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¡Despertad! 1983
g83 8/1 págs. 24-26

Nuevos misioneros entran en el campo

EL VERANO pasado algunos estudiantes poco comunes pasaron cinco meses juntos en los Estados Unidos, en Brooklyn, Nueva York. Eran los treinta y ocho miembros de la clase setenta y tres de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, y eran poco comunes porque, en esta era de escepticismo y egoísmo, se habían ofrecido para servir de misioneros en el extranjero. ¿Quisiera saber qué clase de personas escogen ser misioneros cristianos en esta era moderna y materialista?

Diferentes caminos a Galaad

Para algunos estudiantes, la obra misional era algo que habían deseado por mucho tiempo. Tanto Carlton como Georgina Bailey habían querido ser misioneros desde que se criaban en California. Cuando se casaron, siguieron tras esta meta juntos. Consideraban que el haber predicado de tiempo completo tanto en vecindarios muy ricos como en vecindarios pobres, al igual que entre los indios seminola y los grupos minoritarios de habla hispana, era como una preparación para la obra misional. Ahora podrán usar esa experiencia en su asignación en El Salvador.

En el caso de otros estudiantes, el deseo de ser misioneros surgió más tarde en la vida. Uno de éstos es Gunnar Stanzen, quien hace catorce años era un joven actor prometedor allá en Suecia, su país natal. En aquel tiempo su único deseo era triunfar en la carrera que había elegido. Entonces cierta noche su primo lo llamó por teléfono para decirle que los testigos de Jehová vendrían a visitarle, y Gunnar debería venir también si quería participar en un buen debate. Gunnar fue. Durante la discusión se halló defendiendo a los testigos de Jehová en vez de a su primo, y aquello lo llevó finalmente a dejar su carrera de actor y a participar de tiempo completo en la obra de predicar. Ya va en camino a su asignación misional en Zaire, junto con su esposa, Noomi.

También Martin Witholt es una persona amigable, pero cuando era más joven ni siquiera se le había ocurrido ser misionero. De hecho, hubo un tiempo en que no creía que hubiera ninguna esperanza para la humanidad, y, junto con una amiga, partió de Holanda, su país natal, en una embarcación de unos 11 metros con la intención de hallar una isla remota y apartada donde pudieran olvidarse del mundo moderno. Pero la embarcación empezó a hacer agua y tuvieron que tomar puerto en Alicante, España. Allí Martin conoció a los testigos de Jehová y, por primera vez, oyó acerca del reino de Dios. Sucesos posteriores les llevaron a él y a la muchacha con quien se casó más tarde, Catharina, no a una isla apartada, sino a una interesante asignación misional en Kenia.

Al igual que Martin, todos los estudiantes estaban preocupados por los problemas mundiales. En un tiempo algunos de ellos trataron de hallar la solución por su propia cuenta. En California, Christine Sowers se unió a un grupo religioso llamado “Cruzada en el Campus”. Stephen Richards, de Nueva Inglaterra, siguió la tradición familiar y se envolvió en la política. Tom Gilmore acarició brevemente la idea de ser sacerdote, y luego se dedicó de lleno a los movimientos antibélicos y en pro de la conservación ambiental.

Ellos eran sinceros, pero tarde o temprano descubrían que aquellas no eran las maneras de resolver los problemas. Llegaron a comprender que sólo el reino de Dios podía efectuar con éxito la enorme tarea de eliminar la guerra, la falta de honradez, la injusticia y todas las otras plagas de este siglo veinte. Ahora quieren ser misioneros para esparcir las buenas nuevas de este Reino tan extensamente como sea posible.

