La actividad ministerial de los testigos de Jehová
Informe tomado del “Yearbook” para 1958 (en inglés)
BOLIVIA
“Sobresaliente” es la palabra que describe el informe sobre Bolivia. En este país que está en las alturas de los Andes, donde el aire es ralo y las cumbres de las montañas están cubiertas de nieve, los del pueblo de Jehová hallan que allí está sucediendo lo mismo que sucede en todas partes del mundo: “Caminarán muchos pueblos, diciendo: ¡Venid, y subamos al monte de Jehová! . . . y él nos enseñará en cuanto a sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos.” (Isa. 2:3, Mod) Misioneros y publicadores de congregación están predicando y muchas personas están aprendiendo. Nuevos territorios han sido abiertos este año por medio de enviar misioneros a nuevas ciudades. Se han establecido nuevos hogares misionales y se han informado muchas experiencias excelentes, y este paso sabio parece haber ayudado en la obra de recogimiento. Aunque se presenta oposición verdadera en forma de esfuerzos del clero por impedir que los testigos de Jehová logren entrar en nuevo territorio y de esfuerzos que hacen por retener a sus rebaños para que no oigan la verdad, sin embargo los que tienen hambre de la ver-dad y la justicia hallarán la verdad y el Buen Pastor los recogerá. Las experiencias que se presentan a continuación, las cuales el siervo de sucursal incluyó en su informe, muestran que esto es cierto.
“Las cabras nunca aprenden a gustar del aroma fragante de las buenas nuevas, y las cabras son cabras sea que estén en Bolivia o en algún otro lugar. Cuando entramos en nuevo territorio, tienen buen motivo para pensar en los ‘buenos días ya pasados’ cuando la verdad no les molestaba. A fines de junio nos fué posible enviar a dos hermanas que tienen experiencia en la obra al pueblo tropical de Trinidad. Había llegado el tiempo para que la religión falsa se lamentara, de modo que los clérigos comenzaron una serie de discursos especiales advirtiendo a sus rebaños que los testigos de Jehová habían llegado y que estarían yendo de casa en casa; nadie debería escuchar ni aceptar literatura. Con esta introducción, la gente esperó la visita con curiosidad, y las hermanas escribieron que podían hacer una revisita en casi todo hogar que visitaban. Se les informó a las hermanas acerca de una conspiración en contra de nosotros en la cual los protestantes se tomaron de las manos con los sacerdotes para hacer una petición al prefecto demandando que no se permitiera a los testigos de Jehová entrar en Trinidad, diciendo que no creíamos en Dios y que corromperíamos la moral de la juventud. Sin embargo, Jehová abrió el camino para que ocupáramos por arrendamiento una casa de un dueño que vivía en otra ciudad y de repente, sin previa noticia, allí estaban los Testigos, ¡viviendo en Trinidad! ¡Me imagino lo difícil que le sería al clero convencer a persona alguna de que estas dos hermanas hubieran venido para causar daño a la ciudad! Ellas escriben: ‘Estamos de acuerdo en que esta asignación es la asignación más interesante y excitante que hemos tenido hasta ahora.’
“Los siervos de circuito están abriendo nuevos territorios continuamente por medio de exhibir la película, presentar una conferencia y dejar literatura; algunos de nuestros grupos aislados se han desarrollado como resultado de esto. En un pueblo de 2,000 habitantes, 120 personas vieron la película atentamente, haciendo muchos comentarios de aprecio después. Un hombre, que cobró deudas para poder suscribirse a La Atalaya, fué a la estación de ferrocarril la mañana siguiente para oír más acerca de este nuevo mundo de que se explicó en el último rollo de la película. Esta vez se apreció el que el tren llegara con una hora de atraso. Otro lugar ha sido añadido al itinerario del siervo de circuito.
“Recibimos muchas cartas interesantes de estos hermanos esparcidos y hemos podido mantener contacto con ellos y estimularlos a través del año. Junto con su informe mensual un ministro joven escribió: ‘Siempre estimulado por el espíritu de Jehová, sigo haciendo la obra profetizada por Cristo en Mateo 24:14, teniendo presente Santiago 2:26, que la fe sin obras está muerta. La obra del ministerio la hago en el pueblo y en los distritos rurales solito, a veces a pie y otras veces a caballo, sin temor de los hombres. Con humildad y gran gozo cuento las buenas nuevas del Reino. Aunque el tiempo que dedico es muy poco, mi deseo es hacer mucho más.’
“A menudo nos preguntamos cómo han de recibir el testimonio los muchos pueblecitos y aldeas, pero los métodos de Jehová son maravillosos y el mensaje del Reino ha entrado en muchos lugares de maneras inesperadas. En La Paz una misionera comenzó un estudio con el ama de llaves de un sacerdote; cuando él vió las revistas dijo que eran buenas y que los testigos de Jehová cumplen con la Palabra de Dios, mientras que los sacerdotes rara vez lo hacen. Después de dos meses ella desapareció, y la misionera quedó muy triste, pensando que sus esfuerzos habían sido en vano. Ocho meses más tarde la misionera experimentó gran gozo al encontrarse con ella en la calle; hacía dos días había regresado de su aldea y le dió mucho gusto contar lo que había aprendido estudiando ‘Sea Dios veraz’. Dijo: ‘Ahora sé que el nombre de Dios es Jehová, que somos mortales, que lo del fuego del infierno es una mentira y que somos miembros de la sociedad del nuevo mundo y tenemos la esperanza de sobrevivir al Armagedón y vivir para siempre en el nuevo mundo sobre la tierra.’ El día siguiente estudiaron acerca de cómo servir a Jehová y el día subsiguiente ella salió en el servicio. Se le explicó cómo podía seguir predicando en su aldea e informar su trabajo; ahora ella informa su servicio, y las buenas nuevas se han esparcido a otra aldea.”
