén en sujeción, no solo por causa de esa ira, sino también por causa de la conciencia de ustedes. Pues por eso es que ustedes también pagan impuestos.” (Rom. 13:5, 6) A este respecto los testigos de Jehová han recibido encomio público vez tras vez por su obediencia respetuosa en cuanto a pagar impuestos.

El modo de vivir piadoso incluye también el trabajar concienzudamente como empleado. Hoy día muchos trabajadores hacen lo menos posible o se interesan en complacer a los hombres, y solo trabajan cuando el patrono los está observando. Pero el cristiano verdadero se rige por principios bíblicos como éstos: “Sean obedientes en todo a los que son sus amos. . . . Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma, como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán el debido galardón.” (Col. 3:22-24) Como resultado de aplicar consejo como éste, los testigos cristianos se han cobrado la reputación de ser buenos trabajadores. Típico del resultado que su enseñanza produce en los que la reciben está el proceder de una joven que había estado estudiando la Biblia con los Testigos por solo un período breve. Sus compañeras se burlaban de ella porque trabajaba muy concienzudamente aun cuando el patrón no la estaba observando. Ella contestó: “Pero hay Alguien arriba que está observando todo el tiempo.”

Otra zona que pudiera mencionarse en la que Dios se interesa en el modo de vivir de uno es la fidelidad marital. La Palabra de Dios dice claramente: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.” (Heb. 13:4) Aunque cada vez más clérigos manifiestan desacuerdo con la Palabra de Dios en este asunto, los cristianos verdaderos se atienen a los requisitos de Dios. En este campo también los testigos cristianos de Jehová se han cobrado una reputación excelente. Así sucede que la New Catholic Encyclopedia en su consideración de los “Testigos de Jehová” declara que su “moralidad conyugal y sexual es muy rígida.” Sí, tan rígida como la Biblia.—Tomo 7, pág. 864.

Dando testimonio

Tal vez el aspecto más llamativo en que se deja ver que la fe verdadera en Dios es un modo de vivir es la actividad de uno en testificar, predicar y enseñar. Por eso se nota que Jesús mandó a sus seguidores que dejaran resplandecer su luz delante de los hombres, y les advirtió que no se avergonzaran de confesarlo delante de los hombres o él se avergonzaría de confesarlos delante de su Padre celestial. (Mat. 5:14-16; Mar. 8:38) En particular les impuso esta obligación a sus seguidores en las palabras finales que les dirigió: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos.” Y sus discípulos primitivos entendieron sus palabras, porque leemos que al ser esparcidos por la persecución “fueron por la tierra declarando las buenas nuevas.”—Mat. 28:19, 20; Hech. 8:4.

De hecho, fueron tan industriosos que el apóstol Pablo pudo escribir acerca de “esas buenas nuevas que ustedes oyeron, y que se predicaron en toda la creación que está bajo el cielo.” (Col. 1:23) Jesús también predijo que “estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) Respecto a esto también, los testigos de Jehová son los únicos hoy que hacen de la obra de predicar y enseñar un modo de vivir. Por eso notamos que el año pasado durante el mes de su máxima actividad 2.248.390 de ellos participaron en predicar y enseñar y como promedio se condujeron 1.339.466 estudios bíblicos cada mes en los hogares.

Sí, fe en Dios realmente es un modo de vivir. Trae satisfacción, paz mental y felicidad. No tiene que ver simplemente con creer en Dios y en Cristo Jesús, sino con vivir en conformidad con los principios de la Biblia y participar en dar a conocer a otros la verdad acerca de Dios, Jesucristo y el reino de ellos. Esto es lo que hacen los testigos cristianos de Jehová y están listos para ayudar a todo el que desee adoptar este modo de vivir.

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