La nación gozosa
¡LA NACIÓN gozosa! ¿Se puede describir así a alguna nación de la humanidad hoy? ¿Puede nación alguna afirmar gozosamente que ha eliminado la violencia, el delito, la pobreza, la contaminación, las enfermedades que inutilizan a las personas, la corrupción política y los odios religiosos? ¿Hay alguna nación que manifieste verdadera posibilidad de alcanzar esas metas? ¡Todas están muy lejos de eso!
¿Qué se observa en el escenario mundial? Mijail Gorbachov, presidente de la U.R.S.S., declaró lo siguiente el pasado 16 de julio: “En las relaciones internacionales estamos pasando de una era a otro período en que creo que habrá paz firme y duradera”. Sin embargo, aquel mismo día la revista Time informó que los Estados Unidos aún tienen 120 ojivas nucleares apuntadas hacia Moscú, y que cualquiera de estas podría devastar por completo a esa ciudad. Y no hay que dudar que los soviéticos estén preparados para un contraataque. En vista de que varias naciones miembros de la Organización de las Naciones Unidas ya pueden producir armas nucleares, poco gozo produce el reflexionar sobre quién podría atacar primero.
Una nación verdaderamente gozosa
Unos 3.500 años atrás hubo una nación verdaderamente gozosa. Era el Israel antiguo. Cuando Dios sacó de la opresión en Egipto a aquel pueblo, los israelitas cantaron con Moisés una jubilosa canción de victoria, y siguieron regocijándose mientras obedecieron a su Dios y Libertador. (Éxodo 15:1-21; Deuteronomio 28:1, 2, 15, 47.)
Bajo la gobernación de Salomón “Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud, y comían y bebían y se regocijaban”. Aquel fue un tiempo de gran regocijo que culminó en la construcción de lo que probablemente fue el edificio más glorioso de toda la historia, el templo donde se adoraba a Jehová en Jerusalén. (1 Reyes 4:20; 6:11-14.)
La nación gozosa de hoy
El Israel antiguo fue una figura o representación de una nación moderna. ¿Cuál será esta? ¿Será el Israel político del Oriente Medio? Las noticias indican que esa nación en lucha por su supervivencia es todo menos gozosa. En cuanto a la Organización de las Naciones Unidas, ¿ha traído verdadero gozo a sus estados miembros ese organismo? No; no hay gozo verdadero en ninguna nación política actual. Abunda en ellas la codicia, la corrupción y la falta de honradez, y en muchos países la gente común no halla gozo en su lucha por la subsistencia. (Proverbios 28:15; 29:2.)
Sin embargo, hoy existe una nación extraordinaria que es sumamente gozosa. No es una nación política, pues su Cabeza, Cristo Jesús, dijo acerca de los que la componen: “Ustedes no son parte del mundo”. (Juan 15:19.) A diferencia de la Organización de las Naciones Unidas, que solo de nombre está unida, la nación gozosa atrae “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” adherentes que aman la paz. (Revelación 7:4, 9.) Ahora cuenta con más de cuatro millones de miembros, de modo que su población es mayor que unas 60 de las 159 naciones miembros de la ONU. Estos cuatro millones de personas hablan unos 200 idiomas, pero tienen en común un solo “lenguaje puro”. (Sofonías 3:9.)
¿No es extraño que tantas culturas diferentes tengan un lenguaje común? Realmente no, pues este lenguaje unificador consta del mensaje del venidero Reino de justicia de Dios. Esta nación gozosa viene “desde la extremidad de la tierra” y es conocida por todo el mundo como los ‘testigos de Jehová’. (Isaías 43:5-7, 10; Zacarías 8:23.) Se les halla en casi todo lugar de la Tierra.
En Isaías 2:2-4 el profeta de Dios describe a una muchedumbre que sale a raudales de todas las naciones, y que dice: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas”. Estos invitan con celo a otros a recibir instrucción de Jehová mediante su Palabra, la Biblia, para que aprendan a hacer la voluntad divina. Esta nación singular sigue la senda de la paz verdadera, pues sus súbditos ya han batido sus ‘espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas, y no aprenden más la guerra’. ¡En verdad una nación gozosa!
Usted también puede disfrutar de este gozo. Puede aprender sobre el día muy próximo en que el Rey, Cristo Jesús, ha de eliminar a los hombres y los gobiernos que causan ruina y restaurar el Paraíso a la Tierra. (Daniel 2:44; Mateo 6:9, 10.) Aun ahora, como nación verdaderamente unida, los testigos de Jehová efectúan con gran gozo una obra que los prepara para esa gloriosa era de paz verdadera, como veremos en las páginas siguientes.