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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
w52 15/3 págs. 184-189

La actividad ministerial de los testigos de Jehová

Informe tomado del “Yearbook” para 1952 (en inglés)

ECUADOR

Siempre es un deleite ver a una organización crecer en un país y saber de sus experiencias y observar a los misioneros, precursores y publicadores de compañía avanzar hombro a hombro todos teniendo presente la misma cosa—los intereses del Reino. Esto hace que el corazón de uno se regocije. En el país del Ecuador oímos a los hermanos decir a los presos “¡Salid!” El siervo de sucursal nos relata unas experiencias interesantes, las cuales muestran que vale la pena ser agresivo y probar cosas nuevas de vez en cuando. Aquí está el informe que nos envió.

“En Ecuador nuestra organización todavía está creciendo de un bebé a un hombre maduro, y al fin de cada año podemos ver hacia atrás y contar los pasos. El rasgo de servicio que contribuyó tanto a nuestro adelanto este año fué la inauguración de las asambleas de circuito, celebrándose nuestra primera asamblea en Quito, la capital. Alquilamos el mismo salón que se usó para la visita del hermano Knorr en 1948, cuando 12 personas concurrieron. Este año presenció a 189 concurrentes para la primera sesión de la asamblea, y casi tuvimos que estirar las paredes para dar lugar a los 295 que vinieron a oír el discurso público.

“A través del año, además de la formación de una nueva unidad en Quito, dos compañías completamente nuevas fueron anotadas en la lista y grupos de precursores empezaron a trabajar en dos ciudades más, formando así una cadena completa de actividades a lo largo de una de las cordilleras de los Andes que cruza el Ecuador. La nueva compañía en Tulcán, en la frontera colombiana, es la única que tenemos hasta ahora que se compone exclusivamente de hermanos nativos. El siervo de compañía de allí tiene una zapatería en la población, y la literatura continuamente se exhibe en el aparador. El barrendero local de vez en cuando se detenía y leía las páginas abiertas de La Atalaya. De hecho, creó tal hábito en esto que fué amenazado con perder su trabajo. Notando su interés, el hermano en la zapatería cooperaba volteando la página, y algún tiempo después la persona de buena voluntad regresaba y continuaba la lectura donde la había dejado. Pronto el testimonio verbal convirtió la chispa en llama, y se convirtió en una llama brillante. El resultado fué un publicador nuevo y muy activo, que todavía es el barrendero local.

“Quito nos sorprendió con su primera demostración de chusmas hacia el fin del año. La verdad es que el liberalismo nunca fué tan liberal como lo es aquí. Uno es libre para amar y libre para odiar, y la justicia no es muy exigente a no ser que el asunto se active. Aquí está el relato: Algunos misioneros y publicadores jóvenes salieron a completar una sección de territorio que habían estado trabajando por cinco semanas consecutivas. Esta mañana fué diferente, porque hallaron muchas puertas con anuncios que decían, ‘Todos los miembros de esta familia son católicos. Jesús . . . es nuestro Dios y nuestro Rey. Nos gloriamos de tener como nuestra madre a la Santísima Virgen, Madre de Dios. Nosotros amamos y obedecemos al Papa, el Vicario de Cristo. . . . Prohibimos la entrada a su casa a los protestantes y a otros herejes. No los queremos.’

“No hubo objeción seria hasta que el sacerdote local apareció y empezó a formar una chusma, a la cabeza de la cual puso a dos monjas, y luego desapareció. Enterados de la situación, los hermanos pudieron ver que nada se ganaría mediante el continuar, por eso se juntaron y se dirigieron a la parada de autobuses. Al subirse al autobús la chusma desarrolló una gran oleada de coraje y les arrojó lodo y piedras, causando gran disgusto a los demás pasajeros. Muchos artículos favorables aparecieron en los diarios y pronto todo Quito supo acerca de ello. El asunto fué presentado al jefe de la policía y se hizo una protesta escrita. En modo de defensa, algunos comités católicos también presentaron una carta al departamento de policía, supuestamente señalando lo que realmente aconteció. Evidentemente fué una obra maestra de fantasía, y su propia inconsistencia reveló su falta de respeto por la verdad. La carta alegaba que el incidente fué insignificante, implicando sólo a unos cuantos niños, empero concluyó con las palabras, ‘No permitimos, ni permitiremos que los “testigos” perturben y se infiltren en nuestros hogares. . . . ellos no podrán regresar aquí, porque estamos listos, aun si tenemos que pelear hasta morir.’ El jefe de la policía y el ministro de gobernación han tomado acción contra los que firmaron este documento, advirtiéndoles que si se repite esta conducta vergonzosa e inconstitucional, ellos serán los responsables. El sacerdote que alegó que ‘no estuvo ahí’ cuando todo pasó, cortésmente ha prometido a la policía que usará su propia influencia para impedir que la acción se repita.

