De nuestros lectores

Ayuda médica

Gracias por el artículo “¡Tenga cuidado cuando tome el sol!” (22 de septiembre de 1987). Hacía tiempo que tenía una pequeña mancha en la pierna, pero no le daba importancia. Después de leer su artículo, fui a un dermatólogo, y la mancha resultó ser un melanoma maligno de tercer grado. Tuvieron que darme 29 puntos para cerrar la herida una vez extirpado el cáncer, y todavía me estoy recuperando. Les estoy muy agradecida por esa información.

D. S., Brasil

Cuando mi madre estaba muriéndose de cáncer, teníamos que ponerle dos inyecciones diarias. Eran muy dolorosas, es decir, lo fueron hasta que leímos en ¡Despertad! (22 de junio de 1987, sección de “Observando el mundo”) que el aplicar hielo entumece la zona, con lo que se facilita la penetración de la aguja y el pinchazo resulta menos doloroso. Si nos olvidábamos, ella lo pedía. Se deshidrataba con facilidad, y la “bebida salada que salva vidas” (22 de septiembre de 1985) la ayudó a sentirse mejor y a sobrevivir hasta que tuvimos que ingresarla en el hospital. Era lo único que quería beber.

D. A., Estados Unidos

Mala conducta clerical

A mis amigos y a mí nos ofendió mucho el artículo “La homosexualidad y el clero”, que publicaron en el número del 22 de junio de 1987. ¿Para qué tienen que decir a la gente que algunos clérigos, especialmente católicos, son homosexuales? Estoy seguro de que el clero de los testigos de Jehová no está inmune a la influencia que ejerce el pecado sexual en nuestra sociedad.

Admito que no todos los sacerdotes son unos santos. Pero puedo asegurarles que la Iglesia tiene un registro de fidelidad a la pureza y al propósito del sexo que sorprendería a muchos no católicos. Por mi parte, como católico, a veces señalo los errores de otras religiones. Pero no ataco la integridad personal de sus ministros. Eso es fanatismo.

L.B., T.O.P., y otros Comunidad Dominica de San Martín de Porres, Estados Unidos

La razón de decir a la gente que algunos clérigos son inmorales es la misma que motivó a Jesús a decir a algunos clérigos de su tiempo que eran “[¡] semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de [...] toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad”. (Mateo 23:27, 28, “Biblia de Jerusalén”, católica.) Ustedes están en lo cierto al decir que los ancianos de los testigos de Jehová no están totalmente inmunes a la influencia que ejerce el pecado sexual. Pero los pocos que yerran son inmediatamente removidos de sus puestos debido a ello. Por otro lado, en muchas iglesias la mala conducta únicamente resulta en “traslado” o “tratamiento”, a menos que llegue a ser demasiado escandalosa. Esto fue ilustrado no hace mucho en un artículo del “New York Times” del 12 de junio de 1988 sobre varios sacerdotes acusados de cometer abusos deshonestos con niños, en el que se dijo que uno de ellos había “estado en tratamiento por diez años” mientras seguía sirviendo en diferentes parroquias.—La dirección.

Revista imparcial

Me gustan los puntos de vista y el sabor internacional de ¡Despertad!, así como su fondo histórico. Su contenido me ha convencido. La seriedad de su revista hace reflexionar y me inspira confianza. Antes pensaba que su organización estaría impregnada de los prejuicios faltos de amor tan comunes hoy día. Me alegro de haber investigado antes de rechazarla. Oro a favor de mis familiares y amistades que todavía no han abierto esta ventana para echar una mirada.

A. R., Estados Unidos