Corporación cerrada
“Una iglesia que ha cesado de ser la agencia del amor creativo de él, que no conoce barreras, y se ha fijado como una corporación cerrada de gente refinada y respetable de la clase media, un ghetto de la burguesía, como alguien lo ha llamado, ha dejado de ser cristiana.” Así declaró Taito A. Kantonen en su obra A Theology of Evangelism.