“Una hermana escribió una experiencia interesante teniendo que ver con la casa en que vive.

“‘Esta es una casa grande con muchas familias viviendo en ella, y es la costumbre de las mujeres juntarse en el patio durante las tardes soleadas para remendar, tejer o hacer los sombreros de paja que hacen famosa a Cuenca. Decidí pasar una tarde con ellas y me armé de un buen surtido de calcetines, folletos y una Biblia. Esta gente tiene gran curiosidad bondadosa y casi inmediatamente empezaron a preguntar acerca de nuestra obra. Al principio casi todas ellas estaban temerosas, ya que creían que por seguro yo era una evangelista resuelta a engañarlas, pero cuando cuidadosamente habían examinado mi Biblia católica y leído unos cuantos textos de ella, estuvieron menos nerviosas. Hablamos por más de dos horas esa tarde, y al salir la dueña de la casa dijo, “Espero que pueda usted convertir a toda persona en esta casa, y deseo que empiece usted conmigo y mi familia.” Desde entonces me he reunido con las otras mujeres una vez a la semana, y casi todas las semanas por lo menos una nueva persona es alcanzada así. Como resultado, cinco estudios se han comenzado aquí mismo en la casa, y se ve la posibilidad de empezar dos o tres más en breve.’

“Mucho trabajo se ha hecho este año en las oficinas gubernamentales. Más de 80 libros se han colocado en las manos de oficiales de alto rango, cónsules de países extranjeros y jefes docentes. Una de estas personas hizo que se concediera permiso para testificar a los oficiales y hombres de la marina ecuatoriana. Uno de los barcos más grandes de la marina estaba anclado aquí en el puerto de Guayaquil, y tres de los misioneros tomaron una lancha para visitarlo. Fueron bien recibidos a bordo e inmediatamente fueron presentados al comandante en jefe. Apenas se había explicado el propósito de la visita cuando todos los oficiales fueron llamados de sus puestos y reunidos en el camarote del capitán para oír el mensaje. En el curso de la explicación los últimos seis libros publicados por la Sociedad en español fueron circulados. El capitán dijo que deseaba tener una serie completa para la biblioteca del barco y otros desearon copias para su propia lectura privada.

“Luego el comandante dió órdenes para reunir a los hombres, y todo el trabajo a bordo de la nave se paró. Cuando todo estuvo listo los misioneros fueron conducidos abajo de la cubierta y se sorprendieron al hallarse frente a un grupo de 90. El comandante mismo explicó la visita y la naturaleza de nuestra obra así como lo había oído de la boca de los misioneros hacía media hora. Una vez más los libros circularon para ser examinados, resultando en una colocación total de 33 libros, casi todos los hombres prefiriendo ‘Equipado para toda buena obra’.

“Este ha sido un año maravilloso, pero todavía hay muchísimo trabajo que hacer. Estamos grandemente animados por nuestro aumento de 103 por ciento en el número de publicadores, y empezamos este nuevo año determinados a avanzar vigorizando nuestra joven organización, aprovechándonos plenamente de la libertad sin paralelo que gozamos aquí.”

