De nuestros lectores
Memorizar resulta fácil
Les escribo con referencia al artículo “Cuando memorizar resulta fácil” (22 de julio de 1987). Hay un aspecto importante de este tema al que apenas se dio atención. Es el de impedir que a los niños se les suba a la cabeza el que puedan memorizar con facilidad. Menciono esto por experiencia propia. Cuando tenía cuatro años, ya había memorizado textos bíblicos; a los cinco, participaba en el ministerio de casa en casa, y a los seis, ya pronunciaba discursos en la Escuela del Ministerio Teocrático. Constantemente alardeaba de ello, y creía que era el mejor. Hoy me doy cuenta de lo ridículo que era. Hay un jovencito en nuestra congregación que hace las mismas cosas, y ¡es insoportable! Por favor, pongan sobre aviso a los padres para que no dejen que sus hijos se envanezcan, evitando así que les suceda lo que me ocurrió a mí.
F. R., Brasil
Ciertamente reconocemos la importancia de que los padres cristianos hagan todo lo que puedan por desarrollar en sus hijos las cualidades de humildad, modestia y sensatez. (Proverbios 11:2; Miqueas 6:8; Romanos 12:3; Santiago 3:17; 4:6, 10.) En el artículo se especificó: “Después de todo, lo importante no es que su hijo impresione a otros, sino que usted y él pasen momentos íntimos y agradables juntos aprendiendo lo que dice la Palabra de Dios”. Pero nos complace aprovechar esta oportunidad para explayarnos más en esta idea. El artículo iba dirigido principalmente a mostrar que los niños pueden aprender desde temprana edad y que los padres cristianos deberían aprovechar esta aptitud empezando cuanto antes a enseñarles cosas útiles, en especial puntos de la Biblia, los cuales pueden resultar en beneficios duraderos, tanto para los niños como para sus padres.—La dirección.
Una bebida salada que salva vidas
Muchísimas gracias por aquel magnífico artículo titulado “¡Una bebida salada que salva vidas!” (22 de septiembre de 1985). Nuestro querido hijo empezó con diarreas frecuentes, y por la tarde le vinieron vómitos y perdió las fuerzas. Tenía los ojos hundidos y la piel del vientre estaba perdiendo elasticidad. Pensamos en llevarlo al hospital, pero entonces mi esposo recordó ese artículo, y lo localizamos en nuestra biblioteca. Preparamos la bebida siguiendo las pautas que allí se daban y se la dimos a nuestro hijo. Fue increíble ver cómo mejoraba por momentos. Al día siguiente estaba prácticamente bien. Estamos sumamente agradecidos por esta información.
M. S., Brasil
Nos complace saber que ese sencillo remedio fue útil. Por supuesto, quisiéramos recalcar que al recomendar dicho tratamiento, no pretendíamos que con él se sustituyese la atención médica profesional que sea necesaria.—La dirección.
Muchas gracias por su artículo “¡Una bebida salada que salva vidas!”. Recientemente tuvimos que someter a nuestra perra a una importante operación de columna. Después de la intervención surgieron complicaciones, pues le empezó una diarrea provocada por una reacción a los calmantes que se le habían prescrito. Nada de lo que intentó el veterinario logró impedir que siguiera empeorando. Mi esposo recordó el artículo supracitado. Lo buscamos e inmediatamente llenamos su bebedero con esa solución, y vimos que la engullía con ansia. Durante la noche desapareció el problema, y ahora ya está bastante recuperada. Su artículo ha resultado ser un verdadero salvavidas, tanto para las personas como para los animales.
S. M., Estados Unidos