La actividad ministerial de los testigos de Jehová
Informe tomado del “Yearbook” para 1954 (en inglés)
CHILE
1942 1947 1952 1953
Publicadores predicando 62 175 831 913
La Asamblea Sociedad del Nuevo Mundo de los testigos de Jehová tuvo un efecto tremendo sobre los publicadores de Chile. Realmente hizo algo para ellos, no sólo para los que asistieron sino también para los que se quedaron en casa. El colocar responsabilidad sobre los que se quedaron les dió la oportunidad de mostrar madurez y el deseo que tenían de hacer la obra asignada a ellos. Debemos aprender algo de esto y no siempre pensar que los que están trabajando al lado de los maduros no tienen ninguna habilidad para seguir solos. Pónganlos a prueba de cuando en cuando, como fueron puestos a prueba en Chile. Un niño no sabe si puede caminar hasta que trata de hacerlo; y, luego, para asombro de todos, encuentra gran gozo al demostrarse hábil en hacerlo. El informe que el siervo de sucursal envía desde Chile es interesantísimo tocante a eso, y nos debe mostrar a todos nosotros que de vez en cuando se debe colocar responsabilidad sobre otros hombros especialmente sobre los hombros de trabajadores anuentes. Recuerden que cuando las personas están en la verdad por algún tiempo se hacen hábiles en su trabajo. Denles la oportunidad de mostrar su habilidad.
“Los 50 delegados de Chile tuvieron muchas sorpresas agradables al regresar de la Asamblea Sociedad del Nuevo Mundo de los testigos de Jehová celebrada en el estadio Yanqui de la ciudad de Nueva York. Tenían presente el asunto de la madurez al salir para asistir a esa gran asamblea en julio. ¿Podrían los hermanos llevar a cabo el servicio bien durante los dos meses que estarían ausentes tantos trabajadores de tiempo cabal?
“El espíritu de los publicadores estuvo animoso y fué una verdadera sorpresa para los delegados saber lo que se efectuó allá en Chile durante su ausencia. Muchos de los hermanos locales que fueron dejados encargados del trabajo lo hicieron muy bien. Como un hermano lo expresó: ‘Sé que no creerán que aumentarnos de 54 a 64 publicadores, por eso hemos guardado todo informe de publicador que se nos entregó para probarlo.’ Otra unidad aumentó de 165 a 181 publicadores y preguntó acerca de dividirse en dos unidades ahora que han demostrado madurez y la habilidad de cumplir como siervos. Todavía otra unidad logró un nuevo máximo de 130 publicadores, renovó la fachada de su Salón del Reino y arregló nuevas sorpresas en el interior como una bienvenida de retorno para su siervo de congregación, quien fué enviado a la asamblea de Nueva York como delegado suyo.
“En el principal puerto de mar de Chile, Valparaíso, la congregación logró un nuevo máximo de 74 publicadores y el hermano a quien se dejó para cuidar la actividad dió un discurso público cada semana a fin de entregar informe de cinco discursos durante el mes de agosto. La congregación había estado un poco atrasada en cuanto a cubrir su gasto del Salón del Reino, pero durante la ausencia de muchos misioneros respondió muy bien y, además, se compró un piano para el Salón del Reino.
“Aunque tanta actividad casi ha agotado nuestro abastecimiento de libros y folletos, tenemos un buen surtido de revistas con que empezar la campaña de suscripciones para el nuevo año de servicio. Estamos especialmente agradecidos por la libertad para usar éstas. La victoria que se consiguió en el tribunal concerniente al título de La Atalaya, nos deja sin trabas para distribuirla con completa libertad en este país de libertad religiosa. Fué la Corporación de conferencia general de los adventistas del séptimo día la que trató de parar la circulación de nuestra revista La Atalaya. Arguyó que el nombre de su revista en español es parecido, y puesto que la había tenido registrada, le parecía que tenía el derecho de parar la circulación de nuestra revista.
“Naturalmente usted recordará, hermano Knorr, que su representante fué a verlo a usted en Nueva York para determinar la posición que nuestra Sociedad iba a adoptar en el asunto. La respuesta de usted de que nuestra Sociedad confiaría en la inteligencia de la gente de habla hispana para distinguir entre las dos revistas y sus nombres resultó ser un proceder prudente. El 10 de marzo de 1953, la decisión del tribunal del proceso mostró que los jueces veían mucho más que sólo una diferencia en el significado del nombre. Se opinó que el subtítulo, “Anunciando el reino de Jehová,” que aparece en todas las copias, era un rasgo que la distinguía; que la apariencia y color eran absolutamente diferentes; que la diferencia en diseño de las dos revistas era aún más manifiesta; que, debido al número limitado de los interesados en obtener una de las publicaciones, ellos deberían estar completamente informados en cuanto a estos rasgos sobresalientes, los cuales no podrían ser causa para confusión. De modo que, en conclusión, el tribunal del proceso declaró que no estaba convencido de que se hubiera producido un fraude causando daño a los derechos del demandante.
“Suplementando los hallazgos del tribunal del proceso, el fiscal del gobierno, quien revisó la causa cuando los adventistas la apelaron, observó que el número de volumen de nuestra revista indicaba que era de más edad y por lo tanto su falta de intenciones criminales. El 16 de mayo de 1953, el tribunal de apelaciones sostuvo la decisión del tribunal del proceso, dándonos otra victoria bien definida con nuestra más importante ayuda de estudio bíblico, La Atalaya.
“El buen éxito de las campañas de suscripciones del año pasado y el buen surtido de ejemplares a la mano al tiempo presente nos dan mucho que esperar en el nuevo año de servicio.
“Uno nota cómo el espíritu de la Asamblea Sociedad del Nuevo Mundo ha penetrado en todo publicador, aun en los aislados. Los diarios y radios dieron informes de ella por todo el país. Especialmente la escena del bautismo fué extensamente publicada en los diarios nacionales y así se dió un buen testimonio al público.
“Los misioneros fueron fortalecidos grandemente para el trabajo futuro, y todos los publicadores están esperando ansiosamente recibir las nuevas publicaciones en español para usarlas en la obra de puerta en puerta con la felicidad más grande de dar las ‘buenas nuevas’ a otros.”