El espíritu de Dios le ayudará
1 El amor a Jehová, su Hijo, y al prójimo debería impulsarnos a participar con regularidad en el servicio del campo. No obstante, a algunos hermanos no siempre les es fácil proclamar las “buenas nuevas.” Quizás les ponga nervioso el abordar a personas extrañas o les preocupe el no poderse expresar tan bien como otros. De vez en cuando quizás se sientan desanimados. ¿Se ha sentido usted así?
2 Esto no es algo insólito. Note lo que el apóstol Pablo dijo a los corintios: “Fui a ustedes en debilidad y en temor y con mucho temblor.” (1 Cor. 2:3) ¿Por qué? El apóstol se preocupaba en cuanto a cómo le sería posible dar a conocer la verdad en circunstancias muy diferentes a las que él estaba acostumbrado como judío instruido por el erudito fariseo Gamaliel. Pero él no permitió que esto lo retrajera de declarar las “buenas nuevas.” Y Pablo tuvo buen éxito, no debido a su habilidad personal de persuadir, sino a la ayuda excelente que se le suministró por medio del espíritu de Dios. Con la ayuda del espíritu de Dios, nosotros también, podemos tener buen éxito al dar el testimonio y ayudar a personas de corazón honrado a llegar a ser alabadores de Jehová Dios.
3 Recuerde, el Altísimo no ha escogido a los sabios e intelectuales para que lo representen. En su mayoría, éstos han sido demasiado orgullosos para responder favorablemente a las “buenas nuevas.” La situación hoy día sigue siendo igual a la descrita en 1 Corintios 1:26, 27: “No muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble; sino que Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios.” Al usar a aquellos a quienes los sabios en el mundo despreciarían como necios, Jehová Dios avergüenza a estos sabios. Él pone de manifiesto que él no los necesita para efectuar su obra. ¿No nos anima saber que a pesar de cualesquier limitaciones que quizás tengamos, el Todopoderoso desea usarnos y nos ayudará a efectuar su obra?
4 ¿No deberíamos, por lo tanto, querer cooperar con nuestro Padre celestial a fin de que él pueda usarnos al mayor grado posible? ¡Muy ciertamente! Pero, ¿qué podemos hacer? Tenemos que ponernos en una posición que haga posible que el espíritu de Dios funcione plenamente en nuestro caso. Puesto que el espíritu es santo, necesitamos mantener una posición santa, pura o limpia delante de nuestro Padre celestial. Además, el espíritu de Dios no nos concede conocimiento milagroso hoy día, sino que funciona como recordador y maestro. (Juan 14:26) Así es que si llenamos nuestra mente con la Palabra de Dios, su espíritu nos ayudará a recordar puntos de las Escrituras y nos permitirá aplicarlos correctamente.
5 El espíritu de Dios también nos ayuda cuando las personas en el territorio no responden favorablemente. A medida que efectuamos nuestra obra y oramos continuamente, el espíritu pudiera hacernos recordar pensamientos bíblicos de las cosas a las que los siervos de Dios se enfrentaron en el pasado y lo que los fortaleció a continuar. El espíritu de Dios nos pone de manifiesto precisamente cuán magnífico privilegio es el ser un discípulo de Jesucristo.