¿Qué mensaje reciben?
¿EN QUÉ clase de mundo le gustaría vivir? ¿Qué tipo de futuro desea para sus hijos? Si pudiera tener salud perfecta y no morir, ¿lo preferiría?
¿Cómo respondería usted a estas preguntas? A la mayoría de las personas, prescindiendo de sus antecedentes religiosos o políticos, les gustaría vivir en un mundo de paz y abundancia. Recibirían con los brazos abiertos un mundo de justicia y armonía perfectas, donde no hubiese ningún tipo de corrupción, ni tampoco existiesen unas leyes para los privilegiados y otras para los pobres.
Y seguro que a usted le gustaría que sus hijos pudieran disponer de alimento abundante, un hogar agradable y buena instrucción académica. En otras palabras, le gustaría tener garantizado un futuro estable para usted y sus hijos. Y si se le diera la oportunidad, preferiría gozar de salud perfecta y vivir el tiempo suficiente para poder satisfacer todos esos deseos y ambiciones sanos; preferiría disfrutar de vida eterna en una Tierra pacífica y paradisiaca.
Sin embargo, no es un sueño imposible; es el mensaje de la Biblia que los testigos de Jehová predican por toda la Tierra, incluyendo los países de Europa oriental.
La esperanza práctica de la Biblia para el futuro
Las confiables profecías bíblicas registradas hace muchos siglos predijeron los sucesos que vemos en nuestro siglo XX: ‘guerras y rumores de guerras’, ‘terremotos y escaseces de alimento en un lugar tras otro’, ‘angustia de naciones por no conocer la salida, mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la Tierra’, y un continuo ‘arruinar y contaminar la Tierra’. (Lucas 21:10-33; Revelación 11:18.)
No obstante, estos y otros muchos sucesos constituyen una señal segura de que el nuevo mundo prometido por Dios está muy cerca, y eso incluye unos “nuevos cielos y una nueva tierra”, es decir, una nueva gobernación integrada por un gobierno celestial y una sociedad terrestre transformada ‘en la que la justicia habrá de morar’. Será un nuevo mundo donde ‘el dolor, la muerte y el lamento ya no existirán más’. (Isaías 65:17-25; 2 Pedro 3:13; Revelación 21:1-4.)
Es obvio que ningún sistema político, por sincero y concienzudo que sea, es capaz de llevar a término semejante programa. Únicamente el Señor Soberano del universo, Jehová Dios, tiene la voluntad y el poder para lograrlo. Por eso su Hijo, Cristo Jesús, enseñó a sus seguidores a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”. (Mateo 6:9, 10.)
La voluntad de Dios es que la Tierra resplandezca como una joya en el universo, habitada por una familia humana que ame la paz. Pronto Dios actuará para llevar a cabo su voluntad. Hará una limpieza para eliminar de la Tierra toda la contaminación —física o moral— y todos los que la contaminan. ¿Quiénes quedarán? Jesús dijo: “Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra”. (Mateo 5:5; Revelación 16:14-16.)
¿Desea usted estar entre las personas de genio apacible que tendrán la bendición de Dios? Si así es, póngase en contacto con los testigos de Jehová de su localidad y pídales un estudio gratuito de la Biblia en su propio hogar y sin ningún compromiso. Compruebe por sí mismo cuál es la “buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios”, y entonces cumpla con ella. (Romanos 12:2.)