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Seamos valientes al andar con Dios
wcg cap. 3 pág. 24-pág. 27

3 SARA

No quiso mirar atrás

Edición impresa
Edición impresa

SARA estaba casada con Abrahán, el amor de su vida. Vivían en Ur, una bulliciosa ciudad amurallada de la tierra de Sinar, cerca del gran río Éufrates. La gente de allí era idólatra a más no poder, pero Abrahán era diferente. Él adoraba al único Dios verdadero, Jehová, y Sara también. Pero un día Sara se enfrentó a una situación inesperada que puso a prueba su fe y valor como nunca antes. ¿Qué pasó?

Resulta que Abrahán le contó que Jehová había hablado con él. Seguro que Sara se emocionó un montón. Eso sí, lo que Jehová le pidió no iba a ser fácil. Tendrían que dejar su casa, despedirse de sus familiares y mudarse de Ur a una tierra muy lejana. Tendrían que emprender un largo viaje en camello junto con sus siervos y vivir en tiendas de campaña. ¡Adiós a la gran ciudad y a su sistema de vigilancia con guardias y murallas! Nada de tener una casa grande: con patio, agua corriente y otras posibles comodidades. Y, claro, ¡ningún lugar para ir de compras! Cuántos cambios... ¡Una vida totalmente distinta! Aun así, Sara aceptó. Puso su fe en Jehová, empacó sus cosas, se despidió de los suyos y, junto con Abrahán, empezó el viaje a lo desconocido.

Sara no presionó a Abrahán para volver a un lugar más seguro, sino que apoyó la decisión de su esposo de ir adonde Jehová los enviara

Sara demostró fe y valor de otra manera. El apóstol Pablo escribió lo siguiente sobre ella y su esposo: “Si hubieran seguido pensando en el lugar del que habían salido, habrían encontrado la oportunidad de regresar” (Heb. 11:15). Sara podría haber alimentado la nostalgia y haberse quedado pensando en la casa y la seguridad que tenían en Ur. Pero, en vez de eso, fue valiente y no quiso mirar atrás.

Sara y Abrahán saliendo de Ur montados en camellos. Los de su casa, que son muchos, van también con ellos.

Cuando por fin llegaron a la tierra de Canaán, Sara enseguida se dio cuenta de que ahí no había ningún río por el que llegaran barcos con mercancías de otros lugares, como pasaba con el Éufrates. Así que, cuando más tarde hubo una época de hambre en Canaán, tuvieron que irse. Pero ni siquiera en esa situación Sara presionó a Abrahán para regresar a Ur, que estaba hacia el este. Más bien, fue de buena gana con él hacia el sur, a Egipto.

Como Sara era guapísima, Abrahán tenía miedo de que lo mataran para quedarse con ella. Así que el plan era que Sara dijera que solo era su hermana. Claro, eso no sirvió de mucho cuando el faraón se enteró de lo guapa que era. De inmediato, mandó que la trajeran al palacio real, lejos de Abrahán. ¡Qué cambio! La vida en un palacio era mucho más segura y cómoda. ¡Nada que ver con vivir en tiendas de campaña yendo de un lado a otro! Pero ¿qué hizo Sara? ¿Decidió abandonar a Abrahán y así disfrutar de una vida cómoda con el faraón? No. Fue valiente y leal a su esposo, y Jehová la rescató. En poco tiempo ya estaba de vuelta con su querido Abrahán.a

Jehová había prometido que mediante Abrahán vendría una gran nación. Pero hasta ese entonces Sara no había podido tener hijos, y eso era muy duro para ella. Sin embargo, después de varios años en Canaán, Jehová la recompensó. Aunque ella tenía 90 años, Dios hizo realidad el sueño de su vida: le permitió tener un hijo. Jehová dijo que se llamaría Isaac, que significa “risa”. Y es que Abrahán y Sara se rieron de alegría cuando se enteraron de que iban a tener un hijo. Y Sara estaba segura de que la gente se alegraría y reiría con ella al ver ese milagro de Jehová.

Sara vivió lo suficiente como para criar a su hijo y verlo convertirse en un hombre que amaba a Dios. Como toda buena madre, hizo lo imposible por protegerlo. Y para eso tuvo que ser muy valiente. Además, siempre tuvo la misma actitud: renunció a las comodidades y nunca miró hacia atrás. Al contrario, miró siempre hacia adelante, hacia un futuro maravilloso. Aunque Sara y su familia no vieron cumplidas todas las promesas de Jehová, se cumplirán sin falta, ¡y ellos estarán allí para verlas!

Lea el relato bíblico

  • Génesis 12:1-20; 15:18; 16:1, 2; 17:3-8, 15-19; 18:9-15; 20:1-17; 21:1-13

  • Hechos 7:1-7

¿Qué diría?

¿De qué maneras demostró valor Sara?

Investigue un poco más

  1. 1. ¿Estuvo bien que Sara se casara con Abrahán aunque él fuera su medio hermano? (wp17.3 12 párr. 5, nota).

  2. 2. ¿Qué cosas quizá tuvo que dejar Sara cuando salió de Ur? (wp17.3 13, 14). A

    Una joya con metales valiosos y piedras preciosas de colores.

    Photograph taken by courtesy of the British Museum

    Imagen A: Una joya que se descubrió donde se encontraba la antigua ciudad de Ur.

  3. 3. ¿Cómo sabemos que Abrahán actuó bien cuando ocultó que Sara era su esposa? (wp17.3 14, 15).

  4. 4. Aunque Sara respetaba la autoridad de Abrahán, ¿significa eso que nunca expresaba su opinión aunque fuera diferente? (g 1/08 29 párrs. 4, 5). B

    Sara hablándole con franqueza a Abrahán, quien no parece estar muy contento.

    Imagen B

Piense en las lecciones

  • Compare a Sara con la esposa de Lot.

    • ¿En qué se parecían? (Gén. 12:1; 13:5-7; 19:12, 15).

    • ¿En qué se diferenciaban? (Gén. 19:17, 26; Luc. 17:28-32).

    • ¿Qué aprendemos de las decisiones que tomaron y de lo que le pasó a cada una?

  • Sara era muy hermosa y su esposo era muy rico. ¿Qué podemos aprender de ella si nuestra situación es parecida a la suya? (Prov. 31:30; 1 Tim. 6:17-19).

  • ¿De qué maneras puede usted copiar el ejemplo de valor de Sara? C

    Serie de imágenes: 1. Un matrimonio joven muy feliz empacando sus cosas para dejar su cómoda vivienda en lo alto de un edificio de una gran ciudad. 2. El matrimonio predicándole a un granjero en una zona rural; tanto el esposo como la esposa están muy contentos.

    Imagen C

Vea el cuadro completo

  • ¿Qué me enseña este relato sobre Jehová?

  • ¿Cómo se relaciona este relato con el propósito de Jehová y el tema principal de la Biblia?

  • ¿Qué me gustaría preguntarle a Sara cuando resucite?

Para saber más

¿Es el ejemplo de Sara solo para las esposas? ¿O también pueden aprender de su ejemplo los esposos?

Aprendamos de ellos: Sara (6:27)

Vea lo que hicieron Sara y Abrahán para que los dos se sintieran respetados en su matrimonio.

“Mantengan viva la ‘llama de Jah’” (w23.05 24, 25 párrs. 15-17)

a Más tarde, a Sara le volvió a pasar lo mismo cuando un rey, Abimélec, se quiso quedar con ella. Pero ella fue valiente y siguió las instrucciones que le dio Abrahán, y de nuevo Jehová la rescató.

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