Ponderando las noticias

Tendencias que anuncian peligro en Italia

● En las elecciones nacionales de Italia el verano pasado, el partido demócrata cristiano gobernante, respaldado por la Iglesia Católica, ganó una victoria por poco margen sobre el partido comunista. Pero los comunistas continuaron logrando adelantos.

Esto también se reflejó en las elecciones municipales que se celebraron al mismo tiempo. Por ejemplo, en el gobierno de la ciudad de Roma el partido comunista ganó el 35,5 por ciento del voto, en comparación con el 33,1 por ciento que obtuvieron los demócratas cristianos. Por consiguiente, por primera vez Roma llegó a estar bajo el control de una coalición encabezada por los comunistas. El “Sunday News” de Nueva York dijo que esto “era un revés para el Vaticano y el papa, que reina como el obispo católico de Roma.” Con el voto de Roma, el partido comunista domina ahora los gobiernos de toda ciudad principal de Italia, señala el “News.”

También le causa gran preocupación a la Iglesia la merma en la práctica religiosa en Italia. La publicación periódica católica “Commonweal” informa: el 53 por ciento de los italianos eran comulgantes de la Iglesia en 1956; el 40 por ciento lo eran en 1960; el 35 por ciento en 1965. La cifra más reciente es de solo 30 por ciento. No hay ninguna indicación de que esta tendencia haya de cambiar. La revista jesuita “Civiltà Cattolica” dice que el 72 por ciento de las personas a quienes interrogó pensaban que la Iglesia no tenía ningún interés verdadero en la clase obrera ni la comprendía.

Estas tendencias en Italia y otros países hacia más gobiernos de la clase radical y el gradual apartarse de la religión “ortodoxa” son anuncio de peligro para las iglesias de la cristiandad. Sin embargo, esto se predijo en la profecía bíblica en los capítulos 17 y 18 de Revelación. Allí la Palabra de Dios revela que las religiones que han ‘estado de rameras’ con este mundo habrán de ser destruidas súbitamente en el futuro cercano, para gran horror de los que apoyan a esas religiones.

A seis millones el hombre

● Con frecuencia se ha calculado que el valor químico de un cuerpo humano es de unos dólares a lo más. Pero esos cálculos solo consideran las materias primas, y en su forma básica más sencilla. Recientemente Harold J. Morowitz, bioquímico de la Universidad de Yale, examinó un catálogo de suministros para determinar los precios de los complejos e intrincados compuestos químicos que efectivamente forman el cuerpo humano. Descubrió que sustancias como la hemoglobina se tasan en 285 dólares por gramo; la insulina en 48,50 dólares por gramo; la enzima tripsina, en 36 dólares; el aminoácido “bradykinin,” en 12.000 dólares; prolactina, la hormona que estimula la secreción de leche, en 17.500.000 dólares; y así por el estilo

Morowitz concluyó que los individuos humanos en realidad valen un promedio de unos 245 dólares por gramo, peso seco. Después de descontar los dos tercios de agua de su propia estructura de unos 72 kilos, ¡llegó a un valor de 6.000.015,44 dólares para las sustancias restantes! Sin embargo, dice que si los químicos tuvieran que sintetizar todos esos compuestos de materias primas en vez de solo separarlos de los productos naturales existentes, el costo sería de aproximadamente 6.000 millones de dólares. Y aunque es imposible para criaturas humanas el organizar estos productos químicos en células, él, no obstante, calculó en 6.000 billones de dólares el costo de hacer tal cosa.

¿Es razonable concluir que tan maravillosa complejidad sea meramente el resultado de ciega casualidad evolucionista? ¿O es juicio más sólido el de un observador apreciativo que dijo: “De manera que inspira temor estoy hecho maravillosamente. . . . Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas”?—Sal. 139:14, 16.

Apoyo para la historia bíblica

● Dos hallazgos arqueológicos recientes añaden interesante apoyo al registro histórico de la Biblia. Una antigua fortaleza judaica descubierta en el desierto del Sinaí, informa el “Times” de Nueva York, tenía inscripciones en hebreo y fenicio “consideradas doblemente significativas debido a que varias de ellas se refieren a ‘Jehová,’ el nombre tradicional de Dios.”

Además, unas 15.000 tabletas de barro se hallaron en la ubicación de la antigua ciudad cananea de Ebla, ahora en el norte de Siria. Se conjetura que datan de más de 2.000 años a. de la E.C. En las tabletas se mencionan muchos nombres y lugares bíblicos contemporáneos, entre ellos “Urusalima” (Jerusalén), de los que se dice que preceden a otras referencias a Jerusalén por centenares de años. Los investigadores han quedado sorprendidos por las similitudes entre estas tabletas y el hebreo antiguo.

Los doctos también esperan que los registros revelen algo en cuanto a por qué la religión de Israel era tan drásticamente diferente de las religiones politeístas inmorales de los alrededores. El arqueólogo David Freedman, de la Universidad de Michigan, hace notar que la adoración hebrea fue una “mutación de gran alcance sobre todas las religiones que se habían presentado antes de ella.” La explicación, sin embargo, no está en investigar la historia de los cananeos politeístas. La religión de Israel no fue solo otra religión adquirida de entre la gente. Solo una religión procedente de una fuente externa podía ser tan completamente diferente. La Biblia muestra que esa fuente fue Dios.—Jos. 24:14, 15.

“Preparándose para el Armagedón”

● Buckminster Fuller, el inventor de la bóveda geodésica, dijo, según se le citó en la revista “National Geographic” para julio de 1976: “Durante los pasados 20 años, hemos tenido a las naciones de la Tierra preparándose para el Armagedón, tomando las más elevadas capacidades del hombre y enfocándolas en la devastación.” Además, declaró: “Hoy lo que nos presenta el mayor desafío de ninguna manera es cómo progresar independientemente, sino cómo progresar juntos.”

Para Fuller la cooperación internacional en el terreno de la tecnología, como en la producción y el uso de la energía eléctrica, es cosa vital. Sin duda muchos temen que a menos que los pueblos de todas las naciones puedan “progresar juntos” de esas maneras, el Armagedón es inevitable.

Muchas personas creen que el Armagedón es un gran conflicto final en un nivel puramente humano. Sin embargo, la Biblia declara: “Expresiones inspiradas por demonios . . . salen a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso. Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har-Magedón [o, “Armagedón”].”—Rev. 16:14, 16.

Las naciones ciertamente están “preparándose para el Armagedón,” aunque no se dan cuenta de ese hecho. En las Escrituras se identifica al Armagedón como la guerra de Dios. Pronto el Armagedón bíblico librará a este globo terráqueo de los inicuos que están “arruinando la tierra” y abrirá el camino para que los amadores de la justicia vivan aquí en paz, y realmente ‘progresen juntos.’—Rev. 11:18.