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  • A la imagen y semejanza de Dios

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  • A la imagen y semejanza de Dios
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
w52 1/12 págs. 713-716

A la imagen y semejanza de Dios

LA INCOMPARABLE descripción que Jehová Dios mismo hace de la creación del hombre dice: “Hagamos al hombre a nuestra imagen según nuestra semejanza, y que tenga dominio sobre el pez del mar y sobre el ave de los cielos y sobre la bestia mansa, y sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Y Dios creó al hombre a su imagen, a la imagen de Dios le creó él, varón y hembra los creó. Y Dios los bendijo, y les dijo, Sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan dominio sobre el pez del mar y sobre el ave de los cielos, y sobre toda cosa viviente que se mueve sobre la tierra.”—Gén. 1:26-28, Ro.

Siendo un padre incomparable, Jehová pudo pasar a sus hijos terrestres cantidades relativas de los grandes atributos que él posee en el grado supremo. “Dios de verdad y sin iniquidad, él es justo y recto.” Así que un sentido de justicia sería implantado en el cerebro del hombre. Capaz y fuerte sería el hombre también, porque “grande es el Señor nuestro, y de mucho poder”. No habría falta de discernimiento en el administrador de la tierra, “porque Jehová da la sabiduría; de su boca proceden el conocimiento y el entendimiento.” Y finalmente, para atemperar todas estas cualidades y proveer el motivo impelente de toda acción suya, el hombre tendría que tener amor. Jehová estuvo preeminentemente habilitado para proporcionar esto porque él es la personificación absoluta del amor. “Dios es amor”, escribió el apóstol Juan.—Deu. 32:4; Sal. 147:5; Pro. 2:6, AS; 1 Juan 4:16.

Sin embargo, debido a la entrada temprana del pecado en los asuntos humanos, la multiplicación del hombre ha llenado la tierra generalmente no con el uso correcto de estas facultades sino con su violación en grande escala. La justicia ha llegado a ser algo que se compra en el mercado. Los trabajos gubernamentales suaves a costa del público vienen a ser recompensas por favores de propaganda prestados a candidatos victoriosos. Las investigaciones del crimen descubren el hecho odioso de que los más altos funcionarios gubernamentales, electos para representar al pueblo y administrar justicia, en una comunidad tras otra, se han vendido a gángsters, jugadores y rufianes. Puesto que los sobornos compran todo desde torneos atléticos hasta decisiones de tribunales, el Departamento de Justicia de la más poderosa democracia del mundo tuvo que sufrir el bochorno de tener que emplear un investigador de la corrupción para que investigara a ese mismo Departamento.

Ni es la justicia algo más razonable en una escala internacional. Una ola de humanitarismo dictó rápida ayuda posbélica por parte de los Estados Unidos a Europa, donde se estaban edificando defensas urgentes contra la expansión soviética. Empero la balanza de la justicia aparentemente quedó sin afectarse cuando se trató de moverse a favor del clamor de millones de asiáticos en necesidad de suficiente alimento para impedir la muerte por inanición, cuando las perspectivas políticas no señalaban a la adquisición de algún aliado anticomunista aparentemente fuerte a cambio. La ley de Dios en Israel estipuló provisión regular para el pobre, y no teniendo como base favores a cambio, tampoco. (Éxo. 23:11) Además, Jehová atempera su justicia absoluta con bondad inmerecida, algo para lo cual el hombre moderno no tiene ningún paralelo en sus despiadados tratos internacionales. Si no fuera por esta misericordia ninguno de nosotros hubiera nacido después de la rebelión de Adán. Pero esto no requiere que Dios simplemente pase por alto la parodia de justicia que este mundo lleva a cabo, como él lo manifiesta por la amonestación que dirigió a Israel cuando fué culpable de lo mismo:

“Escuchen esto, ustedes los jueces sobre la casa de Israel, que desprecian la justicia y tuercen la equidad, que edifican su Sión con sangre derramada y a Jerusalén sobre el crimen, jueces que fallan decisiones por un soborno, sacerdotes que expresan tontamente oráculos por paga, profetas que adivinan por dinero, y todo el tiempo confían en el Eterno, diciendo, ‘Seguramente que el Eterno está entre nosotros; ¡ningún mal nos puede sobrevenir!’ Por lo tanto por su causa Sión será arada como un campo. Jerusalén vendrá a ser un montón de ruinas, y el monte del templo vendrá a ser sólo una altura cubierta de bosque.”—Miq. 3:9-12, Mo.

