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  • La Iglesia Católica y África
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¡Despertad! 1994
g94 22/12 págs. 18-20

La Iglesia Católica y África

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN ITALIA

LA IGLESIA católica cuenta con decenas de millones de fieles en África, continente donde se enfrenta a serias dificultades. Hace unos meses, más de trescientos dirigentes eclesiásticos se reunieron en la ciudad romana del Vaticano para tratar algunos de estos problemas en el marco de un sínodo especial que duraría un mes.

En la misa de inauguración, el Papa dijo: “Hoy, por primera vez, se celebra un sínodo de la Iglesia africana en que participa todo el continente [...]. Toda África está presente hoy en la basílica de San Pedro. Con profundo afecto, el Obispo de Roma saluda a África”. (L’Osservatore Romano, edición en lengua española.)

Luchas tribales

Es de dominio público que la Iglesia Católica tiene problemas de especial magnitud en los países africanos de Burundi y Ruanda, mayoritariamente católicos. Los conflictos entre las tribus captaron la atención internacional esta primavera, cuando murieron cientos de miles de personas a manos de sus vecinos. Un testigo presencial dio este informe: “Vimos a madres con niños a la espalda asesinando a la gente. Vimos a niños matando a otros niños”.

El National Catholic Reporter ha hablado de la angustia que siente la jerarquía católica. Dijo que al Papa “le causaban ‘inmenso dolor’ las recientes noticias sobre el conflicto existente en la pequeña nación africana [de Burundi], de población predominantemente católica”.

Las atrocidades de Ruanda aún hicieron más mella en los líderes católicos. “El Papa censura el genocidio en una nación con un 70% de católicos”, rezaba un titular del mismo periódico. El artículo decía: “La lucha en este país africano es ‘un verdadero genocidio, en el que, por desgracia, también están implicados algunos católicos’, dijo el Papa”.

Como las atrocidades se perpetraron en Ruanda durante la celebración en Roma de este histórico sínodo de la Iglesia Católica, los obispos obviamente tuvieron en mira la situación ruandesa. El periódico National Catholic Reporter hizo este comentario: “Se desprende una alarmante conclusión del conflicto ruandés: la fe cristiana no ha arraigado en África con la profundidad necesaria para superar el tribalismo”.

Respecto a la preocupación que se manifestó en la reunión de obispos, el National Catholic Reporter añadió: “Albert Kanene Obiefuna, obispo de Awka (Nigeria), trató este tema [del tribalismo] en su discurso sinodal”. Obiefuna dijo: “El africano medio vive su vida de familia y también su vida cristiana en el ámbito tribal”.

Probablemente pensando en Ruanda, Obiefuna agregó en su alocución ante el sínodo: “Esta mentalidad está tan difundida que los africanos dicen que a la hora de la verdad no prevalece la concepción católica de la Iglesia como familia, sino el adagio [inglés] ‘la sangre es más espesa que el agua’ [que viene a equivaler al dicho español ‘la sangre tira’.] Bien cabe entender que la mención del agua comprende las aguas bautismales, por las que se nace a la familia de la Iglesia. Y la consanguinidad tiene más importancia incluso para el africano que se ha convertido al cristianismo”.

De este modo, el citado obispo reconoció que la fe católica no había logrado crear en África una hermandad cristiana donde los creyentes se amaran mutuamente, como mandó Jesucristo. (Juan 13:35.) En vez de ello, “la consanguinidad tiene más importancia” para el católico africano. Esto ha llevado a que se antepongan los odios tribales a toda otra cuestión. Como reconoció el Papa, en África hay católicos que comparten la culpa por algunas de las peores atrocidades ocurridas recientemente.

Afirman que peligra la supervivencia de la Iglesia

Los obispos africanos presentes en el sínodo manifestaron su preocupación por la supervivencia del catolicismo en África. “Si queremos que la Iglesia siga existiendo en mi país —señaló Bonifatius Haushiku, obispo namibio—, tenemos que analizar con mucho cuidado el tema de la inculturación.”

En la misma línea, Adista, agencia de prensa católica de Italia, dijo: “Hablar de la ‘inculturación’ del Evangelio en África quiere decir hablar del destino mismo de la Iglesia Católica en el continente, de la mayor o menor posibilidad de que siga existiendo”.