EL SALVADOR

Según los últimos informes hay más de dos millones de personas viviendo en El Salvador. Eso significa que necesita darse mucho testimonio. El pequeño grupo de testigos de Jehová en ese país ha emprendido la obra y ha gozado muchísimo durante el año buscando a las “otras ovejas” y ayudándolas. Plenamente aprecian que hay mucho territorio virgen en este país y ahora que están establecidos en algunas de las ciudades más grandes, están comenzando a extenderse a estos lugares aislados, y están hallando interés sorprendente. El siervo de sucursal nos cuenta algunas experiencias interesantes acerca de cómo hacen planes para el aumento por medio de asambleas de circuito, un nuevo Salón del Reino y saliendo a los pueblos pequeños.

“Los problemas para el aumento fueron atacados al principio del año. El primer paso fué una asamblea de circuito en San Miguel la primera semana de noviembre. Esta asamblea pareció dar en el clavo. La nueva compañía pequeña se dobló en tamaño, y redobló antes del fin del año. Trece fueron bautizados en un río enlodado por la lluvia llamado el río Grande. Río arriba estaba una grande mina de oro, y río abajo caimanes de ojos pesados yacían escondidos en los bajíos pantanosos del río. Era una escena extraña. Al tiempo que los dos graduados de Galaad vadearon en el agua profunda para comenzar la inmersión, peces raros de cuatro ojos abandonaron el lugar silenciosamente, y grandes parvadas de loros silvestres volaron gritando por encima, tan atolondrados en su vuelo como el curso de la gente insensata de este viejo mundo enloquecido.

“Siendo ahora historia la asamblea de San Miguel, dedicamos nuestra atención a otro trabajo necesario, a saber, el de encontrar un Salón del Reino para la compañía de San Salvador. Al fin un salón grande en altos fué alquilado. Este fué uno que habíamos visto anteriormente y pasado por alto porque estaba dividido en varios cuartos pequeños. Sin embargo, la dueña nos dió todo el piso de arriba por sólo $60 con el derecho de quitar una pared, haciendo un salón justamente del tamaño que lo necesitábamos. Pues bien, eso sólo inició una serie de aumentos para la compañía, que no ha parado aun hasta el tiempo de escribir este informe. Desde el principio, el salón se atestó para cada discurso público, por eso más paredes tuvieron que venir abajo, y al tiempo presente hemos quitado tres paredes, y cada vez el salón se ha llenado hasta su nueva capacidad como si fuera por milagro.

“Pueden imaginarse cómo esto nos ha llenado de gozo, pero no pueden saber la consternación que ha causado a los religiosos profesionales de El Salvador. Se han molestado mucho para avisar a la gente del ‘peligro’ que son estos ‘hijos de Jehová’, como se les ha antojado llamarnos, pero sin ningún resultado.

“El hermoso Teatro Nacional en Santa Ana fué alquilado un domingo para un discurso, y 1,300 personas lo llenaron para oír ‘Sobreviviendo al fin de este mundo’. Muchos nuevos concurrieron de poblaciones circunvecinas y regresaron a casa como testigos de Jehová. Estos nuevos han crecido mucho más fuertes en la fe desde entonces; de hecho, en las dos ciudades de Chalchuapa y Atiquizaya hay buena posibilidad de establecer compañías dentro de poco. Los misioneros han estado atendiendo a estos interesados, trabajando fuera de Santa Ana un día a la semana, y ya tienen a los hermanos en Chalchuapa al punto de ser organizados en una compañía.

“En Atiquizaya se hicieron arreglos para pronunciar un discurso en la casa de un señor de buena voluntad. No hubo publicadores presentes. Todos se juntaron a base de invitaciones orales e impulsados por el conocimiento que habían recibido de unos cuantos estudios bíblicos de casa. Sin embargo, la casa modesta se llenó, ya que 22 personas se sentaron alrededor y escucharon el discurso bíblico. No había luz suficiente para ver todos los rostros claramente, pero ni un ruido se hizo mientras el siervo de circuito habló en el cuarto oscurecido, mostrándoles cómo los hombres de disposición mansa ahora pueden asociarse con la sociedad del nuevo mundo. Al fin del discurso una invitación se extendió para que hicieran preguntas. Un joven alto de rostro sereno se levantó de la oscuridad después de un momento y dijo que no tenía una pregunta, sino que quería expresarse respecto a las cosas que acababa de oír. Él dijo que estaba seguro de que hablaba en nombre de sus vecinos al decir que las cosas explicadas a ellos esa noche eran mejores que cualquier cosa que habían oído antes, y que ellos querían aceptar la invitación de formar un grupo de estudio en su pueblo a fin de aprender a predicar también. ¡Los misioneros se enajenaron de gozo al dar los pasos para cumplir ese deseo!

