Hágase celoso por Jehová
“Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová.”—2 Rey. 10:16, Mod.
1. (a) En las Escrituras, con frecuencia se hace referencia a Jehová como ¿qué clase de Dios? (b) ¿Qué frase sigue frecuentemente a las declaraciones de sus profetas, y por qué?
POR toda la Biblia se hace referencia a Jehová, quien hizo el universo, como un Dios celoso, un Dios cuyo mismísimo celo ha obrado portentos maravillosos. Por lo tanto, cuando su profeta Isaías hizo declaraciones importantes respecto a los propósitos del Gran Jehová, realzó estas declaraciones con esta oración: “El mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” (2 Rey. 19:31; Isa. 9:7; 37:32) Esta declaración le aseguró al pueblo que el cumplimiento de estas promesas era indudable, puesto que provenían del Todopoderoso, el Dios celoso.
2, 3. (a) ¿Por qué le interesa al pueblo de Dios la frase “el mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto”? (b) ¿Por qué es el celo de Jehová causa de gozo para la humanidad?
2 La expresión “el mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto” de veras es valiosa y notable, puesto que da énfasis e insiste en el interés activo y la eficacia deliberada de Dios en la salvación de la humanidad. Por medio de esta expresión se nos hace saber que la salvación del pecado y de la muerte, y la vida renovada del pueblo de Dios, no se deberá a ningún desenvolvimiento automático de la historia, ni se deberá a ninguna causa natural o económica. Será la obra eficaz de un Dios celoso, porque se nos dice: “El mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”
3 Por lo tanto, el celo de Jehová es causa de gozo para la humanidad, porque promete libertad de fuerzas que oprimen al hombre física y espiritualmente, fuerzas que frecuentemente se hallan fuera del alcance de los siervos humildes de Dios, como era la situación en el caso de Edom. Concerniente al opresor Edom, declaró el profeta de Jehová: “Esto es lo que ha dicho el Señor Jehová: ‘Ciertamente en el fuego de mi celo de veras hablaré contra los que quedan de las naciones y contra Edom, todo él, los que se han dado mi tierra a sí mismos como posesión con el regocijo de todo el corazón.’” (Eze. 36:5, 6) Todos los opresores semejantes a Edom, incluso Satanás el Diablo, sus demonios y su entera organización sentirán el fuego del celo de Jehová en el Armagedón. “La angustia no se levantará segunda vez.”—Nah. 1:9; Sal. 72:14.
EJEMPLOS DE CELO
4. ¿Qué lección enseña el celo de Jehová, y cómo se ha ejemplificado esta lección en la vida de los siervos de Jehová?
4 Este celo de Jehová es una lección para el pueblo de Dios. Enseña que si vale la pena hacer un trabajo, entonces merece nuestro apoyo de todo corazón, nuestro entusiasmo, nuestro celo, así como Dios da de sí mismo a sus actividades. Esta cualidad de Dios se ejemplificó en la vida de guerreros, sacerdotes y profetas de Dios. El Hijo unigénito de Jehová, Jesucristo, ejemplificó esta cualidad, y también la ejemplificaron los apóstoles y discípulos de Cristo. Los levitas, por ejemplo, celosamente apoyaron a Moisés en el monte Sinaí cuando el pueblo se hizo el becerro de oro. Mataron a unos 3.000 hombres que practicaron idolatría en aquella ocasión. Finees, el hijo de Eleazar el hijo de Aarón el sacerdote de Jehová, a causa de su celo por la justicia de Dios, mató a un compañero israelita y a una madianita con una lanza debido a la práctica desenfrenada de inmoralidad sexual de éstos. (Éxo. 32:15-29; Núm. 25:6-13) El salmista David escribió que ‘el puro celo por la casa de Jehová lo había consumido, y los mismísimos oprobios de los que vituperaban a Jehová habían caído sobre él.’ (Sal. 69:9) Jehú, rey de Israel, pidió a otros que presenciaran su celo por Jehová. Se le describe en la Escritura manejando su carro furiosamente, al cumplir su papel de ejecutor nombrado por Jehová. (2 Rey. 10:16) Fieles hombres celosos han recibido la remuneración de alabanza de Dios, y les aguarda la esperanza de una “resurrección mejor.”—Heb. 11:35.
5, 6. (a) En las Escrituras Griegas Cristianas, ¿qué palabras se usan para expresar la palabra española “celo”? (b) ¿Qué ejemplos nos dan las Escrituras Griegas Cristianas de hombres de celo?
