4 ABRAHÁN
El primer hombre que peleó una guerra justa
JEHOVÁ le hizo una promesa muy especial a su amigo Abrahán, una promesa que cambiaría el rumbo de la historia. Le dijo: “Te convertiré en una gran nación”. También le mostró a Abrahán la hermosa tierra en la que viviría esa gran nación (Gén. 12:2; 13:14, 15). Pero, incluso antes de que llegara a formarse, Satanás ya estaba decidido a eliminarla. ¿Por qué? Porque el Diablo sabía que de esa nación saldría la “descendencia” predicha que acabaría con él y su malvado gobierno (Gén. 3:15).
Entonces Abrahán y su familia se convirtieron en el blanco de Satanás. Uno de los que recibió un duro golpe fue su sobrino Lot. ¿Qué pasó? Abrahán le había dejado a Lot que eligiera en qué parte de la Tierra Prometida quería vivir. Y Lot escogió la zona más rica y fértil. Se quedó cerca de la ciudad de Sodoma, donde la gente era “muy mala y cometía graves pecados contra Jehová” (Gén. 13:8-13). Resulta que el rey de Sodoma estaba aliado con cuatro reyes cananeos y, como todos estaban hartos de pagarle tributo al rey de Elam, se rebelaron contra él. Entonces, el rey de Elam se alió con tres reyes de tierras muy lejanas. Bajaron juntos desde el norte y derrotaron al rey de Sodoma y a sus aliados. Después, los vencedores volvieron a sus tierras y se llevaron muchas cosas y a muchos cautivos, entre quienes estaban Lot y su familia.
Abrahán reunió a un grupo de 318 hombres para perseguir y atacar a los ejércitos de cuatro reyes poderosos que estaban aliados
¿Qué haría Abrahán? Podría haber pensado que Lot se lo había buscado; él había escogido esa zona. O podría haber pensado que ir a rescatar a Lot sería muy peligroso, porque tendría que luchar con esos reyes. Abrahán llevaba una vida nómada; más que un guerrero, era un pastor. ¿Cómo iba él a derrotar una alianza de cuatro reyes tan poderosos? Y justo uno de esos reyes era el rey de Sinar, de donde venía Abrahán, pues Ur estaba en la tierra de Sinar. Cualquier otro podría haber pensado: “¿Cómo voy a luchar contra él si algún día quiero volver a las comodidades de Ur?”. Pero Abrahán no pensaba así. Decidió rescatar a Lot, seguro de que Jehová estaría con él y le daría la victoria.
Para ese entonces, Abrahán y los de su casa quizás ya eran más de 1.000. Así que reunió a sus 318 hombres adiestrados para pelear, y se prepararon para el combate. Fueron al norte con algunos aliados hasta llegar a la región de Dan y allí se encontraron con el ejército enemigo. En la noche, Abrahán dividió a sus siervos, y se lanzaron al ataque. Es cierto que su ejército era mucho más pequeño, pero vencieron a aquellos bandidos e hicieron que salieran corriendo. Huyeron hacia el norte, pero Abrahán siguió persiguiéndolos. Y cuando llegaron a Hobá, que está al norte de Damasco, finalmente los derrotaron y recuperaron todo lo que se habían llevado de Canaán. ¡Lot y su familia volvían a ser libres!
¿Le agradó a Jehová ver el valor y la fe de Abrahán? Jehová mismo dejó claro lo que pensaba cuando Abrahán pasó cerca de Salem. Melquisedec —que era rey de esa ciudad y sacerdote de Jehová— salió para encontrarse con Abrahán y darle la bendición de Jehová. Abrahán le dio la décima parte de lo mejor del botín. Así reconoció con humildad que el mérito no era suyo, sino de Dios.
Sin duda, esa guerra era de Dios, no de los hombres. De hecho, la Biblia habla del “Libro de las Guerras de Jehová” (Núm. 21:14). Quizás esta guerra que Abrahán peleó fue la primera que se registró en este libro. Siglos después, cuando los descendientes de Abrahán lucharon contra los cananeos malvados que vivían en la Tierra Prometida, Jehová le dio a su pueblo fiel una victoria tras otra.
Pero, cuando el pueblo de Dios le daba la espalda, él dejaba de protegerlos. Y, como al final rechazaron a su Hijo —el Mesías—, Jehová los rechazó y dejó de bendecir a esta nación física. Más bien, empezó a bendecir a una nación espiritual bajo el gobierno de Cristo, quien les prohibió a sus súbditos participar en guerras físicas (Mat. 26:52). Eso sí, Jesús les enseñó a participar en una guerra espiritual. Y, con su ejemplo, demostró que esta guerra también exige mucho valor.
Lea el relato bíblico
¿Qué diría?
¿De qué maneras demostró valor Abrahán durante esta etapa de su vida?
Investigue un poco más
1. ¿Cómo demuestra la arqueología la exactitud de este relato? (w89 1/7 5, 6).
2. De acuerdo con la descripción que hace la Biblia, ¿dónde se encontraban probablemente Sodoma y Gomorra? ¿Qué pruebas hay de ello? (it “Mar Salado” párr. 6). A
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Imagen A: Hasta el día de hoy, todavía hay muchas palmeras datileras y otros tipos de plantas a lo largo de la orilla sureste del mar Salado (hoy conocido como el mar Muerto), justo donde se cree que estaba Sodoma.
3. Melquisedec fue sacerdote y rey de Salem. ¿Dónde se encontraba Salem? (it “Salem”).
4. ¿Cómo representó Melquisedec a Jesús? (it “Sumo sacerdote” párrs. 27, 28). B
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Piense en las lecciones
Abrahán dejó que Lot se quedara con la mejor parte de la tierra. ¿Cómo podemos imitar a Abrahán cuando tratamos con nuestra familia, con los hermanos y con otras personas? C
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¿Qué aprendemos de que Abrahán estuviera dispuesto a arriesgarse tanto para rescatar a su sobrino?
¿De qué otras maneras puede usted copiar el ejemplo de valor de Abrahán?
Vea el cuadro completo
¿Qué me enseña este relato sobre Jehová?
¿Cómo se relaciona este relato con el propósito de Jehová y el tema principal de la Biblia?
¿Qué me gustaría preguntarles a Abrahán y a Lot cuando resuciten?
Para saber más
Vea cómo Abrahán llegó a confiar por completo en Jehová.
¿Cómo demostró Abrahán que ya era valiente antes de salir de Ur?