“No pasó mucho tiempo antes que el sacerdote del pueblo se excitara por las reuniones, y el domingo por la mañana demostró una conducta no cristiana en la iglesia denunciando a esos ‘hijos de Jehová’. Llegó al grado de nombrar al señor que había prestado su casa para el discurso bíblico. Los misioneros esperaron ansiosos por temor de que este señor se asustara, ¡pero él no iba a asustarse! Sólo se rió, y por ser tan bien respetado en su pueblo, la gente se puso de parte de él, disgustándose más que antes con el sacerdote.

“Una de las tres nuevas compañías que establecimos durante el año se formó de un modo muy interesante, claramente mostrando que el Señor conoce a los suyos. Alrededor de 1946 uno de nuestros publicadores en la capital se mudó a un pueblo que verdaderamente es un ‘nido de águila’. Allá arriba en su pueblo montés se durmió en lo que toca a servicio; pero, por casualidad, el más celoso de los nuevos publicadores bautizados en la asamblea de San Miguel lo encontró mientras iba de puerta en puerta en ese lugar aislado. Se sorprendió pero tuvo gusto de hallar a este testigo soñoliento. Fué invitado a pasar por el hermano fulano de tal, que, con los ojos amodorrados y medio avergonzado, admitió que era un testigo pero que no estaba haciendo nada acerca de ello. Si usted conociera a este hermano activo, podría entender que él no dejaría pasar ninguna oportunidad para ayudar a este compañero sin aprovecharse de ella; por eso él dijo, ‘Si usted sólo estuviera diciendo una palabra al día, eso sería algo, pero usted no está haciendo nada; usted está muerto.’ Indudablemente pudiera haberlo dicho con más tino, pero produjo efecto, y nuestro publicador amodorrado despertó, o como él mismo lo dijo después en una carta a la sucursal, ‘Fuí resucitado.’ En verdad lo fué. Ahora está publicando regularmente allá encima de El Salvador, y está teniendo muchas experiencias buenas.

“Es una verdadera bendición ser misionero y tener parte en introducir la predicación en nuevos campos de servicio. Y a medida que vemos los territorios vírgenes desapareciendo de este globo, reemplazados con grupos de estudio, compañías y circuitos, nos regocijamos, sabiendo con seguridad que sólo puede ser porque ‘estas buenas nuevas del reino ESTÁN siendo predicadas en toda la tierra habitada’.”

FERNANDO POO

A principios de septiembre las autoridades de esta pequeña isla gobernada por España en el Golfo de Guinea emprendieron acción repentina contra los pocos hermanos ahí. Una noche todos fueron arrestados y se apoderaron de su literatura. Después de durar un mes en la cárcel todos ellos, siendo de Nigeria o Camarones, fueron deportados. Desde ese tiempo no hemos oído nada. Estamos vigilando por una oportunidad para volver a emprender el trabajo ahí, pero tenemos que esperar hasta que Jehová abra el camino.

GUATEMALA

Igual que los testigos de Jehová en todas partes, los guatemaltecos están interesados en reunirse. El acontecimiento sobresaliente durante el año fué la asamblea de circuito en Quezaltenango, la segunda ciudad más grande. Autobuses especiales se obtuvieron y muchos de los hermanos salieron de la capital para viajar al punto de convención. Una grande bendición fué recibida por todos. Les dió la oportunidad de hablar a los humildes indios y a muchos otros con quienes no se encuentran muy a menudo en la capital. Cuando los hermanos participaron en la obra de revistas en esta población, las discusiones casi siempre se volvieron pequeños discursos bíblicos improvisados. La gente local mostró mucho interés en esta asamblea de los testigos de Jehová. Del informe del siervo de sucursal lo siguiente se toma.