5 En las Escrituras Griegas Cristianas aparecen unas treinta y tres veces palabras griegas como zelos, zeloun, zelotes, y se usan exclusivamente en cuanto a hombres. Tal como Jehová, en las Escrituras Hebreas, había sido celoso por su santidad, y como sus profetas expresaron celo, así ahora sus santos muestran el mismo celo, Jesucristo más que todos. Dos veces en su carrera de ministro de Dios, su celo por Jehová lo impulsó a limpiar el templo de Jehová. La casa de Jehová no debía asemejarse a una casa de mercancías, declaró. El apóstol Juan describe una ocasión con estas palabras: “Pues bien, se acercaba la pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y halló en el templo a los que vendían ganado vacuno y ovejas y palomas y a los corredores de cambios en sus asientos. Por consiguiente, después de hacer un azote de cuerdas, expulsó del templo a todos aquéllos junto con las ovejas y ganado vacuno, y derramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. Y dijo a los que vendían las palomas: ‘¡Quiten estas cosas de aquí! ¡Dejen de hacer de la casa de mi Padre una casa de mercancías!’ Sus discípulos recordaron que está escrito: ‘El celo por tu casa me consumirá.’”—Juan 2:13-17.
6 Los apóstoles de Jesucristo siguieron su ejemplo celoso. En Hechos 17:6, los opositores acusaron a los cristianos de ‘trastornar la tierra habitada’ con su enseñanza. Unos veintidós años después de la muerte de Cristo, el apóstol Pablo escribió a los corintios: “Ahora bien, respecto al ministerio que es para los santos, me es superfluo escribirles, porque conozco su prontitud de ánimo de la cual me estoy jactando a los macedonios respecto de ustedes, que ya hace un año que Acaya ha estado lista, y el celo de ustedes ha estimulado a la mayoría de ellos.” (2 Cor. 9:1, 2) Sí, el celo cristiano resultó contagioso. Fue una característica del cristianismo. Estimuló a otros a un ministerio piadoso.
DEFINICIÓN DE CELO
7. ¿Cómo se define de varias maneras el celo?
7 ¿Qué es celo? Celo se define diversamente como ardor apasionado por una causa o, menos a menudo, por una persona; o como una intensa ansiedad de promover algún fin. También se hace referencia a él como ahínco, entusiasmo, devoción y fervor. La palabra para celo en hebreo es kinah, de kaná, que significa “ponerse colorado” de pasión. La palabra griega zelos denota un ardiente elemento que consume, análogo al calor del celo. Y de esto obtenemos la expresión “un celo ardiente.” En algunas zonas del mundo, a veces se dice que los ministros activos se muestran “fogosos por el Señor.” En la Biblia, se describe a un ministro activo o entusiástico de Jehová como caliente, mientras que se dice que un ministro inactivo es tibio.
8. ¿Cómo y por qué se insta a los cristianos a ser celosos?
8 A los cristianos se les insta a ser trabajadores celosos por Jehová, porque sin trabajadores celosos es inconcebible una religión viva. Sin celo, no puede haber triunfo ardiente, no puede haber personalidades cristianas perfeccionadas, no puede haber recompensa duradera ni acciones de fe cristiana. Es por eso que escribe el apóstol Pablo: “No sean holgazanes en sus quehaceres. Fulguren con el espíritu. Sirvan a Jehová como esclavos. Regocíjense en la esperanza que está delante.” (Rom. 12:11, 12) “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán el debido galardón de la herencia. Sirvan como esclavos al Amo, Cristo.” (Col. 3:23, 24) “Siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” (1 Cor. 15:58) Pablo no solo dijo estas cosas sino que las vivió. El escritor bíblico Lucas nos dice que “Pablo empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo.” (Hech. 18:5) Es a actividad celosa con relación al Señor que han sido llamados los cristianos y es este servicio ardiente el que gana la recompensa de vida eterna.
VARIAS CLASES DE CELO
9, 10. ¿Qué prueba que puede haber un celo honroso y un celo deshonroso?
9 ¿Es usted celoso por el Señor? Hay personas que han estado equivocadas, porque no todo celo es bueno. El celo cuando se excita hasta un grado apasionado a menudo se convierte en ira; cuando se consume en egoísmo, se convierte en celos o envidia. El celo sin conocimiento exacto de los propósitos de Dios se puede convertir en fanatismo. De modo que el celo puede ser honroso o deshonroso. Puede haber un celo guiado o un celo extraviado.
