De nuestros lectores
Esperanza para los enfermos mentales
Acabo de leer el número sobre “Esperanza para los enfermos mentales” y deseo encomiarlos por la excelente información que presentaron (8 de septiembre de 1986). Estoy seguro de que redactaron los artículos con el objetivo de que fueran comprensibles, exactos, informativos, útiles y animadores para las personas que padecen de alguna enfermedad mental. Desde mi punto de vista profesional, ustedes lograron su objetivo.
J. T. C., médico, Estados Unidos
Un niño que no nació
Acabo de leer “Carta de una madre cuyo niño no nació” (22 de julio de 1986). Parecía como si la persona realmente estuviera escribiendo en cuanto a mí y describiendo mis sentimientos. Yo también confío en que la sangre de Jesucristo purificará mis graves pecados, pero el recuerdo de lo que he hecho siempre está presente. Continúen escribiendo artículos como esos para que puedan ayudar a otras personas a evitar tal proceder tan malo.
A. M. L., Italia
Acabo de leer “Carta de una madre cuyo niño no nació”, y “De nuestros lectores” del número del 22 de octubre de 1986. Creo que esto fue bueno para los jóvenes que acaban de entrar en la escuela secundaria. Tengo 13 años de edad y el año que viene entraré en la escuela secundaria. Si las jóvenes que actualmente están en grados superiores pudieran leer esta información, por lo menos algunas de ellas cambiarían de parecer respecto a las relaciones sexuales y el aborto. Lloré cuando leí la carta. A veces los asuntos tristes ayudan a uno a comprender el punto. Gracias por haber publicado dicha carta.
D. W., Estados Unidos
El recobro del abuso de las drogas
Quiero expresarles mi agradecimiento por su artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo recuperarme del abuso de las drogas?” (8 de julio de 1986). Por once meses he tenido la mente turbada como resultado de haber usado con regularidad la LSD. La última vez que usé la LSD, también usé varias otras drogas. El efecto combinado de ello fue increíblemente espantoso. Cuando desperté al día siguiente, creí que estaba muerto, y lo seguí creyendo por tres meses. Cuando lentamente me di cuenta de que definitivamente estaba vivo, decidí averiguar, antes que sucediera, lo que sucedería conmigo cuando muriera. Los testigos de Jehová me ayudaron a estudiar la Biblia y a aprender la verdad sobre este asunto. No fue sino hasta que se me mostró en la Biblia el punto de vista de Dios al respecto que por fin hallé el consuelo que me ha ayudado a dejar el vicio de fumar cáñamo. Mi vida ha mejorado muchísimo, aunque sigo teniendo problemas en lo relacionado con comprender mis emociones. Por su artículo me doy cuenta de que la manera como me siento es normal para alguien que está recuperándose del abuso de las drogas, y me siento mucho mejor. Cuando los asuntos no marchan muy bien, vuelvo a leer el artículo y recibo verdadero ánimo para seguir luchando.
J. H., Inglaterra
Como una enciclopedia
Agradecemos el caudal de información que hemos adquirido mediante su revista. Los volúmenes encuadernados de los números anteriores son como enciclopedias de conocimiento sobre casi todo tema. Y todo es información edificante que señala hacia la esperanza que hay de un futuro brillante, a pesar de que nos enfrentamos a tantos problemas en este mundo hoy día.
F. L., Estados Unidos