De nuestros lectores

¿Vivir juntos, o casados?

Disfruté mucho de los artículos sobre el tema “¿Es necesario casarse?” (8 de julio de 1986). Me sentí movido a compartirlos con una amiga que vive con su novio. El testimonio tuvo el efecto deseado. Planean casarse muy pronto. Muchísimas gracias.

C. D., Francia

Evita ser violada

Quiero expresarles mi más profundo agradecimiento por el artículo titulado “La mejor arma: gritar”, que da consejo sobre cómo defenderse del ultraje sexual (22 de septiembre de 1980, “Observando el mundo”). No hace mucho, mientras caminaba de un pueblo a otro, un hombre me persiguió y violentamente trató de abusar de mí. Me puse a gritar y a pedir auxilio a voz en cuello. Dos hombres salieron corriendo de la maleza para rescatarme y el violador echó a correr. De nuevo, les doy las gracias.

E. A. A., Nigeria

El misterio tras lo oculto

Muchísimas gracias por haber publicado los artículos sobre el tema “El misterio tras lo oculto”, y en especial por el artículo “Los demonios me controlaban” (22 de agosto de 1986). Al principio estaba renuente a leer el artículo, puesto que yo había estado bajo la influencia de demonios, cuyo recuerdo aún me causa dolor. Sin embargo, he vencido ese sentimiento. Hallé los artículos informativos y alentadores.

E. T., Inglaterra

El niño que no nació

Gracias por publicar la “Carta de una madre cuyo niño no nació” (22 de julio de 1986). Yo también me sometí a un aborto hace ocho años, y a medida que pasa el tiempo el pesar se profundiza. Fue consolador saber que hay alguien que comprende. Si en aquel entonces yo hubiera leído un artículo como este, no me habría sometido a un aborto. Ahora espero el nuevo sistema de Jehová Dios, donde no habrá abortos ni me embargará un sentimiento de culpabilidad.

K. P., Estados Unidos

Ojos artificiales

Disfruté del artículo “Un vistazo al mundo de los ojos artificiales” (8 de agosto de 1986). Tengo 15 años de edad y cuando tenía 6 años se me tuvo que estirpar un ojo debido a un tumor. Ahora uso un ojo artificial. Siempre que le digo a alguien que tengo un ojo artificial, creen que es de vidrio. Pero las respuestas que el médico suministró ayudarán a otros a comprender. A medida que he ido creciendo, muchas veces me he preguntado si esto ha hecho que me vea diferente y que no me vea bonita. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que tengo un ojo artificial. Mis padres y yo nos alegramos de tener la esperanza de que Jehová corregirá este defecto y los demás males en el nuevo sistema.

C. T., Gales

Una bebida salada que salva vidas

Les agradezco que hayan publicado el artículo “¡Una bebida salada que salva vidas!” (22 de septiembre de 1985). Mi suegro sufrió un grave ataque de disentería que duró tres días. Recordé este artículo y seguí sus sugerencias para atender a mi suegro. Poco después de darle la solución de agua, azúcar y sal empezó a sentirse mejor, y al día siguiente se había recuperado completamente. Estoy segura de que fue esta bebida salada la que lo alivió.

A. Q., Italia