“Un paso gozoso en la expansión de la verdadera adoración fué la inauguración de una nueva casa misionera en el principal puerto del país, Puerto Barrios. Este es uno de los más grandes puertos de plátanos del Caribe, manejando la mayor parte de las exportaciones de Guatemala. El pueblo se centraliza alrededor de un muelle de una milla de largo, con casas edificadas sobre soportes, teniendo ventanas de tela de alambre en vez de ventanas de vidrio. Los habitantes en su mayoría son trabajadores negros de Jamaica, que hablan español e inglés. Los dos misioneros asignados ahí informan que el calor es sofocante y las condiciones primitivas, pero que el mensaje del Reino se está recibiendo maravillosamente. Ya dos publicadores nuevos se han unido a ellos, mientras que dieciocho estudios fueron comenzados en las primeras seis semanas. Realmente se enajenaron de alegría al saber que cuatro nuevos misioneros fueron asignados ahí para ayudar en la bendita ‘obra de la cosecha’.

“Recientemente un publicador estaba predicando a lo largo de uno de los nuevos proyectos de construcción de calles en la capital, sin hallar una sola persona de buena voluntad. Pero se sorprendió mucho cuando terminó porque algunos del grupo trabajando en la construcción de calles se dirigieron a él. Dijeron que habían alcanzado a oírle testificar y que estaban interesados en la explicación que la Biblia hace de un nuevo mundo, y querían saber si podían tener algunos de los libros y Biblias. Cuando se les enseñaron los libros, llamaron a los demás trabajadores, lo cual, por supuesto, llamó la atención del capataz de la construcción que quiso saber de qué se trataba. Él también se unió a sus trabajadores en querer literatura. Esto muestra que, aunque a veces parece que testificamos en vano, algunas ‘migajas de predicación’ pueden caer en los oídos de las ‘ovejas’ humildes, para que éstas puedan invitar a otros a que vengan y se cojan del saco de aquel que está presentando las ‘buenas nuevas’, para aprender más acerca de las bendiciones de ‘vida eterna’.

“Uno de los problemas con que se enfrentan los misioneros aquí en la predicación es que muchas tribus indias no hablan español. Recientemente el Señor abrió el camino para llegar a éstas, cuando un publicador aislado pidió que se pronunciara un discurso público en su casa. Dos misioneros hicieron arreglos para encontrarlo en la aldea de Momostenango, después ascendieron por una senda al costado de una montaña por una hora y media para llegar a su casa. Al llegar hallaron dos casas techadas de paja, donde unas trece personas estaban esperando para oír el discurso. Un discurso de una hora se pronunció. Dado que todos los presentes eran indios mayano-quichés, fué necesario que el hermano local, que habla español, tradujera al dialecto quiché. Pronto los frutos de este primer discurso del Reino en su dialecto nativo se manifestaron, cuando dos meses después tres publicadores dieron informes en vez de uno.

“La importancia de hacer revisitas fué subrayada hace unos meses cuando una misionera colocó una ayuda bíblica con un señor que indicó que no tenía tiempo para estudiar. Sin embargo, esto no la disuadió de fielmente hacer la revisita. Esta vez fué recibida por la esposa, que, aunque era una católica devota que concurría a todos los desfiles y ritos religiosos, fué atraída por las gloriosas promesas del Reino, y un estudio se arregló. Después que el estudio había continuado por algún tiempo su hijo, que había observado su felicidad al estudiar la Palabra de Dios, ofreció a los testigos tiempo gratuito en el radio en una nueva radiodifusora que había sido inaugurada. Se arregló un programa de estudio bíblico de 15 minutos, tres veces a la semana, por la noche. Este programa pronto manifestó ser popular, ya que los guatemaltecos nativos primero fueron atraídos por el modo en que esos norteamericanos hablaban el español, y segundo por las verdades bíblicas. Pronto informes se recibieron de que aun sacerdotes católicos regularmente escuchaban las únicas ‘buenas nuevas’ de nuestros tiempos. El programa es transmitido en onda corta y larga, para que todos los que puedan escuchar se regocijen con Su pueblo. De esta suerte por atender obedientemente esta ‘colocación’ el camino fué abierto para que miles escuchen las verdades puras de la Biblia.”

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