El curso de Galaad

¿Qué hallaron estos estudiantes cuando llegaron a la Escuela de Galaad? Mucho trabajo, pero era remunerador. “¡Había tanto que estudiar!”, dijo con voz jadeante un estudiante. Se estudió toda la Biblia capítulo por capítulo, y también consideramos en detalle cosas como doctrinas bíblicas, leyes bíblicas e historia bíblica. Un anciano cristiano que lleva muchos años sirviendo en tal capacidad consideró con ellos el tema “Dando consejo de la Palabra de Dios”. Otro hermano, con muchos años de experiencia como orador público, les ayudó a mejorar en la lectura y el arte de la oratoria. Un instructor, quien había sido misionero en las Filipinas y en Vietnam, dio una serie de lecciones sobre los problemas cotidianos de la vida misional.

Los estudiantes también disfrutaron de escuchar los discursos que pronunciaron miembros del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, incluso el discurso intitulado “Fidelidad bajo persecución”, que pronunció Martin Poetzinger, quien pasó muchos años en campos de concentración nazi debido a su fe. Y el presidente de la Sociedad Watchtower, Fred Franz, pronunció dos conferencias en las que analizó cómo opera el espíritu santo.

¿Qué opinan de la Escuela los estudiantes? Para Tim Lockwood, del estado de Nueva York, el amor y la aptitud docente de los instructores es un recuerdo feliz que llevará consigo a su asignación en Panamá. Tim Kinyon y su esposa, Yvonne, llevarán a su nuevo hogar en la República Dominicana un entendimiento más profundo de cómo opera el espíritu de Jehová sobre Su organización.

Catharina Witholt, la esposa de Martin, dijo que el estudiar en Galaad era “como llegar a conocer la verdad otra vez”, mientras que a Tom Gilmore le impresionó lo práctico de los cursos. Por ejemplo, un orador alistó catorce grandes problemas a los que usualmente se enfrentan los nuevos misioneros en sus asignaciones. “Esa información es valiosa”, dijo Tom. “¡Hombre prevenido vale por dos!” Mary, la esposa de Tom, dijo que en Galaad le habían enseñado a ser mejor estudiante de la Biblia. “Ahora sé cómo usar la literatura bíblica para extraer de la Biblia verdaderas ‘joyas’”, dijo ella.

En resumen, los estudiantes provinieron de seis países y fueron enviados a dieciséis países. Seguramente Jehová está bendiciendo la predicación de las buenas nuevas del Reino alrededor del mundo al entrenar a estos excelentes misioneros nuevos para llevar a cabo la obra.—Mateo 24:14.

La clase se graduó el 12 de septiembre en el Salón de Asambleas de los testigos de Jehová, en Queens, Nueva York. Los estudiantes presentaron un programa instructivo y entretenido para la numerosa familia de Betel de Brooklyn y también escucharon algunos consejos finales de sus instructores y otros oradores. El presidente de la Sociedad habló sobre el tema “Unidos bajo un pastor que es mayor que el rey David”. Después los estudiantes partieron hacia sus distantes asignaciones. Aunque el tiempo que pasaron en la Escuela de Galaad se ha convertido en tan solo un recuerdo, éste es uno que atesorarán toda su vida. ¡Que Jehová los bendiga mientras se unen a los miles de graduados de las clases de Galaad anteriores, quienes todavía están sirviendo fielmente de tiempo completo en el campo, que es el mundo!—Mateo 13:38.

[Fotografía en la página 24]

ESCUELA BÍBLICA DE GALAAD DE LA WATCHTOWER

Clase núm. 73, septiembre de 1982

En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha para cada fila.

(1) Gómez, L.; Gilmore, M.; Koh, Y.; Murakami, L.; Dela Cruz, N.; Stanzen, N.; Stubenvoll, C. (2) Payne, J.; Koh, C.; Sowers, C.; Kinyon, Y.; Bailey, G.; Witholt, I.; Elb, A. (3) Sowers, R.; Shannon, J.; Madsen, S.; Ferguson, C.; Garland, R.; McClung, P.; Gómez, S. (4) Stanzen, G.; Kinyon, T.; Currie, K.; Garland, D.; Richards, B.; Ford, W.; Stubenvoll, T.; Bailey, C. (5) Payne, J.; Stringer, R.; Witholt, M.; Gilmore, T.; Lockwood, T.; Richards, S.; Elb, T.

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