¿Le afecta el temor?
“HAY grandes tragedias en el mundo hoy.” Así escribió el científico y filósofo René Dubos en su libro Celebrations of Life, que se publicó recientemente. Pasó a decir: “Pero es paradójico que mucha de la tristeza contemporánea no proviene de las dificultades que actualmente experimentamos, sino de desastres que aún no han ocurrido, y que tal vez nunca ocurran”. En otras palabras, el hombre teme al futuro debido a que vive a la expectativa de lo que es inseguro e incontrolable.
¿Cuáles son, según Dubos, algunos de los desastres que surgen amenazadoramente como posibilidades para el futuro? “Nos perturba profundamente la posibilidad de una guerra nuclear y de accidentes verdaderamente graves en reactores nucleares [...] Colectivamente, estamos preocupados porque prevemos que las condiciones mundiales irán deteriorando si la población y la tecnología siguen creciendo al paso actual. Dentro de poco, la Tierra estará superpoblada y sus recursos estarán agotados; habrá escaseces de alimento catastróficos.” Aunque René Dubos mismo es optimista, reconoce que vivimos en un “ambiente de pesimismo que actualmente predomina en gran parte del mundo”.
Alvin Toffler, sociólogo y escritor, pasó cinco años entrevistando a una gran variedad de personas sobre los efectos de los cambios en la vida y el futuro de ellos. “Ganadores del premio Nobel, ‘hippies’, siquiatras, médicos, hombres de negocio, futuristas profesionales, filósofos y educadores expresaron su preocupación respecto a los cambios, sus inquietudes respecto a la adaptación, sus temores respecto al futuro”. (Las bastardillas son nuestras.) Su investigación le convenció de que la inquietud y el temor respecto al futuro han llegado a ser comunes.
Hace casi 2.000 años, Jesucristo predijo dicho presentimiento de algún mal que se aproximaba, experiencia que ha sido común entre la humanidad durante el presente siglo. Él había profetizado que el templo de Jerusalén sería destruido, y sus discípulos estaban ansiosos por saber ‘cuándo realmente serían estas cosas, y qué sería la señal de cuando estas cosas estaban destinadas a suceder’. (Lucas 21:7.)
En la primera parte de su respuesta Jesús habló sobre sucesos que muchas personas de aquella generación llegaron a ver. Pero Jesús aprovechó la pregunta de ellos para incluir en su respuesta sucesos de escala mundial que presenciarían, no los de aquella última generación de adoradores judíos que iban al templo, sino, más importante aún, las personas que vivieran durante la conclusión del actual sistema mundial. Él advirtió: “También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones, no conociendo la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos”. (Lucas 21:25, 26, 32a.)
Obviamente, hombres de generaciones pasadas vivieron en temor también... temor de guerras locales, plagas, catástrofes y cambios sociales. Pero ¿observó algo diferente la generación de 1914? De seguro que sí, pues toda “la tierra habitada”, todas las naciones, han sido afectadas desde aquel tiempo crítico (Lucas 21:25, 26). Tanto ha ocurrido dentro del período limitado de los pasados 69 años que las personas de mayor edad que han experimentado todo esto se sienten desconcertadas y tienen temor. Además ahora, debido a la amenaza de una guerra nuclear, personas de toda edad, hasta niños, se sienten intranquilas respecto a la duración de su vida. Con razón se ha dicho que el sentimiento predominante, o la emoción principal, del siglo XX es el TEMOR.
Pero tal vez usted opine que estamos exagerando. ¿Está el temor a sucesos presentes y futuros lo suficientemente difundido como para que nos sintamos convencidos de que constituye un cumplimiento de la profecía de Jesús? ¿Es esto realmente parte de la prueba de que estamos viviendo en el tiempo del fin? ¿Es éste el tiempo en que “los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada”?
[Nota a pie de página]
a La Biblia católica Cantera-Iglesias contiene una nota respecto al relato paralelo que se halla en el capítulo 24 de Mateo. Declara: “La belleza del templo da ocasión a Jesús para predecir su ruina; los discípulos preguntan cuándo será esa ruina (v. Mat. 24:3), y con esa pregunta introducen el tema de la catástrofe final del mundo, su fecha y las señales que la anteceden”.