Observando el mundo
Los secuestros en Latinoamérica
Según el periódico argentino Ámbito Financiero, los secuestros se han convertido en un negocio que mueve millones de dólares en Latinoamérica, donde hubo 6.000 casos denunciados en 1995. Un reciente estudio indica que aquel año Colombia tuvo, con mucho, la mayor cifra, 1.060 raptos, seguida por México, Brasil y Perú, con centenares de casos. Los secuestradores colombianos reciben anualmente unos 300 millones de dólares en rescates. En Brasil, el dinero que obtuvieron los raptores se triplicó en 1995 hasta alcanzar un total de 1.000 millones de dólares. Las víctimas son personajes ricos, turistas de término medio o humildes amas de casa. Hay raptores que aceptan el pago en cuotas. Por temor a que se repita el secuestro, hay quienes siguen pagando las cuotas aun después de la liberación de las víctimas.
El optimismo puede ser saludable
Un estudio reciente efectuado en Finlandia corroboró la opinión de que el pesimismo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades mentales y físicas, mientras que el optimismo fomenta la salud. Durante un lapso de cuatro a diez años se observó a unos dos mil quinientos varones de 42 a 60 años. Según la revista Science News, los científicos dijeron que los que tenían un nivel “de desesperanza entre moderado y alto fallecieron [...] en proporción dos o tres veces mayor que quienes dijeron estar poco o nada desesperanzados; el primer grupo también tuvo cáncer o infarto con más frecuencia”.
Sobrepeso infantil
De acuerdo con el rotativo The Weekend Australian, el doctor Philip Harvey, nutricionista de la salud pública, anunció hace poco que “los niños australianos están engordando, y cada vez más rápido”. Funda su inquietud en un estudio reciente que indica que la proporción de niños australianos con sobrepeso se ha duplicado en los últimos diez años. Un 10% de los jóvenes de entre 9 y 15 años precisan atención médica por problemas de peso. El doctor Harvey cree que la tasa de niños con sobrepeso puede volver a duplicarse en el plazo de un decenio. La principal causa de obesidad es la misma para niños y adultos: la falta de ejercicio —señala el periódico—, y las dietas ricas en grasas, entre otros factores.
¡Menudos humos!
El Fondo Mundial para la Naturaleza ha concluido que Roma adolece de contaminación de benceno, presunto cancerígeno emitido por los vehículos. Los investigadores del Fondo entregaron detectores de benceno a 400 voluntarios de entre 8 y 18 años. El estudio reveló que en Roma “un metro cúbico de aire contiene de media 23,3 microgramos de benceno”, cifra muy superior al límite legal de 15 microgramos por metro cúbico. El diario italiano La Repubblica señala que algunos científicos, fundándose en el estudio, explican que respirar durante un día en la contaminada Roma equivale a fumar trece cigarrillos.
Brote de meningitis en África occidental
En una de las peores epidemias que recuerda la población de África occidental hubo más de cien mil afectados y más de diez mil muertos, señala el periódico International Herald Tribune. La meningitis bacteriana ha incidido con particular virulencia en la región árida y polvorienta situada al sur del desierto del Sahara, zona donde las infecciones respiratorias son habituales. La enfermedad ocasiona la inflamación de las membranas que envuelven el cerebro y la médula espinal. Se propaga por el aire, de forma que puede transmitirse con toses y estornudos. Puede prevenirse con vacunas y tratarse con antibióticos, sobre todo en las etapas iniciales. “La epidemia meningítica de 1996 es con mucho la peor de la historia del África subsahariana”, indicó un portavoz de Médicos sin Fronteras, que agregó: “La cifra de muertos sigue disparándose”.
No se prohíben las minas terrestres
Tras dos años de conversaciones en Ginebra (Suiza), los negociadores internacionales no alcanzaron el acuerdo de prohibir mundialmente las minas terrestres. Aunque decidieron ilegalizar ciertas minas y restringir el empleo de otras, dejaron pendiente la prohibición absoluta de todo tipo de minas antipersonal para la siguiente conferencia de revisión, programada para el año 2001. Entretanto, se calcula que en el próximo quinquenio las minas matarán a 50.000 personas e incapacitarán a 80.000, en su mayoría civiles. Un editorial del diario The Washington Post deploró así la decisión: “Las naciones que poseen una gran cantidad de minas las consideran diabólicamente atractivas, pese a la constante y brutal pérdida de vidas de civiles que acarrean una vez concluido el conflicto que motiva su instalación”. Según cálculos de las Naciones Unidas, en la actualidad hay unos cien millones de unidades enterradas en 68 países.
