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  • Gozo mundial
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
w91 1/1 págs. 4-7

Gozo mundial

“¡MIREN! Mis propios siervos clamarán gozosamente a causa de la buena condición de corazón.” (Isaías 65:14.) Eso dijo Jehová mediante su profeta Isaías, ¡y qué magnífico cumplimiento tienen esas palabras entre los testigos de Jehová! ¿Qué pone gozo en su corazón? El hecho de que adoran unidos a Jehová Dios. Él es el “Dios feliz”, y los que lo adoran están ‘gozosos en Jehová’. (1 Timoteo 1:11; Zacarías 10:7.) Esta devoción gozosa hace de ellos una sola nación mientras predican juntos las buenas nuevas del Reino y por todo el mundo elevan un grito de alabanza a su Dios. (Revelación 7:9, 10.)

“Un gozo que nadie me puede quitar”

No hay duda de que el publicar el nombre y el Reino de Dios es fuente de gozo constante para los testigos de Jehová. (Marcos 13:10.) Responden a estas palabras del salmista: “Jáctense en el santo nombre de él. Regocíjese el corazón de los que buscan a Jehová”. (Salmo 105:3.)

A menudo han tenido que enfrentarse a obstáculos para hacer esto. En España, Isidro se dedicó a Jehová y quiso hablar a otros acerca de Dios. Pero él conduce un camión y tiene poco tiempo libre, pues hace largos viajes por la noche y duerme durante el día. Su deseo era testificar a otros camioneros, pero ¿cómo podría hacerlo?

Para hablar con otros conductores instaló en su camión un sistema de comunicación por radio. Pronto descubrió que el canal 13 se usaba poco, y decidió aprovecharlo. Por supuesto, la primera vez que sugirió a otros camioneros conversar sobre la Biblia de aquella manera la respuesta de muchos fue negativa. Pero algunos escucharon. Se corrió la voz, y más y más camioneros empezaron a escuchar el canal 13. Recientemente Isidro se enteró de que por lo menos uno de ellos está dispuesto a estudiar la Biblia más a fondo.

En Italia un hombre supo de los testigos de Jehová por una conversación en un autobús. Su esposa los había conocido mediante una amiga. Ambos estudiaron la Biblia y quisieron compartir con otras personas lo que habían aprendido. Quedaron tan entusiasmados que, para tener más tiempo para compartir con otros las buenas nuevas del Reino, él rechazó un ascenso en su empleo y su esposa dejó un trabajo muy remunerador. ¿Valió la pena lo que hicieron? Sí. Él dice: “Desde que aprendimos la verdad, mi esposa y yo hemos tenido el gozo de ayudar a 20 personas a conocer con exactitud el propósito de Dios. Es cierto que al regresar a casa por la noche después de pasar un día sirviendo a Jehová me siento cansado. Pero soy feliz, y agradezco a Jehová que me haya dado un gozo que nadie me puede quitar”.

“Hasta la parte más distante de la tierra”

Los que pertenecen a la nación gozosa de Dios muestran un celo parecido dondequiera, hasta en “la parte más distante de la tierra”. (Hechos 1:8.) Pocos lugares distan tanto de otros como el norte de Groenlandia. Pero aun allí, a 320 kilómetros (200 millas) al norte del círculo polar ártico, funciona la pequeña congregación de Ilulissat, de 19 personas. Predican a otros las mismas buenas nuevas que el matrimonio italiano ya mencionado, y el año pasado tuvieron el gozo de ver a siete groenlandeses bautizarse en símbolo de su dedicación a Jehová.

A muchos miles de kilómetros de Groenlandia, en la isla subtropical de Mauricio —en el océano Índico—, la joven Anjinee experimenta el mismo gozo. Al principio tuvo dificultades. En Mauricio no se considera apropiado que una joven soltera de origen hindú asista a reuniones cristianas y predique en público acerca de Dios. Pero Anjinee perseveró. Ahora, nueve años después de haber empezado su servicio cristiano, algunos de sus parientes también estudian la Biblia.

Junto con Anjinee debemos mencionar a Emilio, que vive al otro lado del mundo, en Honduras. En su lugar de empleo Emilio oyó a varios compañeros de trabajo conversar sobre la Biblia, y quiso participar en las conversaciones. No sabía leer, pero le deleitaba oír la lectura de los textos bíblicos. A medida que la verdad cristiana se arraigó en su corazón, Emilio abandonó su estilo de vida inmoral y dejó de beber en exceso. Los testigos de Jehová le enseñaron a leer y escribir, y ahora es ministro en la nación gozosa de Dios.

A miles de kilómetros al noroeste de Honduras, en Alaska, una madre esquimal aprendió la misma verdad cristiana. Esta señora vivía en una aldea muy remota, y su único contacto con los testigos de Jehová era por correspondencia. De modo que estudiaba por correo, hacía sus preguntas por correo, y ahora comparte celosamente lo que ha aprendido con sus vecinos. Hay un sinfín de ejemplos como estos. Por toda la Tierra las personas de corazón manso vienen a ‘servir a Jehová con regocijo’. (Salmo 100:2.)

