Por casualidad
La sección de anuncios de iglesia de un periódico de un pueblito de Manitoba contenía dos anuncios separados. En el primero el ministro presbiteriano invitaba a los lectores a ‘Venir y adorar en nuestra recién decorada iglesia,’ mientras que inmediatamente debajo de éste, el ministro de la Iglesia unitaria comentó (en su texto para la semana) que ‘¡El blanquear la bomba no purifica el agua!’—La revista Maclean’s.