El frenético crecimiento de las ciudades
Cada día se mudan más habitantes a las ciudades, señala la ONU en su obra Estado de la Población Mundial 1996. En el plazo de un decenio habrá 3.300 millones de residentes urbanos en el mundo: cerca de la mitad de la población total prevista, 6.590 millones. En 1950 existían 83 ciudades con más de un millón de habitantes. Ahora hay más de 280, y se espera que la cifra casi se duplique para el 2015. En 1950, únicamente la ciudad de Nueva York tenía más de diez millones de habitantes; hoy sobrepasan esta cifra 14 ciudades, encabezadas por Tokio, con 26.500.000 residentes.
“La naturaleza sabe lo que hace”
“La naturaleza sabe lo que hace cuando ocurre un derrame de petróleo”, indicó la revista New Scientist. Al naufragar en 1978 el superpetrolero Amoco Cadiz en el litoral de Bretaña (región septentrional de Francia), los conservacionistas temieron que habría un desastre ecológico. Las autoridades locales estuvieron seis meses eliminando de cierta zona miles de toneladas de fango y terreno de marismas contaminados con petróleo, mientras que se dejó sin limpiar otra área muy contaminada. Al comparar ahora los dos sectores, se ve que los equipos de limpieza quitaron tanto barro y terreno de marismas que hasta un 39% de la vegetación no volvió a crecer. Sin embargo, en la zona que no descontaminó el hombre, las olas limpiaron tan bien el lodo que ahora hay un 21% más de vegetación que antes del desastre. Las marismas se han recuperado completamente, y ya llevan varios años sin indicios de contaminación de crudo.
El manejo temerario de las motos acuáticas
Las motos de agua, o motos náuticas, son cada vez más populares en Estados Unidos. Estas pequeñas naves alcanzan hasta 100 kilómetros por hora y son tan maniobrables como un ciclomotor. La creciente cantidad de accidentes graves, a veces mortales, en que están implicadas es motivo de inquietud. Según el diario The Wall Street Journal, se calcula que “hasta el 60% de los accidentes son ocasionados por motos acuáticas de alquiler”. Aunque la mayoría de los motoristas lleva puesto el chaleco salvavidas reglamentario, muchos no conocen bien las reglas de urbanidad y conducen temerariamente. Un guardacostas explicó que “cuando se sale despedido a 80 kilómetros por hora, el impacto con el agua equivale al choque con un edificio”.
Descubrimiento de un barco bimilenario
El nivel del agua del mar de Galilea bajó en 1986 a niveles inusitados, dejando al descubierto una barca de la época de Jesús. Para retardar el deterioro, la nave estuvo desde entonces sumergida en un conservante. Según la revista National Geographic, ya ha sido retirada del conservante y se halla expuesta cerca de la ciudad de Magdala. “Mide unos ocho metros de eslora, utilizaba una red de cerco y requería cuatro remeros y un timonel”, explica Shelley Wachsmann, director de la excavación. Dijo además: “Se utilizaron por lo menos siete tipos de madera, en parte restos de barcas. O escaseaba el material, o el dueño era muy pobre”.
La garantía de un crecimiento normal
En el desarrollo del niño no solo influye la genética, indica un informe del periódico Jornal do Brasil. “La buena alimentación es la principal garantía de que el crecimiento ocurrirá de forma adecuada”, señala el diario, y añade que la mala nutrición es frecuente incluso en familias de clase media. “Otro estímulo fundamental para el crecimiento es la práctica regular de ejercicio físico”, comentó Amélio Godoy Matos, profesor de endocrinología. “Las horas de sueño tranquilo —indicó— también deben garantizarse, pues la hormona del crecimiento se segrega solo cuando el niño duerme.” Los problemas emocionales también pueden retardar el crecimiento infantil. Según el endocrinólogo Walmir Coutinho, “ver la televisión durante horas seguidas, y sobre todo películas violentas, perjudica el sueño del niño y también puede entorpecer su desarrollo adecuado”.