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  • Jóvenes... ¿pasarán la prueba de la lealtad cristiana?

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  • Jóvenes... ¿pasarán la prueba de la lealtad cristiana?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
w91 15/6 págs. 19-21

Jóvenes... ¿pasarán la prueba de la lealtad cristiana?

“UNO no ve como deslealtad la conducta inmoral. La ve solo como una forma de diversión. Es cierto que uno sabe que si sus padres o los ancianos se enteraran habría angustia y muchos problemas. Pero cuando uno está pasando un buen rato, sencillamente despide todo eso de la mente.”

El joven que dijo esto había estado cometiendo fornicación y ocultándolo. Llevaba una doble vida, pues estaba engañando a sus padres y a la congregación cristiana. En aquel tiempo no se daba cuenta de que fracasaba en circunstancias que sometían a prueba su lealtad cristiana.

Miles de jóvenes cristianos han fracasado cuando han visto sometida a prueba su lealtad de ese modo. ¡Y no es de extrañar! Pues Satanás el Diablo está ‘guerreando’ contra el pueblo de Dios y hace cuanto puede para quebrantar la integridad de los fieles. (Revelación 12:17.) Los jóvenes en particular son blanco de las “artimañas” de Satanás. (Efesios 6:11, Versión Valera, 1977.) Por eso se requiere verdadero esfuerzo y resolución del que quiera permanecer leal.

¿Qué es, precisamente, la lealtad? En las Escrituras Hebreas la palabra del idioma original que se vierte “lealtad” indica apego amoroso a una persona, con un propósito en mira. (Salmo 18:25.) No se refiere a algún vínculo débil que pueda deshacerse fácilmente, sino a un apego que sigue intacto hasta que se cumple el propósito que se tiene con relación a esa persona. En las Escrituras Griegas la palabra del idioma original que se vierte “lealtad” transmite la idea de santidad, justicia o reverencia.

Como se ve, la lealtad implica una buena relación con Dios. Efesios 4:24 dice que nos “[vistamos] de la nueva personalidad que fue creada [...] en verdadera justicia y lealtad”. ¿Quieres ser leal a Jehová? Entonces tienes que cultivar un apego leal a él, formar un vínculo inquebrantable con él, y estar resuelto a agradar a Dios en todo lo que haces. Tienes que adherirte a las justas normas de Jehová... ¡sin importar cuán tentador sea el hacer lo contrario!

Las presiones para llevarte a la deslealtad

Es digno de encomio el que la mayoría de los jóvenes entre los testigos de Jehová luchen por permanecer leales y, como resultado, disfruten de una conciencia limpia. Con todo, el apóstol Pablo profetizó que durante “los últimos días” la gente en general se caracterizaría por ser desleal. (2 Timoteo 3:1, 2.) El resultado trágico ha sido que algunos jóvenes cristianos han permitido que este mundo desleal los ‘amolde a sus normas’. (Romanos 12:2, La Biblia, versión de Serafín de Ausejo.) ¿Cómo ha logrado esto Satanás?

La presión que viene de otros jóvenes es un instrumento eficaz de Satanás. Casi toda persona quiere que otros piensen bien de ella, y Satanás sabe aprovecharse de este deseo natural. Por su deseo de que se les considere normales, algunos jóvenes cristianos han participado en habla malsana, conducta inmoral, fumar, borrachera, hasta abuso de drogas, todo para que otros jóvenes los acepten.

Satanás quiere que ‘nos comportemos según los deseos de nuestra carne, y que hagamos las cosas que son la voluntad de la carne’. (Efesios 2:3.) Él sabe bien cuán intenso puede ser el deseo sexual durante “la flor de la juventud”. (1 Corintios 7:36.) Y quiere que cedas a esos deseos. Sin darse cuenta, algunos jóvenes cristianos hacen lo que Satanás quiere al leer literatura, ver películas y vídeos pornográficos o practicar la masturbación. Muchas veces estas prácticas los llevan a cometer actos graves de deslealtad. ¿Ha logrado ‘amoldarte a sus normas’ el mundo de Satanás mediante algunas de esas prácticas?

El llevar una doble vida

Aunque el cometer un mal craso como la fornicación es en sí mismo un asunto muy serio, algunos jóvenes agravan las dificultades en que se encuentran. Son como los “hombres de falsedad” mencionados en Salmo 26:4, “que esconden lo que son”. Esos jóvenes llevan una doble vida al actuar de una manera cuando están con sus padres u otros cristianos maduros y de otra cuando están con personas de su edad.

Sin embargo, el llevar una doble vida es contraproducente y peligroso. Actos malos a los cuales no se pone freno llevan casi siempre a la comisión de otros males. Y aunque la conciencia de uno tal vez le moleste al principio, mientras más persista uno en un mal proceder, menos reaccionará su conciencia a la comisión de males. Puede que uno literalmente ‘pierda toda sensibilidad’ respecto a cometer males. (Efesios 4:19, VV, 1977.)

Al que llega hasta este punto se le hace muy difícil confesar el mal que ha cometido y buscar ayuda. Esto es particularmente cierto si en el mal proceder participan también otros jóvenes cristianos. Muchas veces un sentido de lealtad mal dirigido domina entre los jóvenes. El joven cuyas palabras se citan al principio de este artículo explicó: “Uno sabe lo que está haciendo, y sabe que es incorrecto. Pero concuerda en no decir nada a nadie para no crear dificultades a los demás que están implicados”.