10 Por ejemplo, el apóstol Pablo escribe en Romanos 10:2, 3: “Porque les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; pues, a causa de ignorar la justicia de Dios pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios.” Así, el apóstol revela que hay personas que pueden ser completamente sinceras en sus convicciones religiosas y serlo de modo celoso, pero sin basarse en hechos, sin conocimiento exacto de la verdad de Dios. Muy a menudo estas personas están más deseosas de establecer su propia justicia que la de Dios. Como le dijo una señora a un ministro de los testigos de Jehová: “¡No le creería a usted aunque supiera que tiene la verdad!” Y por otra parte, hay algunas personas que sí cambian. El apóstol Pablo fue una de estas personas. En 1 Timoteo 1:12, 13, confiesa que vivió su derrotero previo en la vida como fariseo ignorantemente. “Aunque antes era blasfemo y perseguidor y hombre insolente. No obstante, se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe.” Sin duda, en la actualidad hay muchos, como Saulo de Tarso, que actúan por ignorancia y con falta de fe. ¿Es usted una de estas personas? Deje que la Palabra de Dios guíe su celo.
11, 12. (a) Muestre casos en que un celo basado en la ignorancia se convirtió en celo perseguidor. (b) ¿Qué prueba que tal celo no podría ser de Dios ni de Cristo?
11 Con frecuencia un celo basado en la ignorancia puede convertirse en un celo perseguidor, como sucedió con Saulo de Tarso. Saulo, que vino a ser Pablo, confiesa: “Ustedes, por supuesto, oyeron acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que hasta el punto de exceso seguí persiguiendo a la congregación de Dios y devastándola, y estaba haciendo mayor progreso en el judaísmo que muchos de mi propia edad en mi raza, puesto que era mucho más celoso por las tradiciones de mis padres.” (Gál. 1:13, 14; Fili. 3:6) Aun hoy personas que afirman ser cristianos que son celosos por sus creencias religiosas hacen esfuerzos extraordinarios para perseguir a los testigos cristianos de Jehová. Un informe de 1966 procedente de Indonesia cuenta de violencia por parte de una chusma y de ministros cristianos que al efectuar su ministerio fueron golpeados por clérigos protestantes. El relato dice: “Cuatro de los clérigos del pueblo y aproximadamente sesenta ‘ancianos’ de las varias iglesias del pueblo atacaron el hogar de una persona que mostraba interés, donde se celebraba el primer estudio de La Atalaya. Cuando los precursores especiales y el dueño de la casa salieron para determinar la causa del disturbio, la chusma rompió la verja y atacó a los tres hermanos. Todos recibieron daños. Uno de los precursores especiales fue derribado inconsciente y entonces pateado salvajemente por el clérigo presidente. . . . El clérigo que instigó este alboroto más tarde visitó otra isla donde dos familias de testigos de Jehová se habían mudado recientemente y construido casas. Después de predicar un sermón agitador contra los hermanos, dirigió a la congregación desde la iglesia a los hogares de los dos hermanos y destruyó sus hogares, dejando a doce personas sin vivienda.” Esto, por supuesto, no fue celo por Jehová expresado por estos clérigos, sino un celo extraviado, que los hizo obrar de manera contraria a la voluntad de Dios. Se comportaron como Saulo de Tarso, que más tarde llegó a deplorar sus actos viles. Estos clérigos bien pudieran hacer lo mismo.
12 Este no es el único caso en que un celo religioso extraviado se haya manifestado en la persecución de los inocentes. La historia está llena de relatos de inquisiciones religiosas, violencia religiosa, motines y asesinatos religiosos. Jesucristo y, según se informa, la mayoría de sus apóstoles fueron asesinados a manos de celosos religiosos, y lo mismo sucedió con los profetas de Dios antes de ellos. (Mat. 23:34, 35) Tal celo extraviado no podría ser el cristianismo en acción por ningún esfuerzo de la imaginación, porque a los cristianos no se les ha dado el mandato de perseguir, sino de amar, aun a sus enemigos.—Mat. 5:43-48.
13. ¿Qué ejemplos tenemos que muestran que el celo supersticioso puede resultar en acciones viles?
13 El celo supersticioso puede enloquecer a los religiosos y hacerles creer que realmente están haciéndole un favor a Dios por medio de sus hechos viles. Los adoradores de Baal en el tiempo de Elías se excitaron hasta un frenesí, “y se pusieron a clamar a voz en cuello y a cortarse según su costumbre con dagas y con lancetas, hasta que hicieron chorrear la sangre sobre ellos” esperando que Baal contestara sus peticiones. Pero Baal no era el Dios verdadero, sino una imagen impotente hecha por el hombre. Elías demostró que Jehová es el Dios verdadero e invitó al pueblo a hacerse celoso por Jehová. (1 Rey. 18:21-40) Jesucristo relató una profecía sobre nuestro tiempo y mostró que la gente se hallaría tan ignorante acerca del Dios verdadero hoy como se halló en el tiempo de Elías. Dijo Jesús: “Entonces los entregarán a ustedes [los cristianos verdaderos] a tribulación y los matarán, y serán objetos de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre.” “Viene la hora,” dijo él, “en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios. Mas ellos harán estas cosas porque no han llegado a conocer ni al Padre ni a mí.” (Mat. 24:9; 23:34; Juan 16:2, 3) Las palabras de Jesús demuestran de manera concluyente que es un celo supersticioso el que impulsa a estas personas a cometer actos violentos contra los siervos de Dios.