‘Tienen amor entre sí’

Algo que atrae a todas estas personas es el amor que existe en la nación gozosa de Dios. Jesús dijo: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”. (Juan 13:35.) El amor cristiano se manifiesta diariamente en la vida de estos cristianos genuinos, y especialmente cuando ocurre algún desastre.

En un país africano donde, lamentablemente, la actividad de los testigos de Jehová está proscrita, hubo una grave sequía. Perecieron 10.000 personas, y hatos de ganado murieron. ¿Cómo sobrevivieron los Testigos? ¡Alimentándose con raíces de plantas y semillas de aguacate cocidas! Pero su situación crítica mejoró mucho cuando, con la ayuda de Dios, inesperadamente los Testigos de otros países obtuvieron permiso para socorrerlos con 25 toneladas de provisiones. De hecho, a pesar de la proscripción, ¡se proveyó una escolta militar para que de seguro las provisiones llegaran a su destino!

No hay duda de que aquellos Testigos africanos se regocijaron muchísimo ante esta prueba del amor de sus hermanos, en cumplimiento de estas palabras de Isaías: “¡Miren! La mano de Jehová no se ha acortado demasiado, de modo que no pueda salvar, ni se ha hecho su oído demasiado pesado, de modo que no pueda oír”. (Isaías 59:1.)

Un pueblo pacífico

Los que son mansos de corazón también se sienten atraídos a la nación gozosa de Dios al ver que sus miembros ya no guerrean como el mundo, y ‘han batido sus espadas en rejas de arado’. (Isaías 2:4.) En El Salvador la casa de un ex soldado estaba llena de recuerdos de su carrera militar. Pero cuando empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová se interesó más en la paz. Con el tiempo limpió de su casa todo lo relacionado con la guerra y se hizo un celoso predicador.

Cuando las fuerzas antigubernamentales se apoderaron de aquella aldea, lo tomaron prisionero... evidentemente porque alguien les había dicho que él había sido soldado. Sin embargo, él explicó que ya no era soldado, que ahora era testigo de Jehová. Los insurgentes lo acusaron de tener armas en su hogar, pero no hallaron ninguna. Entonces el jefe de aquellos hombres interrogó a los vecinos acerca de él. Un comentario típico era: “Día tras día se la pasa de arriba abajo por la calle predicando la Biblia”. Lo pusieron en libertad. No hay duda de que su devoción le salvó la vida.

De cierto país africano vino un informe sobre dos soldados que estudiaron la Biblia con los testigos de Jehová. Uno servía en el ejército del gobierno y el otro peleaba del lado de los rebeldes. Con el tiempo ambos decidieron “batir sus espadas en rejas de arado” y dejaron el servicio militar. La primera vez que asistieron a una reunión cristiana se encontraron allí, y el que había peleado contra el gobierno le preguntó al otro: “¿Qué haces aquí?”. La respuesta fue: “Y tú, ¿qué haces aquí?”. El informe concluyó así: “Entonces ambos se abrazaron y lloraron de alegría por verse juntos y en paz.” Estos hombres probablemente oraron así a Dios: “Líbrame de la culpa de sangre, oh Dios, el Dios de mi salvación, para que mi lengua informe gozosamente acerca de tu justicia”. (Salmo 51:14.)

“Has visto mi aflicción”

“Ciertamente estaré gozoso y me regocijaré en tu bondad amorosa, puesto que has visto mi aflicción; has sabido acerca de las angustias de mi alma.” (Salmo 31:7.) Así oró el salmista, y hoy muchos se regocijan porque la Palabra de Dios les ayuda a hacer frente a sus aflicciones. En Francia una testigo de Jehová conduce un estudio con una señora que sufre de esquizofrenia. Esta señora había estado bajo tratamiento siquiátrico por algún tiempo, pero el tratamiento no la había ayudado. Una semana después de haber empezado a estudiar la Biblia esta señora, el siquiatra le preguntó: “¿Realmente entiende lo que le están enseñando de la Biblia?”. Por eso, la semana siguiente la Testigo fue a la oficina del siquiatra con la señora y estudió la Biblia con ella en presencia de él.

Después del estudio, el siquiatra dijo a la Testigo: “Por años me he interesado en la religión de mis pacientes, pero veía que ninguna religión les suministraba verdadero apoyo. Sin embargo, en su caso es diferente. La señora P*** viene a mi consultorio dos veces a la semana y me paga por ello. Pero la enseñanza bíblica y el buen consejo que usted da están dando mejores resultados, y usted enseña gratis. Ella está progresando. Siga adelante y cuente con toda mi cooperación si la necesita”.

La Biblia dice: “Feliz es el pueblo que conoce el gozoso gritar. Oh Jehová, en la luz de tu rostro ellos siguen andando. En tu nombre están gozosos todo el día”. (Salmo 89:15, 16.) Todo testigo de Jehová sabe que este salmo expresa la verdad. Por todo el mundo, de la boca de ellos sale un grito de gozo para alabanza de Jehová. Aumenta la cantidad de las personas que vienen de las naciones para alabar a Dios con los testigos de Jehová. ¿Por qué no se asocia usted con ellos y experimenta ese gozo?

[Ilustración en la página 7]

Los testigos de Jehová de Europa oriental se regocijan ahora de poder con nueva libertad recibir y estudiar “La Atalaya” en sus propios idiomas

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