Aunque alguien quizás ‘esconda lo que es’ de sus padres o de la congregación, no puede esconderse de Jehová. “No hay creación que no esté manifiesta a la vista de él, sino que todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Hebreos 4:13.) La Biblia nos asegura: “El que encubre sus transgresiones no tendrá éxito”. (Proverbios 28:13.) Con el tiempo el mal que se haya cometido saldrá a la luz. Sencillamente es imposible engañar a Jehová. Proverbios 3:7 dice: “No te hagas sabio a tus propios ojos. Teme a Jehová y apártate de lo malo”. Recuerda también que “los ojos de Jehová están en todo lugar, vigilando a los malos y a los buenos”. (Proverbios 15:3.)

El joven antes mencionado, y otros jóvenes que como él participaron en el mal proceder que se ocultó, por fin fueron descubiertos, y él y sus compañeros tuvieron que ser expulsados de la congregación cristiana. Después se recobraron en sentido espiritual y fueron restablecidos. Con todo, ¡qué penosa manera de aprender lo que significa la lealtad!

‘Enderecen los asuntos’ con Dios

¿Qué debe hacer el que ya haya sido desleal de alguna manera, quizás por haber cometido algún mal? Es fácil engañarse uno a sí mismo y negar que sea necesario corregir la situación. Un joven que cometió fornicación y no lo confesó dijo: “Aumenté mi participación en el ministerio del campo con la idea de que eso, de algún modo, cubriría el mal que había cometido”. La nación desobediente de Israel también trató de apaciguar a Jehová con sacrificios. Pero Jehová rechazó aquella devoción hipócrita. Les instó: “Lávense; límpiense; quiten la maldad de sus tratos de enfrente de mis ojos; cesen de hacer lo malo”. Jehová aceptaría sus sacrificios únicamente si ‘enderezaban los asuntos con él’. Lo mismo aplica hoy a los que quizás estén cometiendo algún mal. (Isaías 1:11, 15-18.)

Uno no puede enderezar sus asuntos con Jehová por simplemente hablar con otro joven sobre el mal que ha cometido. En primer lugar, los jóvenes no siempre ofrecen la mejor ayuda, pues por lo general ellos también carecen de experiencia en la vida. Más importante aún, ellos no pueden perdonar tu pecado. Solo Dios puede hacer eso. Así que ‘derrama tu corazón’ ante él en confesión. (Salmo 62:8.) Aunque estés muy avergonzado de tu conducta, puedes estar seguro de que Jehová ‘perdona en gran manera’. (Isaías 55:7.)

Necesitarás más ayuda. “Infórmaselo a tus padres y habla con los ancianos inmediatamente... desde el mismo principio”, exhorta un joven cristiano que se benefició de tal ayuda. Sí, tus padres probablemente son los que están en mejor condición de ayudarte. ‘Dales tu corazón’, y hazles saber por completo tus problemas. (Proverbios 23:26.) Ellos pueden encargarse de que recibas más ayuda de los ancianos de la congregación cuando sea necesario. (Santiago 5:14, 15.)

Cómo manifestar verdadera lealtad

Por supuesto, lo mejor sería nunca caer en conducta desleal. Salmo 18:25 nos dice: “Con alguien leal tú [Jehová] actuarás en lealtad; con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta”. Jehová bendice abundantemente a los que con lealtad se rigen por normas elevadas de conducta.

No obstante, tu lealtad pudiera verse sometida a prueba de otras maneras. Por ejemplo, vamos a suponer que un amigo tuyo ha emprendido un derrotero de desobediencia. ¿Permitirás que una lealtad mal dirigida a ese amigo eclipse tu lealtad a Jehová? Lo amoroso sería que hablaras con él y lo instaras a informar el asunto a sus padres o a los ancianos. Di a tu amigo que, si no hace eso dentro de un período razonable, tú tendrás que hacerlo. Proverbios 27:5 dice: “Mejor es la censura revelada que el amor oculto”. Al ayudar así a tu amigo no solo manifiestas que tu amistad es genuina; también muestras que tu lealtad a Jehová es profunda.

Sea cual sea la prueba que afrontes, la fortaleza para desplegar lealtad proviene de que tengamos una estrecha relación personal con Jehová. Para disfrutar de una relación como esa es esencial que hagamos oraciones significativas y seamos diligentes en nuestro estudio personal. Es interesante que todos los jóvenes ya mencionados que cometieron males admitieron que sus oraciones y hábitos de estudio personal se habían convertido en algo rutinario... y con el tiempo habían dejado por completo de orar y estudiar. Jehová dejó de ser real para ellos, y poco después se envolvieron en conducta inmunda. ¿Estás tú, por oración y estudio personal, fortaleciendo tu relación con Jehová para permanecer leal?

Es verdad que a veces quizás te preguntes si te estás perdiendo buenos momentos de diversión. “A veces parece que los mundanos están disfrutando de la vida —dijo una joven—. Pero cuando una se halla atrapada en cierta situación, puede ver que no hay ninguna diversión en ella.” Esta joven habló por experiencia, pues cometió inmoralidad sexual que resultó en un embarazo y un aborto. “El estar en la verdad es una protección”, dice ahora... una lección que ella aprendió penosamente. Salmo 119:165 nos recuerda que “paz abundante pertenece a los que aman [la] ley [de Dios]”.

Por eso, haz lo sumo posible por seguir siendo leal. Esfuérzate por edificar una relación firme y duradera con Jehová. Odia lo que es malo y adhiérete a lo que es bueno. (Romanos 12:9.) Salmo 97:10 nos dice: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de los que le son leales; de la mano de los inicuos los libra”. Sí; como joven cristiano te beneficiarás de la protección de Jehová y disfrutarás de la vida eterna si pasas la prueba de la lealtad cristiana.

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