Pero ¿qué entienden los obispos por “inculturación”?

La Iglesia y la “inculturación”

El escritor John M. Waliggo indicó que “durante mucho tiempo se ha utilizado el término adaptación para referirse a la misma realidad”. En otras palabras: la “inculturación” es la asimilación de tradiciones y conceptos de las religiones tribales en las ceremonias y el culto católicos, dando nombres y sentidos nuevos a ritos, objetos, gestos y lugares muy antiguos.

La inculturación permite al africano ser un buen católico y al mismo tiempo aferrarse a las prácticas, ceremonias y creencias de su religión tribal. ¿Habría que poner reparos a esta postura? Sirva de ejemplo esta pregunta del diario italiano La Repubblica: “¿Acaso no está anclada la Navidad europea en la fiesta del Sol invicto, que caía el 25 de diciembre?”.

Como reconoció el cardenal Jozef Tomko, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos, “la Iglesia misionera ha practicado [...] la obra de la inculturación mucho antes de que el término entrara en uso”. La celebración de la Navidad, como señaló La Repubblica, es un buen ejemplo. En sus orígenes era una fiesta pagana. “El 25 de diciembre no corresponde a la fecha del nacimiento de Cristo —admite la New Catholic Encyclopedia—, sino a la fiesta del Natalis Solis Invicti, la fiesta romana del Sol en el solsticio.”

La Navidad no es más que una de tantas costumbres eclesiásticas que hunden sus raíces en el paganismo. Lo mismo puede decirse de creencias como la Trinidad, la inmortalidad del alma y el tormento eterno del alma del hombre en el mundo de ultratumba. El cardenal John Henry Newman escribió en el siglo XIX que “los gobernantes de la Iglesia estaban preparados desde tiempos primitivos para adoptar, imitar o sancionar, de surgir la ocasión para ello, los ritos y costumbres existentes del populacho”. Tras enumerar una larga lista de costumbres y festividades eclesiásticas, dijo que eran “todas de origen pagano y están santificadas por su adopción dentro de la Iglesia”.

Cuando los católicos visitan las zonas no cristianas, entre ellas algunas regiones de África, suelen ver que la gente ya tiene prácticas y creencias religiosas parecidas a las de la Iglesia. La razón es que a lo largo de los siglos la Iglesia ha incorporado al catolicismo muchos ritos y doctrinas de los pueblos no cristianos. Estas son las costumbres y enseñanzas que, según el cardenal Newman, “están santificadas por su adopción dentro de la Iglesia”.

De este modo, cuando el papa Juan Pablo II visitó a los grupos no cristianos de África el año pasado, dijo: “En Cotonou [población del estado africano de Benín] asistí a un encuentro con los animistas, y era evidente que están encaminados, que de algún modo ya tienen inscrita en su mentalidad, en sus ritos y en sus símbolos, la disposición a recibir lo que la Iglesia desea llevarles. Tan solo aguardan la ocasión de que alguien vaya a echarles una mano para cruzar el umbral y vivir después del bautismo lo que en cierto sentido ya están abiertos a vivir antes del bautismo”. (L’Osservatore Romano.)

¿Qué debe hacer?

Las consecuencias de que la Iglesia no haya enseñado el cristianismo puro y verdadero a los pueblos de África han sido desastrosas. Persiste el tribalismo, al igual que persiste el nacionalismo en todo el mundo, lo que ha llevado a matanzas entre católicos. ¡Qué deshonra para Cristo! La Biblia dice que los que se matan desaforadamente son “los hijos del Diablo”, a los que Jesús dice: “Apártense de mí, obradores del desafuero”. (1 Juan 3:10-12; Mateo 7:23.)

Entonces, ¿qué deben hacer los católicos sinceros? La Biblia invita a los cristianos a no claudicar ante las costumbres y creencias que llevarían a que Dios considerara inmundo el culto de ellos. “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos”, dice la Biblia. Para tener la aprobación divina, hay que ‘separarse y dejar de tocar todo lo que Dios considere inmundo’. (2 Corintios 6:14-17.)

[Comentario en la página 20]

‘La guerra de Ruanda es un verdadero genocidio en el que también están implicados algunos católicos’, dijo el Papa

[Reconocimiento en la página 18]

Foto: Jerden Bouman/Sipa Press

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