OTRAS FORMAS DE CELO
14. ¿Cómo puede ser hipócrita el celo, con motivos perversos?
14 El celo puede tener un motivo perverso. Puede ser hipócrita en su ostentación. El fariseo de la ilustración de Jesús comenzó a orar: “Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni aun como este recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana, doy el décimo de todas las cosas que adquiero.” Estaba tan interesado en sí mismo que su motivo egoísta se dejaba ver. No fue como el recaudador de impuestos que se golpeó el pecho y dijo: “Oh Dios, sé benévolo para conmigo, pecador.” (Luc. 18:10-14) Jesús dijo que habría muchos que dirían: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?” Y él les confesará: “¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros del desafuero.” (Mat. 7:22, 23) Esta es la tragedia de un celo hipócrita: no produce recompensa duradera. ¿Por qué no hacerse celoso por Jehová más bien?
15. ¿Qué es celo altercador?
15 También hay un celo pugnaz o altercador, un celo que disputa respecto a palabras, maneras y costumbres. Pablo, en 1 Corintios 11:11-16, se esmera por zanjar el asunto acerca de cubrirse la mujer la cabeza en la congregación, después de lo cual dice: “Si algún hombre parece disputar en pro de otra costumbre, nosotros no tenemos otra, ni tampoco las congregaciones de Dios.” Antes en esta epístola, Pablo muestra que había disputas en cuanto a la persona a quien seguían: “Porque cuando uno dice: ‘Yo pertenezco a Pablo,’ pero otro dice: ‘Yo a Apolos,’ ¿no son ustedes simplemente hombres?” (1 Cor. 3:4) Estos necesitan hacerse celosos por Jehová y no desperdiciar energía vital en asuntos triviales.
16. (a) ¿De qué manera puede ser parcial el celo? Dé un ejemplo. (b) ¿Qué les recomendó el ángel a los tibios de Laodicea?
16 El celo también puede ser parcial. Se describe a los efraimitas como tortas redondas cocidas de un solo lado, en otras palabras, medio cocidas. (Ose. 7:8) Eran de pensar irresoluto en su devoción y servicio a Dios. ¿Cuántas personas conocemos que son así? Personas que están con un pie dentro y otro fuera... personas a quienes les gusta oír acerca del reino de Dios pero a quienes les gusta también este mundo. Con la boca alaban al pueblo de Dios por efectuar un trabajo excelente, pero ellas mismas no quieren participar en él. Algunas quizás hasta asistan a reuniones del pueblo de Dios, pero nunca hacen de esto una costumbre regular. Se consideran a sí mismas cristianas, hasta de hecho bastante espirituales. Como los laodicenses, no son ni calientes ni fríos. Son tibios. Se han engañado a tal grado que piensan que son espiritualmente ricos y que con sus esfuerzos tibios agradan a Dios. Pero éste es un engaño, como se le dijo al ángel de la congregación de Laodicea que señalara: “Por cuanto eres tibio y ni caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. Porque dices: ‘Soy rico y he adquirido riquezas y no necesito absolutamente nada,’ mas no sabes que eres desdichado y lastimoso y pobre y ciego y desnudo, te aconsejo que compres de mí oro acrisolado por fuego para que te enriquezcas, y prendas exteriores de vestir blancas para que llegues a estar vestido y para que la vergüenza de tu desnudez no sea manifestada, y pomada para los ojos para frotártelos a fin de que veas. A todos aquellos a quienes les tengo cariño los censuro y los disciplino. Por lo tanto sé celoso y arrepiéntete.” (Rev. 3:14-19) No es demasiado tarde para despertar de esta condición apática, tibia. El ángel recomienda: “Sé celoso” por Jehová.
17. (a) ¿Cómo puede ser temporal el celo? Cita un ejemplo. (b) ¿Cómo puede mostrarse celo temporal hoy?