RESULTADOS AL CUERPO Y LA MENTE

La fuerza física humana, que en un tiempo se propuso para arreglar y guardar el Edén paradisíaco, ahora en vez de eso rasga y destruye la tierra. Los bosques y la capa superior del suelo han sido desolados, los ríos obstruídos, el aire contaminado con humo y vapores industriales. En vez de ejercer dominio sobre los animales, “Nimrodes” desenfrenados han matado aves del cielo, dejado cadáveres de bestias detrás de ellos en los bosques y reducido muchas formas de vida a rareza o extinción. Se acumula el poder de la tierra detrás de bloques políticos que lo usan para engatusar y amenazar a sus adversarios o, si eso fracasa, volarlos en átomos. De este modo se llevan los muchos valiosos recursos naturales de la tierra al agotamiento y se niega el progreso científico de investigación de tiempo de paz debido a que desvían más y más el uso de los materiales necesarios a propósitos bélicos. Las organizaciones para la paz mundial, en vez de asegurar la unidad que prometen, dividen más la unidad que hubo, separando a algunas naciones en divisiones de norte y sur u oriente y occidente. Aun los niños, nacidos bajo tal influencia, imitan a sus mayores y desde temprano alardean del instinto de matasietes. Verdaderamente la mano de todos los hombres se levanta contra su prójimo y el pacto de Dios de la santidad de la vida es considerado con burla; se excusa esta actitud so pretexto de patriotismo. Como lo expresó Isaías el profeta: “La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno.”—Zac. 14:13; Isa. 24:5.

“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,” escribió el salmista. (Sal. 111:10) Este mundo teme a todos y a todo salvo a Jehová—al político con su autoridad, al militar con sus armas, al clérigo con sus deplorables fábulas de purgatorios y fuegos del infierno en reserva. La sana sabiduría formulada en el Edén, que enseñó la adoración verdadera de Jehová el Todopoderoso, ha sido bajo el dominio diabólico corrompida a la adoración politeísta del paganismo de un panteón de dioses y al sectarismo confundidor de la cristiandad.

Puesto que tienen la mente tan entrampada con las sofisterías y tradiciones de los hombres, y su almacenamiento de conocimiento bíblico está tan completamente empobrecido, muchos clérigos de la cristiandad, temiendo mortalmente los insultos del mofador y no pudiendo refutar las más ligeras críticas dirigidas contra la Palabra de Dios, se han retirado para refugiarse en el manto del “modernismo”. Desde allí ellos con presunción tachan de mitos a grandes porciones de la Biblia, incluyendo los relatos de la creación, el diluvio, la torre de Babel y virtualmente todos los milagros registrados. Más y más personas están tratando de hallar lugar para el cuento de hadas de la evolución, mediante el cual los ateos tratan de substituir al Creador con antepasados animales. Entre tanto recientes descubrimientos científicos tales como los informes de los relojes de uranio y radiocarbono continúan haciendo trizas la posición insostenible de la evolución; y A. N. Field, periodista neozelandés, declara que la ciencia evolucionista moderna es “el punto más bajo de degeneración intelectual a que ha llegado el hombre civilizado en los últimos dos mil años”. (Why Colleges Breed Communists) Clero aturdido y sus aliados desafiadores de Dios, escuchen el desafío de Aquel a quien ustedes han pasado por alto y traicionado y contéstenle si les interesa:

“‘Haré que la sabiduría de los sabios perezca, y echaré a un lado la inteligencia del intelectual.’ ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este sistema de cosas? ¿No ha constituído Dios en insensatez la sabiduría del mundo? Pues ya que, en la sabiduría de Dios, el mundo por su propia sabiduría no llegó a conocer a Dios, le agradó a Dios por la insensatez de lo que es predicado salvar a los que creen.”—1 Cor. 1:19-21, NW.

