¿Un “modo nuevo y atrevido”?
En The Christian Century del 3 de marzo de 1954, bajo el encabezamiento: “Modo de vivir de la familia cristiana,” un escritor se dedica a una consideración de la escuela dominical y señala a la “primacía de la familia en la educación cristiana,” que los “padres son los primeros instructores de la religión, que el alumno fiel de la escuela dominical pasa 90 horas bajo la influencia de su hogar por cada hora que pasa en la iglesia, y que el hijo está donde puede conseguir el entrenamiento de los padres durante los años más formativos de su vida cuando no tiene ningún contacto directo con la iglesia.”
El escritor entonces hace mención de que a pesar de estos hechos algunas sectas “se portan como si no existieran los padres. Sería mejor, mucho mejor, si dispersáramos por completo la ‘escuela dominical’ convencional y empezáramos con un modo nuevo y atrevido de tratar el asunto.” ¿Y cuál es ese “modo nuevo y atrevido de tratar el asunto”? “Poner nuestra tarea de instrucción cristiana donde debe estar, sobre los hombros de los padres, y poner la iglesia a la disposición de ellos.” La substancia del plan que sigue es el de organizar clases para instruir a los padres para que ellos a su vez puedan instruir a sus hijos en el hogar.
Aunque sea esto un “modo nuevo y atrevido de tratar el asunto” para el cristianismo organizado, no lo es para los testigos de Jehová. Los testigos modernos han estado haciendo esta misma cosa por muchos años, y el registro bíblico nos informa que Abrahán lo hizo hace unos cuatro mil años, sin hacer mención de que Moisés, unos cuantos siglos después, mandó que se hiciera.—Gén. 18:19; Deu. 6:4-9.