17 También hay un celo temporal, un celo que se rinde. Cuando Joás, rey de Israel, vino a ver al profeta Eliseo y lloró por el destino evidente de Israel, Eliseo le dijo que abriera la ventana que daba al este y disparara una flecha. Joás hizo esto. Entonces Eliseo exclamó: “¡La flecha de salvación de Jehová, aun la flecha de salvación contra Siria! Y ciertamente derribarás a Siria en Afec hasta el punto de acabar.” (2 Rey. 13:14-17) La declaración de Eliseo debería haber conmovido al rey, pero, ¿lo conmovió? Cuando Eliseo le dijo que tomara las flechas que tenía e hiriera la tierra con ellas, ¿qué hizo Joás? Con el sonido de la victoria resonando en sus oídos, debería haber pulverizado con ellas la tierra. En cambio, débilmente hirió tres veces la tierra y se detuvo. Eliseo “se indignó con él; por eso dijo: ‘¡Era entendido que se heriría cinco o seis veces! En ese caso ciertamente estarías derribando a Siria hasta el punto de acabar, pero ahora será tres veces que derribarás a Siria.’” (2 Rey. 13:18, 19) Joás reveló que su celo era temporal. Se agotó. No dejó que la promesa de Jehová lo encendiera, como debería haberlo hecho, si hubiera creído plenamente. Así hoy, muchos que oyen las promesas de Dios rápidamente las contradicen con duda, escepticismo y sospecha. La hoguera potencial rápidamente se convierte en un siseo y se preguntan por qué no son celosos por Jehová. La Palabra de Dios dice a quien duda: “El que duda es semejante a una ola del mar impelida por el viento y aventada de una parte a otra. De hecho, no vaya a figurarse ese hombre que recibirá cosa alguna de Jehová; es un hombre indeciso, inconstante en todos sus caminos.” (Sant. 1:6-8) Cuando uno sirve a Jehová, no hay lugar para dudar. Jehová exige devoción exclusiva. El lanzarse a su servicio debe hacerse de todo corazón, sin reservas y para toda la eternidad. “Segaremos si no nos rendimos.”—Gál. 6:9.
UN CELO GENUINO POR JEHOVÁ
18. (a) ¿Qué es celo genuino? (b) ¿Cómo se manifiesta el celo genuino entre la humanidad?
18 Hay un celo genuino, que es un sincero interés afectuoso por la gloria de Dios y el bienestar espiritual de la humanidad. Es un celo que brota del mandato divino: ¡“Sé celoso”! (Rev. 3:19) Tiene su ejemplo en Cristo Jesús, que “fue por la tierra haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el Diablo; porque Dios estaba con él.” (Hech. 10:38) Le dijo el apóstol Pablo a Tito: Cristo “se dio a sí mismo por nosotros para librarnos de toda clase de desafuero y limpiar para sí mismo un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes.” (Tito 2:14) Este celo se ha manifestado en todos los siglos en la actitud del cristiano para con la importancia del servicio de Dios. Los cristianos dedicados han puesto la adoración de Dios en primer lugar en su vida. (Mat. 6:33) Se han hecho celosos por Jehová. Y este celo se puede ver en su conducta y adoración cristianas, en el deseo que tienen y el esfuerzo que hacen para transformar su mente y personalidad en las de Cristo. Su vida cotidiana está empapada de celo por Jehová. En ellos se cumplen las palabras del apóstol Pablo: “Ya no sigan ustedes andando así como las naciones también andan en la inutilidad de su mente, estando ellas mentalmente en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios, a causa de la ignorancia que hay en ellas, debido a la insensibilidad de su corazón. Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avaricia. Pero ustedes no aprendieron que el Cristo sea así, si es que, en verdad, le oyeron y fueron enseñados por medio de él, así como la verdad está en Jesús, que desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; pero que sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y se vistan de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.”—Efe. 4:17-24.
19. ¿Qué preguntas nos vemos obligados a hacer, y dónde pueden hallarse las respuestas a nuestras preguntas?
19 Pero, ¿dónde puede usted encontrar hoy tal celo en un mundo de agitación religiosa? ¿Quién hoy en esta era de la ciencia quiere ser celoso por Jehová? ¿Qué personas están dispuestas a dejar a un lado los acostumbrados caminos fáciles del vivir relajado en un mundo de moralidad en derrumbe, de crimen y rebelión, para vestirse de una nueva personalidad? ¿Qué prueba hay de que existe un celo religioso genuino por Jehová en la Tierra? El siguiente artículo contestará estas y otras preguntas oportunas.
[Ilustración de la página 745]
El celo por Jehová impulsó a Jesús a limpiar el templo
[Ilustración de la página 749]
Joás demostró celo por Jehová pero no persistió en él. Cristianos hoy tienen que evitar tal celo temporal