AMOR—PERDIDO Y RECOBRADO

La última cualidad principal, el amor, pudiera ser llamada por los evolucionistas un “rasgo vestigial”—una parte componente del hombre que ya no se usa. Como ya se manifestó, él no ejerce amor hacia su Dios, su prójimo, los animales inferiores ni hacia su hogar terrestre inanimado. El mundo bajo la influencia demoníaca lo ha substituído con concupiscencia y con su fruto de locura sexual y libertinaje borracho y desenfrenado que se refleja en los informes de noticias cotidianos. Son los últimos días de los que no ven que “la escena de este mundo está cambiando” y de quienes el apóstol inspirado dijo: “Su fin es destrucción, y su dios es su vientre, y su gloria consiste en su vergüenza, y tienen su mente sobre cosas en la tierra.”—1 Cor. 7:31; Fili. 3:19, NW.

En manos de los tales el matrimonio ha venido a ser una farsa y ni el propio hogar de uno está seguro contra la codicia del ladrón de esposas. En vista de que tantos se casan como por broma no sorprende el que los divorcios se multipliquen, obtenidos por las razones más tontas. A menudo los contrayentes no quieren tener familia, de modo que los niños que les nacen no reciben amor y esto y la negligencia aumentan las causas de la delincuencia juvenil en una sociedad de “desobedientes a sus padres, sin gratitud, sin bondad amorosa, sin tener cariño natural”. (2 Tim. 3:2, 3, NW) ¡Qué mundo más desdichado, injusto, intimidado, presuntuoso y falto de amor es éste! ¡A cuán gran distancia se hallan sus actuales guardianes del primer hombre formado a la imagen de Dios!

Todos los que practican tales hábitos deben saber de una vez que Dios no abandonará su norma justa para rebajarse al nivel de ellos y obrar conforme a la norma de ellos. Al contrario, Jehová efectuará la clase de mundo que él se propuso tener desde el comienzo, en el cual personas que de buena gana obran en conformidad con él desempeñarán el dominio que Dios les dará. Esto lo prefiguraron los hijos de Noé y sus respectivas esposas después del diluvio del día de Noé, el cual Jesús dijo prefiguró al Armagedón, que ahora está cerca. (Gén. 9:1-3; Mat. 24:38, 39) Entonces el Rey designado por Dios, Cristo Jesús, juzgará rectamente y gobernará pacíficamente. Los recursos físicos del hombre se utilizarán para restaurar y mantener un paraíso global, para edificar y habitar prósperamente. (Sal. 72:1-4; Isa. 65:17-25) La sabiduría, la estabilidad y la unidad serán el producto resultante cuando la adoración del verdadero Dios, Jehová, llene la tierra. Y con el amor reemplazando la concupiscencia y la avaricia, piense en cómo serán mejoradas las relaciones humanas. Piense cómo será el matrimonio: los esposos ‘amando a sus esposas como a sus propios cuerpos’, la esposa teniéndole ‘profundo respeto a su esposo’, los hijos obedientes a los padres piadosos, quienes, sin irritar a sus hijos e hijas, seguirán “criándolos en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová”.—Miq. 4:1-5; Isa. 33:6; 1 Cor. 13; Efe. 5:28-33; 6:1-4, NW.

Sabiendo esto, viéndolo cerca, leyendo y creyendo la Palabra de Dios ahora, los cristianos sinceros empiezan a practicar inmediatamente tal uso propio y piadoso de sus facultades. Puesto que por “la insensatez [para este mundo] de lo que es predicado” se está efectuando la salvación para vida, ellos dan su plena devoción a eso, viviendo ahora como ellos predican que vivirán todos los que alcancen a vivir en el nuevo mundo donde “la justicia habrá de morar”.—2 Ped. 3:13, NW.

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