¿Se le está persuadiendo sin que lo sepa?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Australia
DURANTE la II Guerra Mundial se introdujo el término “lavado de cerebro” para describir los métodos que un grupo empleaba para imponer sus ideas a otro. Las ideas anteriores de un individuo eran “lavadas” de su cerebro y reemplazadas con ideas y creencias nuevas. Los procedimientos que se usaban y las razones por las cuales se usaban nos dan una visión clara del funcionamiento del cerebro humano y como éste puede ser no solo “lavado,” sino también persuadido a adoptar los puntos de vista que apoya la mayoría.
Cuando el cerebro está sujeto a tensiones irregulares, reacciona de manera defensiva como protección contra el daño cerebral. Este proceso envuelve tres etapas: (1) una igualación de las respuestas. Se responde de igual modo a los asuntos importantes y a los triviales. Los sentimientos no varían mucho. (2) Las cosas triviales causan más disturbios que los asuntos de verdadera importancia. (3) Comienza un cambio completo. Los gustos se convierten en aversiones, y viceversa. En esa etapa el “lavador del cerebro” implanta su propio punto de vista. Entonces el cerebro acepta ideas que previamente odiaba.
La persona más propensa al lavado del cerebro es la persona media, la “normal.” Por otra parte, es más difícil lavar el cerebro de las personas que tienen ideas poco convencionales y convicciones firmes, y que no temen lo que otros piensan.
La formación de “héroes”
Un ejemplo de los efectos de la persuasión en masa tiene que ver con el salteador de caminos australiano Ned Kelly. En la actualidad a menudo se le pinta como un valeroso “Robin Hood” y luchador contra las injusticias sociales.
Pero los registros policíacos muestran que en contra de él hubo cargos de agresión, robo a viajeros, atraco de bancos, conducta indecente, borrachera, hurto de caballos y asesinatos múltiples.
¿Tiene que ver con usted esto?
A menudo la propaganda es indirecta y puede causar un cambio en el modo de pensar de uno sin que uno se dé cuenta de ello.
En su libro The Hidden Persuaders (Los persuasores ocultos), el autor Vance Packard comienza su exposición así: “[Este libro] trata de la manera en que se influye en muchos de nosotros, y se nos manipula —mucho más de lo que nos imaginamos— en los patrones de nuestra vida diaria.” Luego declara que el Dr. Ernest Dichter, presidente del Instituto para Investigación de Motivos, dijo que la agencia de anuncios próspera “manipula las motivaciones y deseos humanos y desarrolla en la persona una necesidad de artículos con los cuales el público anteriormente no ha estado familiarizado... que hasta ni siquiera deseaba comprar.”
El Sr. Packard muestra que se emplea a consultores en materia de sicología para investigar hasta nuestros motivos más bajos. Entre los estudios que cita está el que se hizo para una compañía de plumas estilográficas “sobre la sensualidad y connotaciones sexuales de las plumas.” Calificó una investigación hecha por otra corporación como “un ejemplo clásico de la manera en que los sicoanalistas investigadores de los motivos encontraron posibilidades mercantilistas en nuestros más profundos anhelos sexuales.” Packard pasó a decir más adelante que en ciertos anuncios se usan “insinuaciones de masoquismo, exhibicionismo corporal, y así sucesivamente.”
Usted puede protegerse
¿Cómo puede uno defenderse de esa persuasión sutil? Los siguientes cinco puntos pueden ser útiles:
1. Tenga convicciones firmes: Como ya hemos visto, la persona más propensa al lavado de cerebros es la que deja que otras personas influyan fácilmente en ella. No apoye una idea simplemente porque los que se asocian con usted la aceptan. Asegúrese de que los puntos de vista que usted adopte sean verdaderos. La mejor manera de hacer eso es comparar esos puntos con la Palabra inspirada de Dios, que es fundamental y finalmente “la verdad.”—Juan 17:17; 2 Tim. 3:16.
2. Busque la razón: A menudo inadvertidamente aceptamos actitudes sin saber qué hay detrás de ellas. Por ejemplo, puede que ciertas personas de su comunidad tengan un punto de vista negativo sobre ciertas razas o grupos étnicos. Pero, ¿por qué? Si la razón que dan para ello no es convincente, ¿por qué adoptar ese punto de vista?
3. Resista los pensamientos impropios: La esponja seca que se sumerge en un líquido absorbe muchísimo. Aun después que ha sido exprimida varias veces, le queda líquido. En cuanto a nuestra mente, es difícil evitar ver, oír o también experimentar pensamientos impropios. Pero, ¿debemos empapar de ellos nuestra mente? Al hacer eso estaremos afectando adversamente nuestro juicio y acciones. ¡Es mucho mejor contrarrestar esos pensamientos impropios y meditar en cosas que edifican!—Efe. 5:3-5.
4. Hable acerca de lo que usted cree que es correcto: Eso le dará la oportunidad de poner a prueba lo que usted cree y afianzará más la verdad en su vida. Si, después de una investigación cuidadosa, usted queda convencido de la verdad de un asunto, no deje que la burla de otros lo desconcierte. La Biblia muestra que Noé estaba convencido de que iba a haber un diluvio global y habló a otros acerca de ello. (2 Ped. 2:5) La indiferencia por parte de los contemporáneos de Noé no cambió los hechos. Hubo un diluvio global.—Gén. caps. 6-8; Mat. 24:37-39.
Sin embargo, con relación a hablar acerca de lo que es correcto, es importante que tengamos presente esta pauta bíblica: “El que está corrigiendo al burlador está tomando para sí deshonra, y el que está dando una censura a alguien inicuo... ¡defecto en él! No censures a un burlador, para que no te odie. Da una censura a un sabio y te amará.” (Pro. 9:7, 8) De nada vale debatir o reñir con la persona que se inclina a defender su opinión personal, prescindiendo de si tiene razón o no.
5. Viva la verdad: No busque excusas para transigir en cuanto a lo que usted sabe que es correcto. Recuerde, si algo es correcto o propio, le resultará en bien. No se engañe pensando en que se está perdiendo algo o que se le está restringiendo indebidamente porque se amolda a lo que es correcto.
En algunos aspectos nuestra mente es como un envase para agua. Si le añadimos una o dos gotas de tinta, rápidamente se colorea toda el agua. No permita que las opiniones populares lo persuadan a aceptar puntos de vista que las Escrituras muestran que son incorrectos. Más bien, obedezca el consejo inspirado: “Cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas.”—Fili. 4:8.