COLOMBIA
Los testigos de Jehová en Colombia se sintieron felices porque, con el comienzo del año de servicio de 1957, empezaron a usar su recién adquirido hogar de sucursal. Desde aquí salieron palabras animadoras de expansión, y los hermanos han demostrado verdadero celo. Las experiencias que relata el siervo de sucursal nos hacen pensar en el registro de los Hechos, donde dice: “¿Qué haremos con estos hombres? Porque, en realidad, una señal notable ha ocurrido por medio de ellos, una que está manifiesta ante todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo. No obstante, para que no se divulgue más entre la gente, digámosles con amenazas que no hablen más sobre la base de este nombre a absolutamente ningún hombre. Con eso, los llamaron y les ordenaron en general que no hicieran ninguna declaración ni enseñaran sobre la base del nombre de Jesús. Pero en respuesta Pedro y Juan les dijeron: ‘Si es justo a la vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, hagan ustedes su decisión. Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar acerca de las cosas que hemos visto y oído.’” (Hech. 4:16-20) Comparemos los informes colombianos con los hechos de los apóstoles.
“El año pasado informamos acerca de una pareja de precursores especiales que fueron encarcelados durante once días en su asignación. Dado que eran hermanos espiritualmente maduros, aguantaron y vencieron dificultades y para el fin del año de servicio habían establecido una congregación de nueve publicadores. Al ver que seguían predicando después de ser soltados de la cárcel, un sacerdote los visitó y los amenazó fuertemente, pero sin tener éxito alguno. Luego el alcalde mismo les hizo una visita, pero se fué frustrado en su esfuerzo por extinguir la actividad de predicar del matrimonio. En el mismo circuito separaron a un hermano de su esposa y lo encarcelaron por doce días y luego le ordenaron que se fuera del pueblo con ella. ‘Ya no habrá testigos, ya no habrá predicación,’ pensó el alcalde. Pero Jehová mostró su fortaleza a favor de sus testigos y hoy estos precursores todavía están en la misma asignación y regocijados por la bendición de una nueva congregación de diez publicadores.
“Otro siervo de circuito informa acerca de la sorpresa que tuvo mientras visitaba una pequeña congregación en una aldea fanática. ¿Qué fué la sorpresa? Un mensaje que recibió del alcalde pidiendo que lo visitara y le explicara nuestra obra. Acompañado de otro hermano, el siervo de circuito fué introducido en la oficina del alcalde por la puerta trasera. Le pronunció al alcalde atento un sermón basado en la Biblia católica y colocó alguna literatura. Dos días después el alcalde era ex alcalde. La influencia sacerdotal es poderosa en Colombia.
“El nunca transigir en cuanto a los principios cristianos dió buenos resultados en el caso de una joven de veinte años de edad de la congregación litoral de Cartagena. Ella aceptó la verdad después de leer sólo un ejemplar de La Atalaya y pronto comenzó a estudiar con una precursora, a pesar de la oposición de su familia. Pensando que así se desharía de los testigos, la familia se mudó, pero puesto que los testigos trabajan su territorio cuidadosamente pronto volvieron a encontrar a la joven. (Joel 2:1-10) Unos cuantos meses más tarde, después de reanudar su estudio, se dedicó a Jehová y se bautizó en una asamblea que se celebró cerca. Para este tiempo ella había abandonado su hogar debido a la fuerte oposición de la familia. Al descubrir dónde estaba la muchacha, la madre fué para llevársela a casa; pero la hija puso la condición de que si no le permitían predicar ella se iría a algún lugar donde jamás podrían hallarla. La madre aceptó y pronto comenzó a estudiar y se bautizó durante la visita del siervo de circuito. Ahora las dos, con la ayuda de hermanos locales maduros, fueron fortalecidas para luchar por su nueva fe dentro de su familia católica, la cual les trataba mal y les amenazaba de continuo. Seis meses después de su bautismo la joven ingresó en las filas de los precursores generales. Ahora tiene como su meta la obra de precursor especial, y su madre está dispuesta a seguirla en el servicio de Jehová a dondequiera que se le envíe. ¡Cuán bendita es la porción de los que permanecen firmes a su dedicación!
“En la obra de tienda en tienda se colocó una revista ¡Despertad! con una joven en una oficina. A la segunda visita su nombre llegó a estar en la ruta de revistas y se hicieron arreglos para visitarla en su casa. Allí nos enteramos de que su familia ya estaba en la lista de suscriptores a La Atalaya, pues miembros de ésta habían estudiado con un misionero más o menos diez años antes. Aunque el estudio había sido suspendido, ellos siguieron leyendo la literatura. Estuvieron muy dispuestos a estudiar otra vez y progresaron rápidamente. Ahora asisten a las reuniones tres veces por semana y dedican los fines de semana y días de fiesta al servicio. Ahora la joven está estudiando inglés, con los ojos puestos en asistir a Galaad en el futuro.”